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FILOSOPHIA = AMOR POR LA SABIDURIA <SOPHIA> SOPHISMO


1. ANTECEDENTES DE LA FILOSOFÍA


La filosofía es un quehacer esencialmente humano a través del cual se busca
explicar y transformar la totalidad. No obstante, éste no ha sido el único camino
empleado por el hombre para realizar tal propósito. Junto a la filosofía y aún antes
de su surgimiento, se han desarrollado formas de pensamiento no filosófico que
merecen ser estudiados en toda su complejidad, tanto por su cercanía al actuar
cotidiano de los individuos como por su importancia en las concepciones
sustentadas por éstos dentro de una sociedad determinada.


Los rasgos distintivos de tres formas de pensamiento no filosófico: el mito, la
religión y el sentido común. Entenderemos también los cambios operados por el
pensamiento filosófico frente a la tradicional manera de pensar mítica.



I. EL PENSAMIENTO PREFILOSÓFICO


Dentro de las distintas actividades humanas, la constitución del pensamiento
filosófico no ha ocurrido de una manera espontánea. Esto quiere decir, que su
gestación se encuentra precedida por otro tipo de explicaciones dadas por el
hombre en su afán de dar respuesta a diversos problemas, preocupaciones,
interrogantes, intereses, etc., inherentes a su existencia. Estas soluciones
normalmente han estado en correspondencia con las actitudes (mítica, práctica y
otras) que el hombre ha asumido frente al mundo, y su aceptación o validez ha
estado apegada a las circunstancias propias de la realidad.

El pensamiento pre filosófico posee sus propias características, las cuales lo
distinguen del pensamiento filosófico y científico. En tal sentido, es oportuno
hablar separadamente de sus formas, ya sea mítica, religiosa o práctica.



   1. La actitud mítica.

     A través del mito, el ser humano ha encontrado respuestas a múltiples
   inquietudes que sobre sí mismo y sobre el mundo le han sido planteadas por el
   solo hecho de vivir. Esto es, ha encontrado en él las “verdades” que le
   ayudan a vivir.
Al mito podemos considerarlo como relato o como sistema de vida. Como
relato, puede hablarnos de los orígenes del universo y del hombre, de la
dependencia del hombre de la naturaleza, de las divinidades, de los héroes,
etc.

Como sistema de vida, el mito nos lleva a la valorización de los patrones de
conducta y las respuestas vivenciales que por él son determinadas.

El mito tiene una vigencia social: tiene su origen y su sentido en el marco de un
grupo humano, que es precisamente quien determina sus modalidades, su
forma.

Los antiguos, vieron siempre al hombre como parte de la sociedad y a ésta
como inmersa en la naturaleza; dependiendo de las fuerzas cósmicas. Para
ellos no había oposición entre la naturaleza y el hombre y, por tanto, no existía
la necesidad de aprehenderlos siguiendo modos de conocer diferentes. Los
fenómenos eran concebidos, en general, en relación con la experiencia
humana, y ésta a su vez, era referida a los acontecimientos cósmicos.

En el pensamiento antiguo, la especulación tenía posibilidades ilimitadas para
su desarrollo debido a que no tenía las restricciones que implica una
indagación científica de la verdad (metódica) y a que el dominio de la
naturaleza no se distingue del dominio humano.

En la lógica del pensamiento creador de mitos, las ideas no son autónomas,
sino que están inmersas en la peculiar actitud mostrada hacia el mundo de los
fenómenos, y en cuanto a esto, hay que aclarar que cuando los investigadores
han presentado testimonios de que el hombre primitivo tenía un modo
prelógico de pensar, se refieren, probablemente, a las prácticas mágicas y
religiosas.

Si tratamos de definir la estructura del pensamiento creador de mitos y de
compararlo con el pensamiento científico moderno tenemos que: este último se
caracteriza por la distinción entre lo subjetivo y lo objetivo, y es precisamente
en esta distinción sobre la que se basa el procedimiento crítico y analítico por
medio del cual el pensamiento científico reduce progresivamente los
fenómenos individuales a acontecimientos típicos sujetos a leyes universales.

En la experiencia primitiva no hay lugar para un análisis crítico semejante, para
él carece de significado la distinción entre el conocimiento subjetivo y el
objetivo. El pensamiento primitivo reconoce naturalmente la relación de causa
a efecto, pero le es imposible concebir la causalidad como una operación
impersonal, mecánica y sujeta a leyes. Los dioses, como personificación de la
fuerza naturaleza, satisfacen las necesidades del hombre primitivo de
encontrar causas que le expliquen el mundo de los fenómenos.
Para el pensamiento creador de mitos, la vida del hombre y la función del
Estado se encuentran encajadas en la naturaleza, y los procesos naturales son
afectados por los actos del hombre, del mismo modo que la vida humana
depende de su integración armoniosa con la naturaleza.

Para la conciencia mítica la realidad es todavía homogénea e indiferenciada,
por tanto, no existe ninguna delimitación fija entre lo meramente representado
y la percepción real, entre deseo y cumplimiento, entre imagen y cosa, entre el
mundo del ser inmediato y el mundo de la significación mediata.



2. La actitud religiosa.

A través de la actitud religiosa el creyente fundamenta su existencia en el
mundo y también, por lo menos en muchas de las religiones, vive en función de
una existencia futura, más allá de la muerte. Su vivir presente o mundano, es
generalmente preparación para el vivir futuro, en donde obtendrá premio o
castigo según sea el caso.

La religión es religación, lazo de unión entre el hombre y su Dios. Esta
religación puede enmarcarse dentro del mito, puede ir más allá del mito por
medio de la búsqueda racional de la coherencia del dogma, tal y como lo hace
la teología; o por medios del concepto anti determinista del libre albedrio; o
incluso por la toma de conciencia del campo de vigencia de la religión,
comprendiendo que hay otros campos de acción y de reflexión en que no le
corresponde a ella determinar, sino a otras disciplinas como lo relativo a los
astros, los números, las tormentas, etc.



3. La actitud práctica

 Es el conjunto no sistemático de "verdades" o conocimiento nacidos de la
propia experiencia y de la ajena que han sido transferidos de generación en
generación. Estos conocimientos nos sirven para subsistir y nos resuelven los
problemas más elementales que van desde la forma de bajar una fruta por
medio de una pedrada lanzada por una honda, hasta la elaboración de
utensilios de barro.

A esta actitud la llamamos "práctica" porque no pretende dar respuesta a
grandes problemas inmanentes o trascendentes, sino, más bien, solucionar los
problemas que se van presentando y que requieren soluciones inmediatas.
Entra en juego en ella el llamado "sentido común", esa facultad de resolver
   razonablemente las cosas y que todos poseemos.

   La actitud práctica puede estar, sin embargo, enriquecida por una actitud
   mítica, semi-mítica o por la ciencia.

   Así, pues, la realidad no se presenta originalmente al hombre en forma de
   objeto de intuición, de análisis y comprensión teórica; se presenta como un
   campo en que se ejerce su actitud práctico sensible y sobre cuya base surge la
   intuición práctica inmediata de la realidad.

   La práctica utilitaria inmediata y el sentido común correspondiente ponen al
   hombre en condiciones de orientarse en el mundo, de familiarizarse con las
   cosas y manejarlas, pero no les proporciona una comprensión de las cosas y
   de la realidad.

   El conjunto de fenómenos que llenan el ámbito cotidiano y la atmósfera común
   de la vida humana, que con su regularidad, inmediatez y evidencia penetra en
   la conciencia de los individuos agentes asumiendo un aspecto independiente y
   natural, forma el mundo de la pseudoconcreción. En el mundo de la
   pseudoconcreción el lado fenoménico de la cosa, es considerado como la
   esencia misma, y la diferencia entre esencia y fenómenos desparece.

   El fenómeno es, por tanto, algo que, a diferencia de la esencia oculta, se
   manifiesta inmediatamente, primero y con más frecuencia. Si el hombre busca
   descubrir la esencia oculta o la estructura de la realidad, debe ya poseer, antes
   de iniciar cualquier indagación, cierta conciencia de que existe una verdad
   oculta de la cosa. El hombre da un rodeo y se esfuerza en la búsqueda de la
   verdad sólo porque presupone de alguna manera su existencia, y en virtud de
   que la esencia -- a diferencia de los fenómenos- no se manifiesta directamente,
   y por cuanto el fundamento oculto de las cosas debe ser descubierto mediante
   una actividad especial, existe la ciencia y la filosofía.



II. HACIA LA CONSTITUCIÓN DEL PENSAR FILOSÓFICO

 En el surgimiento de la filosofía no hay causas milagrosas, "no hay -sostiene
Vernant- una inmaculada concepción de la razón. El aparecimiento de la filosofía
no es un milagro, es un hecho de historia, enraizado en el pasado, formándose a
partir de él al mismo tiempo que contra él."

No obstante es importante señalar que hay quienes consideran que la aparición
del pensamiento racional ha significado un corte radical en la historia de la
humanidad. Más aún hay quienes piensa, como Burnet, que los griegos inventaron
la filosofía por ser un pueblo dotado de una inteligencia excepcional, en tal sentido
afirma que "los filósofos jonios han franqueado la vía que la ciencia, a partir de
este momento, no ha tenido más que seguir. Aparece pues el surgimiento de logos
como una especie de milagro". LOGOS = VERBO = LA PALABRA

Indudablemente a nuestro juicio esta interpretación resulta bastante simplista
puesto que nada en la historia surge porque sí. Y es necesario ubicar en su
contexto las causas por las cuales el pensamiento mítico se fue debilitando. Esto
significa que debemos rastrear una serie de condicionamientos que favorecieron la
aparición del pensamiento racional.

En primer lugar hay que tomar en cuenta una serie de transformaciones históricas
que se produjeron a partir del siglo VIII a. C., entre ellas "el tránsito de las
economías agrarias relativamente cerradas hacia la constitución de importantes
centros urbanos y marítimos comerciales tales como Mileto, ciudad que, en el
siglo VI a. de C. se constituyó en uno de los puntos centrales del comercio
internacional de la época, comercio que relacionaba a egipcios, fenicios, etruscos,
jonios, aqueos y carios y que generó una acumulación importante de riquezas en
las comunidades griegas; al mismo tiempo estas ciudades, Éfeso, Samos,
Colofón, Mileto, etc. conocían un intenso proceso de democratización, fenómeno
ligado al necesario desplazamiento político que de las antiguas noblezas y reyes
de origen agrario intentaron realizar los armadores y comerciantes ricos griegos.
En Atenas, uno de los más importantes núcleos culturales griegos, la base de la
jerarquía social va a estar constituida por la riqueza y no por el nacimiento."

En ese periodo están presentes otros acontecimientos que hacen posible el
surgimiento del logos: la aparición de la moneda, la escritura alfabética, el
calendario, la organización política de las ciudades, el mayor progreso técnico,
etc., pero también el hecho de que en Mileto no existiera una casta sacerdotal
poderosa, hizo más expedito el que el saber se fuese volviendo laico.

Cuáles fueron los cambios operados por el pensamiento filosófico frente a la
tradicional manera de pensar mítica. Recordemos que para dicha mentalidad la
relación de los hombres con los demás seres vivos era simpatética debido en gran
parte a que el hombre no se consideraba como el ser más perfecto en la escala
animal, sino que un miembro más de la gran sociedad vital. Es por ello que su
trato con las cosas estaba teñido de sentimiento y utilidad.

Con la aparición del pensamiento racional, en cambio, se instaura una visión
analítica de modo que se contraponen claramente el yo y las cosas, el hombre
toma distancia de ellas, lo cual supone no verlas en su familiaridad como cosas
para … o instrumentos a través de los cuales se realizan determinados fines, sino
que se contraponen como objetivos, como entes independientes, poseedores de
un ser fijo, lo cual quiere decir que ya las cosas no cambian por el capricho de
seres sobrenaturales, como acontecía en la visión mítica del mundo, motivo por el
cual aquellos sólo podían ser objeto de narración. Al adquirir una naturaleza fija,
las cosas podrán llegar a ser objeto de definición, es decir se objetiviza la
naturaleza, se la despeja de la influencia sobrenatural.
Pues bien, conjuntamente con lo cambios operados a nivel del objeto, acaecen
también modificaciones en el sujeto; éste ahora se diferencia radicalmente de los
demás seres vivos y advierte que su diferencia específica, su racionalidad, es la
raíz de tal diferenciación. Precisamente es por medio de dicha facultad por la que
se dispone aceptar la nueva manera de ser que descubren en las cosas.

Entendemos no obstante que el paso del mito al logos, aunque significa toda
una revolución en la manera de enfocar la realidad, la filosofía naciente no puede
erradicar sino muy gradualmente algunos vestigios del pensamiento mítico, el que
indudablemente siguió teniendo vigencia en grandes sectores de la población.

De todas maneras es bueno recordar con J. Pierre Vernant que "el nacimiento de
la filosofía aparece solidario de dos grandes transformaciones mentales: un
pensamiento positivo, que excluye toda forma sobrenatural y que rechaza la
asimilación implícita establecida por el Mito entre fenómenos físicos y agentes
divinos; un pensamiento abstracto que despoja a la realidad de este poder de
mutación que le prestaba el mito."

   3. IDEA GENERAL DE LA FILOSOFÍA

   I. LA FILOSOFÍA COMO ACTIVIDAD ESENCIALMENTE HUMANA

   Con persistencia frecuente se oye preguntar a doctos e ignorantes: "¿Qué es la
   filosofía?" Durante veinticinco siglos no ha dejado de resonar por un instante la
   misma pregunta. Desde que los griegos formularon por primera vez, no hubo
   época culta o inculta que no se la planteara.

   Señalar el sentido que tiene esta pregunta a través de la historia del
   pensamiento humano implica nada menos que escribir una historia completa
   de la filosofía. La respuesta del filósofo no podría expresarse sin enunciar
   integralmente el sistema filosófico de cada pensador; tal es la íntima
   vinculación existente en la problemática filosófica.

   Cuando pregunta el hombre de la calle "¿qué es la filosofía?", espera como
   respuesta: la filosofía es tal cosa. Asigna a esa pregunta el mismo sentido que
   a todas las que se formula en la vida diaria. Cuando se pregunta: ¿qué es
   París?, se contesta: París es la capital de Francia. Mas con respecto a la
   filosofía nadie puede darle una respuesta concreta.

   En la mayoría de los casos la respuesta a la pregunta "¿para qué sirve la
   filosofía?" será negativa: la filosofía no sirve para nada. Quien se pregunta
   para qué sirve la filosofía no percibe que esta interpretación sólo tienen sentido
   si se considera a la filosofía como un medio para alcanzar un fin. Preguntar
   para qué sirve una cosa es asignarle a esa cosa un valor instrumental. A nadie
   se le ocurriría preguntar para que sirve algo si no considera ese algo como un
   medio para alcanzar un fin.
La filosofía no puede ser definida. Definir es reducir a conceptos una realidad
determinada. Y la filosofía se resiste a ser reducida a conceptos; porque la
filosofía no es mero conocimiento racional de algo. Es más bien una actitud
espiritual, una manera de ser, una actitud frente al mundo. Por eso, más que de
filosofía debemos hablar de filosofar. El filósofo es tal en tanto filosofa y no en
tanto "sabe" en el sentido vulgar de la palabra "saber"; la filosofía se "vive".

Por eso es imposible enseñar filosofía. Puede enseñarse una disciplina formada
por proposiciones puramente racionales: pero no la filosofía, que no es un saber
puramente racional y que es por tanto intrasmisible. La filosofía no se enseña,
pero la filosofía sí se aprende.

Aprender filosofía no es aprender lo que dijo Fulano o Mengano, por más ilustre
que sea. Aprender filosofía es aprender a filosofar; es aprender a estar frente al
mundo en actitud resuelta y valiente, a interrogarle, a tratar de descubrir sus
secretos sin conformarse con las soluciones que ofrecen la ciencia y la religión. No
es que la filosofía sea contraria a la ciencia y a la religión, sino que está en plano
distinto. La ciencia y la religión tienen límites impuestos desde afuera; la filosofía
no tiene límites, porque los que se impone a sí misma son siempre provisorios.

Sorprenderá que un profesor de filosofía afirme que esta disciplina no se enseñe.
Pero así es: la filosofía no se puede enseñar; es decir, no se puede enseñar cómo
se enseña la ciencia y la técnica.

Enseñar filosofía es enseñar a tomar la actitud filosófica; es enseñar a
problematizar las cosas que nos rodean y a nosotros mismos; en una palabra, es
enseñar a filosofar. Para ello es necesario enseñar al discípulo a tomar esa
exactitud, sugerirle una manera de ser, inducirle a ver el mundo despojado de las
contingencias particulares. Pero no se puede enseñar filosofía a quien no es ya
filósofo; es decir, a quien no tenga ya una predisposición especial para mirar las
cosas; a quien no sienta en sí mismo un impulso que lo lleve a preguntarse qué
hay más allá de las cosas que nos rodean.

La filosofía es, pues, ante todo, un "hacer" del hombre. Este "hacer" del hombre,
que se llama filosofía, pone en juego la totalidad de la persona. Mal podría filosofar
el hombre si dispusiera únicamente de la razón o sólo de las formas de la
afectividad. La filosofía en una actividad irracional racionalizada. Su primer
momento está constituido por el asombro. El asombro no lleva a la
problematización. Problematizar las cosas: he aquí la verdadera actitud filosófica.
Su último momento es de carácter más bien racional y podría caracterizarse por el
afán o el espíritu de sistematización. Del asombro a la sistematización se mueve la
filosofía; de lo irracional a lo racional, pero siempre dentro de los estrictamente
humano.

La filosofía es, pues, el estudio de la realidad desde el punto de vista de la
totalidad. Ésta no es una definición de la filosofía, sino una caracterización más
que debe agregarse a las ya enunciadas.
II. ETIMOLOGÍA DEL TÉRMINO FILOSOFÍA

  Etimológicamente, filosofía procede de los vocablos griegos Phileo (amor) y
Sophia (sabiduría). Significa pues, amor a la sabiduría. El verbo fileo, además de
amar, tiene el significado de tender, aspirar. Si el término filosofía significa amor a
la sabiduría o al saber, filósofo será el amante de la sabiduría.

Se atribuye a Pitágoras (496-580 a. C.) la precisión del término filósofo cuando
León, rey de los Fliacos, preguntó a Pitágoras cual era su profesión, este contexto
que no era sabio (sofos) sino simplemente un filósofo (amante a la sabiduría,
aspirante a ella).

El que es sabio, no filosofa. Lo mismo sucede con los ignorantes; ninguno de ellos
filosofa, ni desea hacerse sabio, porque la ignorancia produce el pésimo efecto de
persuadir a los que no son sabios, de que lo son, porque ninguno desea las cosas
de que se cree provisto.

El filósofo, pues, no es ignorante, porque busca la sabiduría, la ama, la desea,
tiene afán de saber, nunca está satisfecho con lo que sabe, dirá con Sócrates:
"Solo sé que no sé nada".

Filosofar es reconocer, la propia ignorancia, la indigencia, y aspirar
constantemente a la sabiduría, a la riqueza. El móvil del filosofar tiene que ser el
amor, un amor fuerte, constante, siempre ávido. No se trata de un quehacer
meramente intelectual, sino que compromete a toda la persona.

III.    DIVERSAS          CONCEPCIONES              DE       LA       FILOSOFÍA

El concepto de filosofía se ha venido modificando a través de la historia. La
filosofía al igual que todas las creaciones del hombre (arte, ciencia, religión, etc.),
es histórica. No puede comprenderse la filosofía si no se relaciona con el hombre
y con las situaciones concretas en que ésta se da. De hecho, no puede hablarse
llanamente de filosofía ya que esto sería demasiado abstracto. Sólo puede
hablarse de filosofía griega, filosofía cristiana, etc., o sea, de la filosofía dentro de
una circunstancia determinada.

Es conveniente caracterizar -aunque sea de manera general- este concepto en
diversos momentos de la historia y particularmente en los filósofos según la época
que les tocó vivir.

Los primeros filósofos, los presocráticos, aluden primordialmente al logos como
principio o concepto explicativo del universo. La razón sería así un instrumento de
certeza. Son estos filósofos quienes enseñan las primeras respuestas a partir de
la pregunta fundamental que interroga por el origen del cosmos.
Para Sócrates, la tarea de la filosofía consiste en un conocerse a sí mismo. Para
los sofistas Protágoras y Gorgias, contemporáneos de Sócrates, la filosofía tiene
por objeto estudiar al hombre quien por cierto se define como "la medida de todas
las cosas".


Para Platón, la filosofía tiene por objeto la adquisición del conocimiento,
conocimiento que no tienen como base las cosas sensibles porque en estas, dice,
no se encuentra una verdad segura. El verdadero conocimiento, entonces, se
encuentra según Platón, en el mundo de las ideas o lugar celeste, pues las ideas
son los modelos eternos (lo que no cambia) y son las verdaderas esencias de las
cosas. En este sentido, la filosofía será una constante búsqueda de la verdad y de
la belleza.


Para Aristóteles, la filosofía es una ciencia que se ocupa de las causas y de los
principios de las cosas. En este sentido, la filosofía para Aristóteles es una ciencia
o conocimiento verdadero de lo universal y no de las cosas meramente
particulares.

Con los escépticos, los epicúreos, los estoicos y cínicos, la filosofía cambia de
dirección. La filosofía ahora, busca encaminar las acciones de los hombres hacia
una vida moral o recta. Se puede decir que con estos filósofos, en lugar de tener la
filosofía un saber estrictamente teórico, presenta ahora un interés orientado a los
problemas morales. La filosofía, en este sentido, será maestra de la vida, o bien,
guía de la virtud. Todas estas escuelas se centran en las cuestiones morales.

Por su parte, Santo Tomás de Aquino concibe la filosofía como subordinada a la
teología: La filosofía es sierva de la teología. La relación que guardan es la misma
relación que se establece entre la fe y la razón. Por ejemplo la ciencia
caracterizada fundamentalmente como racional, deberá esclarecer y fundamentar
los dogmas cristianos.

Para Descartes y los racionalistas, la filosofía es el estudio de la sabiduría tratando
de conocer las primeras causas de las cosas. Ese estudio debe partir de principios
evidentes y, con un método matemático, de construir un sistema de verdades.

Para Hume y los empiristas, la filosofía se ocupa de analizar las condiciones del
conocimiento humano.

Para Kant, la filosofía es una reflexión sobre la cultura humana, es decir: la
ciencia, el arte, la moral, la religión. Kant tiene el mérito de haber criticado y
superado a la metafísica, por lo que se puede señalar: que según este filósofo, la
filosofía es una ciencia crítica que se propone delimitar los alcances del
conocimiento humano.
En fin, las definiciones sobre la filosofía se continúan e incluso se multiplican a lo
largo de la historia. Hegel, Marx, B. Russell, Wittgenstein, entre otros, son quienes
también han aportado otras tantas definiciones y concepciones de ésta cada uno
desde su particular perspectiva. Veamos algunos de estos pensamientos en torno
a la filosofía:

* La filosofía es la autorreflexión del espíritu sobre sí mismo, o el conocimiento del
desarrollo del espíritu desde los seres inferiores hasta el Espíritu Absoluto (Hegel).

* La filosofía es una saber crítico de la realidad existente, pero esta crítica no
basta, porque la filosofía debe ser, además, práctica, esto es, práctica
revolucionaria que influya en la transformación de una realidad social (Marx).

* La filosofía surge de la vida, por la necesidad vital que tenemos de unificar los
fenómenos. La filosofía, como la vida, es irracional (Dilthey).

* La meta de la filosofía es el esclarecimiento lógico de los pensamientos. La
filosofía no es una teoría sino una práctica (Wittgenstein).

* Pero la filosofía es un sistema de acciones vivientes, como pueden serlo los
puñetazos, sólo que los puñetazos de la filosofía se llaman ideas (Ortega y
Gasset).



IV. EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA FILOSOFÍA

Seguramente a quien se inicia en la filosofía le habrá causado sorpresa la gran
variedad de definiciones y concepciones filosóficas.

Seguramente el lector se preguntará: ¿cuál es la filosofía correcta entre tantas
definiciones? En contraste con la filosofía, las ciencias naturales parecen estar
fincadas sobre bases firmes: presentan una sistematicidad o unidad teórica
estable. La filosofía comenzó por ser madre de todas las ciencias, pero al paso del
tiempo las filosofías se multiplicaron.

Las ciencias, por el contrario, al desprenderse de la filosofía, observamos que
delimitan su objeto de estudio, es decir, se fijan por así decirlo un campo
específico de análisis sobre el cual recae su investigación. Pero la filosofía, al
pluralizarse su objeto de estudio, se torna más complicada, a punto que ahora nos
preguntamos: ¿cuál es el objeto de estudio de la filosofía?, ¿cuál es la filosofía
correcta que debemos adoptar? Con respecto a la pregunta sobre cuál es la
filosofía correcta, señalaremos que no hay filosofías verdaderas ni filosofía falsas.
Son simplemente diversos modos de hacer filosofía porque los objetos de su
análisis o reflexión se han venido modificando en el desarrollo de la historia.

En este sentido, vemos parecer varios modos de hacer filosofía, o dicho de otro
modo diversas maneras de reflexión filosófica. Y en el mismo sentido te
preguntarás: ¿cuál es ahora la filosofía que debo escoger? Te podríamos
contestar:

"La que mejor responda a los intereses y aspiraciones que dan sentido a la vida:
puede, por tanto, ser esta o aquella filosofía, pero siempre evitar el dogmatismo
dejando abierta la posibilidad de contrastarla con otras posiciones filosóficas. Éste
es el antídoto verdadero contra todo dogmatismo que es incompatible con el
verdadero filosofar".

La filosofía en la antigüedad tenía por objeto de estudio la totalidad de las cosas
(es decir, la realidad o el ser en su totalidad), actualmente se discute si es el ser
en general sobre el que recae la reflexión filosófica.

La filosofía no es ya un saber de lo absoluto ni sustituye a una ciencia particular, ni
es tampoco una ciencia suprema en relación con las demás.

De esta filosofía se han desprendido las ciencias particulares o bien se han
diversificado en múltiples campos u objetos de reflexión.

La filosofía continúa esclareciendo la relación que guarda el hombre en el
entramado de las relaciones sociales, políticas, económicas e ideológicas, o bien,
como afirma la filosofía analítica, analiza los métodos y las teorías de las ciencias
particulares. También pueden asignarse como tareas propias de la filosofía los
problemas relativos al arte, la literatura, la política y la moral.

V. LA FILOSOFÍA Y OTRAS DISCIPLINAS

En la Antigüedad, y sobre todo en Grecia, la división del ámbito total de los
conocimientos humanos era, pues, primordial y esencialmente, a la que distinguía
entre el conocimiento vulgar y el conocimiento filosófico, esto es, la ciencia.

Con la aparición de la teología de la fe el organismo del conocimiento científico se
agrupó de otra manera. El saber filosófico, aun conservando sus internas
divisiones, hubo de ser contrapuesto, no sólo como ciencia, a los conocimientos y
opiniones vulgares, sino, también, en cuanto ciencia meramente natural, a la
sabiduría teológica, fundamentada en datos revelados. La división fundamental
consistió, así, dentro de la ciencia, en distinguir los conocimientos puramente
racionales, de los que connotaban un origen sobrenatural y especialmente divino.
Pero también se llegó a un divorcio entre ambas formas de ciencia.
Frente a esta milenaria tradición de unidad la Edad Moderna ha sido el tiempo de
la radical desmembración y fractura del saber humano. Cada grupo o conjunto de
conocimientos recaba para sí, de una manera exclusiva, el verdadero título de
ciencia, y acontece, por cierto, que las que hasta entonces lo habían sido de una
manera menos rigurosa, comienzan pretendiendo un trato de igualdad con
relación a las más perfectas, y acaban por creerse superiores a ellas. Tal es el
caso extremo del "positivismo", donde la teología y la metafísica se entienden
"superadas" por las nuevas ciencias, que se despreocupan de toda clase de
intereses trascendentes.

De esta manera, en su presente estado, el ámbito de los conocimientos científicos
viene a organizarse, en su conjunto, de la siguiente forma: 1 la teología de la fe; 2
la filosofía, que abarca tanto la que lo es de una manera propia y adecuada -la
metafísica-, analógico (las ciencias filosóficas particulares, pero no autónomas); 3
todas las ciencias estrictamente particulares.



1) Filosofía y ciencia

La investigación de una parte de la realidad por sus causas inmediatas, es el
objeto de la ciencia.

La investigación de toda la realidad como un todo y su explicación por las causas
primeras dentro del orden natural, es el objeto de la filosofía. Decimos dentro del
orden natural para indiciar el uso de la razón y de los sentidos en dicha
investigación.

La ciencia, utiliza la inducción, la deducción y la verificación; la filosofía tiene un
uso restringido de esos métodos. La filosofía busca las esencias, lo inmutable, lo
universal de las cosas, mediante sus causas primeras. La ciencia usa la hipótesis,
la teoría para llegar finalmente a la ley, que puede ser representada
matemáticamente.

Hay varias opiniones respecto a la relación entre ciencia y filosofía. Algunos creen
que ambas se oponen en o por lo menos que no hay relación entre una y otra, ya
que se diferencian en sus objetivos y en sus métodos. Otros, por el contrario,
identifican ciencia con filosofía y afirman que la ciencia es solo una etapa de la
investigación filosófica, ya que la filosofía es una entre tantas ciencias.

Creemos que en realidad, ciencia y filosofía deben distinguirse y complementarse.
Ambas tienen como objetivo descubrir la verdad, cada una en sus campos
propios. Por ejemplo en el estudio del ser, la ciencia estudia los seres existentes
(los entes) y de esos entes indaga los fenómenos, las manifestaciones de dichos
entes que pueden ser captadas por nuestros sentidos. La filosofía trata de indagar
el misterio del ser, que se manifiesta en los entes. "La ciencia tiene como fin
escuchar la voz de los entes, la filosofía, escuchar la voz del ser en los entes..."
Pueden cometerse dos errores: pretender que la única vía para investigar la
verdad es la filosofía y minimizar la investigación por medio de los sentidos y de
los métodos científicos. El otro error sería el cientificismo que pretende que el
único conocimiento válido es el obtenido por los sentidos, cuyos resultados
pueden matematizarse. Un buen ejemplo de la complementación entre filosofía y
ciencia, la encontramos en el pensamiento y proceder de los grandes filósofos y
científicos. Tomemos el ejemplo de Einstein, cuyos escritos acerca de la física
moderna se acercan tanto a la filosofía.

VI. TEMAS Y DIVISIÓN DE LA FILOSOFÍA

 Existen muchos puntos de vista para hacer una división de la filosofía. La
pesquisa filosófica se orienta hacia tres objetos fundamentales: 1.- El
conocimiento del SER (general y particular); 2.- El conocimiento del YO y sus
relaciones con el ser; 3.- El conocimiento del conocimiento. A cada uno de estos
objetos, corresponde un grupo de disciplinas cuyo objeto constituye la filosofía.


Primer grupo: estudio del ser, objeto de la METAFÍSICA, que se divide en
general y toma el nombre de ONTOLOGÍA, y especial porque estudia algunos
seres de suma importancia: el mundo (la Cosmología) y Dios (teodicea o teología
natural).

Segundo grupo: estudio del Yo, comprende la psicología filosófica. Las
relaciones del Yo con los demás seres son objeto de la Axiología, a la que a su
vez se divide en Ética y Estética.

Tercer grupo: el estudio del propio conocimiento es llevado a cabo por la teoría
del conocimiento (llamada también Epistemología y Gnoseología). La lógica
estudia los pensamientos en cuanto a tales y formula las reglas del pensar
verdadero.

Si tomamos como base la historia de la                filosofía,   encontramos   que
cronológicamente, estos son los temas tratados:

1.- El mundo, la naturaleza.

2.- El hombre, especialmente su conducta.

3.- Dios, en su relación con el hombre y con el mundo.

4.- El conocimiento, su naturaleza, origen, validez, trascendencia.

5.- La existencia humana.
Santo Tomás de Aquino divide así la filosofía:



Filosofía natural (orden del ser real).


Física: el ser en movimiento.


Matemática: el ser medido.


Filosofía primera: el ser en cuanto ser.


Filosofía racional (orden del ser pensado). Lógica (mayor y menor).


Filosofía moral: Ética, Economía, Política.



Esta es la división de la filosofía del maestro Antonio Caso:



¿Qué es? Metafísica: Ontología, Psicología racional, Cosmología.


Filosofía




Podemos resumir y aclarar las anteriores divisiones diciendo que la filosofía debe
estudiar:



1.- El propio conocimiento (capacidad del entendimiento humano para llegar a la
verdad).
2.- El SER, en general y en sus manifestaciones más significativas: el mundo, el
hombre, Dios.
3.- Los valores como consecuencia de la relación del hombre con Dios, con los
demás hombres, con la naturaleza.



La metafísica es la ciencia fundamental de la filosofía, es lo que viene más allá de
la naturaleza, más allá de lo físico. Trata los problemas centrales y más profundos
de la filosofía, tales como los fundamentos (presupuestos, causas y "primeros
principios"), las estructuras más generales (leyes y principios), el sentido y la
finalidad de la realidad toda y de todo ser.

Se discute que la palabra "metafísica" fue empleada por primera vez por
Andrónico de Rodas (filósofo griego, Siglo I A.C.).Primero se utilizó en el nombre
de los libros de Aristóteles, ya que en la antigüedad los tratados se conservaban
en legajos cilíndricos, ocurrió que Aristóteles había titulado todos excepto aquél
que trataba de el "Alma" y la "Personalidad". Cuándo sus discípulos iban a la
biblioteca a consultarlo, no podían pedirlo por su título entonces decían "el que
está al lado de Física (meta-physica), pues se hallaba junto al otro tratado
aristotélico, el de Física.

Metafísica es, desde entonces, el nombre del saber más elevado que cabe
alcanzar. La cuestión esencial consiguiente es: ¿y dónde se encuentra ese
saber?, ¿sobre qué debe versar y cómo se puede alcanzar? Es aquí donde es
comprensible, entonces comienzan las interminables discusiones entre los
metafísicos.

La Metafísica trata las "cuestiones últimas"; pero, ¿cuáles son esas cuestiones?
Hay muchos modos de presentarlas y no todos estos enfoques son compatibles
ente sí: ¿Por qué existen las cosas? ¿Por qué es el ser y no más bien la nada?
¿Existe un dios y qué características poseería en caso de existir? ¿Cuál es la
diferencia entre materia y espíritu, etc.

El campo de trabajo de la metafísica comprende los aspectos de la realidad que
no se pueden investigar empíricamente, es decir, aquellos que son inaccesibles a
la investigación científica. Desde Kant (filósofo alemán que se apoya en los
empiristas), una afirmación es metafísica.

Se dice que el ser humano tiene una predisposición natural hacia la metafísica.
Kant la consideró una "necesidad inevitable", incluso se llegó a definir al ser
humano como un "animal metafísico" (ser que se dedica a la metafísica). Martín
Heidegger (filósofo Alemán) ha replanteado todos los asuntos metafísicos
introduciendo en ellos una transformación radical que necesariamente tiene que
tomarse en cuenta.

Los principales objetos de investigación de la metafísica son: el ser, la
realidad, la nada, la mente, la naturaleza, Dios, la verdad, la libertad, la posibilidad,
el cambio, etc.; la relación entre los universales y particulares, la determinación de
la relación entre realidad y la realidad tal como se la presenta el hombre a través
de su capacidad para acceder al conocimiento, la relación entre ser y deber ser.

En la actualidad la palabra metafísica se usa para designar la filosofía sin más,
o se la hace equivalente a la ontología. También se considera que es la disciplina
básica o fundamental de la filosofía. Dentro de la filosofía se distingue la
metafísica de otras vertientes suyas como la lógica, la ética, la teoría del
arte(estética), la axiología, teoría de valores(estimativa), la antropología filosófica,
la teoría del conocimiento (gnoseología), la filosofía de las ciencias
(epistemología), la filosofía del lenguaje, la filosofía política.

En ámbitos ajenos a la filosofía universitaria, se considera que el término se
utiliza para designar todo lo que trasciende de lo material, las más de las veces
errando y no usando el término espiritual o trascendente, más adecuado según
cada caso.

Entonces, la metafísica se puede definir como el estudio de las
características de la realidad que trascienden lo sensible, es decir, del ser
como esencia de la realidad, así como sus propiedades, principios y causas.

VII. IMPORTANCIA Y UTILIDAD DE LA FILOSOFÍA

 La importancia y utilidad de la Filosofía es una verdad práctica y de sentido
común. Si se considera la Filosofía por parte de su etimología, nada más digno del
hombre, como ser inteligente, que el amor de la sabiduría.

Si se considera la misma por parte de su significación real, para reconocer a
primera vista su importancia y utilidad basta tener presente:

1º que por medio de ella se desarrollan, robustecen y perfeccionan las facultades
del hombre, y principalmente las intelectuales, por razón de las cuales el hombre
se distingue y se eleva sobre todos los demás seres del mundo, lo cual vale tanto
como decir que la Filosofía constituye la perfección más noble y característica del
hombre como ser inteligente en el orden natural.


2º El oficio y efecto de la Filosofía es por una parte dirigir y conducir al hombre al
conocimiento y posesión de la verdad, y por otra ordenar y dirigir sus acciones
morales en armonía con el conocimiento y posesión de Dios como último fin del
hombre por medio de la práctica de la virtud: y la virtud y la verdad son los bienes
más excelentes, o mejor dicho, los únicos bienes verdaderos a que el hombre
debe aspirar en esta vida.
San Agustín decía: que puesto que Dios es la misma sabiduría, el verdadero
filósofo es aquel que ama a Dios. Sentencia que puede acomodarse sin violencia
a lo que acabamos de decir de la Filosofía, por más que su sentido natural en San
Agustín se refiera a la sabiduría sobrenatural.


3º La historia enseña que la Filosofía, a vuelta de muchos y graves errores, ha
contribuido poderosamente al desarrollo y progreso de las ciencias, así naturales y
físicas como morales y políticas, las cuales todas tienen su base y reciben sus
principios de la Filosofía, que viene a ser como el tronco del cual derivan todas
aquellas ciencias de una manera más o menos inmediata y directa.

Lo mismo puede decirse del desarrollo y progreso de las instituciones sociales y
políticas, de la legislación, y en general de los principales elementos y
manifestaciones de nuestra civilización.


4º Ni es menos evidente la utilidad de la Filosofía bajo el punto de vista cristiano;
pues la experiencia, la historia y la razón enseñan de consuno:

1) que la Filosofía abre y prepara el camino para reconocer la verdad de la
Religión Cristiana: 2) que sirve de poderoso auxiliar a la fe, ya para defenderla
contra los ataques de los herejes e incrédulos, ya para poner de relieve su verdad
y sus ventajas, ya para exponer y desarrollar de una manera racional y científica
sus dogmas, y sobre todo y principalmente, para sistematizar la doctrina de la
revelación por medio de la Teología, la cual recibe de la Filosofía su organismo
científico.

Para que la Filosofía pueda obtener estos resultados es preciso que se sujete a
las leyes de la filosofía cristiana.

VIII.      LEYES         DE         LA        FILOSOFÍA          CRISTIANA

Las cuales pueden reducirse a las siguientes:

1ª No enseñar ni afirmar cosa alguna que se oponga a las verdades reveladas por
Dios. Una verdad no puede ser contraria a otra verdad; y las verdades enseñadas
por Dios poseen los caracteres de certeza absoluta, siendo como es imposible que
Dios sea falible o engañe a otros.

2ª Exponer los problemas fundamentales de la Filosofía de tal manera que su
solución no conduzca lógicamente a conclusiones o deducciones que no puedan
conciliarse con las verdades de la revelación. Si, como hemos dicho más arriba,
una verdad no puede ser contraria a otra verdad, deberemos desconfiar con
justicia de toda solución determinada de algún problema filosófico, si esta solución
conduce lógicamente a deducciones o doctrinas contrarias a la verdad revelada.
3ª Conservar la vista fija en las verdades de la revelación, ya porque sirven de
punto de apoyo y de partida para proceder con seguridad en la investigación y
solución de los problemas filosóficos, ya principalmente porque estas verdades,
como manifestaciones que son de la Razón divina derraman mucha luz sobre las
verdades del orden puramente natural y especialmente sobre ciertos problemas
filosóficos de la mayor importancia y trascendencia. La misma historia de la
Filosofía nos revela que la doctrina católica ha hecho relativamente fácil y sencilla
la solución de los grandes problemas sobre el origen del mundo, sobre la
providencia y acción de Dios en el universo, sobre la naturaleza y origen del mal,
sobre el destino del hombre sobre la tierra y su último fin después de la muerte,
problemas en orden a los cuales la antigua filosofía pagana caminaba envuelta en
sombras y perpetuas contradicciones.


4ª Ilustrar, confirmar y desenvolver aquellas verdades que, aunque consideradas
en sí mismas, no son superiores a la razón humana, pertenecen al propio tiempo a
la revelación, ya por razón de su importancia moral y religiosa, ya principalmente
porque si no exceden las fuerzas físicas de la razón, sí exceden las fuerzas
morales de la generalidad de los hombres, los cuales no se hallan en aptitud y
condiciones para llegar a su conocimiento de aquella manera pronta, expedita y
segura que reclama su importancia en el orden moral, social y religioso. Tales son,
entre otras, la existencia y providencia de Dios, la inmortalidad del alma, su
destino presente y futuro, la creación libre del mundo.


5ª Indicar y exponer la relación que algunas verdades reveladas y superiores a la
razón tienen con otras verdades puramente naturales, como sucede, por ejemplo,
con los dogmas relativos a la gracia y al pecado original, dogmas en los cuales el
filósofo cristiano descubre relaciones y analogías con ciertos fenómenos naturales
y de experiencia, y que al propio tiempo derraman viva luz sobre ciertos problemas
filosóficos.

6ª Tener presentes los escritos y tomar en cuenta la doctrina filosófica de los
Padres de la Iglesia y Doctores escolásticos, y con especialidad de Santo Tomás;
porque en las obras de los Padres de la Iglesia y de los Escolásticos, se halla
contenida la filosofía cristiana, y por consiguiente la filosofía verdadera en cuanto
a la solución de los problemas fundamentales y más importantes de la Filosofía.

Esto no quiere decir que se halle todo en aquellos escritos, ni tampoco que
hayamos de adoptar siempre sus opiniones filosóficas, especialmente cuando se
trata de materias o problemas de importancia secundaria, ni menos que su
filosofía sea completa quoad omnia, de modo que no pueda ser modificada,
perfeccionada y completada en muchas materias con el progreso y doctrinas de la
filosofía moderna.
Sin embargo, con respecto a Santo Tomás, bien puede decirse que en sus
diferentes obras se encuentra cuanto de sólido y verdaderamente filosófico ha
añadido la filosofía moderna a la antigua de los Padres y Escolásticos.

Una filosofía escrita y enseñada con sujeción a estas leyes será una filosofía
cristiana, y por lo mismo sólida y verdadera, en la cual no hallarán cabida los
monstruosos errores del positivismo y panteísmo que degradan y desprestigian a
la filosofía moderna.

   4. LOS MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA

     La disposición de la mente para plantearse los problemas de la realidad y
   resolverlos, es lo que constituye la actitud filosófica. Esta actitud comprende
   tres actividades fundamentales: la primera actividad es la disposición
   problemática; la segunda la disposición teorética y, la tercera la voluntad de
   abstracción. La segunda actividad es la que fija el método y elabora un
   sistema.

   El método científico emplea la inducción, la deducción y la verificación. A la
   filosofía le es impracticable el método científico.

   Fundamentalmente se han establecido dos caminos para llegar a la verdad en
   filosofía: el método DISCURSIVO que busca la verdad discurriendo alrededor
   de las cosas hasta aprehenderlas a través de diversos momentos; por eso es
   un método indirecto o mediato. El método INTUITIVO busca la verdad directa o
   inmediatamente de las cosas, aprehendiéndolas en un instante.

   Entre los métodos discursivos, podemos señalar: la mayéutica de Sócrates, la
   dialéctica platónica, la lógica aristotélica, el método escolástico, el método de
   Descartes y la dialéctica hegeliana. Podemos agregar la fenomenología de
   Husserl.



   I. LA MAYÉUTICA DE SÓCRATES


   Propiamente a partir de Sócrates, o sea en el siglo IV antes de Jesucristo, en
   Atenas empezó a haber una filosofía consciente de sí misma y sabedora de los
   métodos que emplea. Sócrates es, en realidad, el primer filósofo que nos habla
   de su método. Sócrates nos cuenta cómo filosofa.

   ¿Cuál es el método que Sócrates emplea? Él mismo la ha denominado la
   mayéutica. Esto no significa más que la interrogación. Sócrates pregunta. El
   método de la filosofía consiste en preguntar.
Cuando se trata, para Sócrates, de definir, de llegar a la esencia de algún
   concepto, sale de su casa, se va a la plaza pública de Atenas, y a todo el que
   pasa por delante de él lo llama y le pregunta: ¿qué es esto? Así, por ejemplo,
   un día Sócrates sale de su casa preocupado en averiguar qué es la valentía,
   qué es ser valiente.

   Llega a la plaza pública y se encuentra con un genial ateniense. Entonces se
   dice: Aquí está; éste es el que sabe lo que es ser valiente, puesto que es el
   general, el jefe. Y se acerca y le dice: ¿Qué es la valentía? Tú que eres el
   general del ejército ateniense, tienes que saber qué es la valentía. Entonces el
   otro le dice: ¡Claro está! ¿Cómo no voy a saber yo qué es la valentía?

   La valentía consiste en atacar al enemigo y en no huir jamás. Sócrates se
   rasca la cabeza y le dice: Esa contestación que me has dado no es del todo
   satisfactoria; y le hace ver que muchas veces en las batallas los generales
   mandan al ejército retroceder para atraer al enemigo a una determinada
   posición y en esa posición echársele encima y destruirlo. Entonces el general
   rectifica y dice: Bueno, tienes razón.

   Y da otra definición; y sobre esta segunda definición, otra vez Sócrates ejerce
   su crítica interrogante. Sigue no quedando satisfecho y pidiendo otra nueva
   definición; y así, a fuerza de interrogantes, hace que la definición primeramente
   dada vaya atravesando por sucesivos mejoramientos, por extensiones, por
   reducciones, hasta quedar ajustada lo más posible, sin llegar nunca a ser
   perfecta.

   Ninguno de los diálogos de Sócrates, que nos ha conservado Platón -en donde
   reproduce con bastante exactitud los espectáculos o escenas que él presencia-
   consigue llegar a una solución satisfactoria, sino que se interrumpen, como
   dando a entender que el trabajo de seguir preguntando y seguir encontrando
   dificultades, interrogantes y misterios en la última definición dada, no se puede
   acabar nunca.

II. LA DIALÉCTICA DE PLATÓN

Platón perfeccionó el método de su maestro conservando la forma de contraponer
las ideas. Para Platón el elemento inicial del diálogo que el alma sostenía consigo
misma, es la IDEA INTUITIVA que se va esclareciendo a través del proceso crítico
que la razón sigue en su discurrir.
Este discurrir se realiza anteponiendo a cada idea (tesis) otra que la contradice
(antítesis) hasta lograr su depuración.

La existencia de la idea intuitiva la explica Platón mediante el mito de la caverna
(Platón, La República, libro séptimo).

Luego la dialéctica tienen dos partes: la intuición de la idea, y el esclarecimiento
de dicha idea.
Platón supone que el alma, antes de estar encerrada en el cuerpo, habitó en el
Topos Uranos, un mundo de perfección, donde conoció a las ideas, es decir las
esencias y modelos de todas las cosas. Al encarnar, olvido todo lo que vio.
Cuando el hombre busca la verdad tiene que recordar algo de lo que vio en el
Topos Uranos, este recuerdo es el elemento intuitivo inicial que tiene que
esclarecer mediante el método discursivo.

Este esclarecimiento nunca es absoluto y por ello el entendimiento humano nunca
puede lograr el conocimiento absoluto.



III. LA LÓGICA DE ARISTÓTELES

 Aristóteles busco los principios que rigen el tránsito de las ideas al discurrir en
busca de la verdad, y así descubrió las leyes que rigen el pensamiento. Elevó la
dialéctica a la categoría de ciencia, con el nombre de LÓGICA.

La lógica emplea la deducción: según este método, un conocimiento particular se
deriva (deduce, infiere) de otro general usando un tercero que le sirve de medio; si
en ese tránsito del uno al otro se cumplen las leyes descubiertas, el conocimiento
inferido es verdadero. Este mecanismo constituía el ORGANON (instrumento)
siendo el SILOGISMO su principal expresión.

Ejemplo de un sencillo silogismo y su esquema:

- Todo hombre es mortal (premisa mayor)

- Juan es hombre (premisa menor)

- Luego Juan es mortal (conclusión)

El silogismo tiene diversas formas y reglas propias.



IV. EL MÉTODO ESCOLÁSTICO



Esta concepción de la lógica como método de la filosofía es heredada de
Aristóteles por los filósofos de la Edad Media; los cuales la aplican con un rigor
extraordinario. Es curioso observar cómo los escolásticos, y entre ellos
principalmente Santo Tomás de Aquino, completan el método de la prueba, el
método del silogismo, como una especia de reviviscencia de la dialéctica
platónica.
El método que siguen los filósofos de la Edad Media no es solamente, como en
Aristóteles, la deducción, la intuición racional, sino que además es la
contraposición de opiniones divergentes. Santo Tomás, cuando examina una
cuestión, no solamente deduce de principios generales los principios particulares
aplicables a la cuestión, sino que además pone en columnas separadas las
opiniones de los distintos filósofos, que son unas en pro y otras en contra; las
pone frente a frente, las critica unas con otras, extrae de ellas lo que puede haber
de verdadero y lo que puede haber de falso. Son como dos ejércitos en batalla;
son realmente una reviviscencia de la dialéctica platónica.

Y entonces el resultado de esta complementación con el ejercicio de la educación
y de la prueba, da lugar a las conclusiones firmes del pensamiento filosófico.

Si resumimos lo esencial en el método filosófico que arranca de Sócrates,
pasando por Platón y Aristóteles, llega hasta toda la Edad Media en la Escolástica,
nos encontramos con que lo más importante de este método es su segunda parte.
No la intuición primaria de que se parte, de que se arranca, sino la discusión
dialéctica con que la intuición ha de ser confirmada o negada.

Lo importante, pues, en este método de los filósofos anteriores al Renacimiento,
consiste principalmente en el ejercicio racional, discursivo; en la dialéctica, en el
discurso, en la contraposición de opiniones; en la discusión de los filósofos entre sí
o del filósofo consigo mismo.



V. EL MÉTODO DE DESCARTES

 En cambio, a partir del Renacimiento y muy especialmente a partir de Descartes,
el método cambia completamente de cariz, y el acento va ahora a recaer, no tanto
sobre la discusión posterior a la intuición, como sobre la intuición misma y los
métodos de lograrla.

Es decir, que si el método filosófico en la antigüedad y en la Edad Media se
ejercita principalmente después de tenida la intuición, el método filosófico en la
edad moderna pasa a ejercitarse principalmente antes de tener la intuición y como
medio para obtenerla.

En el Discurso del Método, Descartes se preocupó por llegar a una evidencia
clara y distinta; es decir, cómo llegar a una intuición indubitable de la verdad. Los
caminos que conducen a esa intuición (no los que después de la intuición la
afianzan, la prueban, la rectifican o la depuran, sino los que conducen a ella) son
los que a Descartes le interesan principalmente.
El método es, pues, ahora preintuitivo, y tiene como propósito esencial lograr la
intuición. ¿Cómo va a poderse lograr la intuición?

No va a poderse lograr más que de un modo, que es buscándola, lo que quiere
decir dividiendo en partes todo objeto que se nos ofrezca confuso, oscuro, no
evidente, hasta que alguna de esas partes se nos convierta en un objeto claro,
intuitivo y evidente. Entonces ya tenemos la intuición

VI. LA DIALÉCTICA DE HEGEL



El término dialéctica ha tenido varios significados. Nace con Sócrates y significa
arte de dialogar. Tienen como fin definir los conceptos. En Platón la dialéctica es
un proceso lógico.

Consiste en remontarse del mundo sensible a las ideas, que constituyen su
principio. El filósofo irá de idea en idea hasta llegar a la idea del Bien, que es la
idea suprema. La dialéctica será el camino para llegar hasta el bien.

En Aristóteles la dialéctica se opone a la analítica. La dialéctica, será el estudio de
los razonamientos que sólo son probables, porque se fundan en simples
opiniones.

Encontramos aquí dos sentidos claramente distintos de dialéctica: para Platón es
el método para buscar la verdad; para Aristóteles es un razonamiento sin
fundamento ni verdad.


Para Hegel, la dialéctica es el método propio de la filosofía. Es a la vez una
marcha del pensamiento humano y un desarrollo de las cosas según su ley
inmanente. Hegel emplea la dialéctica para determinar el movimiento.


Puesto en forma esquemática diremos que: opone a un primer término (tesis) su
contrario (antítesis) que luego resume en un tercero (síntesis). Aplicando este
método a la ontología o tratado del ser diremos: SER (tesis) NO-SER (antítesis)
DENEVIR (Síntesis). Como se ve, Hegel considera el devenir (movimiento) como
la síntesis de toda la realidad.



VII. LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL

 Se asemeja más al método intuitivo. No es fácil aclarar ni el método ni la filosofía
de Husserl.
Según este filósofo alemán, la fenomenología es un método de conocimiento, y
consiste en la visión intelectual del objeto basándose en una intuición para llegar
al conocimiento de la esencia pura. Husserl llama a las cosas "lo dado" lo que se
nos presenta. Para realizar la visión intelectual y la intuición, hay que señalar la
"reducción" (es la epoké de los griegos: suspender el juicio, la afirmación o
negación sobre algo). Es preciso hacer una triple reducción o eliminación: eliminar
todo lo subjetivo (nuestra actitud ante el objeto debe ser objetiva, sin prejuicios);
eliminación de todo lo teórico (hipótesis, presupuestos, postulados que haya sobre
el objeto dado); eliminación de toda tradición (lo que se ha venido enseñando
acerca del objeto).

Una vez purificado el objeto hay que hacer aún una doble reducción o eliminación:
la de la existencia de las cosas (no la negación) y la de todo lo que puede ser
accesorio a la esencia de la cosa, para que quede la esencia pura.

Como se ve es una operación compleja y difícil, llamada por Husserl reducción
eidética, que no puede identificarse con la abstracción aristotélica.

Todavía dice Husserl que la cosa, lo dado es el "fenómeno", de allí el nombre del
método fenomenológico, pues el acto de intuir es una enunciación intelectual del
fenómeno, un "logos" mental.


VIII. LOS MÉTODOS INTUITIVOS

 Será una captación directa de la verdad. Es preciso distinguir la intuición sensorial
(que no es método filosófico) y la intuición espiritual que tiene tres caminos: el
intelectivo, el emotivo y el volitivo. Por la intuición intelectiva, el espíritu capta la
ESENCIA de los objetos; por la intuición volitiva, la EXISTENCIA, y por la emotiva
capta el VALOR de los mismos objetos. Henri Bergson empleo este método



   5. METODOLOGÍA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA



   I. CONCEPTO DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

   Aristóteles da comienzo a sus catorce libros Metaphysicorum con aquella
   afirmación de todos conocida, a saber: que todos los hombres desean
   naturalmente saber (omnes homines natura scire desiderant), o poseen
   natural inclinación a la ciencia. Afirmación es esta que, aunque parece vulgar a
   primera vista, encierra profundo sentido filosófico, según se desprende de las
   reflexiones luminosas que hace Santo Tomás al exponer y comentar, con su
   acostumbrada penetración y seguridad, esta sentencia del Estagirita.
A nuestro intento, sin embargo, en la ocasión presente, basta recordar que ese
deseo de saber, espontáneo y universal en el hombre, de que nos habla el
discípulo de Platón, es el grano de mostaza que creció y crece, se desarrolló y
se desarrolla, hasta constituir la ciencia filosófica, cuya historia tratamos de
escribir. Pero, ¿qué se entiende por esta ciencia filosófica? ¿Qué materias y
cuestiones constituyen la esencia y el ser de la Filosofía, y representan, por
consiguiente, el dominio y los límites de su historia?


Preguntas son estas que entrañan un problema nada fácil de resolver, al
menos con seguridad y precisión exacta. Porque, si volviendo la vista atrás,
echamos una rápida ojeada sobre el sentido y significación que se ha dado a la
palabra filosofía en diversas épocas y por diferentes autores, nos será
sumamente difícil determinar, circunscribir y fijar aquel sentido y aquella
significación, y, consiguientemente, la naturaleza y el dominio de la Filosofía y
de                                  su                                   historia.

Zeller observa con razón que la palabra filosofía recibió entre los griegos
sentidos y significaciones muy diferentes. Y, en efecto: si recorremos los
escritos de Herodoto, Jenofonte, Platón y Sócrates y algunos otros, veremos
que la denominación de filósofo se tomaba con frecuencia como sinónima de
sabio, de sofista, de físico o naturalista, y alguna vez se aplicaba a los poetas y
artistas.

En general, puede decirse que al principio toda cultura del espíritu humano, la
aplicación o ejercicio de su actividad en cualquiera de sus fases, la
manifestación, en fin, de la virtualidad y fuerza nativa de la razón humana en
esfera superior a la del vulgo o generalidad de los hombres, recibía el nombre
de          filosofía         y          también           de         sabiduría.

Porque es sabido que en sus primeros pasos estos dos nombres marcharon,
por punto general, confundidos y como identificados, y aun puede añadirse que
estuvo más en uso el segundo que el primero hasta la época de Pitágoras y
hasta la enseñanza de Platón, cuyos escritos contribuyeron mucho, no ya sólo
a generalizar el uso de la palabra filósofo, sino también a concretar y fijar su
verdadero                                                              sentido.

Al mismo resultado contribuyeron igualmente los escritos y la enseñanza de
Aristóteles; pues si bien es cierto que tanto éste como su maestro emplean
alguna vez la palabra filosofía en su sentido primitivo y vago, generalmente le
atribuyen     una    significación   concreta,     diferencial   y    científica.

Que si para Platón la Filosofía es el esfuerzo por medio del cual el espíritu
humano se eleva al conocimiento objetivo del ser y de la perfección moral, y
distingue lo que es de lo que aparece, lo inteligible de lo sensible y fenoménico,
para su discípulo la Filosofía es el conocimiento reflejo y sistemático de los
principios del ser y del conocer, la investigación científica del mundo y de sus
   primeras causas, y del hombre con sus potencias, su origen y sus fines.

En las escuelas que posteriormente se formaron al calor de la restauración
socrática, y bajo la influencia más directa e inmediata de Platón y Aristóteles, el
nombre y noción de Filosofía vuelven a perder la precisión y el sentido racional,
concreto y científico que habían recibido de la boca y en los escritos de aquellos
dos grandes filósofos.

En muchas de estas escuelas, la Filosofía queda reducida a la investigación ética,
o, mejor dicho, a la investigación de los bienes en que consiste la felicidad del
hombre, y medios de llegar a su posesión. En otras, la ciencia filosófica es
amalgamada y confundida con la erudición histórica, la crítica, la música, la
gramática y otras semejantes. En algunas, finalmente, el elemento mitológico, la
simbólica, la teurgia y la magia, absorben, si ya no decimos que ahogan, la
Filosofía, en el sentido propio de la palabra.

En resumen: desde los primeros tiempos históricos hasta Pitágoras, la
denominación de filósofo y la de sabio, equivalente por entonces de la anterior, se
daba a los que sobresalían o se distinguían del vulgo por alguna cultura superior
del espíritu, o porque poseían conocimientos especiales en cualquier ramo,
ciencias, artes, literatura, gobierno, y c., y también a los que se distinguían de la
generalidad por la práctica de la virtud o ejercicios de obras buenas. A esta
primera época podemos aplicar las palabras de Cicerón, cuando escribe: Omnis
rerum optimarum cognitio atque in his exercitatio Philosophia nominata est.

Desde Pitágoras hasta Aristóteles inclusive, el nombre y noción de la Filosofía se
determinan, aclaran y fijan paulatinamente hasta adquirir significación propia y
diferencial, y, por último, se presenta, aunque con cierta vaguedad, entre
vacilaciones pasajeras y con alguna obscuridad, como la ciencia del mundo, de
Dios y del hombre, como la investigación científica, consciente y refleja de la
esencia, de las leyes y de las relaciones de la realidad objetiva.

Y aquí es digno de notarse que algunos de estos filósofos, y principalmente
Sócrates y Platón, reconocen y confiesan que la ciencia que el hombre puede
alcanzar de estos objetos es muy imperfecta y como nada en comparación de la
ciencia de Dios, único verdadero sabio, y único que posee la ciencia verdadera y
digna de este nombre.

En las escuelas posteriores, la idea de la Filosofía, o se circunscribe a la
investigación de la felicidad de la vida humana y de sus condiciones, como las
escuelas cínica, cirenaica, epicúrea, y c., o amalgama y confunde toda clase de
conocimientos, desde la retórica y poética, hasta la magia y la simbólica, como las
diferentes ramas y fases del neoplatonismo, o subordina todos estos
conocimientos, lo mismo que la especulación metafísica, a la idea ética, como
aconteció en la escuela estoica, para la cual no había más Filosofía ni más
investigaciones metafísicas que el estudio y la práctica de la virtud, a la cual debía
subordinarse todo lo demás; pues, como escribía Séneca, Philosophia studium
virtutis est, sed per ipsam virtutem.

Despréndase de lo dicho que la historia de la Filosofía, ni debe abrazar todo lo que
algunas escuelas y filósofos apellidaron Filosofía, ni tampoco debe limitarse a lo
que otras escuelas y otros filósofos designaron con este nombre, sino que debe
marchar y moverse en relación y armonía con la noción o idea propia de la
Filosofía. La cual, según queda indicado, abraza el conocimiento racional, o al
menos la investigación científica de la esencia, leyes y relaciones generales de la
realidad.

La idea de Filosofía, y consiguientemente su historia, no descienden al objeto y
terreno propios de las ciencias particulares, consideradas como tales, sino que se
mantienen en las investigaciones, conocimientos y sistemas que de una manera
más directa y general se relacionan con Dios, el mundo y el hombre, que son los
tres grandes objetos que integran la realidad objetiva, cuya esencia, leyes
generales y relación, constituyen y representan la materia y como el objeto
específico de la Filosofía.

II. OBJETO DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

Historia de la Filosofía es la exposición fiel, científica y crítica de las doctrinas
filosóficas que ha habido en el mundo.

En realidad es una parte de la historia universal, ya que el conocimiento discursivo
y por las últimas causas que han tenido los hombres acerca de Dios, del Hombre y
del Mundo, es uno de los más importantes e influyentes hechos de la humanidad.

Podemos considerar la historia de la filosofía como: Historia, como crítica y como
ciencia. Como historia debe exponer fielmente las doctrinas filosóficas,
investigándolas en sus fuentes. Como crítica, debe juzgarlas imparcialmente a la
luz de la recta razón. Como ciencia, ha de señalar las causas que han dado origen
a las diversas doctrinas y por consiguiente, las relaciones de filiación y parentesco
que ligan unos con otros los sistemas.

El objeto primario de la historia de la filosofía es el estudio de las principales
escuelas, sistemas y teorías filosóficas que han existido en los pueblos cultos.

Escuela filosófica es un grupo de filósofos adictos a las enseñanzas
características de un Maestro. Ej.: Pitagorismo, tomismo, cartesianismo.

Sistema filosófico es un conjunto orgánico de doctrinas filosóficas. Ej.: el
materialismo, el empirismo, el idealismo.

Teoría filosófica es una hipótesis que trata de explicar un hecho o fenómeno
particular. Ej.: la teoría cosmogónica de Laplace para explicar el origen del
cosmos.
III. MATERIA Y FORMA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

La materia de la historia de la Filosofía es de dos maneras o especies: interna y
externa. La materia interna es la misma Filosofía considerada como esfuerzo
consciente, sistemático y progresivo de la razón, para el conocimiento de la
realidad concebida desde un punto de vista general, en su esencia, sus leyes y
sus relaciones fundamentales.

Si se quiere expresar la misma idea con otros términos, puede decirse que la
materia interna de la historia de la Filosofía son los varios sistemas filosóficos que
aparecen en diferentes puntos del espacio y del tiempo, como productos del
esfuerzo de la razón, o, mejor, como productos y manifestaciones del trabajo
metódico y consciente de la inteligencia en orden al conocimiento general y
científico de la realidad.

La razón, la experiencia y las ciencias históricas demuestran de consuno que la
inteligencia del hombre se halla sometida a ciertas condiciones exteriores que
influyen de una manera más o menos directa y eficaz en su desenvolvimiento, ora
favoreciendo y acelerando éste, ora contrariando su energía, ora comunicándole
determinada dirección.

Y esto es lo que constituye y representa la materia externa de la historia de la
Filosofía; porque la verdad es que esta historia no sería completa ni llenaría su
objeto si, al ocuparse de la materia interna y de los sistemas filosóficos, no se
hiciera cargo y no tomara en consideración los acontecimientos, circunstancias y
condiciones que ejercieron influencia más o menos eficaz y decisiva en el
desenvolvimiento de la razón filosófica, en el origen, naturaleza, direcciones y
efectos de los sistemas.

Pertenecen a este género y forman parte de la materia externa de la historia de la
Filosofía: a) la persona de los filósofos, con los datos referentes a su vida y
costumbres, a su carácter moral, a la fuerza o intensidad de su inteligencia, a sus
estudios, maestros, y c.; b) el grado y caracteres de la civilización del pueblo en
que nació o vivió el filósofo, la religión y la lengua del país, y la educación recibida;
c) el espíritu general de la época y la constitución e ideas políticas reinantes; y,
finalmente, en menor escala, el clima, las condiciones geográficas y geológicas del
país, los sucesos históricos contemporáneos o inmediatos, las revoluciones, y c.

Así como la combinación oportuna y racional de los términos y proposiciones
constituye la forma del silogismo, según los lógicos, así también la forma de la
historia de la Filosofía debe consistir, y consiste, en la coordinación metódica,
racional y oportuna de lo que constituye la materia interna y externa de la misma.

El elemento principal, la condición más indispensable para alcanzar esta
coordinación metódica que constituye la forma de la historia de la Filosofía,
consiste en no perder de vista que en esta historia debe entrar por mucho el
estudio y conocimiento de las causas y efectos que determinaron el proceso de los
múltiples sistemas filosóficos que en la misma se presentan.

En otros términos: entonces podrá decirse que la historia de la Filosofía posee su
verdadera y propia forma, cuando la materia interna y la externa reciban
disposición o combinación adecuada para representar con la posible claridad y
exactitud el desenvolvimiento sucesivo de la razón filosófica, juntamente con las
causas y razones del orden, alternativas y vicisitudes de este desenvolvimiento.

Dicho se está de suyo que no se trata aquí de lo que pudiéramos llamar la forma
externa y accidental de la historia de la Filosofía, o sea de la forma resultante de
las cualidades del estilo, división por capítulos, libros o párrafos, colocación de
textos, y c., sino que se trata de la forma interna y substancial, por decirlo así, por
medio de la cual la historia de la Filosofía, no solamente se distingue
esencialmente de todas las demás historias y ciencias, sino que, por razón de esa
forma, constituye un verdadero conjunto histórico-científico, con unidad una y
verdadera.

La forma de la historia de la Filosofía será imperfecta, si la disposición oportuna y
la combinación adecuada de los materiales no se halla informada y vivificada por
un criterio fijo, amplio y comprensivo, capaz de percibir el sentido íntimo y real de
los sistemas y doctrinas, comunicando al propio tiempo a su historia cierta unidad,
cierta uniformidad doctrinal, basada en la convicción real y en el criterio filosófico
del historiador. Porque no somos de aquellos que creen que el historiador de la
Filosofía debe carecer de sistema filosófico, o que al menos debe ocultar sus
ideas.

Lejos de eso, opinamos, por el contrario, que el historiador de la Filosofía necesita
tener un sistema, una concepción sistemática, un criterio general, que pueda
servirle de guía, de norma y como medida para comprender las doctrinas de los
filósofos, juzgar de su importancia y relaciones mutuas, discernir su valor real y la
naturaleza de sus resultados e influencias en la historia y la civilización. Cierto es
que el historiador de la Filosofía debe poner exquisito cuidado en no dejarse llevar
de sus aficiones y convicciones personales al juzgar y criticar las doctrinas de los
filósofos; cierto que debe ante todo exponer con fidelidad y exactitud las opiniones
y sistemas que se suceden en el campo de la Filosofía; pero de aquí no se infiere
que deba carecer de sistema propio.

Para exponer con imparcialidad y verdad las opiniones de los otros, no se necesita
ser escéptico o carecer de convicciones en la materia. Y es absurdo afirmar o
suponer que el mejor historiador de la Filosofía sería aquel que careciese de
sistema propio y de convicciones fijas en materia de Filosofía, como sería absurdo
pretender que el mejor historiador del Derecho sería un hombre que no profesara
opinión alguna determinada y fuera completamente escéptico en la materia.

Por punto general, en esta materia, como en tantas otras, los que hacen más
alarde de libertad de juicio, de amplitud de miras y de imparcialidad, son los que
en la práctica las observan menos y los que más se apresuran a juzgar de las
doctrinas y sistemas filosóficos, no solamente con sujeción a su criterio personal,
sino con sujeción a sus apasionamientos racionalistas y anticristianos

IV. MÉTODOS DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

1º.- Método biográfico que expone la vida del filósofo, sus obras y sus doctrinas;
busca las fuentes y los motivos de las ideas de cada filósofo y la influencia que ha
ejercido sobre los demás.

2º.- El doxológico que hace de las doctrinas el objeto primario, y de los datos
biográficos, el secundario.

3º.- El sistemático o monográfico, que trata por separado y sistematiza los
diversos problemas filosóficos, exponiendo en cada uno: su origen, desarrollo,
soluciones diversas. Ej.: el conocimiento humano, el origen del cosmos.

4º.- El método pragmático (pragma = hecho, práctica) compara unos con otros:
sistemas, escuelas, épocas, naciones, para deducir leyes generales del
pensamiento, o el origen y desenvolvimiento de una noción, teoría o sistema. Por
ejemplo, cuando se estudia, como recapitulación, el desarrollo, caracteres y frutos
de la filosofía helenística, medieval, renacentista, etcétera.

V. IMPORTANCIA Y UTLIDAD DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

La importancia y utilidad de la historia de la Filosofía se infiere y resulta de la
naturaleza misma de la Filosofía. Porque si ésta representa la evolución superior
de la razón humana como facultad de conocimiento en el orden natural; si la
Filosofía es la suprema de las ciencias humanas; si es la base y coronamiento de
todas las demás ciencias y aun de las artes; si lleva en su seno íntimas y múltiples
relaciones con la religión y el destino final del hombre, si la Filosofía representa y
contiene uno de los elementos más poderosos, eficaces y permanentes del
movimiento histórico y civilizador del género humano, evidente será de toda
evidencia, que son muy grandes e incontestables la importancia y utilidad de su
historia.

Así, pues, la historia de la Filosofía es una especie de complemento de la
Filosofía, y desde ese punto de vista, su importancia y utilidad vienen a
confundirse e identificarse con la utilidad e importancia de la misma Filosofía.

En este concepto, la historia de la Filosofía se halla en contacto con todos los
grandes objetos de la actividad humana, e influye de una manera directa o
indirecta en casi todas las ciencias y artes, en el conocimiento del proceso y
vicisitudes de la historia humana, y facilita el camino para conocer, juzgar y medir
la naturaleza de las diferentes civilizaciones, y la de las diferentes fases o
manifestaciones religiosas que dominaron y dominan entre los hombres.
Por otra parte, con el estudio de la historia de la Filosofía, el espíritu adquiere
insensiblemente cierta independencia y superioridad para juzgar y criticar las
doctrinas; se pone en estado de conocer y aplicar las reglas más convenientes
para la investigación científica de la verdad; descubre nuevos caminos y
direcciones posibles en el desenvolvimiento de la razón y de la ciencia,
ensanchando los horizontes de ésta.

A esto se añade que es auxiliar muy eficaz y poderoso para marchar con relativa
seguridad por los caminos de la verdad y de la ciencia, y para conocer las
aberraciones de la razón humana, sus causas y efectos, conocimiento que es
resultado natural y lógico del estudio de la historia de la Filosofía.

Y este estudio contribuye también, y no poco, a desterrar las preocupaciones o
prejuicios; a imprimir en el espíritu elevación de miras, y a comunicarle cierta
modestia y sobriedad de juicio, muy en armonía con las prescripciones del
Catolicismo, y muy en armonía también con la dignidad del hombre y de la ciencia.

Empero téngase presente, y no se olvide nunca, que la modesta sobriedad de
juicio que prepara e inspira el estudio recto de la historia de la Filosofía, no debe
confundirse ni con la mentida sobriedad del eclecticismo, que envuelve la
negación de la verdad real y absoluta, ni mucho menos con esa indiferencia de
que algunos alardean, que concede iguales derechos a la verdad y al error, al bien
y al mal, indiferencia absurda e inmoral, que coincide y se identifica con el
escepticismo absoluto.

VI. VISIÓN PANORÁMICA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

Por supuesto que existen varios criterios para dividir la historia de la filosofía,
como los hay para la división de la historia universal. Aquí expondremos uno de
esos variados criterios.

1.- FILOSOFÍA GRIEGA (Siglos VI a. C. al III d. C.)

Constituye la superación de los antiguos mitos cosmogónicos al intentar una
comprensión racional del universo mediante abstracciones inteligibles. La filosofía
griega la podemos dividir en diversos períodos y escuelas de la siguiente manera:

A) Período cosmológico o presocrático: Se extiende desde el siglo VI a.C.
hasta el año 450 a. C.

- Escuela jónica
Tales
Anaximandro
Anaxímenes

- Escuela pitagórica
Pitágoras
- Escuela eleática
Parménides
Zenón
Meliso

- Escuela pluralista
Empédocles
Anaxágoras
Demócrito

B) Período antropológico o sistemático: Comprende desde el año 450 hasta
el 322 (muerte de Aristóteles).
- Sofistas
- Sócrates
- Platón
- Aristóteles

C) Período Helenístico-Romano: Desde el año 322 hasta el siglo III d. C.

Aparecen las siguientes escuelas:
- Escuela cínica - Diógenes
- Escuela cirenaica - Aristipo de Cirene
- Escuela estoica - Zenón de Citio
- Escuela epicúrea - Epicuro
- Escuela escéptica - Pirrón
- Escuela neoplatónica - Ammonio Sacas

2.- FILOSOFÍA MEDIEVAL (Siglos III a XV).

Comprende el estudio de la filosofía cristiana y patrística, la filosofía judía e
islámica, y sobre todo la filosofía escolástica, representada por el tomismo.

A) Patrística: Defensa del cristianismo contra los ataques del paganismo.

- Escuela gnóstica

- Apologetas
San Justino
San Ireneo
Tertuliano
Orígenes
San Clemente de Alejandría

- San Agustín

B) Filosofía árabe y judía: Transmisión del pensamiento aristotélico a los
países occidentales.

- Árabes
Avicena
Averroes

- Judíos
Maimónides

C) Escolástica: Método y sistema de pensamiento característico de la Edad
Media.

- Inicios (Siglo IX)
Juan Escoto Eríugena
San Anselmo

- Apogeo (Siglo XIII)
San Alberto Magno
Santo Tomás de Aquino
San Buenaventura
Rogerio Bacon

- Decadencia (Siglo XIV-XV)
Duns Escoto
Guillermo de Ockam
Nicolás de Cusa

3.- FILOSOFÍA MODERNA (Siglos XVI al XIX)

Aquí se estudiará el Renacimiento, la reforma, el racionalismo de Descartes y sus
continuadores, el empirismo inglés, la ilustración, el idealismo alemán.

- Renacimiento
Juan Luis vives
Erasmo de Rotterdam
Tomás Moro
Nicolás Maquiavelo

- Reforma
Martín Lutero
Juan Calvino

- Racionalismo cartesiano
Descartes
Malebranche
Pascal
Spinoza
Leibniz

- Empirismo inglés
Francis Bacon
Hobbes
Locke
Berkeley
Hume

- Ilustración
Voltaire
Montesquieu
Rousseau

- Idealismo alemán Kant
Fichte
Schelling
Hegel

4.- FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA (Siglos XIX al XX)

Aquí se estudiará el positivismo, el materialismo dialéctico, el vitalismo, el
modernismo, la fenomenología, el neopositivismo, el neotomismo, el
existencialismo, etc.

- Positivismo
Comte
Stuart Mill
Spencer

- Materialismo dialéctico
Marx
Engels

- Vitalismo
Kierkegaard
Nietzsche
Unamuno

- Modernismo
Schell
Loisy
Tyrrel

- Fenomenología
Husserl
Scheler
- Neopositivismo
Russell
Wittgentein
Ayer

- Neotomismo
Mercier
Gardiel
Maritain
Gilsons
Grabmann

- Existencialismo
Marcel
Jasper
Heidegger
Sartre

5. Glosario de Términos

Arjé. Primer principio, realidad primordial. Los filósofos presocráticos intentaron
responder a la pregunta « ¿De qué sustancia primordial han surgido todas las
cosas?».Tiene que haber algo que sea principio de todo y causa de la variedad
que percibimos.¿Hay un único principio o son varios? Las respuestas a estas
preguntas fueron diferentes. Así, hubo filósofos, que hablaron de un solo principio
originario (Tales, Anaxímenes, Anaximandro) y otros que mencionaron más de
uno (Empédocles, Anaxágoras, Pitágoras, atomistas).

Dialéctica. Concebida por Platón como la ciencia de los primeros principios.
Difiere de las demás ciencias, en que hace caso omiso de las hipótesis. La
dialéctica, como arte del debate mediante preguntas y respuestas, se asocia a
Sócrates de los diálogos platónicos.

Filosofía. De philein, amar y sophia, sabiduría. Es la ciencia más general. La
Filosofía ha sido tanto la búsqueda de la sabiduría, como la sabiduría buscada.
Originalmente, fue la explicación racional de todas las cosas; posteriormente, ha
sido la ciencia de los primeros principios del ser. Actualmente, en términos
populares, sabiduría personal y ánimo sereno. Técnicamente, la ciencia de las
ciencias.

Logos. Término griego que significa: palabra, razón, proporción, medida,
explicación.

Mayéutica. Adjetivo derivado del griego maya, comadrona. Sócrates pretendía
tener el mismo oficio que su madre, que era comadrona, porque traía al mundo los
conceptos correctos, mediante sus preguntas.
Mito. Presentación de la verdad, de manera simbólica y afectiva.

Physis. Término griego que significa naturaleza.

Razón. Capacidad de argumentar, formar conceptos, explicar y comprender.
También puede significar principio que ordena la realidad. Así, se dice que la
realidad tiene una estructura racional.




            Sócrates: Se desconoce casi todo sobre su biografía. Los únicos
datos ciertos que se tienen sobre éste es que murió en el año 399 a. C. a la edad,
según relató más adelante Platón, de 70 años. Hijo de un soldado y una matrona,
una profesión esta última que influiría posteriormente en su discurso.




Se dedicó a la filosofía buscando el conocimiento de sí mismo y la práctica de la
virtud. Su austeridad de vida y su forma de enseñar fue una clara denuncia para
sus conciudadanos. Reunió en torno a sí numerosos discípulos a quienes
enseñaba en las plazas públicas, despreciado por los sofistas a quienes
ridiculizaba, perseguido por los ciudadanos a quienes molestaba. Fue condenado a
muerte por su impiedad.

    Superó la sofística al recuperar el sentido de la verdad. Es acusado de
introducir nuevos dioses y corromper a la juventud, por lo que es condenado a
morir ingiriendo la cicuta. Se le debe la introducción de los razonamientos
inductivos y la definición universal, ambos elementos, básicos de todo principio de
ciencia. Su ética está centrada en el hombre, desde el punto de vista de su
interioridad (conócete a ti mismo), siendo su centro el concepto de virtud (areté)
como disposición última y radical del hombre; esta virtud es ciencia. Seguía la
Mayéutica consistente en una serie de preguntas ordenadas y graduadas que
obligaban al interlocutor a pensar y discernir por sí mismo, llevándolo al
conocimiento de la verdad.

    Su método lo condujo al descubrimiento de los conceptos o ideas universales
de las cosas: de un número suficiente de casos se desprende una idea general, es
la inducción.

   Que conozcamos su pensamiento se debe a sus discípulos, en especial a
Platón.




Platón: (427-347 a de C) Discípulo de Sócrates y su principal difusor. Es la
primera lumbrera de la filosofía universal, su verdadero nombre es Aristocles;
recibe el nombre de Platón por la anchura de sus espaldas. De alto linaje y muerto
su maestro se dedica a viajar. En Atenas forma su propia escuela, la academia. Su
obra es conocida como el idealismo platónico.
Junto con Aristóteles; su obra se conoce casi en su totalidad. Su pensamiento
    parte de Sócrates, pero su gran importancia reside en el descubrimiento que hizo
    de las ideas. Escogió el diálogo para expresar su obra, destacando: Hipias, El
    Banquete, Felón, Protágoras, La República, etc. También se preguntó por el ser
    de las cosas y dónde encontrarlo. Utilizó el mito como medio para expresar su
    pensamiento, en especial en lo que se relaciona con la explicación acerca de que
    el ser de las cosas se encuentra en las ideas, las cuales no pueden ser accesibles
    directamente a nuestro conocimiento y el del olvido del hombre sobre lo que ya
    conoce antes de su existencia como hombre, cuando se origina por la caída de un
    alma de procedencia celeste; ahora el recuerdo es sólo sombra de las ideas.
    Llegando a la conclusión de la existencia de dos mundos, entre los cuales no hay
    contradicción: el mundo de las ideas, que corresponde al dominio del ser y
    constituye la única realidad; y el mundo de las sombras que corresponde al no-ser,
    es el mundo sensible, el devenir.




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    Muy bien explicado en la bella alegoría del Mito de las Cavernas. Su aporte no es
    solamente filosófico, sino también literario. Platón aporta conceptos sobre la
    estructura de la realidad, el ser y el ente, ética y política y sobre la filosofía misma.

       Supone dos tipos de conocimientos, el sensible aportado por los sentidos y que
    no pasa de ser ni simple opinión y que sólo me permite comprender las cosas
    materiales; y el conocimiento intelectual, el verdadero por medio del cual
    conocemos el mundo ideal, es recordar "reminiscencias". Conocer es recordar. El
hombre alma y cuerpo unidas por accidente. La muerte es liberación y pasó al
mundo de las ideas si has llevado una vida virtuosa (Bien Justicia Y Belleza). Es
pues la virtud y la perfección de la idea del bien que purifica el alma. Por tanto de
las categorías sociales Gobernantes, Guardianes o Guerreros y los trabajadores
son los Filósofos los que deben tener la conducción del gobierno por su sabiduría.




                    Aristóteles: (384-322 a. de C.) Nace en Estagira hijo de
Nicómaco, médico de Filipo. A los 18 años entra en la academia platónica. A la
muerte de Platón abandona Atenas. De regreso a ella funda el Liceo, llamado
también escuela Peripatética. A diferencia de Platón sólo cree en la existencia de
un mundo que es el real. De allí que su teoría se llame el realismo. Es la figura
más grande de toda la filosofía, creador de la lógica, forjador de la metafísica,
sistematizador de los conocimientos.

   Es el creador de la lógica, como arte de pensar e instrumento de todo
conocimiento científico.

   Admite varios grados de conocimiento: Sensible a través de las sensaciones
que recibimos de las cosas. Conocimiento experimental que de forma técnica o del
saber hacer las cosas permite captar lo concreto y singular; y el conocimiento
racional o intelectual que consiste en saber el porqué de las cosas.




                            En su metafísica permite comprender como el ser no
es unívoco, si no que existen diversos modos de ser; por lo que denominó la
esencia y el accidente. Deduce por el acto y la potencia y su relación con el
movimiento la existencia de un primer motor inmóvil, Dios; el alma y el cuerpo son
un sólo compuesto que forman al hombre. Describe tres tipos de gobierno:
Monarquía, Aristocracia y Democracia, identificando la sociedad con el Estado.

   La filosofía griega adquiere su plena madurez, y a partir de quien empezará su
decadencia. Era Macedonio Helenizado y escribió tres clases de libros: los
exotéricos, filosóficos o cromáticos y esotéricos. Casi todo el pensamiento de este
filósofo ha sido base determinante de la mayor parte del pensamiento del
occidente, aún hasta nuestros días, y su influencia fue marcadísima en el concepto
cristiano del mundo y en la metafísica.

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Filosophia

  • 1. FILOSOPHIA = AMOR POR LA SABIDURIA <SOPHIA> SOPHISMO 1. ANTECEDENTES DE LA FILOSOFÍA La filosofía es un quehacer esencialmente humano a través del cual se busca explicar y transformar la totalidad. No obstante, éste no ha sido el único camino empleado por el hombre para realizar tal propósito. Junto a la filosofía y aún antes de su surgimiento, se han desarrollado formas de pensamiento no filosófico que merecen ser estudiados en toda su complejidad, tanto por su cercanía al actuar cotidiano de los individuos como por su importancia en las concepciones sustentadas por éstos dentro de una sociedad determinada. Los rasgos distintivos de tres formas de pensamiento no filosófico: el mito, la religión y el sentido común. Entenderemos también los cambios operados por el pensamiento filosófico frente a la tradicional manera de pensar mítica. I. EL PENSAMIENTO PREFILOSÓFICO Dentro de las distintas actividades humanas, la constitución del pensamiento filosófico no ha ocurrido de una manera espontánea. Esto quiere decir, que su gestación se encuentra precedida por otro tipo de explicaciones dadas por el hombre en su afán de dar respuesta a diversos problemas, preocupaciones, interrogantes, intereses, etc., inherentes a su existencia. Estas soluciones normalmente han estado en correspondencia con las actitudes (mítica, práctica y otras) que el hombre ha asumido frente al mundo, y su aceptación o validez ha estado apegada a las circunstancias propias de la realidad. El pensamiento pre filosófico posee sus propias características, las cuales lo distinguen del pensamiento filosófico y científico. En tal sentido, es oportuno hablar separadamente de sus formas, ya sea mítica, religiosa o práctica. 1. La actitud mítica. A través del mito, el ser humano ha encontrado respuestas a múltiples inquietudes que sobre sí mismo y sobre el mundo le han sido planteadas por el solo hecho de vivir. Esto es, ha encontrado en él las “verdades” que le ayudan a vivir.
  • 2. Al mito podemos considerarlo como relato o como sistema de vida. Como relato, puede hablarnos de los orígenes del universo y del hombre, de la dependencia del hombre de la naturaleza, de las divinidades, de los héroes, etc. Como sistema de vida, el mito nos lleva a la valorización de los patrones de conducta y las respuestas vivenciales que por él son determinadas. El mito tiene una vigencia social: tiene su origen y su sentido en el marco de un grupo humano, que es precisamente quien determina sus modalidades, su forma. Los antiguos, vieron siempre al hombre como parte de la sociedad y a ésta como inmersa en la naturaleza; dependiendo de las fuerzas cósmicas. Para ellos no había oposición entre la naturaleza y el hombre y, por tanto, no existía la necesidad de aprehenderlos siguiendo modos de conocer diferentes. Los fenómenos eran concebidos, en general, en relación con la experiencia humana, y ésta a su vez, era referida a los acontecimientos cósmicos. En el pensamiento antiguo, la especulación tenía posibilidades ilimitadas para su desarrollo debido a que no tenía las restricciones que implica una indagación científica de la verdad (metódica) y a que el dominio de la naturaleza no se distingue del dominio humano. En la lógica del pensamiento creador de mitos, las ideas no son autónomas, sino que están inmersas en la peculiar actitud mostrada hacia el mundo de los fenómenos, y en cuanto a esto, hay que aclarar que cuando los investigadores han presentado testimonios de que el hombre primitivo tenía un modo prelógico de pensar, se refieren, probablemente, a las prácticas mágicas y religiosas. Si tratamos de definir la estructura del pensamiento creador de mitos y de compararlo con el pensamiento científico moderno tenemos que: este último se caracteriza por la distinción entre lo subjetivo y lo objetivo, y es precisamente en esta distinción sobre la que se basa el procedimiento crítico y analítico por medio del cual el pensamiento científico reduce progresivamente los fenómenos individuales a acontecimientos típicos sujetos a leyes universales. En la experiencia primitiva no hay lugar para un análisis crítico semejante, para él carece de significado la distinción entre el conocimiento subjetivo y el objetivo. El pensamiento primitivo reconoce naturalmente la relación de causa a efecto, pero le es imposible concebir la causalidad como una operación impersonal, mecánica y sujeta a leyes. Los dioses, como personificación de la fuerza naturaleza, satisfacen las necesidades del hombre primitivo de encontrar causas que le expliquen el mundo de los fenómenos.
  • 3. Para el pensamiento creador de mitos, la vida del hombre y la función del Estado se encuentran encajadas en la naturaleza, y los procesos naturales son afectados por los actos del hombre, del mismo modo que la vida humana depende de su integración armoniosa con la naturaleza. Para la conciencia mítica la realidad es todavía homogénea e indiferenciada, por tanto, no existe ninguna delimitación fija entre lo meramente representado y la percepción real, entre deseo y cumplimiento, entre imagen y cosa, entre el mundo del ser inmediato y el mundo de la significación mediata. 2. La actitud religiosa. A través de la actitud religiosa el creyente fundamenta su existencia en el mundo y también, por lo menos en muchas de las religiones, vive en función de una existencia futura, más allá de la muerte. Su vivir presente o mundano, es generalmente preparación para el vivir futuro, en donde obtendrá premio o castigo según sea el caso. La religión es religación, lazo de unión entre el hombre y su Dios. Esta religación puede enmarcarse dentro del mito, puede ir más allá del mito por medio de la búsqueda racional de la coherencia del dogma, tal y como lo hace la teología; o por medios del concepto anti determinista del libre albedrio; o incluso por la toma de conciencia del campo de vigencia de la religión, comprendiendo que hay otros campos de acción y de reflexión en que no le corresponde a ella determinar, sino a otras disciplinas como lo relativo a los astros, los números, las tormentas, etc. 3. La actitud práctica Es el conjunto no sistemático de "verdades" o conocimiento nacidos de la propia experiencia y de la ajena que han sido transferidos de generación en generación. Estos conocimientos nos sirven para subsistir y nos resuelven los problemas más elementales que van desde la forma de bajar una fruta por medio de una pedrada lanzada por una honda, hasta la elaboración de utensilios de barro. A esta actitud la llamamos "práctica" porque no pretende dar respuesta a grandes problemas inmanentes o trascendentes, sino, más bien, solucionar los problemas que se van presentando y que requieren soluciones inmediatas.
  • 4. Entra en juego en ella el llamado "sentido común", esa facultad de resolver razonablemente las cosas y que todos poseemos. La actitud práctica puede estar, sin embargo, enriquecida por una actitud mítica, semi-mítica o por la ciencia. Así, pues, la realidad no se presenta originalmente al hombre en forma de objeto de intuición, de análisis y comprensión teórica; se presenta como un campo en que se ejerce su actitud práctico sensible y sobre cuya base surge la intuición práctica inmediata de la realidad. La práctica utilitaria inmediata y el sentido común correspondiente ponen al hombre en condiciones de orientarse en el mundo, de familiarizarse con las cosas y manejarlas, pero no les proporciona una comprensión de las cosas y de la realidad. El conjunto de fenómenos que llenan el ámbito cotidiano y la atmósfera común de la vida humana, que con su regularidad, inmediatez y evidencia penetra en la conciencia de los individuos agentes asumiendo un aspecto independiente y natural, forma el mundo de la pseudoconcreción. En el mundo de la pseudoconcreción el lado fenoménico de la cosa, es considerado como la esencia misma, y la diferencia entre esencia y fenómenos desparece. El fenómeno es, por tanto, algo que, a diferencia de la esencia oculta, se manifiesta inmediatamente, primero y con más frecuencia. Si el hombre busca descubrir la esencia oculta o la estructura de la realidad, debe ya poseer, antes de iniciar cualquier indagación, cierta conciencia de que existe una verdad oculta de la cosa. El hombre da un rodeo y se esfuerza en la búsqueda de la verdad sólo porque presupone de alguna manera su existencia, y en virtud de que la esencia -- a diferencia de los fenómenos- no se manifiesta directamente, y por cuanto el fundamento oculto de las cosas debe ser descubierto mediante una actividad especial, existe la ciencia y la filosofía. II. HACIA LA CONSTITUCIÓN DEL PENSAR FILOSÓFICO En el surgimiento de la filosofía no hay causas milagrosas, "no hay -sostiene Vernant- una inmaculada concepción de la razón. El aparecimiento de la filosofía no es un milagro, es un hecho de historia, enraizado en el pasado, formándose a partir de él al mismo tiempo que contra él." No obstante es importante señalar que hay quienes consideran que la aparición del pensamiento racional ha significado un corte radical en la historia de la humanidad. Más aún hay quienes piensa, como Burnet, que los griegos inventaron la filosofía por ser un pueblo dotado de una inteligencia excepcional, en tal sentido
  • 5. afirma que "los filósofos jonios han franqueado la vía que la ciencia, a partir de este momento, no ha tenido más que seguir. Aparece pues el surgimiento de logos como una especie de milagro". LOGOS = VERBO = LA PALABRA Indudablemente a nuestro juicio esta interpretación resulta bastante simplista puesto que nada en la historia surge porque sí. Y es necesario ubicar en su contexto las causas por las cuales el pensamiento mítico se fue debilitando. Esto significa que debemos rastrear una serie de condicionamientos que favorecieron la aparición del pensamiento racional. En primer lugar hay que tomar en cuenta una serie de transformaciones históricas que se produjeron a partir del siglo VIII a. C., entre ellas "el tránsito de las economías agrarias relativamente cerradas hacia la constitución de importantes centros urbanos y marítimos comerciales tales como Mileto, ciudad que, en el siglo VI a. de C. se constituyó en uno de los puntos centrales del comercio internacional de la época, comercio que relacionaba a egipcios, fenicios, etruscos, jonios, aqueos y carios y que generó una acumulación importante de riquezas en las comunidades griegas; al mismo tiempo estas ciudades, Éfeso, Samos, Colofón, Mileto, etc. conocían un intenso proceso de democratización, fenómeno ligado al necesario desplazamiento político que de las antiguas noblezas y reyes de origen agrario intentaron realizar los armadores y comerciantes ricos griegos. En Atenas, uno de los más importantes núcleos culturales griegos, la base de la jerarquía social va a estar constituida por la riqueza y no por el nacimiento." En ese periodo están presentes otros acontecimientos que hacen posible el surgimiento del logos: la aparición de la moneda, la escritura alfabética, el calendario, la organización política de las ciudades, el mayor progreso técnico, etc., pero también el hecho de que en Mileto no existiera una casta sacerdotal poderosa, hizo más expedito el que el saber se fuese volviendo laico. Cuáles fueron los cambios operados por el pensamiento filosófico frente a la tradicional manera de pensar mítica. Recordemos que para dicha mentalidad la relación de los hombres con los demás seres vivos era simpatética debido en gran parte a que el hombre no se consideraba como el ser más perfecto en la escala animal, sino que un miembro más de la gran sociedad vital. Es por ello que su trato con las cosas estaba teñido de sentimiento y utilidad. Con la aparición del pensamiento racional, en cambio, se instaura una visión analítica de modo que se contraponen claramente el yo y las cosas, el hombre toma distancia de ellas, lo cual supone no verlas en su familiaridad como cosas para … o instrumentos a través de los cuales se realizan determinados fines, sino que se contraponen como objetivos, como entes independientes, poseedores de un ser fijo, lo cual quiere decir que ya las cosas no cambian por el capricho de seres sobrenaturales, como acontecía en la visión mítica del mundo, motivo por el cual aquellos sólo podían ser objeto de narración. Al adquirir una naturaleza fija, las cosas podrán llegar a ser objeto de definición, es decir se objetiviza la naturaleza, se la despeja de la influencia sobrenatural.
  • 6. Pues bien, conjuntamente con lo cambios operados a nivel del objeto, acaecen también modificaciones en el sujeto; éste ahora se diferencia radicalmente de los demás seres vivos y advierte que su diferencia específica, su racionalidad, es la raíz de tal diferenciación. Precisamente es por medio de dicha facultad por la que se dispone aceptar la nueva manera de ser que descubren en las cosas. Entendemos no obstante que el paso del mito al logos, aunque significa toda una revolución en la manera de enfocar la realidad, la filosofía naciente no puede erradicar sino muy gradualmente algunos vestigios del pensamiento mítico, el que indudablemente siguió teniendo vigencia en grandes sectores de la población. De todas maneras es bueno recordar con J. Pierre Vernant que "el nacimiento de la filosofía aparece solidario de dos grandes transformaciones mentales: un pensamiento positivo, que excluye toda forma sobrenatural y que rechaza la asimilación implícita establecida por el Mito entre fenómenos físicos y agentes divinos; un pensamiento abstracto que despoja a la realidad de este poder de mutación que le prestaba el mito." 3. IDEA GENERAL DE LA FILOSOFÍA I. LA FILOSOFÍA COMO ACTIVIDAD ESENCIALMENTE HUMANA Con persistencia frecuente se oye preguntar a doctos e ignorantes: "¿Qué es la filosofía?" Durante veinticinco siglos no ha dejado de resonar por un instante la misma pregunta. Desde que los griegos formularon por primera vez, no hubo época culta o inculta que no se la planteara. Señalar el sentido que tiene esta pregunta a través de la historia del pensamiento humano implica nada menos que escribir una historia completa de la filosofía. La respuesta del filósofo no podría expresarse sin enunciar integralmente el sistema filosófico de cada pensador; tal es la íntima vinculación existente en la problemática filosófica. Cuando pregunta el hombre de la calle "¿qué es la filosofía?", espera como respuesta: la filosofía es tal cosa. Asigna a esa pregunta el mismo sentido que a todas las que se formula en la vida diaria. Cuando se pregunta: ¿qué es París?, se contesta: París es la capital de Francia. Mas con respecto a la filosofía nadie puede darle una respuesta concreta. En la mayoría de los casos la respuesta a la pregunta "¿para qué sirve la filosofía?" será negativa: la filosofía no sirve para nada. Quien se pregunta para qué sirve la filosofía no percibe que esta interpretación sólo tienen sentido si se considera a la filosofía como un medio para alcanzar un fin. Preguntar para qué sirve una cosa es asignarle a esa cosa un valor instrumental. A nadie se le ocurriría preguntar para que sirve algo si no considera ese algo como un medio para alcanzar un fin.
  • 7. La filosofía no puede ser definida. Definir es reducir a conceptos una realidad determinada. Y la filosofía se resiste a ser reducida a conceptos; porque la filosofía no es mero conocimiento racional de algo. Es más bien una actitud espiritual, una manera de ser, una actitud frente al mundo. Por eso, más que de filosofía debemos hablar de filosofar. El filósofo es tal en tanto filosofa y no en tanto "sabe" en el sentido vulgar de la palabra "saber"; la filosofía se "vive". Por eso es imposible enseñar filosofía. Puede enseñarse una disciplina formada por proposiciones puramente racionales: pero no la filosofía, que no es un saber puramente racional y que es por tanto intrasmisible. La filosofía no se enseña, pero la filosofía sí se aprende. Aprender filosofía no es aprender lo que dijo Fulano o Mengano, por más ilustre que sea. Aprender filosofía es aprender a filosofar; es aprender a estar frente al mundo en actitud resuelta y valiente, a interrogarle, a tratar de descubrir sus secretos sin conformarse con las soluciones que ofrecen la ciencia y la religión. No es que la filosofía sea contraria a la ciencia y a la religión, sino que está en plano distinto. La ciencia y la religión tienen límites impuestos desde afuera; la filosofía no tiene límites, porque los que se impone a sí misma son siempre provisorios. Sorprenderá que un profesor de filosofía afirme que esta disciplina no se enseñe. Pero así es: la filosofía no se puede enseñar; es decir, no se puede enseñar cómo se enseña la ciencia y la técnica. Enseñar filosofía es enseñar a tomar la actitud filosófica; es enseñar a problematizar las cosas que nos rodean y a nosotros mismos; en una palabra, es enseñar a filosofar. Para ello es necesario enseñar al discípulo a tomar esa exactitud, sugerirle una manera de ser, inducirle a ver el mundo despojado de las contingencias particulares. Pero no se puede enseñar filosofía a quien no es ya filósofo; es decir, a quien no tenga ya una predisposición especial para mirar las cosas; a quien no sienta en sí mismo un impulso que lo lleve a preguntarse qué hay más allá de las cosas que nos rodean. La filosofía es, pues, ante todo, un "hacer" del hombre. Este "hacer" del hombre, que se llama filosofía, pone en juego la totalidad de la persona. Mal podría filosofar el hombre si dispusiera únicamente de la razón o sólo de las formas de la afectividad. La filosofía en una actividad irracional racionalizada. Su primer momento está constituido por el asombro. El asombro no lleva a la problematización. Problematizar las cosas: he aquí la verdadera actitud filosófica. Su último momento es de carácter más bien racional y podría caracterizarse por el afán o el espíritu de sistematización. Del asombro a la sistematización se mueve la filosofía; de lo irracional a lo racional, pero siempre dentro de los estrictamente humano. La filosofía es, pues, el estudio de la realidad desde el punto de vista de la totalidad. Ésta no es una definición de la filosofía, sino una caracterización más que debe agregarse a las ya enunciadas.
  • 8. II. ETIMOLOGÍA DEL TÉRMINO FILOSOFÍA Etimológicamente, filosofía procede de los vocablos griegos Phileo (amor) y Sophia (sabiduría). Significa pues, amor a la sabiduría. El verbo fileo, además de amar, tiene el significado de tender, aspirar. Si el término filosofía significa amor a la sabiduría o al saber, filósofo será el amante de la sabiduría. Se atribuye a Pitágoras (496-580 a. C.) la precisión del término filósofo cuando León, rey de los Fliacos, preguntó a Pitágoras cual era su profesión, este contexto que no era sabio (sofos) sino simplemente un filósofo (amante a la sabiduría, aspirante a ella). El que es sabio, no filosofa. Lo mismo sucede con los ignorantes; ninguno de ellos filosofa, ni desea hacerse sabio, porque la ignorancia produce el pésimo efecto de persuadir a los que no son sabios, de que lo son, porque ninguno desea las cosas de que se cree provisto. El filósofo, pues, no es ignorante, porque busca la sabiduría, la ama, la desea, tiene afán de saber, nunca está satisfecho con lo que sabe, dirá con Sócrates: "Solo sé que no sé nada". Filosofar es reconocer, la propia ignorancia, la indigencia, y aspirar constantemente a la sabiduría, a la riqueza. El móvil del filosofar tiene que ser el amor, un amor fuerte, constante, siempre ávido. No se trata de un quehacer meramente intelectual, sino que compromete a toda la persona. III. DIVERSAS CONCEPCIONES DE LA FILOSOFÍA El concepto de filosofía se ha venido modificando a través de la historia. La filosofía al igual que todas las creaciones del hombre (arte, ciencia, religión, etc.), es histórica. No puede comprenderse la filosofía si no se relaciona con el hombre y con las situaciones concretas en que ésta se da. De hecho, no puede hablarse llanamente de filosofía ya que esto sería demasiado abstracto. Sólo puede hablarse de filosofía griega, filosofía cristiana, etc., o sea, de la filosofía dentro de una circunstancia determinada. Es conveniente caracterizar -aunque sea de manera general- este concepto en diversos momentos de la historia y particularmente en los filósofos según la época que les tocó vivir. Los primeros filósofos, los presocráticos, aluden primordialmente al logos como principio o concepto explicativo del universo. La razón sería así un instrumento de certeza. Son estos filósofos quienes enseñan las primeras respuestas a partir de la pregunta fundamental que interroga por el origen del cosmos.
  • 9. Para Sócrates, la tarea de la filosofía consiste en un conocerse a sí mismo. Para los sofistas Protágoras y Gorgias, contemporáneos de Sócrates, la filosofía tiene por objeto estudiar al hombre quien por cierto se define como "la medida de todas las cosas". Para Platón, la filosofía tiene por objeto la adquisición del conocimiento, conocimiento que no tienen como base las cosas sensibles porque en estas, dice, no se encuentra una verdad segura. El verdadero conocimiento, entonces, se encuentra según Platón, en el mundo de las ideas o lugar celeste, pues las ideas son los modelos eternos (lo que no cambia) y son las verdaderas esencias de las cosas. En este sentido, la filosofía será una constante búsqueda de la verdad y de la belleza. Para Aristóteles, la filosofía es una ciencia que se ocupa de las causas y de los principios de las cosas. En este sentido, la filosofía para Aristóteles es una ciencia o conocimiento verdadero de lo universal y no de las cosas meramente particulares. Con los escépticos, los epicúreos, los estoicos y cínicos, la filosofía cambia de dirección. La filosofía ahora, busca encaminar las acciones de los hombres hacia una vida moral o recta. Se puede decir que con estos filósofos, en lugar de tener la filosofía un saber estrictamente teórico, presenta ahora un interés orientado a los problemas morales. La filosofía, en este sentido, será maestra de la vida, o bien, guía de la virtud. Todas estas escuelas se centran en las cuestiones morales. Por su parte, Santo Tomás de Aquino concibe la filosofía como subordinada a la teología: La filosofía es sierva de la teología. La relación que guardan es la misma relación que se establece entre la fe y la razón. Por ejemplo la ciencia caracterizada fundamentalmente como racional, deberá esclarecer y fundamentar los dogmas cristianos. Para Descartes y los racionalistas, la filosofía es el estudio de la sabiduría tratando de conocer las primeras causas de las cosas. Ese estudio debe partir de principios evidentes y, con un método matemático, de construir un sistema de verdades. Para Hume y los empiristas, la filosofía se ocupa de analizar las condiciones del conocimiento humano. Para Kant, la filosofía es una reflexión sobre la cultura humana, es decir: la ciencia, el arte, la moral, la religión. Kant tiene el mérito de haber criticado y superado a la metafísica, por lo que se puede señalar: que según este filósofo, la filosofía es una ciencia crítica que se propone delimitar los alcances del conocimiento humano.
  • 10. En fin, las definiciones sobre la filosofía se continúan e incluso se multiplican a lo largo de la historia. Hegel, Marx, B. Russell, Wittgenstein, entre otros, son quienes también han aportado otras tantas definiciones y concepciones de ésta cada uno desde su particular perspectiva. Veamos algunos de estos pensamientos en torno a la filosofía: * La filosofía es la autorreflexión del espíritu sobre sí mismo, o el conocimiento del desarrollo del espíritu desde los seres inferiores hasta el Espíritu Absoluto (Hegel). * La filosofía es una saber crítico de la realidad existente, pero esta crítica no basta, porque la filosofía debe ser, además, práctica, esto es, práctica revolucionaria que influya en la transformación de una realidad social (Marx). * La filosofía surge de la vida, por la necesidad vital que tenemos de unificar los fenómenos. La filosofía, como la vida, es irracional (Dilthey). * La meta de la filosofía es el esclarecimiento lógico de los pensamientos. La filosofía no es una teoría sino una práctica (Wittgenstein). * Pero la filosofía es un sistema de acciones vivientes, como pueden serlo los puñetazos, sólo que los puñetazos de la filosofía se llaman ideas (Ortega y Gasset). IV. EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA FILOSOFÍA Seguramente a quien se inicia en la filosofía le habrá causado sorpresa la gran variedad de definiciones y concepciones filosóficas. Seguramente el lector se preguntará: ¿cuál es la filosofía correcta entre tantas definiciones? En contraste con la filosofía, las ciencias naturales parecen estar fincadas sobre bases firmes: presentan una sistematicidad o unidad teórica estable. La filosofía comenzó por ser madre de todas las ciencias, pero al paso del tiempo las filosofías se multiplicaron. Las ciencias, por el contrario, al desprenderse de la filosofía, observamos que delimitan su objeto de estudio, es decir, se fijan por así decirlo un campo específico de análisis sobre el cual recae su investigación. Pero la filosofía, al pluralizarse su objeto de estudio, se torna más complicada, a punto que ahora nos preguntamos: ¿cuál es el objeto de estudio de la filosofía?, ¿cuál es la filosofía correcta que debemos adoptar? Con respecto a la pregunta sobre cuál es la filosofía correcta, señalaremos que no hay filosofías verdaderas ni filosofía falsas.
  • 11. Son simplemente diversos modos de hacer filosofía porque los objetos de su análisis o reflexión se han venido modificando en el desarrollo de la historia. En este sentido, vemos parecer varios modos de hacer filosofía, o dicho de otro modo diversas maneras de reflexión filosófica. Y en el mismo sentido te preguntarás: ¿cuál es ahora la filosofía que debo escoger? Te podríamos contestar: "La que mejor responda a los intereses y aspiraciones que dan sentido a la vida: puede, por tanto, ser esta o aquella filosofía, pero siempre evitar el dogmatismo dejando abierta la posibilidad de contrastarla con otras posiciones filosóficas. Éste es el antídoto verdadero contra todo dogmatismo que es incompatible con el verdadero filosofar". La filosofía en la antigüedad tenía por objeto de estudio la totalidad de las cosas (es decir, la realidad o el ser en su totalidad), actualmente se discute si es el ser en general sobre el que recae la reflexión filosófica. La filosofía no es ya un saber de lo absoluto ni sustituye a una ciencia particular, ni es tampoco una ciencia suprema en relación con las demás. De esta filosofía se han desprendido las ciencias particulares o bien se han diversificado en múltiples campos u objetos de reflexión. La filosofía continúa esclareciendo la relación que guarda el hombre en el entramado de las relaciones sociales, políticas, económicas e ideológicas, o bien, como afirma la filosofía analítica, analiza los métodos y las teorías de las ciencias particulares. También pueden asignarse como tareas propias de la filosofía los problemas relativos al arte, la literatura, la política y la moral. V. LA FILOSOFÍA Y OTRAS DISCIPLINAS En la Antigüedad, y sobre todo en Grecia, la división del ámbito total de los conocimientos humanos era, pues, primordial y esencialmente, a la que distinguía entre el conocimiento vulgar y el conocimiento filosófico, esto es, la ciencia. Con la aparición de la teología de la fe el organismo del conocimiento científico se agrupó de otra manera. El saber filosófico, aun conservando sus internas divisiones, hubo de ser contrapuesto, no sólo como ciencia, a los conocimientos y opiniones vulgares, sino, también, en cuanto ciencia meramente natural, a la sabiduría teológica, fundamentada en datos revelados. La división fundamental consistió, así, dentro de la ciencia, en distinguir los conocimientos puramente racionales, de los que connotaban un origen sobrenatural y especialmente divino. Pero también se llegó a un divorcio entre ambas formas de ciencia.
  • 12. Frente a esta milenaria tradición de unidad la Edad Moderna ha sido el tiempo de la radical desmembración y fractura del saber humano. Cada grupo o conjunto de conocimientos recaba para sí, de una manera exclusiva, el verdadero título de ciencia, y acontece, por cierto, que las que hasta entonces lo habían sido de una manera menos rigurosa, comienzan pretendiendo un trato de igualdad con relación a las más perfectas, y acaban por creerse superiores a ellas. Tal es el caso extremo del "positivismo", donde la teología y la metafísica se entienden "superadas" por las nuevas ciencias, que se despreocupan de toda clase de intereses trascendentes. De esta manera, en su presente estado, el ámbito de los conocimientos científicos viene a organizarse, en su conjunto, de la siguiente forma: 1 la teología de la fe; 2 la filosofía, que abarca tanto la que lo es de una manera propia y adecuada -la metafísica-, analógico (las ciencias filosóficas particulares, pero no autónomas); 3 todas las ciencias estrictamente particulares. 1) Filosofía y ciencia La investigación de una parte de la realidad por sus causas inmediatas, es el objeto de la ciencia. La investigación de toda la realidad como un todo y su explicación por las causas primeras dentro del orden natural, es el objeto de la filosofía. Decimos dentro del orden natural para indiciar el uso de la razón y de los sentidos en dicha investigación. La ciencia, utiliza la inducción, la deducción y la verificación; la filosofía tiene un uso restringido de esos métodos. La filosofía busca las esencias, lo inmutable, lo universal de las cosas, mediante sus causas primeras. La ciencia usa la hipótesis, la teoría para llegar finalmente a la ley, que puede ser representada matemáticamente. Hay varias opiniones respecto a la relación entre ciencia y filosofía. Algunos creen que ambas se oponen en o por lo menos que no hay relación entre una y otra, ya que se diferencian en sus objetivos y en sus métodos. Otros, por el contrario, identifican ciencia con filosofía y afirman que la ciencia es solo una etapa de la investigación filosófica, ya que la filosofía es una entre tantas ciencias. Creemos que en realidad, ciencia y filosofía deben distinguirse y complementarse. Ambas tienen como objetivo descubrir la verdad, cada una en sus campos propios. Por ejemplo en el estudio del ser, la ciencia estudia los seres existentes (los entes) y de esos entes indaga los fenómenos, las manifestaciones de dichos entes que pueden ser captadas por nuestros sentidos. La filosofía trata de indagar el misterio del ser, que se manifiesta en los entes. "La ciencia tiene como fin escuchar la voz de los entes, la filosofía, escuchar la voz del ser en los entes..."
  • 13. Pueden cometerse dos errores: pretender que la única vía para investigar la verdad es la filosofía y minimizar la investigación por medio de los sentidos y de los métodos científicos. El otro error sería el cientificismo que pretende que el único conocimiento válido es el obtenido por los sentidos, cuyos resultados pueden matematizarse. Un buen ejemplo de la complementación entre filosofía y ciencia, la encontramos en el pensamiento y proceder de los grandes filósofos y científicos. Tomemos el ejemplo de Einstein, cuyos escritos acerca de la física moderna se acercan tanto a la filosofía. VI. TEMAS Y DIVISIÓN DE LA FILOSOFÍA Existen muchos puntos de vista para hacer una división de la filosofía. La pesquisa filosófica se orienta hacia tres objetos fundamentales: 1.- El conocimiento del SER (general y particular); 2.- El conocimiento del YO y sus relaciones con el ser; 3.- El conocimiento del conocimiento. A cada uno de estos objetos, corresponde un grupo de disciplinas cuyo objeto constituye la filosofía. Primer grupo: estudio del ser, objeto de la METAFÍSICA, que se divide en general y toma el nombre de ONTOLOGÍA, y especial porque estudia algunos seres de suma importancia: el mundo (la Cosmología) y Dios (teodicea o teología natural). Segundo grupo: estudio del Yo, comprende la psicología filosófica. Las relaciones del Yo con los demás seres son objeto de la Axiología, a la que a su vez se divide en Ética y Estética. Tercer grupo: el estudio del propio conocimiento es llevado a cabo por la teoría del conocimiento (llamada también Epistemología y Gnoseología). La lógica estudia los pensamientos en cuanto a tales y formula las reglas del pensar verdadero. Si tomamos como base la historia de la filosofía, encontramos que cronológicamente, estos son los temas tratados: 1.- El mundo, la naturaleza. 2.- El hombre, especialmente su conducta. 3.- Dios, en su relación con el hombre y con el mundo. 4.- El conocimiento, su naturaleza, origen, validez, trascendencia. 5.- La existencia humana.
  • 14. Santo Tomás de Aquino divide así la filosofía: Filosofía natural (orden del ser real). Física: el ser en movimiento. Matemática: el ser medido. Filosofía primera: el ser en cuanto ser. Filosofía racional (orden del ser pensado). Lógica (mayor y menor). Filosofía moral: Ética, Economía, Política. Esta es la división de la filosofía del maestro Antonio Caso: ¿Qué es? Metafísica: Ontología, Psicología racional, Cosmología. Filosofía Podemos resumir y aclarar las anteriores divisiones diciendo que la filosofía debe estudiar: 1.- El propio conocimiento (capacidad del entendimiento humano para llegar a la verdad). 2.- El SER, en general y en sus manifestaciones más significativas: el mundo, el hombre, Dios.
  • 15. 3.- Los valores como consecuencia de la relación del hombre con Dios, con los demás hombres, con la naturaleza. La metafísica es la ciencia fundamental de la filosofía, es lo que viene más allá de la naturaleza, más allá de lo físico. Trata los problemas centrales y más profundos de la filosofía, tales como los fundamentos (presupuestos, causas y "primeros principios"), las estructuras más generales (leyes y principios), el sentido y la finalidad de la realidad toda y de todo ser. Se discute que la palabra "metafísica" fue empleada por primera vez por Andrónico de Rodas (filósofo griego, Siglo I A.C.).Primero se utilizó en el nombre de los libros de Aristóteles, ya que en la antigüedad los tratados se conservaban en legajos cilíndricos, ocurrió que Aristóteles había titulado todos excepto aquél que trataba de el "Alma" y la "Personalidad". Cuándo sus discípulos iban a la biblioteca a consultarlo, no podían pedirlo por su título entonces decían "el que está al lado de Física (meta-physica), pues se hallaba junto al otro tratado aristotélico, el de Física. Metafísica es, desde entonces, el nombre del saber más elevado que cabe alcanzar. La cuestión esencial consiguiente es: ¿y dónde se encuentra ese saber?, ¿sobre qué debe versar y cómo se puede alcanzar? Es aquí donde es comprensible, entonces comienzan las interminables discusiones entre los metafísicos. La Metafísica trata las "cuestiones últimas"; pero, ¿cuáles son esas cuestiones? Hay muchos modos de presentarlas y no todos estos enfoques son compatibles ente sí: ¿Por qué existen las cosas? ¿Por qué es el ser y no más bien la nada? ¿Existe un dios y qué características poseería en caso de existir? ¿Cuál es la diferencia entre materia y espíritu, etc. El campo de trabajo de la metafísica comprende los aspectos de la realidad que no se pueden investigar empíricamente, es decir, aquellos que son inaccesibles a la investigación científica. Desde Kant (filósofo alemán que se apoya en los empiristas), una afirmación es metafísica. Se dice que el ser humano tiene una predisposición natural hacia la metafísica. Kant la consideró una "necesidad inevitable", incluso se llegó a definir al ser humano como un "animal metafísico" (ser que se dedica a la metafísica). Martín Heidegger (filósofo Alemán) ha replanteado todos los asuntos metafísicos introduciendo en ellos una transformación radical que necesariamente tiene que tomarse en cuenta. Los principales objetos de investigación de la metafísica son: el ser, la realidad, la nada, la mente, la naturaleza, Dios, la verdad, la libertad, la posibilidad,
  • 16. el cambio, etc.; la relación entre los universales y particulares, la determinación de la relación entre realidad y la realidad tal como se la presenta el hombre a través de su capacidad para acceder al conocimiento, la relación entre ser y deber ser. En la actualidad la palabra metafísica se usa para designar la filosofía sin más, o se la hace equivalente a la ontología. También se considera que es la disciplina básica o fundamental de la filosofía. Dentro de la filosofía se distingue la metafísica de otras vertientes suyas como la lógica, la ética, la teoría del arte(estética), la axiología, teoría de valores(estimativa), la antropología filosófica, la teoría del conocimiento (gnoseología), la filosofía de las ciencias (epistemología), la filosofía del lenguaje, la filosofía política. En ámbitos ajenos a la filosofía universitaria, se considera que el término se utiliza para designar todo lo que trasciende de lo material, las más de las veces errando y no usando el término espiritual o trascendente, más adecuado según cada caso. Entonces, la metafísica se puede definir como el estudio de las características de la realidad que trascienden lo sensible, es decir, del ser como esencia de la realidad, así como sus propiedades, principios y causas. VII. IMPORTANCIA Y UTILIDAD DE LA FILOSOFÍA La importancia y utilidad de la Filosofía es una verdad práctica y de sentido común. Si se considera la Filosofía por parte de su etimología, nada más digno del hombre, como ser inteligente, que el amor de la sabiduría. Si se considera la misma por parte de su significación real, para reconocer a primera vista su importancia y utilidad basta tener presente: 1º que por medio de ella se desarrollan, robustecen y perfeccionan las facultades del hombre, y principalmente las intelectuales, por razón de las cuales el hombre se distingue y se eleva sobre todos los demás seres del mundo, lo cual vale tanto como decir que la Filosofía constituye la perfección más noble y característica del hombre como ser inteligente en el orden natural. 2º El oficio y efecto de la Filosofía es por una parte dirigir y conducir al hombre al conocimiento y posesión de la verdad, y por otra ordenar y dirigir sus acciones morales en armonía con el conocimiento y posesión de Dios como último fin del hombre por medio de la práctica de la virtud: y la virtud y la verdad son los bienes más excelentes, o mejor dicho, los únicos bienes verdaderos a que el hombre debe aspirar en esta vida.
  • 17. San Agustín decía: que puesto que Dios es la misma sabiduría, el verdadero filósofo es aquel que ama a Dios. Sentencia que puede acomodarse sin violencia a lo que acabamos de decir de la Filosofía, por más que su sentido natural en San Agustín se refiera a la sabiduría sobrenatural. 3º La historia enseña que la Filosofía, a vuelta de muchos y graves errores, ha contribuido poderosamente al desarrollo y progreso de las ciencias, así naturales y físicas como morales y políticas, las cuales todas tienen su base y reciben sus principios de la Filosofía, que viene a ser como el tronco del cual derivan todas aquellas ciencias de una manera más o menos inmediata y directa. Lo mismo puede decirse del desarrollo y progreso de las instituciones sociales y políticas, de la legislación, y en general de los principales elementos y manifestaciones de nuestra civilización. 4º Ni es menos evidente la utilidad de la Filosofía bajo el punto de vista cristiano; pues la experiencia, la historia y la razón enseñan de consuno: 1) que la Filosofía abre y prepara el camino para reconocer la verdad de la Religión Cristiana: 2) que sirve de poderoso auxiliar a la fe, ya para defenderla contra los ataques de los herejes e incrédulos, ya para poner de relieve su verdad y sus ventajas, ya para exponer y desarrollar de una manera racional y científica sus dogmas, y sobre todo y principalmente, para sistematizar la doctrina de la revelación por medio de la Teología, la cual recibe de la Filosofía su organismo científico. Para que la Filosofía pueda obtener estos resultados es preciso que se sujete a las leyes de la filosofía cristiana. VIII. LEYES DE LA FILOSOFÍA CRISTIANA Las cuales pueden reducirse a las siguientes: 1ª No enseñar ni afirmar cosa alguna que se oponga a las verdades reveladas por Dios. Una verdad no puede ser contraria a otra verdad; y las verdades enseñadas por Dios poseen los caracteres de certeza absoluta, siendo como es imposible que Dios sea falible o engañe a otros. 2ª Exponer los problemas fundamentales de la Filosofía de tal manera que su solución no conduzca lógicamente a conclusiones o deducciones que no puedan conciliarse con las verdades de la revelación. Si, como hemos dicho más arriba, una verdad no puede ser contraria a otra verdad, deberemos desconfiar con justicia de toda solución determinada de algún problema filosófico, si esta solución conduce lógicamente a deducciones o doctrinas contrarias a la verdad revelada.
  • 18. 3ª Conservar la vista fija en las verdades de la revelación, ya porque sirven de punto de apoyo y de partida para proceder con seguridad en la investigación y solución de los problemas filosóficos, ya principalmente porque estas verdades, como manifestaciones que son de la Razón divina derraman mucha luz sobre las verdades del orden puramente natural y especialmente sobre ciertos problemas filosóficos de la mayor importancia y trascendencia. La misma historia de la Filosofía nos revela que la doctrina católica ha hecho relativamente fácil y sencilla la solución de los grandes problemas sobre el origen del mundo, sobre la providencia y acción de Dios en el universo, sobre la naturaleza y origen del mal, sobre el destino del hombre sobre la tierra y su último fin después de la muerte, problemas en orden a los cuales la antigua filosofía pagana caminaba envuelta en sombras y perpetuas contradicciones. 4ª Ilustrar, confirmar y desenvolver aquellas verdades que, aunque consideradas en sí mismas, no son superiores a la razón humana, pertenecen al propio tiempo a la revelación, ya por razón de su importancia moral y religiosa, ya principalmente porque si no exceden las fuerzas físicas de la razón, sí exceden las fuerzas morales de la generalidad de los hombres, los cuales no se hallan en aptitud y condiciones para llegar a su conocimiento de aquella manera pronta, expedita y segura que reclama su importancia en el orden moral, social y religioso. Tales son, entre otras, la existencia y providencia de Dios, la inmortalidad del alma, su destino presente y futuro, la creación libre del mundo. 5ª Indicar y exponer la relación que algunas verdades reveladas y superiores a la razón tienen con otras verdades puramente naturales, como sucede, por ejemplo, con los dogmas relativos a la gracia y al pecado original, dogmas en los cuales el filósofo cristiano descubre relaciones y analogías con ciertos fenómenos naturales y de experiencia, y que al propio tiempo derraman viva luz sobre ciertos problemas filosóficos. 6ª Tener presentes los escritos y tomar en cuenta la doctrina filosófica de los Padres de la Iglesia y Doctores escolásticos, y con especialidad de Santo Tomás; porque en las obras de los Padres de la Iglesia y de los Escolásticos, se halla contenida la filosofía cristiana, y por consiguiente la filosofía verdadera en cuanto a la solución de los problemas fundamentales y más importantes de la Filosofía. Esto no quiere decir que se halle todo en aquellos escritos, ni tampoco que hayamos de adoptar siempre sus opiniones filosóficas, especialmente cuando se trata de materias o problemas de importancia secundaria, ni menos que su filosofía sea completa quoad omnia, de modo que no pueda ser modificada, perfeccionada y completada en muchas materias con el progreso y doctrinas de la filosofía moderna.
  • 19. Sin embargo, con respecto a Santo Tomás, bien puede decirse que en sus diferentes obras se encuentra cuanto de sólido y verdaderamente filosófico ha añadido la filosofía moderna a la antigua de los Padres y Escolásticos. Una filosofía escrita y enseñada con sujeción a estas leyes será una filosofía cristiana, y por lo mismo sólida y verdadera, en la cual no hallarán cabida los monstruosos errores del positivismo y panteísmo que degradan y desprestigian a la filosofía moderna. 4. LOS MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA La disposición de la mente para plantearse los problemas de la realidad y resolverlos, es lo que constituye la actitud filosófica. Esta actitud comprende tres actividades fundamentales: la primera actividad es la disposición problemática; la segunda la disposición teorética y, la tercera la voluntad de abstracción. La segunda actividad es la que fija el método y elabora un sistema. El método científico emplea la inducción, la deducción y la verificación. A la filosofía le es impracticable el método científico. Fundamentalmente se han establecido dos caminos para llegar a la verdad en filosofía: el método DISCURSIVO que busca la verdad discurriendo alrededor de las cosas hasta aprehenderlas a través de diversos momentos; por eso es un método indirecto o mediato. El método INTUITIVO busca la verdad directa o inmediatamente de las cosas, aprehendiéndolas en un instante. Entre los métodos discursivos, podemos señalar: la mayéutica de Sócrates, la dialéctica platónica, la lógica aristotélica, el método escolástico, el método de Descartes y la dialéctica hegeliana. Podemos agregar la fenomenología de Husserl. I. LA MAYÉUTICA DE SÓCRATES Propiamente a partir de Sócrates, o sea en el siglo IV antes de Jesucristo, en Atenas empezó a haber una filosofía consciente de sí misma y sabedora de los métodos que emplea. Sócrates es, en realidad, el primer filósofo que nos habla de su método. Sócrates nos cuenta cómo filosofa. ¿Cuál es el método que Sócrates emplea? Él mismo la ha denominado la mayéutica. Esto no significa más que la interrogación. Sócrates pregunta. El método de la filosofía consiste en preguntar.
  • 20. Cuando se trata, para Sócrates, de definir, de llegar a la esencia de algún concepto, sale de su casa, se va a la plaza pública de Atenas, y a todo el que pasa por delante de él lo llama y le pregunta: ¿qué es esto? Así, por ejemplo, un día Sócrates sale de su casa preocupado en averiguar qué es la valentía, qué es ser valiente. Llega a la plaza pública y se encuentra con un genial ateniense. Entonces se dice: Aquí está; éste es el que sabe lo que es ser valiente, puesto que es el general, el jefe. Y se acerca y le dice: ¿Qué es la valentía? Tú que eres el general del ejército ateniense, tienes que saber qué es la valentía. Entonces el otro le dice: ¡Claro está! ¿Cómo no voy a saber yo qué es la valentía? La valentía consiste en atacar al enemigo y en no huir jamás. Sócrates se rasca la cabeza y le dice: Esa contestación que me has dado no es del todo satisfactoria; y le hace ver que muchas veces en las batallas los generales mandan al ejército retroceder para atraer al enemigo a una determinada posición y en esa posición echársele encima y destruirlo. Entonces el general rectifica y dice: Bueno, tienes razón. Y da otra definición; y sobre esta segunda definición, otra vez Sócrates ejerce su crítica interrogante. Sigue no quedando satisfecho y pidiendo otra nueva definición; y así, a fuerza de interrogantes, hace que la definición primeramente dada vaya atravesando por sucesivos mejoramientos, por extensiones, por reducciones, hasta quedar ajustada lo más posible, sin llegar nunca a ser perfecta. Ninguno de los diálogos de Sócrates, que nos ha conservado Platón -en donde reproduce con bastante exactitud los espectáculos o escenas que él presencia- consigue llegar a una solución satisfactoria, sino que se interrumpen, como dando a entender que el trabajo de seguir preguntando y seguir encontrando dificultades, interrogantes y misterios en la última definición dada, no se puede acabar nunca. II. LA DIALÉCTICA DE PLATÓN Platón perfeccionó el método de su maestro conservando la forma de contraponer las ideas. Para Platón el elemento inicial del diálogo que el alma sostenía consigo misma, es la IDEA INTUITIVA que se va esclareciendo a través del proceso crítico que la razón sigue en su discurrir. Este discurrir se realiza anteponiendo a cada idea (tesis) otra que la contradice (antítesis) hasta lograr su depuración. La existencia de la idea intuitiva la explica Platón mediante el mito de la caverna (Platón, La República, libro séptimo). Luego la dialéctica tienen dos partes: la intuición de la idea, y el esclarecimiento de dicha idea.
  • 21. Platón supone que el alma, antes de estar encerrada en el cuerpo, habitó en el Topos Uranos, un mundo de perfección, donde conoció a las ideas, es decir las esencias y modelos de todas las cosas. Al encarnar, olvido todo lo que vio. Cuando el hombre busca la verdad tiene que recordar algo de lo que vio en el Topos Uranos, este recuerdo es el elemento intuitivo inicial que tiene que esclarecer mediante el método discursivo. Este esclarecimiento nunca es absoluto y por ello el entendimiento humano nunca puede lograr el conocimiento absoluto. III. LA LÓGICA DE ARISTÓTELES Aristóteles busco los principios que rigen el tránsito de las ideas al discurrir en busca de la verdad, y así descubrió las leyes que rigen el pensamiento. Elevó la dialéctica a la categoría de ciencia, con el nombre de LÓGICA. La lógica emplea la deducción: según este método, un conocimiento particular se deriva (deduce, infiere) de otro general usando un tercero que le sirve de medio; si en ese tránsito del uno al otro se cumplen las leyes descubiertas, el conocimiento inferido es verdadero. Este mecanismo constituía el ORGANON (instrumento) siendo el SILOGISMO su principal expresión. Ejemplo de un sencillo silogismo y su esquema: - Todo hombre es mortal (premisa mayor) - Juan es hombre (premisa menor) - Luego Juan es mortal (conclusión) El silogismo tiene diversas formas y reglas propias. IV. EL MÉTODO ESCOLÁSTICO Esta concepción de la lógica como método de la filosofía es heredada de Aristóteles por los filósofos de la Edad Media; los cuales la aplican con un rigor extraordinario. Es curioso observar cómo los escolásticos, y entre ellos principalmente Santo Tomás de Aquino, completan el método de la prueba, el método del silogismo, como una especia de reviviscencia de la dialéctica platónica.
  • 22. El método que siguen los filósofos de la Edad Media no es solamente, como en Aristóteles, la deducción, la intuición racional, sino que además es la contraposición de opiniones divergentes. Santo Tomás, cuando examina una cuestión, no solamente deduce de principios generales los principios particulares aplicables a la cuestión, sino que además pone en columnas separadas las opiniones de los distintos filósofos, que son unas en pro y otras en contra; las pone frente a frente, las critica unas con otras, extrae de ellas lo que puede haber de verdadero y lo que puede haber de falso. Son como dos ejércitos en batalla; son realmente una reviviscencia de la dialéctica platónica. Y entonces el resultado de esta complementación con el ejercicio de la educación y de la prueba, da lugar a las conclusiones firmes del pensamiento filosófico. Si resumimos lo esencial en el método filosófico que arranca de Sócrates, pasando por Platón y Aristóteles, llega hasta toda la Edad Media en la Escolástica, nos encontramos con que lo más importante de este método es su segunda parte. No la intuición primaria de que se parte, de que se arranca, sino la discusión dialéctica con que la intuición ha de ser confirmada o negada. Lo importante, pues, en este método de los filósofos anteriores al Renacimiento, consiste principalmente en el ejercicio racional, discursivo; en la dialéctica, en el discurso, en la contraposición de opiniones; en la discusión de los filósofos entre sí o del filósofo consigo mismo. V. EL MÉTODO DE DESCARTES En cambio, a partir del Renacimiento y muy especialmente a partir de Descartes, el método cambia completamente de cariz, y el acento va ahora a recaer, no tanto sobre la discusión posterior a la intuición, como sobre la intuición misma y los métodos de lograrla. Es decir, que si el método filosófico en la antigüedad y en la Edad Media se ejercita principalmente después de tenida la intuición, el método filosófico en la edad moderna pasa a ejercitarse principalmente antes de tener la intuición y como medio para obtenerla. En el Discurso del Método, Descartes se preocupó por llegar a una evidencia clara y distinta; es decir, cómo llegar a una intuición indubitable de la verdad. Los caminos que conducen a esa intuición (no los que después de la intuición la afianzan, la prueban, la rectifican o la depuran, sino los que conducen a ella) son los que a Descartes le interesan principalmente.
  • 23. El método es, pues, ahora preintuitivo, y tiene como propósito esencial lograr la intuición. ¿Cómo va a poderse lograr la intuición? No va a poderse lograr más que de un modo, que es buscándola, lo que quiere decir dividiendo en partes todo objeto que se nos ofrezca confuso, oscuro, no evidente, hasta que alguna de esas partes se nos convierta en un objeto claro, intuitivo y evidente. Entonces ya tenemos la intuición VI. LA DIALÉCTICA DE HEGEL El término dialéctica ha tenido varios significados. Nace con Sócrates y significa arte de dialogar. Tienen como fin definir los conceptos. En Platón la dialéctica es un proceso lógico. Consiste en remontarse del mundo sensible a las ideas, que constituyen su principio. El filósofo irá de idea en idea hasta llegar a la idea del Bien, que es la idea suprema. La dialéctica será el camino para llegar hasta el bien. En Aristóteles la dialéctica se opone a la analítica. La dialéctica, será el estudio de los razonamientos que sólo son probables, porque se fundan en simples opiniones. Encontramos aquí dos sentidos claramente distintos de dialéctica: para Platón es el método para buscar la verdad; para Aristóteles es un razonamiento sin fundamento ni verdad. Para Hegel, la dialéctica es el método propio de la filosofía. Es a la vez una marcha del pensamiento humano y un desarrollo de las cosas según su ley inmanente. Hegel emplea la dialéctica para determinar el movimiento. Puesto en forma esquemática diremos que: opone a un primer término (tesis) su contrario (antítesis) que luego resume en un tercero (síntesis). Aplicando este método a la ontología o tratado del ser diremos: SER (tesis) NO-SER (antítesis) DENEVIR (Síntesis). Como se ve, Hegel considera el devenir (movimiento) como la síntesis de toda la realidad. VII. LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL Se asemeja más al método intuitivo. No es fácil aclarar ni el método ni la filosofía de Husserl.
  • 24. Según este filósofo alemán, la fenomenología es un método de conocimiento, y consiste en la visión intelectual del objeto basándose en una intuición para llegar al conocimiento de la esencia pura. Husserl llama a las cosas "lo dado" lo que se nos presenta. Para realizar la visión intelectual y la intuición, hay que señalar la "reducción" (es la epoké de los griegos: suspender el juicio, la afirmación o negación sobre algo). Es preciso hacer una triple reducción o eliminación: eliminar todo lo subjetivo (nuestra actitud ante el objeto debe ser objetiva, sin prejuicios); eliminación de todo lo teórico (hipótesis, presupuestos, postulados que haya sobre el objeto dado); eliminación de toda tradición (lo que se ha venido enseñando acerca del objeto). Una vez purificado el objeto hay que hacer aún una doble reducción o eliminación: la de la existencia de las cosas (no la negación) y la de todo lo que puede ser accesorio a la esencia de la cosa, para que quede la esencia pura. Como se ve es una operación compleja y difícil, llamada por Husserl reducción eidética, que no puede identificarse con la abstracción aristotélica. Todavía dice Husserl que la cosa, lo dado es el "fenómeno", de allí el nombre del método fenomenológico, pues el acto de intuir es una enunciación intelectual del fenómeno, un "logos" mental. VIII. LOS MÉTODOS INTUITIVOS Será una captación directa de la verdad. Es preciso distinguir la intuición sensorial (que no es método filosófico) y la intuición espiritual que tiene tres caminos: el intelectivo, el emotivo y el volitivo. Por la intuición intelectiva, el espíritu capta la ESENCIA de los objetos; por la intuición volitiva, la EXISTENCIA, y por la emotiva capta el VALOR de los mismos objetos. Henri Bergson empleo este método 5. METODOLOGÍA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA I. CONCEPTO DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA Aristóteles da comienzo a sus catorce libros Metaphysicorum con aquella afirmación de todos conocida, a saber: que todos los hombres desean naturalmente saber (omnes homines natura scire desiderant), o poseen natural inclinación a la ciencia. Afirmación es esta que, aunque parece vulgar a primera vista, encierra profundo sentido filosófico, según se desprende de las reflexiones luminosas que hace Santo Tomás al exponer y comentar, con su acostumbrada penetración y seguridad, esta sentencia del Estagirita.
  • 25. A nuestro intento, sin embargo, en la ocasión presente, basta recordar que ese deseo de saber, espontáneo y universal en el hombre, de que nos habla el discípulo de Platón, es el grano de mostaza que creció y crece, se desarrolló y se desarrolla, hasta constituir la ciencia filosófica, cuya historia tratamos de escribir. Pero, ¿qué se entiende por esta ciencia filosófica? ¿Qué materias y cuestiones constituyen la esencia y el ser de la Filosofía, y representan, por consiguiente, el dominio y los límites de su historia? Preguntas son estas que entrañan un problema nada fácil de resolver, al menos con seguridad y precisión exacta. Porque, si volviendo la vista atrás, echamos una rápida ojeada sobre el sentido y significación que se ha dado a la palabra filosofía en diversas épocas y por diferentes autores, nos será sumamente difícil determinar, circunscribir y fijar aquel sentido y aquella significación, y, consiguientemente, la naturaleza y el dominio de la Filosofía y de su historia. Zeller observa con razón que la palabra filosofía recibió entre los griegos sentidos y significaciones muy diferentes. Y, en efecto: si recorremos los escritos de Herodoto, Jenofonte, Platón y Sócrates y algunos otros, veremos que la denominación de filósofo se tomaba con frecuencia como sinónima de sabio, de sofista, de físico o naturalista, y alguna vez se aplicaba a los poetas y artistas. En general, puede decirse que al principio toda cultura del espíritu humano, la aplicación o ejercicio de su actividad en cualquiera de sus fases, la manifestación, en fin, de la virtualidad y fuerza nativa de la razón humana en esfera superior a la del vulgo o generalidad de los hombres, recibía el nombre de filosofía y también de sabiduría. Porque es sabido que en sus primeros pasos estos dos nombres marcharon, por punto general, confundidos y como identificados, y aun puede añadirse que estuvo más en uso el segundo que el primero hasta la época de Pitágoras y hasta la enseñanza de Platón, cuyos escritos contribuyeron mucho, no ya sólo a generalizar el uso de la palabra filósofo, sino también a concretar y fijar su verdadero sentido. Al mismo resultado contribuyeron igualmente los escritos y la enseñanza de Aristóteles; pues si bien es cierto que tanto éste como su maestro emplean alguna vez la palabra filosofía en su sentido primitivo y vago, generalmente le atribuyen una significación concreta, diferencial y científica. Que si para Platón la Filosofía es el esfuerzo por medio del cual el espíritu humano se eleva al conocimiento objetivo del ser y de la perfección moral, y distingue lo que es de lo que aparece, lo inteligible de lo sensible y fenoménico, para su discípulo la Filosofía es el conocimiento reflejo y sistemático de los
  • 26. principios del ser y del conocer, la investigación científica del mundo y de sus primeras causas, y del hombre con sus potencias, su origen y sus fines. En las escuelas que posteriormente se formaron al calor de la restauración socrática, y bajo la influencia más directa e inmediata de Platón y Aristóteles, el nombre y noción de Filosofía vuelven a perder la precisión y el sentido racional, concreto y científico que habían recibido de la boca y en los escritos de aquellos dos grandes filósofos. En muchas de estas escuelas, la Filosofía queda reducida a la investigación ética, o, mejor dicho, a la investigación de los bienes en que consiste la felicidad del hombre, y medios de llegar a su posesión. En otras, la ciencia filosófica es amalgamada y confundida con la erudición histórica, la crítica, la música, la gramática y otras semejantes. En algunas, finalmente, el elemento mitológico, la simbólica, la teurgia y la magia, absorben, si ya no decimos que ahogan, la Filosofía, en el sentido propio de la palabra. En resumen: desde los primeros tiempos históricos hasta Pitágoras, la denominación de filósofo y la de sabio, equivalente por entonces de la anterior, se daba a los que sobresalían o se distinguían del vulgo por alguna cultura superior del espíritu, o porque poseían conocimientos especiales en cualquier ramo, ciencias, artes, literatura, gobierno, y c., y también a los que se distinguían de la generalidad por la práctica de la virtud o ejercicios de obras buenas. A esta primera época podemos aplicar las palabras de Cicerón, cuando escribe: Omnis rerum optimarum cognitio atque in his exercitatio Philosophia nominata est. Desde Pitágoras hasta Aristóteles inclusive, el nombre y noción de la Filosofía se determinan, aclaran y fijan paulatinamente hasta adquirir significación propia y diferencial, y, por último, se presenta, aunque con cierta vaguedad, entre vacilaciones pasajeras y con alguna obscuridad, como la ciencia del mundo, de Dios y del hombre, como la investigación científica, consciente y refleja de la esencia, de las leyes y de las relaciones de la realidad objetiva. Y aquí es digno de notarse que algunos de estos filósofos, y principalmente Sócrates y Platón, reconocen y confiesan que la ciencia que el hombre puede alcanzar de estos objetos es muy imperfecta y como nada en comparación de la ciencia de Dios, único verdadero sabio, y único que posee la ciencia verdadera y digna de este nombre. En las escuelas posteriores, la idea de la Filosofía, o se circunscribe a la investigación de la felicidad de la vida humana y de sus condiciones, como las escuelas cínica, cirenaica, epicúrea, y c., o amalgama y confunde toda clase de conocimientos, desde la retórica y poética, hasta la magia y la simbólica, como las diferentes ramas y fases del neoplatonismo, o subordina todos estos conocimientos, lo mismo que la especulación metafísica, a la idea ética, como aconteció en la escuela estoica, para la cual no había más Filosofía ni más investigaciones metafísicas que el estudio y la práctica de la virtud, a la cual debía
  • 27. subordinarse todo lo demás; pues, como escribía Séneca, Philosophia studium virtutis est, sed per ipsam virtutem. Despréndase de lo dicho que la historia de la Filosofía, ni debe abrazar todo lo que algunas escuelas y filósofos apellidaron Filosofía, ni tampoco debe limitarse a lo que otras escuelas y otros filósofos designaron con este nombre, sino que debe marchar y moverse en relación y armonía con la noción o idea propia de la Filosofía. La cual, según queda indicado, abraza el conocimiento racional, o al menos la investigación científica de la esencia, leyes y relaciones generales de la realidad. La idea de Filosofía, y consiguientemente su historia, no descienden al objeto y terreno propios de las ciencias particulares, consideradas como tales, sino que se mantienen en las investigaciones, conocimientos y sistemas que de una manera más directa y general se relacionan con Dios, el mundo y el hombre, que son los tres grandes objetos que integran la realidad objetiva, cuya esencia, leyes generales y relación, constituyen y representan la materia y como el objeto específico de la Filosofía. II. OBJETO DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA Historia de la Filosofía es la exposición fiel, científica y crítica de las doctrinas filosóficas que ha habido en el mundo. En realidad es una parte de la historia universal, ya que el conocimiento discursivo y por las últimas causas que han tenido los hombres acerca de Dios, del Hombre y del Mundo, es uno de los más importantes e influyentes hechos de la humanidad. Podemos considerar la historia de la filosofía como: Historia, como crítica y como ciencia. Como historia debe exponer fielmente las doctrinas filosóficas, investigándolas en sus fuentes. Como crítica, debe juzgarlas imparcialmente a la luz de la recta razón. Como ciencia, ha de señalar las causas que han dado origen a las diversas doctrinas y por consiguiente, las relaciones de filiación y parentesco que ligan unos con otros los sistemas. El objeto primario de la historia de la filosofía es el estudio de las principales escuelas, sistemas y teorías filosóficas que han existido en los pueblos cultos. Escuela filosófica es un grupo de filósofos adictos a las enseñanzas características de un Maestro. Ej.: Pitagorismo, tomismo, cartesianismo. Sistema filosófico es un conjunto orgánico de doctrinas filosóficas. Ej.: el materialismo, el empirismo, el idealismo. Teoría filosófica es una hipótesis que trata de explicar un hecho o fenómeno particular. Ej.: la teoría cosmogónica de Laplace para explicar el origen del cosmos.
  • 28. III. MATERIA Y FORMA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA La materia de la historia de la Filosofía es de dos maneras o especies: interna y externa. La materia interna es la misma Filosofía considerada como esfuerzo consciente, sistemático y progresivo de la razón, para el conocimiento de la realidad concebida desde un punto de vista general, en su esencia, sus leyes y sus relaciones fundamentales. Si se quiere expresar la misma idea con otros términos, puede decirse que la materia interna de la historia de la Filosofía son los varios sistemas filosóficos que aparecen en diferentes puntos del espacio y del tiempo, como productos del esfuerzo de la razón, o, mejor, como productos y manifestaciones del trabajo metódico y consciente de la inteligencia en orden al conocimiento general y científico de la realidad. La razón, la experiencia y las ciencias históricas demuestran de consuno que la inteligencia del hombre se halla sometida a ciertas condiciones exteriores que influyen de una manera más o menos directa y eficaz en su desenvolvimiento, ora favoreciendo y acelerando éste, ora contrariando su energía, ora comunicándole determinada dirección. Y esto es lo que constituye y representa la materia externa de la historia de la Filosofía; porque la verdad es que esta historia no sería completa ni llenaría su objeto si, al ocuparse de la materia interna y de los sistemas filosóficos, no se hiciera cargo y no tomara en consideración los acontecimientos, circunstancias y condiciones que ejercieron influencia más o menos eficaz y decisiva en el desenvolvimiento de la razón filosófica, en el origen, naturaleza, direcciones y efectos de los sistemas. Pertenecen a este género y forman parte de la materia externa de la historia de la Filosofía: a) la persona de los filósofos, con los datos referentes a su vida y costumbres, a su carácter moral, a la fuerza o intensidad de su inteligencia, a sus estudios, maestros, y c.; b) el grado y caracteres de la civilización del pueblo en que nació o vivió el filósofo, la religión y la lengua del país, y la educación recibida; c) el espíritu general de la época y la constitución e ideas políticas reinantes; y, finalmente, en menor escala, el clima, las condiciones geográficas y geológicas del país, los sucesos históricos contemporáneos o inmediatos, las revoluciones, y c. Así como la combinación oportuna y racional de los términos y proposiciones constituye la forma del silogismo, según los lógicos, así también la forma de la historia de la Filosofía debe consistir, y consiste, en la coordinación metódica, racional y oportuna de lo que constituye la materia interna y externa de la misma. El elemento principal, la condición más indispensable para alcanzar esta coordinación metódica que constituye la forma de la historia de la Filosofía, consiste en no perder de vista que en esta historia debe entrar por mucho el
  • 29. estudio y conocimiento de las causas y efectos que determinaron el proceso de los múltiples sistemas filosóficos que en la misma se presentan. En otros términos: entonces podrá decirse que la historia de la Filosofía posee su verdadera y propia forma, cuando la materia interna y la externa reciban disposición o combinación adecuada para representar con la posible claridad y exactitud el desenvolvimiento sucesivo de la razón filosófica, juntamente con las causas y razones del orden, alternativas y vicisitudes de este desenvolvimiento. Dicho se está de suyo que no se trata aquí de lo que pudiéramos llamar la forma externa y accidental de la historia de la Filosofía, o sea de la forma resultante de las cualidades del estilo, división por capítulos, libros o párrafos, colocación de textos, y c., sino que se trata de la forma interna y substancial, por decirlo así, por medio de la cual la historia de la Filosofía, no solamente se distingue esencialmente de todas las demás historias y ciencias, sino que, por razón de esa forma, constituye un verdadero conjunto histórico-científico, con unidad una y verdadera. La forma de la historia de la Filosofía será imperfecta, si la disposición oportuna y la combinación adecuada de los materiales no se halla informada y vivificada por un criterio fijo, amplio y comprensivo, capaz de percibir el sentido íntimo y real de los sistemas y doctrinas, comunicando al propio tiempo a su historia cierta unidad, cierta uniformidad doctrinal, basada en la convicción real y en el criterio filosófico del historiador. Porque no somos de aquellos que creen que el historiador de la Filosofía debe carecer de sistema filosófico, o que al menos debe ocultar sus ideas. Lejos de eso, opinamos, por el contrario, que el historiador de la Filosofía necesita tener un sistema, una concepción sistemática, un criterio general, que pueda servirle de guía, de norma y como medida para comprender las doctrinas de los filósofos, juzgar de su importancia y relaciones mutuas, discernir su valor real y la naturaleza de sus resultados e influencias en la historia y la civilización. Cierto es que el historiador de la Filosofía debe poner exquisito cuidado en no dejarse llevar de sus aficiones y convicciones personales al juzgar y criticar las doctrinas de los filósofos; cierto que debe ante todo exponer con fidelidad y exactitud las opiniones y sistemas que se suceden en el campo de la Filosofía; pero de aquí no se infiere que deba carecer de sistema propio. Para exponer con imparcialidad y verdad las opiniones de los otros, no se necesita ser escéptico o carecer de convicciones en la materia. Y es absurdo afirmar o suponer que el mejor historiador de la Filosofía sería aquel que careciese de sistema propio y de convicciones fijas en materia de Filosofía, como sería absurdo pretender que el mejor historiador del Derecho sería un hombre que no profesara opinión alguna determinada y fuera completamente escéptico en la materia. Por punto general, en esta materia, como en tantas otras, los que hacen más alarde de libertad de juicio, de amplitud de miras y de imparcialidad, son los que
  • 30. en la práctica las observan menos y los que más se apresuran a juzgar de las doctrinas y sistemas filosóficos, no solamente con sujeción a su criterio personal, sino con sujeción a sus apasionamientos racionalistas y anticristianos IV. MÉTODOS DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 1º.- Método biográfico que expone la vida del filósofo, sus obras y sus doctrinas; busca las fuentes y los motivos de las ideas de cada filósofo y la influencia que ha ejercido sobre los demás. 2º.- El doxológico que hace de las doctrinas el objeto primario, y de los datos biográficos, el secundario. 3º.- El sistemático o monográfico, que trata por separado y sistematiza los diversos problemas filosóficos, exponiendo en cada uno: su origen, desarrollo, soluciones diversas. Ej.: el conocimiento humano, el origen del cosmos. 4º.- El método pragmático (pragma = hecho, práctica) compara unos con otros: sistemas, escuelas, épocas, naciones, para deducir leyes generales del pensamiento, o el origen y desenvolvimiento de una noción, teoría o sistema. Por ejemplo, cuando se estudia, como recapitulación, el desarrollo, caracteres y frutos de la filosofía helenística, medieval, renacentista, etcétera. V. IMPORTANCIA Y UTLIDAD DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA La importancia y utilidad de la historia de la Filosofía se infiere y resulta de la naturaleza misma de la Filosofía. Porque si ésta representa la evolución superior de la razón humana como facultad de conocimiento en el orden natural; si la Filosofía es la suprema de las ciencias humanas; si es la base y coronamiento de todas las demás ciencias y aun de las artes; si lleva en su seno íntimas y múltiples relaciones con la religión y el destino final del hombre, si la Filosofía representa y contiene uno de los elementos más poderosos, eficaces y permanentes del movimiento histórico y civilizador del género humano, evidente será de toda evidencia, que son muy grandes e incontestables la importancia y utilidad de su historia. Así, pues, la historia de la Filosofía es una especie de complemento de la Filosofía, y desde ese punto de vista, su importancia y utilidad vienen a confundirse e identificarse con la utilidad e importancia de la misma Filosofía. En este concepto, la historia de la Filosofía se halla en contacto con todos los grandes objetos de la actividad humana, e influye de una manera directa o indirecta en casi todas las ciencias y artes, en el conocimiento del proceso y vicisitudes de la historia humana, y facilita el camino para conocer, juzgar y medir la naturaleza de las diferentes civilizaciones, y la de las diferentes fases o manifestaciones religiosas que dominaron y dominan entre los hombres.
  • 31. Por otra parte, con el estudio de la historia de la Filosofía, el espíritu adquiere insensiblemente cierta independencia y superioridad para juzgar y criticar las doctrinas; se pone en estado de conocer y aplicar las reglas más convenientes para la investigación científica de la verdad; descubre nuevos caminos y direcciones posibles en el desenvolvimiento de la razón y de la ciencia, ensanchando los horizontes de ésta. A esto se añade que es auxiliar muy eficaz y poderoso para marchar con relativa seguridad por los caminos de la verdad y de la ciencia, y para conocer las aberraciones de la razón humana, sus causas y efectos, conocimiento que es resultado natural y lógico del estudio de la historia de la Filosofía. Y este estudio contribuye también, y no poco, a desterrar las preocupaciones o prejuicios; a imprimir en el espíritu elevación de miras, y a comunicarle cierta modestia y sobriedad de juicio, muy en armonía con las prescripciones del Catolicismo, y muy en armonía también con la dignidad del hombre y de la ciencia. Empero téngase presente, y no se olvide nunca, que la modesta sobriedad de juicio que prepara e inspira el estudio recto de la historia de la Filosofía, no debe confundirse ni con la mentida sobriedad del eclecticismo, que envuelve la negación de la verdad real y absoluta, ni mucho menos con esa indiferencia de que algunos alardean, que concede iguales derechos a la verdad y al error, al bien y al mal, indiferencia absurda e inmoral, que coincide y se identifica con el escepticismo absoluto. VI. VISIÓN PANORÁMICA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA Por supuesto que existen varios criterios para dividir la historia de la filosofía, como los hay para la división de la historia universal. Aquí expondremos uno de esos variados criterios. 1.- FILOSOFÍA GRIEGA (Siglos VI a. C. al III d. C.) Constituye la superación de los antiguos mitos cosmogónicos al intentar una comprensión racional del universo mediante abstracciones inteligibles. La filosofía griega la podemos dividir en diversos períodos y escuelas de la siguiente manera: A) Período cosmológico o presocrático: Se extiende desde el siglo VI a.C. hasta el año 450 a. C. - Escuela jónica Tales Anaximandro Anaxímenes - Escuela pitagórica Pitágoras
  • 32. - Escuela eleática Parménides Zenón Meliso - Escuela pluralista Empédocles Anaxágoras Demócrito B) Período antropológico o sistemático: Comprende desde el año 450 hasta el 322 (muerte de Aristóteles). - Sofistas - Sócrates - Platón - Aristóteles C) Período Helenístico-Romano: Desde el año 322 hasta el siglo III d. C. Aparecen las siguientes escuelas: - Escuela cínica - Diógenes - Escuela cirenaica - Aristipo de Cirene - Escuela estoica - Zenón de Citio - Escuela epicúrea - Epicuro - Escuela escéptica - Pirrón - Escuela neoplatónica - Ammonio Sacas 2.- FILOSOFÍA MEDIEVAL (Siglos III a XV). Comprende el estudio de la filosofía cristiana y patrística, la filosofía judía e islámica, y sobre todo la filosofía escolástica, representada por el tomismo. A) Patrística: Defensa del cristianismo contra los ataques del paganismo. - Escuela gnóstica - Apologetas San Justino San Ireneo Tertuliano Orígenes San Clemente de Alejandría - San Agustín B) Filosofía árabe y judía: Transmisión del pensamiento aristotélico a los
  • 33. países occidentales. - Árabes Avicena Averroes - Judíos Maimónides C) Escolástica: Método y sistema de pensamiento característico de la Edad Media. - Inicios (Siglo IX) Juan Escoto Eríugena San Anselmo - Apogeo (Siglo XIII) San Alberto Magno Santo Tomás de Aquino San Buenaventura Rogerio Bacon - Decadencia (Siglo XIV-XV) Duns Escoto Guillermo de Ockam Nicolás de Cusa 3.- FILOSOFÍA MODERNA (Siglos XVI al XIX) Aquí se estudiará el Renacimiento, la reforma, el racionalismo de Descartes y sus continuadores, el empirismo inglés, la ilustración, el idealismo alemán. - Renacimiento Juan Luis vives Erasmo de Rotterdam Tomás Moro Nicolás Maquiavelo - Reforma Martín Lutero Juan Calvino - Racionalismo cartesiano Descartes Malebranche Pascal Spinoza
  • 34. Leibniz - Empirismo inglés Francis Bacon Hobbes Locke Berkeley Hume - Ilustración Voltaire Montesquieu Rousseau - Idealismo alemán Kant Fichte Schelling Hegel 4.- FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA (Siglos XIX al XX) Aquí se estudiará el positivismo, el materialismo dialéctico, el vitalismo, el modernismo, la fenomenología, el neopositivismo, el neotomismo, el existencialismo, etc. - Positivismo Comte Stuart Mill Spencer - Materialismo dialéctico Marx Engels - Vitalismo Kierkegaard Nietzsche Unamuno - Modernismo Schell Loisy Tyrrel - Fenomenología Husserl Scheler
  • 35. - Neopositivismo Russell Wittgentein Ayer - Neotomismo Mercier Gardiel Maritain Gilsons Grabmann - Existencialismo Marcel Jasper Heidegger Sartre 5. Glosario de Términos Arjé. Primer principio, realidad primordial. Los filósofos presocráticos intentaron responder a la pregunta « ¿De qué sustancia primordial han surgido todas las cosas?».Tiene que haber algo que sea principio de todo y causa de la variedad que percibimos.¿Hay un único principio o son varios? Las respuestas a estas preguntas fueron diferentes. Así, hubo filósofos, que hablaron de un solo principio originario (Tales, Anaxímenes, Anaximandro) y otros que mencionaron más de uno (Empédocles, Anaxágoras, Pitágoras, atomistas). Dialéctica. Concebida por Platón como la ciencia de los primeros principios. Difiere de las demás ciencias, en que hace caso omiso de las hipótesis. La dialéctica, como arte del debate mediante preguntas y respuestas, se asocia a Sócrates de los diálogos platónicos. Filosofía. De philein, amar y sophia, sabiduría. Es la ciencia más general. La Filosofía ha sido tanto la búsqueda de la sabiduría, como la sabiduría buscada. Originalmente, fue la explicación racional de todas las cosas; posteriormente, ha sido la ciencia de los primeros principios del ser. Actualmente, en términos populares, sabiduría personal y ánimo sereno. Técnicamente, la ciencia de las ciencias. Logos. Término griego que significa: palabra, razón, proporción, medida, explicación. Mayéutica. Adjetivo derivado del griego maya, comadrona. Sócrates pretendía tener el mismo oficio que su madre, que era comadrona, porque traía al mundo los conceptos correctos, mediante sus preguntas.
  • 36. Mito. Presentación de la verdad, de manera simbólica y afectiva. Physis. Término griego que significa naturaleza. Razón. Capacidad de argumentar, formar conceptos, explicar y comprender. También puede significar principio que ordena la realidad. Así, se dice que la realidad tiene una estructura racional. Sócrates: Se desconoce casi todo sobre su biografía. Los únicos datos ciertos que se tienen sobre éste es que murió en el año 399 a. C. a la edad, según relató más adelante Platón, de 70 años. Hijo de un soldado y una matrona, una profesión esta última que influiría posteriormente en su discurso. Se dedicó a la filosofía buscando el conocimiento de sí mismo y la práctica de la
  • 37. virtud. Su austeridad de vida y su forma de enseñar fue una clara denuncia para sus conciudadanos. Reunió en torno a sí numerosos discípulos a quienes enseñaba en las plazas públicas, despreciado por los sofistas a quienes ridiculizaba, perseguido por los ciudadanos a quienes molestaba. Fue condenado a muerte por su impiedad. Superó la sofística al recuperar el sentido de la verdad. Es acusado de introducir nuevos dioses y corromper a la juventud, por lo que es condenado a morir ingiriendo la cicuta. Se le debe la introducción de los razonamientos inductivos y la definición universal, ambos elementos, básicos de todo principio de ciencia. Su ética está centrada en el hombre, desde el punto de vista de su interioridad (conócete a ti mismo), siendo su centro el concepto de virtud (areté) como disposición última y radical del hombre; esta virtud es ciencia. Seguía la Mayéutica consistente en una serie de preguntas ordenadas y graduadas que obligaban al interlocutor a pensar y discernir por sí mismo, llevándolo al conocimiento de la verdad. Su método lo condujo al descubrimiento de los conceptos o ideas universales de las cosas: de un número suficiente de casos se desprende una idea general, es la inducción. Que conozcamos su pensamiento se debe a sus discípulos, en especial a Platón. Platón: (427-347 a de C) Discípulo de Sócrates y su principal difusor. Es la primera lumbrera de la filosofía universal, su verdadero nombre es Aristocles; recibe el nombre de Platón por la anchura de sus espaldas. De alto linaje y muerto su maestro se dedica a viajar. En Atenas forma su propia escuela, la academia. Su obra es conocida como el idealismo platónico.
  • 38. Junto con Aristóteles; su obra se conoce casi en su totalidad. Su pensamiento parte de Sócrates, pero su gran importancia reside en el descubrimiento que hizo de las ideas. Escogió el diálogo para expresar su obra, destacando: Hipias, El Banquete, Felón, Protágoras, La República, etc. También se preguntó por el ser de las cosas y dónde encontrarlo. Utilizó el mito como medio para expresar su pensamiento, en especial en lo que se relaciona con la explicación acerca de que el ser de las cosas se encuentra en las ideas, las cuales no pueden ser accesibles directamente a nuestro conocimiento y el del olvido del hombre sobre lo que ya conoce antes de su existencia como hombre, cuando se origina por la caída de un alma de procedencia celeste; ahora el recuerdo es sólo sombra de las ideas. Llegando a la conclusión de la existencia de dos mundos, entre los cuales no hay contradicción: el mundo de las ideas, que corresponde al dominio del ser y constituye la única realidad; y el mundo de las sombras que corresponde al no-ser, es el mundo sensible, el devenir. • Julio 2011 en Chile Certificación Internac. en Coaching por Escuela Europea ¡Hasta 40% dto! www.TISOC21sl.comEnlaces patrocinados Muy bien explicado en la bella alegoría del Mito de las Cavernas. Su aporte no es solamente filosófico, sino también literario. Platón aporta conceptos sobre la estructura de la realidad, el ser y el ente, ética y política y sobre la filosofía misma. Supone dos tipos de conocimientos, el sensible aportado por los sentidos y que no pasa de ser ni simple opinión y que sólo me permite comprender las cosas materiales; y el conocimiento intelectual, el verdadero por medio del cual conocemos el mundo ideal, es recordar "reminiscencias". Conocer es recordar. El
  • 39. hombre alma y cuerpo unidas por accidente. La muerte es liberación y pasó al mundo de las ideas si has llevado una vida virtuosa (Bien Justicia Y Belleza). Es pues la virtud y la perfección de la idea del bien que purifica el alma. Por tanto de las categorías sociales Gobernantes, Guardianes o Guerreros y los trabajadores son los Filósofos los que deben tener la conducción del gobierno por su sabiduría. Aristóteles: (384-322 a. de C.) Nace en Estagira hijo de Nicómaco, médico de Filipo. A los 18 años entra en la academia platónica. A la muerte de Platón abandona Atenas. De regreso a ella funda el Liceo, llamado también escuela Peripatética. A diferencia de Platón sólo cree en la existencia de un mundo que es el real. De allí que su teoría se llame el realismo. Es la figura más grande de toda la filosofía, creador de la lógica, forjador de la metafísica, sistematizador de los conocimientos. Es el creador de la lógica, como arte de pensar e instrumento de todo conocimiento científico. Admite varios grados de conocimiento: Sensible a través de las sensaciones que recibimos de las cosas. Conocimiento experimental que de forma técnica o del saber hacer las cosas permite captar lo concreto y singular; y el conocimiento racional o intelectual que consiste en saber el porqué de las cosas. En su metafísica permite comprender como el ser no es unívoco, si no que existen diversos modos de ser; por lo que denominó la esencia y el accidente. Deduce por el acto y la potencia y su relación con el movimiento la existencia de un primer motor inmóvil, Dios; el alma y el cuerpo son un sólo compuesto que forman al hombre. Describe tres tipos de gobierno: Monarquía, Aristocracia y Democracia, identificando la sociedad con el Estado. La filosofía griega adquiere su plena madurez, y a partir de quien empezará su decadencia. Era Macedonio Helenizado y escribió tres clases de libros: los exotéricos, filosóficos o cromáticos y esotéricos. Casi todo el pensamiento de este
  • 40. filósofo ha sido base determinante de la mayor parte del pensamiento del occidente, aún hasta nuestros días, y su influencia fue marcadísima en el concepto cristiano del mundo y en la metafísica.