El Retablo de San Benito fue tallado entre 1527 y 1532 por Berruguete para la iglesia monástica de San Benito el Real en Valladolid. Berruguete creó un diseño original con formas ligeras y tensas como balaustradas y órdenes arquitectónicos coronados por una gran venera. Sus obras más importantes incluyen este Retablo y la sillería de la Catedral de Toledo.