Los cambios sociales están afectando las estructuras que sustentan a los niños y adolescentes como la familia y la escuela. La familia enseña comportamientos para vivir en sociedad a través de las actividades diarias, pero si no cumplen este papel pueden generar comportamientos antisociales. Las familias que ponen a Dios primero y enseñan el temor de Dios a sus hijos presentan un modelo de familia ordenada y disciplinada que ama y obedece a Dios.