3. Del acompañamiento Espiritual
al Psico-Histórico-Espiritual
• Al comienzo de la historia cristiana, toda la práctica de
la actividad espiritual se centró en el ejercicio de las
virtudes “espirituales” como expresión primordial de la
fe.
• El acompañamiento espiritual, en palabras de W. Barry:
“es el cuidado pastoral que pretende ayudar a otra
persona para que esté más atenta a las
comunicaciones que Dios establece con ella; para
responder personalmente a ese Dios y para vivir en
consecuencia con esa relación”
4. • Como también ha dicho Jean Gouvernaire: no
hay que olvidar que la primera preocupación
que debe tener un acompañamiento “es hacer
existir a la persona”. Es decir, resaltar la
humanidad, hacer que primero haya el
sustrato personal sano, para que allí pueda
obrar la gracia.
• De ahí que sea necesario conocer a la persona
que busca ser acompañada, desde su propia
historia personal: de dónde viene, dónde se
encuentra y hacia dónde desea ir.
5. Modelos en el Acompañamiento
• Acompañamiento institucionalizado: es el que se
da de un maestro o maestra de novicios(as), en
donde la instrucción de los jóvenes tiene un
papel modélico y lo que es más importante
destacar, un juicio sobre la aptitud de los (las)
candidatos(as). Este modelo sigue ciertas
estructuras y es propio de la vida religiosa.
• La autobiografía, es decir su historia personal,
forma parte de este modelo.
6. • El modelo de la relación interpersonal:
la amistad es la base, y se cambian los
roles, es decir, se ayudan mutuamente.
Muchos de los santos lo hicieron así. El
problema de esta relación reside en que la
amistad puede cegar la libertad.
• El modelo del acompañamiento sacramental:
donde el sacramento de la reconciliación sería
su mejor expresión. Más propio del
sacerdocio.
7. • El modelo carismático: donde la persona que
acompaña indiscutiblemente tiene el don. Es
el modelo que D. Fleming S.J. llama el
acompañamiento encarnado. Este toma en
cuenta todos los aspectos de los procesos
humanos. Se necesita preparación humana y
experiencia de fe. Es un modelo de
acompañamiento para todos y todas los (las)
cristianos(as), quienes lo viven como una
vocación de servicio.
8. Situaciones en el Acompañamiento
Espiritual
1. Necesidad de hacer un Discernimiento: ante la
elección de un estado de vida, la búsqueda de
una vocación, profesión, entablar una relación, o
finalizarla, una mudanza, separación, etc. Es
donde se lleva a cabo un acompañamiento
sistemático y puntual, buscando, es decir
discerniendo, con su acompañante el deseo o la
voluntad de Dios para este momento de su vida.
9. 2. La vida de oración: se puede mirar desde diferentes
ángulos:
– Quien desea aprender a orar, es decir iniciar un camino
más profundo en su vida interior, en el seguimiento de
Jesús, valiéndose de un aprendizaje con métodos de
oración diaria y encuentros con su acompañante para
compartir su experiencia.
– Quien atraviesa por una prolongada aridez, o desierto en
su vida de oración. (Etapas de la vida espiritual) y necesita
comprender y compartir con alguien.
– Cuando el estilo de oración al que estuvo la persona
acostumbrada, ya no le nutre o alimenta como antes.
Mirar juntos por dónde le invita el Señor a seguir
creciendo en la relación hacia una mayor comunión con él.
(Modos de oración: contemplativa, pasiva, centrante, etc.)
10. 3. Una situación de crisis en la persona:
– La persona atraviesa un duelo: la muerte de un ser
querido, una enfermedad seria, una mudanza
significativa, cuando aparece muchas veces la
“ausencia” de Dios…
– Un fracaso laboral, desempleo,
– Un fracaso de relación, separación, divorcio
– Noticia devastadora, …
– Experiencia traumática, que desequilibra la vida
interior, condiciones medio
ambientales…violencia, etc.
Todas estas situaciones en que la fe se ve “amenazada”
11. La Historia Personal
• Acompañar la historia es un proceso que
puede darse ya sea como un camino gradual
que surge a partir de una causa específica, o
también en el contexto de iniciar una
experiencia de Ejercicios en la Vida Corriente.
• Es un camino que permite a la persona
acompañada, acoger su historia con sus luces
y sus sombras, bajo la mirada del Señor.
12. • La historia personal es un tema recurrente en
el acompañamiento.
• La persona que busca crecer en su fe, y
encuentra a su acompañante, viene con su
historia de vida.
• Para hacer un buen proceso, es bueno
comenzar con mirar de dónde viene la
persona, pues es su historia lo que la ha
configurado y nos acercará a conocerla mejor.
13. La Autobiografía – Mi Historia
¿Quién soy?
• Mi vida pasada:
a) ¿cuáles han sido mis aciertos, satisfacciones,
logros y gracias de que he gozado?
b) ¿cuáles las heridas, limitaciones o dificultades
que he tenido?
c) ¿cuáles han sido mis relaciones con padres,
hermanos, amigos, compañeros?
d) ¿qué personas han influido en mí
favorablemente?
14. e) ¿a quiénes he perdonado los males que
me han hecho?
f) ¿con quiénes he sido agradecida(o)
porque han sido delicados conmigo?
g) ¿cuáles han sido las grandes decisiones de
mi vida?
h) ¿asumo hoy las consecuencias de mis
decisiones y responsabilidades pasadas?
15. Mi vida Hoy:
a) ¿me acepto como persona capaz de amar y ser
amada?
b) ¿creo que mi amor puede interesar a otros?
c) ¿cuáles han sido mis cualidades determinantes?
¿cuáles mis limitaciones principales?
d) ¿cuáles son los rasgos más sobresalientes de mi
personalidad?
e) ¿qué es lo que más amo de mí misma(o)?
f) ¿qué es lo que no amo?
g) ¿cuál sería el lema de mi vida?
16. Mi vida futura:
a) Si continúo como soy ¿cómo seré dentro
de diez años?
b) ¿dónde estaré, qué haré, qué habrá
cambiado durante ese tiempo?
c) ¿qué debo esperar?
17. Mi Historia de Fe:
• Voy a hacer la historia de mi experiencia
cristiana, para descubrir el lugar que ocupa
Dios en cada una de las distintas etapas de mi
vida (teniendo en cuenta los acontecimientos
y las personas).
0-6 años
6-12 años
13-18 años
19-23 años, etc.
18. Mi historia de fe:
1. ¿cuáles son las “líneas fuerza” de mi
historia espiritual?
• agradezco al Señor; miro a dónde me han
conducido.
2. ¿qué personas me han ayudado en mi
crecimiento espiritual?
• agradezco su amor fiel en cada una de
estas etapas.
19. 3. ¿cuáles son los signos de vida y de amor en
las personas que me rodean?
- pido por aquellos que alrededor de mí
buscan y quieren darle un sentido a su
vida.
4. ¿ayudo a los otros para ver el lado positivo
de la vida y hago esfuerzos por ser
positiva(o) en lo que vivo?
5. ¿estoy atenta(o) a la acción del Señor que
obra a través de mí, en mi familia, mis
relaciones humanas, mis actividades, mi
trabajo?
20. • 6. ¿voy desarrollando una actitud de
disponibilidad dando el primer lugar al
Señor en mi vida?
• 7. Miro los problemas del mundo de hoy a
través de los periódicos, de la televisión y
de los recorridos que hago por la ciudad.
¿qué me dicen?
• Reflexiono todo esto delante del Señor, en el
marco de agradecimiento a él por lo que me ha
dado.
• Salmo 139
21. Factores que influyen en el
crecimiento espiritual
• El proceso del crecimiento humano hacia la
madurez espiritual plena hace referencia al
problema de la relación entre naturaleza y
gracia.
• La gracia de Dios se encarna en la naturaleza
humana.
• Hay dos tipos de factores que influyen en el
crecimiento espiritual: los divinos y los
humanos.
22. • Los factores divinos: la gracias actuante a
través de los sacramentos y la acción del
Espíritu Santo, siendo Dios la fuente de toda la
bondad y el iniciador de todo crecimiento, nos
muestra la delicadeza de su
amor, amándonos.
• Los factores humanos: nuestra persona entera
con todo su potencial para crecer, representan
nuestro esfuerzo personal de libre respuesta
al Espíritu Santo, esfuerzo que ha sido
motivado por nosotros, pero sostenido por el
Espíritu.
23. Obstáculos al crecimiento espiritual
• Tener o no tener la gracia no depende del ser
humano sino de Dios, sin embargo la persona
puede poner obstáculos y frustrar sus efectos
cuando Dios le ofrece la gracia.
• Los obstáculos al crecimiento espiritual no
pueden ser los divinos, son por tanto obstáculos
humanos los que hemos de superar para dejar al
Espíritu “crecer” en nosotros y que se manifieste
en nuestras obras de servicio y amor.
24. • El Dios creador que nos pone en el mundo y
nos entrega las cosas para que nos ayuden a la
plena realización de lo que somos y estamos
llamados a ser, respeta nuestra libertad que
puede no estar suficientemente indiferente
ante el uso de las criaturas.
• El problema reside justamente ahí, la falta de
autoconocimiento. Principalmente la revisión
de nuestra afectividad desordenada, nuestro
miedos y ansiedades, nuestras culpas
malsanas, todo esto resultado de nuestras
heridas del pasado.
25. La herida y la estima personal
• Cuando una persona es concebida, de ordinario nace
bien porque viene equipada con lo que necesita.
• Pero puede sucederle algo negativo durante el período
de gestación, en el momento del nacimiento o en los
primeros momentos de contacto con el mundo
exterior, que le deje marcada para la vida.
• Desde el seno materno puede haber un influjo
traumático para la criatura: todo lo que la madre vivió
negativo, lo asimila para ella.
• Ahí puede gestarse la herida. Aquí puede estar la causa
cuando no se “recuerdan” acontecimientos negativos
de la infancia.
26. • Las heridas son la fuente primaria de la parte
vulnerada.
• En esta parte se tiene todo lo que se ha
recibido de golpes, traumas. Todas las
personas, cuando menos, tienen el trauma del
nacimiento. Más aún si hubo alguna angustia
en ese momento.
• Desde el nacimiento hasta los siete años, la
persona es muy susceptible de quedar
marcada por heridas.
27. • La herida viene desde el seno materno hasta que
tiene uso de razón (aproximadamente los 7
años), después comienzan los mecanismos de
defensa, salvo en el área sexual que se es muy
vulnerable hasta la época de la adolescencia.
• Al nacer existe una gran necesidad: la necesidad
de ser reconocido. La herida se produce por la
falta de reconocimiento, por la falta de
satisfacción de las necesidades psíquicas básicas,
que se refleja en las siguientes situaciones:
28. •
•
•
•
•
•
•
•
•
No me reconocieron en mi identidad
No me sentí amada(o)
Me abandonaron, no me atendieron
No me reconocieron en mi necesidad de ser
tocada(o) adecuadamente
No me creyeron
No apostaron por mí
Me compararon
No me dieron un rol
No tuve la seguridad
29. • De las heridas surgen unos miedos básicos y de
cada miedo, surge una compulsión específica, es
decir, una búsqueda de “algo” que calme ese
miedo.
• La compulsión es un acto repetitivo para escapar
de los miedos…
• Es contra-fóbica: se hace lo contrario al miedo
básico.
• Las compulsiones generan, además, una imagen
distorsionada de Dios, hacen que no se perciba el
Dios de Jesús, sino que se perciba un dios fetiche:
perfeccionista, que exige sacrificios, ídolo de
méritos y el éxito, intimista, manipulable, juez
imparable, castigador, etc…
30. • HERIDA
• MIEDO
• COMPULSIÓN
•
•
A que me condenen
•
Perfeccionismo
•
•
•
•
•
•
•
•
A que no me quieran
Al fracaso
A que me igualen
Al vacío, a sentirme sola
A que me abandonen
Al dolor
A la debilidad
Al conflicto
•
•
•
•
•
•
•
•
Servicio
Logro de éxito
Ser diferente
Ávida(o) de conocimiento
Norma
Placer
Poder
Armonía
•
•
•
•
•
•
•
•
No me reconocieron en
mi identidad
No me sentí amada(o)
Me abandonaron
No me reconocieron
No me creyeron
No apostaron por mí
No me dieron un rol
Me compararon
No tuve seguridad
31. DE LAS CAUSAS DE LAS HERIDAS SALEN LAS REACCIONES
DESPROPORCIONADAS.
• Esta reacción desproporcionada agranda la herida que
le hicieron a la persona cuando era niña(o) y hace que
la reviva de adulta(o): “no me quieren, no soy
importante”. Es decir, la reacción sobredimensiona la
herida.
• Todo este proceso vulnerado provoca la baja estima.
• Ésta es alimentada y sostenida por las voces del
pasado.
• Estas voces están aún activas en el inconsciente y se
activan ante determinadas
circunstancias, actualizándose de una forma tan real
como cuando fueron grabadas, generando el mismo
efecto.
32. • Las reacciones desproporcionadas son una
respuesta mecánica e inconsciente.
• Son desproporcionadas con el reactivo
presente, pero muy proporcionadas con lo que
pasó antes.
• No hay proporción entre el presente y la reacción
actual, pero sí la hay con el pasado.
• Se caracterizan por una reacción muy fuerte, que
se repite con frecuencia o que dura mucho
tiempo.
• Puede ser por exceso de reacción o por ausencia
de ésta, por escándalo o por inhibición: ahí está
la desproporción.
33. Hay varios tipos de reacciones
desproporcionadas:
tipo bomba atómica: escándalo, drama, se vive
hacia afuera, como explosión.
tipo depresión: es decir, mantener la
reacción por mucho tiempo, encierro, se vive
hacia adentro.
tipo parálisis: la persona no reacciona
Una herida ya sanada no produce reacciones
desproporcionadas.
34. Los mecanismos de defensa
• Son las murallas que pone la propia estructura
psicológica para no permitir seguir siendo
golpeada(o): para que no se le haga más daño.
• Son barreras para que no vuelva a pasar lo que se
vivió en el pasado…
• Son mecanismos no conscientes, involuntarios.
• Son como amortiguadores frente al golpe. O
como salvavidas: salvan en el oleaje fuerte, pero
si se quiere nadar rápido, obstaculizan.
35. Algunos mecanismos de defensa son:
Negación: se niega que haya ocurrido algo
Represión: ahogo de una fuerza
Formación reactiva: se hace lo contrario que se
tiene deseo de hacer
Evasión: todo resbala…”piel de pato”
Desplazamiento: se descarga el malestar, la
ansiedad provocada en un objeto diferente
Proyección: se coloca fuera de sí, en otro, todo lo
que no se acepta de sí mismo, y se condena en
ellos.
36. Justificación/Racionalización: se presenta
racionalmente el hecho como válido en
sí, lógico, justo, bueno.
Regresión: ante un hecho doloroso se vuelve
al pasado, a una etapa en la que hubo
satisfacción, bienestar, y ausencia de conflicto.
Compensación: exaltación de algún aspecto
para esconder la carencia que hay en otro.
37. • Lo fundamental es ir haciendo un proceso de
percatarse del empleo de los mecanismos de
defensa, para irse despojando de ellos:
– Percatarse de que “lo hice”,
– Pasar a darse cuenta de que “lo estoy haciendo” y
– Por último tener ya la lucidez de aceptar que “lo iba a
hacer”.
Es algo similar al examen particular que propone San
Ignacio: darse cuenta para tomar conciencia e ir
ganando en distancia y libertad frente a eso que está
limitando ahora, aunque anteriormente haya ayudado.
38. La baja estima
• El nivel de estima (igual que las reacciones
desproporcionadas y las compulsiones) es un
indicador de la herida.
• Entre más grande es la herida, más baja es la
estima, pues es efecto de la herida y de los
temores.
• Una estima adecuada se construye sobre estos
cuatro pilares cardinales:
39. Capacidad para reconocer las propias cualidades.
Capacidad para reconocer y trabajar los defectos
personales. Reconocerlos y trabajarlos, es decir,
no usarlos como justificación de la manera de ser,
sino querer y hacer cosas consecuentes con esto,
que permitan irlos superando poco a poco, que
en lo posible vayan perdiendo magnitud.
Capacidad para reconocer y celebrar las
cualidades de otros.
Capacidad para acoger y soportar los defectos de
los otros.
40. • A modo de conclusión:
• Para quien acompaña desde lo psico-históricoespiritual, es posible ser testigo, porque se
tiene autoridad, una autoridad que la recibe
implícita o explícitamente de la persona que
es acompañada.
• Por su autoridad, tiene la capacidad y la tarea
de ayudar a crecer a quien
acompaña, haciendo aumentar al(a)
otro(a), en la medida que él(ella) mismo(a)
disminuye en su papel, haciéndole más y más
autónomo(a).
41. • Por eso hay un pacto implícito – y a veces
explícito – en donde se establecen derechos y
responsabilidades, y donde quien acompaña
tiene claridad de que su ser de testigo lo tiene
que ir haciendo cada vez más prescindible.
• Parafraseando a San Ignacio en la anotación 15
de los EE:
ir llevando cada vez más a que la persona se
encuentre con ella misma, y en ella, se encuentre
íntimamente con Dios de manera directa.