El feminismo se remonta a la Europa Occidental del siglo XVII. Los primeros aportes feministas que conocemos se suman a la recuperación hecha por la filosofía política del siglo XVII del racionalismo cartesiano, que recibiría el nombre de Ilustración. Las feministas realizan el mismo ejercicio de práctica que los de seguidores de la corriente racionalista cartesiana, para criticar los principios de legitimidad en que se pretendía fundamentar la subordinación social de las mujeres.