1. Al atardecer de aquel día se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: « La paz con vosotros».
2. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron al ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío»
4. El Espíritu Santo se posa, a modo de llamarada sobre los discípulos de Jesús. Aquel fuego los abrasa. Aquella presencia los transforma de raíz.
5. El primer efecto de aquella donación es la intrepidez para anunciar por el mundo la vida y el mensaje de Jesús. El segundo efecto es el don de lenguas. Los mensajeros pueden ser entendidos por todos los peregrinos que están en Jerusalén.
6. Creer en el Espíritu Santo significa vivir a la escucha de la Palabra de Dios y tratar de ponerla en práctica. Creer en el Espíritu supone prestar atención a los profetas que nos envía en nuestro tiempo.
7. Creer en el Espíritu Santo exige dejarnos guiar por su impulso para anunciar a los cuatro vientos el mensaje de Jesús. Implica reconocer la unidad a la que estamos llamados por encima de las diferencias que nos separan.
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9. Jesús se apareció a sus discípulos el día de su resurrección. Tras saludarlos con el deseo de la paz, los envía en su nombre por los caminos del mundo y les da el don de su Espíritu.
10. Cada uno de los cristianos lo ha recibido por la fe y el bautismo, pero ha de acogerlo conscientemente en la vida y el compromiso de cada día.
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14. José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR, Salamanca 2007 Presentación: Antonia Castro Panero Música: VENI SANCTE SPIRITUS, Monjes de Silos