1. 24 de Marzo:
Día Nacional de la Memoria
por la Verdad y la Justicia
“los pueblos que olvidan su propia historia están condenados a repetirla”
(Georges Santayana, filósofo español-norteamericano)
Fundamentos.
El 24 de Marzo ha sido declarado en el año 2002 como el Día Nacional de la Memoria, por
la Verdad y la Justicia en repudio a los crímenes cometidos durante la última dictadura militar, y
desde 2006, forma parte del calendario escolar.
Dice el filósofo que “los pueblos que olvidan su propia historia están condenados a
repetirla”. La historia reciente de nuestro país nos muestra que se violaron derechos humanos
fundamentales, produciéndose numerosos hechos fehacientemente probados de detenciones ilegales
y desaparición de personas, torturas y otras formas de destrucción de la vida.
Ignorar estos acontecimientos que han marcado trágicamente a nuestra sociedad, procurar su
olvido o tratarlos superficialmente sólo puede conducir a la reiteración de los modelos autoritarios
porque no encontrarán oposición en las generaciones que no recuerden lo que ese pasado significó.
La educación es el elemento clave para el desarrollo de actitudes ciudadanas reflexivas,
comprometidas y responsables por el futuro de la comunidad.
El clima de la época.
Durante el gobierno del general Onganía (1966-1970) se produjo un período de movilizaciones y
huelgas masivas promovidas por estudiantes universitarios y obreros de la industria automotriz. Se
inició en Córdoba (“El Cordobazo”) pero se extendió a todo el país en el que crecieron los
movimientos de resistencia al régimen militar desde todos los sectores sociales.
Los partidos políticos no lograban encauzar las diversas demandas sociales y por lo tanto los
movimientos populares buscaron su propia organización en los barrios, iglesias, universidades,
colegios y fábricas; muchos de ellos se establecieron como organizaciones armadas.
A mediados de 1970, surge la organización llamada “Montoneros”, mayoritariamente jóvenes de los
sectores peronistas de izquierda, que reivindicaban las banderas nacionalistas y redistribucionistas
del peronismo e invocaban el recuerdo mítico de Eva Perón. También las FAR (Fuerzas Armadas
Revolucionarias), de poca influencia y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) que se
proclamaba como brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores. El objetivo de la
lucha era el restablecimiento de un gobierno popular, que hiciera realidad una más justa distribución
de la riqueza.
La acción armada y la movilización popular presionan al Gral. Lanusse a llamar a elecciones: el
peronismo podría presentarse en los comicios (después de haber estado proscripto desde 1955) pero
se le prohíbe a Perón ser candidato.
En las elecciones de 1973, Héctor J. Cámpora gana la presidencia, para después de asumir el cargo
inmediatamente llamar nuevamente a elecciones con el fin de darle la oportunidad a Perón de ser
elegido presidente de la Argentina por tercera vez.
En el movimiento peronista de los últimos años había coexistido todo el espectro ideológico, desde
la ultra izquierda hasta la ultraderecha, en una difícil convivencia, que al perder después del triunfo
del líder su enemigo en común, no tardaron en mostrar su imposibilidad de síntesis.
El 1° de mayo de 1974 cuando Perón hecha de la Plaza de Mayo a la Juventud Peronista y a los
Montoneros se hace pública la fractura.
2. La muerte de Perón (1° de julio del 74), la figura débil de María Estela Martínez de Perón incapaz
de resolver las contradicciones políticas y la crisis económica fueron algunos de los elementos
propicios para el desarrollo del accionar violento de las organizaciones de izquierda.
Durante el mismo año 1975 se organiza desde la derecha el asesinato de adversarios ideológicos a
través de la Triple A (Alianza Antisocialista Argentina) que causó numerosas víctimas antes de que
sus miembros se integraran a los grupos de tareas del aparato represor del Estado después del Golpe
Militar del 24 de marzo de 1976.
El 24 de Marzo de 1976, la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas (gral. Jorge
Videla, alte. Emilio Massera y brig. Héctor Agosti) derrocaron a la presidenta constitucional María
Estela Martínez de Perón. La Junta de Comandantes asumió el gobierno. Fue el 6º golpe militar
desde el 6 de septiembre de 1930, en que se derrocó a H. Yrigoyen.
Mucha gente recibió el golpe como otro de los tantos golpes militares que habíamos tenido. Sin
embargo, hubo profundas diferencias entre los gobiernos anteriores y las políticas y metodologías
de la nueva dictadura. Esas nuevas prácticas significaron el comienzo de una nueva forma de
Estado: el Estado terrorista. Hubo un terrorismo previo al golpe militar, pero después hubo un
terrorismo de estado. El terrorismo previo no tiene justificación, pero ¿qué se puede esperar de
delincuentes? El terrorismo posterior, tampoco tiene justificación porque no se puede esperar eso
del estado que tiene que estar para protegernos.
La dictadura y el Estado terrorista.
Es un estado de derecho, los ciudadanos delegan en el Estado el monopolio de la fuerza pública
para que garantice la vigencia de sus derechos individuales. Cuando desde el Estado, en forma
sistemática y planificada, se tortura y se atenta contra la vida y la integridad de las personas, se
estimula un clima de miedo, de inseguridad, de incertidumbre y se limita al Poder Judicial, se
elimina al Congreso, se promueve el enfrentamiento entre conciudadanos, se oculta información a
la población y se confunde deliberadamente a la población, el Estado se vuelve terrorista.
Nunca más, Prólogo de Ernesto Sábato:
“… las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido,
porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto,
secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos…
De la enorme documentación recogida por nosotros se infiere que los derechos humanos fueron
violados en forma orgánica y estatal por la represión de las Fuerzas Armadas. Y no violados de manera
esporádica sino sistemática, de manera siempre la misma, con similares secuestros e idénticos
tormentos en toda la extensión del territorio…
…Ahí están las palabras de despedida pronunciadas en la Junta Interamericana de Defensa por el
jefe de la delegación argentina, General Santiago Omar Riveros, el 24 de enero de 1980: ‘Hicimos la
guerra con la doctrina en la mano, con las órdenes escritas de los Comandos Superiores’...
Los operativos de secuestro manifestaban la precisa organización, a veces en los lugares de
trabajo de los señalados, otras en plena calle y a la luz del día, mediante procedimientos ostensibles de
las fuerzas de seguridad que ordenaban ‘zona libre’ a las comisarías correspondientes. Cuando la
víctima era buscada de noche en su propia casa, comandos armados rodeaban la manzana y entraban
por la fuerza, aterrorizaban a padres y niños, a menudo amordazándolos y obligándolos a presenciar
los hechos, se apoderaban de la persona buscada, la golpeaban brutalmente, la encapuchaban y
finalmente la arrastraban a los autos o camiones, mientras el resto de comando casi siempre destruía o
robaba lo que era transportable…
…En cuanto a la sociedad, iba arraigándose la idea de la desprotección, el oscuro temor de que
cualquiera, por inocente que fuese, pudiese caer en aquella infinita caza de brujas, apoderándose de
unos el miedo sobrecogedor y de otros una tendencia consciente o inconsciente a justificar el horror:
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3. «Por algo será», se murmuraba en voz baja, como queriendo así propiciar a los terribles e inescrutables
dioses, mirando como apestados a los hijos o padres del desaparecido…
Todos caían en la redada…
Desde el momento del secuestro, la víctima perdía todos los derechos…
Las grandes calamidades son siempre aleccionadoras, y sin duda el más terrible drama que en toda
su historia sufrió la Nación durante el periodo que duró la dictadura militar iniciada en marzo de 1976
servirá para hacernos comprender que únicamente la democracia es capaz de preservar a un pueblo de
semejante horror, que sólo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales derechos de la
criatura humana. Únicamente así podremos estar seguros de que NUNCA MÁS en nuestra patria se
repetirán hechos que nos han hecho trágicamente famosos en el mundo civilizado.”
Otras medidas de la dictadura militar.
• Disolvió el Congreso Nacional, las legislaturas provinciales y los consejos deliberantes y
otorgó facultades legislativas el Poder Ejecutivo.
• Cambio la composición de la Corte Suprema de Justicia y de los Tribunales Superiores de
Provincia.
• Los decretos del Gobierno eran redactados por una Comisión de Asesoramiento Legislativo,
integrada por 9 oficiales.
• La Junta de Comandantes concentró facultades ejecutiva, legislativa y judicial.
• Suprimió los derechos civiles y las libertades públicas, anuló las garantías constitucionales y
creó nuevos instrumentos jurídicos.
• Puso a su disposición una gran cantidad de detenidos, imponiendo severas condenas sin
formulación de cargos ni juicio previo, violando el derecho constitucional a la justa defensa.
• Se suspendieron las actividades de los partidos políticos y toda forma de actividad pública.
• Intervinieron los sindicatos y federaciones obreras, se disolvió la Confederación General del
Trabajo y la Confederación General Económica.
• Se dictaron leyes prohibitivas contra las organizaciones sindicales y se suspendieron los
derechos y garantías del art. 14 bis de la Constitución Nacional (actividad gremial,
convenios colectivos de trabajo y el derecho a la huelga, penalizado con 10 años de prisión).
• Dictó una “ley de prescindibilidad” que permitió despedir a cualquier empleado de la
administración pública sin necesidad de fundamentar la medida.
• La mayoría de los dirigentes y militantes sindicales fueron perseguidos, secuestrados,
asesinados o encarcelados.
• Se favoreció el estancamiento económico, la desindustrialización, la concentración de la
producción en pocas manos y el descenso de la ocupación.
• Aumentó la deuda externa de 9.939 millones de dólares en 1976 a 45.069 millones en 1983.
• El salario real cayó un 37 %.
• Se produjo una “depuración ideológica” coordinada desde el Ministerio de Cultura y
Educación y consistió en la detección y posterior exterminio físico de opositores en el
campo de la educación y la cultura. Esta tarea fue llamada Operación Claridad.
• Las universidades fueron consideradas “centros de reclutamiento de extremistas”, por lo que
muchos estudiantes, docentes y empleados fueron detenidos, secuestrados y asesinados. Se
impusieron cupos de ingreso y había un estricto control sobre los contenidos de los
programas de estudio y la bibliografía.
• Los medios de comunicación fueron sometidos a una dura censura.
Medidas en democracia.
El presidente Raúl Alfonsín, elegido en 1983 por voto democrático, planificó juzgar a los
responsables máximos de la represión ilegal.
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4. Creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), formada por
ciudadanos independientes y prestigiados que investigó el tema de las desapariciones. Volcaron ese
trabajo en el libro “Nunca más”.
Más tarde se desarrolló el Juicio a las Juntas Militares que determinó la prisión para sus integrantes.
En el año 1986 Alfonsín sancionó la Ley de Punto Final que determinó la extinción de las acciones
penales por crímenes cometidos en ocasión de la llamada “guerra sucia”. Esto suscitó un gran
debate jurídico y social. Luego sancionó la Ley de Obediencia Debida para determinar los alcances
del deber de la obediencia y abrió un nuevo debate.
En 1989, el presidente recién electo, Carlos Menem indultó a 277 detenidos no beneficiados con las
leyes anteriores. Y en 1990, con un nuevo indulto, dejó libres a los Comandantes de la Junta
Militar.
Hoy muchos de los ellos, volvieron a las cárceles acusados por otros delitos como el robo de bebés,
el abandono de persona y más.
Por qué hay que recordar.
• Recordar es un proceso de aprendizaje hecho por individuos en un grupo social determinado
para lo cual, debe existir un diálogo activo con los otros.
• Los valores, actitudes, leyes y experiencias compartidas implican continuidades y rupturas
con tradiciones y la cultura que nos ha sido transmitida desde otras generaciones anteriores a
la muestra.
• Cuando hacemos de lo que pasó, algo innombrable, contribuimos a mantener el agujero
negro de la memoria e impedimos la búsqueda de la verdad y la justicia.
• La acción de pasar por el corazón y la mente lo ocurrido, evitará que se nos imponga una
forma de llenar el hueco de la historia, pues este último sólo debe ser llenado de memoria
activa.
• Repensar la historia es contribuir a pensar otros futuros, a imaginar y construir una sociedad
donde nunca más haya desapariciones y tortura.
• La lucha de las organizaciones defensoras de los derechos humanos, todavía afectan en
nuestra dinámica actual y dejan en evidencia la necesidad de saber la verdad de lo ocurrido
para que el olvido no sea sinónimo de injusticia e impunidad.
• La memoria se vincula a la voluntad de recordad y a la ética, a la decisión de que nunca más
se violen los derechos humanos evitando así sus efectos ya conocidos.
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