Este documento presenta una introducción a la sociología política de las clases sociales en España. Examina el debate sobre si las clases siguen siendo relevantes para el comportamiento político o no. Revisa estudios que argumentan ambos lados de la cuestión y analiza datos electorales del Reino Unido y los países escandinavos para explorar la relación entre clase y voto a lo largo del tiempo. El documento también incluye un índice detallado de los temas que cubrirá en las siguientes secciones.
Rafael Feito, Sociologia politica de las clases sociales libro entero
1. SOCIOLOGÍA POLÍTICA
DE LAS
CLASES SOCIALES
Estudio empírico referido al caso español
Rafael Feito Alonso
Dpto. de Sociología III.
Universidad Complutense de Madrid
Diciembre de 1997.
2. Ïndice
** Presentación
1. Sociología política de las clases sociales
1.1. Introducción
1.2. 1945-1970: el periodo de alineamiento
1.3.1970 en adelante: ¿periodo de desalineamiento?
1.4. La relevancia política de las clases: voto absoluto y voto relativo
1.5. Identificación subjetiva de clase y voto
1.6. Herencia política: el efecto de la movilidad intergeneracional
1.7. Principales limitaciones del análisis de clase
1.8. Los estudios sobre sociología política de las clases
2. La construcción empírica de las clases
Addenda: algunas notas adicionales sobre cómo interpretar esta investigación
3. Sociología política de las clases activas
3.1. El voto de las clases activas
3.2. Ideología política
3.3. Actitudes frente a los sindicatos
3.4. Clase social subjetiva
3.5. Religión y política
3.6. El voto de los menores de 30 años
4. Sociología política de las clases pasivas
4.1. El voto de las clases activas
4.2. Ideología política
4.3. Actitudes hacia los sindicatos
4.4. Clase social subjetiva
4.5. Religión y política
4.6. El voto de los estudiantes
5. Análisis de las elecciones del 3 de marzo de 1996
5.1. Introducción
5.2. Las clases activas
5.3. Las clases pasivas
5.3.1. Los pensionistas por clase social
5.3.2. Los estudiantes por clase social
5.3.3. Los parados por clase social
5.3.4. Los amas de casa por clase social
6. Conclusiones
7. Bibliografía
i
1
1
5
7
9
11
13
14
18
25
26
26
31
34
41
45
49
50
50
54
55
57
58
61
63
63
67
75
78
79
81
82
84
87
3. i
Presentación
El trabajo que tiene el lector en sus manos es fruto de la explotación de varios estudios de la base de datos
del CIS, base a la que tuve acceso al conseguir una ayuda para su explotación en la convocatoria que el propio CIS
efectuó a finales de 1995.
Debo agradecer a mi amigo y colega Juan Jesús González, profesor de Sociología en la Universidad
Nacional de Educación a Distancia, su extrema amabilidad y las reuniones que hemos mantenido para hablar sobre
temas abordados en este libro.
Advierto al lector que va a tropezar con un elevado número de cuadros. El principal inconveniente es que,
ocasionalmente, puede convertir la lectura del texto en tediosa. La principal ventaja recae en que él mismo puede
ser capaz de extraer sus propias conclusiones a partir de los datos presentados.
Rafael Feito Alonso.
Dpto de Sociología III.
Universidad Complutense.
Campus de Somosaguas. 28223. Madrid-Pozuelo.
Fax 91 3942876. Tf. 3942880.
E-mail: soso302@sis.ucm. es.
4. i
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1. SOCIOLOGÍA POLÍTICA DE LAS CLASES SOCIALES
1.1. INTRODUCCIÓN
No cabe duda de que una de las cuestiones más relevantes en el estudio de las clases sociales es el análisis
del comportamiento electoral. Son muchos los estudiosos que han sostenido que cada vez es menor la vinculación
entre las clases y los partidos, es decir, la clase ha dejado de ser la principal fuente de identidad política.
Uno de los últimos debates esobre la relevancia o no de las clases -el provocado a raíz de un artículo
publicado por Clark y Lipset en 1991 y titulado Are Classes Dying? (¿Están desapareciendo las clases?)1
, pregunta
a la cual daban por respuesta un inequívoco sí- gira precisamente en torno a esta cuestión. En esta polémica, Clark y
1
International Sociology, 6, 4, 1991.
5. i
Lipset reiteran la vieja idea según la cual el análisis de clases tiene sentido en épocas históricas precedentes, pero no
hoy en día. La clase obrera ha dejado de estar interesada en la revolución social. De acuerdo con ellos son dos
básicamente los factores que explican la escasa militancia de la clase obrera: el desarrollo del Estado Benefactor y
la diversificación de la estructura ocupacional, lo que se ha traducido en un mayor nivel de renta y riqueza para la
población y en la aparición de nuevas formas de comportamiento político, especialmente centradas en temas como
la ecología, la paz o las libertades civiles. Se han producido cambios en la dinámica de los partidos políticos,
asistiéndose a un declive del continuum izquierda-derecha, lo que ha moderado notoriamente los contenidos
reivindicativos de los partidos de la izquierda, al tiempo que han aparecido partidos políticos de nuevo cuño, como
los verdes. Simultáneamente se han ido consolidando partidos de base regional que apelan fundamentalmente a la
conciencia nacionalista, aunque puedan dotar a sus planteamientos programáticos de algún contenido de clase.
Además aparecen nuevas formas de divisiones sociales no fundamentadas en la clase.
El principal resultado de todo esto en el terreno político es el declive de la política de clase, el cual se
puede situar en tres terrenos: el declive del voto de clase (ausencia de correlación clara entre clase y voto), la
aparición de nuevos valores sociales (que dan lugar a nuevos partidos) y el surgimiento de la clase media y la
transformación de los programas de los partidos de la izquierda (intentos de desmantelar el estado benefactor por
parte de la propia socialdemocracia).
En este mismo debate, Hout et al.,2
por contra, consideran que las clases siguen vivas. De acuerdo con
ellos, la clase resulta ser un concepto indispensable en sociología por varias razones: (1) la clase es clave para
determinar los intereses materiales, (2) la clase definida estructuralmente da lugar a la aparición de actores
colectivos que tratan de llevar a cabo el cambio social y (3) la pertenencia de clase afecta a las oportunidades de
vida y a otros aspectos relevantes de la vida social.
Clark y Lipset mantienen que la relevancia de las clases en lo que se refiere al comportamiento político
electoral es nula. Para ello se apoyan en los datos resultantes del índice de voto de clase de Alford.3
La dimensión
clásica de izquierda-derecha es irrelevante. Está surgiendo una nueva izquierda centrada en aspectos distintos a los
tradicionales de clase. Los jóvenes, la gente con mayores niveles de renta y de educación se alejan de la política
tradicional de clase. La primera crítica que cabe hacer a estos planteamientos, señalan Hout et al., es que se apoyen
en el índice Alford. Este índice está basado en un modelo de sociedad con dos clases: la clase de los que ejercen
ocupaciones manuales y la de quienes ejercen ocupaciones no manuales, lo cual es una muy burda simplificación de
la estructura de clases. Otros autores, por ejemplo Przeworski y Sprague (cfr. Hout et al.4
), utilizando una
metodología más sofisticada hallaron que el voto de clase entre 1900 y 1975 fue relativamente estable en tres países
(Alemania, Noruega y Finlandia), declinó en un país (Dinamarca) y se incrementó en otros tres (Suecia, Bélgica y
Francia).
2
M. Hout, C. Brooks y J. Manza, "The Persistence of Classes in Post-industrial Societies", International Sociology, 8, 3, 1993.
3
Este índice se basa en el porcentaje de personas en función de su clase social que votan a partidos de la izquierda o de la derecha. Por ejemplo, si el
75% de la clase obrera vota a la izquierda y el 25% de la clase media hace lo propio, el resultado en este índice es 50.
4 op. cit.
6. i
Sin duda el caso británico permite reflexionar con amplias bases empíricas sobre la relación entre clase
social y voto, dado que suma a la experiencia histórica el hecho de ser uno de los países en los que más se ha
estudiado esta cuestión. De hecho, la polémica relación clase-voto cobró fuerza a raíz de la derrota electoral del
partido laborista en 1959, derrota que planteó la cuestión de qué tipo de cambio social podría promover la clase
trabajadora.
La mayor parte de los trabajadores ya no están condenados a la lucha continua por un mínimo de seguridad vital.
Algunos todavía están en esta situación, pero unos sindicatos poderosos y el pleno empleo han
revolucionado la posición de la mayoría. Muchos grupos de trabajadores manuales tienen mayores salarios
que los trabajadores de clase media.5
Las tesis sobre el no alineamiento político de las clases se apoyan en el dato empírico del declinar del
apoyo de la clase obrera al partido laborista. Para ello el índice Alford6
resulta suficientemente revelador.
CUADRO 1.1
_________________________________________________________________________________________
1955 1957 1958 1959 1962 1964 1966 1970 1974
1979
_________________________________________________________________________________________
% clase obrera
que vota al PL 62 67 64 57 57 64 66 59 59 51
% clase media
que vota al PL 23 22 22 21 22 23 25 27 26 23
Indice Alford 39 43 42 36 35 41 41 32 33 28
________________________________________________________________________________________
Cuadro tomado de Marshall et al.7
Entre las elecciones de 1945 y las de 1983 el porcentaje de personas de clase media que vota Conservador
pasó de ser el 63% al 55%, y en el caso de la clase obrera el voto al partido laborista, para el mismo periodo, pasó
del 62 al 47%. De aquí, a priori, cabría colegir una cada vez menor correspondencia entre la clase y el
comportamiento electoral.
Sin embargo, el caso de los países escandinavos no ha sido igual. El siguiente cuadro es buena prueba de
ello.8
_______________________________________________________________________________________
CUADRO 1.2. Votos de izquierda entre trabajadores y no trabajadores.
SUECIA
1956 1960 1964 1968 1970 1973 1976 1979 1982 1985
% izquierda
Trabajadores 77 83 80 78 75 76 71 73 74 72
5
Abrams, Rose y Hinden, Must Labour Lose?.Citado en Heath, A.; Jowell, R.; Curtice, J.: How Britain Votes, Oxford, Pergamon Press, 1985, p. 29.
6
Este índice se basa en el porcentaje de personas que, en función de su clase social, votan a partidos de izquierda o de derecha. Por ejemplo, si el
75% de la clase obrera vota a la izquierda y el 25% de la clase media hace lo mismo, el resultado de este índice es 50.
7
Social Class in Modern Britain, Londres, Routledge, p. 227.
8
Tomado de D. Sainsbury: "Party strategies and the electoral trade-off of class-based parties. A critique and application of the 'dilemma of electoral
socialism'", European Journal of Political Sociology, 18, 1990 (pp. 29-50).
7. i
No trabajadores 31 35 37 42 39 37 38 37 39 36
NORUEGA
1957 1965 1969 1973 1977 1981 1985
% izquierda
Trabajadores
No trabajadores
78
34
76
32
74
34
68
32
70
33
64
32
64
34
DINAMARCA
1964 1966 1968 1971 1973 1975 1977 1979 1981 1984
% izquierda
Trabajadores
No trabajadores
79
28
82
27
72
22
76
31
54
21
63
26
64
36
69
37
70
35
65
34
___________________________________________________________________________________________________________
A pesar de las fluctuaciones, el porcentaje de trabajadores que votan a la izquierda es más o menos el
mismo al comienzo que al final del periodo, mientras que el porcentaje de los no trabajadores se ha incrementado.
Si abandonamos el esquema dicotómico a que fuerza el índice Alford y trabajamos con un esquema de
clases algo más complejo, los resultados dejan de ser tan obvios para los partidarios de la tesis del no alineamiento.
Volvamos al caso británico y analicemos este cuadro.9
9
Tomado de Heath, A. et al.: Understanding Political Change. The British Voter 1964-1987, Oxford, Pergamon Press, 1991.
9. i
Parece claro que estamos en presencia de un ejemplo en el que lo que se ha producido es un cambio en el
mapa político. Desde 1964 menos del 30% de la clase obrera ha votado por el partido conservador. Más de la mitad
de la CPD y más del 65% de la pequeña burguesía vota por los conservadores. En todos estos casos el descenso en
el voto por el partido "natural" se corresponde con la aparición de la alianza socialdemócrata.
Los quince estudios de caso que aparecen en el estudio de Franklin et al.10
varían ampliamente en sus
estimaciones del nivel y de las tendencias en los efectos de clase del voto. En estos estudios se hizo uso de los
modelos logarítmico lineales desarrollados por Nieubeerta y De Graaf para comprobar la existencia de tendencias
en el voto de clase. De 16 democracias capitalistas analizadas se detectó un declive para 6 países, aunque los
parámetros eran negativos en 12 de ellos. Los análisis comparados del voto de clase en Gran Bretaña, Francia y los
Estados Unidos desde 1930 revelaron claramente diferentes modelos en estos países. Francia no mostraba ninguna
tendencia, Gran Bretaña un incremento seguido de una disminución y Estados Unidos un lento aunque sostenido
declive.
1.2. 1945-1970: EL PERIODO DE ALINEAMIENTO.
El periodo comprendido entre el final de la segunda guerra mundial y 1970 fue una época de alineamiento,
es decir, un periodo en que diferentes elementos de la estructura social, en especial la clase, gozaron de suficiente
potencia como para explicar el comportamiento electoral. Dos fueron los enfoques dominantes: el llamado
determinismo social (procedente de la obra del psicólogo social austro-americano Paul Lazarsfeld) y el enfoque
interaccionista (procedente del estudio The American Voter11
).
El primer enfoque se basa en el estudio del voto americano tal y como se describe en la obra de Lazarsfeld
The People's Choice.12
Se trata de un estudio en el que el voto se explica a partir de la religión y la clase social. Las
características sociales determinan cómo vota la gente. Para que una diferencia social se traduzca en una divisoria
política deben darse las siguientes condiciones.
(1) diferenciación social inicial de tal modo que las consecuencias de la política social sean diferentes material o
simbólicamente para distintos grupos; (2) condiciones de transmitabilidad de generación a generación; y
(3) condiciones de proximidad física o social que permiten un continuo contacto en el interior del grupo en
suscesivas generaciones.13
Esta explicación deja sin resolver como mínimo cuatro problemas.
1. Grupos que se solapan. Todo individuo pertenece a distintos grupos sociales y la teoría no aclara cuál es más
decisivo a la hora de explicar el voto.
10
Mark Franklin, Tom Mackenzie, Henry Valen, Electoral Change. Responses to evolving and attitudinal structures in Western Countries, Princeton
University Press, 1984.
11
Campbell, A., P. Converse, W. Miller y D. Stokes, The American Voter, John Willey, 1960.
12
Lazarsfeld, P.; B. Berelson y H. Gaudet, The People's Choice, Nueva York, Columbia University Press, 1968.
13
op. cit., p. 75. Citado en D. Denver, Elections and Voting Behaviour in Britain, Londres, Harvester, 1994.
10. i
2. Intereses de grupo. No es evidente que la gente que compone un mismo grupo tenga los mismos intereses. ¿Quién
decide cuáles sean los intereses del grupo?
3. Desviación. ¿Cómo explicar el comportamiento de quienes se salen de la norma?
4. Partidos políticos. Se ignora el papel que desempeñan los partidos en el moldeamiento del voto, al margen de los
elementos clave de la estructura social.
El segundo enfoque es el interaccionista y procede de la obra The American Voter. Aquí se desarrolla el
llamado modelo Michigan. Los factores a largo plazo son determinantes de la elección de partido. Lo importante
son las interacciones con la familia, los amigos, etc, a que se ve sometido el elector. El concepto de identificación
con el partido es clave, hasta el punto de que un elector puede identificarse con el partido y sin embargo no votar
por él. Un elector que vive en una circunscripción donde su partido goza de escasas posibilidades de vencer puede
optar por votar a otro (este podría ser el caso de IU en la mayoría de las circunscripciones).
Como señala Denver14
en el periodo 1950-70 dos terceras partes de la clase obrera británica votaba por el
partido laborista. Esto planteaba el problema de cómo explicar que hubiese obreros que votasen por los
conservadores. Las explicaciones de esta actitud se concentran en los siguientes puntos.
1. Presiones cruzadas. Los miembros de la clase obrera son a su vez miembros de otros grupos.
2. Concepción errónea de la posición de clase. La gente puede considerar subjetivamente pertenecer a una clase
distinta de aquella a la que objetivamente pertenecerían de acuerdo con los criterios del investigador social.
3. Deferencia. Gente que prefiere líderes políticos de otras esferas sociales, que valoran los partidos en función de
las cualidades de sus líderes, que interpretan las políticas que favorecen a la clase obrera como resultado de la buena
voluntad de las élites, que el papel de los electores consiste en refrendar el derecho de la élite a gobernar.
4. Aburguesamiento. Se refiere a la creciente riqueza. Goldthorpe et al.15
insistían en la idea del carácter
instrumental del voto laborista de la clase obrera afluente (vota al partido laborista porque este partido contribuye a
elevar su nivel de vida; si no lo fuera así votaría por otro partido).
5. Generaciones políticas. La lealtad política se pasa de una generación a otra. El problema del laborismo es que es
un partido tardío en la esfera parlamentaria y, en consecuencia, aún es escasa la gente que en su familia ha sido
socializada en los valores laboristas.
6. La pregunta es incorrecta. Parkin dio la vuelta a la argumentación señalando que en realidad lo que había que
explicar era cómo los obreros podían votar a la izquierda, teniendo en cuenta que nos desenvolvemos en sociedades
que fomentan los valores capitalistas. La gente expuesta a estos valores tendría que votar a los tories. Solo se votaría
al laborismo si previamente se han forjado fuertes subculturas de clase obrera.
1.3. 197O EN ADELANTE: ¿PERIODO DE DESALINEAMIENTO?
14
op. cit., pp 31 y ss.
15
The Affluent Worker, Cambridge, Cambridge University Press, 1970.
11. i
A partir de los años 70 el alineamiento de clase deja de estar claro y, según algunos analistas, entraríamos
en un periodo de desalineamiento. El primer elemento que muestra el desalineamiento es la menor propensión de la
gente a identificarse con un partido concreto. La mayor parte de los electores no se identifica con un partido. Las
razones que subyacen a este cambio son diversas:
1. Educación: mayor conciencia política. Esto se traduce en una menor necesidad de simplificar el mundo. El
desalineamiento es mayor entre quienes tienen mayor nivel educativo. En el caso británico, solo el 14% de los
electores en 1992 con titulación universitaria se identificaba intensamente con un partido frente a un 25% de los que
habían abandonado la escuela a los 15 años o antes.
2. La televisión: mayor conciencia política. La televisión se convirtió en un producto masivo a partir de los años 60.
Incluso antes no se consideraba legítima la intervención de la televisión en las campañas políticas. La televisión se
ha convertido en un elemento clave en la conformación de la conciencia política de los ciudadanos.
3. El desempeño de los partidos. Con este epígrafe se hace referencia a la escasez de logros por parte de los partidos
una vez que están en el poder, lo que se traduce en una cada vez menor satisfacción con los partidos y los gobiernos.
4. Desenganche ideológico. Decrecimiento de la identificación con puntos claves del partido incluso entre sus
propios electores.
Entre los elementos que explican el desalineamiento de clase se pueden citar los siguientes:
1. Aburguesamiento. Los trabajadores han experimentado una notoria mejoría de su nivel de vida, lo que les puede
volver más conservadores.
2. Cambios en la estructura ocupacional e industrial. Estamos ante un menor peso del empleo manual frente al no
manual, de las manufacturas frente al sector servicios. Las manufacturas también han cambiado hacia industrias
ligeras (menor peso de la minería, el metal, etc.).
3. Localizaciones cruzadas de clase. El crecimiento del empleo femenino se ha traducido no solo en la confluencia
de dos salarios en los hogares, sino en la posibilidad de que marido y mujer ocupen distintas posiciones de clase.
4. Divisiones sectoriales. Con esto se hace referencia a la distinción entre las esferas privada o pública de la
economía. El hecho de trabajar en el sector público (especialmente en determinados sectores siempre necesitados de
más inversión como es el caso de la enseñanza o la asistencia social) puede convertirse en un elemento que escore el
voto hacia la izquierda. Del mismo modo el hecho de consumir bienes públicos (transportes colectivos, sanidad
pública, escuela pública, etc) en lugar de bienes privados es otro elemento que puede contribuir al voto izquierdista.
5. Intereses fragmentados de la clase obrera. Con esto se hace referencia a la diferenciación entre una clase obrera
tradicional y la nueva clase obrera.
6. Éxito del partido laborista. El éxito del laborismo tras la guerra fue el fundamento de su posterior fracaso. Al
reducir las desigualdades, extender el estado benefactor, elevar el nivel de vida, etc. contribuyó a aburguesar a la
clase trabajadora.
1.4. LA RELEVANCIA DE LAS CLASES: VOTO ABSOLUTO Y VOTO RELATIVO
Para quienes defienden el papel preponderante de las clases, lo que ocurre es que ha tenido lugar un
cambio político en lugar de uno social, es decir, son los cambios en el sistema de partidos, y no en las clases, los que
12. i
explican esta variabilidad del comportamiento electoral. Marshall et al.16
proponen diferenciar entre voto absoluto
de clase y voto relativo de clase. El voto absoluto de clase se refiere a la proporción del electorado que vota por su
partido "natural" de clase. Este voto es claramente favorable a la tesis del no alineamiento político de las clases. El
voto relativo de clase es una medida que permite calibrar la fuerza relativa de los distintos partidos en cada una de
las clases. En el caso británico, esto podría significar que el declive del voto tanto de clase obrera como de clase
media en el caso del Partido Laborista se debe a un cierto desplazamiento electoral hacia la Alianza Liberal Social-
Demócrata. Pero podría ocurrir que el porcentaje de votos obreros que recibe el partido laborista sea idéntico. Aquí
tendríamos una modificación del voto absoluto de clase compatible con un idéntico voto relativo. Podría ocurrir que
el Partido Laborista perdiera votantes entre la clase obrera y los mantuviera entre la clase media. En este caso
podríamos estar asistiendo tanto a una modificación del voto absoluto como del relativo. Veamos esta explicación
con mayor detenimiento. En el siguiente cuadro se ejemplifica un situación hipotética con tres partidos: el PP, el
PSOE e IU. En la primera fila tenemos el número de casos (si observamos la primera celda 80 personas de clase
obrera han votado por el PP). En la segunda el porcentaje horizontal -o voto relativo- (si seguimos con la primera
celda el 23.5% de los votantes del PP son de clase obrera). En la tercera tenemos el porcentaje vertical -o voto
absoluto- (el 16% de los obreros vota al PP)
CUADRO 1.4.
CO CM PRO. N
PP N
PH
PV
80
23.5
16
130
38.2
43.3
130
38.2
65
340
PSOE N
PH
PV
300
68.1
60
100
22.7
33.3
40
9
20
440
IU N
PH
PV
120
54.5
24
70
31.8
23.3
30
13.6
15
220
N 500 300 200 1000
En el siguiente cuadro se refleja un cambio en el mapa político. Aparece un nuevo partido de extrema
derecha (ED). En este cuadro podemos ver cómo se altera el voto absoluto sin que eso suponga modificación alguna
en el voto relativo de los tres partidos que aparecían en el cuadro anterior.
16
op. cit.
13. i
CUADRO 1.5.
CO CM PRO. N
ED N
PH
PV
50
50
10
30
30
10
20
20
10
100
PP N
PH
PV
72
23.5
14.4
47
38.2
39
117
38.2
23.4
306
PSOE N
PH
PN
270
68.1
54
90
22.7
30
36
9
18
396
IU N
PH
PV
108
54.5
21.6
63
31.8
21
27
13.6
13.5
198
N 500 300 200 1000
Con esta terminología en mente, Heath et al.17
descubrieron que no hay ninguna tendencia en las
modificaciones del voto relativo. Es decir, nada permite mantener la idea de una menor vinculación entre las clases
y los partidos.
1.5. IDENTIFICACIÓN SUBJETIVA DE CLASE Y VOTO
Todas las investigaciones ponen de manifiesto el fuerte poder predictivo de la identificación de clase sobre
el voto, de manera que quienes se identifican con la clase media son más propensos a votar a la derecha, aunque esa
propensión es menor en la medida en que la clase objetiva sea la clase obrera.
Volvamos de nuevo al ejemplo de los países escandinavos. El rasgo distintivo de Dinamarca es el
predominio de la identificación de clase media en el electorado, mientras que en Suecia y Noruega la identificación
de clase obrera es más intensa. Desde 1960 hasta mediados de los 70 la pauta global de identificación de clase no ha
cambiado radicalmente en Suecia. Lo más destacable es el declive del voto de izquierda entre los trabajadores que
no se identifican con la clase obrera.
17
A. Heath et al., op. cit.
14. i
CUADRO 1.6. Identificación de clase en el electorado sueco
1960 1964 1968 1973 1976
ELECTORADO GENERAL
Identificación de clase obrera
Identificación de clase media
No sabe
No hay clase
TRABAJADORES
Identificación de clase obrera
Identificación de clase media
No sabe
No hay clase
NO TRABAJADORES
Identificación de clase obrera
Identificación de clase media
No sabe
No hay clase
N
51
34
15
-
81
8
11
-
30
52
18
-
1418
45
37
13
5
68
15
12
4
28
52
14
6
2764
58
32
4
6
86
9
3
2
38
47
5
8
2861
56
30
7
7
83
10
4
3
38
43
10
9
2397
53
30
9
8
77
13
6
4
38
41
11
11
2668
CUADRO 1.7 Identificación de clase y % de votos a la izquierda
1960 1964 1968 1973 1976
TRABAJADORES
Identificación de clase obrera
Identificación de clase media
No sabe
No hay clase
NO TRABAJADORES
Identificación de clase obrera
Identificación de clase media
No sabe
No hay clase
(N)
87
71
70
-
65
21
26
-
1243
82
75
78
87
63
24
36
28
2348
81
55
59
54
63
27
39
27
2573
79
49
62
66
55
24
24
23
2036
77
52
43
36
60
25
18
21
2395
Se puede observar claramente cómo en el periodo estudiado más de la mitad del electorado sueco se
identifica con la clase obrera y cómo ese porcentaje supera el 70% (a veces, el 80%) entre los trabajadores. Quienes
además de identificarse como de clase obrera pertenecen objetivamente a esta clase son los más propensos a votar a
la izquierda. En el cuadro 5 puede verse, por ejemplo, cómo en 1976 el 77% de los trabajadores autoidentificados
con la clase obrera votan a la izquierda, cosa que solo ocurre entre el 60% de los votantes de clase media con esa
misma auto-identificación.
Algo similar cabe detectar en el caso español. El siguiente cuadro es buena prueba de ello.18
18
Tomado de J.F. Tezanos, "Socialismo y clases medias", Sistema, 123, 1994, p. 29.
15. i
CUADRO 1.8.
Sectores ocupacionales que se
autoidentifican como clase media (% de
columna)
Orientación de voto AÑOS
1986 1987 1988 1989 1992
Viejas clases medias AP/PP
Regionalistas
PSOE
PCE/IU
Abstención
20.8
6.9
20.2
1.7
13.9
21.4
6.1
32.8
2.3
9.2
15.4
16.0
29.6
2.4
8.9
38.3
10.5
22.3
0.4
9.2
27.5
7.8
29.9
3.6
10.8
Nuevas clases medias AP/PP
Regionalistas
PSOE
PCE/IU
Abstención
14.4
5.7
42.1
3.3
15.3
17.0
3.7
28.7
4.3
11.7
14.7
9.9
32.3
3.4
9.9
14.7
7.3
27.0
4.1
15.6
16.0
8.6
26.3
7.8
12.8
Clases trabajadoras AP/PP
Regionalistas
PSOE
PC/IU
Abstención
5.1
2.9
45.1
2.9
22.9
6.8
5.9
40.9
4.2
15.9
6.1
4.7
39.0
3.2
13.9
6.4
5.7
49.3
4.4
12.2
11.5
11.0
36.1
5.8
14.7
Campesinos AP/PP
Regionalistas
PSOE
PCE/IU
Abstención
16.7
11.1
33.3
-
22.2
5.9
-
41.2
11.8
35.3
9.7
-
25.8
3.2
16.1
6.4
1.5
58.8
0.4
6.4
12.5
12.5
56.3
--
6.3
Inactivos AP/PP
Regionalistas
PSOE
PCE/IU
Abstención
13.1
4.8
25.0
0.8
23.9
14.4
6.2
29.2
2.3
17.1
13.0
7.1
23.5
2.1
21.6
17.0
5.6
27.6
2.0
23.6
16.0
5.8
25.2
1.9
22.2
N 2496 2489 2485 3356 2499
Puede observarse la escasa propensión a votar al PP entre aquellos trabajadores que se autoidentifican
como clase media (en cualquier caso conviene no perder de vista que estamos en presencia de un periodo de clara
hegemonía del PSOE).
1.6. HERENCIA POLITICA: EL EFECTO DE LA MOVILIDAD INTERGENERACIONAL.
Ahora consideraremos el influjo de la posición social e ideología del padre sobre el voto del hijo. En este
sentido, el sociólogo finlandés Erik Allardt19
estudió el voto de los asalariados de clase media en función de la
posición social y política del padre con resultados que aparecen en la siguiente tabla.
19
Citado por Walter Korpi, The Democratic Class Struggle, Routledge, 1983 (pp. 102-3).
16. i
CUADRO 1.9. HERENCIA POLÍTICA ENTRE LOS TRABAJADORES EN FUNCIÓN DE LA OPCIÓN PARTIDARIA
Porcentajes de columna Opción de partido del entrevistado
Partido burgués Socialdemócratas Comunistas
Prefencia partidaria del padre
Socialista
Desconocido
Burgués
19
42
39
58
29
13
59
27
14
Posición social del padre
Trabajador
Clase media
34
66
69
31
60
40
CUADRO 1.10. HERENCIA POLÍTICA ENTRE LOS EMPLEADOS Y LOS EMPRESARIOS EN FUNCIÓN DE LA
OPCIÓN PARTIDARIA
Porcentajes de columna Opción de partido del entrevistado
Partido burgués Socialdemócratas Comunistas
Prefencia partidaria del padre
Socialista
Desconocido
Burgués
22
30
48
62
25
13
49
11
41
Posición social del padre
Trabajador
Clase media
28
72
55
45
31
69
De acuerdo con el cuadro 1.9, por ejemplo, de entre aquellos trabajadores que votan a la izquierda, en el
58% de los casos (columna central) el padre era socialista, en el 29% era de ideología burguesa y en el resto su
ideología era desconocida.
Las pautas detectadas en Alemania son similares. Esta vez el cuadro se refiere al conjunto de la
población.20
20
N. Dirk de Graaf, P. Nieuwbeeta y A. Heath, "Class Mobility and Political Preferences: Individual and Contextual Effects", American Journal of
Sociology, 100, 4, 1995.
17. i
CUADRO 1.11. PORCENTAJE DE INDIVIDUOS QUE VOTAN A LA IZQUIERDA (ALEMANIA)
Entre.
Padre
CS NMR PB PA TM TA
CS 32 34 22 33 46 11
NMR 40 45 17 0 57 67
PB 28 28 12 0 37 52
PA 21 19 15 7 37 18
TM 46 46 16 22 61 52
TA 36 52 21 0 60 52
TODOS 37 40 16 8 55 41
CS- Clase de servicio
NMR- Trabajador no manual de rutina
PB- Pequeña burguesía
PA- Propietarios agrícolas
TM- Trabajadores manuales
TA- Trabajadores agrícolas
El 37% de los miembros de la clase de servicio vota a la izquierda, sin embargo este porcentaje desciende
al 32% en el caso de que el padre también perteneciera a esta clase y, sin embargo, aumenta al 46% en el supuesto
de que el padre sea trabajador manual.
1.7. PRINCIPALES LIMITACIONES DEL ANÁLISIS DE CLASES
Llegados aquí conviene introducir alguna reflexión sobre cuáles sean las limitaciones que ofrece el estudio
de la política y las clases. Algunas ya han sido señaladas por varios de los principales estudiosos del tema. Por
ejemplo, Wright señalaba estas tres limitaciones.
(1) Situaciones múltiples. El análisis de clase había supuesto que la gente solo tenía una posición de clase, fuera
monolítica, contradictoria o sometida a explotaciones múltiples.
Hay gente que tiene más de un empleo. En los países capitalistas más desarrollados esta es una situación
cada vez menos frecuente, pero en otros la situación no es así. Wright cita el caso de Hungría, donde se calcula que
el 75% de los hogares recibe algún tipo de renta procedente del autoempleo, pese a que menos del 5% son
autoempleados en su trabajo principal.
Además hay gente que, en lugar de tener dos empleos, tiene varias fuentes de renta, derivadas de la
propiedad de bienes inmuebles o de bienes muebles. Hay personas que disponen de acciones de empresas, lo cual
no las convierte, en la mayoría de los casos en una fuente de ingresos relevantes, lo que permite excluir de esta
situación a la mayoría de los accionistas (lo cual sirve para echar por tierra la idea thacherista de capitalismo
popular).
(2) Situaciones de clase mediadas. Hay personas que no están directamente vinculadas a los procesos de
producción. Este sería el caso de las amas de casa o de los niños. Este concepto es esencial para vincular el análisis
18. i
de clase con el de género, tema que veremos con mayor detenimiento más adelante. Ahora apuntaremos
simplemente que
La situación de clase de los maridos y las mujeres deberían tratarse como una función tanto de su situación directa
de clase y de su situación mediada. Esto significa que en ciertos aspectos comparten una situación de clase
común y en otros aspectos tienen -potencialmente- diferentes situaciones de clase. Los "intereses de clase"
globales de los individuos, por tanto, se forman como resultado de algún tipo de combinación ponderada
de estas situaciones de clase mediadas y directas21
.
(3) Situaciones temporales. Una objección que se puede hacer a los análisis marxistas es el hecho de que tratan de
un modo estático a las clases. Wright aduce el ejemplo de una empresa en la que los directivos, antes de ejercer de
tales, han de pasar por un periodo de formación consistente en efectuar trabajos de inferior nivel -para que conozcan
la realidad de la empresa-. Si durante un tiempo estos futuros directivos realizan trabajos administrativos de bajo
nivel sería absurdo incluirlos durante ese momento en la clase obrera. Aquí no cabría hablar de movilidad social,
sino de carreras ocupacionales. Existe un cierto grado de indeterminación en la situación de clase de los individuos.
Esta temporalidad permite introducir el concepto de clase en la sombra (shadow class) que sería la situación de
clase que ocuparía, por ejemplo, un ama de casa en el caso de enviudar o divorciarse.
Refiriéndonos más en concreto a la esfera política una limitación obvia es que no todo el mundo tiene una
posición de clase directa. Este sería el caso de las amas de casa, los estudiantes, los pensionistas y los parados. En el
caso de los dos primeros grupos podríamos asignarles como clase la del sustentador principal (marido y padre,
respectivamente). En el caso de los dos últimos su posición de clase podría ser la que tuvieron cuando tenían
empleo.
1.8. LOS ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGÍA POLÍTICA DE LAS CLASES EN ESPAÑA.
Llegados aquí, analizaremos lo que quepa deducir del caso español. El estudio español sobre estructura y
conciencia de clase22
distingue cuatro tipos de partidos o agrupaciones políticos: la derecha (Partido Popular y
Centro Democrático y Social), regionalistas (todas las opciones regionalistas y nacionalistas), PSOE e izquierda
(Izquierda Unida, ecologistas y otras opciones a la izquierda del PSOE).
Las intenciones de voto, utilizando el esquema de Goldthorpe, serían las siguientes.
21
E.O. Wright, "Rethinking the Concept of Class Structure", en E.O. Wright (ed.), The Debate on Classes, Londres, Verso, 1989, p. 328.
22
J.J. González, Clases sociales: estudio comparado de España y la Comunidad de Madrid, Madrid, Comunidad de Madrid, 1992.
19. i
CUADRO 1.12.
Total Clase de
servicio
No manual Propietario Manual cualif. Manual no
cualif.
Total
DERECHA
REGIONALISTAS
PSOE
IZQUIERDA
2086
30.5
13.9
41.3
14.4
353
37.8
20.8
22.2
19.3
409
28.8
18.6
35.4
17.2
447
50.1
11.5
32.1
6.4
405
21.4
12.8
47.1
18.7
473
15.5
8.0
64.5
12.0
Como se puede observar las clases en las que se da una mayor vinculación con determinadas opciones
políticas son la propietaria y la clase obrera. La primera dirige el 50.1% de sus votos a la derecha y la segunda el
64.5% al PSOE.
J.J. González señala que este cuadro nos permite ver una de las particularidades del caso español. Las
alternativas de derecha, regionalistas y PSOE son opciones marcadamente clasistas, mientras que la opción de
izquierda es socialmente transversal, aunque con un fuerte rechazo por parte de las clases propietarias. Son cuatro
las pautas que J.J. González detecta:
- Los propietarios dirigen la mitad de sus votos a la "derecha" y distribuyen la otra mitad en función de la
cualificación.
- Los cuadros dirigen más de un tercio de sus votos a la "derecha" y más de la mitad a la "derecha" y a las opciones
"regionalistas". El resto de sus apoyos se reparte, como en el caso anterior, en función de la cualificación.
- Los empleados no manuales en su conjunto (tanto expertos como no cualificados) tienden a diversificar sus
apoyos, llegando, en el caso de los expertos, a una considerable polarización: parece, a primera vista,
como si esta categoría fuese el paradigma de posición contradictoria de clase (de hecho, en ella coincide el
grado más alto de cualificación con el más bajo en cuanto a "situación de empleo").
- La clase obrera concentra más de dos tercios (en el caso de los "empleados cualificados manuales") y más de
cuatro quintos (en el caso de los empleados "no cualificados") de sus votos en opciones PSOE o de
izquierda.23
Otro estudio que nos permite analizar el comportamiento electoral en el caso español es el de Feldman et
al.24
. Aquí no se opta por ningún modelo de clases. Simplemente se hace uso de la posición que ocupan los
individuos en la División Social Del Trabajo. Los autores utilizan el método de los residuos ajustados25
con la
intención de determinar entre qué categorías sociolaborales un partido se encuentra significativamente arraigado o
rechazado (residuos de +/- 3, respectivamente), fuertemente arraigado o rehazado (residuos de +/- 6) y
extremadamente arraigado o rechazado (residuos de +/- 9).
23
op. cit., p. 168.
24
A.S. Feldman, J.R. Menés y N. García-Pardo, "La estructura social y el apoyo partidista en España", REIS, 47, 1989 (7-72). Los datos proceden de
una macroencuesta realizada por el CIS en marzo de 1989.
24
Los residuos ajustados son un artificio estadístico que permite analizar el grado de
asentamiento o de rechazo de un grupo político en un determinado grupo social.
20. i
CUADRO 1.13.
Situación laboral AP CDS PSOE IU Abst.
Trabaja por cuenta propia 14,1 4,9 -10,4 -4,4 -0,8
Asalariado fijo -7,8 0,6 5,0 9,9 -5,4
Asalariado eventual -7,8 -4,8 2,9 5,1 3,5
Ayuda familiar 3,7 0,1 -1,5 -0,8 -1,0
Parado y ha trabajado antes -7,9 -3,9 2,1 4,4 5,0
Jubilado, pensionista, etc 3,7 -4,0 4,7 -2,9 -4,9
Parado y busca 1º empleo -3,9 -0,6 -3,6 3,5 6,8
Estudiante -2,4 -0,9 -9,5 4,6 12,7
Sus labores 3,4 4,0 2,3 -11,5 -2,8
Al igual que veíamos en el estudio anterior, la derecha (en esta ocasión Alianza Popular) cuenta con un
residuo de 14.1 entre quienes trabajan por cuenta propia, mientras que para esta misma categoría el residuo del
PSOE es de -10,4.26
Por contra, entre los asalariados fijos los residuos para AD27
son de -7,8 y de 5,0 para el PSOE.
En un artículo más reciente J. J. González arranca de las limitaciones que padece el actual análisis de
clases como consecuencia de las propias deficiencias teóricas del mismo y como resultado de la aparición de nuevas
formas de desigualdad -en especial la divisoria que supone trabajar en el sector privado de la economía o hacerlo en
el público- que moldean el comportamiento electoral.
Propone establecer la existencia de dos tipos de clases: las clases de propiedad y las clases de movilidad.
Las primeras son típicas del análisis marxista, que aun yendo más allá del esquema propiedad/no propiedad de los
medios de producción, cuando introduce otros activos -los de organización y cualificación en el caso de Wright-
siguen girando en torno a la propiedad/no propiedad de estos últimos. Las clases de movilidad son más bien propias
de los enfoques weberianos y, como ocurre en Parkin, se definen a partir de la acción social. De este modo, dos
posiciones sociales pertenecen a una misma clase cuando "la pauta y la probabilidad de entrada son similares, lo
cual va estrechamente asociado a la probabilidad de seguir una cierta trayectoria de movilidad".28
Parece fuera de
toda discusión la influencia que las expectativas -fundadas o no- con respecto a la movilidad sobre el
comportamiento electoral. El siguiente cuadro resulta sumamente expresivo a este respecto.29
CUADRO 1.14.
26
Conviene no perder de vista que el PSOE es el partido más votado en todas las categorías sociolaborales. Lo único que se pretende con el estudio
de los residuos es analizar el grado de arraigo o rechazo de cada fuerza política.
27
Alianza Democrática, en coalición con el Partido Demócrata Popular y el Partido Liberal.
28
J.J. González: "Sobre el declive político de las clases", Economía y Sociedad, 11, 1994.
29
op. cit., p. 23.
21. i
Resto de España Noman estable Noman
ascendente
Manual estable Manual
ascendente
Nocual estable Descenden.
Derecha 25.9
5.9
29.0
2.7
20.0
-0.2
9.5
-1.0
6.0
-4.8
9.6
-4.5
PSOE 8.9
-6.7
21.4
-2.4
21.2
0.6
11.0
0.5
18.1
6.4
19.3
3.6
Izquierda 21.2
0.9
23.5
-0.6
18.5
-0.6
12.2
0.8
6.1
-2.0
18.4
1.5
Columna(N)
Total (%)
212
18.7
287
25.3
230
20.3
119
10.5
122
10.7
166
14.6
Dos son los escollos del análisis de clases sobre los que se centra Juan Jesús González. Por un lado, el
problema de la nueva clase media, la cual en realidad se compone de "una diversidad de fracciones o segmentos,
cuyos intereses pueden ser contradictorios no solo con respecto a las clases tradicionales, sino también entre sí, por
lo que la tarea consiste en identificar esta pluralidad de nuevas clases medias y los conflictos o tensiones a que dan
lugar".30
Por otro lado, falta abordar el papel que juega el Estado en la conformación de las clases. Esto supone
tener en cuenta la existencia de colectivos excluidos de la participación laboral (o dicho en términos más técnicos,
que no activan su fuerza de trabajo). Aquí tendríamos cuatro situaciones de dependencia: amas de casa, jubilados,
jóvenes (en busca de trabajo o estudiantes) y parados. A partir de aquí tendríamos que establecer una distinción
entre clases productivas (las que aparecen en los análisis de clases convencionales) y las no productivas. El
siguiente cuadro ilustra esta distinción:31
30
op. cit., p. 13.
31
op. cit., p.21.
22. i
CUADRO 1.15. DISTRIBUCIÓN RELATIVA DEL VOTO SEGUN CLASE.
(Porcentajes horizontales/residuos ajustados).
Pas 1. Jubilados y parados.
Pas 2. Jóvenes estudiantes y buscadores de primer empleo.
Resto de España
(N=1.537)
Clases activas Pasivas
Propietar. Cuadro Noman. Manual Pas 1 Pas 2
Derecha 31.9
8.4
14.1
4.7
19.7
0.3
16.1
-9.3
11.3
-4.5
6.9
3.3
PSOE 13.8
-6.4
6.4
-4.0
15.9
-2.8
40.6
9.4
21.1
4.6
2.2
-4.0
Izquierda 14.4
-3.0
8.2
-1.1
27.8
3.4
27.6
0.1
15.6
0.0
6.3
0.9
Columna (N)
Total (%)
344
22.4
158
10.3
297
19.3
420
27.3
242
15.7
77
5.0
2. LA CONSTRUCCION EMPIRICA DE LAS CLASES
Uno de los principales problemas con que tropieza el estudio de las
clases es que, salvo que consideremos a la familia como la unidad de
análisis, no abarca al conjunto de la población. Es decir, no tenemos ningún
problema en situar a un peón de la construcción en la clase obrera, pero
¿dónde situaríamos a su mujer?, ¿o a su hijo?, ¿o a su padre jubilado?, ¿o a
su madre ama de casa?, ¿o a su hermano en paro?
En esta investigación hemos acometido una distinción entre clases
activas (las tradicionales del análisis de clase) y clases pasivas (aquellos
que no trabajan, por lo menos remuneradamente). Veamos por separado cada una
de ellas.
En lo que se refiere a las clases activas los dos modelos más
utilizados son el de Wright -explotaciones múltiples- y el de Goldthorpe.
Por razones empíricas (aunque también se podrían aducir motivos
teóricos) aquí trabajaremos con una versión simplificada del modelo de doce
clases de Wright. Este modelo es el siguiente:
CUADRO 2.1.
23. i
+
Activos
0 de
organización
-
En el caso español, con este esquema, nuestra estructura de clases, la
cual comparamos con otros países, tendría la siguiente distribución:
CUADRO 2.2. ESTRUCTURA COMPARADA SEGÚN WRIGHT32
ESPAÑA SUECIA INGLATERRA ESTADOS
UNIDOS
AUSTRALIA
Total 3161 1179 1315 1487 1196
CLASE PROPIETARIA
Empresario
Pequeña burguesía
27.0
3.2
23.8
10.4
5.5
5.4
12.5
6.5
6.0
14.7
7.8
6.9
14.0
5.0
9.0
CLASE MEDIA
Directivo experto
Directivo no experto
Supervisor experto
Supervisor no experto
Empleado experto
16.6
2.5
4.7
1.7
4.4
4.0
27.8
4.4
6.5
3.8
6.3
6.8
30.2
5.6
11.1
2.2
7.2
4.1
33.2
3.9
8.5
3.7
13.7
3.4
42.0
6.0
17.0
2.0
14.0
3.0
CLASE TRABAJADORA
Trabajador cual.
Proletario
55.7
18.5
37.2
61.3
17.8
43.5
57.3
14.4
42.9
52.1
12.2
39.9
44.0
12.0
32.0
Con este esquema más de uno podría quejarse por el reducido tamaño de la clase media. Una de las
peculiaridades del caso español es la fuerte presencia de la pequeña burguesía (a la que algunos autores denominan
vieja clase media). Por otro lado, desde algunas perspectivas teóricas los trabajadores de cuello blanco y rosa (que
grosso modo aquí aparecen bajo la rúbrica de trabajadores cualificados -o semicredencializados-) forman parte
indeleble de la clase media.33
32
Tomado de J.J. González, op. cit.
33
Una explicación teórica de esta clasificación puede encontrarse en R. Feito, Estructura
social contemporánea. Las clases sociales en los países industrializados, Madrid, Siglo XXI, 1995.
Propietarios No propietarios
1. Burguesía 4. Directivo
cualificado
7. Directivo semi-
cualificado
10.Directivo no
cualificado
2. Pequeño
empleador
5. Supervisor
cualificado
8. Supervisor semi-
cualificado
11. Supervisor no
cualificado
3. Pequeña
burguesía
6. Expertos 9. Trabajador semi-
cualificado
12. Proletariado
+
0 -
Activos de cualificación
24. i
En el esquema de Goldthorpe las clases derivan de la agrupación de las personas a partir de sus
ocupaciones, ocupaciones que son categorizadas en función, por un lado, de sus fuentes y niveles de renta, su grado
de seguridad económica y las posibilidades de ascenso económico; y, por otro lado, por su localización en las
jerarquías de control y autoridad en los lugares de trabajo. El resultado de esta agregación es su esquema de siete
clases.
En Goldthorpe la enumeración de las clases identificadas en las sociedades desarrolladas apenas se
acompaña de una explicación. No obstante, como se verá a continuación, la inspiración weberiana está clara dado
que combina los dos elementos básicos del esquema de Weber: la propiedad y el conocimiento.
CLASE DE SERVICIO
I. Profesionales superiores; directivos de grandes empresas y grandes empleadores (más de 25 empleados).
II. Profesionales de nivel medio e inferior; técnicos superiores, directivos de pequeñas empresas (menos de 25
empleados); supervisores de empleados no manuales.
CLASES INTERMEDIAS
IIIa Empleados no manuales de rutina en la administración y el comercio.
IIIb Trabajadores de servicios personales y de seguridad.
IVa Pequeños propietarios, artesanos, etc. con empleados (menos de 25).
IVb Pequeños propietarios, artesanos, etc. sin empleados.
IVc Agricultores, pescadores, etc.
V Supervisores de trabajadores manuales, técnicos de nivel inferior, etc.
CLASE OBRERA
VI Trabajadores manuales cualificados.
VIIa Trabajadores semicualificados y sin cualificar no agrarios.
VIIb Trabajadores agrarios.
Las clases I y II están constituidas por individuos asalariados y autoempleados como profesionales,
gerentes y propietarios de grandes empresas. Juntos constituyen la clase de servicio. La clase III está compuesta por
trabajadores de cuello blanco: empleados administrativos y de ventas que ejercen trabajos rutinarios. La clase IV
está constituida por pequeños propietarios y la pequeña burguesía tradicional. La clase V está formada por los
trabajadores técnicos de bajo nivel y los supervisores de los empleados manuales. La clase VI está constituida por
los trabajadores manuales cualificados. La clase VII está formada por los trabajadores de cuello azul no cualificados
y semicualificados.
Estas siete categorías puedan ampliarse hasta llegar a once. La clase III se subdivide en IIIa
(administrativos) y IIIb (vendedores). La clase IV se puede subdividir entre quienes tienen empleados (IVa) y
quienes no (IVb) y desgajar a los propietarios campesinos -con o sin empleados- del resto (IVc). Lo mismo puede
hacerse con los campesinos asalariados del grupo VII (VIIb).
Posteriormente34
Goldthorpe modificó este esquema, presentado el siguiente:
1.Clases I y II. Todos los profesionales, administradores y directivos (incluyendo grandes propietarios), técnicos de
alto nivel y supervisores de trabajadores no manuales.
34
R. Erikson y J. Goldthorpe, The Constant Flux: a Study of Class Mobility in Industrial
Societies, Oxford, Clarendon Press, 1992.
25. i
2.Clase III. Empleados no manuales de rutina de la administración y del comercio, personal de ventas y otros
trabajadores de servicios.
3.Clase IVab. Pequeños propietarios, artesanos autónomos y otros trabajadores por cuenta propia con y sin
empleados (que no pertenezcan al sector primario).
4.Clase IVc. Campesinos y pequeños propietarios y otros trabajadores autónomos del sector primario.
5.Clases V y VI. Técnicos de grado medio, supervisores de trabajadores manuales y trabajadores manuales
cualificados.
6.Clase VIIa. Trabajadores manuales semi-cualificados y no cualificados (que no pertenezcan al sector primario).
7.Clase VIIb. Campesinos y otros trabajadores del sector primario.
Los principales cambios consisten en la unificación de la clase de servicio y de las clases V y VI debido a
las dificultades de conseguir que estas diferencias puedan ser consistentes a nivel empírico. Nótese que unificar en
la clase trabajadora a las clases V y VI supone introducir en una misma clase a colectivos (técnicos de bajo nivel y
supervisores de trabajadores manuales) que anteriormente pertenecían a las clases intermedias.
Con este esquema la estructura de clases en España -la cual se compara con Inglaterra y Australia- sería la
siguiente.
26. i
_____________________________________________________________
CUADRO 2.3. ESTRUCTURA COMPARADA SEGÚN GOLDTHORPE35
ESPAÑA INGLATERRA AUSTRALIA
TOTAL 3161 1315 1196
CLASE DE SERVICIO
I. Nivel alto
II. Nivel bajo
20.8
6.3
14.5
27.3
9.4
17.9
34.0
10.5
23.5
CLASES INTERMEDIAS
IIIa. No manual alto
IIIa. No manual bajo
IVa. Pequeño empleador
IVb. Autónomo
IVc. Agricultor
V. Supervisor manual
45.9
17.9
3.9
2.5
11.5
6.5
3.6
36.3
15.1
4.4
3.4
4.5
0.8
8.1
40.4
10.3
11.8
8.9
(*)
1.6
7.8
CLASE OBRERA
VI. Obrero cualificado
VIIa. Obrero no cual.
VIIb. Obrero agrario
33.4
14.9
15.6
2.9
36.4
12.5
23.4
0.5
25.6
11.6
13.3
0.7
Podríamos citar otros modelos de agrupación de clases recientemente utilizados, especialmente en el Reino
Unido.36
La definición operacional de clase utilizada en los estudios de opinión pública ha sido la desarrollada en el
Reino Unido por la Sociedad de Investigación de Mercado (a menudo conocida como la escala ABC1/C2DE). Esta
escala se operacionaliza del siguiente modo:
A. Profesionales y directivos de alto nivel.
B. Profesionales y directivos de nivel medio.
C1. Supervisores, administrativos y otros no manuales.
C2. Manuales cualificados.
D. Manuales semi-cualificados y no cualificados
E. Trabajadores residuales, casuales, gente que depende de la beneficiencia pública.
Los estudios de Butler y Strokes37
modificaron esta escala para reclasificar las ocupaciones intermedias. El
grupo C1 se dividió en dos estratos, descritos como cualificados no manuales o supervisores (C1A) y no manuales
bajos (C1B). Inicialmente los autores asignaron el grupo bajo no manual a la clase obrera, pero esto era
inconsistente con las preferencias de partido, dado que tanto C1A y C1B eran más conservadores.
35
Tomado de J.J. González, op. cit.
36
R. Rose e I. McAllister, The Loyalties of the Voters. A Lifetime Learning Model, Sage,
Londres, 1990.
37
Butler, D.E. y D. Stokes, Political Change in Britain, Londres, Macmillan, 1974.
27. i
En los años 70 el grupo de Oxford38
para el estudio de la movilidad social introdujo una clasificación más
compleja añadiendo a las medidas convencionales de prestigio los criterios de autonomía en el trabajo y el ejercicio
de la autoridad. Con la autonomía se diferenciaban los auto-empleados de los empleados y con la autoridad los
directivos, gerentes y capataces del resto de los empleados.
En su estudio de las elecciones de 1983 Heath, Jowell y Curtice39
utilizaron un esquema tricotómico sobre
la base del esquema de Goldthorpe y Lewellyn empleado en los estudios del grupo de Oxford. Además de un grupo
de clase media con autoridad y autonomía y una clase obrera carente de estos elementos, construyeron una clase
media de trabajadores no manuales y especialistas y capataces manuales. Una consecuencia de ello fue la de reducir
la clase obrera a un 37% del electorado. El 63% del electorado es considerado de clase media. Además parten del
criterio individualista, dado que no es el cabeza de familia el que marca la clase de los demás componentes de la
unidad familiar. En este trabajo seguiremos este enfoque individualista a partir de la diferenciación entre clases
activas (las que tienen empleo) y las pasivas (las que dependen o de asignaciones públicas -pensionistas y
desempleados- o de estas y de la unidad familiar -estudiantes y amas de casa-).
En la mayoría de las encuestas aquí utilizadas son tres las preguntas que nos permiten elaborar las clases
activas. La primera es la respuesta a la cuestión formulada en los siguientes términos: "¿en cuál de las siguientes
situaciones se encuentra Ud. actualmente?
- Trabaja
- Jubilado o pensionista (anteriormente ha trabajado)
- Pensionista (anteriormente no ha trabajado, sus labores, etc)
- Parado y ha trabajado antes
- Parado y busca su primer empleo
- Estudiante
- Sus labores
- Otra situación, ¿cuál?.
El primer requisito para pertenecer a las clases activas es responder "trabaja" en esta cuestión.
Otra de las preguntas nos permite diferenciar entre propietarios de los medios de producción (empleadores
y pequeña burguesía) de los asalariados. La batería de respuestas incluye estos ítems: asalariado, empresario o
profesional con asalariados, profesional o trabajador autónomo, ayuda familiar, miembro de una cooperativa, otras
con especificación. Los asalariados los distrubuiremos entre cuatro posiciones de las que hablaremos a
continuación. Quienes tienen asalariados (salvo en alguna encuesta no se pregunta por el número de empleados a su
cargo) forman la clase capitalista. Los profesionales o trabajadores autónomos y quienes consignan ayuda familiar
son la pequeña burguesía (en su mayor parte son propietarios agrícolas o de pequeños negocios -taxis, tiendas, etc-,
pero también -por fortuna para este trabajo son pocos casos- pueden ser, por ejemplo, abogados por cuenta propia).
Los miembros de la cooperativas plantean un serio problema teórico en términos de clase, problema en el
que no entraremos aquí. En términos empíricos son tan poco numerosos que no hemos contado con ellos.
38
Goldthorpe, J. y K. Hope, The Social Grading of Occupations, Oxford, Clarendon Press, 1974.
39
Op. cit.
28. i
Finalmente hemos distinguido cuatro clases entre los asalariados: dos clases medias y dos clases
trabajadoras. Para ello hacemos uso de la codificación que se efectúa al preguntar en qué consiste específicamente
el trabajo desempeñado. Esta codificación se basa en la Clasificación Nacional de Ocupaciones de 1979 a tres
dígitos (hay una CNO posterior, pero aún no la utiliza el CIS). Siguiendo el esquema de Wright podemos agrupar a
los asalariados a lo largo de las líneas de autoridad y de calificación. Quienes ejercen autoridad sobre otros son
incluidos en la clase de directivos y supervisores. Quienes activan en su trabajo credenciales universitarias -pero no
controlan la organización- son incluidos en el grupo de los expertos. Finalmente, diferenciamos dos grupos de
trabajadores: los semicredencializados (con alguna cualificación formal o formación previa) y la clase obrera (que
no dispone de ninguno de los requisitos anteriores). No siempre es fácil saber si un asalariado de clase media es un
directivo o un mero experto. Por ejemplo, un médico puede responder que es oftalmólogo (experto), a pesar de ser
jefe de servicio (directivo). A falta de alguna pregunta adicional tropezamos con esta dificultad, de momento
insalvable.
A continuación enumeramos cuáles son los subgrupos (a veces ocupaciones) que, para aquellos que
trabajan y son asalariados, sitúan a los entrevistados en la clase de directivos y supervisores, expertos, trabajadores
semicredencializados o proletarios.
Directivos y supervisores-40
Miembros de los órganos de gobierno, legislativos y consultivos y personal directivo de
la Administración pública; directores y gerentes; jefes e inspectores de servicios en los transportes y
comunicaciones; directores y gerentes de empresas y establecimientos comerciales; jefes de ventas y jefes y agentes
de compras; encargados de personal de servicios domésticos en establecimientos, hogares y similares; comisarios e
inspectores de policía;41
directores y jefes de empresas o explotaciones agrarias y de la pesca; contramaestres, jefes
de taller, capataces y encargados generales.
Expertos- Profesionales de ciencias químicas, físicas y geológicas y técnicos similares; arquitectos e ingenieros
superiores, arquitectos e ingenieros técnicos y similares; pilotos y oficiales de navegación aérea y marítima;
profesionales de ciencias biológicas, técnicos en agronomía y silvicultura y similares; médicos, veterinarios,
farmaceúticos y similares; ayudantes técnicos sanitarios;42
optometristas y ópticos43
; estadísticos, matemáticos,
actuarios, analistas de informática, técnicos en estas ciencias; economistas; especialistas y técnicos en contabilidad;
profesionales del Derecho; profesores; miembros del clero y similares; escritores, periodistas y similares; escultores,
pintores, decoradores, fotógrafos y profesionales similares; profesionales de la música y de espectáculos artísticos;
profesionales del deporte; profesionales, técnicos y similares no clasificados en otras rúbricas; agentes de cambio y
bolsa, corredores de comercio, agentes de la propiedad inmobiliaria, de seguros y otros.
40
La clasificación nacional de ocupaciones a tres dígitos está estructurada en siete grupos,
cada uno de los cuales se descompone en distintos subgrupos. A su vez estos subgrupos están
consituidos por los llamados grupos primarios, que las ocupaciones concretas (quien desee la
descripción pormenorizada de estas ocupaciones debe consultar...). Aquí nos estamos refieriendo a los
subgrupos.
41
Grupo primario del subgrupo personal de los servicios de protección y seguridad.
42
Grupo primario del subgrupo ayudantes técnicos sanitarios y axiliares en medicina,
veterinaria y farmacia.
43
Igual que en la nota anterior.
29. i
Trabajadores semicualificados- Auxiliares de clínica y demás personal sanitario no titulado;44
ayudantes técnicos
sanitarios y auxiliares en medicina, veterinaria y farmacia no clasificados en anteriores grupos primarios;45
taquígrafos, mecanógrafos y operadores de máquinas perforadoras de fichas y cintas y similares; empleados de
contabilidad y caja, taquilleros y similares; operadores de máquinas facturadoras, contables, de calcular y de
tratamiento automático de datos; jefes e inspectores de servicios en los transportes y comunicaciones; jefes de tren,
revisores y cobradores en los medios de transporte de viajeros; telefonistas, telegrafistas y similares; dependientes
de comercio, vendedores y similares; cocineros46
; personal de los servicios de peluquería, tratamientos de belleza y
similar; bomberos y similares47
; personal de prisiones;48
policías nacionales, municipales, vigilantes y guardas
jurados;49
personal de los servicios de protección y seguridad no incluidos en otros grupos primarios;50
personal de
servicios diversos no clasificados en otros subgrupos.
Proletariado- Carteros, ordenanzas y recaderos; camareros y similares51
; personal de servicios en establecimientos,
hogares y similares no clasificado en otros grupos primarios; conserjes, porteros, personal de limpieza de edificios y
similares; trabajadores del lavado, limpieza y planchado de ropa y similares; trabajadores agrícolas, ganadores y
similares; trabajadores forestales; trabajadores de la pesca, de la caza y similares; mineros, canteros y demás
trabajadores de la extracción de minerales; trabajadores siderometalúrgicos; trabajadores de la preparación y del
tratamiento de la madera y de la fabricación de papel; trabajadores en la preparación y obtención de productos
químicos y trabajadores asimilados; trabajadores de la preparación y obtención de productos textiles y similares;
trabajadores del curtido, preparación y tratamiento de pieles; trabajadores de la preparación y obtención de
productos textiles y similares; trabajadores del curtido, preparación y tratamiento de pieles; trabajadores de la
preparación, elaboración y fabricación de productos alimenticios y bebidas; trabajadores de la elaboración del
tabaco; trabajadores de la confección de prendas de vestir, tapiceros y similares; trabajadores de la fabricación de
calzado y demás productos de cuero natural o artificial; trabajadores de la fabricación de muebles y otros artículos
de madera; trabajadores de la labra de piedras, mármoles o similares; trabajadores de la forja de los metales y de la
fabricación y ajuste de herramientas y piezas metálicas; mecánicos, montadores y ajustadores de maquinaria,
relojeros, mecánicos de precisión y similares; electricistas, instaladores y montadores de líneas y aparatos eléctricos
y ajustadores en electricidad y electrónica; operadores de emisoras de radio, televisión, equipos de sonorización y
proyección cinematográfica; fontaneros, soldadores, chapistas, caldereros y montadores de estructuras metálicas;
joyeros, plateros y similares, trabajadores de la fabricación de productos de vidrio y cerámica; trabajadores de la
fabricación de productos de caucho y plástico; trabajadores de la confección de productos de papel y cartón;
trabajadores de las artes gráficas; pintores; artesanos y trabajadores asimilados; trabajadores de la construcción;
operadores de máquinas fijas y de instalaciones similares; trabajadores de la carga y descarga, manejo de materiales
y mercancías y de movimiento de tierras; conductores y otro personal de maniobra de los medios de transporte;
trabajadores no clasificados en otros subgrupos (peones).
44
Igual que en la nota anterior.
45
Igual que en la nota anterior.
46
Grupo primario del subgrupo cocineros, camareros y similares.
47
Grupo primario del subgrupo personal de los servicios de protección y seguridad.
48
Igual que en la nota anterior.
49
Igual que en la nota anterior.
50
Igual que en la nota anterior.
51
Pertenecen al mismo subgrupo que los cocineros.
30. i
Las clases pasivas incluyen a todas aquellas personas que en el momento de la entrevista no trabajan:
parados,52
estudiantes, amas de casa y pensionistas (y sus viudas). Con el esquema de las clases activas es posible
diferenciar distintas subclases dentro de las clases pasivas. No es igual el comportamiento político de un estudiante
cuyo padre (o sustentador principal) es cirujano al de aquel estudiantes cuyo padre es un peón de la construcción.
52
En esta investigación denominamos parados a aquellas personas que han trabajado
anteriormente. Quienes no lo han hecho son en su mayoría jóvenes (por este motivo los pasamos al
grupo de estudiantes).
31. i
ADDENDA. ALGUNAS NOTAS ADICIONALES SOBRE CÓMO INTERPRETAR ESTA INVESTIGACIÓN.
En este trabajo se han utilizado los siguientes estudios del CIS:
Los partidos y formaciones políticas con las que aquí se trabaja son las siguientes: PSOE, PP, IU y NAC.
(nacionalistas, los cuales son el sumatorio de las siguientes fuezas políticas: ). Hemos excluido, por su irrelevancia a
...
Una cuestión que debe quedar muy clara para el lector es el distinto comportamiento de los encuestados
cuando hay elecciones a la vista a cuando no las hay. En este último caso el PSOE sale claramente perjudicado.
Otro elemento importante, que se aclara en el texto, es el diferente comportamiento electoral en función del tipo de
elecciones. Aquí utilizamos estudios que incluyen unas elecciones europeas y otras legislativas.
3. SOCIOLOGÍA POLÍTICA DE LAS CLASES ACTIVAS
3.1. EL VOTO DE LAS CLASES ACTIVAS
Tal y como se ha detectado en otras investigaciones anteriores los comportamientos electorales más
netamente clasistas se localizan en los dos grupos propietarios de medios de producción (capitalistas y pequeña
burguesía) y en el proletariado. En el caso de los dos primeros es clara su adhesión al PP y su rechazo a las opciones
de izquierda (especialmente de IU). Justamente la actitud inversa es la que se da entre el proletariado, clase en la
que la adhesión es especialmente fuerte para el PSOE (más que para IU). El proletariado es igualmente poco
propenso a inclinarse por la opción aquí agrupada bajo el rótulo nacionalistas y otros. En el resto de los grupos de la
clasificación de clases de Wright a seis no es tan fácilmente detectable una pauta de comportamiento electoral. En
esta primera aproximación llama la atención el peculiar arraigo de la opción IU entre los expertos (junto con el
proletariado IU recoge ahí uno de sus residuos ajustados positivos más altos).
Veamos cómo evoluciona la composición interna del voto de cada una de las cuatro fuerzas políticas aquí
reflejadas y la abstención.
32. i
CUADRO 3.1.53
CAP. PEQ. B. DIR. Y
SUPER.
EXP. TRAB.
SEMI.
PROL. TOTAL
PP
Recuerdo (274)
Intención (340)
6.2
6.8
43.1
40.3
11.7
11.2
6.9
6.8
15.0
12.6
17.2
22.4
18.0
25.4
NAC.
Recuerdo (228)
Intención (205)
5.7
4.4
26.8
28.3
12.7
14.1
14.0
11.7
16.9
15.1
24.1
26.3
15.0
15.3
PSOE
Recuerdo (416)
Intención (240)
2.4
1.3
21.2
19.6
11.3
11.7
8.7
8.8
14.2
12.5
42.3
46.3
27.4
18.0
IU
Recuerdo (231)
Intención (264)
1.8
1.5
9.1
14.0
14.3
13.3
14.7
13.6
14.3
14.4
41.1
43.2
15.2
19.8
ABST.
Recuerdo (371)
Intención (287)
4.0
3.8
22.3
25.4
9.7
8.4
9.9
10.1
19.4
22.0
34.7
30.3
21.5
24.5
Lo primero que habría que destacar es la fuerte resistencia al cambio de la composición interna del voto:
cada una de las fuerzas políticas cosecha aproximadamente el mismo porcentaje de votos entre cada una de las
clases. Sin embargo, empieza a atisbarse una cierta pérdida de asentamiento electoral por parte del PSOE entre los
trabajadores semicredencializados y la pequeña burguesía. Algo aumenta en IU la proporción de votos proletarios,
al igual que ocurre entre los nacionalistas y el PP.
El grueso del voto del PP entre las clases activas procede de los propietarios: en torno al 50% de sus votos
se cosecha entre estos dos grupos. Poco más del 30% de su público electoral pertenece a las clases trabajadoras.54
La situación inversa se da en las dos fuerzas de izquierda. En ambos casos casi el 60% de sus votos proviene de los
trabajadores. Algo más del 20% de los votos del PSOE y algo menos del 20% en el caso de IU proceden de los
grupos propietarios.
Veamos ahora cómo distribuye su recuerdo y su intención de voto cada una de las seis clases.
53
Si no se indica nada al pie del cuadro se está haciendo uso de la encuesta 2088 sobre sindicatos.
54
Téngase en cuenta que un tercio de los componentes de la submuestra de clases activas son proletarios y que casi la mitad son trabajadores. Poco
más del 20% es clase media, lo que hace que su porcentaje en la composición interna del voto sea baja.
33. i
CUADRO 3.2
PP NAC. PSOE IU ABST.
CAP.
Recuerdo (56)
Intención (50)
30.4
46.0
23.2
18.0
17.9
6.0
1.8
8.0
26.8
22.0
PEQ. B.
Recuerdo (385)
Intención (352)
30.6
38.9
15.8
16.5
22.9
13.4
9.1
10.5
21.6
20.7
DIR. Y SUP.
Recuerdo (177)
Intención (154)
18.1
24.7
16.4
18.8
26.6
18.2
18.6
22.7
20.3
15.6
EXP.
Recuerdo (158)
Intención (133)
12.0
17.3
20.3
18.0
22.8
15.8
21.5
27.1
23.4
21.8
TRA. SEM.
Recuerdo (243)
Intención (295)
16.9
21.0
15.6
15.1
24.3
14.6
13.6
18.5
29.6
30.7
PROL.
Recuerdo (502)
Intención (442)
9.4
17.2
11.0
12.2
35.1
25.1
18.9
25.8
25.7
19.7
Las dos clases propietarias radicalizan considerablemente sus posiciones: aumentan notablemente su
intención de voto al PP y se alejan del PSOE.
En los grupos de la clase media el PSOE pierde apoyos: baja unos ocho puntos. IU se convertiría en la
primera fuerza política entre los expertos. Más grave para el PSOE es la pérdida de votos entre los trabajadores.
Tanto entre los trabajadores semicredencializados como entre los proletarios la intención de voto disminuye en diez
puntos. Parte de estos segmentos electorales dirige su intención de voto al PP y otra parte a IU.
Algunas de estas observaciones habría que matizarlas considerablemente si nos remitimos a un proceso
electoral real como las elecciones europeas de junio de 1994.
34. i
CUADRO 3.3.
PP
28.6
NAC.
5.9
PSOE
19.2
IU
13.6
ABST.
32.7
CAPITALISTAS (40) 47.5 5.0 5.0 7.5 35.0
PEQ. BURG. (204) 36.3 6.4 20.6 4.4 32.4
DIR. Y EXP. (37) 35.1 5.4 16.2 18.9 24.3
EXPERTOS (90) 31.1 4.4 20.0 18.9 25.6
TRAB. SEMI. (137) 27.7 5.8 16.8 18.2 31.4
PROLETARIADO (278) 19.1 6.1 21.6 16.5 36.7
(Estudio 2108. Poslectoral europeo).
Lo primero que llama la atención en este cuadro con respecto a los anteriores es el elevado índice de
abstención (casi de un tercio), abstención especialmente alta entre el proletariado (36.7%).
Estas elecciones son un claro triunfo para el PP. No obstante, conviene tener en cuenta la naturaleza
fuertemente expresiva de las elecciones europeas. Es obvio que el comportamiento del electorado y de las distintas
clases varía en función del tipo de convocatoria electoral. En las elecciones legislativas está claro que se elige a un
gobierno que va a ejercer una influencia directa sobre la vida de los votantes, lo que dista de ser percibido así en
unas elecciones europeas.
Se puede observar que la radicalización del proletariado no es tan intensa como cupiera deducir de la
intención de voto.
En lo que se refiere al comportamiento por sexos no se observan grandes diferencias entre hombres y
mujeres. El siguiente cuadro explicita esta circunstancia.
CUADRO 3.4.
Intención de voto por sexos PP NAC. PSOE IU ABST.
PROPIETARIOS
Ambos sexos (402)
Varones (280)
Mujeres (122)
39.8
38.6
42.6
16.7
15.0
20.5
12.4
13.6
9.8
10.2
10.0
10.7
20.9
22.9
16.4
CLASE MEDIA
Ambos sexos (287)
Varones (199)
Mujeres (88)
21.3
22.6
18.2
18.5
18.6
18.2
17.1
17.6
15.9
24.7
22.1
30.7
18.5
19.1
17.0
TRABAJADORES
Ambos sexos (647)
Varones (419)
Mujeres (228)
18.4
18.9
17.5
13.1
13.1
13.2
21.8
23.2
19.3
23.5
25.3
20.2
23.2
19.6
29.8
35. i
Las mujeres propietarias se inclinan en mayor medida que sus compañeros propietarios por el PP y
rechazan con más intensidad al PSOE. Entre la clase media IU es la primera fuerza política gracias a la intención de
voto de las mujeres.
Entre los trabajadores la izquierda cosecharía casi el 50% de los votos -casi un cuarto de los votos de los
trabajadores se va a la abstención-. Es especialmente llamativa la propensión abstencionista de las mujeres
trabajadoras.
Si solo votasen los asalariados, en algún momento IU se hubiera convertido en la primera fuerza política.
Véase como prueba el siguiente cuadro.
CUADRO 3.5.
Intención de voto de
asalariados
PP NAC. PSOE IU ABST.
DIR. Y SUP. (154) 24.7 18.8 18.2 22.7 15.6
EXPERTOS (133) 17.3 18.0 15.8 27.1 21.8
TRAB. SEMI. (205) 21.0 15.1 14.6 18.5 30.7
PROLETAR. (442) 17.2 12.2 25.1 25.8 19.7
IU sería, por escaso margen, la primera fuerza política entre los proletarios y, esta vez por un amplio
margen, entre los expertos (el 27.1% de ellos manifiesta su intención de votar a este partido).
Si analizamos el voto por sectores económico-administrativos (administración pública, empresas públicas
y empresas privadas) tropezamos con singulares sorpresas, sorpresas que deben matizarse a partir del número de
casos (entre paréntesis): alto en las empresas privadas, bajo en la administración pública y muy bajo en las empresas
públicas.
CUADRO 3.6.
Voto de directivos y supervisores. PP NAC. PSOE IU ABST
Administración pública. Recuerdo 93 (53)
Intención (46)
22.6
30.4
13.2
15.2
17.0
4.3
30.2
30.4
17.0
19.6
Empresas públicas. Recuerdo 93 (25)
Intención (23)
20.0
30.4
16.0
17.4
36.0
21.7
8.0
13.0
20.0
17.4
Empresas privadas. Recuerdo 93 (98)
Intención (84)
15.3
20.2
18.4
21.4
29.6
25.0
15.3
21.4
21.4
11.9
Sube considerablemente la intención de voto al PP especialmente en el sector público con la consiguiente
bajada del voto al PSOE. En cambio en el sector privado las modificaciones son más leves.
CUADRO 3.7.
36. i
Voto de expertos PP NAC. PSOE IU ABST
Administración pública. Recuerdo 93 (63)
Intención (51)
14.3
30.4
20.6
15.2
20.6
13.7
15.9
23.5
28.6
23.5
Empresas públicas. Recuerdo 93 (25)
Intención (23)
0.0
4.3
10.3
4.3
31.0
13.0
44.8
56.5
13.8
21.7
Empresas privadas. Recuerdo 93 (61)
Intención (54)
14.8
18.5
23.0
20.4
21.3
20.4
18.0
18.5
23.0
22.2
Se observa un aumento de la intención de voto tanto al PP como a IU (esta última es claramente la primera
opción para los expertos de las empresas públicas).
CUADRO 3.8.
Voto de trabajadores semicredencializados PP NAC. PSOE IU ABST
Administración pública. Recuerdo 93 (52)
Intención (49)
21.2
24.5
17.3
18.4
15.4
4.1
21.2
22.4
25.0
30.6
Empresas públicas. Recuerdo 93 (23)
Intención (17)
17.4
29.4
21.7
17.6
26.1
11.8
13.0
17.6
21.7
23.5
Empresas privadas. Recuerdo 93 (164)
Intención (136)
15.2
18.4
14.6
14.0
25.6
19.1
11.6
17.6
32.9
30.9
Al igual que en el caso anterior asistimos a fuertes aumentos en las intenciones de voto a populares e IU en
detrimento del PSOE, especialmente en el sector público.
CUADRO 3.9.
Voto del proletariado PP NAC. PSOE IU ABST
Administración pública. Recuerdo 93 (40)
Intención (32)
7.5
9.4
15.0
21.9
27.5
12.5
35.0
46.9
15.0
9.4
Empresas públicas. Recuerdo 93 (48)
Intención (42)
8.3
14.3
12.5
14.3
33.3
21.4
25.0
31.0
20.8
19.0
Empresas privadas. Recuerdo 93 (372)
Intención (331)
8.9
16.6
10.5
11.8
36.8
26.6
17.2
23.9
26.6
21.1
Aquí la subida más intensa recae sobre IU. De nuevo los grandes cambios tienen lugar en el sector público.
En la Administración pública disminuye considerablemente la intención de voto al PSOE seguramente
como consecuencia de la congelación salarial. Especialmente acusado es el descenso de intención de voto en este
sector entre los directivos y supervisores y los trabajadores semicredencializados. En las empresas públicas también
disminuye muchísimo la intención de voto al PSOE. Especialmente grave sería la pérdida de más de la mitad de los
votos anteriormente cosechados entre los expertos. En las empresas privadas el PSOE baja, aunque no tanto como
en el sector público.
El PP mejoraría posiciones entre los asalariados de los tres sectores. Es de destacar la notoria mejoría que
experimenta el PP entre los proletarios del sector privado.
37. i
IU se beneficia del proceso de radicalización de parte del proletariado, especialmente del que trabaja en el
sector público. Ahora casi la mitad de los proletarios de la Administración Pública votaría por IU. Más de la mitad
de los expertos de las empresas públicas votarían por esta coalición.
Con los datos de la encuesta sobre elecciones europeas se moderan considerablemente los radicalismos
detectados entre distintos colectivos de asalariados.
CUADRO 3.10.
Elecciones europeas PP Nac/
otros
PSOE IU Abst.
Admon publica
Clase media (29)
Trabajadores (59)
20.7
28.8
3.4
5.1
31.0
18.6
20.7
15.3
24.1
32.2
Emp. públicas
Clase media (12)
Trabajadores (39)
16.7
30.8
8.3
5.1
16.7
23.1
41.7
20.5
16.7
20.5
Emp. privadas
Clase media (78)
Trabajadores (289)
37.2
19.4
5.1
6.9
14.1
18.7
15.4
16.6
28.2
38.4
(Estudio 2108. Poslectoral europeo).
Esta vez algunas cifras absolutas son muy bajas (por ejemplo, solo contamos con 12 asalariados de clase
media en la empresas públicas). Con esta precaución en mente, se puede señalar el proceso de radicalización hacia
la izquierda de la clase media, especialmente en el caso de las empresas públicas. En el sector público las clases
medias votaron más a la izquierda que las clases trabajadoras. Esta vez sí se puede detectar un cierto carácter
clasista en la abstención, mucho mayor en el caso de los trabajadores.
3.2. IDEOLOGÍA POLÍTICA.
Una de las cosas que llama poderosamente la atención a cualquier analista es la tendencia de la sociedad
española a inclinarse por la izquierda en la escala ideológica55
-escala con la que además suelen identificarse con
facilidad los entrevistados-. En el siguiente cuadro (tomado de la encuesta sobre sindicatos) se ha procedido a una
agrupación de esta escala, la cual pasa de diez opciones a seis56
.
55
Se trata de una escala del 1 al 10 en la que se pide al entrevistado que se sitúe políticamente -siendo el 1 la opción más izquierdista y el 10 la más
derechista-.
56
Las opciones 1 y 2 se convierten en muy de izquierdas, las 3 y 4 en izquierda, la 5 en centro-izquierda, la 6 en centro-derecha, las 7 y 8 en derecha y
las 9 y 10 en muy de derechas.
38. i
CUADRO 3.11.
Ideología política MUY DE
IZQUIERDA
15.757
IZQ.
31.6
CENTRO
IZQUIERDA
30.1
CENTRO
DERECHA
8.7
DCHA.
10.9
MUY DE
DERECHAS
3.0
CAPITALISTAS (59) 3.4 11.9 40.7 15.3 25.4 3.4
PEQ. BURG. (413) 11.1 21.1 32.9 11.4 17.9 5.6
DIR. Y SUP. (194) 13.9 37.6 24.2 8.2 13.4 2.6
EXPERTOS (167) 18.6 44.9 24.0 6.0 4.8 1.8
TRA. SEMI. (248) 15.3 35.5 33.1 6.9 7.7 1.6
PROLETARIADO (509) 20.8 33.8 29.3 7.9 6.3 2.0
Cerca del 80% (en concreto el 77.4%) del conjunto de las clases activas se sitúa en la izquierda. Al igual
que veíamos en el recuerdo e intención de voto, de nuevo las pautas más clasistas se detectan en las clases
propietarias y en el proletariado, siendo las primeras las más propensas a declararse de derechas y el segundo el más
inclinado a declarase muy de izquierdas. Todos los grupos asalariados se declaran izquierdistas. Si por tal
entendemos haber optado en la escala por las opciones 1,2,3 y 4 ("muy de izquierda" o de "izquierda") esto ocurre
en más del 50% de los componentes de estos grupos: el 51.5% de los directivos y supervisores, el 53.5% de los
expertos, el 50.8% de los trabajadores semicredencializados y el 54.6% de los proletarios.
Como cabía esperar, los grupos más de derechas son los propietarios, muy especialmente los capitalistas.
Mientras que se declara de derechas (opciones 6 a 10) el 22.6% de las clases activas, esto ocurre así entre el 44.1%
de los capitalistas y el 34.7% de la pequeña burguesía.
De entre quienes se declaran muy de izquierdas cerca del 60% son trabajadores. Por contra, de entre
quienes se declaran muy de derechas más del 55% son propietarios.
Si analizamos la ideología política por sexos, observamos que los varones son más de izquierdas que las
mujeres: 87.7% frente a 76.6. El siguiente cuadro da fe de ello.
57
Porcentaje total de entrevistados que se declaran muy de izquierdas, de izquierdas, etc.
39. i
CUADRO 3.12.
Ideología por sexos MUY I IZQ. CE. I. CE. D. DER. MUY D.
CAPITALISTAS
Ambos sexos (59)
Varones (41)
Mujeres (18)
3.4
0.0
11.1
11.9
12.2
11.1
40.7
43.9
33.3
15.3
19.5
5.6
25.4
22.0
33.3
3.4
2.4
5.6
PEQUEÑA BURGUESÍA
Ambos sexos (413)
Varones (280)
Mujeres (133)
11.1
8.6
16.5
21.1
22.5
18.0
32.9
33.9
30.8
11.4
12.1
9.8
17.9
16.1
21.8
5.6
6.8
3.0
DIRECTIVOS Y SUPERVISORES
Ambos sexos (194)
Varones (157)
Mujeres (37)
13.9
13.4
16.2
37.6
37.6
37.8
24.2
24.2
24.3
8.2
9.6
2.7
13.4
12.7
16.2
2.6
2.5
2.7
EXPERTOS
Ambos sexos (167)
Varones (93)
Mujeres (74)
18.6
14.0
24.3
44.9
45.2
44.6
24.0
29.0
17.6
6.0
4.3
8.1
4.8
5.4
4.1
1.8
2.2
1.4
TRABAJADORES SEMICREDEN.
Ambos sexos (248)
Varones (123)
Mujeres (125)
15.3
17.1
13.6
35.5
36.6
34.4
33.1
32.5
33.6
6.9
6.5
7.2
7.7
5.7
9.6
1.6
1.6
1.6
PROLETARIADO
Ambos sexos (509)
Varones (372)
Mujeres (137)
20.8
21.8
18.2
33.8
36.3
27.0
29.3
27.4
34.3
7.9
7.8
8.0
6.3
4.8
10.2
2.0
1.9
2.2
La ideología de las escasas mujeres propietarias se escora hacia los extremos: son más radicales hacia la
izquierda y hacia la derecha que sus compañeros varones.
En la pequeña burguesía y entre los directivos y supervisores ellas son más partidarias de las posiciones
muy de izquierdas y poco de las muy de derechas.
Entre los expertos ellas son claramente más de izquierdas que ellos (seguramente habría que vincularlo con
la mayor presencia de mujeres expertas en el sector público que en privado).
Ellas son menos de izquierdas y más de derechas que ellos en las dos clases trabajadoras (una explicación
meramente hipotética podría ser que muchas de las mujeres que trabajan están casadas con maridos que también
trabajan, lo que eleva el nivel de renta de la familia).
A continuación pasamos a analizar la ideología por sectores económico-administrativos.
40. i
CUADRO 3.13.
Ideología por sectores MUY I IZQ. CE. I CE. D DER. MUY D.
ADMINISTRACION PUBLICA (219)
Directivos y superv. (56)
Expertos (67)
Trabajadores semicr. (57)
Proletariado (39)
13.7
14.3
11.9
10.5
20.5
40.2
41.1
44.8
38.6
33.3
29.2
21.4
29.9
33.3
33.3
7.8
7.1
7.5
8.8
7.7
8.2
14.3
6.0
7.0
5.1
0.9
1.8
0.0
1.8
0.0
EMPRESAS PUBLICAS (135)
Directivos y superv. (27)
Expertos (33)
Trabajadores semicr. (21)
Proletariado (854)
22.2
14.8
24.2
19.2
25.9
47.4
40.7
66.7
42.9
40.7
17.0
14.8
6.1
28.6
20.4
5.2
7.4
0.0
0.0
9.3
7.4
22.2
3.0
9.5
1.9
0.7
0.0
0.0
0.0
1.9
EMPRESAS PRIVADAS (714)
Directivos y superv. (110)
Expertos (62)
Trabajadores semicr. (169)
Proletariado (373)
19.0
12.7
22.6
16.6
21.4
34.2
35.5
33.9
33.7
34.0
29.6
28.2
27.4
33.1
28.7
7.4
9.1
6.5
7.1
7.2
7.3
10.9
4.8
7.7
6.4
2.5
3.3
4.8
1.8
2.1
Por sectores, los asalariados más de izquierdas son los de las empresas públicas (86.6% del total,
señalando las opciones de 1 a 4 el 69.6%). En similar situación se encuentran los asalariados de las empresas
privadas y de la administración pública (en torno al 83% de ellos se declaran de izquierdas). Es de destacar la
especial actitud izquierdista que manifiestan los expertos de las empresas privadas. Prácticamente el 100% se
declaran de izquierdas (de hecho el residuo ajustado más alto de las tres tablas de sectores es el correspondiente a
los expertos de empresas públicas en el ítem izquierda: 2.5).
3.3. ACTITUDES FRENTE A LOS SINDICATOS
Buena parte de la lucha de clases se expresa a través de los sindicatos. Las centrales sindicales agrupan a
los asalariados y son su principal instrumento reivindicativo, especialmente entre las clases trabajadoras. Aquí
tenemos un cuadro que muestra las diferentes actitudes ante los sindicatos..
41. i
CUADRO 3.14.
Afiliación por clases CAP. PEQ. BUR. DIR/SUP EXP. TRA. SEM PROL.
AFIL CCOO (91) 5.5%58
1.1 4.4 16.5 12.1 18.7 47.3
AFIL UGT (72) 4.3% O.O 8.3 11.1 4.2 25.0 51.4
AFIL RESTO (71) 4.3% 2.8 12.7 16.9 21.1 19.7 26.8
SIMP. CCOO (394) 23.7% 2.0 25.9 9.9 7.4 18.5 36.3
SIMP UGT (236) 14.2% 3.8 27.1 12.7 8.1 11.0 37.3
SIMP RESTO (119) 7.2% 3.4 26.9 14.3 21.0 15.1 19.3
NO SIMPATIZA (678) 40.8% 5.5 32.6 9.7 9.9 15.6 26.7
CUADRO 3.15.
Afiliación por clases AFIL
CCOO
AFIL
UGT
AFIL
RESTO
SIMP.
CCOO
SIMP.
UGT
SIMP.
RESTO
NO
SIMP.
CAPITALISTAS (61) 3.7% 1.6 0.0 3.3 13.1 14.8 6.6 60.7
PEQ. BUR. (438) 26.4% 0.9 1.4 2.1 23.3 14.6 7.3 50.5
DIR/SUP. (187) 11.3% 8.0 4.3 6.4 20.9 16.0 9.1 35.3
EXPERTOS (169) 10.2% 6.5 1.8 8.9 17.2 11.2 14.8 39.6
TRAB. SEMI. (272) 16.4% 6.3 6.6 5.1 26.8 9.6 6.6 39.0
PROLETARIADO (534) 32.1% 8.1 6.9 3.6 26.8 16.5 4.3 33.9
Como era de esperar el grueso de la afiliación se concentra en las clases trabajadoras, lo que ocurre con
especial intensidad en la UGT. Casi el 70% y algo más del 70% de los afiliados de CCOO y UGT, respectivamente,
son trabajadores. CCOO aventaja considerablemente a UGT en afiliación de asalariados de clase media: casi el 30%
de la afiliación de aquella procede de esta clase. Los demás sindicatos tienen una menor base trabajadora. De hecho,
es aquí donde se concentra buena parte de la afiliación de clase media. Las simpatías por los sindicatos siguen unas
pautas similares a las de la afiliación. La no simpatía se concentra en la clases propietarias. Casi el 40% de quienes
manifiestan no sentir simpatía por los sindicatos pertenecen a estas clases.
En lo que se refiere la vinculación sindical por clases habría que destacar el fuerte rechazo (no simpatía)
hacia los sindicatos por parte de capitalistas y pequeño burgueses. El 60% de los primeros y el 50.5% de los
segundos declaran no simpatizar con los sindicatos.
Es destacable la intensidad de la afiliación y la simpatía por el resto de los sindicatos entre los expertos.
La fortaleza de los sindicatos deriva de las clases trabajadoras, especialmente del proletariado.
58
Porcentaje total de afiliados, simpatizantes, etc.
42. i
En términos absolutos la no simpatía es la actitud mayoritaria: el 40.8 de los entrevistados en esta
submuestra de personas con empleo manifiesta su no simpatía por los sindicatos. Aunque la no simpatía es menor
entre los trabajadores, no por ello deja de ser excesivamente alta. No simpatizan con los sindicatos el 39% de los
trabajadores semicredencializados y el 34% del proletariado. La afiliación es baja: no llega al 15%. Sin embargo, la
simpatía, especialmente hacia los sindicatos de clase, es elevada (lo que quizás podría deberse al miedo o a las
dificultades para afiliarse).
Las mujeres son menos propensas que los varones a afiliarse a los sindicatos y muestran mayores dosis de
antipatía hacia ellos. Casi la mitad de las mujeres con empleo (46.3%) no simpatiza con los sindicatos (en el caso de
los varones este porcentaje desciende a 38.1).
CUADRO 3.16.
VINCULACION SINDICAL
(% VERT.)
CAP. PEQ. B. DIR. SUP. EXP. TRA. SEM. PROLE.
AFILCCOO
Ambos sexos (91)
Varones (69)
Mujeres (22)
1.6
0.0
5.0
0.9
1.0
0.8
8.0
9.9
0.0
6.5
5.2
2.0
6.3
5.4
2.1
8.1
10.0
2.8
AFILUGT
Ambos sexos (72)
Varones (54)
Mujeres (18)
0.0
0.0
0.0
1.4
2.0
0.0
4.3
4.6
2.8
1.8
2.1
1.4
6.6
6.9
6.3
6.9
7.7
4.9
AFILRESTO Ambos
sexos (71)
Varones (45)
Mujeres (26)
3.3
2.4
5.0
2.1
2.3
1.5
6.4
6.6
5.6
8.9
6.2
12.5
5.1
6.2
4.2
3.6
3.3
4.2
SIMPACCOO
Ambos sexos (394)
Varones (258)
Mujeres (136)
13.1
9.8
20.0
23.3
22.6
24.8
20.9
19.2
27.8
17.2
19.6
13.9
26.8
31.5
22.5
26.8
24.6
32.9
SIMPAUGT
Ambos sexos (236)
Varones (178)
Mujeres (58)
14.8
17.1
10.0
14.6
15.1
13.5
16.0
19.2
2.8
11.2
11.3
11.1
9.6
10.8
8.5
16.5
18.2
11.9
SIMPARESTO
Ambos sexos (119)
Varones (86)
Mujeres (33)
6.6
7.3
5.0
7.3
8.9
3.8
9.1
7.3
16.7
14.8
14.4
15.3
6.6
8.5
4.9
4.3
5.1
2.1
NO SIMPA
Ambos sexos (678)
Varones (425)
Mujeres (253)
60.7
63.4
55.0
50.5
48.2
55.6
35.3
33.1
44.4
39.6
41.2
37.5
39.0
30.8
46.5
33.9
31.2
41.3
43. i
En el caso de los sindicatos de clase los varones se afilian en mucha mayor medida que las mujeres,
aunque ello se compensa con la fuerte dosis de simpatía femenina por estas organizaciones.
En lo que se refiere a la actitud por sectores es llamativo cómo la actitud izquierdista de los expertos de las
empresas públicas no se traduce en afiliación a o simpatía hacia (más bien lo contrario) los sindicatos.
CUADRO 3.17.
VINCULACION SINDICAL
POR SECTORES
AFIL.
CCOO
AFIL.
UGT
AFIL.
RESTO
SIMP.
CCOO
SIMP.
UGT
SIMP.
RESTO
NO
SIMP.
ADMON PUBLICA (231)
Clase media (129)
Trabajadores (102)
8.7
7.8
9.8
8.2
5.4
11.8
9.1
7.8
10.8
21.6
21.7
21.6
8.2
9.3
6.8
11.7
14.7
7.8
32.5
33.3
31.4
EMP. PUBLICAS (133)
Clase media (60)
Trabajadores (73)
14.3
8.3
19.2
9.8
3.3
15.1
7.5
10.0
5.5
12.8
13.3
12.3
17.3
16.7
17.8
5.3
6.7
4.1
33.1
41.7
26.0
EMP. PRIVADAS (742)
Clase media (162)
Trabajadores (580)
5.9
6.2
5.9
3.9
1.2
4.7
3.8
6.2
3.2
27.2
19.8
29.3
15.0
16.7
14.5
5.9
9.9
4.8
38.3
40.1
37.8
Como se puede observar el núcleo fuerte de la afiliación sindical está en las empresas públicas.
El radicalismo político de los trabajadores de clase media no se traduce en afiliación sindical. De hecho el
mayor porcentaje de no simpatía se da en la clase media de las empresas públicas. En los tres sectores el grueso de
la afiliación es de trabajadores (lo que ocurre con especial intensidad en las empresas públicas). CCOO suscita
mucha más simpatía que UGT (sin duda el caso PSV juega en su contra).
Obviamente la vinculación sindical es un claro predictor de las preferencias políticas.
CUADRO 3.18.
Actitud sindical y voto AFIL.
CCOO
AFIL.
UGT
AFIL.
RESTO
SIMPA.
CCOO
SIMPA.
UGT
SIMPA.
RESTO
NO
SIMPA.
PP
Recuerdo (314)
Intención (372)
2.2
1.9
4.5
4.6
5.4
4.6
19.7
22.6
14.0
24.4
11.5
33.1
42.7
41.4
NAC.
Recuerdo (231)
Intención (209)
1.3
1.9
3.0
2.4
9.1
8.6
17.7
14.8
12.6
15.3
17.3
18.7
39.0
38.3
PSOE
Recuerdo (462)
Intención (278)
4.1
3.6
8.0
9.7
2.2
2.2
24.7
25.2
24.9
29.7
3.9
1.1
32.3
28.8
IU
Recuerdo (257)
Intención (299)
17.9
16.1
6.2
6.7
3.9
3.7
45.1
43.5
2.7
5.7
5.4
6.0
18.7
18.4
ABST.
Recuerdo (398)
Intención (398)
5.0
5.5
2.3
2.3
3.0
3.6
21.9
19.2
13.1
9.7
6.5
7.5
48.2
52.3
44. i
Más del 40% de los votos del PP proceden de quienes no simpatizan con los sindicatos. No obstante, un
tercio de sus votos proceden de simpatizantes de CC.OO. y de UGT.
El porcentaje de no simpatía, aunque alto, es menor entre los votantes del PSOE que entre los del PP. La
mitad de los votos socialistas procede (casi a partes iguales) de simpatizantes de los dos grandes sindicatos.
IU cuenta con el electorado más proclive a los sindicatos. Es la fuerza política en la que se concentra el
menor porcentaje de quienes confiesan no simpatizar con los sindicatos. Cerca de uno de cada cuatro de sus votos
procede de afiliados a CC.OO. y (en menor medida) de UGT.
CUADRO 3.19.
Actitud sindical y voto PP NAC. PSOE IU ABST.
AFIL. CCOO
Recuerdo (95)
Intención (86)
7.4
8.1
3.2
4.7
20.0
11.6
48.4
55.8
21.1
19.8
AFIL. UGT
Recuerdo (83)
Intención (76)
16.9
22.4
8.4
6.6
44.6
35.5
19.3
26.3
10.8
9.2
AFIL. RESTO
Recuerdo (80)
Intención (63)
24.3
27.0
30.0
28.6
14.3
9.5
14.3
17.5
17.1
17.5
SIMPA. CCOO
Recuerdo (421)
Intención (374)
14.8
22.5
9.8
8.3
27.1
18.7
27.6
34.8
20.7
15.8
SIMPA. UGT
Recuerdo (252)
Intención (213)
17.8
24.4
11.7
15.0
46.6
38.5
2.8
8.0
21.1
14.1
SIMPA. RESTO
Recuerdo (134)
Intención (124)
26.9
33.1
29.9
31.5
13.4
2.4
10.4
14.5
19.4
18.5
NO SIMPA.
Recuerdo (613)
Intención (530)
21.9
29.1
14.7
15.1
24.3
15.1
7.8
10.4
31.3
30.4
Como se puede observar es mayor la propensión de los afiliados de CCOO a votar por IU (55.8%) que la
de los afiliados de UGT a hacer lo propio por el PSOE (35.5%). Sin embargo, los simpatizantes de UGT se inclinan
en muy escasa medida por el voto a IU (solo lo hace del 2,8%).
En la intención de voto más del 50% de los afiliados a CCOO y el 26.3% de los de UGT votaría a IU (no
obstante, la opción favorita de los afiliados de UGT es el PSOE -35.5% de las intenciones de voto-). El mismo
proceso de radicalización se da entre los simpatizantes de los dos principales sindicatos. El 34.5% de los
simpatizantes de CCOO y el 8% de los simpatizantes de UGT votarían por IU.
45. i
Como cabía esperar los no simpatizantes con los sindicatos son los más propensos a votar por el PP
(31.4%).
En el siguiente cuadro vemos cuál es la intención de voto de los afiliados a los sindicatos de clase y la de
los no simpatizantes.
CUADRO 3.20.
Voto y sindicatos PP NAC. PSOE IU ABST.
AFILCCOO 8.1 4.7 11.6 55.8 19.8
AFILUGT 22.4 6.6 35.5 26.3 9.2
NO SIMPATIZA 29.1 15.1 15.1 10.4 30.4
La afiliación se traduce en un incremento de la tendencia votar. Entre los no simpatizante el 30% se
abstendría. Es también llamativo ese 22% de afiliados a UGT que votarían por el PP.
Los siguientes cuadros dan cuenta de distintos tipos de actitudes ante los sindicatos.
CUADRO 3.21.
Respuesta a la pregunta: ¿Cree usted que en España el poder e influencia que tienen los sindicatos es ...?
TOTAL DEMASIADO
20.659
EL ADECUADO
30.6
MENOR DEL QUE
DEBIERAN
48.8
CAPITALISTAS (64) 48.4 29.7 21.9
PEQ. BUR. (432) 25.0 33.3 41.7
DIR. Y SUP. (195) 24.6 28.2 47.2
EXPERTOS (179) 19.6 22.3 58.1
TRAB. SEMI. (278) 17.6 31.3 51.1
PROLETARIADO (572) 14.5 31.8 53.7
CUADRO 3.22.
Respuesta a la pregunta: ¿Cree usted que en los últimos años el poder e influencia de los sindicatos ha aumentado, ha disminuido
o sigue siendo el mismo?
TOTAL HA
AUMENTADO
34.3
HA
DISMINUIDO
30.3
SIGUE SIENDO EL
MISMO
35.4
CAPITALISTAS (66) 53.0 30.3 16.7
PEQ. BUR. (433) 36.3 26.6 37.2
DIR. Y SUP. (200) 28.0 41.0 31.0
EXPERTOS (177) 30.5 32.8 36.7
59
Porcentaje de entrevistados que considera que es demasiado, adecudado, etc.
46. i
TRAB. SEMI. (270) 37.4 26.7 35.9
PROLETARIADO (569) 32.7 30.2 37.1
CUADRO 3.23.
Respuesta a la pregunta: ¿Con cuál de estas frases está usted más de acuerdo?
TOTAL LOS SINDICATOS
SON MODERNOS
32.6
LOS SINDICATOS ESTAN
DESFASADOS
67.4
CAPITALISTAS (65) 23.1 76.9
PEQ. BUR. (427) 34.2 65.8
DIR. Y SUP. (194) 25.3 74.7
EXPERTOS (172) 27.9 72.1
TRAB. SEMI. (260) 31.2 68.8
PROLETARIADO (556) 37.1 62.9
CUADRO 3.24.
GRADO DE ACUERDO
CON LA HUELGA
TOTAL
MUCHO
18.4%
BASTANTE
30.3%
POCO
22.3%
NADA
23.2%
NO SABE
5.7%
CAPITALISTAS (49) 2.0 8.2 30.6 53.1 6.1
PEQ. BUR. (232) 11.2 24.6 25.9 30.6 7.8
DIR/SUP. (37) 16.2 32.4 16.2 32.4 2.7
EXPERTOS (74) 24.3 23.0 21.6 27.0 4.1
TRAB. SEMI. (185) 14.6 34.1 25.4 23.2 2.7
PROLETARIADO (368) 26.1 36.1 18.2 13.0 6.5
De nuevo nos encontramos con que los posicionamientos extremos son los que se dan en los capitalistas
(que tienen que bregar con los sindicatos) y los proletarios. Los primeros son los más propensos a declarar que el
poder de los sindicatos es excesivo (lo piensan casi la mitad de ellos), que su poder ha aumentado (más de la mitad
así lo considera) y casi todos creen que son instituciones desfasadas (más de tres cuartas partes así se manifiesta).
Por contra, los proletarios son los más propensos a considerar que el poder de los sindicatos es menor del que
debiera (a esta posición se suman más de la mitad de los expertos). Llama poderosamente la atención que casi todos
los entrevistados pertenecientes a las clases activas considera que los sindicatos están desfasados. Así lo piensa el
67.4% del total. El grupo que menos tendencia tiene a posicionarse así es el de los proletarios, pero nada más y nada
menos que el 62.9% de ellos coincide en señalar su carácter vetusto. Incluso en el grupo de los expertos -que se
posiciona en favor de otorgar mayor poder para los sindicatos- el 72.1% los considera desfasados.
47. i
Los dos siguientes cuadros explicitan los grados de simpatía hacia los dos sindicatos de clase.60
CUADRO 3.25.
Actitudes sindicales por
clases
MUY ANTI-UGT
MUY ANTI-CCOO
ANTI-UGT
ANTI-CCOO
MODERADAMENTE
ANTI-UGT
MODERADAMENTE
ANTI-CCOO
MODERADAMENTE
PRO-UGT
MODERADAMENTE
PRO-CCOO
PRO-UGT
PRO-CCOO
MUY PRO-UGT
MUY PRO-CCOO
CAPITAL. (28)
(29)
14.3
13.8
46.4
34.5
32.1
27.6
0.0
10.3
3.6
10.3
3.6
3.4
PEQ. BURG. (136)
(137)
10.3
12.4
19.9
19.7
39.0
32.8
7.4
10.9
19.9
19.7
3.7
4.4
DIR. Y SUP. (28)
(30)
7.1
6.7
28.6
30.0
17.9
20.0
17.9
13.3
21.4
20.0
7.1
10.0
EXPERTOS (59)
(62)
6.8
8.1
22.0
14.5
32.2
32.3
18.6
12.9
18.6
29.0
1.7
3.2
TRAB. SEMI. (147)
(152)
6.1
7.2
21.8
17.8
37.4
37.5
8.2
7.9
23.1
23.0
3.4
6.6
PROLETAR. (268)
(280)
5.2
5.7
16.8
11.4
33.6
27.9
10.1
11.1
26.5
30.0
7.8
13.9
(Estudio sobre situación sociolaboral, nº 2082).
Al igual que en el cuadro sobre vinculación sindical de nuevo, como es lógico, las posiciones extremas se
concentran en los grupos propietarios y en el proletariado. UGT es un sindicato que suscita más antipatía que
CCOO. En ambos casos es mayor el peso de las posiciones anti que el de las pro: el 62.5% de los entrevistados se
sitúa en algunas de las posiciones anti-UGT y lo mismo hace el 55.5 en el caso de CCOO.
2.4. CLASE SOCIAL SUBJETIVA
Una de las cuestiones más interesantes en el análisis sobre clases es el posicionamiento social subjetivo. En
una sociedad desarrollada, como la española, la mayor parte de los individuos tiende a considerarse de clase media,
por lo que nuestra atención debe centrarse en las pautas diferenciales de autoposicionamiento en unas clases y
otras.61
60
Al igual que en la escala ideológica se pide al entrevistado que valore a los sindicatos de 0 (muy mal) a 10 (muy bien). En aras de la simplificación
se han agrupado los valores 0, 1 y 2 en muy anti sindicato, 3 y 4 en anti sindicato, 4 en moderadamente anti sindicato, 5 en moderadamente pro sindicato,
6 y 7 en pro sindicato y 8, 9 y 10 en muy pro sindicato.
61
Dados los resultados parece muy inadecuado ofrecer esta escala de clase subjetiva. En otros países se utiliza una escala que ofrece varias jerarquías
de clase media y otras tantas de clase obrera, omitiendo el epígrafe de clase baja, la cual parece tener fuertes connotaciones peyorativas,