1. Motivación y Aprendizaje
MOTIVACIÓN Y APRENDIZAJE
Introducción
La motivación constituye la piedra angular para definir a donde llegar y
detonante de la acción para lograr los objetivos propuestos en cualquier
aspecto de nuestra vida espiritual, física, mental, familiar, social o económica.
Es impulso y esfuerzo para satisfacer un deseo, más que una serie de
fórmulas, una combinación de procesos intelectuales, fisiológicos y
psicológicos que decide, en una situación dada, con qué vigor se actúa y en
qué dirección se encauza la energía. Incentiva a que se actúe y comporte de
una determinada manera. Es lo que mueve a la persona en una dirección y
con una finalidad determinada con disposición al esfuerzo mantenido por
conseguir una meta. Constituye, un factor que condiciona la capacidad para
aprender.
Las actitudes, percepciones, expectativas y representaciones que tenga el
estudiante de sí mismo, de la tarea a realizar, y de las metas que pretende
alcanzar, constituyen factores de primer orden que guían y dirigen la conducta
del estudiante. La labor del docente reside en forjar un cambio permanente en
la vida del alumno, fomentar acciones que generen un aprendizaje fructificando
la curiosidad de los niños incitándolos a nuevos descubrimientos y construir su
aprendizaje, es por ello que despertar el interés por aprender es la meta que se
traza el profesor, la clave es saber cómo lograrlo. Para ello, debe irrumpir en el
psiquismo de los alumnos las fuentes de energía interior y encauzar esta
energía para que los impulse a aprender con empeño, entusiasmo y
satisfacción. No habrá entonces coacción ni hastío, y el aprendizaje será más
eficaz y significativo.
La misión del docente radica en lograr la atención, despertar el interés y
promover el deseo por aprender, inducir a sus alumnos, despertarles el interés
por la búsqueda activa de respuestas a sus propias inquietudes, que todas sus
acciones se dirijan hacia la apropiación del conocimiento. Así como también
facilitar el proceso de desarrollo de los alumnos bajo un ambiente de confianza
que les ayude a asumir el riesgo de descubrir lo que sienten y quieren, develar
sus necesidades intrínsecas, comprender sus intereses, debe ser muy creativo
para saber cómo hacer uso de cualquier momento y recurso para enseñar,
firmeza para disciplinar con enseñanza y responsabilidad para asumir el reto de
lograr un aprendizaje significativo en la vida de una persona.
El éxito dentro de este proceso reside en crear un ambiente de motivación, un
clima agradable y de confianza a fin de revelar a través de experiencias,
debilidades y fortalezas, sentimientos, pensamientos, habilidades y ser capaz
de poder convencer y guiar hacia un propósito dado, estimulando el logro de
competencias en los alumnos.
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Esta concepción del aprendizaje humano contempla el conocimiento como
fruto de la interacción entre la persona y el medio, poniendo de manifiesto
hasta qué punto los procesos de aprendizaje no son tan sólo procesos de
conceptualización, sino verdadera ejercitación de capacidades personales
sobre la realidad que rodea a la persona. Así, el aprendizaje, es un proceso de
construcción del conocimiento que tiene lugar en los procesos de interacción
entre la persona y la realidad del entorno.
El ser humano es multidimensional y durante su proceso de aprendizaje
intervienen un conjunto de factores que pueden estar dentro de nosotros
mismos o fuera formando parte del entorno.
Nosotras consideramos que la mayor dificultad a la que se enfrentan los
padres y educadores hoy en día para alcanzar el aprendizaje es la baja
motivación y apatía, la dificultad para promover la disciplina y la falta de valores
dentro del ambiente. La falta de habilidad para lograr motivar e implementar la
disciplina en casa y en la escuela hace que se recurra a la presión, ridiculizar,
al castigo, al señalamiento, la amenaza y el soborno generando un ambiente
hostil y aburrido que lleva a muchos estudiantes al fracaso escolar.
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3. Motivación y Aprendizaje
Motivación
La motivación también es considerada como el impulso que conduce a una
persona a elegir, realizar una acción entre aquellas alternativas que se
presentan en una determinada situación. En efecto, la motivación está
relacionada con el impulso, porque éste provee eficacia al esfuerzo colectivo
orientado a conseguir los objetivos de la empresa, por ejemplo, y empuja al
individuo a la búsqueda continua de mejores situaciones a fin de realizarse
profesional y personalmente, integrándolo así en la comunidad donde su acción
cobra significado.
El impulso más intenso es la supervivencia en estado puro cuando se lucha por
la vida, seguido por las motivaciones que derivan de la satisfacción de las
necesidades primarias y secundarias (hambre, sed, abrigo, sexo, seguridad,
protección. etc.).
Podemos distinguir DOS TIPOS DE MOTIVACIÓN: una intrínseca que hace
referencia a que la meta que persigue el sujeto es la experiencia del
sentimiento de competencia y autodeterminación que produce la realización
misma de la tarea y no depende de recompensas externas. Es el caso del niño
que aprende la lista de jugadores de un equipo de fútbol porque realmente le
llama la atención, le motiva, significa algo para él, y lo hace sin pretender
ninguna recompensa, la aprende porque sí. Y la motivación extrínseca que
estaría relacionada con la realización de la tarea para conseguir un premio o
evitar un castigo. Como cuando un hijo ordena su habitación con el único fin de
salir antes con los amigos y no porque realmente es necesario estar en un
espacio ordenado porque resulta más cómodo. O como cuando hacen un
recado para acercarse al quiosco y comprarse alguna golosina, etc
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Pero, las dos motivaciones necesitan caminar juntas, porque una depende de
la otra, asimismo, el alumno aún necesita de apoyo familiar para que haya la
motivación interna y el profesor tiene la responsabilidad de complementarle.
Por otra parte, podemos relacionar varios aspectos que los alumnos necesitan
para tener la fuerza de voluntad en adquirir una motivación que parte de dentro
para fuera que son: el interés, la concentración, la curiosidad, la exploración, la
iniciativa, la actitud, etc., y esa motivación puede recompensar y facilitar el
aprendizaje. Para muchos autores del área de la educación hay un tipo de
aprendizaje llamado „aprendizaje significativo‟, es lo que el estudiante ya sabe,
es decir, la información que ya tiene en su estructura cognitiva que son los
conocimientos anteriores o previos y con base en ello, el profesor actúa y
aplica conocimientos nuevos para construir un nuevo aprendizaje. Aunque para
algunos autores el educando no necesita de motivación para aprender, al
mismo tiempo ellos están de acuerdo que la motivación puede facilitar el
aprendizaje. Respeto a eso AUSUBEL dice:
Mucho se habla de la motivación en el aprendizaje. Para algunos el
aprendizaje no es posible sin motivación, para otros, no es una variable
importante dentro del aprendizaje. Cuando hablamos de aprendizaje
significativo, éste puede ocurrir sin motivación, lo cual no implica negar
el hecho de que la motivación puede facilitar el aprendizaje siempre y
cuando esté presente y sea operante. (AUSUBEL, 1976)
Por lo tanto, los dos ambientes que propician la motivación extrínseca e
intrínseca, es decir, la familia y la escuela, son muy importantes para el
aprendizaje de los jóvenes. Son varios los factores que están en destaques
como: la situación económica y la relación entre padres e hijos, profesores y
alumnos ya que, su crecimiento en sentido de conocimiento depende de los
ambientes. Pues bien, los padres, a través de los incentivos son de suma
importancia para la carrera futura de sus hijos y los educadores dan la
continuación del mismo. En efecto, el alumno recibe la información para
después procesar, contribuyendo así para la motivación que gira en su
información para después procesar, contribuyendo así para la motivación que
gira en su entorno. Mouly dice: la eficiencia del aprendizaje está en la
proporción directa de la motivación del individuo”
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5. Motivación y Aprendizaje
Aprendizaje
Aprender es una actividad que puede resultar muy fácil para algunos y un
poco compleja para otros; el grado de dificultad también está limitado a lo que
debemos aprender;
El concepto de aprendizaje es fundamental para que podamos desarrollar el
intelecto y adquiramos información que nos será muy útil para desenvolvernos
en nuestro entorno; pero antes introducirnos aún más en el tema debemos dar
una definición de aprendizaje. Entendemos por éste como la conducta de
“aprender”, es decir, adquirir, procesar, comprender y aplicar luego una
información que nos ha sido “enseñada”; cuando aprendemos nos adaptamos
a las exigencias que los contextos nos piden. El aprendizaje implica adquirir
una nueva conducta y al mismo tiempo dejar de lado la que teníamos
previamente y no era adecuada; refleja un cambio permanente en el
comportamiento el cual absorbe conocimientos o habilidades a través de la
experiencia. Para aprender necesitamos de tres factores fundamentales:
observar, estudiar y practicar.
¿CUÁLES SON LOS FACTORES QUE INFLUYEN EN EL APRENDIZAJE?
En el proceso de aprendizaje intervienen muchos factores, de los cuales
algunos son intrapersonales y otro socio ambientales. En el proceso de
enseñar-aprender intervienen todos globalmente, con una interconexión
dinámica.
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6. Motivación y Aprendizaje
Teorías de la motivación
Las teorías de la motivación se agrupan en 3 categorías.
Algunas subrayan la base biológica de la motivación,
otras acentúan la importancia del aprendizaje y otras se
concentran en el papel de los factores cognitivos.
Teorías Biológicas
Una de las teorías más antiguas de este grupo en la que atribuye la conducta
humana a la herencia de los instintos, que actualmente definimos como pautas
relativamente complejas de comportamiento que no ha sido aprendidas, como
en los pájaros el instinto de construir el nido y el de buscar comida en las
hormigas. Sin embargo, estos teóricos consideraron “instintos” rasgos como la
curiosidad, el gregarismo o la adquisición, pero no lograron determinar un
número limitado de instintos para poder explicar la conducta humana. Además,
la teoría de los instintos no podía explicar las diferencias individuales. Estas
razones, así como el creciente conocimiento de parte de los psicólogos sobre
la importancia que el aprendizaje y el pensamiento desempeñan en el
comportamiento humano, les llevaron a abandonar la teoría de los instintos.
La teoría del impulso, tal y como fue desarrollada por Hull (1943), intentó
superar estas deficiencias. Hull acentuó la importancia de los impulsos
biológicos, estados de intención interna, que impelen a los animales y a las
personas a la acción. A diferencia de los instintos, que se supone que no sólo
impulsan sino que también dirigen la conducta, los impulsos proveen sólo de la
energía que predispone la acción. Lo hacen produciendo un estado de tensión
que la persona o el animal desea modificar. La reducción de ese impulso
representa el refuerzo suficiente para que se produzca el aprendizaje. Así, si un
perro es acuciado por el hambre y por casualidad encuentra comida entra la
basura, aprenderá a buscar en ésta cada vez que tenga hambre. Aunque la
teoría del impulso ha perdido interés, en parte por no tener en consideración
los nuevos conocimientos sobre los procesos cognitivos subyacentes al
comportamiento humano, todavía existe un generalizado consenso sobre la
existencia de los impulsos humanos tanto aprendidos como no aprendidos.
Otros psicólogos propugnaron la existencia de impulsos psicológicos junto a
los biológicos para explicar la conducta humana. Desde que en 1938, cuando
Henry A. Murria sugirió por vez primera que la satisfacción de ciertas
necesidades activa y dirige la conducta, algunos psicólogos han intentado
identificar y medir tales necesidades. Mientras Hull había estudiado
principalmente necesidades fisiológicas como el hambre, la sed o la
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7. Motivación y Aprendizaje
sexualidad, el creciente énfasis puesto en las necesidades psicológicas y en la
diferencia que se producen en éstas entre una persona y otra, condujo
finalmente al enfoque humanista, representado por Abraham Maslow (1970).
Teorías del Aprendizaje
Los partidarios de estas teorías argumentan que aunque
las necesidades biológicas pueden desempeñar algún
papel en el comportamiento, el aprendizaje desempeña un
papel mucho más importante a la hora de dirigir la
conducta animal y humana. Se establece en este punto el
argumento diferencial entre este y otros enfoques,
especialmente cuando advertimos que algunos de los
teóricos del impulso, incluyendo al propio Hull,
reconocieron que, aunque convenía subrayar que algunas
necesidades son aprendidas, las necesidades más com
unes de lo que son y que en su opinión las necesidades
aprendidas son características de los seres humanos. El
principal representante de la teoría del aprendizaje ha sido
B.F. Skinner (1953), quien demostró que un gran número
de conductas se pueden enseñar recompensando al animal o a la persona
inmediatamente después de haber realizado la conducta deseada.
Los teóricos del aprendizaje social, como Albert
Bandura (1977), ampliaron las ideas de Skinner,
argumentando que la recompensa más poderosa para
el ser humano es el refuerzo social, como el elogio.
Así, un niño que es elogiado por su trabajo escolar,
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8. Motivación y Aprendizaje
desarrollará el “hábito” del rendimiento académico. Gracias a la capacidad
humana para procesar la información simbólica, también podemos aprender a
través de la observación. Un niño que ve a alguien conseguir lo que quiere con
un berrinche imitará probablemente este comportamiento. Elegimos como
modelo a las personas que parecen conseguir las mayores recompensas; para
los niños estas personas suelen ser sus padres. Aunque las teorías del
aprendizaje explican muchas de las conductas más importantes, ignoran los
factores físicos, tales como los efectos de las sustancias químicas en la sangre,
y los factores cognitivos, como, por ejemplo, la influencia de distintos estilos de
pensamiento.
Teorías cognitivas
Explican nuestra conducta basándose en los procesos del pensamiento
humano. Los psicólogos cognitivos hacen hincapié en que la manera como
reaccionamos a los acontecimientos depende del modo como los
interpretamos. Si una mujer extraña me da un pisotón, por ejemplo, puedo
interpretar la acción de diversas maneras: lo hizo a propósito, está borracha, es
inválida. La interpretación que elija determinará mi respuesta. Los teóricos de la
atribución representan este enfoque. Los teóricos de la consistencia cognitiva
conceden mayor importancia a la forma como procesamos selectivamente la
información, modificando nuestra manera de pensar de forma que se adecue a
nuestra conducta y viceversa. Por ejemplo, rechazamos u olvidamos una
información que no concuerda con nuestras creencias y actos.
La conducta que se dirige hacia la obtención de una meta determinada
dependerá de cómo se evalúen ciertos factores. Los fines poseen valores
incentivadores o valencias. Cuando una meta tiene para mí una valencia más
grande que otra, existe mayor probabilidad de que la elija. (Si tengo la
posibilidad de correr en dos carreras distintas un mismo día, elegiré la que
posea un recorrido más bonito o la que me ofrezca más posibilidades de
vencer.) Las expectativas también son importantes, como la expectativa de si
una meta es realista, o sin tengo la capacidad de alcanzarla y cuánto tiempo
tardaré.
Cada uno de los enfoques precedentes tienen algo que ofrecer. Aunque hubo
tiempo en que los psicólogos se apresuraron a descartar las teorías del instinto,
en la actualidad nos damos cuenta de que los seres humanos se hallan
predispuestos biológicos para realizar determinadas actividades. Del mismo
modo, las demás teorías de la motivación explican conductas en situaciones
determinadas.
Se ha tratado de sistematizar las necesidades humanas por parte de diversos
autores y quizá la más aceptada y extendida es la de Maslow, que establece
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9. Motivación y Aprendizaje
cinco
niveles representándolos en una pirámide escalonada de la forma siguiente:
Jerarquía de necesidades de Maslow
La idea básica de esta jerarquía es que las necesidades más altas ocupan
nuestra atención sólo cuando se han satisfecho las necesidades inferiores de la
pirámide. Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento ascendente en
la jerarquía, mientras que las fuerzas regresivas empujan las necesidades
prepotentes hacia abajo en la jerarquía. Según la pirámide de Maslow
dispondríamos de:
• Necesidades básicas
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Son necesidades fisiológicas básicas para mantener la homeostasis (referente
a la salud); dentro de estas, las más evidentes son:
o Necesidad de respirar, beber agua, y alimentarse.
o Necesidad de mantener el equilibrio del pH y la temperatura corporal.
o Necesidad de dormir, descansar y eliminar los desechos.
o Necesidad de evitar el dolor y tener relaciones sexuales.
• Necesidades de seguridad y protección
Estas surgen cuando las necesidades fisiológicas se mantienen compensadas.
Son las necesidades de sentirse seguro y protegido, incluso desarrollar ciertos
límites en cuanto al orden. Dentro de ellas encontramos:
o Seguridad física y de salud.
o Seguridad de empleo, de ingresos y recursos.
o Seguridad moral, familiar y de propiedad privada.
• Necesidades de afiliación y afecto
Están relacionadas con el desarrollo afectivo del individuo, son las
necesidades de:
o Asociación
o Participación
o Aceptación
Se satisfacen mediante las funciones de servicios y prestaciones que incluyen
actividades deportivas, culturales y recreativas. El ser humano por naturaleza
siente la necesidad de relacionarse, ser parte de una comunidad, de agruparse
en familias, con amistades o en organizaciones sociales. Entre estas se
encuentran: la amistad, el compañerismo, el afecto y el amor. Estas se forman
a partir del esquema social.
• Necesidades de estima
Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja.
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La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye
sentimientos tales como confianza, competencia, maestría, logros,
independencia y libertad.
La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de
atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e
incluso dominio.
La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima y el
complejo de inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido de
vida y la valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede
escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización.
La necesidad de autoestima, es la necesidad del equilibrio en el ser humano,
dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se
convierta en el hombre de éxito que siempre ha soñado, o en un hombre
abocado hacia el fracaso, el cual no puede lograr nada por sus propios medios.
• Autorrealización o autoactualización
Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos para
denominarlo: «motivación de crecimiento», «necesidad de ser» y
«autorrealización».
Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima
de las jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una
justificación o un sentido valido a la vida mediante el desarrollo potencial de
una actividad. Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido
alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto.
Personas autorrealizadas
Maslow consideró autorrealizados a un grupo de personajes históricos que
estimaba cumplían dichos criterios: Abraham Lincoln, Thomas Jefferson,
Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt, William James, entre
otros.
Maslow dedujo de sus biografías, escritos y actividades una serie de
cualidades similares. Estimaba que eran personas:
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o centradas en la realidad, que sabían diferenciar lo falso o ficticio de lo
real y genuino;
o centradas en los problemas, que enfrentan los problemas en virtud de
sus soluciones;
o con una percepción diferente de los significados y los fines.
En sus relaciones con los demás, eran personas:
o con necesidad de privacidad, sintiéndose cómodos en esta situación;
o independientes de la cultura y el entorno dominante, basándose más en
experiencias y juicios propios;
o resistentes a la enculturación, pues no eran susceptibles a la presión
social; eran inconformistas;
o con sentido del humor no hostil, prefiriendo bromas de sí mismos o de la
condición humana;
o buena aceptación de sí mismo y de los demás, tal como eran, no
pretenciosos ni artificiales;
o frescura en la apreciación, creativos, inventivos y originales;
o con tendencia a vivir con más intensidad las experiencias que el resto de
la humanidad.
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13. Motivación y Aprendizaje
“La motivación en el aula depende de la interacción entre el profesor y
sus estudiantes ”
Función motivadora del profesor: sin motivación no hay aprendizaje
Desde este punto de vista, el profesor debe plantearse un triple objetivo en su
acción motivadora:
• suscitar el interés
• dirigir y mantener el esfuerzo
• lograr el objetivo de aprendizaje prefijado
Si en la escuela tradicional llamábamos motivación solamente a la inicial, aquí
vemos que la motivación debe mantenerse hasta el final, y ser el punto de
partida, si el proceso de aprendizaje tiene éxito, de nuevas motivaciones para
nuevos procesos.
Cada alumno se motiva por razones diferentes
La motivación como proceso autoenergético de la persona, limita la función del
profesor a ser un agente exterior que trata de desencadenar las fuerzas
interiores del alumno. Esto nos lleva a una consecuencia: los incentivos tienen
un valor motivacional limitado. La misma actividad incentivadora produce
distintas respuestas en distintos individuos, o incluso en el mismo alumno en
diversos momentos.
En la práctica se traduce en una limitada eficacia de las motivaciones
colectivas, si no van acompañadas de una individualización y adecuación a las
peculiaridades del alumno, en las que influyen tanto los rasgos de personalidad
como su misma historia.
Es más importante crear el interés por la actividad que por el mensaje
Para ello hay que apoyarse en los intereses de los alumnos y conectarlos con
los objetivos del aprendizaje o con la misma actividad. Hay muchos profesores
que tienden a buscar técnicas interesantes para ellos pero que no provocan
ninguna motivación en los alumnos. Los alumnos no se motivan por igual, por
lo que es importante buscar y realizar actividades motivadoras que impliquen
mayor participación del alumno.
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14. Motivación y Aprendizaje
Si recordamos la pirámide de Dale, y la identificamos con el aprendizaje a partir
de la experiencia, podríamos extrapolar esta situación para definir que se
motiva más y mejor quien mayores y mejores experiencias vive en el aula.
Leemos ya con bastante frecuencia, que en situaciones de aprendizaje nos
importan más los procesos que los resultados. La razón es que los procesos
permanecen siempre y sirven de refuerzo o motivación para posteriores
aprendizajes.
Factores que inciden en el interés del alumno adulto
El entusiasmo del profesor, el clima que reina en la clase, las buenas
relaciones entre los miembros, alumnos y profesor o entre los mismos alumnos,
el gusto por acudir a clase, etc. Unos alumnos también pueden influir en otros,
positiva o negativamente, la referencia a lo real, relacionar lo que se enseña
con el mundo real, los hechos y experiencias del alumno, (Ver Pirámide de
Dale), el reconocimiento del esfuerzo que desarrollan los alumnos, evitando la
censura o animando a la mejora.
Variación de estímulos
La metodología didáctica y las nueva tecnologías son suficientemente ricas en
posibilidades como para que el profesor ponga en funcionamiento sus
mecanismos de creatividad y pueda variar los estímulos, las actividades y las
situaciones de aprendizaje con la frecuencia que cada alumno o grupo
necesite. Cambiar de actividad, hacer participar, preguntar, hacer prácticas o
ejercicios, cambiar de grupo o lugar, etc., ayudan a captar el interés o mejorar
la atención.
Que el aprendizaje sea significativo
Un objetivo o actividad es significativa, cuando significa algo para el alumno,
cuando se ve en ella alguna utilidad o cuando entretiene o divierte.
Tener posibilidades de éxito
El éxito anima, el fracaso desanima. Hay alumnos que saben de antemano de
su fracaso, y no ponen ningún interés en su aprendizaje. Una evaluación
animosa por parte del profesor es eficaz.
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15. Motivación y Aprendizaje
Conclusiones
En conclusión podemos decir que la motivación es de vital importancia para
conocer la conducta del ser humano. Hemos aprendido que la motivación es la
base de las acciones que realizamos y realizaremos durante nuestras vidas. Es
imprescindible para que el aprendizaje no sea exclusivamente memorístico e
implique un proceso de asimilación.
El papel del docente en la promoción del aprendizaje significativo de los
alumnos, no necesariamente debe actuar como un transmisor de
conocimientos o facilitador del aprendizaje, sin mediar el encuentro de sus
alumnos con el conocimiento de manera que pueda orientar y guiar las
actividades constructivistas de sus alumnos.
Consideramos que la actitud y trato del maestro es esencial para la
construcción de una sana relación educativa entre maestro-alumno
Es conveniente que los maestros estemos atentos para evitar homogeneizar y
estandarizar a los alumnos. Podemos con nuestro trato y actitudes,
desindividualizarlos y entonces conducirnos como si estuviéramos frente a
objetos y no a sujetos.
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