El jardinero experimenta una visión de luz cegadora que desdibuja sus contornos corporales y lo conecta con todo lo demás. En la visión, ve una mesa blanca con una mancha roja sobre ella. Escucha sonidos que alcanzan un punto máximo y luego disminuyen, culminando con el sonido de un gong profundo. Por una puerta aparecen seres luminosos que parecen ángeles en lugar de hombres, que el jardinero percibe como la presencia de los Maestros Cósmicos.