2. Un maestro quería enseñarle una lección especial a sus
alumnos, y para ello les dio la oportunidad de escoger
entre tres exámenes: uno de cincuenta preguntas, uno
de cuarenta y uno de treinta. A los que escogieron el de
treinta les puso una «C», sin importar que hubieran
contestado correctamente todas las preguntas. A los
que escogieron el de cuarenta les puso una «B», aun
cuando mas de la mitad de las respuestas estuvieran
mal. Y a los que escogieron el de cincuenta les puso
una «A», aunque se hubieran equivocado en casi todas.
Como los estudiantes no entendían nada, el maestro les
explicó: «Queridos alumnos: permítanme decirles que
yo no estaba examinando sus conocimientos, sino su
voluntad de apuntar a lo alto».
Cuando le apuntamos a lo alto, estamos más cerca
de nuestros sueños que si nos conformamos con
pequeños objetivos.
3. Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando
de repente dos de ellas cayeron en un pozo
profundo. Las demás se reunieron alrededor del
agujero y, cuando vieron lo hondo que era, le
dijeron a las caídas que, para efectos prácticos,
debían darse por muertas. Sin embargo, ellas
seguían tratando de salir del hoyo con todas sus
fuerza. Las otras les decían que esos esfuerzos
serian inútiles.
Finalmente. Una de las ranas atendió a lo que las
demás decían, se dio por vencida y murió. La
otra continuo saltando con tanto esfuerzo como
le era posible. La multitud le gritaba que era
inútil pero la rana seguía saltando, cada vez con
mas fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo.
4. Las otras ranas le preguntaron: «¿No escuchabas lo
que te decíamos?». La ranita les explico que era
sorda, y creía que las demás la estaban animando
desde el borde a esforzarse más y más para salir del
hueco .
La palabra tiene poder de vida y muerte. Una voz
de aliento a alguien que se siente desanimado
puede ayudarle a terminar el día, mientras que
una palabra negativa puede acabar de destruirlo.
Cualquiera puede decir palabras que roben a los
demás el espíritu que les permite seguir la lucha
en medio de tiempos difíciles. Tengamos cuidado
con lo que decimos pero sobre todo con lo
escuchamos.
5. Cierta vez un acaudalado padre de familia llevo a su
Hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de
Que este viera cuan pobres eran ciertas personas y que
Comprendiera el valor de las cosas y lo afortunado
Que eran ellos. Estuvieron un día y una noche en la
Granja de una familia campesina muy humilde. Al
concluir
El viaje. Ya de regreso en casa. Le pregunta a su
Hijo:
-¿Qué te pareció el viaje?
-¡muy bonito papá!
-¿viste que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
-si
-¿y qué aprendiste?
6. -vi que nosotros tenemos un peroren casa, ellos
Tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina de veinte
y
Cinco metros, ellos un riachuelo sin fin. Nosotros
tenemos
Lámparas importadas en el patio, ellos tienen las
Estrellas. Nuestro patio llega hasta el muro de la casa y
El de ellos hasta el horizonte.
Especialmente papá
Que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en
Familia. Tu y mamá deben trabajar todo el tiempo
Y casi nunca los veo.
El padre se quedo mudo y el niño agrego
-gracias papá por enseñarme lo ricos que podríamos
llegar a ser
7. Un padre y su hijo estaban caminando en las montañas.
De repente, el hijo se cayó, lastimándose, y grito:
-¡aaaaaaaaayyyyyyyyy!
Para su sorpresa , oyó una voz que repetía, en algún
lugar de la montaña.
-¡aaaaaaaaayyyyyyyyy!
Con curiosidad, el niño gritó:
-¿Quién está ahí?
Y recibió esta respuesta:
-¿Quién está ahí?
Enojado, gritó:
-¡Cobarde!
El niño miró al padre y le preguntó:
8. -¿Qué sucede, papá?
El hombre, sonriendo, le dijo:
-Hijo mio, presta atención –y gritó hacia la
montaña-: ¡Te admiro!
Y la voz le respondió:
-¡Te admiro!
De nuevo, el hombre gritó:
-¡Eres un campeón!
Y la voz le respondió:
-¡Eres un campeón!
El niño estaba asombrado, pero no entendía
nada. Entonces el padre le explicó:
-La gente lo llama eco, pero en realidad es la
vida. Te devuelve todo lo que dices o haces.
9. Nuestra vida es simplemente un reflejo de
nuestras acciones. Si desea más amor en el
mundo, cree más amor a su alrededor. Si
anhela felicidad, dé felicidad a quienes lo
rodean. Si quiere una sonrisa en el alma, dé
una sonrisa al alma de las personas que
conoce. Esto se aplica a todos los aspectos
de la vida. Ella nos da de regreso
exactamente lo que le hemos dado. Nuestra
vida no es una coincidencia, sino un reflejo
de nosotros mismos.
10. En una tarde nublada y fría, dos niños patinaban sin
preocupación sobre una laguna congelada. De repente el
hielo se rompió, y uno de ellos cayó al agua. El otro cogió
una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus
fuerzas, hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido,
se preguntaron: «¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es
imposible que haya podido quebrarlo con esa piedra y sus
manos tan pequeñas…»
En ese instante apareció un abuelo y, con una sonrisa, dijo:
-Yo sé como lo hizo.
-¿Cómo? –le preguntaron.
-No había nadie a su alrededor para decirle que no podía
hacerlo.
Einstein dijo:
Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr.