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141002 e gycertezas
1. ENaDir
San Antonio de Arredondo
26-28 de Septiembre 2014
Evangelii Gaudium y
las “Certezas…” del IIIer
CCN
+ Enrique Eguía Seguí
Obispo Auxiliar
de Buenos Aires
Casi un año después de la realización del IIIer
Congreso Nacional de
Catequesis (IIICCN), fue elegido Francisco como Papa y al tiempo emitió la
Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium” (EG), que ha sido presentada como el
programa pastoral para la Iglesia en este tiempo.
Por eso es fundamental buscar la relación entre las Conclusiones del IIICCN
con la invitación del Santo Padre y descubrir en qué medida las “Certezas…” son
iluminadas y enriquecidas por la propuesta programática que surge de la EG.
De esta manera podremos concretar caminos pedagógicos para encauzar las
“Certezas…” en nuestras comunidades y diócesis.
1. La primacía de un programa pastoral misionero
Juan Pablo II en “Novo millennio ineunte” N° 43, al presentar el programa
pastoral para el nuevo milenio que comenzó en el año 2000, decía: “… antes de
cualquier iniciativa concreta es necesaria una espiritualidad de comunión…”. Esto
mismo lo mismo podemos pensar ahora a partir del programa pastoral propuesto en
EG.
Al buscar concretar acciones pastorales que expresen las prioridades
definidas en las “Certezas…”, caeríamos en un error si sólo las redujéramos a
consensuar un elenco de programas o proyectos. Es necesario partir de una
espiritualidad, una mística común, que marque un horizonte hacia dónde dirigirnos.
2. Esta espiritualidad, previa a cualquier acción, la debemos encontrar en la
propuesta de Francisco en EG.
¿Cuál es, entonces, esa nota de espiritualidad o mística común, que
antecede a cualquier acción o propuesta programática, y que define todo el camino
a emprender con un estilo propio para este tiempo? Es la dimensión misionera de
la pastoral catequística, que incluye las notas de la misericordia y el servicio.
Esta propuesta la podemos encontrar claramente manifestada en EG, Nos
24,
25 y 33. Hay que destacar que el lenguaje de Francisco en estos números recuerda
al de Juan Pablo II en NMI, de carácter organizativo y programático.
Leemos en el N° 25:
“… destaco que lo que trataré de expresar aquí tiene un sentido
programático…”
Con esta expresión queda de manifiesto su intención: EG es un programa
evangelizador. Por lo tanto toda acción pastoral que surja de las “Certezas…”
tiene que estar iluminada por este programa: una Iglesia “en salida” caracterizada
por el estilo misionero.
“…y consecuencias importantes”.
Francisco está convencido que este programa evangelizador provocará una
fecundidad que excede cualquier cálculo posible. Cuando se prioriza la actitud
misionera las consecuencias no pueden preverse, ya que estarán inspiradas por la
fuerza del Espíritu. Se define así una acción pastoral que contiene en sí misma una
gran disponibilidad y docilidad al Espíritu Santo.
“Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios
para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera,…”
La invitación presentada en el Documento de Aparecida sobre la necesidad
de una “conversión pastoral” para hacer más fecunda la tarea evangelizadora,
adquiere un contenido más claro cuando en EG se define también como
“conversión misionera”.
¿Qué significa entonces la necesaria “conversión pastoral”? Poner todas las
actividades, organismos pastorales y acciones al servicio de la misión.
“… que no puede dejar las cosas como están”.
Lo que espera Francisco de esta “conversión pastoral y misionera” es que se
produzca una profunda renovación en la acción evangelizadora y en sus frutos.
3. “Ya no nos sirve una «simple administración»21
.
La prioridad misionera nos lleva a no quedarnos sólo en la buena
organización pastoral catequística, con objetivos claros, definidos en el Itinerario
Catequístico Permanente (ICP) o en los procesos de Iniciación Cristiana (IC). La
evangelización no consiste en administrar programas pastorales, sino en el
testimonio vivo de la Fe en Cristo que se contagia de persona a persona.
La organización pastoral está al servicio de la misión y es el marco adecuado
para una tarea en comunión.
“Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un «estado
permanente de misión»22
.
Con esta conclusión podríamos decir que este N° 25 desarrolla cuál ha sido
la intención de Francisco en EG. Marcar toda la tarea evangelizadora y pastoral
con este estilo y esta mística misionera.
El N° 24 expresa claramente que el modelo evangelizador es una “Iglesia
en salida”. Lo cual nos lleva a pensar cómo la tarea catequística debe apropiarse
también de esta expresión y desarrollarse como “catequesis en salida”. Las notas
que constituyen una Iglesia en salida son las de “Primerear, involucrarse,
acompañar, fructificar y festejar”.
El N° 33 sintetiza este programa enunciándolo como “la pastoral en clave
de misión”. Esta clave misionera impulsa a una renovación permanente, venciendo
el “siempre se hizo así”, y se hace visible con creatividad en mediaciones
pedagógicas y objetivos concretos para no terminar siendo “mera fantasía”.
2. Las “Certezas…” en clave misionera
Las Conclusiones que surgieron del Congreso Catequístico se presentaron
como “Ecos del IIICCN. Anticipar la aurora, construir la esperanza” proponiendo
21
V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Documento de Aparecida (29 junio 2007),
201.
22 Ibíd., 551.
4. “avanzar y confirmarlas certezas con las que el Señor nos ha iluminado a lo largo
de este camino que venimos transitando”.
Estas veinticinco “Certezas…” son el aporte principal del IIICCN, las cuales
deben orientar a continuar y encauzar un camino pastoral para que, como dice el
Papa Francisco, la reflexión no quede en mera propuesta de “fantasía”
El desafío consiste, entonces, en iluminar estas “Certezas…” con el porte
de EG, enriquecerlas y potenciarlas, en orden a que se hagan opciones pastorales
y misioneras concretas.
Por ese motivo, para analizar las “Certezas…”, lo haremos ordenándolas
desde las diversas dimensiones que componen una planificación pastoral: qué, para
qué, dónde, cómo, quienes, con qué. Con esto buscaremos definir un Objetivo
Pastoral (qué y para qué), los responsables y agentes pastorales (quienes) y los
medios para alcanzar el Objetivo (cómo, con qué y dónde).
Este orden que proponemos sólo tiene la intención de ayudarnos a descubrir
algunos matices e insistencias comunes en las “Certezas…” que, junto a una
decidida orientación misionera, podrán encauzarse en acciones pastorales que
esperamos sean fecundas.
5. a. Qué
Provocar el encuentro personal con Cristo
Certezas:
Encuentro personal con Cristo: 1; Desde el kerigma: 2; Hacia un discipulado
misionero: 1 y 2; Con el estilo evangelizador de Jesús: 4; provocando una
conversión pastoral a fondo: 15; Integrado a la pastoral orgánica: 10 y 11.
Este grupo de “Certezas…” nos ayudan a definir el objetivo pastoral de toda
tarea catequística con el estilo indicado por EG: provocar el encuentro con Cristo
para ser discípulos y misioneros de Él.
Tengamos en cuenta que las insistencias presentadas en estas “Certezas…”
fueron dichas y compartidas en el IIICCN en mayo de 2012, es decir, tiempo antes
de la EG. Sin embargo están embebidas del mismo espíritu: el encuentro personal
con Cristo y la misión. Por lo tanto es sencillo enmarcarlas dentro del programa
pastoral del Papa Francisco.
La catequesis está invitada a tener un estilo evangelizador que ponga en el
centro la figura y la persona de Jesús. El encuentro personal con Cristo llevará a
provocar también el encuentro de misericordia y amor con los hermanos.
Lo prioritario para este estilo es comenzar con la proclamación del kerygma.
Pero ¿qué decimos cuando reclamamos que la catequesis sea kerygmática?
¿Nuestros encuentros catequísticos provocan el encuentro personal con Cristo?
Y si el desafío es en primer lugar provocar el encuentro con una Persona,
¿qué lugar ocupa la formación en las actitudes y no sólo en los contenidos?
Recordemos lo expresado por Benedicto XVI en “Deus est caritas” N° 1: “No se
comienza a ser cristiano por una decisión ética o por una gran idea, sino por el
encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a
la vida y, con ello, una orientación decisiva”.
La insistencia kerygmática debe provocar en los catecúmenos la conciencia
de esta identidad cristiana: ser discípulos y misioneros de Cristo. Para esto
tenemos un espejo donde mirarnos, que es el estilo evangelizador de Jesús, sus
gestos y actitudes de Buen Pastor, que fueron iluminados por sus palabras y
enseñanzas.
6. Jesús recorría las ciudades, acompañaba a la gente, sanaba, consolaba,
liberaba del mal, miraba a los ojos, tocaba, bendecía… Su estilo era el del
encuentro, la cercanía, la alegría, el consuelo y la paz.
Estas actitudes son un desafío para nuestra tarea catequística. Una buena
catequesis no se sostiene solamente en un buen programa de contenidos sino
también en el despliegue pedagógico de estas actitudes y gestos para que los
catecúmenos se las apropien naturalmente y las hagan carne en sus vidas. Es
necesario entonces un “programa actitudinal”.
Para que estas orientaciones pastorales se enriquezcan y no aparezcan
aisladas en el conjunto de la pastoral actual, es necesario que estén en estrecha
vinculación con las opciones pastorales diocesanas en el marco pastoral misionero
y programático de EG. Así se enriquece la catequesis y al mismo tiempo la
catequesis hace su aporte a la comunión pastoral diocesana.
b. Para qué
Dimensión comunitaria de la fe
Certezas:
Itinerario catequístico permanente y maduración comunitaria en la fe: 7; la
comunidad cristiana es origen, lugar y meta de la catequesis: 13; vinculación con la
dimensión familiar comunitaria y pastoral orgánica: 11; catequesis familiar: 18.
Uno de los objetivos principales de la catequesis y también el fruto que debe
buscarse, es la dimensión comunitaria de la fe en la Iglesia. El encuentro con
Cristo es encuentro con Dios y con los hermanos.
Este un tema central en el mensaje de Francisco y de quien fue con nosotros
Card. Bergoglio. En una opción pastoral misionera no puede entrar una experiencia
de fe privada y autorreferencial. Lo fe no es para “sentirme bien” como resultado
de ejercicios voluntarios que lo logran en la propia persona. La fe da consuelo,
bienestar y paz, pero por el encuentro con Cristo muerto y resucitado, que me
libera del mal y me salva con su amor.
Por lo tanto la experiencia de fe es comunitaria, y todo proceso catequístico
tiene que estar orientado a una inserción en la Iglesia como gran familia de Dios.
7. Aquello que Benedicto XVI dijo en el discurso inaugural de Aparecida: “¿Qué te da
la Fe? Te da una familia. La Fe libera del aislamiento del yo y pone en comunión
con Dios y los hermanos”.
Es interesante entonces que varias de las “Certezas…” reclamen esta
perspectiva como objetivo de una vida plena de Fe. El Itinerario Catequístico
Permanente debe provocar entre otras cosas una maduración comunitaria de la Fe,
teniendo en cuenta que la comunidad cristiana es origen, lugar y meta de todo
camino catequístico. La vinculación de la catequesis con la familia es una clave
central para definir esta experiencia eclesial comunitaria.
Esto nos lleva a preguntarnos ¿qué experiencia de pertenencia eclesial queda
en el corazón de los catecúmenos, niños, jóvenes y adultos? ¿Es para ellos la
Iglesia el lugar privilegiado para conocer, amar y seguir a Jesús en comunidad?
¿Cómo provocar una pertenencia eclesial en la catequesis parroquial? ¿Cómo
provocarla en la catequesis que se da en las escuelas?
c. Dónde
Comunidades para un itinerario catequístico
Certezas:
Parroquia, su centralidad: 14; escuela católica: 19; familia: 18; piedad
popular: 20; movimientos e instituciones: 21; CEB’s: 22.
Cada lugar eclesial tiene sus propios desafíos para crecer en un itinerario
catequístico que tenga como notas el discipulado y la misión. La parroquia y la
escuela son los más habituales, pero no tenemos que olvidar, en primer lugar, el
lugar de la familia como Iglesia doméstica.
La familia es una comunidad de amor y de fe. Allí el padre y la madre pasan a
ser los responsables de las “acciones pastorales” necesarias para crecer en la fe
junto a su comunidad que la forman con sus hijos. Como un párroco debe pensar
en sostener y hacer crecer la fe de su comunidad, así también un padre y una
madre lo deben hacer en su familia. Cada papá y mamá son los “párrocos” de la
Iglesia doméstica que forman con su familia.
Sin embargo somos testigos de cómo los niños, cada vez más, llegan a la
catequesis sin ningún aporte de educación en la fe de parte de su familia. Algunos,
8. ni siquiera en su familia, han aprendido a hacer la señal de la cruz, rezar el
Padrenuestro o el Ave María.
La piedad popular otorga el marco cultural que todavía nos sostiene con sus
valores enraizados en la fe cristiana. Estos hay que sostenerlos y potenciarlos para
que sigan siendo un espacio educativo para crecer en la fe. Hay que “aprovechar”
algunos rasgos de las devociones de esta mística popular para enriquecer y facilitar
la tarea catequística: el amor a la Virgen María en distintas advocaciones, la vida y
la misión de los santos, los signos religiosos como la imagen del Sagrado Corazón
en las casas, el Escapulario de la Virgen del Carmen, el rezo del Rosario, etc.
Los Movimientos y las Comunidades Eclesiales de Base, enriquecen a la
comunidad eclesial con sus carismas y ofrecen experiencias comunitarias de fe con
caminos de espiritualidad concretos al servicio de sus hermanos.
d. Cómo
Organicidad y estructuras catequísticas
Certezas:
Proceso de Iniciación Cristiana catecumenal: 3; Iniciación Cristiana como
gran sacramento: 6; Primacía del catecumenado bautismal de adultos para inspirar
otras formas de catequesis: 5; Tiempo de decidir los pasos a dar: 25.
El mayor desafío para una pastoral catequística de conjunto es la de
encauzar estas necesidades y desafíos en planes orgánicos, estructuras pastorales
catequísticas, opciones pastorales misioneras y procesos adecuados que se
sostengan en el tiempo a mediano y largo plazo.
Por eso la importancia del Itinerario Catequístico Permanente y los procesos
orgánicos de Iniciación Cristiana, que han sido presentados en estas “Certezas…”
como uno de los temas más importantes de las Conclusiones del IIICCN.
Si bien la necesidad de plasmar estas exigencias está bastante instalada en la
pastoral catequística, sin embargo todavía no está claro para todos qué significa
hablar de ICP y procesos de IC, en particular cómo se concretan pedagógicamente
en nuestras comunidades. Falta compartir experiencias y definirlas más claramente.
La clave está en hacer procesos catequísticos que sean permanentes y que
ayuden a madurar en la fe a lo largo de las distintas etapas de la vida. Pero para
9. esto hay que seguir la invitación del Papa Francisco en el N° 33 de EG, donde
nos invita a concretar una pastoral en clave misionera de modo creativo, venciendo
aquello de “siempre se hizo así”, definido como el “cómodo criterio pastoral” que
detiene la fecundidad pastoral y misionera que hoy se espera.
El peligro en la catequesis, dada la falta de catequistas y su renovación, es
que se tiende a hacer lo que ya dio resultado. Y así, casi sin darnos cuenta, se
repiten fórmulas durante años sin ningún tipo de renovación.
Nos sigue diciendo el Papa: “Invito a todos a ser audaces y creativos en esta
tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos
evangelizadores de las propias comunidades” (EG 33). Esto tenemos que aplicarlo
a la pastoral catequística.
e. Quienes
Agentes pastorales para la catequesis
Certezas:
Obispos y sacerdotes: 12; formación de catequistas y ministros consagrados:
16 y 17; creatividad pastoral y catequística en fidelidad al Evangelio: 24.
Otro grupo de “Certezas…” pone el acento en los agentes de pastoral,
animadores de la catequesis y responsables del entusiasmo que no hay que perder.
Se insiste en la necesaria formación de los catequistas y ministros consagrados al
servicio de la catequesis. En esto el desafío hoy es la capacidad de trabajar en
equipo aportando cada uno su propio carisma.
La formación de los catequistas tampoco puede quedar solo en una
actualización de los contenidos a transmitir, sino también en la conciencia de
descubrir modos y pedagogías que ayuden a provocar el acto de creer y
sostenerlo: creer que Dios me ama; creer que Jesús revela la misericordia de
Dios…, etc.
f. Con qué
Lugares de encuentro con Jesús y los hermanos
10. Certezas:
Palabra de Dios: 8; Liturgia: 9; Doctrina Social de la Iglesia: 23.
Los medios son necesarios para alcanzar un objetivo. Pero en la catequesis
algunos espacios necesarios para el crecimiento en la fe son en sí mismo “lugares”
de encuentro con Cristo más que “medios para aprender la fe”.
Así la Palabra de Dios es un “lugar” privilegiado que provoca y hace crecer
el acto de fe. Así se expresa en el Documento Conclusivo de Aparecida. Hoy no
podemos pensar la tarea catequística sin que la Palabra tenga un lugar central y
prioritario. El mismo magisterio de la Iglesia lo viene proponiendo a través de una
metodología concreta que es la Lectio divina. Este modo de acceso a la Palabra
está recomendado en la Exhortación Apostólica post sinodal “Verbum domini” en
los números 86 y 87.
Lo mismo podemos decir del lugar que debe ocupar la liturgia en los
itinerarios catequísticos, en especial la celebración de la Eucaristía. En esto hay
que ser creativos para no dejar la participación en misa de los catecúmenos sólo
los días domingo, sino también en los tiempos ordinarios de los encuentros
catequísticos. También es oportuno educar en la vocación bautismal a partir de la
celebración de algún bautismo durante el proceso catequístico.
El espacio sagrado del templo debe estar presente en los itinerarios
catequísticos, con celebraciones breves, bendiciones, etc. En esto hay que estar
muy atentos para encauzar las recomendaciones del ritual de iniciación cristiana de
adultos que recomiendan realizar varias celebraciones vinculadas a los escrutinios,
entrega del Credo, etc.
Finalmente, aparece mencionada también la necesaria formación en Doctrina
Social de la Iglesia. Esta no es otra cosa que el despliegue o la sociabilización del
mandamiento del amor. Por lo tanto tampoco es solo un medio para el encuentro
con Cristo, sino un lugar en sí mismo, ya que la caridad me vincula estrechamente
con mis hermanos en sus necesidades.
Por lo tanto y de acuerdo a las edades de los catecúmenos, algunos
elementos de compromiso social, como expresión de una caridad que se despliega
en la construcción de la sociedad, tienen que estar presentes. En especial a partir
de la invitación del Papa Francisco que viene insistiendo en la categoría de la
11. misericordia, que se desarrolla en la “cultura del encuentro” y busca alcanzar la
construcción de la paz.
3. Conclusión
Las “Certezas…” aparecen entonces como una mediación pedagógica de
gran importancia, que debemos encauzar y concretar para una renovación
catequística en clave misionera.
El gran desafío que aporta Evangelii gaudium a las conclusiones del IIICCN y
sus conclusiones expresadas en la “Certezas…” es pensar cómo introducir la tarea
catequística en el marco de una “Iglesia en salida…” y de una pastoral misionera
que sea la referencia para su renovación y fecundidad.
Una catequesis “en salida”, pensada y desarrollada desde una “clave
misionera”, parecen ser las prioridades para iluminar las “Certezas…” desde el
programa pastoral propuesto por Francisco a la Iglesia de hoy.