Este documento describe las características de la filosofía helenística, que abarca desde la muerte de Alejandro Magno hasta la invasión romana. Durante este periodo florecieron numerosas escuelas filosóficas como el epicureísmo, estoicismo y escepticismo, que pusieron énfasis en la filosofía moral y enseñaron que la felicidad se alcanza a través de la virtud y la imperturbabilidad del alma. La filosofía ahora se concibe como un saber unitario dividido en ló
8. Texto de Epicuro Parte de nuestros deseos son naturales, y otra parte son vanos deseos; entre los naturales, unos son necesarios y otros no; y entre los necesarios, unos lo son para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo y otros para la vida misma. Conociendo bien estas clases de deseos es posible referir toda elección a la salud del cuerpo y a la serenidad del alma, porque en ello consiste la vida feliz. Pues actuamos siempre para no sufrir dolor ni pesar , y una vez que lo hemos conseguido ya no necesitamos de nada más. [...] Por eso decimos que el placer es el principio y fin del vivir feliz . Pues lo hemos reconocido como bien primero y connatural, y a partir de él hacemos cualquier elección o rechazo, y en él concluimos cuando juzgamos acerca del bien, teniendo la sensación como norma o criterio . Y puesto que el placer es el bien primero y connatural, no elegimos cualquier placer, sino que a veces evitamos muchos placeres cuando de ellos se sigue una molestia mayor. Consideramos que muchos dolores son preferibles a los placeres si, a la larga, se siguen de ellos mayores placeres. Todo placer es por naturaleza un bien, pero no todo placer ha de ser aceptado. Y todo dolor es un mal, pero no todo dolor ha de ser evitado siempre . Hay que obrar con buen cálculo en estas cuestiones, atendiendo a las consecuencias de la acción, ya que a veces podemos servirnos de algo bueno como de un mal, o de algo como de un bien. La autosuficiencia la consideramos como un gran bien, no para que siempre nos sirvamos de poco, sino para que cuando no tenemos mucho nos contentemos con ese poco ; ya que más gozosamente disfrutan de la abundancia quienes menos necesidad tienen de ella, y porque todo lo natural es fácil de conseguir y lo superfluo difícil de obtener. Los alimentos sencillos procuran igual placer que una comida costosa y refinada, una vez que se elimina el dolor de la necesidad. [...] Por ello, cuando decimos que el placer es el objetivo final, no nos referimos a los placeres de los viciosos -como creen algunos que ignoran, no están de acuerdo o interpretan mal nuestra doctrina-, sino al no sufrir dolor en el cuerpo ni estar perturbado en el alma. Porque ni banquetes ni juergas constantes [...] dan la felicidad, sino el sobrio cálculo que investiga las causas de toda elección o rechazo y extirpa las falsas opiniones de las que procede la gran perturbación que se apodera del alma. El mayor bien es la prudencia, incluso mayor que la filosofía . De ella nacen las demás virtudes, ya que enseña que no es posible vivir placenteramente sin vivir sensata, honesta y justamente, ni vivir sensata, honesta y justamente sin vivir con placer. Las virtudes están unidas naturalmente al vivir placentero, y la vida placentera es inseparable de ellas. Carta a Meneceo
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10. Textos estoicos (1) El fin supremo del hombre es vivir conforme a la naturaleza , que es lo mismo que vivir según la virtud, ya que la naturaleza nos conduce a la virtud . [...] La virtud del hombre feliz y el buen orden de la vida nacen de la armonía del genio propio de cada uno con la voluntad del que todo lo gobierna. Diógenes dice expresamente que el fin supremo consiste en obrar con prudencia en la elección de las cosas conformes a la naturaleza . [...] La virtud es una disposición del ánimo conforme a la razón y elegible por sí misma, no por medio o deseo de algún bien exterior. En ella consiste la felicidad... Diógenes Laercio Piensa que te has de conducir en tu vida como en un convite. ¿Sabes qué has de hacer allí? ¿Te llega a ti algo de lo que se reparte? Extiende la mano y tómalo modestamente . ¿Pasó de largo? No quieras arrebatarlo. ¿Aún no ha llegado? No excites el apetito desde lejos con ansia baja; aguarda que llegue a ti . Así condúcete con los hijos; así con la mujer; así con los magistrados; así con las riquezas. Y así te harás digno de ser comensal de los dioses. Pero si aún a lo que se te concede y ofrece no echas mano, sino que lo dejas generosamente pasar, entonces no sólo serás comensal de los dioses, sino colega y participe de su reino. Porque Diógenes y Hércules y otros semejantes obraron así fueron como dioses y por tales se les tenía. Epicteto
11. Textos estoicos (2) Así como tantos ríos, tantas lluvias caídas del cielo, tanta multitud de fuentes minerales, no cambian el sabor del mar ni le atenúan siquiera, así el ímpetu y el contraste de la adversidad no conmueven el alma del varón bueno ; persevera con firmeza en su estado y trueca en su propio color todo cuanto le adviene, porque es más fuerte que todos los accidentes externos. Yo no llego a decir que no los sienta, sino que los vence y, por añadidura, se yergue sesgo y apacible contra los embates de la adversidad. Considera las adversidades como un ejercicio . ¿Quién no más que siendo hombre, con recia propensión a todo lo honesto no desea una prueba a su medida y no desafía el peligro por correr a su deber? ¿Para qué hombre activo no es un suplicio la holganza? ¿Vemos a los atletas que practican el culto de la fuerza, como lidian con los más esforzados y exigen a aquellos con quienes se adiestran para el combate que usen contra ellos todas sus energías y consienten ser tundidos, maltratados y si no encuentran adversarios de fuerza igual, pugnan con muchos a la vez? Languidece la virtud sin adversario. Sepas que esto mismo ha de hacer el hombre bueno; no ha de temer las cosas duras y difíciles ni ha de quejarse del hado; cualquier cosa que le acaeciera, téngala por buena y conviértala en provecho propio. Lo que importa no es cuánto sufres, sino cómo lo sufres. No ves con qué diferente cariño tratan a sus hijos los padres y las madres. Aquellos mandan levantarles temprano para dedicarse al estudio y así les arrancan sudor y lágrimas; las madres, en cambio, quieren tenerlos en su regazo y mantenerlos a la sombra. Dios trata a los buenos con corazón de padre y los ama varonilmente; ejercítalos en trabajos, dolores, infortunios para que cobren la verdadera reciedumbre; quien sostuvo brega asidua con las contrariedades, le curtieron los obstáculos y ya no cede a ningún mal y, caído, aún lucha cuerpo a tierra. Los dioses contemplan a los varones magnánimos en lucha con alguna calamidad. He ahí ese espectáculo digno de ser contemplado por Dios atento a su obra; he aquí un duelo digno de Dios; el varón fuerte luchando a brazo partido con la fortuna adversa; y todavía más si fue él el que la provocó. ...A medida que el razonamiento avance te demostraré cómo no son males aquellos que lo parecen. Dígote por ahora que éstas que tu llamas asperezas, adversidades, abominaciones, son provechosas , primeramente al que las sufre, luego a la universidad de los hombres. Séneca
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13. Texto sobre el escepticismo Por nuestra parte, mantenemos que el fin del escéptico es la imperturbabilidad del alma respecto de lo opinable y la moderación en las emociones respecto de lo inevitable. En efecto, habiendo comenzado a filosofar con la pretensión de decidir acerca de las impresiones sensibles y captar cuáles de ellas son verdaderas y cuáles falsas, a fin de alcanzar la imperturbabilidad , el escéptico vino a hallarse sumido en opiniones discordantes de fuerza equilibrada y no pudiendo decidir entre ellas, suspendió el juicio. Pues bien, con la suspensión del juicio le advino la imperturbabilidad respecto de lo opinable. Sexto Empírico
14. CINISMO La filosofía cínica fue fundada por Antístenes en Atenas alrededor del año 400 a. de C. en el gimnasio de Cynosarges («el perro blanco»). De ahí deriva probablemente el nombre de cínicos o perros. Pero, dicho nombre, además de inspirarse en el del lugar de la escuela, designaba también la voluntad de una vida errante y desapegada de los bienes materiales, y solamente interesada en los bienes morales. Había sido alumno de Sócrates. Esta escuela es una de las llamadas escuelas socráticas menores , que junto con la megárica y la cirenaica comparte el hecho de que sus fundadores fueron discípulos de Sócrates y la característica común de tener una orientación ética y de recurrir a la dialéctica e ironía socrática . La orientación moral de los cínicos estuvo al servicio de una vida ascética y que despreciaba los bienes materiales. El sabio cínico busca sólo la virtud y no desea ni los bienes ni los placeres , libre de todo y de todos, desprecia las normas usuales de conducta social e importuna a los demás provocándolos con la absoluta franqueza. Para ellos, la auténtica virtud es vivir conforme a la naturaleza, según el ideal de la autarquía , carencia de necesidades o autosuficiencia , de inspiración socrática, pero entendida en un sentido individualista y -a diferencia de Sócrates- antiintelectualista. Este antiintelectualismo les separa de la ética socrática.