3. Es visible que ante la muerte de un hombre se levanta un monumento real o en su
memoria. Y que el duelo hace de esa muerte el comienzo de la propagación de la muerte
que ya les va llegando como asumible a todos y supuestamente a los hombres que
vieron surgir a aquel y lo derivan genealógica y culturalmente. Nos ponemos de pie para
recibir al celebrante y celebramos los momentos históricos de nuestra vida y de nuestro
país. El contemplarnos en padres no es suficiente y los abuelos son héroes también
evocados por la condescendencia de habernos escuchado y puesto atención sin tantos
límites. Pero la madre dirá que su padre, abuelo, era mas que el otro. Y viceversa la hija
del otro tratara de emular al suyo dando una predilección a su karma con él. Esta
sucesión, porque es eso, no una herencia sino una sucesión, escapa para darnos muertos
que nos protejan. Algo así como que ya les vino pasando a los héroes de la familia y de
la sociedad. Entonces empezamos los duelos propios, los de nuestra vida que seguirán a
este y se apagará en unas décadas por adelantado asumiendo la mortalidad desde el hoy
párale mañana en sumisión con nuestros héroes que nos van así matando poco a poco.
Un acto de constricción y de voluntad al servicio de dar la vida y hacernos parte de el
deber de honrar nuestra muerte en las de ellos y viceversa. Nadie tan inmortal como los
símbolos de las religiones que están bien usados para darnos mortalidad de lujo y con
vista a el más allá. Una desencadenada faena que hace al luto en que nuestra vida se
hace resignada y aburrida sopesando la equidistancia entre lo que somos y lo que nos
sucederá. Una confianza en los horrores del pasado y ese miedo que busca perdón y
cariño en la figura de un abuelo que represente el mayor valor que no es la felicidad
sino la sabiduría y el afecto que le atribuimos mesiánicamente para untar el pasado de
oscuridad y de lugares donde el hombre no quiere llegar haciéndolo un misterio que en
verdad no tiene mayor importancia salvo que fueron hombres y guerras y hechos que
nos hacen querer rescatarnos al saber de ellos de tener los pasaportes de gente que con
sus alas nos protegen al emprender esa empresa refugiándose en entender lo que ya pasó
cuando no pasó mas que habernos asustado de tantos monumentos y homenajes de
gloria, furia, alegría, tristeza y evocación de la forma de no encontrar en el futuro una
vertiente que sea tan caótica que nos interesa y sea interesante de tomar como punto de
partida para justificar nuestra vida mirando hacia aquellos que fueron mas bien el
símbolo del hombre que nos da perdón y pertenencia al incrustarnos en sus gestas y
doblegar la materia de sus cuerpos a salvo en las almas de su ascensión al haber sido
dignos de admiración y fuente de verdad y saber en torno a rendirles culto y sepultar el
tiempo de nuestras vidas atado a ellos en veneración del mundo que pone a disposición
del ayer las exequias de nuestro pensamiento.
5. La muerte. Con el poder de arrasar con todo. Dejar los sueños incumplidos. Atormentar
a los que miran su existencia y tienen ya el adiós, la despedida sin adiós que los que ya
no tienen parte más que en el retenerlos con fuerza como si estuvieran, varios como
polvo en el viento que sin embargo soplan nuestras cabezas, que se sienten cuando se
ata la propia vida al tiempo de ellos que concluyó sus latidos pero que es tiempo en el
ser lo que somos porque no nos podemos pensar, creer, recuperar, sin ellos en el tiempo
y es así que les damos el nuestro, nuestro tiempo, y les damos vida al hacerlo. Y nuestra
vida se recuerda a sí misma como los hechos en que estuvieron. Aun en el presente ya
recordamos. Aun jóvenes o no tan viejos recorremos los laberintos en que en lo que el
dejarse llevar y seguir viviendo. Vencidos parece que todo es distinto al antes de la
partida. Nada parece igual. Desconocemos que es lo que cambia. Es que todo se
asemeja tanto que la ausencia de otro no debiese mostrar una realidad nueva. Como si
nos enojase no verlo todo con la misma vertiente que antes. Estar perdidos en lugares
que tanto conocemos es más extraño que lo extraño. Porqué es feo lo que antes era
lindo. Amargo lo que nos daba dulzura. Porqué el objeto de nuestra vida en tantos
proyectos altera la matriz del motivo de lo que hacíamos. Quién se llevó lo que
conocíamos y lo aprendido. Cómo es que no pensamos igual sobre el reverso de lo que
creímos. Para qué hacemos todo lo que antes hacíamos para nosotros. El límite de lo
que antes seguía por años y décadas se acerca y se acerca para pedirnos una nueva
infinitud. El deseo descontrolado que atrapa lo que no se deja aferrar para obligar a estar
vencidos. ¿Acaso hay algo más difícil que crear? ¿Crear una nueva vida y nuevos
anhelos puede ser el comienzo de todo. Soltar lo que era seguro y acentuarse entre los
posibles aspectos de lo diferente nos abre puertas. Inventar de nuevo lo que nos hace
entrar en nuevas percepciones. Abandonar la obstinación y lo que está bien de la antigua
vida y dar con lo que está bien en la nueva. Ser nuevos es inclinar la suerte a favor
nuestro.
7. Hay apellidos que se convierten en dinastías. Que van hacia el palacio en busca de
ancestros que honran la memoria. Y que evocan a todos sus muertos con la certeza de
encontrar explicaciones a que viven en un mundo aparte separados de los demás
apellidos de los seres humanos. Su casa de familia es una evocación permanente de la
liturgia de rezar lo que fue y a los que fueron como única explicación de lo que son. Se
detectan rastros de su linaje y se interpreta la fehaciente forma de haber surgido de tal
forma o emigrado o llegado a través de los que les antecedieron a la conquista del
mundo. Es así que se dan los héroes en los árboles genealógicos de que dieron a la
familia un prestigio y a veces el deshonor. O que se adentraron en territorios
geográficos, históricos y espirituales. Que contextuaron su venida al mundo habiendo ya
en el árbol equivalencias a lo que en el futuro ellos representarían para los que les
sucediesen. La corona era la cápsula y el escudo era la nave. Viajaban a través del
tiempo y se ungían y corrían peligros. Detectaban enemigos y defendían su castillo.
Construían y emprendían batallas. Caían muertos en el cambio de época o emergían en
el modernismo. Hasta hoy se los ve pastar como buscando los vientos que soplaron hace
siglos. Y no hay nada que les sea olvido ni perdón. Hay orgullos y acusaciones y se
dejan llevar por las mareas de las nuevas generaciones.
9. Parece una palabra hueca. Un debate de cosas sin importancia del folklore de las
conversaciones entre amigos y en familia. Una adaptación de lo exterior para olvidar
temas personales cuando se tiene miedo de decir lo que a uno le pasa. Como el lugar
común en el que todos habitan fuera de sus casas y de sus hogares. Salir a la calle y
mostrar lo que se ve fuera con la permanencia un rato largo lejos de los problemas
dándole vida al natural ver que allá adonde uno no vive se puede hablar de otras cosas.
Como alejados de la vida interior y de los azotes de la crueldad de vivir. Consintiendo
en tener todos los mismos problemas cuando se trata de lo que pasa en la ciudad y el
país y el mundo pero no dentro de casas. Hay una mirada al vacío que se hace pena en
vernos todos en lo mismo como si eso fuera bueno pero malo o malo pero bueno. Da lo
mismo un burro que un buen profesor. Entonces nos gusta no sentirnos ni más ni menos
que el otro. Y damos fe nosotros la cualidad que mas sabios caracteriza siempre y
cuando no sea un alarde de sabios y de conocedores. No hay lugar para distinguirse
salvo que después le digamos al otro que en realidad somos la misma cosa. El mismo
arbitrario tener que vivir para morir algún día. Como todos. Entonces nos damos cuenta
de que hay algunos que mueren en vida. Muchas veces lo fuimos. Y que no es que
vamos a parar al mismo lodo todos manoseaos son que los que salen airosos están
manoseando la desgracia de los que se confunden con las palabras de consuelo de que
todo da igual. Hasta que los poetas dicen que no y que no es lo mismo una rosa roja que
un árbol que no da manzanas. Y que la mujer que lo que merece que se le de lo que
nosotros podemos conocernos en ellas si tenemos algo que ofrecer. Alguna virtud.
Alguna colección de cosas bellas. Pero mirando la verdad de forma impetuosa nos
lanzamos a atravesar la puerta y conquistar el bien tan preciado para conseguir lo que
ellas nos noten. Entonces entendemos que la política no era lo que creíamos y que ser
víctima no es lo mismo que ser victimario. Y pensamos en que la conquista empieza por
dejar de ser presa de lo adverso y merecer algo que el orgullo no sea paradoja en la
vanidad de los otros. Mientras se lee el diario se cree en la muchedumbre. Cuando se
recita al alma se busca el diario de la vida en donde las huellas se pueblan de amores y
desenlaces trágicos que son las batallas del vivir sin una hoja impresa que asegure que
todos leemos lo mismo para discutir y nada mas.
11. Siempre tuve terror de dejar a alguien con algo sin terminar. De encomendar el futuro a
la continuidad después de que esta vida acabase o no. Como si tener un crío me diese la
imposibilidad de que no acabe..….de que no se puede seguir viviendo si se delega la
responsabilidad y uno abandona su proyecto. La misión de confiar en lo que se va
haciendo me daba razones que no comprendo aun para evitar ser padre. No era
necesario entender que ocuparme de ello era dejar lo mío y confiarle a su educación lo
que no sé si tendría que ver algo conmigo porque ahí sí moriría. El darle la presencia me
detendría en el tiempo para siempre. Dejaría de verme como totalidad y sería un
generador de fisuras que no tendrían modo de ser entendidas para seguir con vida. La
detención del tiempo me espanta. No sé si seré feliz pero no hay mayor opuesto a ello
que caer en manos de ser víctima de no haber ponderado de qué se trataba el engendrar.
Acaso hace otra vida nueva reencarnarse y estar veinte o cuarenta años viviendo todo de
nuevo en otro. La repetición de mi ser. El empezar de nuevo. Pasar por los mismos
horrores y alegrías como si quemaran después de ya haber sido vividas. Arrepentirse de
no tener que volver a ser no es malo. Es solo que uno prefiere dar las cosas por
terminadas y en eso reside el avanzar y seguir en el tiempo. Lo otro es reciclar los restos
de lo que ya pasó y darle un vuelco a lo que no tiene mas remedio que cumplirse
metódicamente paso por paso y según los modos de etapas que ya fueron calvarios y
euforias que quedaran en la totalidad de lo que llamamos vida. El hacer y deshacer para
volver a hacerlo no es más que un juego tonto y un esfuerzo doble. Por eso consigo
entender que la desesperación de no dejar librado al azar o voluntad de ser este hecho
como el de dar vida nueva que no es mas que reproducir los cíclicos enigmas ya
descubiertos me pone en verdad sin animo de hacerlo. Bastante costó ser lo que fui y me
gustó la parte mas exitosa de poder brindar en esos tiempos en que nada era cierto. O
recordar los temblores del mundo que se confinaba a aspectos que ya no lo son. Para
qué volver a inventar la propia vida. Para verla en otro desde el principio y recordar
morbosamente paso por paso cada año de los que ya tuvimos. Pero sin oportunidad de
volver a vivir en el otro lo que nos quede sin ver por el morir antes.
13. Ellas no tienen nada que hacer y están ávidas de entretenimientos. Saben que en algunos
lugares las van a tratar bien a cambio de su dinero. Como en los mejores ámbitos en
donde se ponderan talentos y les gusta brindar y ser parte de la no exclusión del mundo
de los que transpiran el dolor y el amor. Son mujeres que se encuentran dando consejos
y alentando a seres que las detestan porque no pueden emitir un solo juicio que no
sesgado. Están pendientes de ocuparse de que su manera de ser sea respetuosa y tener el
interés que demuestra que no entienden lo que dicen o no entienden lo que hizo aquel de
quien hablan. Son permanentes mostradoras de lo que a nadie le interesa pero que se
hace necesario para que algún evento ocurra. Son el lado decorativo de la sinceridad que
se aplica a las búsquedas…..tienen que estar presentes sí o sí y ellas no lo sienten pero
quizá lo saben. Humildemente tienen cariño por la gente que sale de la mediocridad y se
enfrenta con esa vida de la que ellas ya están ausentes. Son las más sinceras devotas de
que la actividad cultural tenga un matiz fuera de lo escandaloso y se matice como lo que
agrada a señoras que como tales tienen el don de la estirpe de los que se abocan a decir
cosas falsas sobre las premisas de que no hay que perder el tiempo. Están en medio de la
riqueza de familias que se adueñan del tesoro de obras que tal vez compren o pongan en
los pedestales junto a la ignorancia con sus amigas. Enfrentan una declinación a el
afecto y suelen ser amables. Quizá se las rescate porque al apasionamiento le dan algo
de maternal. Son el lado comprensivo de ámbitos en donde no comprenden nada. Si mas
que estar en donde ocurren las cosas tienen las agendas con meses de anticipación para
llegar a lugares donde se improvisan necesidades urgentes. Tienen la restauración de
una burguesía que se mezcla adrede con el mundo artístico para entenderse entre
problemas espirituales y estéticos y mezclarse entre las ideas de los que piensan las
verdades que ellas ignoran o desconocen. Son la variante para destruir los pedestales de
lo que importa dándolo un formato de actividad social.
15. Como leo y leo novelas quería acercarte unas certezas sobre la estructura. La novela
tiene un muerto como ya vengo diciendo pero no cualquier muerto: una verdadera
calamidad que da al abismo de caer en ella permanentemente. Esto se utiliza para lo
que arma la novela que es ¨ la conjetura ¨. Si te fíjás en cualquier novela que tengas a
mano una vez establecido el abismo del mal se trata de ir cayendo en torno a
permanentes conjeturas que se hace el protagonista y sobre los otros. Es decir que toda
la tinta que vez en esas trescientas hojas trata de preguntas y objeciones, observaciones,
alternativas y dudas acerca de los motivos y los porqués de lo que el actor del mal hace
o hizo lo que hizo. Es una abundancia de acotaciones y preguntas. La obsesión está
puesta en la fatalidad de la pérdida y se aprovecha ese desesperado despertar hacia el
abismo rodeando todos los hechos de preguntas y miradas que tratan de explicar lo que
va sucediendo. Casi como si el autor en su personaje se preguntase acerca de corregirse
o reinterpretar o disolver lo que ya ha afirmado, miles de veces. Que es en suma lo que
lleva a la acción a ser objeto de las verdadera razón de la novela que es entrar en el
mundo de el desconcierto que se pregunta, se corrige y se responde a sí mismo en el
despertar del el abismo que siempre tiene que estar ahí para generar una succión de
pensamientos y consideraciones aceleradas por el vértigo de el peligro. Eso es el hecho
que hace que no se digan palabras nada más u opiniones sino que el peligro, la
adrenalina, opera para pensar rápidamente y nutrir de lo que da consistencia a la literaria
manera de ver y observar en detalle. Dicho en pocas palabras el escritor se sumerge en
el miedo y trata de safar y encontrar una salida como si su vida, o la del que murió,
corriera en ello. Es decir que no es el autor un observador que disfruta de lo que está
pasando (es decir, un entretenido en las cosas de su delirio de la diversión) sino un ser
en estado de pánico que toma la piel de su desdichado personaje y trata de salvarlo
como si fuese en ello un hecho de la vida real en el que los tiempos para ello no existen.
El escritor no es un torturador sino el torturado. Para eso la compenetración con el
personaje tiene que ser tal como si fuera él y vivir ese desenlace casi en vida a riesgo de
correr el terrible destino que le lleva a su presencia. Los personajes tienen
¨ taquicardia ¨. ¨ Nunca ¨ están cómodos como relatando lo que les sucede. Los
sentimientos que se le dan a un autor en la vida real no tienen nada que ver con esa
desesperación. No hay un involucrarse emocionalmente sino con el riesgo de morir. La
piel del terror a lo que está pasando. No es un escribir cautivo como sin saber qué hacer
sino sujeto a una persecución. No es más que la vida misma en la que ser espectador es
ser un tipo que no vive. No te pongas en la piel de una mujer común si querés escribir
novelas. La mujer común se enamora de telenovelas y disfruta de películas. Escribir es
mucho más fuerte y arriesgado. También el recurso es un modo autobiográfico pero no
exento de literatura. Se pone el autor como protagonista sin olvidar las formas de la
novela. Otro dato es que al lector se le recuerdan datos a medida que transcurren los
momentos reflexivos de la trama llevándole a lo concreto de insistir en los aspectos de
la conducción del hilo de la narración. Esto es, volviendo a repetir lo que hace a la
esencia del relato en frases, hechos e ideas que lo conducen. Cuanto más mejor. Eso es
una comodidad que se le da como estribillo a la trama que al meditarse a sí misma se
aleja de lo confiado a los hechos por momentos. Así, volviendo sobre los mismos, la
historia se mantiene mejor presente en la memoria del lector para seguir adelante en la
narración.
17. Ellas iban a todos lados de la mano. Como ciegos que se ayudan. Tenían la casualidad
de hablar horas y horas y dejarse llevar por ¨ cosas de mujeres ¨ que son en verdad la
intima confianza que abriga el sexo de las XX. Sin embargo solo se dejan en las
reuniones de brujas que acuden en presentarse públicamente como solas, solteras o
desgraciadas o en problemas. Se dan a la confesión dolorosa o enigmática de suspensos
de la resonancia magnética entre ellas que se ponen tiesas en un lugar nocturno mirando
la perspectiva de estar cerca ellos los hombres. Las amigas se descascaran de amor y
compasión en un género que hace planes para la guerra. Se ven derrotadas por edades y
atributos perdidos o aun jóvenes se sientan ante el altar de ser inaccesibles salvo para un
touch and go que les deja sin mas que una relamida de lo que íntimamente es
innecesario de prolongar en el tiempo y además de imposible. Es que los jóvenes no
trabajan y estando en pareja se aburren y sus amigos son los amigos de sus novias y
viven de farranda entre ellos dedicándoles a ellas cero tiempo. Van a todos lados y la
chica queda dibujada. En las más grandes el concurrir al soliloquio de la impotencia
para afirmar ungido un hogar de quien quiera esbozarse al club de los casado o
comprometidos las agota por no poder evaluarse en ese rol. La reunión hace hincapié en
la pertenencia a un momento que da necesidades y menos atender a los deseos de ellas.
Entonces no ser agasajadas las lleva a trabajar o estudiar y quieren ser madres y esposas
o dedicarse a usar el plástico de la divertida transitoriedad por negocios de ropa como
sus madres o como las que pueden. Las amigas en la noche se cuentan cosas y detectan
que estar ahí hace mucho y que la diferencia de los hombres se puede acompañar en el
duelo de estar solas sin ellos presentes. Los hombres del mundo del dinero son pocos o
cada vez menos y están alquilados o comprados desde hace décadas. Lo que se viene es
tomarse del derecho que han ganado a trabajar y a darse lujos y regalos a sí mismas en
torno de estar concientes de que cada peso que gastan se lo ganaron. Como sus
derechos. Pero la reunión de brujas tiene la energía de datos que se pasan y traiciones
especulativas que hacen al significado redituable del hechizo en esa noche.
19. Ya has estado ahí tantas veces y sabes lo que viene. El amar a lo que es imposible de
abarcar en una mujer que simula ser complaciente. Estar cerca del abismo de querer
conquistar el mundo con ella. El demostrarte que puedes lo que no es necesario poder.
La vertiente de tus heroicas maneras de no hacer el amor y llenar de besos el vanidoso
modo de la agasajada. Escribir poemas en la arena y recitar alabanzas a la buena fortuna
de sentirse un elegido que la merece. Detente. No seas el que alguna vez cayó de pies
enfrentando seres de otros planetas. Será que no es necesario erigir palacios a tu reina
para rezarle a su dios. Detente. No olvides que el presente no es el ayer. Que se ha ido a
favor del mañana y que resucitar no es recuperar sueños infantiles sino ser adulto y
desear a las que te den fe. Detente. No te fíes del canon de ser padre y esposo. De dar un
harén de hijos al mundo. De multiplicar el pan y esparcir la buena nueva. De ser
ejemplo y no un destinatario del esfuerzo por crecer y creer en lo que existe. Detente.
No hagas leña del árbol caído. Más bien erige plantaciones de hierbas y déjate salvaje
en el mundo del bosque de lo desconocido para descubrir lo que eres despertar en estar
atento y no refugiarse en las caricias de una simulación del contener lo que te protege de
ti mismo. Anímate a ser vos. Conseguí no pelearte con tu razón. Respetuoso ser de
andar rumbo a los designios inciertos que iluminan la consecuencia de poder avanzar y
no perder lo que ya has conseguido. Ellas desde el ayer encandilan la animosidad y te
sumergen en el letargo de despedazarte entre halagos, flores y delincuencia para darles
techo y mucho más. Para demostrar que ser hombre es matar a los que te impiden
engañarte en pos de las reliquias que fundaron la desgracia que hot es parte del olvidarte
de quien eres. No oscurezcas al borde de la belleza que desde hace tanto estuvo tan
cerca. Dedicarle una estrella al devenir es seguir avanzando y no resignar a la esmerada
dedicación a vivir a cambio de las sirenas que siempre te llevaron a romper tus barcos y
perder la vida.