la revelacion de jesucristo, estudio del libro Apocalipsis
El problema del relativismo moral contemporáneo
1. El problema del relativismo moral
contemporáneo
El relativismo consiste en la postura que dice que la verdad de todo
conocimiento o principio moral depende de las opiniones o circunstancias
de las personas
Por: Adolfo J. Castañeda | Fuente: catholic.net
Introducción
El relativismo consiste en la postura que dice que la verdad de todo conocimiento o principio
moral depende de las opiniones o circunstancias de las personas. Como las opiniones y las
circunstancias son cambiantes, ningún conocimiento o principio moral, según esta postura,
es objetivo o universal. Es decir, el relativismo postula que ningún conocimiento o principio
moral es verdadero independientemente de las opiniones de las personas o de sus
circunstancias, ni tampoco, por esa misma razón, es válido para todos en todo tiempo y lugar.
En realidad, el relativismo, en cuanto al conocimiento de la realidad en general, deviene en
agnosticismo (la negación, o la puesta en duda, de la capacidad del ser humano de conocer
la verdad objetiva); y, en cuanto al conocimiento de lo moral, en individualismo o
subjetivismo.
Aquí nos vamos a limitar a analizar un poco el relativismo moral. Dejaremos de lado el
relativismo filosófico y el relativismo religioso.
Creemos firmemente que uno de los problemas de fondo del mundo contemporáneo es el
relativismo moral. El mundo se está dividiendo rápidamente en dos campos: los que creen
que todo es relativo y los que creen que no todo es relativo, sino que existen unos principios
morales objetivos, universales y absolutos; es decir, principios que gozan de existencia propia
y que son aplicables a todos los seres humanos en toda circunstancia y lugar.
Las categorías de "liberal" y "conservador" cada día son menos relevantes. En la práctica, las
personas que se suscriben a una u otra clasificación lo hacen por motivos principalmente
políticos, más que éticos. Y lo político, aunque es importante, no toca el fondo del problema,
que es de índole moral, ya que la crisis actual es de valores y los valores deben ser el
fundamento de todo actuar humano. Por otro lado, cada día hay más personas
"conservadoras" que aceptan principios "éticos" relativistas. Por ejemplo, en EEUU hay
personas del Partido Republicano, considerado en general un partido "conservador", que o
no consideran que el problema del aborto es fundamental o que aceptan el "derecho" al
aborto, aunque en privado lo rechacen. Dentro del campo "liberal" (casi siempre representado
por el Partido Demócrata), hay personas que, en una especie de "ética alternativa", enarbolan
ciertos principios como si fueran absolutos: la tolerancia, el derecho a hacer cualquier cosa
mientras "no dañe a nadie", la privacidad y el derecho a la libre opinión, entre otros.
Características del relativismo moral
2. ¿Cuáles son algunas de las características por medio de las cuales podemos identificar
el pensamiento relativista moral contemporáneo?
Una de ellas es el fallido intento de considerar que todas las opiniones morales gozan del
mismo nivel de validez, sin importar que algunas de ellas sean contrarias entre sí. El
relativismo moral le tiene un odio visceral a las jerarquías de las ideas. El relativista no puede
aceptar que unas ideas sean superiores a otras, en el sentido de tener más probabilidad de ser
ciertas que otras, o el que unas ideas sean definitivamente verdaderas y otras no. Si el
relativista llegara a aceptar, por ejemplo, que la idea de que el aborto es malo para todo el
mundo es la verdadera y que la idea contraria es falsa, dejaría de ser relativista.
Ello nos lleva a otra característica del discurso relativista. El relativista confunde el deber
de respetar a la persona que opina y su derecho a opinar con el deber de respetar toda
opinión. Todos tenemos el deber de respetar a los demás y también su derecho a opinar. Pero
no tenemos por qué respetar todas las opiniones o, dicho de un modo más adecuado y
respetuoso (para no faltar a la caridad), no tenemos por qué aceptar todas las opiniones, por
el simple hecho de que no todas las opiniones son válidas. Incluso, hasta tenemos el deber,
si las circunstancias lo permiten, de refutar las opiniones falsas y dañinas. Por ejemplo, si un
hombre dice que él opina que los maridos pueden abusar de sus esposas, yo tengo el deber
de respetar a ese individuo, pero al mismo tiempo tengo el deber de decirle que su opinión
es absolutamente falsa y dañina.
Una tercera característica del relativismo es el individualismo o subjetivismo. La razón por
la cual el relativista tiene la confusión que acabamos de señalar es porque en el fondo, como
ya también indicamos, el relativismo es individualista o subjetivista por naturaleza. El
individualismo o subjetivismo consiste en creer que lo que es verdad para mí no
necesariamente lo es para ti y viceversa. Es decir, el subjetivismo pone el énfasis en el sujeto
que opina y no en la realidad objetiva acerca de la cual se está opinando. Por ello es que el
relativista insiste con frecuencia en que "todo el mundo tiene el derecho a opinar", que "hay
que respetar la opinión de todo el mundo", que "¿quién es usted para decir tal cosa", etc., etc.
Si analizamos bien cada una de estas expresiones, sobre todo la última, nos daremos cuenta
de que todas ponen el énfasis en el sujeto que opina y no en el objeto o la realidad que se está
analizando. Por ejemplo, en un debate sobre el aborto, lo más importante no es quién es el
que dice tal o más cual cosa, sino qué es lo que dice, es decir, cuáles son las razones por las
cuales lo que dice es cierto o falso. Al centrar su discurso en el sujeto o individuo que opina,
el relativista desvía la atención del asunto en sí a las personas que opinan y trata de crear un
ambiente emocional favorable a su postura.
Una cuarta característica del relativismo es su énfasis unilateral en una presunta "sinceridad"
u "honestidad". Es decir, lo que importa es la sinceridad subjetiva de la persona y no tanto su
conducta. Si la persona cree sinceramente que hacer tal cosa está bien, entonces el hacerlo
también lo está. Por ejemplo, para un relativista, si un joven cree que tener relaciones
sexuales con su novia sin casarse con ella está bien porque la "ama mucho", entonces está
bien que fornique con ella. Ante este tipo de cosas el relativista no dice ni una palabra sobre
el deber de buscar la verdad (que en definitiva es lo que significa ser sincero). Tampoco hace
la distinción entre una presunta sinceridad subjetiva y la maldad intrínseca del acto que se
3. está llevando a cabo, en este caso el acto de fornicación (recordemos que al relativista no le
gustan las distinciones, para él todo es igual o todo está al mismo nivel).
En el fondo el relativismo se contradice a sí mismo. El principio de que todo es relativo no
es relativo, sino absoluto--es decir, es una pretensión velada de carácter absoluto.
Apartémonos por un momento del tema central que nos ocupa, que es el relativismo moral,
y echemos un vistazo al relativismo espiritual del "New Age". El "New Age" plantea que la
verdad es relativa, es decir, lo que hoy es verdad mañana puede ser falso. Y el "New Age"
no se está refiriendo aquí a cosas que sí son relativas, como puede ser que en la actualidad el
tránsito de una ciudad en particular no sea un problema, pero que en un futuro sí. El "New
Age" se está refiriendo a cuestiones fundamentales para el ser humano, como lo son la
espiritualidad, la paz interior, etc. Pues bien, si lo que hoy es verdad mañana puede ser falso,
eso mismo le puede pasar al propio "New Age", ¡y se acabó el "New Age"! Este ejemplo nos
muestra que el relativismo es una soberana insensatez, un insulto al intelecto humano y un
ataque directo al sentido común (que hoy en día se está convirtiendo en el menos común de
los sentidos).