1. PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR
HISTORIA DEL VESTUARIO EN EL ECUADOR
ESCUELA DE DISEÑO
VERÓNICA TRUJILLO
12 – 05 – 2014
2. Introducción
• El vestuario como forma de
comunicación y expresión
de las culturas de Ecuador
es un elemento simbólico
que se define en la
construcción de identidades
e identificaciones sociales.
La vestimenta es un objeto
cultural que se crea,
producto de la industria, y
deviene en el campo social
3. Prehistoria
• En la prehistoria ecuatoriana, la vestimenta desde
inicios hasta el fin de este período dependía del
tipo de cultura y región. En general las mujeres
utilizaban vestidos largos con chales, esto
podemos observar más en la cultura Huancavilca;
ya que esta se caracterizó por la producción de
estas prendas de vestir (chales o mantas), y
bastantes collares, los hombres igualmente
vestidos hasta las rodillas con cinturones y una
corona de plumas entre los miembros de la realeza
y altos miembros militares.
4. • Conquista
• En este tiempo podríamos decir que los únicos que
llevaban una “vestimenta” eran los españoles, ellos
usaban: capas, pantalones cortos, camisas, boinas y la
espada. En los indios el típico taparrabos, las plumas y
un arma.
5. • Gran Colombia
• Aquí podemos
notar un cambio
drástico a
comparación de la
colonia. La ropa era
menos decorada y
llegó a ser bastante
parecida a la de
algunos pueblos
autóctonos del
actual Ecuador.
6. Inicios de Republica
•
El vestir se hizo más sofisticado y formal. Los hombres usualmente
usaban ternos o en caso de los indígenas ponchos y su ropa
autóctona, las mujeres también usaban ponchos vestidos grandes
y sombreros. Las mujeres usaban vestidos delicados, formal con
grandes y lujosas joyas.
7. Traje de la alta sociedad
El traje de la alta sociedad quiteña del siglo XIX presentó marcadas diferencias
entre los periodos de cambios políticos y sociales que atravesó el país. Las
damas de la alta sociedad quiteña únicamente accedían a los espacios
urbanos públicos (calles, plazas, iglesias) en compañía de sus padres o de sus
sirvientes. En especial, era común verlas cuando iban a la iglesia junto a una
criada, quien era la encargada de llevar un reclinatorio o, al menos, una
alfombra para que la señora pudiera arrodillarse.
8. TRAJE POPULAR
En el vestuario popular, se distinguen el traje de las mestizas (bolsiconas); el
traje conocido como el aro, utilizado también por mestizas; el traje de los
oficios; el traje de las indias de clase muy pobre; y, el traje de las indias de
mejor posición.
A diferencia de las mujeres de las élites, las mujeres de estos grupos sociales
interactuaban en plazas y parques en el quehacer diario. En la pintura de
Joaquín Pinto (imagen 4), se aprecia la interacción de las mestizas en una
fiesta religiosa. Se puede observar el traje de las vendedoras de frutas, el
ropaje del aro y el atuendo de las bolsiconas. Los vestidos coinciden con las
descripciones e imágenes de otros autores.
9. EL TRAJE DE LAS MESTIZAS
El atuendo de las bolsiconas
consta por lo común de 3
piezas: "La camisa, cuyos
bordes están bordados de
algodón rojo o azul; la falda
de bayeta, o bolsicón, tela de
lana grosera, y una especie de
chal de felpa que anudan
alrededor de los hombros"
(Enríquez, 1938:96).
10. EL TRAJE DE LAS MESTIZAS DE ACUERDO A LOS OFICIOS
Los oficios de las mestizas eran de los más variados:
carniceras, hilanderas, vendedoras de frutas, entre otros.
Para desarrollar sus actividades, las mestizas usaban un
atuendo que se asemejaba, en líneas generales, a una
amplia falda que en muchas imágenes se aprecia de color
azul claro, una blusa blanca con mangas amplias a la altura
del codo, escote en forma de V bordado, y un chal que
podía cubrir la blusa o ser colocado sobre la cabeza.
11. EL TRAJE DE LAS PINGANILLAS
• "También las pinganillas o damitas del
país no faltan en estos lugares
concurridos, donde igualmente
confluyen las bolsiconas, mas ellas
llevan el extraño vestido llamado el
aro, cuyos colores no se diferencian de
aquellos de las españolas"
(Gaetano, 1854:55).
• Sobre el traje del aro se tiene muy
pocas referencias. Sin embargo, se
infiere que se trata de la forma que
adquiere la falda a través de un plisado
especial, que cierra su amplitud en la
parte inferior y mantiene una silueta
cilíndrica en la mitad subyacente del
atuendo. Esta no es la forma habitual
de la falda en el traje de las mestizas.
12. EL TRAJE DE LAS INDÍGENAS ACOMODADOS
Un debajero blanco, llamado anaco, de ancho encaje en la parte inferior; encima de
este va el chaupi anaco, abierto al lado derecho y hasta media pierna, plegado como el
capisayo del hombre, pero verticalmente, que sujetan a la cintura mediante una gran
faja de varios colores, aunque el encaje vaya hasta cerca de los tobillos. Otra prenda
negra, denominada lliglla, doblada asimismo, como la anterior, llevan en los hombros;
las dos esquinas superiores están unidas por delante, con dos grandes alfileres de oro
o plata, adornados al extremo, y se llaman tupus; la lliglla cubre los codos; el pelo
recogido todo por detrás, lleno de cintas desde la cabeza hasta los extremos; en la
coronilla tienen un atado de cintas generalmente rojas.
13. TRAJE DE INDÍGENA DE ECONOMÍA BAJA
Las descripciones del traje de estas mujeres difieren en
detalles sobre las prendas que lo conforman. En un caso, de
acuerdo a Stevenson (1989:228), "visten de anaco, especie de
túnica más larga que la de los hombres, en los hombros llevan
algo así como un chal llamado ichlla, y esto constituye
generalmente todo su guardarropa". A esto se adiciona una
faja (chumpi) que ajusta el anacu a la cintura.
14. TEXTILES
• Los textiles usados por las
clases populares son
producidos al interior del
país, tal como se describe
en Quito a través de los
siglos. Las producciones
de las fábricas “se reducen
a tráficos de lienzos de
algodón blanco, o
tocuyos, bayeta, paños…
se trabaja otras veces
muchos tejidos, y todo por
mano de los indios en los
obrajes, o en sus casas
15. BIBLIOGRAFÍA
Nombre: Nueva Historia del Ecuador Autor: Enrique Ayala Edición: 1996
Nombre: Identidad quiteñas del siglo XIX Autor: Alfonso Ortiz Edición: 2005.
Nombre: “Quito y su historia” Autor: William Bennet Edición: 1991