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MONS. OSCAR A. ROMERO, UN DEFENSOR PROFÉTICO
                 DE LOS DERECHOS HUMANOS

                                                    Xavier Alegre, s.j.




INTRODUCCIÓN .................................................................................................................             3
1. DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS .............................................................                                          4
2. PROFETA DE LA JUSTICIA ..........................................................................................                      11
3. TESTIMONIO MARTIRIAL DEL PROYECTO DE JESÚS ............................................                                                16
CONCLUSIÓN ..........................................................................................................                     19
NOTAS .................................................................................................................................   24
Este texto recoge el contenido de la conferencia que Xavier
             Alegre pronunció en Barcelona, el 13 de diciembre de 2010 con
             motivo del 30 aniversario de la muerte de Monseñor Romero. La
             conferencia estuvo organizada por Cristianisme i Justícia y
             Justícia i Pau.




Xavier Alegre, sj. es profesor de Nuevo Testamento en la Facultat de Teologia de Catalunya
y en la UCA de San Salvador. Miembro de Cristianisme i Justícia.




Edita CRISTIANISME I JUSTÍCIA • Roger de Llúria, 13 - 08010 Barcelona • Tel: 93
317 23 38 • Fax: 93 317 10 94 • info@fespinal.com • Febrero 2011
La Fundación Lluís Espinal le comunica que sus datos proceden de nuestro archivo histórico perteneciente
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acceso, rectificación, cancelación y oposición pueden dirigirse a la calle Roger de Llúria, 13 de Barcelona.
INTRODUCCIÓN




     Este año celebramos el 30 aniversario del asesinato de Mons. Romero.
     Recordarlo a él es querer recordar a las numerosas personas que, en
     El Salvador y en todo el mundo, sellaron con su sangre su compromi-
     so generoso en favor de las personas empobrecidas y oprimidas y en
     la defensa de los derechos humanos. Es “poner a producir”, como diría
     Jon Sobrino, “la memoria de los mártires”, el legado que estas perso-
     nas extraordinarias nos dejaron. Mons. Romero fue un profeta de la
     justicia y un defensor de los Derechos Humanos, que libró su vida por
     amor a su pueblo, El Salvador, y por fidelidad al proyecto de Jesús, el
     Reinado de Dios. Dos amores, el del pueblo y el de Jesús, que para él
     estaban íntimamente entrelazados.
     Así pues, ¿qué vale la pena que recordemos en el año en el que con-
     memoramos el aniversario de su asesinato?
     De Mons. Romero impacta tanto la talla extraordinaria del personaje en
     medio de la situación durísima que vivió El Salvador, sobre todo en los
     tres últimos años de su vida, como impresiona también la generosidad
     con la que estuvo dispuesto a entregar su vida, antes que callar ante la
     violación de los derechos humanos que estaba sufriendo su pueblo.
     De ahí el impresionante amor que la gente de su pueblo –y mucha
     gente en el mundo–, le sigue teniendo, a pesar de los años transcurri-
     dos desde su muerte. En la conmemoración de su aniversario que tuvo
     lugar en El Salvador en el mes de marzo, participaron desde la gente
     más sencilla hasta el presidente del país. Éste inauguró en el aero-
     puerto un mural dedicado a Romero y participó en la marcha desde la
     Plaza Salvador del Mundo hasta la catedral, donde se celebró una
     eucaristía y una vigilia festiva durante la noche. Mons. Romero sigue
     bien vivo en la conciencia de su pueblo y es una fuente de esperanza
     en unos tiempos que siguen siendo difíciles.
     Sin embargo, más que dar grandes explicaciones sobre su figura, lo
     que me propongo en estas líneas es dejar resonar su voz, porque fue
     una voz lúcida e impactante, que en su manera de vivir y de hablar
     sigue siendo profundamente actual.


                                                                            3
1. DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS




           Mons. Romero fue un precursor en la lucha y defensa de los Derechos
           Humanos, en América Latina. Durante mucho tiempo, a la Oficina del
           Arzobispado de San Salvador acudía muchísima gente para denunciar
           a Mons. Romero las diferentes violaciones de los derechos humanos
           que habían sufrido. Mons. Romero los escuchaba y creó la Oficina de
           Socorro Jurídico, más tarde la Oficina de Tutela Legal, para que inves-
           tigase la certeza de los hechos y así poder defender a la gente más
           pobre.




 A pesar de estar muy en consonancia        1.1. Ante una situación de
con el mensaje del Evangelio de Jesús       injusticia
(a fin de cuentas, a Jesús lo mataron       Es verdad que a Mons. Romero le tocó
también porque defendía la vida, los de-    vivir la situación de El Salvador, que era
rechos de las personas empobrecidas y       especialmente crítica por las continuas
marginadas de su pueblo y porque de-        y terribles violaciones de los derechos
nunciaba la injusticia de los opresores),   humanos que la mayoría empobrecida
aun resulta extraño que un obispo des-      de aquel país estaba sufriendo. La in-
taque precisamente por su defensa de        justicia, que había llevado a que las lla-
los derechos humanos1. Mons. Romero         madas “catorce familias” poseyeran la
se destacó de manera extraordinaria en      mayor parte de las tierras y de la rique-
este aspecto.                               za del país, condenando al empobreci-
4
miento y al hambre a las mayorías po-         bien de talante conservador, que no sim-
pulares del país, se había agravado en        patizaba para nada con la denominada
los años en los cuales a Mons. Romero         “teología de la liberación”. Los oligar-
le tocó ser, primero, obispo auxiliar y       cas de El Salvador confiaban que, con
después, arzobispo de San Salvador.           su talante espiritualista, contribuiría a la
    No era una situación especialmente        alienación del pueblo oprimido y con-
nueva. De hecho, ya en el año 1932, tu-       trolaría los espíritus críticos y compro-
vo lugar una represión terrible por par-      metidos socialmente de su archidióce-
te del ejército de El Salvador, que en un     sis, tanto sacerdotes como laicos. Y en
mes mató 32.000 campesinos, muchos            sus inicios así fue.
de ellos indígenas, que se habían suble-
vado contra la situación, económica-
mente injusta, de empobrecimiento, de         1.2. La “conversión”
explotación y de marginación que esta-        Pero la muerte del jesuita Rutilio Gran-
ban sufriendo.                                de, amigo personal del arzobispo, el 12
    En la década de los 70, la inquietud      de marzo de 1977, el primer sacerdote
volvía a ser muy importante y los gran-       que fue asesinado en El Salvador, lo sa-
des terratenientes, con la ayuda de los di-   cudió espiritualmente, cuando acababa
ferentes gobiernos, del ejército y de los     de empezar su servicio como arzobispo
paramilitares, estaban llevando a cabo        de San Salvador. Y le abrió los ojos del
una escalada de la violencia represiva        corazón y de la fe para poder ver la rea-
para intentar controlar y vencer definiti-    lidad empobrecida y violentada de su
vamente las protestas. Los escuadrones        pueblo con los ojos de Dios. Es un Dios
de la muerte hacían auténticas atrocida-      que, como nos enseña la Biblia, escucha
des para asustar a la gente empobrecida       el clamor del pueblo y lo quiere liberar
y marginada, minando así su resistencia.      a través de sus profetas (cf. Ex 3), para
    En un principio, en las décadas de        construir un pueblo que, por su manera
1960 y 1970, las mayorías empobreci-          de vivir, muestre a todos los pueblos de
das del “Pulgarcito” de América Latina        la tierra que “otro mundo es posible”, un
habían podido contar con la simpatía y        mundo en el cual no hay pobres porque
un cierto soporte por parte del arzobis-      todo el mundo comparte (Dt 15,4). El
po de San Salvador, Mons. Luis Chá-           asesinato de Rutilio, del campesino Don
vez, que tenía una gran sensibilidad so-      Manuel y del niño Nelson provocó lo
cial, hecho que nunca había gustado a la      que se ha llamado la “conversión” de
oligarquía salvadoreña. Por esta razón        Mons. Romero (en la misma línea en la
las minorías dominantes habían saluda-        que se habla y se entiende la conversión
do con alegría que Mons. Chávez, al ju-       de Pablo). Y provocó que comenzara a
bilarse, fuese sustituido por Mons.           poner signos proféticos de lo que sería,
Romero, y no por Mons. Rivera, obispo         desde aquel momento, su servicio como
auxiliar, de talante más crítico, ya que      arzobispo. Me refiero a la “misa única”:
Mons. Romero era un hombre bueno,             se suprimieron las otras misas en la ar-
humano, piadoso y sencillo, pero más          chidiócesis el domingo en que se cele-
                                                                                        5
bró el funeral de Rutilio, Manuel y Nel-     no sólo los quería, sino que era también
son, para que todo el mundo pudiera          liberador. E hizo formulaciones tan ilu-
participar, aunque fuese por radio, en la    minadoras como la de que “la gloria de
misa que él mismo celebró. Esta de-          Dios es que el pobre viva”.
cisión provocó grandes críticas por par-         Se le acusó entonces de traicionar su
te de los cristianos más conservadores       servicio episcopal, metiéndose en polí-
y del nuncio del Vaticano, quien alega-      tica. Pero él defendió su manera de ac-
ba que celebrar sólo una misa en do-         tuar, mostrando que su defensa de los
mingo iba en contra del derecho canó-        pobres y su denuncia de las violaciones
nico.                                        de los derechos humanos y de la injus-
                                             ticia de los ricos y poderosos, estaba en
                                             sintonía con el evangelio, el Vaticano II
1.3. Oposición creciente de                  y los documentos de Medellín y Puebla.
la oligarquía                                A modo de ejemplo cito un fragmento
Este cambio de actitud le comportó la        de uno de sus sermones (5-3-1978):
oposición creciente de la oligarquía del        «La Iglesia no pretende poder polí-
país, que veía amenazados sus privile-          tico ni basa su acción pastoral sobre
gios por las acciones y las palabras pun-       el poder político ni entra en juego de
zantes del arzobispo. Pero él, lo que pre-      los diferentes partidos políticos ni se
tendía era defender, sobre todo, la vida,       identifica con ningún partido políti-
máximo valor humano y divino. Lo for-           co. Pero la Iglesia tiene que decir su
muló claramente en el sermón que hizo           palabra autorizada aun en problemas
el 16-3-19802:                                  que guardan conexión con el orden
    «Éste es el pensamiento fundamen-           público ‘cuando lo exigen los dere-
    tal de mi predicación: nada me im-          chos fundamentales de la persona
    porta tanto como la vida humana. Es         humana o la salvación de las almas’.
    algo tan serio y tan profundo, más          Todo esto es del Concilio. La Iglesia,
    que la violación de cualquier otro          pues, defiende los derechos huma-
    derecho humano, porque es vida de           nos de todos los ciudadanos, debe
    los hijos de Dios y porque esa san-         sostener con preferencia a los más
    gre no hace sino negar el amor, des-        pobres, débiles y marginados; pro-
    pertar nuevos odios, hacer imposible        mover el desarrollo de la persona hu-
    la reconciliación y la paz. Lo que          mana, ser la conciencia crítica de la
    más se necesita hoy aquí es un alto         sociedad. La Iglesia tiene que ser la
    a la represión.»                            conciencia crítica de la sociedad,
                                                formar también la conciencia cris-
  En cualquier caso, es evidente que            tiana de los creyentes y trabajar por
Mons. Romero, inspirándose en el                la causa de la justicia y de la paz.»
Evangelio y en los documentos de
Medellín y Puebla, hizo una opción              Y en otra homilía, que hizo precisa-
muy clara por los pobres. Se encarnó en      mente el 23-3-1980, la vigilia de su ase-
medio de ellos. Les predicó un Dios que      sinato, dijo:
6
«Ya sé que hay muchos que se es-         derechos humanos, confrontaba con el
   candalizan de esta palabra y quieren     equipo que lo asesoraba en los temas de
   acusarla de que ha dejado la predi-      las violaciones de los derechos huma-
   cación del Evangelio para meterse        nos, la veracidad de los hechos y la ma-
   en política; pero no acepto yo esta      nera de hacer las denuncias. En cuanto
   acusación, sino que hago un esfuer-      a la acusación de que fomentaba la vio-
   zo para que todo lo que nos ha que-      lencia, dijo, entre otras cosas:
   rido impulsar el Concilio Vaticano
   II, la reunión de Medellín y de             «La violencia no la está sembrando
   Puebla, no sólo lo tengamos en las          la Iglesia, la violencia la están sem-
   páginas y los estudiemos teórica-           brando las situaciones injustas, la si-
   mente, sino que lo vivamos y lo tra-        tuación de instituciones y leyes in-
   duzcamos en esta conflictiva reali-         justas que solamente favorecen a un
   dad de predicar como se debe el             sector y no tienen en cuenta el bien
   Evangelio para nuestro pueblo. Por          común de la mayoría. Y aquí la
   eso, le pido al Señor, durante toda la      Iglesia no se podrá callar porque es
   semana, mientras voy recogiendo el          un derecho evangélico que la asiste
   clamor del pueblo y el dolor de tan-        y un deber hacia el Padre de todos
   to crimen, la ignominia de tanta vio-       los hombres, que la obliga a recla-
   lencia, que me dé la palabra oportu-        mar a los hombres la fraternidad.»
   na para consolar, para denunciar,           (Homilía del 1-4-1978).
   para llamar al arrepentimiento y,
                                               Y más de un año después, decía en
   aunque siga siendo una voz que cla-
                                            una homilía el 12-8-1979:
   ma en el desierto, sé que la Iglesia
   está haciendo el esfuerzo por cum-          «Cuando Cristo nos dice en la se-
   plir con su misión.»                        gunda lectura de hoy: “Amad como
    Y le acusan, también, de estar fo-         Cristo se entregó por vosotros”. Así
mentando la violencia en el país. Él se        se ama. La única violencia que ad-
defiende de la acusación injusta en sus        mite el Evangelio es la que uno se
homilías, retransmitidas por radio. En         hace a sí mismo. Cuando Cristo se
ellas, hacía de portavoz de aquellos que       deja matar, esa es la violencia, dejar-
no tenían voz en el país, denunciando          se matar. La violencia en uno es más
las violaciones de los derechos huma-          eficaz que la violencia en otros. Es
nos que habían sucedido la semana an-          muy fácil matar, sobre todo cuando
terior, y procurando iluminar, desde el        se tienen armas, pero ¡qué difícil es
Evangelio y las lecturas leídas durante        dejarse matar por amor al pueblo!»
la eucaristía, lo que estaba sucediendo        Y en la homilía del 15-7-1977 había
en el país. En este punto conviene tener    dicho:
presente que, para poder hacer las de-
nuncias con fundamento, aparte de reci-        «¡Qué hermosa será la hora en que
bir y de escuchar a las personas que ha-       todos los salvadoreños en vez de
bían sufrido alguna violación de los           desconfiar unos de otros, en vez de
                                                                                    7
ver en la Iglesia una emisaria de la     como Pablo (Rm 12,21), Romero esta-
    subversión, vean en ella la mensaje-     ba convencido de que se tiene que ven-
    ra de Dios, la ciudad de Dios que ba-    cer el mal con el bien.
    ja para darle santidad a los hombres,        Pero esto no le impidió que fuese
    para liberarlos de resentimientos, de    consciente de que era el egoísmo y el
    odios, para quitar de sus manos ar-      afán de querer tener cada vez más, la
    mas homicidas! No tendríamos que         idolatría del dinero, lo que provocaba
    lamentar historias tan tristes como el   las violaciones de los derechos huma-
    saldo que nos deja esta semana: un       nos y los sufrimientos innecesarios de
    canciller asesinado, un sacerdote        las mayorías empobrecidas de su pue-
    acribillado a balazos en su propia ca-   blo. Y que había que denunciarlo y lla-
    sa, un niño que no tiene culpa tam-      mar a la conversión a los ricos que no
    bién con los sesos echados afuera        querían compartir. En esto fue también
    por la bala homicida. El odio, la cam-   muy fiel a Jesús, quien proclamó pro-
    paña difamatoria, como si la Iglesia     gramáticamente que no se puede servir
    tuviera la culpa de todo ese desor-      a Dios y al dinero a la vez (Lc 16,13;
    den. ¿No son más culpables los que       Mc 10,25). Para Romero, la idolatría del
    escriben esas páginas tendenciosas?      dinero es el cáncer de las buenas rela-
    ¿No están poniendo armas en las ma-      ciones interhumanas y la causa principal
    nos aquellos que por la colonia Es-      del sufrimiento innecesario de las ma-
    calón regaron la hojita de estos días:   yorías empobrecidas de nuestro mundo.
    “Haz patria, mata un cura”? Esto es
                                                 En cualquier caso, la paz que él
    provocar. ¡A esto no se le llama sub-
                                             siempre quiso buscar, no puede ser la
    versión! Se parece a los tiempos de
                                             paz del cementerio, o una paz que no se
    Hitler –decía nuestra radio ayer– en
    que se decía: “Haz patria, mata un       fundamente en la justicia. Un texto de
    judío”. Hoy es el sacerdote el estor-    una de sus homilías muestra bien esta
    bo, es la causa de todos los males.»     unión necesaria que veía él entre el
                                             amor, la paz y la justicia:

1.4. Una denuncia basada en el
                                                «Hermanos, sí de verdad lo somos,
amor, la paz y la justicia                      ¡hermanos!, trabajemos por cons-
                                                truir un amor y una paz –pero no una
Creo, por otro lado, que es un rasgo es-        paz y un amor superficiales, de sen-
pecífico muy cristiano de la actuación          timientos, de apariencias–, un amor
de Mons. Romero, que su defensa de los          y una paz que tiene sus raíces pro-
pobres y oprimidos, sus denuncias de            fundas en la justicia. Sin justicia no
las violaciones de los derechos huma-           hay amor verdadero, sin justicia no
nos, nunca surgieron del odio, ni lo qui-       hay la verdadera paz. He aquí, pues,
sieron fomentar. Todo lo contrario, es-         que si queremos seguir la vertiente
taba realmente apasionado por fomentar          del bien que nos hace solidarios con
el amor entre todos sus diocesanos y en-        Cristo, tratemos de matar en el cora-
tre todos los salvadoreños, puesto que,         zón los malos instintos que llevan a
8
estas violencias y a estos crímenes          do: estoy con todos, abierto al diálo-
   y tratemos de sembrar en nuestro             go con todos, dispuesto a corregir
   propio corazón, y en el corazón de           mis errores, de cualquier sector que
   todos aquellos con quienes compar-           me vengan a platicar. Los amo a to-
   timos la vida, el amor, la paz, pero         dos y es mi misión amarlos para sal-
   una paz y un amor con la base de la          varlos.» (Homilía del 8-5-1977)
   justicia.» (Misa exequial por Raúl
   Molina Cañas, el 14-11-1977)                  Por esto también pidió a las oligar-
                                             quías que no lo consideraran su enemi-
   «Sería una locura pretender que           go, puesto que lo único que quería con
   esta catedral llena salga de aquí en      sus duras críticas es que fueran sensibles
   una manifestación de odio y de vio-       al sufrimiento de los empobrecidos de
   lencia. Al contrario, yo creo que el      su pueblo:
   atractivo de la predicación de hoy es
   porque se predica el verdadero amor,         «Un llamamiento a la oligarquía.
   el perdón, la justicia, la paz. Pero no      Les repito lo que dije la otra vez: “no
   una paz ganada con represión, una            me consideren juez ni enemigo”.
   paz que no es de cementerios, una            Soy simplemente el pastor, el her-
   paz que se construye sólida sobre las        mano, el amigo de este pueblo, que
   bases de la justicia y del amor. Por         sabe de sus sufrimientos, de sus
   eso decimos que la paz que aquí pre-         hambres, de sus angustias; y, en
   dicamos es la paz de Cristo, de la que       nombre de esas voces, yo levanto mi
   Él dijo que siembra división. La paz         voz para decir: “no idolatren sus
   verdadera también siembra división           riquezas, no las salven de manera
   porque no todos comprenden la pro-           que dejen morir de hambre a los de-
   fundidad de justicia donde están las         más; compartir para ser felices”.
   raíces de la paz y sólo quisieran una        El cardenal Lorscheider me dijo una
   predicación muelle, suavecita, que           comparación muy pintoresca: “Hay
   no ofenda y que predique una paz             que saber quitarse los anillos para
   falsa.» (Homilía del 9-4-1978)               que no le quiten los dedos”. Creo
                                                que es una expresión bien inteligi-
    Pero él, en cualquier caso, quiso ser       ble. El que no quiere soltar los ani-
el arzobispo de todo el mundo, también          llos se expone a que le corten la ma-
de los ricos, sin marginar a nadie, pero        no; y el que no quiere dar por amor
siendo auténtico testimonio de la verdad        y por justicia social se impone a que
del Evangelio:                                  se lo arrebaten por la violencia.»
   «También quiero que quede bien               (Homilía del 6-1-1980)
   claro esto, hermanos, porque alguno
   ha dicho que el nuevo arzobispo no
                                             1.5. Apoyo crítico a las
   quiere ser obispo de los ricos, sino
                                             organizaciones populares
   de los pobres. Es mentira. Pertenece
   a la campaña difamatoria esa frase.       Los oligarcas, por desgracia, no le qui-
   Desde el principio todos me han oí-       sieron escuchar. Pero la historia le dio la
                                                                                      9
razón. Por otro lado, tiene una postura          Popular Revolucionario que soy.
muy serena y matizada ante la violencia          ¡Nunca! Estoy diciendo que, preci-
que como respuesta están provocando              samente, estas referencias a la tras-
las organizaciones populares:                    cendencia son para excitar más la
     «He aquí precisamente lo que la             promoción de lo histórico, de lo so-
     Iglesia señala en todo nuestro conti-       cial, de lo económico, de lo político.
     nente: los terrorismos, los brotes de       Y estoy diciendo que Dios no sólo
     violencia, la Iglesia no los puede          ha hecho el cielo después de la
     aprobar; pero tampoco puede repro-          muerte para el hombre, sino que ha
     barlos sin un análisis profundo de          hecho esta tierra también para todos
     dónde proceden. Mientras una vio-           los hombres. ¡Esto no es predicar el
     lencia institucionalizada, privilegia-      opio!» (Homilía del 9-9-1979)
     da, trate de reprimir las aspiraciones
     justas de un sector, siempre estarán        Esto le llevó a dar su apoyo, pero un
     las semillas de la violencia entre       apoyo crítico, a las organizaciones po-
     nosotros. Por eso, mientras no se ha-    pulares:
     ga efectivo un nuevo modo de vivir,         «Siento, como pastor, que tengo un
     no tendremos paz ni unidad ni co-           deber para con las organizaciones
     munión entre los salvadoreños.»             políticas populares. Aun cuando
     (Homilía del 19-2-1978).                    ellas desconfíen de mí, mi deber es
    Quisiera hacer notar también, por            defender su derecho de organiza-
otro lado, que con su implicación en             ción, apoyar todo lo justo de sus rei-
la defensa de los derechos humanos,              vindicaciones; pero así, también,
sobre todo de aquellas personas que te-          quiero mantener mi autonomía para
nían la vida más amenazada y disfruta-           criticar todos sus abusos de organi-
ban de menos derechos, Romero quería             zación, para delatar y denunciar to-
corregir un tipo de espiritualismo cris-         do aquello que ya significa una ido-
tiano que, con razón, ha sido acusado            latría de la organización; y llamarles,
de ser un “opio del pueblo”. Para él, el         en cambio, a un diálogo en el que
Reinado de Dios no se refiere sólo al            busquemos entre todos. Las fuerzas
otro mundo, sino que implica un com-             organizadas son poderosas en una
promiso en la transformación de este             sociedad y lo pueden todo cuando
mundo, de manera que se vea que “otro            son capaces de dialogar, pero tam-
mundo es posible”. Lo dice bien claro            bién disminuyen las fuerzas cuando
en una de sus homilías:
                                                 son fanáticas y no quieren más que
     «Porque yo no quiero ser opio, co-          su propia voz.» (Homilía del 16-12-
     mo alguien ha dicho, en el Bloque           1979)




10
2. PROFETA DE LA JUSTICIA




           Como ya habían defendido los grandes profetas de Israel, para Mons.
           Romero no puede haber una auténtica paz si ésta no nace de la justi-
           cia. Reflexionó mucho sobre la injusticia que dominaba este mundo, y,
           de manera especial, en su país. Y llegó a la conclusión de que la raíz
           más honda de la injusticia era la idolatría del dinero, causante de los
           principales males de El Salvador.




2.1. La idolatría del dinero                    que se margina y duerme un confor-
                                                mismo enfermizo, pecaminoso, o
Y se atrevió a denunciar esta idolatría
                                                del que se aprovecha de ese ador-
con palabras muy claras:
                                                mecimiento del pueblo para abusar
   «Yo denuncio, sobre todo, la absolu-         y acaparar económicamente, políti-
   tización de la riqueza. Éste es el gran      camente, y marginar una inmensa
   mal de El Salvador: la riqueza, la           mayoría del pueblo. Esta es la voz de
   propiedad privada como un absolu-            la Iglesia, hermanos. Y mientras no
   to intocable. ¡Y ay del que toque ese        se la deje libertad de clamar estas
   alambre de alta tensión! Se quema.»          verdades de su Evangelio, hay per-
                                                secución. Y se trata de cosas sustan-
   Dijo también el 24-7-1977:                   ciales, no de cosas de poca impor-
                                                tancia. Es cuestión de vida o muerte
   «La Iglesia no puede callar ante esas        para el reino de Dios en esta tierra.»
   injusticias del orden económico, del
   orden político, del orden social. Si        En esta lucha por la justicia, Mons.
   callara, la Iglesia sería cómplice del    Romero se sentía en sintonía profunda
                                                                                    11
con todas las personas, cristianas o no,            esperar. La Iglesia cree en la paz; pe-
que trabajaban por un mundo más jus-                ro sabe muy bien que la paz no es ni
to. Lo subrayó en una homilía, el 3-12-             la ausencia de violencia, ni se consi-
1978:                                               gue con la violencia represiva. La
                                                    verdadera paz sólo se logra como
     «La Iglesia está cerca de todo hom-            fruto de la justicia. Queremos creer
     bre que lucha por la justicia, de todo         que ningún hombre ni ningún salva-
     hombre que busca reivindicaciones              doreño de buena voluntad quiere la
     justas en un ambiente injusto, y que           violencia o las luchas entre herma-
     trabaja por el reino de Dios, sea o no         nos campesinos, los operativos mili-
     cristiano. La Iglesia no abarca todo           tares. Pero el combatirla de verdad
     el reino de Dios. El reino de Dios             es ponerse a trabajar en la tarea ur-
     está más allá de las fronteras de la           gente, larga y dura de compartir jus-
     Iglesia y, por lo tanto, la Iglesia apre-      tamente entre todos los salvadoreños
     cia todo aquello que sintoniza con su          la riqueza de nuestro país y de nues-
     lucha por implantar el reino de Dios.          tros hombres y mujeres.
     Una Iglesia que trata solamente de
     conservarse pura, incontaminada,               Esto no es comunismo; esto es jus-
     eso no sería Iglesia de servicio de            ticia cristiana. Y señalar las raíces de
     Dios a los hombres.»                           la violencia no es sembrar violencia,
                                                    sino señalar las fuentes de la violen-
                                                    cia y exigir a quienes pueden cam-
2.2. Injusticia y violencia                         biar, que cambien, que se vea un pa-
Al desarrollar este segundo punto, “Ro-             so positivo hacia una construcción
mero profeta de la justicia”, hay un pun-           de verdadera patria, de verdadero
to que enlaza con el tema de la violen-             bien común.» (Homilía del 1-4-
cia del cual antes hemos hablado. Para              1978)
él la violencia surge de la injusticia, y
por tanto, sin justicia no puede haber
                                                 2.3. La paz y la justicia: tarea
diálogo auténtico entre las partes en
                                                 primordial de la Iglesia
confrontación3:
                                                 Es por este motivo por lo que él creyó
     «Pero ni siquiera este diálogo servi-       que la paz y el amor entre todos los
     rá para restablecer la paz deseada si       hombres (y pueblos, diría él también
     no se da la firme voluntad de trans-        hoy), nacen de la justicia. Es una tarea
     formar las estructuras injustas de la       primordial de la Iglesia, si quiere ser fiel
     sociedad. Sólo esa transformación           a Jesús. Por esto decía:
     será capaz de eliminar las violencias
     concretas, opresivas, represivas o             «Invocar el nombre del Señor es una
     espontáneas. De otra manera, como              expresión clásica de la Biblia. Quie-
     lo han dicho los obispos latinoame-            re decir no solamente invocarlo con
     ricanos, la violencia se instituciona-         los labios. Quiere decir tomar con-
     liza y por ello sus frutos no se hacen         ciencia de que somos el pueblo de
12
Dios. Quiere decir que en la historia    mósfera social en la que se enmien-
   del hombre está comprometida la          den adecuadamente injusticias evi-
   Iglesia de Dios. Quiere decir invocar    dentes que impiden que los bienes
   el nombre del Señor sobre su pue-        creados lleguen de manera equitati-
   blo, que este pueblo tiene un com-       va a todos, bajo la égida de la jus-
   promiso con ese Dios y que en su         ticia y con la compañía de la cari-
   marcha por la historia, ese pueblo       dad”. Son palabras del Santo Padre
   tiene que dar gloria a Dios no sólo      reconociendo esta triste realidad
   con la expresión de sus buenos sen-      salvadoreña: una atmósfera social
   timientos, sino realizando una socie-    en la que los bienes creados por
   dad que de verdad sea la sociedad de     Dios no llegan a hacer felices a to-
   los hijos de Dios, donde la paz no so-   dos los salvadoreños. Y es necesa-
   lamente sea el equilibrio del temor,     rio que, en un ambiente de justicia
   donde la paz no sea el silencio de los   y de amor fraterno, sintamos que
   cementerios, donde la paz sea la ale-    esta república tan bella, que estas
   gría dinámica de un Dios de paz que,     tierras tan fértiles, que estos cielos
   precisamente por ser un Dios de la       tan lindos de El Salvador, sean ale-
   paz, construye, se desparrama –di-       gría de todos los salvadoreños, que
   ríamos– en bondades, realiza la plu-     todos nos sintamos hermanos cobi-
   riforme maravilla de la creación; y      jados por los dones del mismo Dios
   sus hijos tenemos que hacer lo mis-      para todos.
   mo: una paz que se construye en la
   justicia, en el amor y en la bondad.»    Por eso, hermanos, el “no a la vio-
   (Homilía del 31-12-1977)                 lencia” tiene que estar cimentado
                                            sobre los fundamentos de justicia.
    Y se apoya en palabras de Juan Pa-      En Medellín, los obispos de América
blo II para dar aún más fuerza a su de-     Latina –aprobados por este mismo
fensa de la paz, que se apoya en la jus-    Papa– dijeron que la paz en el con-
ticia, como auténtico antídoto contra la    tinente no será posible mientras no
violencia que estaba destruyendo a su       se construya un orden más justo, que
pueblo:
                                            la paz no es ausencia de guerra, la
   «Como ven, el Papa no cancela el         paz no es miedo de represión, la paz
   pasado, lo recuerda. Pero lo recuer-     no es equilibrio de dos poderes que
   da con una esperanza de que no se        se tienen pavor. La paz es el fruto de
   vuelva a repetir, que busquemos, por     la justicia, la paz será flor de un amor
   el camino de una concordia bien en-      y de una justicia en el ambiente. Sí
   tendida, el superar ese clima de vio-    a la paz –dice el Papa–, sí a Dios, sí
   lencia. Ese “no a la violencia” para     –diríamos nosotros– a la justicia, sí
   1978 tiene que buscarse por esos ca-     al amor, sí a la comprensión de to-
   minos que el Papa acaba de señalar.      dos los salvadoreños. Sólo así ten-
   Y también será –dice el Papa– el ca-     dremos esa afirmación neta de la
   mino para llegar a “construir una at-    paz.» (Homilía del 6-1-1978)
                                                                                 13
2.4. No a una paz alienante                        tengan nada.» (Homilía del 10-9-
                                                   1978)
De todas formas, llama la atención que,
para Mons. Romero, buen seguidor de                «Cuando se le da pan al que tiene
Cristo (cf. Lc 12,51ss), la paz evangéli-          hambre lo llaman a uno santo, pero
ca no excluye un determinado tipo de               si se pregunta por las causas de por
violencia, como mínimo verbal, contra              qué el pueblo tiene hambre, lo lla-
aquellas personas que no quieren la jus-           man comunista, ateísta. Pero hay un
ticia.                                             “ateísmo” más cercano y más peli-
    Y en la línea de los grandes profetas          groso para nuestra Iglesia: el ateís-
de Israel, como Isaías y Amós, denun-              mo del capitalismo cuando los bie-
cia, siguiendo la enseñanza de Jesús de            nes materiales se erigen en ídolos y
Nazaret, un tipo de religión alienante,            sustituyen a Dios.» (Homilía 15-9-
que ignora la opción por los pobres y la           1978)
defensa de los oprimidos. Es un tema
que sale a menudo en sus homilías:
                                                2.5. Fomentar la esperanza
     «Una religión de misa dominical pe-        Por otro lado, me parece que también es
     ro de semanas injustas no le gusta al      un rasgo típico de los profetas que
     Señor. Una religión de mucho rezo          Mons. Romero compartió, que, a la vez
     pero con hipocresías en el corazón,        que denuncian la injusticia, fomentan la
     no es cristiana. Una Iglesia que se        esperanza entre sus oyentes, oprimidos
     instalara sólo para estar bien, para te-   y marginados, recordándoles que Dios,
     ner mucho dinero, mucha comodi-            que los quiere, no los ha abandonado,
     dad, pero que olvidara el reclamo de       aunque humanamente cueste verlo. Esta
     las injusticias, no sería la verdadera     autoestima es importante para poder su-
     Iglesia.» (Homilía del 4-12-1977)          perar los desencantos que la situación
     «Aun cuando se nos llame locos, aun        que viven les puede provocar. Y esta es-
     cuando se nos llame subversivos,           peranza es muy importante para seguir
     comunistas y todos los calificativos       trabajando para cambiar la dura situa-
     que se nos dicen, sabemos que no           ción que están viviendo, confiando en
     hacemos más que predicar el testi-         que “otro mundo es posible”. Dice por
     monio subversivo de las bienaven-          ejemplo en una de sus homilías:
     turanzas, que le han dado vuelta a to-
                                                   «Y habrá una hora en que ya no
     do para proclamar bienaventurados
                                                   haya secuestros y habrá felicidad y
     a los pobres, bienaventurados a los
                                                   podremos salir a nuestras calles y a
     sedientos de justicia.» (Homilía del
                                                   nuestros campos sin miedo de que
     11-5-1978)
                                                   nos torturen y nos secuestren. ¡Ven-
     «Muchos quisieran que el pobre                drá ese tiempo! Canta nuestra can-
     siempre dijera que es “voluntad de            ción: “Yo tengo fe que todo cam-
     Dios” vivir pobre. No es voluntad de          biará”. Ha de cambiar si de veras
     Dios que unos tengan todo y otros no          creemos en la Palabra que salva y
14
en ella ponemos nuestra confianza.            gre derramada y tanto dolor causado
Y, para mí, éste es el honor más              a los familiares de tantas víctimas
grande de la misión que el Señor me           no serán en vano. Es sangre y dolor
ha confiado: estar manteniendo esa            que regará y fecundará nuevas y ca-
esperanza y esa fe en el pueblo de            da vez más numerosas semillas de
Dios.» (Homilía del 2-9-1979)                 salvadoreños, que tomarán concien-
                                              cia de la responsabilidad que tienen
«No desesperemos, no busquemos
                                              de construir una sociedad más justa
soluciones de violencia, no odiemos,
                                              y humana, y que fructificará en la
no matemos. Y repito esto, así clara-
                                              realización de las reformas estructu-
mente, porque ayer supe allá por
                                              rales audaces, urgentes y radicales
Santiago de María, que ya, según al-
                                              que necesita nuestra patria.» (Homi-
gunos amigos míos, yo he cambia-
                                              lía del 27-1-1980)
do, que yo ahora predico la revolu-
ción, el odio, la lucha de clases, que         Mons. Romero, a los pobres campe-
soy comunista. A ustedes les consta        sinos, oprimidos y maltratados, llenos
cuál es el lenguaje de mi predica-         de miedo por todo lo que habían vivido
ción. Un lenguaje que quiere sem-          concretamente en la ocupación de
brar esperanza; que denuncia, sí, las      Aguilares por parte del ejército (asesi-
injusticias de la tierra, los abusos del   natos, torturas, profanación del Santísi-
poder, pero no con odio sino con           mo en la iglesia del pueblo)4, no sólo les
amor, llamando a la conversión.»           dio esperanza, sino que les devolvió la
(Homilía del 6-11-1977)                    autoestima y los animó a seguir luchan-
«Como pastor y como ciudadano              do por sus derechos cuando les dijo, a
salvadoreño, me apena profunda-            ellos que eran personas creyentes, una
mente el que se siga masacrando al         cosa muy sorprendente: “Vosotros sois
sector organizado de nuestro pueblo        la imagen del Divino Traspasado del
sólo por el hecho de salir ordenada-       cual nos ha hablado la primera lectura”
mente a la calle para pedir justicia y     (era una lectura que hablaba del “Siervo
libertad. Estoy seguro que tanta san-      de Yahvé”, de Isaías).




                                                                                  15
3. TESTIMONIO MARTIRIAL DEL PROYECTO DE JESÚS




            Una opción para los pobres, como la que hizo Mons. Romero, obvia-
            mente comporta la persecución por parte de los poderes injustos y
            opresores, que dominaban en aquella época aquel pequeño país cen-
            troamericano.




3.1. Una Iglesia encarnada                   contáramos entre las víctimas tam-
                                             bién a los sacerdotes. Son el testi-
En este contexto impacta ver cómo in-
                                             monio de una Iglesia encarnada en
terpretó Mons. Romero esta persecu-
ción:                                        los problemas del pueblo… La Igle-
                                             sia sufre el destino de los pobres: la
     «Me alegro, hermanos, de que nues-      persecución. Se gloría nuestra Igle-
     tra Iglesia sea perseguida, precisa-    sia de haber mezclado su sangre de
     mente por su opción preferencial por    sacerdotes, de catequistas y de co-
     los pobres y por tratar de encarnarse   munidades con las masacres del
     en el interés de los pobres… Sería      pueblo, y haber llevado siempre la
     triste que en una patria donde se es-   marca de la persecución… Una Igle-
     tá asesinando tan horrorosamente no     sia que no sufre persecución, sino
16
que está disfrutando los privilegios         Él lo comenta también en una de sus
   y el apoyo de la tierra, esa Iglesia       homilías:
   ¡tenga miedo! no es la verdadera
   Iglesia de Jesucristo.»                       «Espero que este llamado de la
                                                 Iglesia no endurezca aún más el co-
    Como Jesús, que fue el primer de-            razón de los oligarcas, sino que los
fensor cristiano de los derechos huma-           mueva a la conversión. Compartan lo
nos y profeta de la justicia (cf. Lc 13,31-      que son y tienen. No sigan callando
33), Mons. Romero recibió amenazas               con la violencia a los que les estamos
de muerte debidas al modo cómo ha-               haciendo esta invitación ni, mucho
blaba de Dios y defendía a los seres hu-         menos, continúen matando a los que
manos oprimidos y empobrecidos, de-              estamos tratando de lograr que haya
nunciando la injusticia que provocaba            una más justa distribución del poder
esta situación. Pero, como Jesús, Mons.          y de las riquezas de nuestro país. Y
Romero no se arrugó y habló del senti-           hablo en primera persona porque es-
do positivo que incluso podía tener su           ta semana me llegó un aviso de que
muerte.                                          estoy yo en la lista de los que van a
                                                 ser eliminados la próxima semana;
                                                 pero que quede constancia de que la
3.2. Hasta el final…                             voz de la justicia nadie la puede ma-
Con motivo de las amenazas tuvo una              tar ya.» (Homilía del 24-2-1980)
conversación con el padre Azcue en el             Pero el testimonio de los numerosos
último retiro antes de su muerte. Y es-       agentes de pastoral, asesinados por el
cribió:                                       ejército y los escuadrones de la muerte,
   «Mi otro temor es acerca de los ries-      por su opción en favor del proyecto de
   gos de mi vida. Me cuesta aceptar          Jesús, por su opción por los pobres, lo
   una muerte violenta que en estas cir-      anima a seguir en la línea que está lle-
   cunstancias es muy posible, incluso        vando, a pesar de que esto pone en pe-
   el Sr. Nuncio de Costa Rica me avi-        ligro su vida:
   só de peligros inminentes para esta           «Aunque me maten, no tengo nece-
   semana. El padre me dio ánimo di-             sidad. Si morimos con la conciencia
   ciéndome que mi disposición debe              tranquila, con el corazón limpio de
   ser dar mi vida por Dios cualquiera           haber producido sólo obras de bon-
   que sea el fin de mi vida. Las cir-           dad, ¿qué me puede hacer la muer-
   cunstancias desconocidas se vivirán           te? Gracias a Dios que tenemos es-
   con la gracia de Dios. Él asistió a los       tos ejemplares de nuestros queridos
   mártires y si es necesario lo sentiré         agentes de pastoral, que compartie-
   muy cerca al entregarle mi último             ron los peligros de nuestra pastoral
   suspiro. Pero que más valioso que el          hasta el riesgo de ser matados. Y yo,
   momento de morir es entregarle to-            cuando celebro la eucaristía con us-
   da la vida y vivir para Él.»                  tedes, los siento a ellos presentes.
                                                                                    17
Cada sacerdote muerto es, para mí,      En esto se pareció una vez más a su
     un nuevo concelebrante en la euca-      Maestro, Jesús (cf. Getsemaní: Mc 14,
     ristía de nuestra arquidiócesis. Y sé   32-42).
     que está así, dándonos el estímulo de       Pero no se arrugó, ni aceptó la pro-
     haber sabido morir sin miedo, por-      tección personal que le ofrecía el presi-
     que llevaban su conciencia compro-      dente de la república5, sino que siguió
     metida con esta ley del Señor: la op-   haciendo, como Jesús, aquello que él
     ción preferencial por los pobres.»      creía que tenía que hacer por fidelidad a
     (Homilía del 2-9-1979)                  Jesús y por amor a su pueblo maltrata-
   Esta decisión valiente de seguir el       do injustamente. Y como Jesús, confió
camino de Jesús, que lo podía llevar a la    que su muerte redundaría en beneficio
muerte, no le evitó, obviamente, que en      de su pueblo y no sería inútil, como se
determinados momentos tuviera miedo,         puede ver gracias a algunos textos de
como lo demuestra su diario personal.        sus homilías.




18
CONCLUSIÓN




          Para Romero, el bien del pueblo, sobre todo el de los más pobres que
          tenían la vida más amenazada, el Reinado de Dios en terminología
          evangélica, era el criterio decisivo que tenía que guiar su actuación y la
          de cualquier persona, en especial la cristiana. Por esto era crítico no
          sólo con las oligarquías políticas y económicas que dominaban el país,
          sino también con las organizaciones populares, cuando con sus erro-
          res, con sus luchas por el poder, perjudicaban al pueblo, sobre todo a
          los más pobres.




Era crítico también con él mismo6 y con        nemos. Porque sería muy triste una
la propia Iglesia, cuando ésta no hacía        Iglesia que se sintiera tan dueña de
una opción por los pobres, auténtica y         la verdad que rechazara todo lo de-
creíble. Por esto dijo el 8-7-1978:            más. Una Iglesia que sólo condena,
                                               una Iglesia que sólo mira pecado en
   «El profeta denuncia también los
                                               los otros y no mira la viga que lleva
   pecados internos de la Iglesia. ¿Y
                                               en el suyo, no es la auténtica Iglesia
   por qué no? Si obispos, Papa, sacer-
                                               de Cristo.»
   dotes, nuncios, religiosas, colegios
   católicos, estamos formados por             Y también dijo el 28-8-1977, expli-
   hombres y los hombres somos peca-       citando qué tipo de Iglesia quería él:
   dores, necesitamos que alguien nos
   sirva de profeta para que nos llame         «Ahora la Iglesia no se apoya en nin-
   a conversión, para que no nos deje          gún poder, en ningún dinero. Hoy la
   instalar una religión como si ya fue-       Iglesia es pobre. Hoy la Iglesia sabe
   ra intocable. La religión necesita          que los poderosos la rechazan, pero
   profetas y gracias a Dios que los te-       que la aman los que sienten en Dios
                                                                                  19
su confianza… Ésta es la Iglesia que         licía, de los cuarteles... Hermanos,
     yo quiero. Una Iglesia que no cuen-          son de nuestro mismo pueblo. Matan
     te con los privilegios y las valías de       a sus mismos hermanos campesinos.
     las cosas de la tierra. Una Iglesia ca-      Y ante una orden de matar que dé un
     da vez más desligada de las cosas te-        hombre, debe prevalecer la ley de
     rrenas, humanas, para poderlas juz-          Dios que dice: “No matar”. Ningún
     gar con mayor libertad desde su              soldado está obligado a obedecer
     perspectiva del Evangelio, desde su          una orden contra la Ley de Dios.
     pobreza.»                                    Una ley inmoral, nadie tiene que
                                                  cumplirla. Ya es tiempo de que re-
    Pero cuando la Iglesia es fiel a Jesús,
entonces es perseguida en un mundo en             cuperen su conciencia, y que obe-
el que acostumbran a dominar los po-              dezcan antes a su conciencia que a
deres egoístas y asesinos. Por eso, para          la orden del pecado. La Iglesia, de-
él la persecución:                                fensora de los derechos de Dios, de
                                                  la Ley de Dios, de la dignidad hu-
     «¡Es la nota histórica de la Iglesia!        mana, de la persona, no puede que-
     Siempre tiene que ser perseguida.            darse callada ante tanta abomina-
     Una doctrina que va contra las in-           ción. Queremos que el gobierno
     moralidades, que predica contra los          tome en serio que de nada sirven las
     abusos, que va siempre predicando            reformas si van teñidas con tanta
     el bien y atacando el mal, es una doc-       sangre. En nombre de Dios y en
     trina puesta por Cristo para santifi-        nombre de este sufrido pueblo, cu-
     car los corazones, para renovar las          yos lamentos suben hasta el cielo
     sociedades. Y naturalmente, cuando
                                                  cada día más tumultuosos, les supli-
     en esa sociedad o en ese corazón hay
                                                  co, les ruego, les ordeno en nombre
     pecado, hay egoísmo, hay podre-
                                                  de Dios: cese la represión.»
     dumbre, hay envidias, hay avaricias,
     pues el pecado salta, como la cule-
     bra cuando tratan de apresarla, y per-    “Resucitaré en el pueblo”
     sigue al que trata de perseguir el mal.
     Por eso, cuando la Iglesia es perse-      La oligarquía salvadoreña y el ejército,
     guida, es señal de que está cum-          apoyado masivamente por el gobierno
     pliendo su misión.» (Homilía 25-11-       de EE.UU., ya no pudieron tolerar más
     1977)                                     estas palabras. Y lo asesinaron. Pero
                                               entonces sucedió que el pueblo salva-
   En cualquier caso, selló su muerte          doreño lo quiso aún más y se sintió más
cuando el domingo antes de que lo ase-         apoyado que nunca en su lucha por li-
sinaran, dijo lo siguiente:                    berarse. Sucedió, lo que ya Mons.
     «Yo quisiera hacer un llamamiento,        Romero había predicho en una de sus
     de manera especial, a los hombres         homilías:
     del ejército. Y en concreto, a las ba-       «He sido frecuentemente amenaza-
     ses de la Guardia Nacional, de la po-        do de muerte. Debo decirles que, co-
20
mo cristiano, no creo en la muerte        sa que la UCA concedió, post mortem,
   sin resurrección. Si me matan, resu-      a Mons. Romero y que expresan bien lo
   citaré en el pueblo salvadoreño. Se       que fue y significa:
   lo digo sin ninguna jactancia, con la
   más grande humildad. Como pastor             «En una sociedad configurada por
   estoy obligado por mandato divino            los poderes de la muerte, él, que era
   a dar la vida por quienes amo, que           promotor de los principios de la vi-
   son todos los salvadoreños, aun por          da, no pudo ser tolerado. Como la de
   aquellos que vayan a asesinarme. Si          su gran maestro Jesús de Nazaret, su
   llegaran a cumplirse las amenazas,           misión pública al frente del arzobis-
   desde ya ofrezco a Dios mi sangre            pado sólo duró tres años. Reunidos
   por la redención y resurrección de El        los poderes de las tinieblas, decidie-
   Salvador. El martirio es una gracia          ron acabar con quien, como en el ca-
   que no creo merecer, pero si Dios            so de Jesús, fue acusado de andar so-
   acepta el sacrificio de mi vida, que         liviantando a la gente desde Galilea
   mi sangre sea semilla de libertad y          hasta Judea, desde Chalatenango
   la señal de que la esperanza será            hasta Morazán. Y lo acallaron de un
   pronto una realidad. Mi muerte, si es        tiro mortal porque el pueblo no hu-
   aceptada por Dios, sea por la libera-        biera permitido que lo crucificaran
   ción de mi pueblo y como un testi-           en público. Sólo así pudieron acallar
   monio de esperanza en el futuro.             al profeta. Pero ya para entonces la
   Pueden decir, si llegasen a matarme,         semilla había fructificado y su voz
   que perdono y bendigo a quienes lo           había sido recogida por miles de gar-
   hagan. Ojalá, se convenzan que per-          gantas que con Monseñor habían re-
   derán su tiempo. Un obispo morirá,           cobrado su voz perdida. Los sin voz
   pero la Iglesia de Dios, que es el pue-      ya tenían voz, la suya y la de
   blo, no perecerá jamás.» (Marzo de           Monseñor. Y al quedar huérfanos,
   1980)                                        podían alcanzar su mayoría de edad
                                                y convertirse así en padre de nuevos
    Y una vez más, Mons. Romero tuvo            hijos, innumerables como las arenas
razón. Ha resucitado en el pueblo de El         del mar. Y es que el asesinado era un
Salvador, que lo sigue queriendo y se           mártir. Lo mataron porque ilumina-
apoya en su testimonio y en sus palabras        ba y denunciaba desde el evangelio
para seguir luchando por un mundo me-           los males del país y a quienes los
jor, en el cual todas las personas puedan       perpetraban, pero murió porque el
vivir humana y dignamente y en el cual          amor de Dios y el amor del pueblo
los Derechos Humanos sean realmente             le estaban pidiendo dar su vida en
respetados.                                     testimonio de lo que creía y de lo que
    Y quiero acabar con unas palabras           practicaba. Por eso resucitó en el
de I. Ellacuría, también él un mártir, que      pueblo por el que había muerto, y
defendió los Derechos Humanos y la              por eso esperó también la resurrec-
justicia, unas palabras que él pronunció        ción cristiana en la que confiaba sin
con motivo del doctorado honoris cau-           asomo de duda.»
                                                                                   21
San Romero de América (Pere Casaldàliga)



     El ángel del Señor anunció en la víspera...
     El corazón de El Salvador marcaba
     24 de marzo y de agonía.
     Tú ofrecías el Pan,
     el Cuerpo Vivo
     –el triturado cuerpo de tu Pueblo;
     Su derramada Sangre victoriosa
     –¡la sangre campesina de tu Pueblo en masacre
     que ha de teñir en vinos de alegría la aurora conjurada!
     El ángel del Señor anunció en la víspera,
     y el Verbo se hizo muerte, otra vez, en tu muerte;
     como se hace muerte, cada día, en la carne desnuda de tu Pueblo.
     ¡Y se hizo vida nueva
     en nuestra vieja Iglesia!
     Estamos otra vez en pie de testimonio,
     ¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro!
     Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra.
     Romero en flor morada de la esperanza incólume de todo el Continente.
     Romero de la Pascua Latinoamericana.
     Pobre pastor glorioso, asesinado a sueldo, a dólar, a divisa.
     Como Jesús, por orden del Imperio.
     ¡Pobre pastor glorioso,
     abandonado
     por tus propios hermanos de báculo y de Mesa...!
     (Las curias no podían entenderte:
     ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo).
     Tu pobrería sí te acompañaba,
     en desespero fiel,
     pasto y rebaño, a un tiempo, de tu misión profética.
     El Pueblo te hizo santo.
     La hora de tu Pueblo te consagró en el kairós.
     Los pobres te enseñaron a leer el Evangelio.



22
Como un hermano herido por tanta muerte hermana,
tú sabías llorar, solo, en el Huerto.
Sabías tener miedo, como un hombre en combate.
¡Pero sabías dar a tu palabra, libre, su timbre de campana!
Y supiste beber el doble cáliz del Altar y del Pueblo,
con una sola mano consagrada al servicio.
América Latina ya te ha puesto en su gloria de Bernini
en la espuma aureola de sus mares,
en el dosel airado de los Andes alertos,
en la canción de todos sus caminos,
en el calvario nuevo de todas sus prisiones,
de todas sus trincheras,
de todos sus altares...
¡En el ara segura del corazón insomne de sus hijos!
San Romero de América, pastor y mártir nuestro:
¡nadie hará callar tu última homilía!




                                                              23
NOTAS



1. De todos modos, en América Latina ha habido            al venir, finalmente –porque quise estar con
    una serie de obispos que se han distinguido           ustedes desde el principio y no se me permi-
    por su opción por los pobres y su denuncia de         tió–, hermanos, y les traigo la palabra que
    la injusticia. Recuerdo unos cuantos: Helder          Cristo me manda decirles: una palabra de soli-
    Cámara y Pere Casaldàliga, en Brasil; Leóni-          daridad, una palabra de ánimo y de orienta-
    das Proaño, en Ecuador; don Sergio Méndez             ción y, finalmente, una palabra de conver-
    Arceo, en Chiapas; y los obispos que han              sión».
    muerto asesinados, como Enrique Angelelli,       5. Públicamente le dijo en sus homilías: «quiero
    en Argentina; Juan Gerardi, en Guatemala;             decirle que antes de mi seguridad personal yo
    Joaquín Ramos, en El Salvador, y Gerardo Va-          quisiera seguridad y tranquilidad para 108
    lencia, en Colombia.                                  familias y desaparecidos… El pastor no quie-
2. La edición crítica (editada por Miguel Cavada)         re seguridad mientras no se la den a su reba-
    de los sermones de Mons. Romero, en los               ño».
    años durante los cuales fue arzobispo de San     6. El 21-8-1977 dijo: «Yo, que les estoy hablando,
    Salvador, ha sido publicada en 6 volúmenes            necesito convertirme continuamente. El peca-
    con el título: Homilías de Monseñor Oscar A.          dor, el religioso, la religiosa, el colegio católi-
    Romero, San Salvador, UCA editores 2005-              co, la parroquia, el párroco, la comunidad, la
    2009.                                                 Iglesia, pues, tiene que convertirse a lo que
3. La confrontación que se desencadenó en El              Dios quiere en este momento de la historia de
    Salvador hacía diez años que persistía cuando         El Salvador. Si uno vive en un cristianismo
    Romero fue asesinado                                  que es muy bueno, pero que no encaja con
4. En su sermón en Aguilares el 19-6-1977 dijo:           nuestro tiempo, que no denuncia las injusticia,
    «A mí me toca ir recogiendo atropellos, cadá-         que no proclama el reino de Dios con valentía,
    veres y todo eso que va dejando la persecución        que no rechaza el pecado de los hombres, que
    de la Iglesia. Hoy me toca venir a recoger, en        consiente por estar bien con ciertas clases, los
    esta iglesia, en este convento profanado, un          pecados de esas clases, no está cumpliendo su
    sagrario destruido y sobre todo un pueblo             deber, está pecando, está traicionando su
    humillado, sacrificado indignamente. Por eso,         misión».




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Romero, un defensor profético de los DDHH - Xavier Alegre

  • 1. MONS. OSCAR A. ROMERO, UN DEFENSOR PROFÉTICO DE LOS DERECHOS HUMANOS Xavier Alegre, s.j. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 3 1. DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS ............................................................. 4 2. PROFETA DE LA JUSTICIA .......................................................................................... 11 3. TESTIMONIO MARTIRIAL DEL PROYECTO DE JESÚS ............................................ 16 CONCLUSIÓN .......................................................................................................... 19 NOTAS ................................................................................................................................. 24
  • 2. Este texto recoge el contenido de la conferencia que Xavier Alegre pronunció en Barcelona, el 13 de diciembre de 2010 con motivo del 30 aniversario de la muerte de Monseñor Romero. La conferencia estuvo organizada por Cristianisme i Justícia y Justícia i Pau. Xavier Alegre, sj. es profesor de Nuevo Testamento en la Facultat de Teologia de Catalunya y en la UCA de San Salvador. Miembro de Cristianisme i Justícia. Edita CRISTIANISME I JUSTÍCIA • Roger de Llúria, 13 - 08010 Barcelona • Tel: 93 317 23 38 • Fax: 93 317 10 94 • info@fespinal.com • Febrero 2011 La Fundación Lluís Espinal le comunica que sus datos proceden de nuestro archivo histórico perteneciente a nuestro fichero de nombre BDGACIJ inscrito con el código 2061280639. Para ejercitar los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición pueden dirigirse a la calle Roger de Llúria, 13 de Barcelona.
  • 3. INTRODUCCIÓN Este año celebramos el 30 aniversario del asesinato de Mons. Romero. Recordarlo a él es querer recordar a las numerosas personas que, en El Salvador y en todo el mundo, sellaron con su sangre su compromi- so generoso en favor de las personas empobrecidas y oprimidas y en la defensa de los derechos humanos. Es “poner a producir”, como diría Jon Sobrino, “la memoria de los mártires”, el legado que estas perso- nas extraordinarias nos dejaron. Mons. Romero fue un profeta de la justicia y un defensor de los Derechos Humanos, que libró su vida por amor a su pueblo, El Salvador, y por fidelidad al proyecto de Jesús, el Reinado de Dios. Dos amores, el del pueblo y el de Jesús, que para él estaban íntimamente entrelazados. Así pues, ¿qué vale la pena que recordemos en el año en el que con- memoramos el aniversario de su asesinato? De Mons. Romero impacta tanto la talla extraordinaria del personaje en medio de la situación durísima que vivió El Salvador, sobre todo en los tres últimos años de su vida, como impresiona también la generosidad con la que estuvo dispuesto a entregar su vida, antes que callar ante la violación de los derechos humanos que estaba sufriendo su pueblo. De ahí el impresionante amor que la gente de su pueblo –y mucha gente en el mundo–, le sigue teniendo, a pesar de los años transcurri- dos desde su muerte. En la conmemoración de su aniversario que tuvo lugar en El Salvador en el mes de marzo, participaron desde la gente más sencilla hasta el presidente del país. Éste inauguró en el aero- puerto un mural dedicado a Romero y participó en la marcha desde la Plaza Salvador del Mundo hasta la catedral, donde se celebró una eucaristía y una vigilia festiva durante la noche. Mons. Romero sigue bien vivo en la conciencia de su pueblo y es una fuente de esperanza en unos tiempos que siguen siendo difíciles. Sin embargo, más que dar grandes explicaciones sobre su figura, lo que me propongo en estas líneas es dejar resonar su voz, porque fue una voz lúcida e impactante, que en su manera de vivir y de hablar sigue siendo profundamente actual. 3
  • 4. 1. DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS Mons. Romero fue un precursor en la lucha y defensa de los Derechos Humanos, en América Latina. Durante mucho tiempo, a la Oficina del Arzobispado de San Salvador acudía muchísima gente para denunciar a Mons. Romero las diferentes violaciones de los derechos humanos que habían sufrido. Mons. Romero los escuchaba y creó la Oficina de Socorro Jurídico, más tarde la Oficina de Tutela Legal, para que inves- tigase la certeza de los hechos y así poder defender a la gente más pobre. A pesar de estar muy en consonancia 1.1. Ante una situación de con el mensaje del Evangelio de Jesús injusticia (a fin de cuentas, a Jesús lo mataron Es verdad que a Mons. Romero le tocó también porque defendía la vida, los de- vivir la situación de El Salvador, que era rechos de las personas empobrecidas y especialmente crítica por las continuas marginadas de su pueblo y porque de- y terribles violaciones de los derechos nunciaba la injusticia de los opresores), humanos que la mayoría empobrecida aun resulta extraño que un obispo des- de aquel país estaba sufriendo. La in- taque precisamente por su defensa de justicia, que había llevado a que las lla- los derechos humanos1. Mons. Romero madas “catorce familias” poseyeran la se destacó de manera extraordinaria en mayor parte de las tierras y de la rique- este aspecto. za del país, condenando al empobreci- 4
  • 5. miento y al hambre a las mayorías po- bien de talante conservador, que no sim- pulares del país, se había agravado en patizaba para nada con la denominada los años en los cuales a Mons. Romero “teología de la liberación”. Los oligar- le tocó ser, primero, obispo auxiliar y cas de El Salvador confiaban que, con después, arzobispo de San Salvador. su talante espiritualista, contribuiría a la No era una situación especialmente alienación del pueblo oprimido y con- nueva. De hecho, ya en el año 1932, tu- trolaría los espíritus críticos y compro- vo lugar una represión terrible por par- metidos socialmente de su archidióce- te del ejército de El Salvador, que en un sis, tanto sacerdotes como laicos. Y en mes mató 32.000 campesinos, muchos sus inicios así fue. de ellos indígenas, que se habían suble- vado contra la situación, económica- mente injusta, de empobrecimiento, de 1.2. La “conversión” explotación y de marginación que esta- Pero la muerte del jesuita Rutilio Gran- ban sufriendo. de, amigo personal del arzobispo, el 12 En la década de los 70, la inquietud de marzo de 1977, el primer sacerdote volvía a ser muy importante y los gran- que fue asesinado en El Salvador, lo sa- des terratenientes, con la ayuda de los di- cudió espiritualmente, cuando acababa ferentes gobiernos, del ejército y de los de empezar su servicio como arzobispo paramilitares, estaban llevando a cabo de San Salvador. Y le abrió los ojos del una escalada de la violencia represiva corazón y de la fe para poder ver la rea- para intentar controlar y vencer definiti- lidad empobrecida y violentada de su vamente las protestas. Los escuadrones pueblo con los ojos de Dios. Es un Dios de la muerte hacían auténticas atrocida- que, como nos enseña la Biblia, escucha des para asustar a la gente empobrecida el clamor del pueblo y lo quiere liberar y marginada, minando así su resistencia. a través de sus profetas (cf. Ex 3), para En un principio, en las décadas de construir un pueblo que, por su manera 1960 y 1970, las mayorías empobreci- de vivir, muestre a todos los pueblos de das del “Pulgarcito” de América Latina la tierra que “otro mundo es posible”, un habían podido contar con la simpatía y mundo en el cual no hay pobres porque un cierto soporte por parte del arzobis- todo el mundo comparte (Dt 15,4). El po de San Salvador, Mons. Luis Chá- asesinato de Rutilio, del campesino Don vez, que tenía una gran sensibilidad so- Manuel y del niño Nelson provocó lo cial, hecho que nunca había gustado a la que se ha llamado la “conversión” de oligarquía salvadoreña. Por esta razón Mons. Romero (en la misma línea en la las minorías dominantes habían saluda- que se habla y se entiende la conversión do con alegría que Mons. Chávez, al ju- de Pablo). Y provocó que comenzara a bilarse, fuese sustituido por Mons. poner signos proféticos de lo que sería, Romero, y no por Mons. Rivera, obispo desde aquel momento, su servicio como auxiliar, de talante más crítico, ya que arzobispo. Me refiero a la “misa única”: Mons. Romero era un hombre bueno, se suprimieron las otras misas en la ar- humano, piadoso y sencillo, pero más chidiócesis el domingo en que se cele- 5
  • 6. bró el funeral de Rutilio, Manuel y Nel- no sólo los quería, sino que era también son, para que todo el mundo pudiera liberador. E hizo formulaciones tan ilu- participar, aunque fuese por radio, en la minadoras como la de que “la gloria de misa que él mismo celebró. Esta de- Dios es que el pobre viva”. cisión provocó grandes críticas por par- Se le acusó entonces de traicionar su te de los cristianos más conservadores servicio episcopal, metiéndose en polí- y del nuncio del Vaticano, quien alega- tica. Pero él defendió su manera de ac- ba que celebrar sólo una misa en do- tuar, mostrando que su defensa de los mingo iba en contra del derecho canó- pobres y su denuncia de las violaciones nico. de los derechos humanos y de la injus- ticia de los ricos y poderosos, estaba en sintonía con el evangelio, el Vaticano II 1.3. Oposición creciente de y los documentos de Medellín y Puebla. la oligarquía A modo de ejemplo cito un fragmento Este cambio de actitud le comportó la de uno de sus sermones (5-3-1978): oposición creciente de la oligarquía del «La Iglesia no pretende poder polí- país, que veía amenazados sus privile- tico ni basa su acción pastoral sobre gios por las acciones y las palabras pun- el poder político ni entra en juego de zantes del arzobispo. Pero él, lo que pre- los diferentes partidos políticos ni se tendía era defender, sobre todo, la vida, identifica con ningún partido políti- máximo valor humano y divino. Lo for- co. Pero la Iglesia tiene que decir su muló claramente en el sermón que hizo palabra autorizada aun en problemas el 16-3-19802: que guardan conexión con el orden «Éste es el pensamiento fundamen- público ‘cuando lo exigen los dere- tal de mi predicación: nada me im- chos fundamentales de la persona porta tanto como la vida humana. Es humana o la salvación de las almas’. algo tan serio y tan profundo, más Todo esto es del Concilio. La Iglesia, que la violación de cualquier otro pues, defiende los derechos huma- derecho humano, porque es vida de nos de todos los ciudadanos, debe los hijos de Dios y porque esa san- sostener con preferencia a los más gre no hace sino negar el amor, des- pobres, débiles y marginados; pro- pertar nuevos odios, hacer imposible mover el desarrollo de la persona hu- la reconciliación y la paz. Lo que mana, ser la conciencia crítica de la más se necesita hoy aquí es un alto sociedad. La Iglesia tiene que ser la a la represión.» conciencia crítica de la sociedad, formar también la conciencia cris- En cualquier caso, es evidente que tiana de los creyentes y trabajar por Mons. Romero, inspirándose en el la causa de la justicia y de la paz.» Evangelio y en los documentos de Medellín y Puebla, hizo una opción Y en otra homilía, que hizo precisa- muy clara por los pobres. Se encarnó en mente el 23-3-1980, la vigilia de su ase- medio de ellos. Les predicó un Dios que sinato, dijo: 6
  • 7. «Ya sé que hay muchos que se es- derechos humanos, confrontaba con el candalizan de esta palabra y quieren equipo que lo asesoraba en los temas de acusarla de que ha dejado la predi- las violaciones de los derechos huma- cación del Evangelio para meterse nos, la veracidad de los hechos y la ma- en política; pero no acepto yo esta nera de hacer las denuncias. En cuanto acusación, sino que hago un esfuer- a la acusación de que fomentaba la vio- zo para que todo lo que nos ha que- lencia, dijo, entre otras cosas: rido impulsar el Concilio Vaticano II, la reunión de Medellín y de «La violencia no la está sembrando Puebla, no sólo lo tengamos en las la Iglesia, la violencia la están sem- páginas y los estudiemos teórica- brando las situaciones injustas, la si- mente, sino que lo vivamos y lo tra- tuación de instituciones y leyes in- duzcamos en esta conflictiva reali- justas que solamente favorecen a un dad de predicar como se debe el sector y no tienen en cuenta el bien Evangelio para nuestro pueblo. Por común de la mayoría. Y aquí la eso, le pido al Señor, durante toda la Iglesia no se podrá callar porque es semana, mientras voy recogiendo el un derecho evangélico que la asiste clamor del pueblo y el dolor de tan- y un deber hacia el Padre de todos to crimen, la ignominia de tanta vio- los hombres, que la obliga a recla- lencia, que me dé la palabra oportu- mar a los hombres la fraternidad.» na para consolar, para denunciar, (Homilía del 1-4-1978). para llamar al arrepentimiento y, Y más de un año después, decía en aunque siga siendo una voz que cla- una homilía el 12-8-1979: ma en el desierto, sé que la Iglesia está haciendo el esfuerzo por cum- «Cuando Cristo nos dice en la se- plir con su misión.» gunda lectura de hoy: “Amad como Y le acusan, también, de estar fo- Cristo se entregó por vosotros”. Así mentando la violencia en el país. Él se se ama. La única violencia que ad- defiende de la acusación injusta en sus mite el Evangelio es la que uno se homilías, retransmitidas por radio. En hace a sí mismo. Cuando Cristo se ellas, hacía de portavoz de aquellos que deja matar, esa es la violencia, dejar- no tenían voz en el país, denunciando se matar. La violencia en uno es más las violaciones de los derechos huma- eficaz que la violencia en otros. Es nos que habían sucedido la semana an- muy fácil matar, sobre todo cuando terior, y procurando iluminar, desde el se tienen armas, pero ¡qué difícil es Evangelio y las lecturas leídas durante dejarse matar por amor al pueblo!» la eucaristía, lo que estaba sucediendo Y en la homilía del 15-7-1977 había en el país. En este punto conviene tener dicho: presente que, para poder hacer las de- nuncias con fundamento, aparte de reci- «¡Qué hermosa será la hora en que bir y de escuchar a las personas que ha- todos los salvadoreños en vez de bían sufrido alguna violación de los desconfiar unos de otros, en vez de 7
  • 8. ver en la Iglesia una emisaria de la como Pablo (Rm 12,21), Romero esta- subversión, vean en ella la mensaje- ba convencido de que se tiene que ven- ra de Dios, la ciudad de Dios que ba- cer el mal con el bien. ja para darle santidad a los hombres, Pero esto no le impidió que fuese para liberarlos de resentimientos, de consciente de que era el egoísmo y el odios, para quitar de sus manos ar- afán de querer tener cada vez más, la mas homicidas! No tendríamos que idolatría del dinero, lo que provocaba lamentar historias tan tristes como el las violaciones de los derechos huma- saldo que nos deja esta semana: un nos y los sufrimientos innecesarios de canciller asesinado, un sacerdote las mayorías empobrecidas de su pue- acribillado a balazos en su propia ca- blo. Y que había que denunciarlo y lla- sa, un niño que no tiene culpa tam- mar a la conversión a los ricos que no bién con los sesos echados afuera querían compartir. En esto fue también por la bala homicida. El odio, la cam- muy fiel a Jesús, quien proclamó pro- paña difamatoria, como si la Iglesia gramáticamente que no se puede servir tuviera la culpa de todo ese desor- a Dios y al dinero a la vez (Lc 16,13; den. ¿No son más culpables los que Mc 10,25). Para Romero, la idolatría del escriben esas páginas tendenciosas? dinero es el cáncer de las buenas rela- ¿No están poniendo armas en las ma- ciones interhumanas y la causa principal nos aquellos que por la colonia Es- del sufrimiento innecesario de las ma- calón regaron la hojita de estos días: yorías empobrecidas de nuestro mundo. “Haz patria, mata un cura”? Esto es En cualquier caso, la paz que él provocar. ¡A esto no se le llama sub- siempre quiso buscar, no puede ser la versión! Se parece a los tiempos de paz del cementerio, o una paz que no se Hitler –decía nuestra radio ayer– en que se decía: “Haz patria, mata un fundamente en la justicia. Un texto de judío”. Hoy es el sacerdote el estor- una de sus homilías muestra bien esta bo, es la causa de todos los males.» unión necesaria que veía él entre el amor, la paz y la justicia: 1.4. Una denuncia basada en el «Hermanos, sí de verdad lo somos, amor, la paz y la justicia ¡hermanos!, trabajemos por cons- truir un amor y una paz –pero no una Creo, por otro lado, que es un rasgo es- paz y un amor superficiales, de sen- pecífico muy cristiano de la actuación timientos, de apariencias–, un amor de Mons. Romero, que su defensa de los y una paz que tiene sus raíces pro- pobres y oprimidos, sus denuncias de fundas en la justicia. Sin justicia no las violaciones de los derechos huma- hay amor verdadero, sin justicia no nos, nunca surgieron del odio, ni lo qui- hay la verdadera paz. He aquí, pues, sieron fomentar. Todo lo contrario, es- que si queremos seguir la vertiente taba realmente apasionado por fomentar del bien que nos hace solidarios con el amor entre todos sus diocesanos y en- Cristo, tratemos de matar en el cora- tre todos los salvadoreños, puesto que, zón los malos instintos que llevan a 8
  • 9. estas violencias y a estos crímenes do: estoy con todos, abierto al diálo- y tratemos de sembrar en nuestro go con todos, dispuesto a corregir propio corazón, y en el corazón de mis errores, de cualquier sector que todos aquellos con quienes compar- me vengan a platicar. Los amo a to- timos la vida, el amor, la paz, pero dos y es mi misión amarlos para sal- una paz y un amor con la base de la varlos.» (Homilía del 8-5-1977) justicia.» (Misa exequial por Raúl Molina Cañas, el 14-11-1977) Por esto también pidió a las oligar- quías que no lo consideraran su enemi- «Sería una locura pretender que go, puesto que lo único que quería con esta catedral llena salga de aquí en sus duras críticas es que fueran sensibles una manifestación de odio y de vio- al sufrimiento de los empobrecidos de lencia. Al contrario, yo creo que el su pueblo: atractivo de la predicación de hoy es porque se predica el verdadero amor, «Un llamamiento a la oligarquía. el perdón, la justicia, la paz. Pero no Les repito lo que dije la otra vez: “no una paz ganada con represión, una me consideren juez ni enemigo”. paz que no es de cementerios, una Soy simplemente el pastor, el her- paz que se construye sólida sobre las mano, el amigo de este pueblo, que bases de la justicia y del amor. Por sabe de sus sufrimientos, de sus eso decimos que la paz que aquí pre- hambres, de sus angustias; y, en dicamos es la paz de Cristo, de la que nombre de esas voces, yo levanto mi Él dijo que siembra división. La paz voz para decir: “no idolatren sus verdadera también siembra división riquezas, no las salven de manera porque no todos comprenden la pro- que dejen morir de hambre a los de- fundidad de justicia donde están las más; compartir para ser felices”. raíces de la paz y sólo quisieran una El cardenal Lorscheider me dijo una predicación muelle, suavecita, que comparación muy pintoresca: “Hay no ofenda y que predique una paz que saber quitarse los anillos para falsa.» (Homilía del 9-4-1978) que no le quiten los dedos”. Creo que es una expresión bien inteligi- Pero él, en cualquier caso, quiso ser ble. El que no quiere soltar los ani- el arzobispo de todo el mundo, también llos se expone a que le corten la ma- de los ricos, sin marginar a nadie, pero no; y el que no quiere dar por amor siendo auténtico testimonio de la verdad y por justicia social se impone a que del Evangelio: se lo arrebaten por la violencia.» «También quiero que quede bien (Homilía del 6-1-1980) claro esto, hermanos, porque alguno ha dicho que el nuevo arzobispo no 1.5. Apoyo crítico a las quiere ser obispo de los ricos, sino organizaciones populares de los pobres. Es mentira. Pertenece a la campaña difamatoria esa frase. Los oligarcas, por desgracia, no le qui- Desde el principio todos me han oí- sieron escuchar. Pero la historia le dio la 9
  • 10. razón. Por otro lado, tiene una postura Popular Revolucionario que soy. muy serena y matizada ante la violencia ¡Nunca! Estoy diciendo que, preci- que como respuesta están provocando samente, estas referencias a la tras- las organizaciones populares: cendencia son para excitar más la «He aquí precisamente lo que la promoción de lo histórico, de lo so- Iglesia señala en todo nuestro conti- cial, de lo económico, de lo político. nente: los terrorismos, los brotes de Y estoy diciendo que Dios no sólo violencia, la Iglesia no los puede ha hecho el cielo después de la aprobar; pero tampoco puede repro- muerte para el hombre, sino que ha barlos sin un análisis profundo de hecho esta tierra también para todos dónde proceden. Mientras una vio- los hombres. ¡Esto no es predicar el lencia institucionalizada, privilegia- opio!» (Homilía del 9-9-1979) da, trate de reprimir las aspiraciones justas de un sector, siempre estarán Esto le llevó a dar su apoyo, pero un las semillas de la violencia entre apoyo crítico, a las organizaciones po- nosotros. Por eso, mientras no se ha- pulares: ga efectivo un nuevo modo de vivir, «Siento, como pastor, que tengo un no tendremos paz ni unidad ni co- deber para con las organizaciones munión entre los salvadoreños.» políticas populares. Aun cuando (Homilía del 19-2-1978). ellas desconfíen de mí, mi deber es Quisiera hacer notar también, por defender su derecho de organiza- otro lado, que con su implicación en ción, apoyar todo lo justo de sus rei- la defensa de los derechos humanos, vindicaciones; pero así, también, sobre todo de aquellas personas que te- quiero mantener mi autonomía para nían la vida más amenazada y disfruta- criticar todos sus abusos de organi- ban de menos derechos, Romero quería zación, para delatar y denunciar to- corregir un tipo de espiritualismo cris- do aquello que ya significa una ido- tiano que, con razón, ha sido acusado latría de la organización; y llamarles, de ser un “opio del pueblo”. Para él, el en cambio, a un diálogo en el que Reinado de Dios no se refiere sólo al busquemos entre todos. Las fuerzas otro mundo, sino que implica un com- organizadas son poderosas en una promiso en la transformación de este sociedad y lo pueden todo cuando mundo, de manera que se vea que “otro son capaces de dialogar, pero tam- mundo es posible”. Lo dice bien claro bién disminuyen las fuerzas cuando en una de sus homilías: son fanáticas y no quieren más que «Porque yo no quiero ser opio, co- su propia voz.» (Homilía del 16-12- mo alguien ha dicho, en el Bloque 1979) 10
  • 11. 2. PROFETA DE LA JUSTICIA Como ya habían defendido los grandes profetas de Israel, para Mons. Romero no puede haber una auténtica paz si ésta no nace de la justi- cia. Reflexionó mucho sobre la injusticia que dominaba este mundo, y, de manera especial, en su país. Y llegó a la conclusión de que la raíz más honda de la injusticia era la idolatría del dinero, causante de los principales males de El Salvador. 2.1. La idolatría del dinero que se margina y duerme un confor- mismo enfermizo, pecaminoso, o Y se atrevió a denunciar esta idolatría del que se aprovecha de ese ador- con palabras muy claras: mecimiento del pueblo para abusar «Yo denuncio, sobre todo, la absolu- y acaparar económicamente, políti- tización de la riqueza. Éste es el gran camente, y marginar una inmensa mal de El Salvador: la riqueza, la mayoría del pueblo. Esta es la voz de propiedad privada como un absolu- la Iglesia, hermanos. Y mientras no to intocable. ¡Y ay del que toque ese se la deje libertad de clamar estas alambre de alta tensión! Se quema.» verdades de su Evangelio, hay per- secución. Y se trata de cosas sustan- Dijo también el 24-7-1977: ciales, no de cosas de poca impor- tancia. Es cuestión de vida o muerte «La Iglesia no puede callar ante esas para el reino de Dios en esta tierra.» injusticias del orden económico, del orden político, del orden social. Si En esta lucha por la justicia, Mons. callara, la Iglesia sería cómplice del Romero se sentía en sintonía profunda 11
  • 12. con todas las personas, cristianas o no, esperar. La Iglesia cree en la paz; pe- que trabajaban por un mundo más jus- ro sabe muy bien que la paz no es ni to. Lo subrayó en una homilía, el 3-12- la ausencia de violencia, ni se consi- 1978: gue con la violencia represiva. La verdadera paz sólo se logra como «La Iglesia está cerca de todo hom- fruto de la justicia. Queremos creer bre que lucha por la justicia, de todo que ningún hombre ni ningún salva- hombre que busca reivindicaciones doreño de buena voluntad quiere la justas en un ambiente injusto, y que violencia o las luchas entre herma- trabaja por el reino de Dios, sea o no nos campesinos, los operativos mili- cristiano. La Iglesia no abarca todo tares. Pero el combatirla de verdad el reino de Dios. El reino de Dios es ponerse a trabajar en la tarea ur- está más allá de las fronteras de la gente, larga y dura de compartir jus- Iglesia y, por lo tanto, la Iglesia apre- tamente entre todos los salvadoreños cia todo aquello que sintoniza con su la riqueza de nuestro país y de nues- lucha por implantar el reino de Dios. tros hombres y mujeres. Una Iglesia que trata solamente de conservarse pura, incontaminada, Esto no es comunismo; esto es jus- eso no sería Iglesia de servicio de ticia cristiana. Y señalar las raíces de Dios a los hombres.» la violencia no es sembrar violencia, sino señalar las fuentes de la violen- cia y exigir a quienes pueden cam- 2.2. Injusticia y violencia biar, que cambien, que se vea un pa- Al desarrollar este segundo punto, “Ro- so positivo hacia una construcción mero profeta de la justicia”, hay un pun- de verdadera patria, de verdadero to que enlaza con el tema de la violen- bien común.» (Homilía del 1-4- cia del cual antes hemos hablado. Para 1978) él la violencia surge de la injusticia, y por tanto, sin justicia no puede haber 2.3. La paz y la justicia: tarea diálogo auténtico entre las partes en primordial de la Iglesia confrontación3: Es por este motivo por lo que él creyó «Pero ni siquiera este diálogo servi- que la paz y el amor entre todos los rá para restablecer la paz deseada si hombres (y pueblos, diría él también no se da la firme voluntad de trans- hoy), nacen de la justicia. Es una tarea formar las estructuras injustas de la primordial de la Iglesia, si quiere ser fiel sociedad. Sólo esa transformación a Jesús. Por esto decía: será capaz de eliminar las violencias concretas, opresivas, represivas o «Invocar el nombre del Señor es una espontáneas. De otra manera, como expresión clásica de la Biblia. Quie- lo han dicho los obispos latinoame- re decir no solamente invocarlo con ricanos, la violencia se instituciona- los labios. Quiere decir tomar con- liza y por ello sus frutos no se hacen ciencia de que somos el pueblo de 12
  • 13. Dios. Quiere decir que en la historia mósfera social en la que se enmien- del hombre está comprometida la den adecuadamente injusticias evi- Iglesia de Dios. Quiere decir invocar dentes que impiden que los bienes el nombre del Señor sobre su pue- creados lleguen de manera equitati- blo, que este pueblo tiene un com- va a todos, bajo la égida de la jus- promiso con ese Dios y que en su ticia y con la compañía de la cari- marcha por la historia, ese pueblo dad”. Son palabras del Santo Padre tiene que dar gloria a Dios no sólo reconociendo esta triste realidad con la expresión de sus buenos sen- salvadoreña: una atmósfera social timientos, sino realizando una socie- en la que los bienes creados por dad que de verdad sea la sociedad de Dios no llegan a hacer felices a to- los hijos de Dios, donde la paz no so- dos los salvadoreños. Y es necesa- lamente sea el equilibrio del temor, rio que, en un ambiente de justicia donde la paz no sea el silencio de los y de amor fraterno, sintamos que cementerios, donde la paz sea la ale- esta república tan bella, que estas gría dinámica de un Dios de paz que, tierras tan fértiles, que estos cielos precisamente por ser un Dios de la tan lindos de El Salvador, sean ale- paz, construye, se desparrama –di- gría de todos los salvadoreños, que ríamos– en bondades, realiza la plu- todos nos sintamos hermanos cobi- riforme maravilla de la creación; y jados por los dones del mismo Dios sus hijos tenemos que hacer lo mis- para todos. mo: una paz que se construye en la justicia, en el amor y en la bondad.» Por eso, hermanos, el “no a la vio- (Homilía del 31-12-1977) lencia” tiene que estar cimentado sobre los fundamentos de justicia. Y se apoya en palabras de Juan Pa- En Medellín, los obispos de América blo II para dar aún más fuerza a su de- Latina –aprobados por este mismo fensa de la paz, que se apoya en la jus- Papa– dijeron que la paz en el con- ticia, como auténtico antídoto contra la tinente no será posible mientras no violencia que estaba destruyendo a su se construya un orden más justo, que pueblo: la paz no es ausencia de guerra, la «Como ven, el Papa no cancela el paz no es miedo de represión, la paz pasado, lo recuerda. Pero lo recuer- no es equilibrio de dos poderes que da con una esperanza de que no se se tienen pavor. La paz es el fruto de vuelva a repetir, que busquemos, por la justicia, la paz será flor de un amor el camino de una concordia bien en- y de una justicia en el ambiente. Sí tendida, el superar ese clima de vio- a la paz –dice el Papa–, sí a Dios, sí lencia. Ese “no a la violencia” para –diríamos nosotros– a la justicia, sí 1978 tiene que buscarse por esos ca- al amor, sí a la comprensión de to- minos que el Papa acaba de señalar. dos los salvadoreños. Sólo así ten- Y también será –dice el Papa– el ca- dremos esa afirmación neta de la mino para llegar a “construir una at- paz.» (Homilía del 6-1-1978) 13
  • 14. 2.4. No a una paz alienante tengan nada.» (Homilía del 10-9- 1978) De todas formas, llama la atención que, para Mons. Romero, buen seguidor de «Cuando se le da pan al que tiene Cristo (cf. Lc 12,51ss), la paz evangéli- hambre lo llaman a uno santo, pero ca no excluye un determinado tipo de si se pregunta por las causas de por violencia, como mínimo verbal, contra qué el pueblo tiene hambre, lo lla- aquellas personas que no quieren la jus- man comunista, ateísta. Pero hay un ticia. “ateísmo” más cercano y más peli- Y en la línea de los grandes profetas groso para nuestra Iglesia: el ateís- de Israel, como Isaías y Amós, denun- mo del capitalismo cuando los bie- cia, siguiendo la enseñanza de Jesús de nes materiales se erigen en ídolos y Nazaret, un tipo de religión alienante, sustituyen a Dios.» (Homilía 15-9- que ignora la opción por los pobres y la 1978) defensa de los oprimidos. Es un tema que sale a menudo en sus homilías: 2.5. Fomentar la esperanza «Una religión de misa dominical pe- Por otro lado, me parece que también es ro de semanas injustas no le gusta al un rasgo típico de los profetas que Señor. Una religión de mucho rezo Mons. Romero compartió, que, a la vez pero con hipocresías en el corazón, que denuncian la injusticia, fomentan la no es cristiana. Una Iglesia que se esperanza entre sus oyentes, oprimidos instalara sólo para estar bien, para te- y marginados, recordándoles que Dios, ner mucho dinero, mucha comodi- que los quiere, no los ha abandonado, dad, pero que olvidara el reclamo de aunque humanamente cueste verlo. Esta las injusticias, no sería la verdadera autoestima es importante para poder su- Iglesia.» (Homilía del 4-12-1977) perar los desencantos que la situación «Aun cuando se nos llame locos, aun que viven les puede provocar. Y esta es- cuando se nos llame subversivos, peranza es muy importante para seguir comunistas y todos los calificativos trabajando para cambiar la dura situa- que se nos dicen, sabemos que no ción que están viviendo, confiando en hacemos más que predicar el testi- que “otro mundo es posible”. Dice por monio subversivo de las bienaven- ejemplo en una de sus homilías: turanzas, que le han dado vuelta a to- «Y habrá una hora en que ya no do para proclamar bienaventurados haya secuestros y habrá felicidad y a los pobres, bienaventurados a los podremos salir a nuestras calles y a sedientos de justicia.» (Homilía del nuestros campos sin miedo de que 11-5-1978) nos torturen y nos secuestren. ¡Ven- «Muchos quisieran que el pobre drá ese tiempo! Canta nuestra can- siempre dijera que es “voluntad de ción: “Yo tengo fe que todo cam- Dios” vivir pobre. No es voluntad de biará”. Ha de cambiar si de veras Dios que unos tengan todo y otros no creemos en la Palabra que salva y 14
  • 15. en ella ponemos nuestra confianza. gre derramada y tanto dolor causado Y, para mí, éste es el honor más a los familiares de tantas víctimas grande de la misión que el Señor me no serán en vano. Es sangre y dolor ha confiado: estar manteniendo esa que regará y fecundará nuevas y ca- esperanza y esa fe en el pueblo de da vez más numerosas semillas de Dios.» (Homilía del 2-9-1979) salvadoreños, que tomarán concien- cia de la responsabilidad que tienen «No desesperemos, no busquemos de construir una sociedad más justa soluciones de violencia, no odiemos, y humana, y que fructificará en la no matemos. Y repito esto, así clara- realización de las reformas estructu- mente, porque ayer supe allá por rales audaces, urgentes y radicales Santiago de María, que ya, según al- que necesita nuestra patria.» (Homi- gunos amigos míos, yo he cambia- lía del 27-1-1980) do, que yo ahora predico la revolu- ción, el odio, la lucha de clases, que Mons. Romero, a los pobres campe- soy comunista. A ustedes les consta sinos, oprimidos y maltratados, llenos cuál es el lenguaje de mi predica- de miedo por todo lo que habían vivido ción. Un lenguaje que quiere sem- concretamente en la ocupación de brar esperanza; que denuncia, sí, las Aguilares por parte del ejército (asesi- injusticias de la tierra, los abusos del natos, torturas, profanación del Santísi- poder, pero no con odio sino con mo en la iglesia del pueblo)4, no sólo les amor, llamando a la conversión.» dio esperanza, sino que les devolvió la (Homilía del 6-11-1977) autoestima y los animó a seguir luchan- «Como pastor y como ciudadano do por sus derechos cuando les dijo, a salvadoreño, me apena profunda- ellos que eran personas creyentes, una mente el que se siga masacrando al cosa muy sorprendente: “Vosotros sois sector organizado de nuestro pueblo la imagen del Divino Traspasado del sólo por el hecho de salir ordenada- cual nos ha hablado la primera lectura” mente a la calle para pedir justicia y (era una lectura que hablaba del “Siervo libertad. Estoy seguro que tanta san- de Yahvé”, de Isaías). 15
  • 16. 3. TESTIMONIO MARTIRIAL DEL PROYECTO DE JESÚS Una opción para los pobres, como la que hizo Mons. Romero, obvia- mente comporta la persecución por parte de los poderes injustos y opresores, que dominaban en aquella época aquel pequeño país cen- troamericano. 3.1. Una Iglesia encarnada contáramos entre las víctimas tam- bién a los sacerdotes. Son el testi- En este contexto impacta ver cómo in- monio de una Iglesia encarnada en terpretó Mons. Romero esta persecu- ción: los problemas del pueblo… La Igle- sia sufre el destino de los pobres: la «Me alegro, hermanos, de que nues- persecución. Se gloría nuestra Igle- tra Iglesia sea perseguida, precisa- sia de haber mezclado su sangre de mente por su opción preferencial por sacerdotes, de catequistas y de co- los pobres y por tratar de encarnarse munidades con las masacres del en el interés de los pobres… Sería pueblo, y haber llevado siempre la triste que en una patria donde se es- marca de la persecución… Una Igle- tá asesinando tan horrorosamente no sia que no sufre persecución, sino 16
  • 17. que está disfrutando los privilegios Él lo comenta también en una de sus y el apoyo de la tierra, esa Iglesia homilías: ¡tenga miedo! no es la verdadera Iglesia de Jesucristo.» «Espero que este llamado de la Iglesia no endurezca aún más el co- Como Jesús, que fue el primer de- razón de los oligarcas, sino que los fensor cristiano de los derechos huma- mueva a la conversión. Compartan lo nos y profeta de la justicia (cf. Lc 13,31- que son y tienen. No sigan callando 33), Mons. Romero recibió amenazas con la violencia a los que les estamos de muerte debidas al modo cómo ha- haciendo esta invitación ni, mucho blaba de Dios y defendía a los seres hu- menos, continúen matando a los que manos oprimidos y empobrecidos, de- estamos tratando de lograr que haya nunciando la injusticia que provocaba una más justa distribución del poder esta situación. Pero, como Jesús, Mons. y de las riquezas de nuestro país. Y Romero no se arrugó y habló del senti- hablo en primera persona porque es- do positivo que incluso podía tener su ta semana me llegó un aviso de que muerte. estoy yo en la lista de los que van a ser eliminados la próxima semana; pero que quede constancia de que la 3.2. Hasta el final… voz de la justicia nadie la puede ma- Con motivo de las amenazas tuvo una tar ya.» (Homilía del 24-2-1980) conversación con el padre Azcue en el Pero el testimonio de los numerosos último retiro antes de su muerte. Y es- agentes de pastoral, asesinados por el cribió: ejército y los escuadrones de la muerte, «Mi otro temor es acerca de los ries- por su opción en favor del proyecto de gos de mi vida. Me cuesta aceptar Jesús, por su opción por los pobres, lo una muerte violenta que en estas cir- anima a seguir en la línea que está lle- cunstancias es muy posible, incluso vando, a pesar de que esto pone en pe- el Sr. Nuncio de Costa Rica me avi- ligro su vida: só de peligros inminentes para esta «Aunque me maten, no tengo nece- semana. El padre me dio ánimo di- sidad. Si morimos con la conciencia ciéndome que mi disposición debe tranquila, con el corazón limpio de ser dar mi vida por Dios cualquiera haber producido sólo obras de bon- que sea el fin de mi vida. Las cir- dad, ¿qué me puede hacer la muer- cunstancias desconocidas se vivirán te? Gracias a Dios que tenemos es- con la gracia de Dios. Él asistió a los tos ejemplares de nuestros queridos mártires y si es necesario lo sentiré agentes de pastoral, que compartie- muy cerca al entregarle mi último ron los peligros de nuestra pastoral suspiro. Pero que más valioso que el hasta el riesgo de ser matados. Y yo, momento de morir es entregarle to- cuando celebro la eucaristía con us- da la vida y vivir para Él.» tedes, los siento a ellos presentes. 17
  • 18. Cada sacerdote muerto es, para mí, En esto se pareció una vez más a su un nuevo concelebrante en la euca- Maestro, Jesús (cf. Getsemaní: Mc 14, ristía de nuestra arquidiócesis. Y sé 32-42). que está así, dándonos el estímulo de Pero no se arrugó, ni aceptó la pro- haber sabido morir sin miedo, por- tección personal que le ofrecía el presi- que llevaban su conciencia compro- dente de la república5, sino que siguió metida con esta ley del Señor: la op- haciendo, como Jesús, aquello que él ción preferencial por los pobres.» creía que tenía que hacer por fidelidad a (Homilía del 2-9-1979) Jesús y por amor a su pueblo maltrata- Esta decisión valiente de seguir el do injustamente. Y como Jesús, confió camino de Jesús, que lo podía llevar a la que su muerte redundaría en beneficio muerte, no le evitó, obviamente, que en de su pueblo y no sería inútil, como se determinados momentos tuviera miedo, puede ver gracias a algunos textos de como lo demuestra su diario personal. sus homilías. 18
  • 19. CONCLUSIÓN Para Romero, el bien del pueblo, sobre todo el de los más pobres que tenían la vida más amenazada, el Reinado de Dios en terminología evangélica, era el criterio decisivo que tenía que guiar su actuación y la de cualquier persona, en especial la cristiana. Por esto era crítico no sólo con las oligarquías políticas y económicas que dominaban el país, sino también con las organizaciones populares, cuando con sus erro- res, con sus luchas por el poder, perjudicaban al pueblo, sobre todo a los más pobres. Era crítico también con él mismo6 y con nemos. Porque sería muy triste una la propia Iglesia, cuando ésta no hacía Iglesia que se sintiera tan dueña de una opción por los pobres, auténtica y la verdad que rechazara todo lo de- creíble. Por esto dijo el 8-7-1978: más. Una Iglesia que sólo condena, una Iglesia que sólo mira pecado en «El profeta denuncia también los los otros y no mira la viga que lleva pecados internos de la Iglesia. ¿Y en el suyo, no es la auténtica Iglesia por qué no? Si obispos, Papa, sacer- de Cristo.» dotes, nuncios, religiosas, colegios católicos, estamos formados por Y también dijo el 28-8-1977, expli- hombres y los hombres somos peca- citando qué tipo de Iglesia quería él: dores, necesitamos que alguien nos sirva de profeta para que nos llame «Ahora la Iglesia no se apoya en nin- a conversión, para que no nos deje gún poder, en ningún dinero. Hoy la instalar una religión como si ya fue- Iglesia es pobre. Hoy la Iglesia sabe ra intocable. La religión necesita que los poderosos la rechazan, pero profetas y gracias a Dios que los te- que la aman los que sienten en Dios 19
  • 20. su confianza… Ésta es la Iglesia que licía, de los cuarteles... Hermanos, yo quiero. Una Iglesia que no cuen- son de nuestro mismo pueblo. Matan te con los privilegios y las valías de a sus mismos hermanos campesinos. las cosas de la tierra. Una Iglesia ca- Y ante una orden de matar que dé un da vez más desligada de las cosas te- hombre, debe prevalecer la ley de rrenas, humanas, para poderlas juz- Dios que dice: “No matar”. Ningún gar con mayor libertad desde su soldado está obligado a obedecer perspectiva del Evangelio, desde su una orden contra la Ley de Dios. pobreza.» Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que re- Pero cuando la Iglesia es fiel a Jesús, entonces es perseguida en un mundo en cuperen su conciencia, y que obe- el que acostumbran a dominar los po- dezcan antes a su conciencia que a deres egoístas y asesinos. Por eso, para la orden del pecado. La Iglesia, de- él la persecución: fensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad hu- «¡Es la nota histórica de la Iglesia! mana, de la persona, no puede que- Siempre tiene que ser perseguida. darse callada ante tanta abomina- Una doctrina que va contra las in- ción. Queremos que el gobierno moralidades, que predica contra los tome en serio que de nada sirven las abusos, que va siempre predicando reformas si van teñidas con tanta el bien y atacando el mal, es una doc- sangre. En nombre de Dios y en trina puesta por Cristo para santifi- nombre de este sufrido pueblo, cu- car los corazones, para renovar las yos lamentos suben hasta el cielo sociedades. Y naturalmente, cuando cada día más tumultuosos, les supli- en esa sociedad o en ese corazón hay co, les ruego, les ordeno en nombre pecado, hay egoísmo, hay podre- de Dios: cese la represión.» dumbre, hay envidias, hay avaricias, pues el pecado salta, como la cule- bra cuando tratan de apresarla, y per- “Resucitaré en el pueblo” sigue al que trata de perseguir el mal. Por eso, cuando la Iglesia es perse- La oligarquía salvadoreña y el ejército, guida, es señal de que está cum- apoyado masivamente por el gobierno pliendo su misión.» (Homilía 25-11- de EE.UU., ya no pudieron tolerar más 1977) estas palabras. Y lo asesinaron. Pero entonces sucedió que el pueblo salva- En cualquier caso, selló su muerte doreño lo quiso aún más y se sintió más cuando el domingo antes de que lo ase- apoyado que nunca en su lucha por li- sinaran, dijo lo siguiente: berarse. Sucedió, lo que ya Mons. «Yo quisiera hacer un llamamiento, Romero había predicho en una de sus de manera especial, a los hombres homilías: del ejército. Y en concreto, a las ba- «He sido frecuentemente amenaza- ses de la Guardia Nacional, de la po- do de muerte. Debo decirles que, co- 20
  • 21. mo cristiano, no creo en la muerte sa que la UCA concedió, post mortem, sin resurrección. Si me matan, resu- a Mons. Romero y que expresan bien lo citaré en el pueblo salvadoreño. Se que fue y significa: lo digo sin ninguna jactancia, con la más grande humildad. Como pastor «En una sociedad configurada por estoy obligado por mandato divino los poderes de la muerte, él, que era a dar la vida por quienes amo, que promotor de los principios de la vi- son todos los salvadoreños, aun por da, no pudo ser tolerado. Como la de aquellos que vayan a asesinarme. Si su gran maestro Jesús de Nazaret, su llegaran a cumplirse las amenazas, misión pública al frente del arzobis- desde ya ofrezco a Dios mi sangre pado sólo duró tres años. Reunidos por la redención y resurrección de El los poderes de las tinieblas, decidie- Salvador. El martirio es una gracia ron acabar con quien, como en el ca- que no creo merecer, pero si Dios so de Jesús, fue acusado de andar so- acepta el sacrificio de mi vida, que liviantando a la gente desde Galilea mi sangre sea semilla de libertad y hasta Judea, desde Chalatenango la señal de que la esperanza será hasta Morazán. Y lo acallaron de un pronto una realidad. Mi muerte, si es tiro mortal porque el pueblo no hu- aceptada por Dios, sea por la libera- biera permitido que lo crucificaran ción de mi pueblo y como un testi- en público. Sólo así pudieron acallar monio de esperanza en el futuro. al profeta. Pero ya para entonces la Pueden decir, si llegasen a matarme, semilla había fructificado y su voz que perdono y bendigo a quienes lo había sido recogida por miles de gar- hagan. Ojalá, se convenzan que per- gantas que con Monseñor habían re- derán su tiempo. Un obispo morirá, cobrado su voz perdida. Los sin voz pero la Iglesia de Dios, que es el pue- ya tenían voz, la suya y la de blo, no perecerá jamás.» (Marzo de Monseñor. Y al quedar huérfanos, 1980) podían alcanzar su mayoría de edad y convertirse así en padre de nuevos Y una vez más, Mons. Romero tuvo hijos, innumerables como las arenas razón. Ha resucitado en el pueblo de El del mar. Y es que el asesinado era un Salvador, que lo sigue queriendo y se mártir. Lo mataron porque ilumina- apoya en su testimonio y en sus palabras ba y denunciaba desde el evangelio para seguir luchando por un mundo me- los males del país y a quienes los jor, en el cual todas las personas puedan perpetraban, pero murió porque el vivir humana y dignamente y en el cual amor de Dios y el amor del pueblo los Derechos Humanos sean realmente le estaban pidiendo dar su vida en respetados. testimonio de lo que creía y de lo que Y quiero acabar con unas palabras practicaba. Por eso resucitó en el de I. Ellacuría, también él un mártir, que pueblo por el que había muerto, y defendió los Derechos Humanos y la por eso esperó también la resurrec- justicia, unas palabras que él pronunció ción cristiana en la que confiaba sin con motivo del doctorado honoris cau- asomo de duda.» 21
  • 22. San Romero de América (Pere Casaldàliga) El ángel del Señor anunció en la víspera... El corazón de El Salvador marcaba 24 de marzo y de agonía. Tú ofrecías el Pan, el Cuerpo Vivo –el triturado cuerpo de tu Pueblo; Su derramada Sangre victoriosa –¡la sangre campesina de tu Pueblo en masacre que ha de teñir en vinos de alegría la aurora conjurada! El ángel del Señor anunció en la víspera, y el Verbo se hizo muerte, otra vez, en tu muerte; como se hace muerte, cada día, en la carne desnuda de tu Pueblo. ¡Y se hizo vida nueva en nuestra vieja Iglesia! Estamos otra vez en pie de testimonio, ¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro! Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra. Romero en flor morada de la esperanza incólume de todo el Continente. Romero de la Pascua Latinoamericana. Pobre pastor glorioso, asesinado a sueldo, a dólar, a divisa. Como Jesús, por orden del Imperio. ¡Pobre pastor glorioso, abandonado por tus propios hermanos de báculo y de Mesa...! (Las curias no podían entenderte: ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo). Tu pobrería sí te acompañaba, en desespero fiel, pasto y rebaño, a un tiempo, de tu misión profética. El Pueblo te hizo santo. La hora de tu Pueblo te consagró en el kairós. Los pobres te enseñaron a leer el Evangelio. 22
  • 23. Como un hermano herido por tanta muerte hermana, tú sabías llorar, solo, en el Huerto. Sabías tener miedo, como un hombre en combate. ¡Pero sabías dar a tu palabra, libre, su timbre de campana! Y supiste beber el doble cáliz del Altar y del Pueblo, con una sola mano consagrada al servicio. América Latina ya te ha puesto en su gloria de Bernini en la espuma aureola de sus mares, en el dosel airado de los Andes alertos, en la canción de todos sus caminos, en el calvario nuevo de todas sus prisiones, de todas sus trincheras, de todos sus altares... ¡En el ara segura del corazón insomne de sus hijos! San Romero de América, pastor y mártir nuestro: ¡nadie hará callar tu última homilía! 23
  • 24. NOTAS 1. De todos modos, en América Latina ha habido al venir, finalmente –porque quise estar con una serie de obispos que se han distinguido ustedes desde el principio y no se me permi- por su opción por los pobres y su denuncia de tió–, hermanos, y les traigo la palabra que la injusticia. Recuerdo unos cuantos: Helder Cristo me manda decirles: una palabra de soli- Cámara y Pere Casaldàliga, en Brasil; Leóni- daridad, una palabra de ánimo y de orienta- das Proaño, en Ecuador; don Sergio Méndez ción y, finalmente, una palabra de conver- Arceo, en Chiapas; y los obispos que han sión». muerto asesinados, como Enrique Angelelli, 5. Públicamente le dijo en sus homilías: «quiero en Argentina; Juan Gerardi, en Guatemala; decirle que antes de mi seguridad personal yo Joaquín Ramos, en El Salvador, y Gerardo Va- quisiera seguridad y tranquilidad para 108 lencia, en Colombia. familias y desaparecidos… El pastor no quie- 2. La edición crítica (editada por Miguel Cavada) re seguridad mientras no se la den a su reba- de los sermones de Mons. Romero, en los ño». años durante los cuales fue arzobispo de San 6. El 21-8-1977 dijo: «Yo, que les estoy hablando, Salvador, ha sido publicada en 6 volúmenes necesito convertirme continuamente. El peca- con el título: Homilías de Monseñor Oscar A. dor, el religioso, la religiosa, el colegio católi- Romero, San Salvador, UCA editores 2005- co, la parroquia, el párroco, la comunidad, la 2009. Iglesia, pues, tiene que convertirse a lo que 3. La confrontación que se desencadenó en El Dios quiere en este momento de la historia de Salvador hacía diez años que persistía cuando El Salvador. Si uno vive en un cristianismo Romero fue asesinado que es muy bueno, pero que no encaja con 4. En su sermón en Aguilares el 19-6-1977 dijo: nuestro tiempo, que no denuncia las injusticia, «A mí me toca ir recogiendo atropellos, cadá- que no proclama el reino de Dios con valentía, veres y todo eso que va dejando la persecución que no rechaza el pecado de los hombres, que de la Iglesia. Hoy me toca venir a recoger, en consiente por estar bien con ciertas clases, los esta iglesia, en este convento profanado, un pecados de esas clases, no está cumpliendo su sagrario destruido y sobre todo un pueblo deber, está pecando, está traicionando su humillado, sacrificado indignamente. Por eso, misión». 24