4. La valoración de las necesidades por encima de los recursos. La civilización industrial nos ha acostumbrado a una forma de actuaci6n socio· económica totalmente sesgada
5. La identificación del «progreso» con el mero crecimiento económico y la máxima posesión de bienes. Esta identificaci6n puede entenderse come una reificación o cuantificación del progreso, el cual, medido de esa, manera, deja de ser un concepto de valor moral (VON WRIGHT, 1996)
6. El olvido de «la presencia de otros» en nuestras vidas. La ética del goce y disfrute elimina, hace ausentes, a todos aquellos seres de nuestra misma especie que, sin embargo, están de hecho presentes en nuestra historia.
7. La sobrevaloración del espacio y el modo de vida urbanos se nos aparece como otro elemento definidor de esta ética que estamos comentando. Hemos hecho del fenómeno urbano signo de nuestro triunfo sobre la Naturaleza.
8. La primacía absoluta del presente sobre los planteamientos a medio y largo plazo. Estamos usufructuando un planeta que será también el substrato de vida de las generaciones futuras, pero ... ¿en qué medida preservamos el potencial natural y cultural pensando en ellas ... ? Consumimos desaforadamente, cada vez más, como si, en verdad, cuanto existe nos perteneciese aquí y ahora y después de nosotros no fuesen a venir otros seres y otras necesidades.