1. ENDODONCIA
1. DEFINICIÓN:
La endodoncia o tratamiento de conductos es un procedimiento por medio del
cual se elimina la pulpa afectada de un diente, dañado o muerto y se sella el
conducto. La pulpa es la parte profunda del diente y contiene vasos
sanguíneos y nervios, situándose en la parte central de la raíz y comunicando
el diente con el hueso maxilar.
2. CLASIFICACIÓN:
La endodoncia se clasifica en tres tipos:
I Unirradicular: cuando afecta una pieza que tiene una sola raíz y por
ello un solo conducto pulpar.
II Birradicular: cuando afecta una pieza que tiene dos raíces y por ello
dos conductos pulpares.
III Polirradicular: cuando afecta una pieza que tiene más de dos raíces
y por ello varios conductos pulpares.
3. CAUSAS:
Las causas más comunes de daño al nervio pulpar son las siguientes:
La irritación física, generalmente ocasionada por la destrucción
agresiva de los dientes (caries) que alcanza la parte inferior del nervio,.
Infección a causa de empastes profundos que permiten a las bacterias
dañinas alcanzar al nervio.
Trauma, un golpe en el diente o en la mandíbula puede causar daño al
tejido nervioso sensible dentro del diente.
4. CUADRO CLÍNICO:
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes del daño al nervio
pulpar. Sin embargo, cada individuo puede experimentar los síntomas de una
forma diferente. Los síntomas pueden incluir los siguientes:
Dolor en los dientes al morder.
Dolor en los dientes al masticar.
Hipersensibilidad de los dientes a las bebidas calientes o frías.
Hinchazón del rostro.
Piezas dentales que comienzan a decolorarse.
Los síntomas del daño al nervio pulpar pueden parecerse a los de otras
condiciones de la salud oral. Consulte a un dentista para el diagnóstico.
2. 5. DIAGNÓSTICO:
a) Historia clínica del paciente.
Anamnesis:
o Motivo de consulta y cronología evolutiva del proceso.
o Sintomatología:
Dolor:
Localización (local o difuso).
Origen (espontáneo o provocado).
Duración.
Carácter (sordo o agudo; irradiación).
Mal sabor de boca.
o Se contrastan los datos subjetivos de la anamnesis con los datos
objetivos (signos) obtenidos en la exploración.
b) Exploración física:
o Inspección: caries, restauraciones, fisuras, cambios de color dentario,
tumoración de tejidos blandos, fístulas.
o Palpación: hay que palpar los tejidos blandos que recubren los ápices
de los dientes. El paciente nos indicará si experimenta sensibilidad en
algún punto. Se buscarán zonas de hinchazón dura y blanda. Si es
blanda se palpará con dos dedos para comprobar si la hinchazón es
fluctuante (si se desplaza líquido por debajo de la mucosa oral).
o Percusión: se puede localizar un diente sensible golpeando suavemente
con un dedo vertical y lateralmente, comparando con otro diente.
c) Pruebas complementarias:
o Radiografía: tiene una importancia capital. Si se considera la posibilidad
de recurrir al tratamiento endodóntico deben valorarse los siguientes
aspectos en las radiografías: forma, curvatura y número de raíces;
presencia y morfología de los conductos radiculares; tamaño de la
cámara pulpar; tipo y tamaño de restauración coronal; presencia de
alteraciones alrededor de las raíces; pérdida ósea; reabsorción interna
o externa; fractura radicular. A menudo, las radiografías permiten al
odontólogo averiguar la causa del problema y las posibilidades de
tratamiento.
o Pruebas térmicas: consisten en la aplicación de calor o frío en un
diente. Ninguna de estas pruebas es totalmente fiable y ambas dan
falsos positivos y falsos negativos.
o Pruebas eléctricas: se utiliza sólo para decidir si la pulpa conserva su
capacidad de respuesta.
o Examen de la movilidad del diente.
o Transiluminación: aplicación de un haz de luz sobre el diente ayuda a
establecer la existencia de una fisura o la extensión de una lesión
cariosa.
3. o Prueba de la mordida: si un paciente siente dolor al masticar pero no
presenta signos de inflamación perirradicular podemos sospechar la
existencia de una posible fractura. El paciente puede sentir dolor al
morder un palito de madera o un disco de goma, generalmente al dejar
de apretar los dientes.
o Tinción dental: aplicación de un colorante sobre el diente de sospecha y
tras unos minutos se limpia con un disolvente o alcohol. Permite buscar
fisuras.
6. TRATAMIENTO (TÉCNICA):
La técnica consiste en anestesiar la pieza o región.
Preparar el campo operatorio y aislar el diente.
Realizar la menor apertura dental posible para dejar expuesto el canal
radicular y la pulpa dañada.
Extraer el tejido pulpar y limpiar y ensanchar el conducto radicular con
el instrumental y material adecuados.
Posteriormente sellar el conducto perfectamente con un material
termoplástico (gutapercha) y cemento o porcelana.
Puede ser necesario realizar radiografías de control en los diferentes
pasos. De este modo el diente está preparado para ser restaurado.
Los dientes endodonciados pueden requerir la colocación de una
corona con fines estéticos y funcionales.
7. COMPLICACIONES:
Aún con una correcta endodoncia, el tratamiento puede fracasar ya que es una
terapia en la que intervienen múltiples factores. Por lo que se pueden presentar
complicaciones que pueden ser:
La presencia de un escalón o reborde.
Fractura de instrumentos.
Perforación lateral.
Perforación apical.
Fractura vertical.
Subobturación o sobreobturación.
Otra complicación es que la infección periapical existente no
desaparezca tras la endodoncia y se requiera de un tratamiento
adicional.