1. EL TEATRO EN LA EDAD MEDIA La Edad Media vio morir y renacer muchas cosas, entre ellas el Teatro. La Iglesia Bizantina aniquiló cualquier representación por considerarla una ofensa a Dios y su corte de intelectuales elaboró una nueva cultura en la que teatro no tenía cabida. Pero con el paso del tiempo el telón se volvió a abrir. Tirando de las cuerdas para correrlo estaba la Iglesia, su enemiga desde hace tanto tiempo.
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7. EL TEATRO EN EL RENACIMIENTO Sea como fuere, lo que sí es cierto es que en toda Europa estaban decayendo los cánones medievales a marchas forzadas, principalmente por la paulatina pérdida de la presencia religiosa en la vida cotidiana, y la consecuente liberación que ello supuso para artistas, científicos y pensadores en general. El caso que nos toca, el del teatro, se vio inmensamente favorecido por este cambio de pensamiento, ya que empezaron a componerse obras dramáticas enfocadas desde el hombre para el hombre, más centradas en los personajes y sus costumbres que en la moralidad
8. Además, en este período se produjo un hecho clave para la difusión de las ideas a través del papel: el descubrimiento de la imprenta por Gütenberg, lo que propició la publicación de obras literarias y su lectura, así como la aparición de clases sociales (más cultas) que gustaban de la buena literatura o mecenas que sentían ansias de invertir en los nuevos talentos.
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10. En Italia, cuna del Renacimiento, el desarrollo del teatro muy culto y, por lo tanto, poco dirigido al público de a pie, encontró una reacción negativa entre cierto número de escritores y compañías teatrales. La consecuencia de esto fue la creación de la “Commedia dell’arte” (Comedia del arte), un tipo de teatro bastante cómico en el que no se escribía todo el texto, sino que contaba con unos sucesos predefinidos y unos personajes fijos con frases características ya asignadas. Las tramas más habituales y demandadas eran las de enredos amorosos, ellos llevaban la cara cubierta por una máscara, pero ellas no.
11. Hasta hoy han llegado sus andanzas y sus nombres ( Polichinela , personaje jorobado y muy sarcástico; Pantalone , el avaro comerciante; el Capitán , soldado fanfarrón que presume de sus proezas; el Doctor , el clásico erudito pedante; o Arlequín, personaje cómico con un traje de colores ARLEQUÍN PANTALONE
12. En Inglaterra no se vivió una actividad dramática especialmente fructífera en los primeros años del Renacimiento, y tan sólo pueden encontrarse tres modalidades dramáticas: el teatro culto (con el que pretendían imitar a los clásicos), el teatro religioso (moralista en su mayor parte), y las compañías itinerantes (que representaban obrillas de carácter cómico). Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XVI, el teatro experimentó un crecimiento sin parangón, es lo que conocemos como “teatro isabelino”, denominación que se refiere a las obras dramáticas escritas e interpretadas durante el reinado de Isabel I de Inglaterra , en el que los británicos controlaron y potenciaron su teatro mediante la formulación de leyes. Además, en los últimos años de la centuria, aparecería el artífice del despegue definitivo del teatro inglés: el genio dramático de William Shakespeare.
13. En España, el Renacimiento se inició con la publicación de una obra fuera de lo común, tanto en su forma como en su contenido: “La Celestina”, en la que se obviaba completamente a la religión, se potenciaban las tramas amorosas y mágicas,
14. Según fue avanzando el siglo, las composiciones italianas empezaron a dejarse sentir con fuerza en España, y autores como Juan del Encina o Lucas Fernández tomaron muchos de sus motivos para sus creaciones. Poco a poco se irán presentando los elementos que predominarán en el siglo siguiente, como la inclusión del tema del honor o las comedias de capa y espada. En una segunda generación de autores teatrales renacentistas, destacó Lope de Rueda, un hombre de teatro de los pies a la cabeza: escritor, director, actor, que experimentó en sus obras para tratar de encontrar nuevas líneas de escritura y contentar así a su público, cada vez más numeroso. LOPE DE RUEDA
15. Si bien el Renacimiento no supuso del todo la consolidación de la época dorada del teatro, sí podría decirse que fue, sin lugar a dudas, su precursora, y que gracias a los avances en la técnica y el pensamiento que tuvieron lugar en este período, se pudo desarrollar en toda Europa el teatro barroco, y lo que, en España, se convirtió en una de las etapas más maravillosos y apasionantes que ha vivido la literatura, y que hoy conocemos como Siglo de Oro español…