Halloween tiene sus orígenes en una festividad celta pagana llamada Samhain, en la que los druidas adoraban al dios de la muerte mediante sacrificios humanos y animales. Cuando esta tradición llegó a Estados Unidos y América Latina, se incorporaron elementos como las calabazas iluminadas y los disfraces. Sin embargo, la Biblia condena las prácticas de adivinación y espiritismo asociadas con Halloween, y algunos expertos advierten que esta fecha sigue teniendo significado satánico.