La cafetería escolar ha estado experimentando una disminución en las ventas desde que cambió su administración y personal después de 10 años bajo el mismo liderazgo. Los estudiantes y docentes ahora están menos inclinados a comprar en la cafetería debido a que el nuevo personal ya no mantiene los alimentos calientes ni ofrece fiado o guardado de productos como antes, lo que lleva a los clientes a comprar en otros establecimientos donde obtienen un mejor servicio.