6. A Ernesto le gusta su barrio.
Está en el centro de la ciudad.
Ahí vive desde que nació.
De lunes a sábado, Ernesto visita cada esquina,
cada buzón y cada poste de luz varias veces al día.
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8.
9. Los domingos se queda en casa y ordena su colección
de huesos, o juega con sus pantuflas.
Un domingo, Ernesto está sentado en su sillón favorito
cuando una postal se desliza por debajo de la puerta.
Ernesto se sorprende. No conoce a nadie que le pueda
enviar una carta.
Tampoco comprende la extraña escritura, ni reconoce
la isla que aparece en la postal.
10. Muy emocionado, Ernesto acude a la oficina de correo.
"Eso es —piensa Ernesto— ellos sabrán de dónde vino la postal."
El amable canguro, Carlos Carreras, examina la postal y sacude
la cabeza.
11. I
—Este pequeño sello azul —dice Carlos Carreras— significa
que la postal llegó por vía aérea. ¿Por qué no preguntas a las
señoritas del correo aéreo? ¡Tal vez ellas puedan ayudarte!
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13. Las palomas mensajeras reciben a Ernesto
en sus oficinas.
Cuando les enseña la postal, las palomas
gorjean entusiasmadas:
—¡Clarísimo!
—¡Sin duda!
—¡Se trata de correo aéreo!
—¿Y de dónde viene? —pregunta Ernesto.
—Eso no lo sabemos.
—¡Y tampoco conocemos el sello postal!
—La debe de haber traído una paloma extranjera.
La paloma en jefe, Tabea Teobaldo, picotea el sello con enojo:
—Pregunta a un coleccionista de estampillas.
Él debe saber de estas cosas.
14.
15. r
Napoleón Narizotas debe de ser
el coleccionista de estampillas
más grande del mundo.
Toma la postal con mucho
cuidado y consulta sus
gruesos catálogos durante
mucho tiempo.
—¡FIJI!
—¿Perdón? —pregunta Ernesto.
—La estampilla es de las Islas
Fiji —repite la morsa.
—¿Y dónde quedan esas islas?
Napoleón levanta la vista:
—Bueno, pues eso no está en
mi catálogo.
Ernesto corre al aeropuerto.
16. —¿Fiji? Claro que conozco las Islas Fiji —grazna
-1 piloto Alfonso del Aire y le muestra las islas
en su mapa de vuelo—. ¿Quieres venir con
Ernesto se acomoda de inmediato en el avión.
Está impaciente por llegar.
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18. Tan pronto como aterrizan, Ernesto corre al muelle.
Un hermoso barco de vapor se balancea sobre las olas.
Ernesto muestra la postal a un viejo oso de mar.
—Llámame Noé Notormenta —lo saluda el oso
amistosamente—. ¡Claro que conozco esta playa!
¡Ven con nosotros!
—¡Todos a bordo! ¡Leven anclas!
Y se hacen a la mar.
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20. Después de un largo viaje, el barco llega a la playa.
Ernesto salta al mar y nada hacia una cabana. Una vieja
iguana toma el sol. La iguana se sorprende al ver un perro
mojado con una postal en el hocico y exclama:
—¡Pero si ésa es mi postal!
—Sí, yo la recibí —dice Ernesto—. Perdón, ¿nos conocemos?
—No, no. Permíteme presentarme: mi nombre es Luisa
Laguna. Yo le envié esta postal a mi nieto Lotario por su
cumpleaños. Seguramente la paloma mensajera la llevó
al lugar equivocado...
Antes de regresar a casa, Ernesto promete llevar la postal
al nieto de la iguana.
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21.
22. Miles de kilómetros después, Ernesto entrega la postal a Lotario:
—¡La abuela no olvidó mi cumpleaños! —grita la iguana.
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■ ■
Ernesto suspira. La postal finalmente llegó a su verdadero destinatario.
23.
24. De regreso a casa, rrnesio i»e chuislccc. v iu muwiaj v^o«o
durante su viaje, pero la única postal que había recibido en
su vida no era para él. Había tenido que devolverla.
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27.
28.
29. 1/
■ -•
Carlos Carreras, Tabea Teobaldo,
Napoleón Narizotas, Alfonso del Aire,
Noé Notormenta, Luisa y Lotario Laguna.
¡Todos le escribieron!
Una y otra vez, Ernesto mira su
correspondencia.
Y entonces, una por una, Ernesto
responde a todas sus cartas.
30.
31. Ernesto: un viaje largo en piernas cortas
se imprimió por encargo de la Comisión
Nacional de Libros de Texto Gratuitos en
los talleres de Compañía Editorial Ultra, S.A. de C.V.,
con domicilio en Centeno 162, local 2,
Col. Granjas Esmeralda, C.P. 09810, México, D.F.
en el mes de noviembre de 2007.
El tiraje fue de 81,766 ejemplares.