2. Los «sabios de Oriente» que vinieron a adorar a Jesús en Belén (Mateo
2). Los racionalistas consideran el Evangelio como ficción; los católicos
insisten en que es una narración de hechos, basando su interpretación
en la evidencia de los manuscritos y versiones, y en citas patrísticas.
Toda esta evidencia resulta irrelevante para los racionalistas; clasifican
la historia de los Magos dentro de las llamadas «leyendas de la infancia
de Jesús», añadidos apócrifos tardíos a los Evangelios. Admitiendo
únicamente la evidencia interna, dicen que esta evidencia no resiste el
examen del criticismo. i Juan y Marcos callan. Esto se debe a que
comienzan sus Evangelios con la vida pública de Jesús. Que Juan
conoció la historia de los Magos puede deducirse del hecho que Ireneo
(Adv. Haer., III, ix, 2) lo testimonia; por Ireneo nos ha llegado la
tradición Juanica. i Lucas calla. Naturalmente, porque el hecho es
narrado de modo adecuado en el otro sinóptico. Lucas narra la
Anunciación, detalles sobre el Nacimiento, la Circuncisión y la
Presentación de Cristo en el Templo, hechos de la infancia de Jesús que
el silencio de los otros tres Evangelistas no hace legendarios.
3. La Iglesia en su misión de ir por el mundo llevando la Buena Nueva ha
querido dedicar un tiempo a profundizar, contemplar y asimilar el
Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios; a este tiempo lo conocemos
como Navidad. Cerca de la antigua fiesta judía de las luces y buscando
dar un sentido cristiano a las celebraciones paganas del solsticio de
invierno, la Iglesia aprovechó el momento para celebrar la Navidad.
En este tiempo los cristianos por medio del Adviento se preparan para
recibir a Cristo, "luz del mundo" (Jn 8, 12) en sus almas, rectificando
sus vidas y renovando el compromiso de seguirlo. Durante el Tiempo de
Navidad al igual que en el Triduo Pascual de la semana Santa
celebramos la redención del hombre gracias a la presencia y entrega de
Dios; pero a diferencia del Triduo Pascual en el que recordamos la
pasión y muerte del Salvador, en la Navidad recordamos que Dios se
hizo hombre y habitó entre nosotros.
4. Me llamo Felipe y soy un niño muy pobre, por supuesto que no fue mi culpa nacer
en un hogar con tanta necesidad. Cuando salía a recorrer las calles en Diciembre,
buscando dinero para mi familia, recuerdo que todos andaban muy afanados
comprando cosas. Me paré a observar a un hombre que compraba una bicicleta y
estaba muy emocionado y pensé como desearía que esa bicicleta fuera mía. El
hombre pasó cerca de mí con el regalo y me apartó porque casi tropieza conmigo.
!Cuidado! me dijo, yo, no podía quitar los ojos de tan linda bicicleta y le pregunté,
¿es para su hijo?, él me contestó, si es el regalo de navidad que he comprado para
él. Volví a preguntarle, ¿el regalo de navidad?, él me contestó, si, es el regalo de
navidad, ¿Qué es la navidad señor? le pregunté
Es el día en que celebramos el nacimiento del niño Dios y Él le trae regalo a los
niños. Oh, ya entendí, ¿pero eso es solo para los niños ricos verdad señor?; Me
miró con lagrimas en los ojos y me dijo. En realidad hijo, es para niños como tu,
feliz navidad. Con asombro exclamé, ¿para mí señor?; Si, me contestó, el niño
Dios te envía este regalo.
Esa fue mi primera navidad. Hoy en día soy un hombre viejo y celebro la navidad
entre los menos afortunados del mundo, enseñándoles que la navidad no es
exclusivamente de los ricos, si no de todos. Es el día de mostrar el amor de Dios
con los menos afortunados, porque dar el regalo a ellos, es dar el regalo a Dios. El
verdadero cumpleañero.
5. ¿Quién es Santa Claus?
Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás, Viejito (o Viejo) páscuelo son
algunos nombres con los cuales se conoce universalmente al personaje
legendario que según la cultura occidental trae regalos a los niños por
Navidad (la noche del 24 al 25 de diciembre).
En la cabalgata de Navidad.
Es un personaje que formaba parte del antiguo mito solar del solsticio
de Invierno al que el cristianismo sincretizó con la figura del obispo
cristiano de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en
Anatolia, en los valles de Licia (en la actual Turquía). Era una de las
personas más veneradas por los cristianos de la Edad Media, del que
aún hoy se conservan sus reliquias en la basílica de San Nicolás, Bari,
Italia.