1. Hidatidosis
La hidatidosis o equinococosis es una enfermedad parasitaria grave provocada por vermes de la clase de los
cestodos del filo de los platelmintos, un gran grupo de invertebrados con muchas especies parásitas tanto en fase
larvaria como adulta. Esta enfermedad está provocada por larvas de Echinococcus granulosus que, a menudo, son
ingeridos en alimentos contaminados accidentalmente. Puede afectar a animales, tanto salvajes como domésticos, e
incluso al ser humano. Es la enfermedad parasitaria más importante en los países de clima templado y en
algunos casos el resultado puede ser fatal.Desarrollo y síntomas de la enfermedad
Desarrollo y síntomas de la enfermedad
La hidatidosis, como cualquier infección parasitaria, sigue un ciclo relativamente complejo. En primer lugar,
necesita de dos huéspedes, un huésped definitivo, el que posee la tenia en estado adulto, y un intermediario donde
se desarrolla la tenia en estado de larva (quiste hidático). Este es el causante de la enfermedad hidatidosis. Los
huéspedes definitivos son mamíferos carnívoros, mientras que pueden actuar como huéspedes intermediarios varias
especies de herbívoros y omnívoros. Las heces de sus huéspedes definitivos juegan un papel fundamental para la
expansión de la enfermedad, constituyendo el enlace entre los afectados por parásitos adultos que ya han puesto sus
huevos, y huéspedes intermediarios portadores de las larvas.
Los huevos se difunden a través de la corriente sanguínea hasta que las larvas se alojan en los riñones, en el hígado
o en los pulmones del animal afectado, formando quistes en los que crecen miles de parásitos. El desarrollo de éstos
no se completa hasta que el animal es comido por un carnívoro (o por el ser humano), en cuyo organismo
completan su desarrollo biológico.
Larvas de E.
Quiste de E. Escólex de E.
granulosus
granulosus granulosus Una serie de eosinófilos
El síntoma más visible de la hidatidosis es la formación de quistes, éstos pueden llegar a crecer hasta ser
localizables sin necesidad de aparato médico alguno, también es común el cambio del color de la piel (ictericia) e
incluso tos y dolor de garganta. Algunos se desarrollan tanto que llegan a abrirse creando abscesos que invaden
tanto los órganos del animal como su corriente sanguínea. En estos casos es normal que la víctima muera en pocas
horas debido a un shock anafiláctico; sin embargo, es posible tratarlo por medio de la cirugía.
En los primeros estadios de la infestación los quistes tienen el tamaño de un grano de arena y para localizarlos es
necesario recurrir a análisis de laboratorio: muestras analizadas al microscopio si se trata de animales muertos, o
ecografías y tomografías axiales computarizadas si se está tratando a pacientes vivos. En un estadio intermedio del
desarrollo de la enfermedad, además de los quistes, se produce una cantidad anómala de eosinófilos en la sangre
(como un mecanismo de defensa del huésped frente a microorganismos no fagocitables), siendo localizables a
través de análisis serológicos.
Profilaxis
La prevención de la hidatidosis es relativamente sencilla para el caso de animales domésticos o seres humanos, para
ello basta con tratar al ganado con medicamentos antiparasitarios y, en el caso de mascotas o humanos, controlar el
estado de los alimentos y evitar la carne cruda. En cualquier caso, en estados poco avanzados de la enfermedad
también puede recurrirse a medicamentos específicos para desparasitar al paciente. Cuando la enfermedad está
avanzada hay que recurrir a una combinación de operaciones quirúrgicas y tratamiento médico.
Dentro de la profilaxis de la enfermedad, la educación sanitaria de la población, debe tener un papel destacado y
debe constar de las siguientes fases: fase inicial, fase operativa y fase de mantenimiento.1
2. • Fase inicial. En la fase inicial de un programa, el grupo objetivo es la población en general, pero hay que
prestar especial atención a los niños y jóvenes en edad escolar. En esta fase deben explicarse los aspectos
mas importantes, destacando la descripción de la enfermedad y los peligros para el hombre, informando de
las repercusiones económicas, de las fuentes de infestación y haciendo hincapié en la absoluta necesidad de
cooperación para poner en práctica un programa de control.
• Fase operativa. Incluye los grupos con responsabilida en la difusión de la enfermedad, como pastores,
matarifes, carniceros, amas de casa y propietarios de perros. Para conseguir estos objetivos deben emplearse
medios modernos de comunicación, a la vez que charlas, programas de radio y televisión y publicaciones en
la prensa. En cualquier caso, junto con la descripción del agente etiológico, el ciclo biológico, la descripción
de la enfermedad y las formas de contagio humano, hay que informar sobre la necesidad de separar los
perros de los mataderos y de los peligros que supone dar vísceras crudas aparentemente sanas a los perros e
incidir en algunas normas higiénicas elementales: lavar las verduras crudas antes de comerlas; lavarse las
manos antes de comer; no jugar con perros desconocidos o perros no tratados, etc.
• Fase de mantenimiento. La dos fases anteriores deben completarse con la información continuada sobre la
hidatidosis en la fase de mantenimiento. Cualquier programa de lucha y control contra la hidatidosis debe
tener previsto un sistema de vigilancia que sirva para analizar los resultados, mediante evaluaciones
periódicas y para comprobar el cumplimiento de los obejetivos propuestos. Posiblemente, el mejor indicador
a largo plazo de una campaña de lucha es el control de la prevalencia de la infestación en los animales que
son hospedadores intermediarios (perros). Paralelamente a los estudios de prevalencia, conviene investigar
la viabilidad y capacidad de infestación de los protoescolex, la fertilidad de los quistes hidatídicos, etc.
Como medidas complementarias de control, tienen también importancia las tasas de infestación de los
animales silvestres.