Las tecnologías de la información juegan un papel importante en el proceso de socialización. Aunque la familia sigue siendo el principal agente de socialización, los medios masivos de comunicación como la televisión, la computadora y el teléfono ahora también influyen en la socialización al transmitir emociones, creencias y mensajes. Estos medios proveen información que las personas pueden usar para favorecer u oponerse a su desarrollo social dependiendo de si aceptan o rechazan los mensajes.

1. ¿Cuál es el papel de las tecnologías de la información en el proceso de
socialización?
De acuerdo a la lectura y a la experiencia personal debemos iniciar la
respuesta a este planteamiento a partir del postulado de que la socialización como
una necesidad humana parte de lo que es la familia, está de acuerdo a su contexto,
a su nivel socio cultural y otros factores más, son los que dan la pauta para que un
individuo inicie su proceso de socialización y retome de sus grupos lo necesario
para poder convivir; aunado a este proceso aparece el efecto de los medios masivos
de comunicación entre los que encontramos a la prensa escrita, a la televisión, al
cine, a la internet, a la radio, y otros tantos más que existen; pero es la televisión
(como agente de socialización secundaria) la que como medio casi universal de
información genera en los individuos afectos que en su momento pueden ser
favorable o desfavorables provocando emociones, creencias, climas afectivos, etc.
Es necesario por lo tanto tener elementos de análisis y de reflexión que nos apoyen
ya sea para poder aceptar o rechazar los mensajes emitidos en forma directa o
subliminal. Junto a la televisión otros dos agentes importantes que en la actualidad
son determinantes en la socialización son la computadora y el teléfono, los cuales
se basan específicamente para cumplir su objetivo en el dialogo y en la lectura;
esto nos pone en la necesidad de no tener que caer en la idea unidireccional de que
la socialización se da por uno u otro medio (visual o escrito); más bien es la dualidad
de estos medios los que permite que las tecnologías de la información nos den o
aporten la información necesaria para poder tomar lo que en su momento nos puede
favorecer en nuestra diaria labor y discriminar lo que no es necesario.
¿Cómo usar las tecnologías en el aprendizaje?
El uso de las tecnologías en el aprendizaje queda de manifiesto a partir de
la importancia de su uso como apoyo y como herramienta que coadyuva en el
trabajo que el docente realiza con su grupo de trabajo. Esto permite que la
dosificación y administración de los contenidos educativos por medio de las
tecnologías eficienticen el uso del tiempo en el trabajo pero sin dejar de lado la
idea de que no es posible descargar en la tecnología toda la responsabilidad y
esperar que los alumnos a través de esta aprendan sin que el docente aporte las
estrategias necesarias.

2. El desarrollo de estas nuevas tecnologías ha permitido expandir las posibilidades de
vincular a la escuela en forma de redes. La red, a diferencia de los sistemas jerárquicos
tradicionales, puede ser movilizada en función de las iniciativas de cada uno de los
participantes y no sólo de la cúpula de la organización. En el caso de las instituciones
educativas, el desafío consiste en incorporar el dinamismo democrático de la red desde el
punto de vista de los vínculos entre instituciones, sin perder la función de cohesión social,
de respuesta a los intereses generales, que cumple la organización educativa basada en el
concepto de sistema.
El segundo aspecto a considerar en esta discusión es el que se refiere al rol del
docente. El tiempo liberado por el uso de los instrumentos tecnológicos en la función de
transmitir información debe ser utilizado en las tareas de aprendizaje. Este cambio implica
una modificación muy importante en la función docente, que ha sido definida -
paradójicamente- como un retorno al concepto de maestro en el sentido medieval. El
maestro es ahora la persona que transmite al alumno el oficio de aprender. Para ello, su
tarea fundamental es guiar al alumno a través de la explicitación de las operaciones que se
realizan en el proceso de aprendizaje.