2ª parte cronica de unas vacaciones de diez dias a la costa atlantica marroquí

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CRONICA DE UNAS VACACIONES DE DIEZ DIAS EN LA COSTA
ATLANTICA MARROQUÍ, LOUALIDIA Y ESSAOUIRA
2ª PARTE

ESSAOUIRA: (Antigua Mogador) DEL 04 AL 10 DE SEPTIEMBRE
2.012
04 de Septiembre de 2012, a las diez de la mañana dejamos Loualidia y emprendimos
rumbo hacia la ciudad de la luz y el viento, Essaouira “Antigua Mogador”, por la carretera
comarcal R-301, bordeando la costa y alguna que otra localidad, ciento ochenta
kilómetros (180 km).

Un hecho curioso que nos llamó mucho la atención durante el trayecto, fue ver en los
márgenes de la carretera cañas de pescar, de las de las de lanzar, de cinco o seis metros
de longitud, puestas en vertical y junto a ellas a sus propitarios y unas ¿cajas?, dedujimos
y acertamos al consultarlo posteriormente en Essaouira, que se trata de venta de
pescado, son las capturas hechas con caña, pescado muy apreciado ya que se trata de
piezas, tales como la Lubina, Dorada o el Pargo y suelen ser de considerable tamaño, y lo
más importante “barato”. Al Hotel Borj Mogador llegamos a las trece horas (13:00 Horas),
Hotel de tres plantas, el trato del personal y la gerencia correcto pero distante con el
cliente, a nosotros nos pareció perfecto, además salíamos a las nueve de la mañana,
después de desayunar y no regresábamos hasta las siete de la tarde, ducha, arreglarse y
volver a salir hasta las once o doce de la noche en que regresábamos para dormir, esa ha
sido la tónica de nuestra estancia en el Hotel.

Con respecto a Essaouira, ¿qué deciros? que la mayoría no sepáis ya. Ciudad cosmopolita
en el que conviven diariamente varias culturas, amén de los turistas que la visitan. Su
Medina y Kasba se encuentra fortificada por una muralla de color ocre y que se cree fue
iniciada por los romanos y ampliada posteriormente por los portugueses. En la actualidad
tiene una población de unos cuarenta mil habitantes (40.000). Quitando el atractivo de la
muralla con su medina, puerto pesquero y su playa en la bahía de arena fina y blanca, la
ciudad en si es anárquica en su distribución arquitectónica, fea y muy poco alumbrada. Sin

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embargo os haré una pequeña sinopsis de nuestro quehacer diario, que prácticamente ha
sido igual casi todos los días.

Por las mañanas, tempranito, a eso de las nueve, visita al puerto pesquero para ver llegar
a las traíñas con sus bodegas y cajas de pescado repletas de sardinas, jureles y caballas,
por lo general. “Que gratos recuerdos de mi niñez me vinieron a la mente cuando esto
mismo lo veía en el puerto de Melilla”. Si ese día teníamos programado hacer una
parrillada en la playa, mirabamos lo que había entrado ese día y comprábamos lo que nos
apetecia, teníamos ganas de comer sardinas del Atlantico y las comimos, las suelen vender
de diez en diez unidades, y su precio es el equivalente a cincuenta centimos, compramos
veinte unidades, dos parrillas.

Después del puerto, nos dábamos una vuelta por el interior de la Medina que está anexa
al puerto, a esas horas tempranas de la mañana ésta está prácticamente vacía y da gusto
pasear por sus calles y laberintos, allí realizamos algunas compras, entre ellas, unos
cosméticos hechos a base de la famosa semilla de Argan.

Sobre las diez y media de la mañana, generalmente, si no dabamos primero una vuelta por
los bazares de la parte vieja, nos dirigiamos a pasar el día en la playa.

Ahora os cuento lo mejor, resulta que la playa de la ciudad de Essaouira, ubicaba en la
bahía que conforman el puerto y el final de la ciudad, así como las que las circundan, están
abarrotadas de bañistas, me recuerdan un domingo en las playas de Melilla en pleno
agosto, pero mucho más masificado. A lo que iba, la misma tarde en la que llegamos a
Essaouira, nos dimos una vuelta por la ciudad y circunvalación, sacando nuestras
conclusiones, que son las expuestas, imposible bañarse en esas playas, máxime cuando a
nosotros nos gusta algo más de intimidad, teníamos que explorar por las afueras para ver
si encontrábamos el lugar adecuado, “alguna cala”. Como preguntando se llega a Roma,
en un control de Policía en una de las salidas de la ciudad, les interrogue al respecto, un
agente muy amablemente nos sugirió una playa llamada Sidi Kauoki, ubicada a unos
veinte kilómetros (20 km), en dirección Agadir. Siguiendo las instrucciones que nos dieron
y tras unos veinte minutos de conducción por carretera comarcal llegamos a la
mencionada playa, playa abierta al mar Atlántico, extensísima de arena fina y sin apenas
bañistas. “A las fotos me remito”, con un pequeño complejo turístico, unos locales
windsurfistas regentados por europeos anclados en la época de Bob Marley y unos
cuantos Surfistas, venidos de dios sabe de dónde buscando ese viento con sus olas
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perfectas para la práctica de ese deporte. Mi mujer y yo nos dijimos que esa sería la playa
en la que pasaríamos los días de vacaciones en Essaouira, y así ha sido casi todos los días,
paz y tranquilidad.

La Medina de Essaouira, para que os hagáis una idea, es igual a un Zoco en domingo al
medio día o un sábado por la noche en pleno apogeo de la Feria. La mejor hora para
visitarla y hacer compras, es de diez a doce de la mañana, a partir de esa hora y hasta las
doce de la noche es un agobio el circular por ella. “Ojo con los carteristas”, detecté a
varios y están pendientes del incauto turista que desgraciadamente por un descuido dejó
a la vista y sin asegurar algún objeto valioso, suelen ir en parejas. La Medina tiene su
encanto, nosotros hemos ido casi todos los días a última hora de la tarde a pasear, ver los
mil y un comercio que allí hay de toda índole, tomarse un té o cenar en una de las muchas
terrazas y contemplar desde ahí a la gente pasar de distintas nacionalidades, al parecer es
una distracción popular y de la que los turistas se contagian ya que eran muchos los allí
sentados alrededor de las mesas, incluido nosotros.

Se me olvidaba; comentaros que una de las mayores atracciones para la vista y para el
paladar, son los puestos parrillas, se encuentran ubicados entre el puerto y la muralla de
la medina, los puestos están numerados y en ellos se exponen una diversidad de pescado
y mariscos, no preguntéis por el precio, no os lo dirán en principio, os dirán que elijáis la
cantidad que queráis comer de cada especie, una vez elegido el pescado o marisco y la
cantidad, os la pesarán y os dirán el precio, suele ser elevado y difícilmente uno se echa
para atrás despues de toda la parafernalia y se les dice que no, pues esa es una de las
tretas de las que se sirven para enganchar al cliente, una vez aceptado el precio os
sentarán en unas mesas, frente a las parrillas de carbón donde veréis hacerse lo
adquirido. Si os sobra el dinero, os recomiendo que vayáis, es una experiencia que no
olvidareis. “Nosotros pasamos de experiencias”, preferimos uno de los muchos
restaurantes que hay en las callejuelas de la Medina, donde hay de todo y con el precio
bien visible, luego ya depende de la economía de cada uno el elegir uno u otro, los hay de
todos los colores y precios.

Bueno amigos, esto ha sido todo, unas merecidas vacaciones de diez días para relajarnos
en la Costa Atlántica de Marruecos, Loualidia y Essaouira. Vacaciones que me hacían falta
para desconectar por completo con el mundo terrenal que conocemos y de su rutina
diaria.

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La vuelta a Melilla transcurrió sin novedad, salida de Essaouira, el lunes, día 10, a las 04:30
horas y llegada a Melilla a las 16:00 horas.

Un saludo y hasta la próxima.

Disfruten de estas cuantas fotos, en cuanto pueda haré un vídeo con un buen monton de
fotos y Clips de Videos.

Yimmi-
4runero

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