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Presos de conciencia, presos politicos y politicos presos
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Presos de conciencia, presos politicos y politicos presos

  1. R eiteradamente se viene debatiendo si tiene carác- ter político o no el encar- celamiento de determina- das personas. Aquí, en nuestro en- torno inmediato, se ha argumenta- do que en una democracia no cabe ni el concepto de preso político ni el de víctima de violencia de motiva- ción política. Debates conceptuales y apasionados como éstos, aun sien- do importantes, nos impiden avan- zar hacia una democracia en la que no se produzcan conculcaciones de derechoshumanoso–almenos–que se produzcan muchas menos. Ade- más, la pasión denota sentimiento, y el sentimiento no siempre atien- de a lo racional. Por tanto, pensamos que, para poder avanzar, hay que in- tentar introducir en el debate un in- grediente racional. ¿Puede haber presos políticos y víctimas de violencia política en una democracia? Claro que sí. Ningún sistema de gobierno es perfecto, y la democracia tampoco lo es. A eso se refería Winston Churchill cuando afirmaba que la democracia no era el mejor de los sistemas, pero sí el me- nos malo. Así que, cuanto más me- joremos la democracia, menos im- perfecciones tendrá; y también ha- brá menos casos de víctimas de vio- lencia de motivación política, y me- nos presos políticos. Una democra- ciasupuestamentetanbienreputada como la británica ha ocasionado víc- timasdeviolenciademotivaciónpo- lítica y presos políticos. Recuérden- se si no los casos de los seis de Bir- mingham, los siete de Maguire y los cuatro de Guilford. Acaso, los diferentes puntos de vista sobre lo que –en rigor– no de- bería pasar de ser una mera clasifica- ción semántica de categorías peni- tenciarias, tengan su origen en las revoluciones burguesas contra las monarquías absolutas de origen di- vino, cuando mucha gente fue en- carcelada por oponerse a lo que en- tonces era el status quo imperante. Entre los que se enfrentaban a esas monarquías absolutas había quien lo hacía utilizando pluma y papel, y había quienes optaron por las armas. Nadie discutía, no obstante, el carác- ter político de la reclusión que ello originaba. Se les penaba por querer un cambio. De las monarquías abso- lutas pasamos a las dictaduras, a las monarquías parlamentarias y a los regímenesrepublicanos.Regímenes, todos ellos, con mayores o menores dosis de democracia; mayores o me- nores índices de víctimas de violen- cias de motivación política, y tam- bién de presos políticos. Conviene que las definiciones es- ténclaras:presodeconcienciaescual- quierpersonaencarceladaporsuraza, religión, color de piel, idioma, orien- tación sexual o credo, siempre que no haya practicado la violencia ni abogado por ella.Tan importante, en la definición, es la motivación como el hecho de no haber practicado la violencia ni haberla defendido. Pre- so político es cualquier persona físi- ca a la que se mantenga en la cárcel o detenida de otra forma, por ejem- plo bajo arresto, porque sus ideas su- pongan un desafío o una amenaza para el sistema político establecido, seaéste de lanaturalezaquesea. Hay presos de conciencia que no son pre- sos políticos: por ejemplo, en la an- tigua Unión Soviética se encarceló por su credo religioso a personas que no se oponían al régimen político. Hay presos políticos que no son pre- sos de conciencia, porque en su opo- sición al régimen utilizaron la vio- lencia o abogaron por ella. Nelson Mandela no practicó personalmen- te la violencia, pero en determinada fase de su vida abogó por ella en su programa político, lo cual le convir- tió, cuando fue encarcelado, en pre- so político, pero no en preso de con- ciencia.Tampoco hay que confundir la categoría de preso político con la de político preso. Radovan Karadžic, pormuchoquesusmotivacionesfue- ranpolíticas,fueencarceladoporgra- vesexcesosenformadeabusosyvio- laciones de derechos humanos co- metidos en defensa (no en contra) de un status quo político determina- do, desde una posición de responsa- bilidad como parte de ese mismo sta- tus quo. Eso lo convirtió en un polí- tico preso, no en un preso político. Se han dado casos también de per- sonas que se han incluido simultá- neamente en las categorías de preso político y preso de conciencia. Aleksandr Solzhenitsyn, Aung San Suu Kyi yAminattou Haidar, encar- celados por su oposición política al status quo, han sido presos políticos, y el hecho de ejercer esa oposición sin practicar la violencia ni abogar por ella les convertía asimismo en presos de conciencia. El término ‘preso político’ alude únicamente a una mera categoría de reclusos. Nada más. Es un mero tér- mino en el nivel descriptivo. No im- plica atenuación de responsabilidad ni atenuación moral en el nivel va- lorativo. Por tanto, la posible simpa- tía, empatía o antipatía hacia esas personasosuactividadnotienenada que ver con su categorización. No obstante, desde ámbitos contrapues- tos, hay quien lo usa como equiva- lente a una especie de justificación ocomprensióndelohechocomome- nos malo que la criminalidad ordi- naria, por entender que esa motiva- ción política ennoblece la acción. En términos del filósofo inglés George Edward Moore, se trataría de una fa- lacia naturalista, donde se pretende desprender determinadas valoracio- nes favorables de unos hechos. En contraposición, hay quien afirma que el término no cabe en una de- mocracia; lo cual es un síntoma de miopía, además de erróneo en el me- jor de los casos. Es posible que haya quien niegue la existencia de presos políticos en una democracia como forma de negar a determinada cate- goría de personas encarceladas los derechos inherentes a la condición de reclusos de acuerdo con el dere- cho internacional. En este caso, no se trataría de miopía, sino de no que- rer ver.Afirmar que el hecho de uti- lizar el término es motivo para ile- galizar una opción política es querer hacer méritos en la ceguera, además podría ser atentatorio contra los de- rechos humanos; y más cuando en nuestro entorno no hay esa situa- ción de violencia, que esperemos esté ya definitivamente en vías de superación. ANTÓN Presos de conciencia, presos políticos y políticos presos ANDRÉS KRAKENBERGER Y SABINO ORMAZABAL ASOCIACIÓN PRO DERECHOS HUMANOS ARGITUZ Alfredo Landa y el landismo Ha muerto Alfredo Landa y todos los críticos coinciden en que se ha ido un grandísimo actor. Es curioso como todos estos comentaristas afirman que Landa dio lo mejor de sí una vez superado el llamado landismo, cuando pudo mos- trar la amplitud de su registro interpretativo. No estoy del todo de acuerdo. Precisamen- te son las películas landistas el mejor reportaje que existe sobre la España del tardofran- quismo. Su personaje en ‘Ven- te para Alemania, Pepe’, pelí- cula de insospechada actuali- dad, es insuperable. :: LAURA CASTILLEJO LUQUE. BILBAO La soledad de los mayores Las personas mayores tien- den a sentirse solas. La vejez es una etapa de la vida que conlleva una serie de pérdi- das como el trabajo, el estatus social, las capacidades físicas o incluso a los seres queridos, que favorecen el sentimien- to de soledad. En España, un 28% de las personas mayores se sienten solas con frecuen- cia, aumentando este porcen- taje al 38% si, además, viven solas. Si se tiene en cuenta que la proporción de mayores en esta circunstancias está au- mentando, siendo casi un 20% en la actualidad frente al 14% de hace diez años, nos encon- tramos con un grave proble- ma social. Estos hechos mo- tivan una mayor presión so- bre los servicios formales co- munitarios o de mercado cuando aparece la dependen- cia, qué también es un factor para padecer o agravar deter- minadas enfermedades y su- frir aislamiento. En este sen- tido, las tecnologías de la in- formación y la comunicación pueden constituirse como nuevas herramientas que fa- ciliten el desarrollo de las re- laciones interpersonales y el contacto con su entorno, en el que el mayor participe de la comunidad disminuyendo su aislamiento y favorecien- do su actividad diaria. :: ÁNGEL DELGADO PALACÍN. ERANDIO. BIZKAIA El remedio de la risa Algunos piensan que la risa es la mejor manera de combatir los negros nubarrones que se vislumbran en el horizonte. Claro que para que se produz- ca es imprescindible una cier- ta dosis de talento y éste está limitado a muy pocos de los mortales, pero hay que inten- tarlo. Porque entre los juegos nacionalistas, las sangrientas cifras de paro, los recortes en pilares tan básicos en la socie- dad como Sanidad y Educa- ción –entre otras muchas cau- sas– hay muchísima tela que cortar. Y es que, viene a cons- tituir la risa un especial estí- mulo físico y moral, que se asemeja a esa casi impercep- tible brizna de sal, que preci- sa el más sabroso de los pre- parados culinarios. :: MIGUEL SÁNCHEZ TRASOBA- RES. ZARAGOZA Ayer mismo escuché una conferencia de Étienne Chouard don- de comentaba que las actuales democracias están podridas des- de la base.Todas se basan en constituciones formuladas por los poderosos, al servicio de sus intereses, que han sido utilizadas para tirar por tierra además toda la organización que había en las comunidades rurales, nuestros pueblos, donde el reparto de funciones y tareas se realizaba con el compromiso de todos, que se implicaban con lo que consideraban común, y que en- tendían era su responsabilidad que no podían delegar. El co- munal (que aún existe en algunos pocos reductos rurales), el concejo abierto, los trabajos como el desbrozado y la limpieza de caminos comunales y montes, las llamadas ‘hacenderas’, han desaparecido hoy, delegando estas tareas en el Ayunta- miento, la Diputación, el Estado, Europa y su desmesurada or- ganización burocrática. Esa superestructura organizativa, pla- gada de normativas y leyes, no sirve a las necesidades de la tie- rra y de la gente consciente de su trabajo, sino que incita a la inconsciencia y a vivir de las subvenciones. Chouard, basán- dose en que los que son los más honrados y serían más aptos para gobernar no quieren participar en los gobiernos actuales, que están en manos justamente de los más inconscientes y sin escrúpulos, propone como ejemplo de auténtica democracia la que se vivió en Grecia durante doscientos años, quinientos antes de Cristo, donde los cargos electos se desempeñaban por sorteo entre sus ciudadanos, por periodos cortos e irrepetibles. :: GERARDO HERNÁNDEZ ZORROZA. GETXO. BIZKAIA Democracia por sorteo CARTAS AL DIRECTOR cartas@elcorreo.com OPINIÓN38 Sábado 11.05.13 EL CORREO
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