2.
La adicción se da cuando una persona necesita
un estímulo concreto para lograr una sensación
de bienestar y por lo tanto, supone una
dependencia mental y física frente a ese
estímulo.
3.
Las causas de que exista una adicción a los
videojuegos son muy diversas, pero nos podemos
encontrar con las siguientes:
- Personalidad dependiente: Hay personas que
por su personalidad tienden más a la adicción que
otras.
- Problemas familiares (falta de comunicación,
incomprensión, separaciones dramáticas, poca
dedicación al niño por motivos laborales...)
- Problemas escolares/ sociales. Escasa
integración en un grupo de amigos, soledad,
desmotivación escolar.
4.
Algunos de los aspectos o síntomas en que padres
y educadores debieran fijarse son:
- El joven parece estar absorto al jugar, sin
atender cuando le llaman.
- Siente demasiada tensión e incluso aprieta las
mandíbulas cuando está jugando.
- No aparta la vista de la televisión o pantalla.
- Empieza a perder interés por otras actividades
que antes practicaba.
- Trastornos del sueño.
5.
Es importante destacar que los videojuegos en
sí mismos no suponen una amenaza, puesto
que todo dependerá del uso y control que se
ejerza sobre ellos. Por eso, las adicciones no se
centran en el propio videojuego, sino en la
forma descontrolada y abusiva en la que se
puede presentar.
6.
El juego fue creado para entretener y divertir a las
masas, con tal de distanciar la mente de la realidad
y permitir una desconexión de nuestros
quehaceres, preocupaciones y obligaciones. Como
todo en la vida, debemos aprovechar y disfrutar de
las cosas que nos gustan en su justa medida,
teniendo claro que los abusos son capaces de pasar
factura. Estos abusos, en el sector de videojuegos
que nos ocupa, pueden llegar a saturar nuestra
mente creando una distorsión de la realidad que se
apoderará de nosotros si no somos capaces de
frenar las horas de juego diarias.
7.
Algunas recomendaciones para padres o
educadores son:
- Realizar conjuntamente con el joven un
horario para que se reparta equilibradamente el
tiempo.
- Proponer nuevas actividades que le resulten
de interés.
- Utilizar los videojuegos como "premio" por
la correcta realización de sus tareas escolares,
demostrándole que el estudio es lo primero.
8.
No hay ningún barómetro que mida a ciencia
cierta cual es el límite que dictamine el inicio a la
adicción, sin embargo podemos distinguirlo
cuando apreciamos un aumento en las horas de
juego y el constante deseo de dejar de hacer
cualquier actividad, ya sea lucrativa o laboral, con
el único fin de plantarnos delante de la consola.
Si se llega a este extremo, deberemos intentar
evitar el juego por voluntad propia y de no poder,
pedir ayuda a gente especializada que nos aparte
del problema.
9.
Para evitar la adicción a los videojuego y otros aparatos
electrónicos, sobre todo a tu edad, los expertos recomiendan:
*Establecer un máximo de tiempo diario de juego, no mayor de
dos horas.
*Dependiendo de la edad que tengas, debes jugar el videojuego
correcto, cada uno tiene distintas clasificaciones y debes apegarte
a esa regla; de lo contrario, llenarás tu vida de imágenes violentas
u eróticas a muy temprana edad.
*Si ya eres adicto lo mejor que puedes hacer es pedir ayuda , lo
recomendable es ir con un psicólogo para que te oriente mejor y te
diga qué puedes hacer para controlar tu ansiedad provocada por
los videojuegos
10.
Aunque parezca doloroso saberlo, es la mejor
forma de curarse de todo tip de adicciones,
pero siempre y cuando sea controlada por los
padres, porque hubo varios casos en que chicos
de muy temprana edad se volvieron adictos a
los juegos y cuando los padres los castigaban
quitándoselos, estos se acaban o llegaban a
cosas peores. El que un mayor prive a su hijo
(obviamente adicto a un juego) no quiere decir
q este curado, el chico tiene q pasar por varias
faces antes de que vuelva a jugar con
“responsabilidad”.
11.
Los videojuegos, son el entretenimiento de
moda para niños y adultos, pero es importante
saber equilibrar el juego con las demás
actividades para que no conviertan en una
adicción y en un conflicto familiar