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TEMA 67. NARRATIVA
HISPANOAMERICANA EN EL S. XX.
1. INTRODUCCIÓN
Desde el Romanticismo, la lucha por la independencia en
América Latina descubrió la figura del indio. Tras la penetración de
las culturas francesa y anglosajona, así como la nueva valoración de
lo indígena, se busca una identidad poscolonial.
En esa búsqueda destaca Domingo Faustino Sarmiento
(Facundo, civilización y barbarie), en que la barbarie se liga a las
fuerzas de la naturaleza que se transmutará al final en el realismo
mágico. Desde un principio la cuestión de la identidad se trata de
fundar en la naturaleza, bien desde el punto de vista del entorno
natural con el hombre, bien con relación al lugar geográfico.
Entorno natural en el hombre: o bien se considera que el
entorno influye negativamente en el hombre y por ello sufre el abuso
de la Naturaleza sobre él; o se busca la armonía. El concepto de
armonía se desarrolla a partir de los ensayistas y luego pasa a las
novelas. En 1900 se publica el ensayo con más influencia hasta el año
40: Ariel, de José Enrique Rodó, con el que tiene comienzo la visión
positiva del hombre respecto a la Naturaleza: la idea de que las
culturas hispánicas son superiores a las anglosajones porque no son
utilitaristas. Para Rodó, la cultura espiritual sobrevivirá a la utilitaria
no sólo por que estén basadas en el pensamiento mediterráneo
griego, sino porque están en un continente nuevo, lo que suma tanto
experiencia como juventud geográfica. La generación arielista, pues,
considera que la riqueza latinoamericana reside en el contacto con la
Naturaleza.
En 1917, Francisco Contreras publica El mundovinismo, donde
opone mundo nuevo a mundo viejo y de nuevo proclama la
superioridad de América Latina. En 1927 culmina el proceso con José
Vasconcelos en un ensayo titulado La raza cósmica, en que proclama
que tras el estado positivo (que llega después del mítico y el
metafísico), hay una cuarta etapa, la era estética, que estará
protagonizada por una raza superior: la raza cósmica
hispanoamericana.
Con relación al lugar geográfico, se distinguen tradicionalmente
cuatro zonas:
a) México à literatura que tuvo que ver con la Rev. Mexicana.
b) Colombia, Venezuela, Brasil à la selva y la sabana.
c) Andina: Perú, Ecuador y Bolivia à literatura indigenista.
d) La Pampa à literatura gauchesca.
La narrativa, según Carlos Fuentes, servía para la búsqueda de un
lenguaje propio con el que abordar la “contraconquista” cultural,
para eludir la repetición fatal de la tradición academicista. La novela
afianza la continuidad cultural de un continente comprometido en
construir una sociedad civil opuesta a autoritarismos culturales o
políticos.
à Imposibilidad de aludir a una literatura uniforme y homogénea de
un continente con 19 naciones con sus distintas manifestaciones
étnicas, culturales y sociopolíticas.
2. LA NOVELA DE LA PRIMERA MITAD DEL S. XX
Tras las elevadas aspiraciones y el idealismo modernista,
interesan ahora la descripción del entorno, la afirmación de lo
propio y la denuncia social. La literatura tiende a concebirse
como compromiso, y sobre ella incidirá el acontecimiento
histórico. Su posicionamiento ante la actitud expansionista de
los EE.UU. es cada vez más acuciante.
à Reflexión sobre la identidad nacional y continental.
à Regreso a técnicas y temáticas propias del realismo y
el naturalismo.
El REGIONALISMO es el marbete con que se suele
caracterizar una orientación de la prosa de ficción
hispanoamericana que sucede al Modernismo. En ella aparece
con presencia preponderante y significativa la naturaleza
hispanoamericana:
a) Incorporación a la literatura de un entorno físico todavía,
en buena medida, desconocido: La Pampa, la selva, el
llano…
b) Telurismo: descubrir en la Naturaleza una fuerza oscura,
ingobernable, amenazante. Emblema es una frase de La
Vorágine de J. E. Rivera: “Los devoró la selva”.
Replanteamiento de la relación del hombre con el espacio
americano y, por lo tanto, revisión de la dialéctica
civilización/barbarie.
c) Tres direcciones principales:
NOVELA DE LA
REVOLUCIÓN
MEXICANA
NOVELA DE
LA TIERRA
INDIGENISMO
1916 Los de abajo, M. Azuela
(redescubierta en 1924)
1918 Cuentos de la selva, H. Quiroga
(Uruguay)
1924 La Vorágine, J. E. Rivera
(Colombia) –novela de la selva-.
1926 Don Segundo Sompra, R. Güiraldes
(Argentina) –novela “gauchesca”-.
1928 El águila y la serpiente
Martín Luis Guzmán
1929 Doña Bárbara, Rómulo Gallegos
(Venezuela)
1934 Canaima, R. Gallegos
-novela de la selva-
Huasipungo, J.
Icaza (Ecuador)
El mundo es
ancho y ajeno,
C. Alegría (Perú)
- Novela de la naturaleza o “criollismo” à apogeo entre
1915 y 1930. Naturalismo + estilización del lenguaje
modernista- Reacción naturalista contra el
cosmopositismo de los modernistas.
- Novela de la revolución mexicana: fue fuente de
inspiración durante 50 años. Son obras breves en forma de
memorias que a menudo siguen a un caudillo en su periplo
revolucionario. Hay rapidez en la acción, dramatismo y un
carácter episódico deudor de técnicas periodísticas.
Predomina el valor documental, con lenguaje novedoso,
rasgos de la oralidad y voces populares. Su tono es
pesimista, con tintes épicos y contenido social. Inaugura
una nueva forma de narrar que cancela los modos del
Realismo y el Naturalismo; incorpora a las clases populares
americanas como sujetos de la acción y su lenguaje. Con la
renovación narrativa del medio siglo aparece una nueva
novela mexicana (Yáñez, Rulfo, C. Fuentes…)
- Novela indigenista: Perspectiva de la realidad, trata de
describir lo que realmente le sucede al indio. Raza de
bronce de Arguedas, con visión racista derivada del
darwinismo de la época: desaparecerán porque son
inferiores. Icaza y Ciro Alegría los defienden y reivindican.
La novela indigenista denuncia las injusticias que sufren los
indios sometidos a los grupos de poder propios de los
países ya independizados.
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Esta narrativa regionalista va a ser valorada de diferentes
maneras. Para algunos da lugar a obras excepcionales y son
punto de partida de la literatura hispanoamericana moderna,
mientras que otros como Emir Rodríguez Monegar optan por
marcar las distancias: técnicamente poco acabadas,
anacrónicas respecto al momento en que se vive. Lo que está
claro es que las obras de García Márquez, Vargas Llosa,
Fuentes o Rulfo dialogan con esta narrativa.
3. TENDENCIAS DE LA NOVELA DESDE
MEDIADOS DE SIGLO
A. LA RUPTURA CON LA TRADICIÓN (1940-50)
Después dela etapa fecunda del regionalismo hay una
crisis a la que sobreviene una renovación tal, que el impulsó
un momento tal vez irrepetible para las letras hispánicas
(Bellini). Hubo una atmósfera parricida nutrida de
experimentalismo, insatisfacción y negación de los
antecedentes.
- Descubrimiento de Joyce y Huxely. Influjo de Kafka, Proust,
Mann y la Generación Perdida.
- Influjo del surrealismo y el psicoanálisis.
Borges, Alejandro Carpentier y Miguel Ángel Asturias
proponen unas estructuras narrativas nuevas con temáticas
más complejas, juego caleidoscópico de puntos de vista y
pluralidad de planos temporales que tendrán al hombre como
centro de la búsqueda. La finalidad en Carpentier y Asturias, al
cabo, será la misma que antes: elevar el mundo americano a
condiciones más humanas y dignas.
La “nueva novela” tiene como problema la obra de arte, la
conciencia de estilo. Carlos Fuentes señaló que la novela
hispanoamericana contemporánea es “mito, lenguaje y
estructura”, y que esos tres elementos funcionan como
contrapeso para evitar los riesgos del formalismo.
Son renovadores de la visión de América y del lenguaje
americano.
JORGE LUIS BORGES
La literatura contemporánea de los últimos 20 años tiene
una gran influencia de Borges en cuanto a la relación entre
realidad y ficción. Primero practicó el verso, pero en los años
30 da paso a la prosa con Historia universal de la infamia, de
carácter ensayístico-novelado. Tras un accidente en la
Navidad del 38, ficcionalizado en El Sur, y la muerte de su
padre, sus conceptos de espacio y tiempo cambian, y
comienza una concepción híbrida de sus cuentos como en su
primer relato fantástico: “Pierre Menard, autor del Quijote”,
recogido en Ficciones (1944). Inaugura con ello una mezcla de
géneros entre la fantasía filosófica, el ensayo y el cuento
1
. Las
grandes obras son Ficciones y El aleph. Son símbolos de su
nueva narrativa:
1
En esta nueva concepción son importantes: BERKELEY, idealismo, el
mundo no existe fuera de la mente; PLATONISMO: arquetipos eternos;
CREENCIA CRISTIANA, justificar la existencia y encontrar la verdad absoluta;
CREENCIAS ORIENTALES; LEYENDAS MÁGICAS, confusión de sueño y realidad.
2
El conjunto de sus propuestas y sus relatos suponen un dramático
cambio en el rumbo de cómo se entendía entonces el arte narrativo en
América, pues lo convirtió en un vertiginoso foco donde se concentraban las
más gran- des y dispares cuestiones estéticas e intelectuales: barroco, van-
guardia, negrismo, existencialismo, universalismo, americanismo, mito,
- Espejos como arquetipos platónicos que dan paso a una
nueva realidad, que reflejan un mundo gnóstico, copia
invertida de los astros y se da una multiplicación inútil de
un simulacro del simulacro.
- Los sueños y la confusión de lo ficticio y lo real, los papeles
premonitorios y la repetición cíclica e infinita.
- Laberinto, como búsqueda de la realidad y su justificación.
- Escepticismo.
Ve la literatura como biblioteca de Babel, como reescritura
constante y fantasías finitas que incluyen fantasías infinitas.
Su estilo se limpia de lo superfluo al mismo tiempo que
representa el barroquismo hispanoamericano. Su literatura
es culturalista, nace y muere en los libros.
MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS
Representa un barroquismo tropical en confluencia con el
surrealismo y el indigenismo. Tras una primera etapa con un
racismo en la línea de Vasconcelos, en París redescubre la
vigencia de sus raíces indígenas (su madre era maestra
indígena). Comenzó su andadura de escritor como recopilador
de las Leyendas de Guatemala (1930), pero adquiere fama con
El Señor Presidente (1946), influido por Tirano Banderas de
Valle-Inclán y en la línea de La sombra del caudillo de Martín
Luis Guzmán. Pretende con ella hacer una caricatura de la
dictadura y experimentar con un lenguaje narrativo nuevo. La
insistencia en el extrañamiento lingüístico es más patente en
Hombres de maíz (1949), más complejo y que supone el
triunfo de la magia verbal en el estilo y el tema del indígena en
lo ideológico.
Su intención es triple:
1) Rescatar el sustrato maya-quiché como una fuerza
persistente en la cultura de su país.
2) Introducir un cambio decisivo en la cultura de su país y
continental con un lenguaje asociado a la vanguardia.
3) Mostrar la situación neocolonial que pesa sobre la vida
política guatemalteca.
La fue concedido el Premio Nobel en 1967, en pleno auge de
la narrativa hispanoamericana.
ALEJO CARPENTIER2
(Cuba 1900-1980)
3
publica en 1949 El reino de este mun-
do. La novela es un intento de mitificación histórica basada en
sus postula- dos de lo “real maravilloso”: la acción ocurre en
Haití a lo largo de 20 años, los hechos narrados son
ciertamente históricos al igual que los personajes. Pero lo que
cuenta es la forma de representar a unos y otros. La impronta
maravillosa, con claros aromas africanos, opera como factor
desrealizador.
Todas sus obras presentan un denominador común: los
personajes se mueven en un espacio dual, construido en torno
a la dicotomía del “acá” americano y el “allá” europeo o, dicho
de otra manera, entre lo mágico, onírico, propio del nuevo
mundo y el mundo europeo determinado por lo racional. Este
es el caso de Los pasos perdidos y El siglo de las luces. El trata-
historia, revolución, identidad cultural, civilización y primitivismo, el sentido
mismo del arte... Carpentier fue una figura mayor a partir de esas fechas: su
ejemplo inspiró proyectos comparables a los suyos en varios escritores que le
siguieron; con él comenzó a creerse en la novela como un vehículo
todopoderoso de expresión americana; y señaló la disolución del regionalismo
como modelo canónico. (José Miguel Oviedo, III)
3
Oposición de la burguesía ilustrada cubana contra la dictadura de
Machado, que llegó a encarcelarlo. Posteriormente sería embajador de Castro
en París. Su novela Ecué-Yamba-O (1933) reivindica la cultura afroamericana.
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miento que hace del tiempo en su escritura es peculiar:
anacronologías, series temporales paralelas, temporalidad
invertida... Novelas como Concierto barroco y El arpa y la
sombra son buena muestra al respecto.
El recurso del método – que se puede incluir en la serie de
novelas “de dictador”- y La consagración de la primavera son
otras de sus novelas más conocidas.
B. LA FORMA NARRATIVA COMO PROBLEMA
(1950-60)
JUAN CARLOS ONETTI4
Sus novelas son una “geografía moral”. Onetti retrata la
degradación, no la explica. En su obra se dan dos ciclos (J.
Franco)
1) Los personajes tratan, sin conseguirlo, afirmarse en la
sociedad: El pozo, Para esta noche, Tierra de nadie, La vida
breve.
2) Ciudad ficticia de Santa María: Una tumba sin nombre,
Juntacadáveres, El astillero. Santa María es un lejano
puerto fluvial, decaído por autosuficiente, un lugar en que
la esperanza se ha esfumado, donde las gentes se dedican
a la mediocridad.
Persigue un retrato interno del hombre como ciudadano del
mundo, símbolo de los problemas planteados al individuo por
la civilización contemporánea. Su obra atrae por la
profundidad, agudeza de su descripción psicológica: “yo
quiero expresar nada más que la aventura del hombre”.
Elementos característicos:
- Personajes aparentemente concretos pero puros problemas en
el fondo.
- Realidades que constituyen problemáticas irrealidades.
- Ámbitos que emiten continuos mensajes negativos.
- Razonar interior, monologante, que da la dimensión oculta del
individuo.
- Observación minuciosa de las cosas, que se presentan ambiguas
y clarísimas al mismo tiempo.
LEZAMA LIMA
Presenta una concepción de la poesía con raíz platónica,
porque la imaginación poética permite conocer el mundo.
Paradiso (1966) presenta significaciones ocultas e incursiones
en la filosofía o la estética. Su personaje, José Cemí, es el
propio autor, con quien dialoga. La novela escapa
constantemente al reino de lo maravilloso. Según Cortázar, «a
Lezama no le importan los caracteres, le importa el misterio
total del ser humano, “la existencia de una médula universal
que rige las series y las excepciones”».
JUAN RULFO
El México que presenta es una tierra dominada por la
violencia, la dureza de los hombres, los amores ardientes y los
pueblos asolados por sequías, revoluciones e incendios. “Los
4
“No tiene casi comparación con ninguno otro entre los narradores
hispanoamericanos de este siglo: es oclusivo, gris, angustioso, cínico,
obsesivo, minuciosamente cruel. Sin dejar de mostrar una contextura rea-
lista, sus historias y situaciones tienen una insidiosa cualidad de impla- cable
ceremonia o ritual, de calculada penitencia que unos se infligen a otros en un
abierto desprecio a la moral convencional. Volcados hacia adentro, traman
una vida imaginaria donde son otra vez inocentes o jóvenes o felices, para
compensar la devastación que el tiempo real ha impuesto sobre ellos. Si hay
alguien que en nuestra literatura encarnase plenamente la fascinación del Mal
vivos están rodeados por los muertos” es una vibrante
metáfora que dibuja el escenario de esa obra, un paisaje de
sangre, pobreza y muerte. Trasciende lo estrictamente
realista, todavía presente en El llano en llamas, para incurrir
en lo mágico y fantasmagórico. Pedro Páramo presenta un
cacique en el pueblo de Comala al que llega Juan Preciado,
que prometió a su madre en el lecho de muerte que iría a
rescatar su herencia. Al final del relato, el lector descubre que
el pueblo y el cacique que busca están muertos y solo
encuentra las voces de sus fantasmas, a los que confunde con
seres reales, hasta descubrir que él mismo estaba muerto, que
es una voz más. Borges la consideró la mejor novela
hispanoamericana.
Todo se convierte en una fantasmagórica evocación de
los temas que obsesionaban a Rulfo: el mundo rural, la
violencia, la familia y sus tensiones, la miseria del
campesinado, la guerra civil y, sobre todo, el caciquismo que
domina absolutamente la vida de los pueblos. La estructura de
Pedro Páramo sirvió como modelo a buena parte de la
novelística posterior: fragmentarismo, desorden cronológico,
cambios de punto de vista, alternancia de diálogo y monólogo
interior, empleo del lenguaje popular como elemento
poético... Todo ello convierte a Pedro Páramo en un relato en
donde realidad y fantasía se mezclan y dan como resultado un
conjunto sembrado de visiones oníricas y alucinaciones. Sería
una muestra paradigmática del llamado “realismo fantástico”.
JULIO CORTÁZAR
Fiel a un código del ejercicio literario que entendió como
un perpetuo buscar y experimentar, corriendo todos los
riesgos. Final del juego, Las armas secretas, Historias de
cronopios y de famas, Todos los fuegos, el fuego, Bestiario, son
algunos de sus libros de cuentos.
El mundo de Cortázar tiene sus raíces en la literatura
fantástica en la que influyó Borges; sin embargo, hay una gran
diferencia, y es que Cortázar no se aleja de la realidad física,
sino que demuestra que bajo su apariencia “normal” y
cotidiana se esconde un mundo monstruosos, maravilloso,
aterrador e impredecible. En su teoría de lo imaginario lo que
llamamos “realidad” es apenas su apariencia fenomenológica,
pues lo “real” está debajo de ella y contiene lo fantástico, que
puede emerger en cualquier momento.
En Bestiario aparecen sus claves: Buscar los intersticios o
puntos en los que la realidad cotidiana sufre una distorsión
ontológica y se convierte en un mundo totalmente
desconocido, regido por otra lógica. Esto puede ser de forma
gradual (como en “Casa tomada”) o de súbito (“Las puertas del
cielo”). En cualquier caso, es irreversible: la realidad no vuelve
a ser lo que era para los personajes o para nosotros.
La imagen de la “rayuela” en Cortázar ya aparece en la
forma de “Casa tomada”, y apunta el elemento lúdico que,
junto con el erótico y el revolucionario, triangula la obra de
Cortázar. Cultiva un juego trascendente, un ejercicio de
que exploró Bataille en sus teorías y novelas, ése es Onetti, maestro de la
visión negra y despiadada del comportamiento humano.
Esa visión no sólo es profundamente original, sino anómala dentro de
nuestro proceso literario: es el primer autor en alcanzar resultados
estéticamente válidos al tratar de convertir el relato en un espacio don- de se
examina el acto de escribir; la autorreferencialidad, hoy tan de moda, tiene
en él a un gran experimentador”. (José Miguel Oviedo, III).
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libertad y fantasía que desborda los límites de lo cotidiano y
se abre a una dimensión donde somos otra vez niños >
inventando un mundo a partir del existente.
- Reglas distintas a las reglas comunes (“Autopista del Sur”)
- Circularidad de los planos en “Axólolt”, “Continuidad de los
partes” y “La noche boca arriba” à esquema de la cinta de
Moebius, el motivo del Doppelgänger.
- Contacto del juego con lo siniestro o lo letal, subraya el
aspecto amenazante de la existencia.
Con Rayuela (BB.AA., 1963), Cortázar injerta en la tradición
rioplatense el surrealismo francés e instantáneamente se
convierte en famosos y se lo inscribe en el “boom” aunque no
fuera tan moderno y joven como los demás. Se trata de una
novela de indagación metafísica que lo cuestiona todo: la vida,
el amor, el arte, la cultura, la razón, la locura, incluso ella
misma y el acto de leerla. Se rige por una especie de
improvisación jazzística (“¿Encontraría a la Maga?”). Es similar
a una anti-novela, o una parodia de estas; al inicio, en el
“Tablero de dirección” se índice que entre las muchas formas
de leer la novela, predominan dos: leerlo del principio al
capítulo 52 o bien empezando por el 73 y siguiendo las
indicaciones. Esto crea lo que llama el “lector cómplice”, una
especie de performance que permite una lectura circular o
infinita. A pesar de ello, hay una estructura tripartita (“Del lado
de allá”, “Del lado de acá”, “De los dos lados. Capítulos
prescindibles”).
Parte de que el lenguaje se ha anquilosado y necesita una
limpieza general para que los hombres puedan expresarse y
comunicarse: juegos de palabras, búsquedas en el diccionario,
intercalado de un pasaje de Galdós en el capítulo 34, invención
de una “lengua ispanoamerikana”, glíglico erótico (Apenas él
le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso…).
ERNESTO SÁBATO
Heredero de la gran tradición realista argentina,
representante de la novela urbana. Buenos Aires es en su
relato un escenario constante que se propone como objeto de
indagación obsesiva y como materialización del drama
histórico de la nación. Dota a sus relatos de un poso filosófico
y ético. Publica El túnel en 1948, relato confesional sobre la
pasión amorosa de un pintor paranoico que mata a su amante.
Sobre héroes y tumbas (1961), considerada la mejor
novela argentina, contada con procedimientos faulknerianos
y de narrativa de terror. Incluye un diario íntimo a veces
publicado aparte “Informe sobre ciegos”, con simbolismo
surrealista.
Abaddón el exterminador (1974) recoge confesiones,
entrevistas o artículos bonaerenses sin orden, para interpretar
“este tiempo de apocalipsis”.
En Antes del fin (1997) hace una declaración de esperanza
en el ser humano dirigida a jóvenes y mayores “solo quienes
5
Tuvo una infancia de niño tímido, repleto de terrores, que vagaba por
un enorme caserío de sus abuelos por oscuros corredores de tapices
polvorientos y santos de escayola cuyos ojos brillaban en la oscuridad, y sin
conocer a su madre hasta los siete años. Sus abuelos tenían gran imaginación.
Su abuela por la casa como un alma en pena, llegaba de puntilla por la noche
y lo aterrorizaba con cuentos. Su abuelo era un compañero con quien hablaba,
daba paseos o acudía al circo. Había combatido en las guerras civiles y en una
ocasión tuvo que matar a un hombre: “tú no sabes cómo pesa un muerto”, le
decía. Su abuelo murió cuando él tenía ocho años: “Después todo me resultó
bastante plano”.
La obra de García Márquez constituye un fenómeno extraordinario en
la sociología del consumo literario. Sus ediciones han sido masivas y su
sean capaces de sostener la utopía, serán aptos para el
combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad
hayamos perdido”.
C. NOVELA EXPERIMENTAL AL SERVICIO DE LA
FABULACIÓN
En la promoción siguiente se atiende a la narración y al
papel del lenguaje, pero la historia narrada sirve de alegato
frente a una realidad poderosa.
GARCÍA MÁRQUEZ
Premio Nobel de literatura en 1982. Dijo como recurso
mitificador que lo que había escrito es lo que ya conocía a los
ocho años.
5
Sus primeras novelas cortas buscaban ya la unión de lo
real y lo fantástico, así como la formación de un peculiar
mundo imaginario a la manera de Faulkner y su condado
ficticio de Yoknapatawpha.
Su trabajo se inició dentro del mundo del periodismo en
la década de los 40 y hacia 1950 publica La hojarasca, novela
corta y magnífica. Del mismo año es Relato de un náufrago,
texto a caballo entre la crónica y la ficción. El coronel no tiene
quien le escriba (1958 ), La mala hora (1962) y Los funerales
de la Mamá Grande (1962) suponen la consolidación del
mundo imaginario de Macondo. Será en 1967 cuando tenga
lugar el momento culminante de su labor creadora.
Efectivamente Cien años de soledad será un texto
paradigmático de la nueva narrativa. El libro es a la vez una
síntesis de la historia de un poblado fantástico, Macondo, el
Aracataca de su infancia, que representa metafóricamente la
América Latina, y de la humanidad en general. Es así como
adquiere una dimensión universal y nos implica a todos, pues
a todos nos conciernen los riesgos que acosan al género
humano: los riesgos amorosos, el incesto, los problemas
sociales, los abusos y explotaciones de unos seres por otros,
las guerras, la decrepitud y las heridas del tiempo... Todo ello
aparece en la novela representado por elementos fantásticos,
fuerzas naturales insólitas, capacidades sobrehumanas,
milagros y fascinantes enigmas.
Una técnica semejante utilizó en El otoño del patriarca, su
peculiar contribución a la serie de “novelas de dictadores”.
Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los
tiempos del cólera (1985) o cualquiera del resto de sus libros
publicados más recientemente bastaría para situar a García
Márquez como uno de los más grandes escritores de nuestra
época.
MARIO VARGAS LLOSA
(Perú, 1936)
6
se dio a conocer con la novela La ciudad y
los perros (1963), crónica y crítica de la educación que recibían
literatura contribuyó de forma determinante a la difusión mundial del “boom”
y de toda la producción latinoamericana.
6
Uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos,
su obra ha cosechado numerosos premios, entre los que destacan el Príncipe
de Asturias de las Letras 1986 y el Nobel de Literatura 2010 —este último
otorgado «por su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes
mordaces de la resistencia del individuo, su rebelión y su derrota»—;el
Cervantes (1994), el Planeta (1993), el Biblioteca Breve (1963), el Rómulo
Gallegos (1967), entre otros. Desde 2011 recibe el tratamiento protocolar de
Ilustrísimo señor al recibir de Juan Carlos I de España el título de marqués de
Vargas Llosa.
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los hijos de algunos miembros de la burguesía limeña en una
escuela militar. Es una novela compleja en lo formal. Se
superponen acciones, personajes y tiempos, empleando
continuamente el monólogo interior. Se consagró con La casa
verde y sobre todo con Conversación en la catedral, larguísimo
diálogo evocador del Perú que el autor vivió durante su
juventud en el que también aparece una rigurosa y profunda
crítica política.
Posteriormente publica novelas como Pantaleón y las
visitadoras, La tía Julia y el escribidor y La guerra del fin del
mundo que le mantienen en primera línea de esta pléyade de
escritores hispanoamericanos. Su obra incluye también
numerosos ensayos y ha seguido publicando obras de gran
aceptación hasta nuestros días (Lituma en los Andes, La fiesta
del chivo, El paraíso en la otra esquina).
Biografía novelada del último día de la vida de Trujillo, el
dictador dominicano. Vuelven a aparecer los temas históricos,
políticos y sociales a los que incorpora técnicas de la novela
del siglo XX: monólogo interior, localización múltiple,
discontinuidad temporal y pluralidad de voces narrativas. Se la
considera la mejor novela hispanoamericana del S. XX, y se
refiere la anécdota de que Gª Márquez, después de leerla,
dijo: “Esto no se le hace a un viejo como yo”.
CARLOS FUENTES
(México, 1928-2012) es un exponente de las clases más
ilustradas. Amigo en su juventud de Octavio Paz y con una
formación exquisita adquirida en Estados Unidos y Suiza, su
obra se extiende a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y
principios de éste en que vivimos. Su postura es siempre
crítica con la burguesía y las clases dirigentes de su país. A fin
de responder a la pregunta constante por la esencia de
México, país que convierte en el verdadero protagonista de
todos sus libros, Carlos Fuentes desmonta los componentes
de la novela de la revolución para luego reconstruirlos con
procedimientos parecidos a los de la “generación perdida”
norteamericana (Hemingway, Dos Passos). Su primer libro
publicado Los días enmascarados (1954) está integrado por
una serie de cuentos magistrales. Le siguieron obras de la
categoría de La región más transparente, La muerte de
Artemio Cruz, Zona sagrada, Cambio de piel y Terra nostra. En
su ensayo “La nueva novela hispanoamericana” intenta hacer
un balance del periodo del “boom”. Opina que una de las
marcas más señaladas de este complejo fenómeno fue la
reelaboración de mitos universales provenientes de
tradiciones muy diversas y adaptados al marco de la cultura
latinoamericana.
4. EL «BOOM»7
DE LA NOVELA
LATINOAMERICANA
7
A partir de la década de los 60 y durante al menos 15 años asistimos a
un auge extraordinario de la producción y consumo de literatura
hispanoamericana en todo el mundo. Es lo que se denominó el “Boom” de la
literatura latinoamericana. Se trataba en realidad del descubrimiento
repentino de una novelística que se había desarrollado en su propio
aislamiento americano durante años y que, al publicarse en un corto periodo
de tiempo, daba la sensación de una explosión inesperada. Si bien este
fenómeno se sustentaba en la aparición de docenas de obras excelentes y en
la consolidación como autores de mérito y de prestigio internacional de un
grupo numeroso de autores del subcontinente, no hay que menospreciar la
importancia que tuvieron factores extraliterarios en la eclosión de este hecho.
Citemos entre otros la revolución cubana, que atrajo la atención mundial
En la segunda mitad del XX caben desde las propuestas de
Borges y sus eternos juegos simbólicos y la obsesión por la
biblioteca como experiencia de la humanidad, al deslinde
entre sueño y realidad de Rulfo o la mitificación de García
Márquez como modos de cancelación del localismo. à Es una
realidad transmutada por el lenguaje y la técnica narrativa,
con auxilio de lo onírico, mítico y legendario. Es el tiempo del
“realismo mágico” o de lo “real maravilloso”. No se perciben
ya verdades absolutas, se está llegando a lo que Harold Bloom
llamó etapa “irónica”: las novelas no son espejos de la
realidad.
El chileno José Donoso señala en su Historia personal del
«Boom» lo fortuito de la aparición de tantas obras narrativas
de tan grandes autores en tan poco tiempo, tanto de quienes
maduraron prematuramente (Vargas Llosa y Carlos Fuentes)
como de autores prestigiosos de más edad (Sábato, Onetti,
Cortázar).
El “boom” ha dado lugar a más de una polémica. Para algunos
críticos no fue sino un fenómeno de mercado hábilmente manejado
por los grandes editores y agentes literarios. Para otros fue un intento
loable de integrar las variantes geográficas, culturales e incluso
dialectales en pos de una literatura continental unificada, algo
impensable desde los tiempos del Modernismo.
Los supuestos teóricos son prácticamente aquellos sobre los
que se asentó la renovación de los años 40 antes citada. Se busca la
identidad americana a través de la mitología propia, se indaga en el
subconsciente colectivo de los pueblos pero también en los archivos
y bibliotecas, todo ello para revisar su propia historia y reescribirla
desde otro punto de vista.
El realismo mágico, al que tantas veces hemos aludido, viene a
ser como una nueva mitología griega, un intento de plasmar el
pensamiento americano a través de sus mitos y leyendas. Y esta
exitosa narrativa hispanoamericana empieza a difundir la nueva
mitología, a crear seres extraordinarios, los nuevos héroes, como el
coronel Buendía de García Márquez, o bien descubrir territorios
míticos como Macondo (García Márquez) o Co- mala (Juan Rulfo).
El “boom” no tiene carácter generacional. Lo forman escritores
de di- versas edades y países, frecuentemente sin relación entre
ellos. De todas formas, sí que se pueden citar una serie de rasgos
atribuibles a la mayoría. Serían los siguientes:
• Preocupación por el desarrollo de nuevas estructuras narrativas
y por la experimentación lingüística.
• Importancia de lo histórico-social y, por tanto, exploración de la
realidad próxima.
• Rechazo de la moral burguesa.
• Tendencia a la hibridación genérica, es decir, a unir diferentes
géneros literarios bajo la forma de una novela.
Pero lo verdaderamente original de estas novelas es que todo
este proceso de renovación, lejos de convertirse en un mero
experimento estético, se pone al servicio de una literatura
revolucionaria, muy comprometida con la dura realidad de unas
tierras sometidas a violentos procesos históricos y políticos.
Precisamente esta novedad (el equilibrio entre lo estético, lo
sobre este área geográfica. Y también la difusión en Europa y América de una
cultura de masas que saciaban su sed de conocimiento con un aumento
enorme del consumo de arte, cine y literatura. Tampoco desempeñó un papel
menor el crecimiento de la industria editorial en algunos de los países
(Argentina, Chile, Cuba, México) y sobre todo la pro- moción que se hizo de
estos autores por parte de las editoriales españolas y francesas. Brotó un
interés creciente hacia la literatura hispanoamericana por parte de
universidades americanas y europeas, quizás debido a un momentáneo
“agotamiento” de sus valores locales. Y ello se tradujo en la aparición a uno y
otro lado del Atlántico de innumerables revistas y publicaciones literarias que
multiplicaban los ecos de las nuevas voces con acento hispano.
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fantástico y la denuncia histórica) ha servido de modelo a parte de la
novela contemporánea europea. Pensemos en El tambor de hojalata
de Günter Grass (Alemania) o Hijos de la medianoche de Salman
Rushdie (India).
5. DESDE LA EXPERIMENTACIÓN A LA NOVELA
POSMODERNA
En los 80 los narradores acometen la empresa de novelar
sin respetar la tradición. La novela no se usa para decir algo
sobre el mundo, sino para transformar la realidad misma de la
narración. En La traición de Rita Hayworth (1968), de Manuel
Puig, lo importante no es la historia del niño argentino de
provincias que va al cine por las tardes con su madre, ni el
monólogo interior o los diálogos sin sujeto explícito, sino el
lenguaje hablado que revela la enajenación por el cine, el
sentido del humor y la parodia.
Al final del XX surge la “novela posmoderna” (en
Hispanoamérica también se llama “postmacondiana”, “nueva
novela”, “novela postpatriarcal”, “del Postboom”). Tiene
como específico el hecho de que no se da en sociedades
postindustriales, pero se alimenta en influjos euro-
norteamericanos y quiere establecer un “modo de ser
latinoamericano” como identidad cultural, pero se pasa del
relato épico del boom a uno más humilde y paródico.
Aparecen las tragedias individuales, urbanas y domésticas à
lo conversacional y la experimentación lúdica con el lenguaje.
D. Novela testimonial
à Represión a los estudiantes en México en el 68: La
noche de Tlatelolco (1968) de Elena Poniatowska.
à Protestas contra Pinochet en Chile, Casa de Campo
(1978) de José Donoso, La casa de los espíritus (1982) de Isabel
Allende.
à Argentina: Rodolfo Walsh con Operación masacre,
¿Quién mató a Rosendo? y Caso Satanowsky.
E. Novela documental y de no ficción
La novela documental presenta la historia oficial de
América con fondo de parodia: Los perros del paraíso, de Abel
Posse.
La non fiction novel, modalidad de crónica de la realidad
que añade componentes ficticios (monólogos,
perspectivismo, manipulación del eje temporal, etc.) para
disolver los límites entre la “verdad” y la “ficción”. Jorge
Timossi ha sugerido que este testimonio recuperado
redescubre la propia historia, sin ocultamientos. El máximo y
mejor exponente es Noticia de un secuestro (1996) de García
Márquez.
Se vincula a estos problemas el de la migración tanto del
campo a la ciudad como a USA desde Latinoamérica, con el
consecuente desarraigo cultural. La nave de los locos, (1984)
de Cristina Peri Rossi y La Frontera de cristal (1995) de Carlos
Fuentes.
La novela contempla la ciudad à jergas urbanas y
referentes de la cultura popular como en Arráncame la vida
(1988) de Ángeles Mastretta (fusiona paródicamente el bolero
de Agustín Lara con la Revolución Mexicana).
F. Novela de la feminidad
Se relaciona con discursos que siguen:
- Teoría feminista anglosajona: representación
literaria de la mujer y sus experiencias.
- Teoría feminista francesa: la experiencia no existe
independientemente del lenguaje, ya que este es un
instrumento de represión de lo femenino. Las
Andariegas (1984) de Albalucía Ángel; Señora de miel
(1993), de Fanny Buitrago.
La chilena Diamela Eltit (Por la patria) y la mexicana Laura
Esquivel (La ley del amor, Como agua para chocolate),
emplean una escritura en el límite de lo erótico con un fin:
desestabilizar el discurso masculino en la cultura
hispanoamericana.
Isabel Allende busca el más amplio caudal de público en la
línea de las fórmulas del realismo mágico. Con el golpe militar
de Pinochet se exilió en Caracas. Allí escribió La casa de los
espíritus (1982), crónica familiar ambientada en el torbellino
de cambios políticos y económicos de Latinoamérica. Los
cuentos de Eva Luna (1989) la dieron a conocer y su novela Eva
luna (1991) presenta un alter ego de la autora, que se tiene
por ladrona de historias de su país a través de la memoria.
G. Relato antiheroico
Relato con seres marginales o degradados (idiotas,
indígenas, extranjeros, delincuentes, travestís, prostitutas u
homosexuales). Surge de las voces fragmentadas de
narradores y personajes. Son ejemplos de ello El beso de la
mujer araña de Manuel Puig; Cobra de Sarduy, y Lumpérica de
Diamela Eltit.
Roberto Bolaño, con Los detectives salvajes presenta una
investigación sobre la poeta mexicana Cesárea Tinajero,
aparentemente desaparecida para deambular con un discurso
brillante por la pesadilla, el delirio de las grandes calles del
D.F., de París y Barcelona para acabar en el desierto del
Sonora. En cierta medida puede considerarse autoficción,
puesto que muchos de sus personajes (incluido el
protagonista, el propio autor) son reales.
Luis Sepúlveda ha aportado un libro de gran calidad, Un
viejo que leía novelas de amor (1992), donde se integran los
temas de la naturaleza virgen violentada por la explotación
económica, la confrontación de culturas y la existencia desde
la experiencia de la lectura de un hombre vulgar.
(DEJO FUERA EL PUNTO DE TECNOS: EL DICTADOR, utilizar
para conclusión o para mezclar).
6. CONCLUSIÓN
La trayectoria de la novela en la América de habla
española surge de los presupuestos de la novela criolla, ligada
al realismo y a la actitud declamatoria y de identidad de las
sociedades del Nuevo Mundo.
à apertura a las vanguardias.
à boom
à renuncia posmoderna a la realidad y a lo mágico y se
vuelve al lenguaje.
(BUSCAR ACTUALIDAD: FRESÁN, BOLAÑO, JORGE VOLPI,
MCONDO, EDMUNDO PAZ SOLDÁN, ETC.)
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7. BIBLIOGRAFÍA
Anderson Imbert, E., Historia de la literatura
hispanoamericana, Fondo de Cultura Económica,
México.
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Bellini, G, (1990), Historia de la literatura hispanoamericana,
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Franco, J. (1975), Historia de la literatura hispanoamericana,
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Joaquín Mortiz.
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Cave Canem
Íñigo Madrigal, L. (1989), Historia de la literatura
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Oviedo, J. M. (1995-2001), Historia de la literatura
hispanoamericana, vol. III y IV, Madrid: Alianza.
Rodríguez Monegal, E. (1972), El boom de la novela
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Shaw, D. L. (1988), Nueva narrativa hispanoamericana,
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