• La isla de los muertos de Arnold Böcklin
• El ya nombrado Böcklin, recibió el encargo de una joven
viuda de pintar un «cuadro para soñar», tras la muerte de su
esposo. La obra, que tuvo hasta cinco versiones, – de las que
se conservan cuatro, pues la de 1884 fue destruida durante la
2ª Guerra Mundial -, se denominó en principio Un lugar
tranquilo, pero finalmente acabó por ser conocida como La isla
de los muertos (1880, 1880, 1883, 1884, 1886). Ferdinand
Keller, declarado admirador de la obra de Böcklin, le
homenajeó en su obra Tumba de Böcklin (1901-1902), con un
estilo deudor del de su maestro. En esta composiciones prima
la faceta sagrada y espiritual del paso hacia el Mas Allá. El