3. LA CEREMONIA DEL HOMENAJE
Quien tome homenaje debe tomarlo así:
El que lo presta debe juntar las manos y decir:
Señor, me convierto en vuestro hombre para
siempre; os seré fiel y leal, como señor
mío; me convierto en vuestro hombre
según las rentas que el feudo proporcione.
Y el señor debe responder:
Yo os recibo como hombre; y os daré fe como
a tal; y os beso en fe de ello.
El homenaje (homage) -del vasallo al
señor- consistía en la postración o
humillación -habitualmente de rodillas-, el
osculum (beso), la inmixtio manum -las
manos del vasallo, unidas en posición
orante, eran acogidas entre las del señor-,
y alguna frase que reconociera haberse
convertido en su hombre. Tras el
homenaje se producía la investidura -del
señor al vasallo-, que representaba la
entrega de un feudo (dependiendo de la
categoría de vasallo y señor, podía ser un
condado, un ducado, una marca, un
castillo, una población, o un simple sueldo;
o incluso un monasterio si el vasallaje era
eclesiástico) a través de un símbolo del
territorio o de la alimentación que el señor
debe al vasallo -un poco de tierra, de
hierba o de grano- y del espaldarazo, en el
que el vasallo recibe una espada (y unos
golpes con ella en los hombros), o bien un
báculo si era religioso
9. OBLIGACIONES DEL CAMPESINO
En San Juan los campesinos deben segar los prados del señor;
después deben limpiar las zanjas. En agosto cosecharán el
trigo, que tienen que llevar a la granja del señor. En septiembre
deben entregarle un cerdo de cada ocho. En San Dionisio
pagan el censo anual al Señor. A comienzos del invierno se
realiza la corvea sobre la tierra señorial, para preparala,
sembrarla y rastrillarla. Si el villano vende su tierra,la treceava
parte del precio de venta pasará al señor. Si casa a su hija
fuera del señorío, ha de pagar tres sueldos. Una semana antes
de Pascua debe el corderaje y una corvea de trabajo. Después
debe ir al bosque a cortar los árboles y hacer la corvea del
acarreo. El molinero del señor, por moler el grano del villano se
queda con un celemín del grano y de la harina; en el horno
también tiene que pagar.
10. Cada manso debe a la abadía, a mitad de febrero, dos
días con bueyes; en marzo, dos días con bueyes; en
mayo, deben asegurar el trabajo de una parcela de la
reserva y pagar un censo de 15 dineros; en junio, dos
días con bueyes; en julio, dos días con guadaña; entre
agosto y septiembre, quince días con hoz para segar dos
parcelas, una de escanda y otra de avena; en octubre, un
día a mano y otro con bueyes. Desde San Martín a mitad
de febrero, quince días a mano.
PRESTACIONES A LA ABADÍA DE BROGNE
14. Un ataque directo era complicado y suponía la pérdida de muchos guerreros. Los
defensores utilizaban flechas, aceite hirviendo, lanzas…
¿Y si queremos
atacar el castillo?
Las murallas del
castillo protegían a sus
habitantes. La única
forma que había de
conquistar un castillo
era mediante el
ASEDIO, esto es,
rodear el castillo a una
distancia a la que no
llegaran los proyectiles
que los defensores
pudieran lanzar y que
las armas de los
atacantes fueran
efectivas, e impedir que
los refugiados en el
castillo pudieran
recoger alimentos y
agua.
21. LA SOCIEDAD FEUDAL
El orden eclesiástico no compone sino un sólo
cuerpo. En cambio la sociedad está dividida en tres
ordenes. Aparte del ya citado, la ley reconoce otras
dos condiciones: el noble y el siervo que no se rigen
por la misma ley. Los nobles son los guerreros, los
protectores de las iglesias. Defienden a todo el
pueblo, a los grandes lo mismo que a los pequeños
y al mismo tiempo se protegen a ellos mismos. La
otra clase es la de los siervos. Esta raza de
desgraciados no posee nada sin sufrimiento.
Provisiones y vestidos son suministradas a todos
por ellos, pues los hombres libres no pueden
valerse sin ellos. Así pues la ciudad de Dios que es
tenida como una, en realidad es triple. Unos rezan,
otros lucha y otros trabajan. Los tres órdenes viven
juntos y no sufrirían una separación. Los servicios
de cada uno de éstos órdenes permite los trabajos
de los otros dos. Y cada uno a su vez presta apoyo
a los demás. Mientras esta ley ha estado en vigor el
mundo ha estado en paz. Pero, ahora, las leyes se
debilitan y toda paz desaparece. Cambian las
costumbres de los hombres y cambia también la
división de la sociedad.
ADALBERON DE LAON, "Carmen ad Robertum
regem francorum" (a.998)