Nº 78 Mayo de 2016
LA VOZ DEL ARZOBiSPO
Este es el primer testimonio: que se vea que Jesús es el centro.
HEMOS VISITADO A …
EN ESTE MOMENTO CRUCIAL
SOMOS RESPONSABLES DE QUE LA FE PERVIVA
“El Papa nos ha invitado a vivir la pastoral de una Iglesia en salida en la clave de la
misericordia que nos ayudará a salir del inmovilismo, de las rutinas, de los distanciamientos, de la falta
de unidad y convergencia. Notamos los efectos de una cultura que arrastra al laicismo y al relativismo,
ofreciendo una visión negativa de la religión, de la Iglesia y de sus enseñanzas morales.
Es verdad que no todo es negativo. También encontramos signos positivos. El trabajo de Cáritas ha
mejorado la imagen de la Iglesia ante mucha gente sencilla y honesta. Las encuestas nos dicen que sube el
número de los que se declaran católicos practicantes. Hay una mayor clarificación en la identidad de los
católicos. Esto nos tiene que llevar a actuar en la formación espiritual y cultural, contribuyendo a regenerar
nuestra sociedad para que responda a las auténticas exigencias de la dignidad humana.
La gente se da cuenta de que en el origen de nuestros males está también la actitud irreligiosa, la
inmoralidad, la ruptura de nuestras tradiciones morales y religiosas. Se percibe que es necesario superar la
tentación del continuismo, de la vuelta al pasado, del culto a las formas, desarrollando un espíritu
pastoral más misionero. Este es buen momento para que la Iglesia ofrezca un mensaje de conversión y de
autenticidad cristiana en todos los órdenes de la vida. No podemos resignarnos a seguir perdiendo terreno
en la fe y en la vida cristiana de las personas, de las familias, de nuestra sociedad, en los pueblos, en los
barrios de las villas y ciudades. Es necesario revisarnos a nosotros mismos y tratar de vivir evangélicamente,
eliminando la desconfianza y corrigiéndonos sin dejar de amarnos. Necesitamos un movimiento fuerte de
renovación espiritual de la comunidad cristiana. Aquí se sitúa la razón de ser y la experiencia del Sínodo
Diocesano.
[…] No nos engañemos: ¡no podremos esperar del Sínodo lo que no estemos dispuestos a compartir y
no exijamos a los demás lo que no esté dispuesto a aportar cada uno! La reflexión serena ayudará a no
imponer nuestros criterios, no sea que con la cizaña arranquemos también el grano; nos dará paciencia para
acompañar los ritmos de las comunidades, no sea que al soplar para avivar el fuego, apaguemos también el
pábilo vacilante; pero también nos librará de la pasividad que escandaliza a los más débiles. Nos ayudará a
reconocer con serenidad la viga en nuestros ojos (cf. Mt 7, 5) al ver las semillas de verdad en el hermano.
Evitará que identifiquemos libertad con individualismo y consenso con inercia.
Nuestra época ofrece sus dificultades pero también sus oportunidades. En cada momento Cristo nos
está acompañando. Para la tarea que nos espera no partimos de cero, sino del fruto de las generaciones que
nos precedieron, semilla que hoy haremos germinar. Ella será un día el pan del que otros se alimenten. No
olvidemos que en este momento crucial somos responsables de que la fe perviva”.
(MONS. JULIÁN BARRIO BARRIO, De la intervención en la Asamblea diocesana de fin de curso, 14-5-2016)
PRESBITERIO
Boletín de la Delegación para el Clero
del Arzobispado de Santiago
JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA
ECOS DEL PRESBiTERiO…
Más de 30 sacerdotes participan en la tanda de Ejercicios Espirituales para el Clero de Mayo. La
tanda se desarrolló desde el 1 de mayo por la noche hasta la mañana del día 6. Sirvió como
preparación de la fiesta de S. Juan de Ávila. El director fue el Arzobispo de Pamplona y Obispo de
Tudela, Mons. Francisco Pérez González, que se ganó a los ejercitantes por su simpatía y cercanía.
Conferencias de Primavera del I.T.C. sobre los Sínodos de la Familia y la exhortación apostólica
postsinodal Amoris laetitia. Las conferencias tuvieron lugar los días 2, 3 y 4 de mayo. El ponente del
primer día fue el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, quien afirmó que la exhortación
postsinodal Amoris laetitia no es undocumento doctrinal, sino un documento pastoral, en el que
acompañamiento y discernimiento son claves para entender la realidad de las familias en nuestro
tiempo. El segundo día intervino Dª. María Lacalle Noriega, de la Universidad Francisco de Vitoria,
que disertó sobre “Persona, familia, sociedad: desafíos y propuestas”. El día 4 hubo una mesa
redonda con la presencia de Mons. Barrio, el profesor de Moral D. Gonzalo Rodríguez César, y el
matrimonio formado por D. Antonio Gutiérrez González y Ana María Robles González.
Más de 150 sacerdotes celebran en Santiago la Fiesta de S. Juan de Ávila. La celebración del Patrón
del Clero español se adelantó en esta ocasión al viernes 6 de mayo. Los actos comenzaron en el I.T.C.,
con la conferencia pronunciada por D. Francisco Pérez, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela.
Seguidamente, se celebró una Misa solemne en la Catedral, presidia por Mons. Julián Barrio,
Arzobispo de Santiago. Un pequeño coro de sacerdotes dirigidos por D. Óscar Valado se encargó de
llevar el canto. Al finalizar la ceremonia los participantes se trasladaron a S. Martín Pinario, donde
tuvo lugar una comida de confraternización en la que fueron homenajeados más de 40 presbíteros
que cumplen 60, 50 y 25 años de Ordenación en 2016. Pronunciaron unas emotivas palabras D.
Antonio Varela Grueiro, Párroco de O Grove, en nombre de la promoción que cumplían sus Bodas de
Oro, y D. José Ramón Cascón, Párroco de Pontedeume, representando a los que celebraban Bodas de
Diamante. También tuvo una intervención D. Lino Arcos Salgado, Delegado para el Clero, que
también cumplía 60 años de ministerio sacerdotal.
Asamblea diocesana de fin de curso, el 14 de mayo. Unos 250 agentes pastorales, incluyendo
sacerdotes, catequistas, voluntarios, integrantes de movimientos eclesiales, responsables de las
delegaciones diocesanas, seminaristas, miembros de la vida consagrada,… se congregaron en el
Seminario Menor para asistir al encuentro de clausura del curso pastoral. La asamblea se inició con
una reflexión sobre el Año de la Misericordia a cargo del Párroco de Muros, D. Alfonso Mera,
misionero de la Misericordia. Seguidamente, D. Luis Otero Outes, Vicario de Enseñanza y Catequesis,
hizo un resumen de las acciones realizadas en la Diócesis a lo largo del Año de la Misericordia.
Intervino a continuación la responsable de la Oficina de la Misericordia, para dar cuenta de las
actividades llevadas a cabo en la Catedral compostelana. Tras un tiempo de descanso, comenzó la
segunda parte de la Asamblea, dedicada a examinar la marcha de los trabajos del Sínodo Diocesano.
Intervinieron el diácono permanente D. Rafael Casás y el sacerdote D. Alfonso Novo, Secretario del
Sínodo. D. Alfonso anunció que para el próximo curso comenzarán los trabajos de la asamblea
sinodal, una vez finalizada la tarea realizada por los distintos grupos a nivel parroquial. El encuentro
concluyó con la intervención del Arzobispo, que alentó a todos a ser “utópicos y generosos” y, al
mismo tiempo, a tener “paciencia” en las tareas pastorales.
Encuentro de los sacerdotes de la Cofradía de la Trinidad de Pontevedra. Los sacerdotes integrantes
de esta antiquísima Cofradía se reunieron el lunes 23 de mayo para celebrar la Misa de la Santísima
Trinidad en la Basílica de Sta. María la Mayor. A continuación se celebró una junta para tratar temas
relacionados con la marcha de la Cofradía. Finalmente los sacerdotes participaron en una comida de
confraternización. El encuentro sirvió también para homenajear a D. Jesús Acuña Garrido, Párroco de
Lourizán, con motivo de sus Bodas de Oro sacerdotales.
Clausura del Curso Académico en el Instituto Teológico Compostelano, el 24 de mayo. Los actos se
iniciaron en la Capilla del Seminario Mayor, con una Misa presidida por el Arzobispo de Santiago.
Concelebraron el Obispo auxiliar, el Director y algunos profesores del I.T.C., el Rector y formadores
del Seminario y otros sacerdotes. Tras la Eucaristía tuvo lugar el acto de Clausura de Curso en el Aula
Magna del Instituto Teológico, con la intervención de los representantes de los alumnos y la entrega
de becas y diplomas a aquellos que finalizan grados y licenciaturas.
Concluye el Curso de Teología para Sacerdotes del I.T.C. La sesión final tuvo lugar el 25 de mayo. Fue
impartida por Mons. Jesús Fernández, Obispo auxiliar de Santiago, que habló sobre la renovación
pastoral de las Parroquias. Al concluir la clase se repartieron los diplomas de asistencia a los casi 30
alumnos que han participado asiduamente en las sesiones del curso desde el mes de octubre.
Finalmente hubo una comida de confraternización.
Finaliza la Oración Vocacional. El día 28 de mayo tuvo lugar la clausura de la Oración Vocacional del
curso 2015/2016, que se celebra mensualmente en Santiago y en A Coruña. Un numeroso grupo de
seglares y personas consagradas acudió a la capilla del Seminario Mayor para participar en la
celebración de la Misa presidida por el Rector del Seminario Mayor, D. Carlos Álvarez Varela. Tras la
Eucaristía se celebró una comida de confraternización.
IN MEMORiAM…
D. JOSÉ ESMORÍS, SACERDOTE HUMILDE, BUENO Y FIEL
“El sentimiento de humildad es muy ambiguo; muchas veces es
falta de criterio y, las más, ostentación indirecta.” Estas palabras que
la célebre escritora británica Jane Austen pone en boca de uno de los
protagonistas más conocidos de su novela “Orgullo y prejuicio”, refleja
la notable dificultad que tiene el ser humano a la hora de adquirir esta
virtud tan fundamental para la vida, la humildad. Una virtud que en los
años de sacerdocio que llevo, más de treinta, sólo la he conocido en
toda su autenticidad en la persona del sacerdote, al que una
numerosa representación del clero compostelano despedíamos en la
Catedral el pasado miércoles 18 a las seis de la tarde.
Efectivamente, D. José Esmorís Cambón, nuestro antiguo
Rector, poseyó esta rara virtud en toda su plenitud.
Esta auténtica humildad y una genuina generosidad de corazón hicieron de D. José
un sacerdote, me atrevería a decir, único; al menos para que el que esto suscribe, por la
sencilla razón de que no he conocido a ningún otro como él.
¡Qué distintos éramos todos en aquel Seminario Mayor de finales de los años setenta y
principios de los ochenta! y ¡cómo intentaba D. José acercarse a cada uno de nosotros y
comprendernos! Una generosidad de corazón que muchos confundimos, erróneamente,
con ingenuidad. Algunos, incluso, éramos la antítesis de aquel sacerdote bueno, humilde,
generoso, dotado con una importante experiencia pastoral, y al que la inteligencia de D.
Ángel Suquía nos lo puso como referente, al nombrarlo Rector del Seminario Mayor. Él, un
sacerdote honesto, sencillo y bueno que sólo aspiraba a ser un buen párroco rural. Nadie
más opuesto que él a esa calamidad que surge demasiadas veces también en la Historia
de la Iglesia: la repugnante planta trepadora.
Jovial, sencillo y espontáneo. ¡Con que alegría nos enseñaba jugar al Tute y cómo
vivía aquellas inolvidables partidas de a cuatro en la sala terminal! El Tute y el Deportivo
constituían las distracciones y, en algún momento, las humanas pasiones de D. José. Allá
iban D. José, José Manuel y Avelino al Riazor y, en menor medida, al Balaidos para apoyar
a un Deportivo, cuya derrota les hacía volver cariacontecidos y sufrir nuestras puyas e
ironías.
¡Claro que sobre todo nos intentaba transmitir su extraordinario amor a Cristo y a su
Iglesia! pero sin imposiciones y con una templanza, hija de un auténtico convencimiento, y
una naturalidad que a estas alturas muchos las recordamos con viva emoción.
Por eso no puede resultar extraño que en torno a ochenta sacerdotes le
manifestáramos nuestra imperecedera gratitud, acudiendo a su funeral. Es cierto que hubo
ausencias; pero, con todo, queda en pie la impresionante concurrencia de sacerdotes que
espontáneamente nos acercamos a la Catedral de Santiago de Compostela para rendir
nuestro homenaje al sacerdote humilde, bueno y fiel que fue D. José Esmorís Cambón.
JESÚS NIÑO SÁNCHEZ-GUISANDE
Párroco de S.Martín de Salcedo
(*) Columna publicada en El Correo Gallego (26-5-2016) con motivo del fallecimiento del Canónigo D. José Esmorís
Cambón.
PARA REFLEXiONAR… (*)
LA TRIPLE PERTENENCIA DEL PRESBÍTERO:
PERTENENCIA A CRISTO, A LA IGLESIA Y AL REINO
Queridos hermanos:
El tema que habéis puesto como hilo conductor de los trabajos —La renovación del clero— con el
propósito de sostener la formación a lo largo de las diversas etapas de la vida, hace que abra con
vosotros esta Asamblea con especial felicidad.
Pentecostés que acabamos de celebrar coloca en la justa luz vuestro objetivo. El Espíritu Santo es,
de hecho, el protagonista de la historia de la Iglesia: es el Espíritu que habita en plenitud en la
persona de Jesús y nos introduce en el misterio del Dios vivo; es el Espíritu que animó la respuesta
generosa de la Virgen Madre y de los santos; es el Espíritu que obra en los creyentes y en hombres
de paz, y suscita la generosa disponibilidad y la alegría evangelizadora de muchos sacerdotes. Sin el
Espíritu Santo —lo sabemos— no existe posibilidad de vida buena ni de reforma. Recemos y
comprometámonos a custodiar su fuerza, para que «el mundo actual pueda así recibir la Buena
Nueva […] de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor» (Pablo VI, Exhort. ap. Evangelii
nuntiandi, 80).
Esta tarde no quiero ofreceros una reflexión sistemática sobre la figura del sacerdote. Tratemos,
más bien, de invertir la perspectiva y ponernos a la escucha, en contemplación. Acerquémonos, casi
de puntillas, a cualquiera de los muchos párrocos que se entregan en nuestras comunidades;
dejemos que el rostro de uno de ellos pase ante los ojos de nuestro corazón y preguntémonos con
sencillez: ¿qué hace que su vida tenga sabor? ¿A quién y a qué dedica su servicio? ¿Cuál es la razón
última de su entrega?
Espero que estas preguntas puedan reposar dentro de vosotros en el silencio, en la oración
tranquila, en el diálogo franco y fraterno: las respuestas que aflorarán os ayudarán a individuar
también las propuestas formativas sobre las cuales invertir con coraje.
1. Entonces, ¿qué da sabor a la vida de «nuestro» presbítero? El contexto cultural es muy diferente
de aquel en el que dio sus primeros pasos en el
ministerio. También en Italia muchas tradiciones,
hábitos y visiones de la vida se han visto afectadas
por un cambio profundo de época.
Nosotros, que a menudo nos lamentamos de este
tiempo con tono amargo y acusador, también
debemos sentir su dureza: en nuestro ministerio,
¡cuántas personas nos encontramos que tienen
problemas por falta de referencias a las que mirar!
¡Cuántas relaciones heridas! En un mundo en el
que cada uno se piensa la medida de todo, no hay
más lugar para el hermano.
En este contexto, la vida de nuestro presbítero se vuelve elocuente, porque es diferente y
alternativa. Al igual que Moisés, él es uno que se ha acercado al fuego y ha dejado que las llamas
quemen sus ambiciones de carrera y poder. Ha hecho una hoguera también con las tentaciones de
(*) - Discurso del Papa Francisco en la apertura de la 69ª Asamblea de la Conferencia Episcopal Italiana,
dedicada a abordar el tema de La renovación del Clero (16 de mayo de 2016).
interpretarse como un «devoto», que se refugia en un intimismo religioso que tiene poco de
espiritual.
Está descalzo, nuestro sacerdote, ante a una tierra que se obstina en creer y considerar santa. No se
escandaliza por las fragilidades que sacuden el ánimo humano: consciente de ser él mismo un
paralítico sanado, está lejos de la frialdad del rigorista, así como de la superficialidad del que quiere
mostrarse condescendiente contentadizo. Por el contrario, acepta hacerse cargo del otro,
sintiéndose partícipe y responsable de su destino.
Con el aceite de la esperanza y del consuelo, se hace prójimo de cada uno, atento a compartir con
ellos el abandono y el sufrimiento. Habiendo aceptado no disponer de sí mismo, no tiene una
agenda que defender, sino que cada mañana entrega al Señor su tiempo para dejarse encontrar por
la gente y salir al encuentro. Por lo tanto, nuestro sacerdote no es un burócrata o un funcionario
anónimo de la institución; no está consagrado a un rol clerical administrativo, ni se mueve por los
criterios de la eficiencia.
Sabe que el Amor es todo. No busca seguridades
terrenas o títulos honoríficos, que llevan a confiar
en el hombre; de por sí en el ministerio no pide
nada que vaya más allá de la necesidad real, ni
está preocupado por atar a sí a las personas que
se le encomiendan. Su estilo de vida sencillo y
esencial, siempre disponible, lo presenta creíble a
los ojos de la gente y lo acerca a los humildes, en
una caridad pastoral que nos hace libres y
solidarios. Siervo de la vida, camina con el
corazón y el paso de los pobres; se hace rico por el trato frecuente con ellos. Es un hombre de paz y
reconciliación, un signo y un instrumento de la ternura de Dios, atento a difundir el bien con la
misma pasión con la que otros cuidan sus intereses.
El secreto de nuestro presbítero —¡vosotros lo sabéis bien!— está en esa zarza ardiente que marca
a fuego la existencia, la conquista y la conforma a la de Jesucristo, verdad definitiva de su vida. Es la
relación con Él la que lo custodia, haciéndolo ajeno a la mundanidad espiritual que corrompe, así
como a cualquier compensación y mezquindad. Es la amistad con su Señor la que lo lleva a abrazar
la realidad cotidiana con la confianza de quien cree que la imposibilidad del hombre no es así para
Dios.
2. Se vuelve de esta forma más inmediato afrontar también las otras preguntas con las que hemos
iniciado. ¿A quién dedica el servicio nuestro presbítero? La pregunta, tal vez, debería especificarse.
De hecho, incluso antes de preguntarnos sobre los destinatarios de su servicio, hay que reconocer
que el presbítero es tal en la medida en que se siente partícipe de la Iglesia, de una comunidad
concreta con la que comparte el camino. El pueblo fiel de Dios es el seno del cual se le saca, la
familia de la que forma parte, la casa a la cual es enviado. Esta pertenencia común, que brota del
Bautismo, es el respiro que libra de la autorreferencialidad que aísla y aprisiona: «Cuando tu barco
va a comenzar a echar raíces en la quietud del muelle —recordaba Dom Hélder Câmara— hazte a la
mar». ¡Parte! Y, sobre todo, no porque tienes una misión que cumplir, sino porque
estructuralmente eres un misionero: en el encuentro con Jesús has experimentado la plenitud de la
vida y, por lo tanto, deseas con todo tu ser que otros se reconozcan en Él y puedan custodiar su
amistad, nutrirse de su palabra y celebrarlo en la comunidad.
El que vive por el Evangelio, entra así en un modo de compartir virtuoso: al pastor lo convierte y
confirma la fe sencilla del pueblo santo de Dios, con el que trabaja y en cuyo corazón vive. Esta
pertenencia es la sal de la vida del presbítero; hace que su rasgo característico sea la comunión,
vivida con los laicos en relaciones que saben valorar la participación de cada uno. En este tiempo
pobre de amistad social, nuestra primera tarea es construir comunidad; la capacidad de relación es,
por lo tanto, un criterio decisivo del discernimiento vocacional.
Del mismo modo, para un sacerdote es vital sentirse a gusto en el cenáculo del presbiterio. Esta
experiencia —cuando no se vive de una manera ocasional, ni en virtud de una colaboración
instrumental— libera de los narcisismos y de los celos clericales; hace crecer la estima, el apoyo y la
benevolencia recíproca; favorece una comunión no sólo sacramental o jurídica, sino fraterna y
concreta.
Al caminar juntos los presbíteros, de edades y
sensibilidades diferentes, se expande un perfume de
profecía que sorprende y fascina. La comunión es
realmente uno de los nombres de la Misericordia.
En vuestra reflexión sobre la renovación del clero entra
también el capítulo dedicado a la gestión de las estructuras
y de los bienes: en una visión evangélica, evitad
sobrecargaros en una pastoral de conservación, que
obstaculice la apertura a la perenne novedad del Espíritu.
Mantened sólo lo que puede servir para la experiencia de fe y de caridad del pueblo de Dios.
3. Por último, nos hemos preguntado cuál es la razón última de la entrega de nuestro presbítero.
¡Cuánta tristeza dan aquellos que en la vida están siempre un poco a la mitad, con el pie levantado!
Calculan, sopesan, no arriesgan nada por miedo a perderse... ¡Son los más infelices! Nuestro
presbítero, en cambio, con sus límites, es uno que se la juega hasta el final: en las condiciones
concretas en las que la vida y el ministerio le han puesto, se ofrece con gratuidad, con humildad y
alegría. Aun cuando nadie parece darse cuenta. Incluso cuando intuye que, humanamente, quizá
nadie le agradecerá lo suficiente su entrega sin medida.
Pero —él lo sabe— no podría hacer otra cosa: ama la tierra, que reconoce visitada cada mañana por
la presencia de Dios. Es hombre de la Pascua, de la mirada dirigida al Reino, hacia el cual percibe
que camina la historia humana, a pesar de los retrasos, las oscuridades y las contradicciones. El
Reino —la visión que tiene Jesús del hombre— es su alegría, el horizonte que le permite relativizar
el resto, atemperar preocupaciones y ansiedades, permanecer libre de las ilusiones y del pesimismo;
custodiar en el corazón la paz y difundirla con sus gestos, sus palabras y sus actitudes.
Así se delinea, queridos hermanos, la triple pertenencia que nos constituye: pertenencia al Señor, a
la Iglesia, al Reino. ¡Este tesoro en vasijas de barro debe ser custodiado y promovido! Asumid
plenamente esta responsabilidad, haceos cargo con paciencia y disponibilidad de tiempo, de manos
y de corazón.
Rezo con vosotros a la Santa Virgen, para que su intercesión os mantenga acogedores y fieles. Que
junto con vuestros presbíteros podáis completar el camino, el servicio que se os ha confiado y con el
que participáis en el misterio de la Madre Iglesia. Gracias.
PAPA FRANCISCO
ORAMOS POLOS SACERDOTES ENFERMOS…
En especial, este mes dexesamos unha pronta melloría a:
- D. Leonardo Carro Rodríguez, Párroco de S. Miguel Arcanxo en A Coruña.
- D. Manuel Collazo Porto, Párroco de S. Xulián de Romai e Unidas.
- D. Andrés Rodríguez Arjomil, Párroco Emérito de Sta Baia de Brens e Santiago de Ameixenda.
- D. Benito Salvado Martínez, Párroco Emérito de Santiago de Boimorto.
LEMBRAMOS E ORAMOS…
Polo sacerdote falecidos no último mes:
- D. José Esmorís Cambón (+13-5-2016), Coengo da SAMI Catedral, Director da Casa Diocesana de
Exercicios Espirituáis, Párroco de Sta. María da Peregrina.
Polo sacerdote que cumpriu o Cabodano en maio e que, por error, non foi incluido no Boletín:
- D. Manuel Iglesias Pérez (+9-5-2015), Coengo da SAMI Catedral, Subdelegado diocesano de
Misións, Párroco de S. Vicenzo de Aro e S. Martiño de Broño (Negreira) (1º Cabodano).
Polos defuntos dos que se cumpre aniversario do seu pasamento en xuño:
- D. Manuel Caamaño Ferreiro (+15-6-2015), Párroco de S. Martiño de Fruime (1º Cabodano).
- D. Andrés Nieto Vázquez (+16-6-2014), Párroco de Sta. María de Caleiro (Vilanova de Arousa) (2º
Cabodano).
- D. José Manuel Amigo Junquera (+ 21-6-2014), Párroco de S. Pedro de Salgueiros e Unidas (Vila de Cruces).
Foi tamén Arcipreste de Piloño e confesor na SAMI Catedral (2º Cabodano).
D.E.P.
NON ESQUECER…
Tanda de Exercicios Espirituáis para sacerdotes. Do 3 ó 8 de xullo. Terá lugar en SANTIAGO
DE COMPOSTELA, nas instalación do COLEXIO MAIOR XELMÍREZ (Vista Alegre), por estar a
Casa de Exercicios de Pontedeume en obras. Director: D. Bruno Fuentes Blanco, Párroco do
Sagrado Corazón (Ourense). Apuntarse con antelación chamando ós Delegados para o Clero
ou ós Vigairos.
Campamento de monagos de Galicia, do 9 ó 14 de xullo en Porto do Son. Organizado polas
Delegacións de Pastoral Vocacional de Galicia, para rapaces de 9 a 15 anos. (Información e
inscripcións: tlfno. 981-583008).
Para estar informado de las actividades de formación permanente del Clero y de otras noticias de la Iglesia, síguenos en
http://clerocompostela.blogspot.com.es/
¡NORABOA!
- A D. Manuel García Calviño, Párroco Emérito de Santaia de Liáns (Oleiros), que cumpriu 96 anos o día 1
de maio.
- Ós sacerdotes dos Arciprestados de Soneria, Nemancos e Duio, que o día 17 de maio peregrinaron cos
seus fregueses para gaña-lo Xubileo no ano da Misericordia. Desprazáronse a Santiago case 1100 persoas,
en 22 autobuses. Ó chegar a Santiago tivo lugar unha celebración penitencial na igrexa de S. Francisco, na
que uns 25 cregos estiveron disponibles para confesar ós fieis. A continuación, os peregrinos trasladáronse
á Catedral para participar na Eucaristía presidida polo Arcebispo. Finalmente, nun clima de ledicia e festa,
houbo un xantar de confraternización en S. Martín Pinario.
- Ó grupo de case 30 cregos que participaron no Curso de Teoloxía para sacerdotes do I.T.C., tódolos
mércores, de Outubro de 2015 a Maio de 2016. O seu compromiso pola formación permanente é unha
mostra da súa caridade pastoral. Recibiron un diploma o día 25 de maio, na clausura do Curso.
- Ó P. Federico Fausone, C.R.S., da comunidade de PP. Somascos de Santiago, que foi homenaxeado o
día 28 de maio, con motivo das súas Bodas de Ouro sacerdotáis. Houbo unha Eucaristía na Parroquia de S.
Caetano, presidida polo Bispo auxilar, seguida dun xantar de confraternización.