1. Arzobispado de Arequipa
Domingo
16 de julio
de 2017
LA COLUMNA
De Mons. Javier Del Río Alba
CHARLIE GARD
Un niño de apenas once meses de nacido está
movilizando en estos días a más de medio millón
de personas. Se llama Charlie Gard y vive en
Londres. Tiene una enfermedad que lo obliga a
ser alimentado a través de una sonda y estar
conectado a un respirador artificial. Hace unos
meses, las autoridades del hospital en el que está
internado comunicaron a sus padres que le
retirarían ambos instrumentos, con lo cual el niño
moriría de asfixia e inanición. Como haría
cualquier persona que ama a su hijo, los padres de
Charlie se resistieron a que condenen a muerte a
su bebe e iniciaron una campaña pública para
salvar su vida. Un médico de Nueva York se ha
ofrecido a hacerse cargo del niño. Ha declarado
que es posible que los médicos del hospital
londinense se hayan equivocado en el
diagnóstico de la enfermedad y que las
probabilidades de mejorar la salud del niño van
del diez al cincuenta por ciento. Los padres de
Charlie pidieron al hospital que les entregue a su
hijo para trasladarlo a Estados Unidos, pero el
hospital se negó a hacerlo e insistió en que deben
dejar que el niño muera. Ante semejante
injusticia, los esposos Gard acudieron al juez
para que ordene al hospital que les entregue al
niño, pero tanto el juez como el tribunal superior
británico denegaron el pedido. En esas
circunstancias, los esposos Gard acudieron a la
Corte Europea de Derechos Humanos, la cual
igualmente ha resuelto en contra del derecho a la
vida del pequeño y del derecho de los padres a
cuidar a su hijo. Ni siquiera aceptan que el
hospital les entregue al bebe para que muera en
casa.
Aunque pueda parecer increíble, es una historia
de la vida real, que está sucediendo en estos días.
Charlie habría ya muerto si no fuera por la
campaña realizada a través de las redes sociales
que, como he dicho, ha hecho posible que
personas de todo el mundo exijan justicia para
Charlie y sus padres. El Papa Francisco ha pedido
públicamente que se respete la vida del niño y ha
ofrecido también acogerlo en el hospital del
Vaticano, donde existe igualmente la posibilidad
de darle un tratamiento médico. Lo mismo ha
hecho el Presidente Trump, pidiendo que se
permita que el niño viaje a Estados Unidos. Ante
el escándalo público, el juez británico ha
aceptado revisar su sentencia, aunque no ha
aseguradocambiarla.
Independientemente de cuál sea la decisión
definitiva del juez, el caso de Charlie Gard pone
de manifiesto una cruel realidad. Por un lado, el
poco valor que en ciertos países llamados
desarrollados se da a la vida humana,
especialmente a los enfermos. Por otro lado, el
poder que han asumido ciertos estados y
organismos internacionales, hasta apoderarse de
lavidade un niño y violarlapatriapotestadde sus
padres. Esta es sólo una muestra, porque hay
muchas más, de los excesos a los que se puede
llegar cuando no se hace nada por frenar a ciertas
corrientes, como la ideología de género que
promociona la homosexualidad y el aborto, y se
permite que el Estado ocupe el lugar de los padres
imponiendo, por ejemplo, una determinada
educación sexual en las escuelas. Ese es el futuro
que espera al Perú si no hacemos algo por
evitarlo. Usted decide si eso es lo que desea para
sus hijosonietos.
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa