1. Arzobispado de Arequipa
Domingo
01 de
octubre de
2017
LA COLUMNA
De Mons. Javier Del Río Alba
LA SOMBRA DE PEDRO
La Iglesia católica y el Gobierno peruano han
comenzado a preparar la visita que el Papa
Francisco nos hará del 18 al 21 de enero
próximo. Será un acontecimiento de gracia,
porque no se trata solamente de una visita, por
más ilustre que sea el visitante, sino que con
motivo de esta visita Dios enviará desde el Cielo
una serie de gracias para todos nosotros. Está
históricamente comprobado que las visitas
papales suscitan numerosas conversiones y
cambios de vida, de lo cual soy testigo directo.
En diversas ocasiones, sea con motivo de
entrevistas o de predicaciones, he relatado que
si bien provengo de una familia católica y fui
formado en un colegio católico, al ingresar a la
universidad dejé de frecuentar la Iglesia, atraído
inicialmente por los filósofos existencialistas
ateos y después por otros ídolos de este mundo.
Así, casi sin darme cuenta, terminé siendo
agnóstico durante doce años, hasta la visita que
el Papa Juan Pablo II hizo al Perú en el año 1985.
Sería muy largo relatar acá los pormenores, pero
puedo dar testimonio de que la presencia de san
Juan Pablo II en el Perú transformó totalmente
mi vida. No solamente volví a la Iglesia, sino
que también sentí la llamada al sacerdocio y,
quién lo iba a pensar, después de ser misionero
en diversos lugares, desde hace once años soy
Arzobispo de esta bella Iglesia en Arequipa;
pero, sobre todo, soy un hombre feliz gracias a
que, a través de san Juan Pablo II, constaté que
Dios existe y que es el único capaz de saciar el
ansia de vida eterna que anida en el corazón de
todohombre.
El caso de mi conversión no es único, conozco
miles de jóvenes y adultos de diversos países
que han vuelto a la Iglesia gracias a una visita
papal. A nivel mundial deben ser millones de
personas cuya vida ha cambiado radicalmente
gracias a los viajes realizados por PabloVI, Juan
Pablo II, Benedicto XVI y, ahora, Francisco.
Esto no es nuevo, ya los Hechos de los
Apóstoles relatan que la sola presencia del
primero de los papas producía grandes
milagros. Su autor nos dice que “la gente sacaba
a los enfermos a las plazas, y los ponía en catres
y camillas, para que, al pasar Pedro, su sombra,
por lo menos, cayera sobre alguno. Acudía
incluso mucha gente de las ciudades cercanas a
Jerusalén, llevando enfermos y poseídos de
espíritu inmundo, y todos eran curados” (Hch
5,15-16).
Se nos viene, pues, un tiempo de gracia para el
Perú y por eso es importante que nos
preparemos bien. Con ese motivo, a partir de
este domingo, en todo el país comenzaremos un
período intenso de oración por los frutos de la
visita del Papa. Hemos distribuido decenas de
miles de estampas a las parroquias deArequipa,
con la oración que los obispos del Perú hemos
elaborado con esa finalidad. Cada uno la puede
pedir a su párroco y rezarla en casa. Este
domingo haremos también una colecta nacional
en todos los templos, para que cada uno,
libremente y según sus posibilidades, tenga la
oportunidad de colaborar en los gastos que esta
visita demanda. Los invito a ser generosos en la
oración y en la colecta. Los beneficios
espirituales y materiales que la visita de
Francisco hará posibles son inconmensurables y
ameritannuestracontribución.
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa