La mirada de Jesús: Una mirada que traspasa el corazón
Madre María consuela y sana
1. MARÍA
A veces tengo ganas
de gritar tu nombre, María,
eres nuestra Madre,
desde hace más de dos mil años.
Te hablo de mis hijos, de mi trabajo y estudios,
Tú comprendes todo, nada queda al azar.
Cuántas veces
estás a nuestro lado, María,
y no nos damos cuenta,
dejándote pasar de largo.
Peregrinamos a tu santuario,
agobiados y dolidos,
con la esperanza de fe,
que Tú nos escucharás.
Aliviando nuestros dolores,
sanando nuestras heridas,
Tú nos acaricias,
eres bálsamo en nuestras vidas.
María quítanos las vendas
2. de nuestros ojos, abriendo el corazón
para compartir con nuestros hermanos.
María, así como acompañaste a tu Hijo Jesús,
quédate siempre a nuestro lado,
no nos dejes huérfanos.
JuanSotelo