Intervención del alcalde, Francisco de la Torre, hoy en la la mesa 'Financiación municipal: retos y oportunidades de los gobiernos locales' de la cumbre del Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización (@UNCDF)
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Sao Paulo - Manual de Economía Circular para ciudades iberoamericanas.pdfCarlosReyes182562
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Intervención del alcalde, Francisco de la Torre, hoy en la la mesa 'Financiación municipal: retos y oportunidades de los gobiernos locales' de la cumbre del Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización (@UNCDF)
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HIGH LEVEL POLICY DIALOGUE ON MUNICIPAL FINANCE
PANEL 1: MUNICIPAL FINANCE: LOCAL GOVERNMENT CHALLENGES AND
OPPORTUNITIES
Málaga, 9 abril 2018
INTERVENCIÓN DE FRANCISCO DE LA TORRE PRADOS, ALCALDE DE MÁLAGA
Son muchos los retos y oportunidades que se le plantean a las ciudades de
cara a las próximas décadas, no en vano, se dice que en 2050 albergarán a
casi el 70% de la población mundial. La globalización y la profunda crisis
vivida hacen entrever tendencias nuevas frente a las que habrá que
prepararse, como la creciente urbanización, el envejecimiento de la
población y las migraciones, la aceleración y múltiples aplicaciones de las
tecnologías, el cambio climático o los cambios en la producción y los
mercados laborales, como recordaba recientemente en uno de sus
informes el Secretario General Adjunto ONU DAES, Sr. Liu Zhenmin.
Las ciudades sólo seremos capaces de afrontar estos nuevos paradigmas
construyendo, junto a la ciudadanía, estrategias integrales de desarrollo
sostenible urbano. Es decir, estrategias que favorezcan el crecimiento
económico y aborden una serie de necesidades sociales (como la
educación, la salud, la protección social y las oportunidades de empleo),
pero que al mismo tiempo sean capaces de luchar contra el cambio
climático y promover la protección del medio ambiente.
La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible recoge este horizonte para
las ciudades en su objetivo 11: “Lograr que las ciudades y los
asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y
sostenibles”, pero es realmente en la Nueva Agenda Urbana de Naciones
Unidas, donde se reconoce el importante papel de los gobiernos locales
para mantener los sistemas de bienestar, como actores clave en una
sociedad urbanizada y pilares de la democracia local, habida cuenta de sus
crecientes responsabilidades sociales, económicas, ambientales y
culturales.
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Sin embargo, me gustaría destacar que estas mayores responsabilidades,
consecuencia de una gestión municipal de los recursos que pone a la
persona en el centro, no siempre van acompañadas de un marco
normativo, político y financiero que le de soporte y cobertura. El proceso
de descentralización de los gobiernos, que es el que quiero hoy destacar
como clave en el futuro de las ciudades, se produce de forma desigual en
las regiones del planeta, y aunqueen Europa está respaldado por la propia
Carta Europea de Autonomía Local, y el principio de subsidiariedad por los
Tratados de Maastricht, de Ámsterdam y de Lisboa, la realidad es que es
un proceso incompleto y desigual, incluso dentro de un mismo país (caso
de España).
La Nueva Agenda Urbana en su artículo 90 recoge el apoyo a esta
descentralización, tanto en competencias como en recursos, si bien sigue
incorporando numerosos matices que hacen vislumbrar una cierta
desconfianza respecto a este proceso.
90. Apoyaremos, en consonancia con la legislación nacional de los países, el
fortalecimiento de la capacidad de los gobiernos subnacionales y locales para aplicar
una gobernanza local y metropolitana eficaz a diferentes niveles, que cruce fronteras
administrativas y se base en los territorios funcionales, velando por la participación de
los gobiernos subnacionales y locales en la toma de decisiones y trabajandopara
conferirles la autoridad y los recursos necesarios para gestionar las cuestiones
cruciales urbanas, metropolitanas y territoriales. Promoveremos una gobernanza
metropolitana inclusiva que abarque diversos marcos jurídicos y mecanismos de
financiación fiables, incluida la gestión sostenible de la deuda, según proceda.
Adoptaremos medidas para promover la participación plena y eficaz de las mujeres y la
igualdad de derechos en todos los ámbitos y en el liderazgo a todos los niveles de toma
de decisiones, en particular en los gobiernos locales.
Personalmente, defendí esta posición en 2015 en Bogotá, en el Global
Meeting “Cities for Life”, que quedó reflejada en el artículo 4 de su
Declaración final. Este sigue siendo hoy uno de los principales retos
locales:
Promover el diálogo entre las ciudades y los Estados para buscar una relación más
equilibrada entre ambos, de forma tal que las urbes puedan aumentar y potenciar
sus capacidades de negociación y gestión, así como sus competencias, conocimientos
y recursos para afrontar, de manera más efectiva y apropiada, las obligaciones que
tienen con sus habitantes, si se quiere, aplicando el principio de subsidiariedad que
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podemos definir como: lo que pueda resolverse en el ámbito local, hágase a ese nivel y
no en el regional; lo que pueda resolverse en el ámbito regional, hágase en ese nivel y
no en el nacional; lo que pueda resolverse en el ámbito nacional, hágase a ese nivel y
no en otro.
Me llama la atención que dentro de los objetivos de desarrollo sostenible
y, de sus 323 indicadores deseguimiento, no se haya incorporado ninguno
vinculado a esta necesaria descentralización. Estoy seguro que existe una
correlación clara entre aquellas ciudades con sistemas más
descentralizados y las que han logrado alcanzar mejores metas en su
desarrollo sostenible, inteligente e integrador (como nos pide la Estrategia
Europa 2020). También en la reunión de “Cities for Life” defendí que se
creara un paquete de indicadores que permitieran establecer un ranking
mundial de descentralización local, vinculados algunos de ellos
precisamente a la financiación local en relación a la nacional.
La Agenda de Acción de Addis Abeba de la Tercera Conferencia
Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de la ONU, que
entiendo que es un marco clave de este encuentro, creo que tampoco
recoge bien este papel clave de las ciudades, ni de la descentralización
como indicador de desarrollo.
A mi modo de ver, las mejores aportaciones en este sentido han venido de
la mano de la CGLU y sus informes mundiales sobre la descentralización y
la democracia local, tanto el Informe Gold II, dedicado expresamente a la
financiación local, como el informe Gold IV, dedicado a la Co-creación de
la ciudad. En estos informes se recoge, como digo, la necesidad de
mejorar la cooperación entre los diferentes niveles de la administración
para:
encontrar mecanismos de financiación que garanticen la autonomía
local y una gestión eficiente y descentralizada de los servicios
públicos, adaptada a las necesidades y preferencias de la población;
evitar las transferencias de competencias sin transferencias de
recursos;
redefinir las reglas del equilibrio presupuestario para permitir una
mejor adaptación al ciclo económico y facilitar el acceso a fuentes
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de financiación no gubernamentales en periodos de recesión y a
instrumentos de ahorro durante las fases de prosperidad;
Todo ello basado en estrategias de desarrollo integradas, apoyadas en un
entorno jurídico e institucional propicio, con una visión clara de las
responsabilidades y competencias de cada nivel de gobierno subnacional,
así como una descentralización fiscal efectiva.
Esta descentralización tendrá que ir de la mano de la llamada gobernanza
multinivel, donde la ciudadanía adquiere un papel activo en la gestión y
gobierno de la ciudad, convirtiéndose en un elemento de fortalecimiento
de esta descentralización. En Málaga venimos apostando por esta nueva
gobernanza a través de nuestra planificación estratégica desde el año
1992 y estamos orgullosos de decir que hoy vemos los resultados.
Creo que el movimiento que reclama el “derecho a la ciudad”, aunando a
una democracia local más dinámica y una mayor implicación de la
ciudadanía en la coproducción dela ciudad, es una de las claves del
cambio de modelo que proponemos para el 2030, y la llave para integrar
los derechos humanos y sociales en las estrategias urbanas y en todos los
objetivos de las diferentes agendas internacionales.