1. Duerma bien, lidere mejor
Por Christopher M. Barnes
¿Cuánto duerme cada noche? La mayoría de nosotros sabe que las horas
recomendadas son ocho, pero con el trabajo, la familia y los compromisos
sociales, que suelen consumir más de 16 horas del día, podría parecer
imposible conseguirlo.
De acuerdo con los datos más recientes de la National Health Interview
Survey, realizada en Estados Unidos, la proporción de personas que
duermen menos de seis horas por noche (el mínimo para que la mayoría
de la gente tenga un buen descanso) se elevó de 22 %, en 1985, a 29 %, en
2012. En un estudio a escala internacional, que el Center for Creative
Leadership realizó en 2017, se descubrió que entre los líderes el
problema es mucho peor: 42 % duerme seis horas o menos cada noche.
Históricamente, los investigadores han descrito la supervisión como algo
que no cambia con el tiempo; algunos jefes son malos y otros no. Pero
investigaciones recientes indican que el comportamiento individual puede
variar drásticamente de un día a otro y de una semana a otra, y gran parte
de estas variaciones se puede explicar según la calidad de sueño del
gerente. De hecho, se ha descubierto en estudios que cuando los líderes
se presentan a trabajar sin haber descansado, es más probable que
pierdan la paciencia con los empleados, actúen de forma abusiva y se
les considere menos carismáticos.
Como líder, incluso si no puede dormir lo suficiente, debe procurar
promover una buena conducta de sueño. Sus empleados lo observan para
obtener señales sobre lo que es importante; evite presumir su falta de
sueño para que no envíe la señal a sus subordinados de que ellos también
deben restarle importancia. Si es absolutamente necesario que escriba un
correo a las tres de la mañana, utilice la opción de envío retrasado para
que el mensaje se envíe hasta las 8 de la mañana. Si debe pasar toda la
noche en vela con un proyecto, no promueva esta conducta como algo
ejemplar. Está claro que se puede trabajar más horas si se duerme menos,
pero recuerde que la calidad de su trabajo (y su liderazgo) se verá
inevitablemente afectada a medida que lo haga y, con frecuencia, de
formas que usted no notará.