1. Diferentes formas de limpiar una barbacoa
Después de haber usado la barbacoa hay que someterla a un
profundo proceso de limpieza, para que la próxima vez que
volvamos a cocinar no nos encontremos restos de grasa pegados,
trozos de comida o cualquier clase de suciedad. Pero no solamente
por eso sino que realizando una limpieza cada vez que cocinamos
estamos ayudando a que nos dure mucho más tiempo y podamos
disfrutar de barbacoas siempre que lo deseemos.
¿Cómo podemos realizar la limpieza de una barbacoa?
Antes de comenzar la limpieza hay que tener un cepillo con cerdas
de acero, estropajo de acero, un raspador y toallitas húmedas
principalmente, aunque podríamos añadir un trapo seco para el final
del proceso de limpieza.
Después de haber acabado de cocinar hay que dejar que la
barbacoa enfríe, pero no demasiado porque de lo contrario los
restos de grasa y comida podrían quedar demasiado adheridos.
Comenzaremos usando el cepillo de acero, con lo que se retirarán
todos los posibles restos que pudieran haber quedado pegados en la
rejilla.
En caso de que éstos estén demasiado pegados podremos usar un
raspador para acabar con ellos más fácilmente, aunque si la
barbacoa está un poco caliente, no habrá problema en principio.
El siguiente paso es utilizar unas cuantas toallitas húmedas para ir
limpiando poco a poco cada sección de la rejilla de la barbacoa. Una
vez lo hayamos hecho y acabado con todos los restos podremos
fregar la parrilla con un estropajo de acero, agua y jabón y después
lo dejaremos secar al aire libre.
Para otra de las formas de realizar una limpieza a la barbacoa
necesitaremos un cepillo de cerdas de alambre, amoniaco, lana de
acero, jabón y bicarbonato. El primer paso será raspar la rejilla con
el cepillo de alambre hasta que no quede ningún resto ni de grasa ni
de comida. En este caso haremos como en el anterior, realizaremos
esta operación con la parrilla ligeramente caliente, para que se
puedan despegar más fácilmente tanto la grasa como los restos de
1

2. comida.
Llenaremos el fregadero con agua caliente y echaremos jabón y
bicarbonato sódico. Sumergiremos la rejilla y la dejaremos durante
una hora aproximadamente. Después la recudiremos y limpiaremos
con la lana de acero y finalizaremos con agua y amoniaco para
acabar con cualquier resto posible y la dejaremos secar al aire o al
sol.
La tercera y última forma de limpieza que compartimos con
vosotros requiere posos de café y papel de periódico.
Comenzaremos retirando cualquier resto de ceniza que haya
quedado de la última barbacoa y colocaremos los papeles de
periódico.
Frotaremos la parrilla con los posos de café y el papel de periódico
por cada una de las barras de la parrilla y esto hará que la grasa
más incrustada salga muy fácilmente, lo que evitará que tengamos
que hacer un gran esfuerzo y consigamos dejar la barbacoa en
óptimas condiciones para volver a ser usada.
Como habéis podido ver son tres sencillos métodos que os ayudaran
a hacer un buen mantenimiento de vuestra barbacoa y tenerla lista
para cualquier otro momento. http://barbacoas1.blogspot.es/
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