Biografía de M. Gandhi
Contribución de Gandhi.
Gandhi y la descolonización de la India
La ahimsa o el camino de la noviolencia
Gandhi, un ejemplo de resistencia
3. L I S T A D E C O N T E N I D O S .
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Biografía de M. Gandhi. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Contribución de Gandhi. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Gandhi y la descolonización de la India. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La ahimsa o el camino de la noviolencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Gandhi, un ejemplo de resistencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Biografías. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Película. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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4. DERECHOS DE COPIA:
Varias personas nos hemos ocupado de reunir
estos trabajos que pertenecen a los autores que
se citan en cada caso. Los materiales en los que
no se hace referencia a la fuente es porque no
tenemos datos para conocerla. No somos
autoras de ellos. Por todo esto, y dada la
importancia del tema, cualquier persona puede
reproducir total o parcialmente los contenidos de
esta publicación sin necesidad de autorización
por nuestra parte.
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5. BIOGRAFÍA DE M. GANDHI.
Antes de estudiar su biografía podemos iniciar un proceso de investigación para averiguar
cual era el contexto histórico y geográfico en que se dan estos acontecimientos. Para ello
podemos seguir el siguiente esquema:
- Situación histórica de la India a finales del siglo
XIX e inicios del XX.
- Localización de la India en el mapa.
- La India como colonia británica.
-Inicios del movimiento autonomista e
independentista indio.
- Resistencia de la metrópoli.
- Remarcar el hecho de que generalmente los
países que luchan por su independencia
promueven una guerra de emancipación, por
ejemplo: la independencia de las colonias
españolas en América, la independencia de
Irlanda (coetánea de la India), las actuales
independencias africanas (situar geográficamente
los ejemplos). En la India existían organizaciones
nacionalistas que exigían la autonomía y, a la
vez, estaba presente el ejército británico, lo que
hacía presagiar el incremento de la conflictividad
armada y el inicio de una guerra.
- Entonces aparece entre los partidarios de la
independencia un hombre pacífico, enemigo de la
guerra y amigo de la paz, que defendía la tesis
de que la India debía acceder a
su total autonomía sin hacer
uso de la violencia. este
hombre se llamaba Mohandas
Karamchad Gandhi.
¿Quién era M. K. Gandhi?
• 1869. El 2 de Octubre en
Porbandar nace Mohandas
Karamchand Gandhi.
• 1883 Siguiendo la costumbre
hindú del matrimonio entre
muchachos, se casa con
Kasturbai.
• 1888-1891. Estudia en
Londres, donde cursó su
carrera de abogado. Durante
este período, entre otras
obras, lee LUZ DE ASIA
(poema sobre la vida y el
mensaje de Buda), de Edwin
Arnold; el BAGAD-GITA (libro
clásico del hinduismo); LA
CLAVE DE LA TEOSOFÍA,
de H. P. Blavatsky, y la
BIBLIA, de la que destaca EL
NUEVO TESTAMENTO y le
emociona EL SERMÓN DE LA MONTAÑA. En
su autobiografía escribe: "Mi joven inteligencia
trataba de unificar todas estas enseñanzas" en
las que encuentra la base de su futura
concepción de la noviolencia.
• 1893-1914. Gandhi reside en África del Sur,
donde organiza y dirige la lucha noviolenta de
los residentes indios para que sean
reconocidos sus derechos iguales a los de los
blancos. Es encarcelado en varias ocasiones.
Durante este período fundó el diario INDIAN
OPINION, la colonia FÉNIX y la granja
TOLSTOY, donde, entre otras actividades,
trabajó como maestro. Escribe HIND SWARAJ
(Autonomía India) incluyendo su relación
epistolar con Tolstoi..
• 1899. Organiza en la guerra contra los bóers un
cuerpo de ambulancias hindú.
• 1906. Crea un servicio de ambulancias en el
levantamiento zulú. Realiza el voto de castidad
incluso dentro de su matrimonio.
• 1908. Lee Civil Disobedience de Thoreau.
• 1912. Realiza el voto solemne de
renuncia a toda propiedad privada.
• 1915. Regresa a la India y funda la
comunidad SATYAGRAHA cerca de
Ahmebadad. Un ashram es, en la
India, una especie de ermita-escuela
donde habita el maestro con sus
discípulos. Los ashrams gandhianos
-tanto el Satyagraha (Satyagraha =
fuerza de la verdad, noviolencia)
como el Sevegram (Villa de
servicio), fundado en 1.936, en
Segaón, cerca de Warda- son
concebidos como centros de
convivencia, de trabajo y de
educación noviolenta.
• 1916. Gandhi dirige una campaña
de reivindicación social de los
campesinos en Champaran.
• 1919. Inicia su lucha por la
independencia nacional, que
concibe no sólo como una
emancipación del poder británico,
sino como un reencuentro de la
India misma, que debe superarse en
todo, con el fin de ser mejor y de
poder dar su mensaje al mundo. Por
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6. esto su lucha pro independencia abarca, entre
otros, los siguientes campos:
- 1. Desaparición de la segregación de los
parias, a quienes no se reconocían todos los
derechos. Gandhi se niega a entrar en los
templos hasta que sea permitida la entrada a los
parias.
- 2. Unidad y hermandad entre las
personas de las distintas razas y religiones de la
India: hindúes, musulmanes, cristianos, parsis
(mazdeistas), jaínes, sikhs, etc. . .
- 3. Independencia política de la India,
que debe conseguirse por medio de la
noviolencia, para autoedificarse moralmente y dar
al mundo un ejemplo de fraternidad y de paz.
Durante este período trabajó unido al
partido del Congreso, órgano principal del
movimiento autonomista indio; funda y dirige los
periódicos YOUNG INDIA y NAVAJIVAN; escribe
la parte fundamental de su obra
(CARTAS AL ASHRAM, su
autobiografía titulada HISTORIA
DE MIS EXPERIENCIAS CON
LA VERDAD, multitud de
artículos y alocuciones, etc. . . . );
organiza y dirige toda la
campaña de lucha noviolenta, es
encarcelado en numerosas
ocasiones (durante uno de estos
encarcelamientos muere su
mujer en la misma prisión),
ayuna . . . y se manifiesta como
un gran maestro espiritual para
toda la humanidad. El poeta
Rabindranath Tagore le aplica el
título de Mahatma (Alma
Grande).
• 1920. Se inicia el boicot a los
tejidos ingleses. Desde
entonces viste solamente con
un paño en torno a las caderas.
• 1922. Huelga de hambre contra
la violencia. Es encarcelado
unos meses.
• 1924. Nueva huelga de hambre
pidiendo el alto de
enfrentamientos entre hindúes
y musulmanes.
• 1928. Publica su libro
Satyagraha in South Africa.
• 1930. Marcha de la sal.
• 1932. Ayuno a muerte para
pedir igualdad en las eleciones
entre hindúes e intocables.
• 1934. Gandhi abandona la
dirección y el partido del
CONGRESO.
• 1940 Gandhi se opone a la participación de la
India en la II Guerra Mundial. Llama al boicot.
• 1947. Independencia de la India y creación del
estado separado de Pakistán. Estallan
violencias entre hindúes y musulmanes. Gandhi
peregrina por distintas regiones de la India
predicando la reconciliación. Ayuna y logra
detener las violencias.
• 1948. Sigue trabajando por la unidad hindú-
musulmana, en favor de la amistad con los
cristianos, por la tolerancia y la hermandad
entre las personas de distintas razas, lenguas y
religiones. El 30 de Enero, cuando iba hacia el
recinto donde dirigía la oración interconfesional,
un fanático hindú, contrario al espíritu abierto y
universalista del Mahatma, se le acercó y,
simulando que iba a saludarle, le disparó tres
tiros de revolver. Gandhi fue alcanzado en el
pecho y murió.
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7. Contribución de Gandhi.
Gandhi ha sido la persona que ha realizado la contribución personal más significativa en la
historia de la técnica noviolenta con sus experimentos políticos en el uso de la no-colaboración, la
desobediencia, el desafío al control de los gobiernos y elaboración de normas alternativas. Se amplió el
carácter de la técnica y se afinó más en su práctica. Gandhi introdujo más atención sobre las estrategias
y tácticas, el uso más racional de los diferentes métodos e intentó ligar las acciones políticas masivas a
las normas de la noviolencia. Para la mayoría de las personas que participaron, sin embargo, esta
asociación no tenía un carácter absoluto. Tomaban parte en estas acciones porque veían que era una
técnica eficaz. Como resultado del trabajo de Gandhi, la técnica se hizo más activa y dinámica. Gandhi,
con sus colegas de Sudáfrica e India, demostró que la lucha noviolenta podía ser políticamente eficaz a
gran escala.
Gandhi usó la noviolencia en el
tratamiento de los problemas internos de la India
así como para combatir la ocupación británica de
su país e impulsó a otras personas a hacer lo
mismo. Uno de los usos locales más conocidos
de su satyagraha tuvo lugar en Vykom al Sur de
la India en 1924-25. Fue dirigido por
simpatizantes de Gandhi para mejorar los
derechos de los "intocables". En esta ocasión
hubo un intento considerable de cambiar las
actitudes y los sentimientos de los hindúes
ortodoxos. Las frecuentes exhortaciones de
Gandhi sobre la necesidad de convertir, no
coaccionar, al oponente fueron elevadas a la
práctica. El intento de conversión no es usual en
la acción noviolenta, sin embargo, ni este es un
caso típico de las luchas gandhianas. Es este un
caso interesante debido a la extrema distancia
social entre Brahamanes e "intocables".
1. Vykom, 1924-25.
En Vykom, Travancore, uno de los
estados gobernados por un maharajah indio en
lugar de los británicos, se había prohibido
durante cuatro siglos a los "intocables" el uso de
un camino concreto que conducía directamente a
su centro, ya que pasaba por un templo Brahman
ortodoxo. En 1924, después de consultar con
Gandhi, algunos hindúes reformistas de castas
altas comenzaron la acción. Este grupo, junto con
amigos "intocables", fue andando por el camino y
se paró en frente del templo. Hindúes ortodoxos
les atacaron duramente y algunos manifestantes
fueron arrestados recibiendo sentencias de hasta
un año de prisión. Entonces comenzaron a llegar
personas voluntarias desde todos los lugares de
la India. En lugar de arrestar a más personas, el
gobierno del maharajah ordenó a la policía que
impidiese a los reformistas utilizar el camino
colocando un cordón que lo cruzaba. Los
reformistas se pusieron a rezar delante de él
pidiendo a la policía que les dejase pasar. Se
organizaron turnos de día y de noche para esta
tarea. Los reformistas se confesaban noviolentos
y se negaron a irse hasta que los Brahmanes
reconociesen el derecho de los "intocables" a
utilizar el camino. A lo largo de los meses el
número de reformistas y su estado de ánimo
fluctuaban. Cuando llegó la estación de las lluvias
y el camino se inundó permanecieron en sus
puestos acortando la duración de los turnos a
tres horas. El agua les llegaba a los hombros. La
policía que sujetaba el cordón tuvo que usar
barcas.
Cuando el gobierno quitó la barrera, los
reformistas se negaron a usar el camino hasta
que los hindúes ortodoxos cambiasen su actitud.
Después de dieciséis meses los brahmanes
dijeron: "No nos podemos resistir a las oraciones
que nos dirigen y estamos preparados para
recibir a los "intocables"". El caso tuvo una amplia
repercusión a lo largo de la India sirviendo de
ejemplo para la retirada de semejantes
restricciones en otros lugares.
2. Teoría de Gandhi sobre el poder.
Gandhi es más conocido por sus luchas
contra el dominio británico. En estas luchas se
basaba en una visión del poder: "En política el
uso del poder se basa en el principio inmutable
de que el gobierno del pueblo sólo es posible
cuando consciente o inconscientemente éste
permite ser gobernado". Este fue el principio
básico de su estrategia.
Según Gandhi, si la permanencia de un
régimen injusto o antidemocrático depende de la
colaboración, la sumisión y la obediencia de la
gente, entonces los medios para cambiarlo o
abolirlo están en la no-colaboración, el desafío y
la desobediencia de la gente. Todo ello, estaba
convencido, se puede llevar a cabo sin el uso de
la violencia física e incluso sin hostilidad hacia las
personas del grupo oponente. En "Hind Swaraj"
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8. (Autogobierno indio) decía a los gobernantes
británicos:
<<Tenéis grandes recursos militares.
Vuestro poder naval no tiene rival. Si quisiéramos
luchar contra vosotros en vuestro campo, no
podríamos. Pero podemos dejar de actuar como
gobernados. Nos podéis cortar en trozos, si os
gusta. Nos podéis atar a la boca de un cañón. Si
actuáis contra nuestra voluntad, no os
ayudaremos. Y sin nuestra ayuda, sabemos que
no podréis dar un paso adelante.
Una resolución redactada por Gandhi,
aprobada por el Congreso Nacional de la India (el
partido nacionalista) el día 26 de enero de 1930,
contenía este párrafo sobre la no colaboración y
la insumisión al poder británico:
<<Sostenemos que es un crimen contra
la humanidad y contra dios someterse por más
tiempo al gobierno que ha causado un desastre
cuádruple a nuestro país. Reconocemos, sin
embargo, que la forma más eficaz de ganar
nuestra libertad no es con la violencia. Nos
prepararemos por tanto a retirar, en la medida de
lo que podamos, del gobierno británico toda
relación voluntaria y nos prepararemos para la
desobediencia civil, incluyendo el no pagar
impuestos. Estamos convencidos de que si
podemos retirar nuestra ayuda voluntaria y dejar
de pagar impuestos sin realizar violencia, incluso
si nos provocan, estamos asegurando el fin de
este gobierno inhumano.
Ese mismo año Gandhi lanzó un
movimiento de no colaboración y desobediencia
para conseguir el autogobierno. Esta campaña se
basaba en la teoría anterior:
<<Cada persona que no colabora está
desaprobando al gobierno establecido por la ley.
La no colaboración, siendo un movimiento
religioso y moral, tiene como objetivo deliberado
la caída del gobierno y por tanto es subversivo
según el Código Penal de la India.
Esta retirada de apoyo estaría en
proporción a "su habilidad para mantener el
orden en la estructura social" sin ayuda de
quienes gobiernan. La forma de controlar el
poder político consistía, a su manera de ver, en
"no colaborar con el sistema retirando toda ayuda
posible y rechazando todos sus beneficios". Así
definió al "satyagraha".
Mientras intentaba convertir a los
británicos, Gandhi no se hacía ilusiones de que
fuese posible una solución fácil sin lucha y fuerza
de presión. Justamente antes de comenzar la
campaña de desobediencia civil en 1930-31
escribió al virrey:
<<No se trata de convenceros con
argumentos. Se trata de un pulso de fuerzas. Con
razón o sin ella, Gran Bretaña defendería su
comercio e intereses en la India con todos los
medios a su alcance. La India, por tanto, debe
acumular toda la fuerza posible para liberarse de
ese abrazo mortal.
3. India, 1930-31.
En 1930 comenzó la campaña por la
independencia con la famosa Marcha de la Sal
como ejemplo clásico de una lucha masiva
noviolenta. Gandhi formuló un programa de
peticiones políticas y un plan concreto para la
rebelión noviolenta que incluía la desobediencia
civil. Las reivindicaciones dirigidas al virrey no
consiguieron ninguna concesión.
Centrándose inicialmente en la Ley de la
Sal que imponía unos impuestos fuertes y el
monopolio gubernamental, Gandhi salió con sus
discípulos en una marcha de 26 días hacia el mar
para cometer desobediencia civil mediante la
obtención de sal. Esta fue la señal para la
revuelta masiva noviolenta en todo el país. Según
avanzaba el movimiento, se realizaron
asambleas masivas, enormes manifestaciones,
discursos subversivos, boicot a la ropa extranjera
así como piquetes ante las tiendas de licor y opio.
Los estudiantes se ausentaron de las escuelas
gubernamentales. Se difundió la bandera
nacional. Hubo boicot social de los empleados
gubernamentales, huelgas cortas ("hartales") y
dimisiones de funcionarios así como de
miembros de la Asamblea Legislativa y de los
Ayuntamientos. Los departamentos
gubernamentales fueron boicoteados, así como
las empresas extranjeras de seguros y los
servicios de correos y telégrafos. Muchas
personas se negaron a pagar impuestos. Algunas
renunciaron a sus títulos.
El gobierno arrestó a Gandhi al principio
de la campaña. Unos cien mil indios fueron a
prisión o detenido en campos incluyendo a
diecisiete mil mujeres. Hubo palizas, heridas,
censura, disparos, intimidaciones, embargos,
prohibición de reunirse y organizarse... Algunas
personas fueron asesinadas. El funcionamiento
normal del gobierno se vio afectado durante el
año y quienes estaban en la resistencia sufrieron
mucho. Al final hubo negociaciones directas entre
Gandhi y el virrey.
Fuente: GENE SHARP. "The Politics of nonviolent action". Publicado por Porter Sargent Publisher.
11 Beacon St., Boston, Ma. 02108. EE.UU. 1973.
Página 8 Recopilado por Emilio Arranz Beltrán
9. GANDHI Y LA DESCOLONIZACIÓN
DE LA INDIA. 1915-1948.
Por Itienne Godinot.
LA ESTRATEGIA DE GANDHI.
En 1915, Gandhi volvió a la India después
de una permanencia de 15 años en África del
Sur, donde se hizo célebre en la lucha por el
reconocimiento de los indios como ciudadanos
británicos, y lleva con él un manifiesto: “Hind
Swaraj”, “Autonomía de la India”.
Entonces Inglaterra dominaba a 300
millones de indios, con los dos cientos
funcionarios del Servicio Civil Indio, diez mil
oficiales y sesenta mil soldados británicos,
reforzados por dos cientos mil soldados
indígenas, calculemos una proporción del 1 por
mil. La genialidad de Gandhi, fue demostrar que
la presencia británica sólo era posible por la
pasividad y la colaboración de la población india.
“Sin nuestro apoyo, dijo, cien mil europeos no
podrían dominar ni siquiera la séptima parte de
nuestros pueblos.”
Toda su lucha durante 32 años consistirá
en organizar la nocooperación de los indios por el
poder colonial, lo que le costará dos mil ochenta
y nueve días de prisión. Nerhu, por su parte,
pasará nueve años en las cárceles de su
Graciosa Majestad.. . .
El Mahatma organiza la resistencia de los
pequeños cosecheros del añil de Bihar contra las
exigencias de los grandes propietarios británicos;
la huelga por el impuesto de los ciudadanos de
Bombay, arruinados por la sequía, y apoya a los
obreros de las fábricas textiles de Ahmedebad.
Para reaccionar contra la Rowlatt Act,
nueva legislación represiva votada por los
ingleses en 1919, Gandhi organiza el 6 de Abril
una jornada simbólica de duelo y paro total de las
actividades, un gigantesco “hartal” que paraliza
todo el continente indio. El 13 de Abril del mismo
año, los soldados del general Dyer abren fuego
sobre una multitud que participa en una
manifestación pacífica pero prohibida en
Amritsar, causando 379 muertos y 1.137 heridos
con 1.650 balas disparadas.
En 1921 el Mahatma pone en marcha la
gran campaña de no-cooperación con las
autoridades y la economía británica; organiza el
tejer en las familias, consigue poner en marcha
dos millones de ruecas, invitando a los indios a
quemar sus ropas inglesas y a llevar el khadi
indio.
En Febrero de 1922, Gandhi pasa de la
no-cooperación a la desobediencia civil, llama a
los campesinos a hacer huelga sobre los
impuestos, a los ciudadanos a no respetar las
leyes inglesas, a los estudiantes a boicotear la
Universidad británica, a los soldados a dejar el
ejército.
“Los ingleses, decía, quieren obligarnos a
llevar la lucha al campo de las ametralladoras,
porque ellos tienen armas y nosotros no. Nuestra
única posibilidad de vencerles es la de llevar el
combate al campo en el que nosotros tenemos
armas y ellos no”.
Millares de indios respondieron a su
llamada, 50.000 de ellos son encarcelados, pero
después de la masacre de 22 policías en Chauri-
Chaura por los manifestantes encolerizados,
Gandhi, contra la opinión de sus amigos, paraliza
el movimiento de desobediencia civil. Entonces,
es acusado y condenado a una pena de seis
años de prisión, que no cumplirá en su totalidad.
DE LA MARCHA DE LA SAL A LA
INDEPENDENCIA.
En 1930, el partido del Congreso adopta
por primera vez una declaración de
independencia. El 12 de marzo del mismo año,
Gandhi empieza “la marcha de la sal” de 380 Km.
desde Sabarmati a Dandi. En ella se podía la
abolición de la tasa sobre la sal, que costaba a
los indios 115 millones de francos-oro al año.
Todos los grandes periódicos del mundo
publicaban el espectáculo de este extraño
cortejo. 26 días más tarde Gandhi recogía sal del
océano Índico e invitaba a la población a hacer lo
mismo.
El 5 de mayo organiza una excursión al
depósito gubernamental de sal de Dharasana,
donde es de nuevo detenido. 2.500 voluntarios se
presentan pacíficamente delante de las fuerzas
de policía que custodian la sal y son recibidos a
garrotazos (dos muertos y 300 heridos). Cerca de
100.000 indios son encarcelados; pero no se
puede mantener encarcelados mucho tiempo a
tal cantidad de militantes.
En Enero de 1931 el Virrey Lord Irwin
pone en libertad a los dirigentes del Congreso e
invita a Gandhi a conversar con él. El 4 de Marzo
de 1931 el virrey libera a todos los presos
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10. políticos, restituye todas las propiedades
confiscadas a los indios y abolió las leyes sobre
la sal, mientras que Gandhi pone fin a la
desobediencia civil.
El Mahatma va en Septiembre a Londres
para participar en la Conferencia de la Mesa
Redonda, pero vuelve con las manos vacías.
Algunos meses después el nuevo gobierno
conservador de Londres, dirigido por Churchill, da
la orden de aplastar el Congreso. De nuevo,
cerca de 100.000 militantes son encarcelados,
pero Gandhi, en contra de la opinión de sus
allegados empieza una huelga de hambre que
hace ceder al gobierno británico.
En 1936, los indios pueden elegir un
parlamento: el partido del Congreso obtiene una
mayoría aplastante.
En 1942, Cuando Inglaterra estaba en la
II Guerra Mundial, Gandhi organiza una nueva
campaña de desobediencia civil y lanza aquel
famoso llamamiento “Quit India”, “Dejad la India”.
Es detenido con casi todos los dirigentes del
Congreso y encarcelado en el palacio de Aga
Khan en Poona. En Febrero de 1943 hace de
nuevo un ayuno de 21 días que le lleva a las
puertas de la muerte e indigna a la opinión
británica. Después de la guerra, el primer ministro
laborista Atlee, encargó a Luis Mountbatten que
concertara la independencia. Esta se celebró el
15 de Agosto de 1947, pero la celebraron dos
estados, el Paquistán musulmán y la Unión India
laica. Esta “vivisección” a la que Gandhi siempre
se opuso, conduciría a los musulmanes, hindúes
y sijs a matanzas increíblemente salvajes.
LAS LECCIONES DE GANDHI.
Gandhi ha liberado a su país haciendo a
esta colonia incontrolable económicamente e
ingobernable políticamente por los ingleses. Pero
esa lucha se enfocaba también hacia otros
objetivos: el paro, los intocables, el sistema de
castas, las bodas de niños, la falta de higiene, el
alcoholismo, la superstición y sobre todo el
fanatismo religioso. Él ayunó en numerosas
ocasiones por la igualdad de los parias y hasta el
fin de sus días para reconciliar a los hindúes y
musulmanes en Calcuta en Septiembre de 1947,
después en Enero de 1948, en Delhi.
Mientras que el objetivo buscado por
Nerhu y los demás dirigentes del Congreso se
reduce a la expulsión de los británicos y a
conquistar la independencia nacional, Gandhi
quería liberar a los indios de todas las
alienaciones y de todas las opresiones que
pesaban sobre ellos, y que no eran todas
producto de la dominación inglesa.
Rápidamente, por no seguir las
recomendaciones del Mahatma, el Congreso se
convertirá en un partido despótico y la India en
una burocracia a la vez que en una potencia
militar y nuclear. Igualmente, Nerhu, apoyó el
crecimiento de la India en la industria, cuando
una política semejante no convenía en absoluto a
las necesidades de la población en su 82% rural.
Jayaprakash Narayan, “J.P.”, sin
embargo, recordará a los dirigentes del Estado y
a la población las exigencias de fidelidad que
deberían tener a los ideales de Gandhi; será la
auténtica conciencia política de la India. Será
encarcelado por Indira Gandhi, la hija de Nerhu,
por haber llamado a la población a la no-
cooperación en 1975.
El genio político de Gandhi ha consistido
en llevar a cabo acciones muy simples y
simbólicas, en las que cualquiera podía
participar, pero que minaban el poder del
ocupante, así, el uso de la rueca se convirtió para
los indios en un arma económica para resolver
sus propios problemas y en un arma política para
luchar contra la dominación extranjera. Fue lo
mismo con el control de la sal, alimento
indispensable y símbolo corrosivo de la lucha
contra los impuestos y monopolios ingleses.
La eficacia política puede expresarse
también en términos matemáticos: la
independencia de la India costó muy pocas vidas
humanas (para liberar a 300 millones de indios)
en comparación con la liberación de 12 millones
de argelinos (según el F.L.N. costó un millón de
víctimas).
VOCABULARIO:
AHIMSA:
Amor, ausencia de violencia.
SATYAGRAHA:
Resistencia noviolenta basada en la fuerza de la razón, de la verdad.
Página 10 Recopilado por Emilio Arranz Beltrán
11. LA AHIMSA O
EL CAMINO DE LA NOVIOLENCIA
. . . . La noviolencia es la
fuerza más grande que la
humanidad tiene a su
disposición. Es más poderosa
que el arma más destructiva
inventada por el hombre. La
destrucción no corresponde ni
mucho menos a la ley de los
hombres. Vivir libre es estar
dispuesto a morir, si es preciso,
a manos del prójimo, pero nunca
a darle muerte. Sea cual fuere el
motivo, todo homicidio y todo
atentado contra la persona es un
crimen contra la humanidad. . . .
.
. . . . La primera
exigencia de la noviolencia
consiste en respetar la justicia
alrededor de nosotros y en todos
los terrenos. ¿Es esto pedirle
demasiado a la naturaleza
humana? No lo creo. Nunca
hemos de hacer teorías sobre lo
que el hombre puede realizar de
bueno o de malo. . . . .
. . . . Lo mismo que hay
que aprender a matar para
practicar el arte de la violencia,
también hay que prepararse a
morir para entrenarse en la
noviolencia. La violencia no nos
libra del miedo, sino que procura
combatir la causa del miedo. Por
el contrario, la noviolencia está
libre de todo miedo. El
noviolento tiene que prepararse
a los sacrificios más exigentes
para superar el miedo. No se
pregunta si va a perder su casa,
su fortuna o su vida. Hasta que
no supere toda aprensión, no
podrá practicar la ahimsa en
toda su perfección. (. . .) Por
consiguiente, según se entrene
uno en la violencia o en la
noviolencia, tendrá que apelar a
técnicas diametralmente
opuestas. La violencia es
necesaria para proteger los
bienes temporales. La
noviolencia es indispensable
para asegurar la protección de
nuestro honor y del Atma. . . . .
. . . . La noviolencia no
consiste en amar a los que nos
aman. La noviolencia comienza
a partir del instante en que
amamos a los que nos odian.
Conozco perfectamente las
dificultades de este gran
mandamiento del amor. ¿Pero
no pasa lo mismo con todas las
cosas grandes y buenas? Lo
más difícil de todo es amar a los
enemigos. . . . .
. . . . He observado que
las peores destrucciones no
logran nunca que desaparezca
por completo la vida. Por tanto,
tiene que haber una ley superior
a la de la destrucción. Sólo esa
ley suprema puede dar un
sentido a nuestra vida y
establecer la armonía
indispensable al funcionamiento
del rodaje social. Y, si debe ser
ésa nuestra ley, hemos de
esforzarnos cuanto podamos
para que sea la norma de
nuestra vida diaria. Siempre que
surge la discordia, que choca
uno con la oposición, hay que
intentar vencer al adversario con
el amor. Toda mi vida he
recurrido a este medio
elemental para solucionar
numerosos problemas. Esto no
significa que haya solucionado
todas mis dificultades. Lo único
que he conseguido es descubrir
sencillamente que la ley del
amor es más eficaz que la voz
de la violencia. . . . .
. . . . No es que yo sea
incapaz, por ejemplo, de
encolerizarme, pero casi
siempre he logrado dominarme.
Puedo dejarme sorprender, pero
siempre procuro de forma
consciente y deliberada seguir
siendo fiel continuamente a las
exigencias de esos combates
interiores. Cuanto más me
esfuerzo en ello, más gozo
tengo de vivir. Es la prueba de
que esa ley está en conformidad
con el plan del universo.
Encuentro allí una paz y un
sentido de los misterios de la
naturaleza que desafían toda
descripción. . . . .
. . . . He observado que
las naciones, lo mismo que los
individuos, sólo encuentran su
cumplimiento pasando por la
agonía de la cruz. La alegría no
procede de los sufrimientos que
se infligen a los demás, sino de
los que uno se impone
voluntariamente. . . . .
. . . . Si remontamos el
curso de la historia, desde sus
primeros balbuceos hasta
nuestros días, veremos que el
hombre no ha dejado de
progresar en el sentido de la
ahimsa. Nuestros más antiguos
antepasados eran caníbales.
Luego se cansaron y empezaron
a alimentarse de los productos
de la caza. Vino más tarde el
momento en que el hombre
creyó más noble renunciar a la
vida de cazador vagabundo; se
entregó entonces a la
agricultura, dependiendo
principalmente de su madre, la
tierra, para asegurar su
subsistencia. De nómada que
era se convirtió en sedentario y
fundó la civilización de las
aldeas y ciudades. La familia a
la que pertenecía se convirtió
G A N D H I Página 11
12. poco a poco en una comunidad,
y más tarde en una nación. Son
éstos otros tantos signos que
hablan de un progreso de la
ahimsa y de un retroceso de la
violencia. Si hubiese sido de otro
modo, nuestra especie habría
desaparecido, como ha ocurrido
con otras muchas, menos
evolucionadas. . . . .
. . . . Los profetas y los
avatars han predicado
igualmente, más o menos, el
valor de la ahimsa. Ninguno de
ellos ha sido pregonero de la
violencia. ¿Cómo podría ser de
otro modo? La violencia no es
de esas cosas que sea preciso
enseñar. En cuanto animal, el
hombre es violento; pero en
cuanto espíritu, es noviolento.
Apenas empieza a despertarse
a las exigencias de ese espíritu
que mora en él, le es imposible
seguir siendo violento: o bien
evoluciona en el sentido de la
ahimsa, o camina a su
destrucción. Por eso, los
profetas y los avatars han
exaltado los méritos de la
verdad, de la armonía, de la
fraternidad, de la justicia y de
muchos otros atributos de la
ahimsa. . . . .
. . . . Nuestro mundo no
reposa en una estructura social
noviolenta. Por doquier se ve a
los hombres defender sus
posesiones empleando
medios de naturaleza
coercitiva; pero sin
ellos, solamente
hubieran podido vivir los
individuos más feroces.
Afortunadamente,
también existen
vínculos de amor, como
puede comprobarse en
las familias e incluso en
las comunidades que se
llaman naciones. Lo
que pasa es que no se
reconoce en ellas la
supremacía de la
noviolencia. De aquí se
sigue que las inmensas
posibilidades de esa ley todavía
están sin explorar. Por pura
inercia, se tiene por adquirido
que la noviolencia perfecta sólo
es posible cuando uno ha hecho
el voto de renunciar a todo. Pero
si es verdad que sus escaso
adeptos son los únicos en
proseguir ese trabajo de
búsqueda y en revelarnos de
vez en cuando las nuevas
posibilidades de la noviolencia,
¿por qué, si se trata realmente
de una ley eterna que se impone
al hombre, no vamos a admitir
que puede y debe aplicarse a
todos? Los numerosos fracasos
que presenciamos no proceden
de esa ley, sino de los que la
siguen de mejor o peor gana.
Cuando una madre sacrifica su
vida por salvar a su hijo, se está
conformando con esa ley sin
darse cuenta. Hace ya cincuenta
años que no he dejado de militar
para que se acepte esa ley con
conocimiento de causa y para
que se la aplique celosamente, a
pesar de todos los fracasos.
Esos cincuenta años de
esfuerzo se han traducido en
resultados maravillosos, que han
reforzado mi fe. No hay nada
que pueda disminuir esta
certeza. No será el espectáculo
repugnante de las
desigualdades a las que
asistimos por todas partes lo
que pueda quebrantar esta
convicción. Ni tampoco ver
cómo se han adquirido tantas
posesiones de una forma tan
injusta, despreciando toda ley.
Para derribar esa tendencia, el
noviolento dispone de las armas
del Satyagraha y de la no-
cooperación, que se han
presentado hasta ahora como
los mejores sustitutos de la
violencia, con tal de que se haga
de ellos un uso honesto y
moderado. Jamás he pretendido
tener en mi mano todos los
secretos de la noviolencia. Esta
ciencia es demasiado amplia
para que pueda poseerla un
hombre solo. ¿No pasa también
esto con otras ciencias, como la
física y la matemática? Yo no
soy más que un buscador. . . . .
. . . . Al haberme iniciado
en el Satyagraha, me he dado
cuenta de que si se quiere
alcanzar la verdad, hay que
apartar al adversario de su error
con paciencia y bondad, en vez
de recurrir a la fuerza. Pues lo
que a unos les parece verdad, a
otros puede parecerles falso.
Por otra parte, esa obra de
paciencia significa que uno hace
recaer sobre sí todos los
sufrimientos necesarios. De este
modo, la verdad se da a
conocer, no por los sufrimientos
que se infligen a los demás, sino
por los que uno se impone. . . . .
. . . . En este siglo lleno de
sorprendentes inventos,
nadie puede decir ya que
una cosa o una idea
carezca de valor por el
hecho de ser nueva. Afirmar
de una empresa que se
trata de algo imposible, por
ser difícil, sería obrar en
contra del espíritu de
nuestra época. Todos los
días vemos realizar cosas
que no podían ni imaginarse
el día anterior. Lo imposible
no deja de ceder terreno a
lo posible, En el terreno de
la violencia, los más
recientes descubrimientos
son especialmente
Página 12 Recopilado por Emilio Arranz Beltrán
13. asombrosos, Pero estoy seguro
de que todavía se realizarán
descubrimientos más
maravillosos en el terreno de la
noviolencia. . . . .
. . . . Hay que distinguir
entre el hombre y sus actos.
Puede muy bien pensarse en
una oposición y en un ataque a
un sistema. Pero querer atacar
directamente al autor de ese
sistema equivale a querer
emprender un ataque contra uno
mismo. ¿No nos ha hecho Dios
idénticos? ¿No somos todos
hijos de un mismo y único
creador? Y en cuanto tales, ¿por
qué no nos vamos a atrever a
afirmar que los poderes divinos
que hay en nosotros son
infinitos? Violentar a un solo ser
humano es profanar esos
poderes divinos y perjudicar, no
sólo a ese adversario, sino a
toda la humanidad, a través de
él. . . . .
. . . No se puede ser
noviolento de verdad y
permanecer pasivo ante las
injusticias sociales. . . . .
. . . . La resistencia
pasiva es un método que
permite defender todo derecho
que se encuentre amenazado,
haciendo caer sobre sí mismo
los sufrimientos que se pueden
derivar. Pasa lo contrario con la
resistencia armada. Cuando me
niego a hacer una cosa que
repugna a mi conciencia, apelo
a las fuerzas del alma.
Supongamos que el gobierno
implanta una ley que me toca en
algunos de mis intereses. Si
recurro a la violencia parar hacer
abrogar la ley, empleo lo que
puede llamarse fuerza del
cuerpo. Por el contrario, si no
obedezco a la ley a costa de
incurrir en las sanciones
previstas, utilizo la fuerza del
alma; y esto supone un sacrificio
para mí mismo. . . . .
. . . . Todo el mundo
admite que sacrificarse a sí
mismo es infinitamente más
noble que sacrificar a los demás.
Cuando se utiliza esta fuerza
para luchar contra la injusticia,
tiene la ventaja de no hacer
sufrir más que a aquel que la
emplea. Si entretanto se comete
algún error, los otros no tiene
por qué padecerlo. Desde
siempre los hombres han
emprendido cosas que luego se
ha visto que eran errores. Nadie
puede asegurar con certeza que
está en su derecho y que todo lo
demás es falso por ir en contra
de su opinión. Por el contrario,
es indispensable que uno se
abstenga de hacer lo que
considera injusto, sean cuales
fueren las consecuencias; este
primer paso es la llave que
permite utilizar la fuerza del
alma. . . . .
. . . . El adepto de la a-
himsa no puede hacer suya la
fórmula utilitaria, según la cual el
mayor bien es lo que más
conviene a la mayoría.
Dispuesto a sacrificar la vida por
su ideal, luchará para que todos,
sin excepción, puedan conocer
el bien más elevado. En caso
necesario, deberá aceptar el
sacrificio de su vida por salvar la
de los demás. Si todos los
hombres pueden gozar de los
derechos más importantes, se
sigue que allí está también
incluida la mayoría y, en este
sentido, hasta cierto punto, los
defensores de esa forma
utilitaria están junto a los
noviolentos; pero pronto se
separarán sus caminos y se
dirigirán en sentidos opuestos.
En efecto, sólo el noviolento
estará dispuesto a sacrificarse;
los seguidores de una moral
utilitaria no tiene ninguna razón
para hacerlo. . . . .
. . . . Podríais, desde
luego, objetarme que no puede
darse una rebelión noviolenta y
que la historia no cita ningún
ejemplo de ella. Pues bien, yo
tengo la ambición de poder
proporcionar un ejemplo y sueño
con ver a mi país llegar a la
independencia por medio de la
noviolencia. Estoy dispuesto a
repetirlo mil veces para que
todos lo sepan. Me he
identificado hasta tal punto con
la causa de la noviolencia que
preferiría el suicidio a la más
íntima infidelidad. Al decir esto,
no me olvido ni mucho menos
del punto de vista de la verdad.
En efecto, sólo la noviolencia
permite a la verdad expresarse
plenamente. . . . .
. . . . Si queremos llegar
a ser noviolentos, hemos de
desear no tener nada más que
lo que tienen los más pequeños
del mundo. . . . .
. . . . Adoptar el principio
de la noviolencia obliga a
separarse de toda forma de
explotación. . . .
. . . . Me gustaría decir a
los que me critican que tomasen
conmigo una parte de los
sufrimientos, no sólo de la India,
sino del mundo entero, tanto si
se deben a la guerra como a
otros motivos. No puedo
quedarme indiferente ante esa
carnicería que se extiende por
doquier. Es indigno que los
hombres se entreguen a ese
asesinato generalizado que es la
guerra. Estoy seguro de que
tiene que haber otra salida para
nuestros problemas.
Mientras existamos
físicamente, no es posible ser
perfectamente noviolento, ya
que el cuerpo por sí solo está
obligado a ocupar un mínimo de
espacio. Mientras no seamos
puros espíritus, la noviolencia
perfecta es tan teórica como la
línea recta de Euclides. Pero no
cabe más remedio que
acomodarse a estas
contingencias. . . . .
. . . . Puede ser que, en
algunas circunstancias, sea un
deber suprimir una vida. Por
ejemplo, hemos de aceptar esta
necesidad si queremos
alimentarnos: aunque sólo nos
alimentemos de legumbres, hay
G A N D H I Página 13
14. que destruir al menos cierta
forma de vida. Por razones
sanitarias se matan microbios
con los desinfectantes,
mosquitos con los insecticidas,
etc. Al obrar así, no se nos
ocurre sentirnos culpables ante
la religión... Se mata también a
las fieras carnívoras que quieren
atacar al hombre... A veces uno
puede verse obligado a matar a
un hombre: pensad en el caso
de un loco furioso que, armado
de una espada, matase a todos
los que se encuentra por el
camino; tendríamos que
capturarlo vivo o muerto. Y el
que acabase con ese
energúmeno, sería un
benemérito de la comunidad,
que tendría que agradecerle
aquel servicio. . . . .
. . . . Por otro lado, he
advertido que, en más de una
circunstancia, se siente
repugnancia instintiva a matar
un ser vivo. Por ejemplo, se ha
propuesto encerrar a los perros
rabiosos y hacerles morir
lentamente. Pero esa
sugerencia es incompatible con
mi manera de pensar. nunca
podré soportar por un sólo
instante ver a un animal padecer
el martirio y sufrir a fuego lento,
sin proporcionarle ninguna
ayuda. si en caso análogo no
mato a un ser humano, es
porque pongo todas mis
esperanzas en un
remedio. Pero si no
tengo el remedio
adecuado para
cuidar de un animal,
creo que tengo la
obligación de
matarlo. Si mi hijo
se pusiera rabioso y
no tuviera ningún
medio para aliviar
sus sufrimientos,
juzgaría que tengo
la obligación de
poner fin a su vida.
El fatalismo tiene
sus límites. Sólo
podemos ponernos
en manos del
destino después de habernos
ayudado a nosotros mismos del
mejor modo posible. Para
ayudar a un niño que agoniza en
medio de sufrimientos, puede
ser que el único remedio que
quede sea el de acabar con su
vida. . . . .
. . . . En un sentido
positivo, la ahimsa significa un
máximo de amor, una caridad
perfecta. Si soy noviolento,
tengo que amar a mi enemigo.
Mi comportamiento con un
malhechor tiene que ser el
mismo, si se trata de un
enemigo extraño a mi familia
que si se trata de mi propio hijo.
La ahimsa, para ser eficaz,
exige la intrepidez y el respeto a
la verdad. En efecto, no se
puede temer ni asustar al que se
ama. De todos los dones que se
nos han hecho, el de la vida es
sin duda el más precioso. El que
hace el sacrificio de este don,
desarma toda hostilidad. Abre el
camino a la comprensión mutua
de los adversarios y a un arreglo
honroso del conflicto. Nadie
puede hacer de verdad una
entrega de ese tesoro, sin verse
libre de todo miedo. Es
imposible ser a la vez cobarde y
noviolento. La ahimsa es
sinónimo de valentía ejemplar. .
. . .
. . . . Después de
renunciar a la espada, no tengo
otra cosa que ofrecer a mis
adversarios que la copa del
amor. Gracias a esta ofrenda
creo que me acercaré a ellos.
Me parece inconcebible una
enemistad perpetua entre los
hombres. Y como creo en la
teoría de la reencarnación,
espero que podré en esta vida o
en la otra reunir a toda la
humanidad en un sólo vinculo de
amistad. . . . .
. . . . El amor es la fuerza
mayor del mundo y, al mismo
tiempo, la más humilde que se
puede imaginar. . . . .
. . . . El corazón más
duro y la ignorancia más burda
no pueden nada contra el
sufrimiento desinteresado y
aceptado voluntariamente. . . . .
. . . . La noviolencia no
consiste en “abstenerse de todo
combate real contra la maldad”.
Por el contrario, veo en la
noviolencia una forma de lucha
más enérgica y más auténtica
que la simple ley del talión, que
acaba multiplicando por dos la
maldad. Contra todo lo que es
inmoral, pienso recurrir a armas
morales y espirituales. No deseo
embotar el filo de un arma que
me presenta el tirano, utilizando
un tajo más cortante todavía que
el suyo; procuraré apagar la
mecha del conflicto sin oponer
ninguna resistencia de orden
físico. Mi adversario tiene que
quedar sujeto por la
fuerza del alma. Al
principio quedará
desconcertado;
luego tendrá que
admitir que esta
resistencia espiritual
es invencible. Si se
pone de acuerdo, en
vez de sentirse
humillado, saldrá de
ese combate más
noble que antes.
Podría objetarse
que es ésta una
solución ideal. Estoy
totalmente de
acuerdo. . . . .
. . . . La
Página 14 Recopilado por Emilio Arranz Beltrán
15. tolerancia es inherente a la
ahimsa. No somos más que
unos pobres mortales,
expuestos a las contradicciones
de la violencia. El dicho de que
la vida alimenta a la vida, posee
un profundo significado. El
hombre no puede vivir un sólo
instante sin cometer, consciente
o inconscientemente,. violencia
física. El hecho de comer, de
beber, de vivir, de caminar, lleva
consigo necesariamente la
destrucción de ciertas formas de
vida, por muy pequeñas que
sean. Pero de esto no se sigue
que el noviolento deje de ser fiel
a sus principios, si todos sus
actos están dictados por la
compasión, si protege en cuanto
puede a todo lo que vive, si
respeta incluso a las criaturas
más insignificantes y si, de esta
manera, se libra del engranaje
fatal de la violencia. Su
abnegación y su compasión no
cesarán de crecer, pero nunca
podrá ser puro de toda violencia
exterior. . . . .
Como la ahimsa
descansa en la unidad de todo
lo que vive, es lógico que el
error de uno solo tiene que
afectar a todos los demás, por lo
que nadie puede ufanarse de
estar libre de toda violencia.
Cuando dos naciones se
entregan a la guerra, el deber
del noviolento es hacer lo
posible para que el conflicto
acabe. El que no se sienta
dispuesto a asumir esa tarea, el
que nada pueda hacer contra la
guerra, puede verse arrastrado a
tomar parte en ella, y sin
embargo, desear con todo su
corazón verse libre, lo mismo
que su país y el mundo entero,
de esa lucha. . . . .
. . . . Desde el punto de
vista de la ahimsa no hago
ninguna distinción entre
combatientes y no combatientes.
El que se pone al servicio de
una banda de criminales es tan
culpable como ellos, aunque se
contente con servirles de
recadero, de espía o de
enfermero. Del mismo modo,
aunque uno se limitase a curar a
todos los heridos durante la
batalla, no estaría absuelto de
toda falta. . . . . .
. . . . Se trata de una
cuestión muy delicada. Las
opiniones sobre ella no están de
acuerdo. Por eso he querido
plantear los términos del
problema lo más claramente
posible a los que creen en la
ahimsa y se esfuerzan en
practicarla en todas las
ocasiones. El hombre de verdad
no tiene por qué atenerse
siempre a la tradición. Tiene que
estar dispuesto a actuar de
reformador y, si descubre que
ha cometido él mismo errores,
tiene que reconocerlos
públicamente, sean cuales
fueren las consecuencias, y
hacer lo posible por remediarlos.
. . . .
. . . . La noviolencia
alcanza toda su eficacia cuando
saca su fuerza del espíritu. La
noviolencia que no requiere más
que la participación del cuerpo
es propia de los débiles y de los
cobardes. Y entonces es
totalmente inoperante. Si
guardamos en nuestro interior el
veneno del odio, asegurando
que no queremos vengarnos,
nuestro veneno se vuelve contra
nosotros y nos lleva a la
perdición. Si no tenemos un
amor fuerte y generoso, al
menos hemos de evitar
alimentar nuestro odio, si no
queremos soportar las terribles
consecuencia de una ausencia
de violencia, que sería
meramente física. . . . .
. . . . Uno deja de ser
noviolento si se atreve a
engañar a los demás en los
negocios, si se decide a
proteger a unas vacas por la
fuerza de las armas creyéndose
autorizado a liquidar al
carnicero, o finalmente si se
cree que hace un servicio al país
suprimiendo a un hombre de
estado. En todos estos casos se
obra bajo el impulso del odio, de
la cobardía y del miedo. . . . .
. . . . Estoy contra la
violencia porque sus aparentes
ventajas, a veces
impresionantes, no son más que
temporales, mientras que el mal
que ocasiona deja sus huellas
para siempre. Aunque se
matase a todos los ingleses sin
excepción, la India no sacaría de
ello el menor provecho. No será
la matanza de todos los ingleses
lo que librará de su miseria a
millones de hombres. La
responsabilidad de nuestra
situación actual nos incumbe
mucho más que a los propios
ingleses. Ello no podrían
hacernos el menor mal si en
nosotros fuera todo bueno. De
ahí mi insistencia en que nos
reformemos interiormente a
nosotros mismos. . . . .
. . . . La historia nos enseña que
uno se ve presa de los males
que sufren los vencidos cuando
uno los oprime brutalmente, aun
con las mejores intenciones,
cuando están bajo el peso de la
miseria. . . . .
. . . . No hay más que un
paso muy fácil de dar entre la
violencia que intenta eliminar la
dominación extranjera y la que
se emplees contra aquellos
compatriotas nuestros que
parecen poner trabas a la
evolución del país. Sin tener que
apelar a la filosofía de la
noviolencia y sin referirnos a las
consecuencias de la violencia en
la historia de los demás países,
no se necesita ser ningún sabio
para ver que, al emplear la
fuerza bruta para librar a nuestra
sociedad de los abusos que
soporta, no haremos más que
aumentar nuestras dificultades y
retrasar el día de nuestra
verdadera liberación. Las gentes
que claman contra las reformas
que hay que emprender, por no
estar preparadas para ellas o
porque no ven su necesidad, se
pondrán locas de remate ante
los sacrificios que se les pida y
no vacilarán en apelar a una
G A N D H I Página 15
16. potencia extranjera para
vengarse. ¿No guardamos todos
el recuerdo doloroso de ese
espectáculo demoledor que se
ha desarrollado a nuestra vista
durante estos últimos años? . . .
.
. . . . Si no tengo nada
que ver con la violencia
organizada que patrocina el
gobierno, tampoco tengo nada
que ver con la violencia
desorganizada del pueblo. Antes
que verme en la necesidad de
elegir entre las dos, me gustaría
más verme aplastado por alguna
de ellas. . . . .
. . . . Siempre ha sido
para mí una inmensa
satisfacción ver que
generalmente sigo conservando
el afecto y la confianza de
aquellos cuyas ideas y cuya
política he tenido que combatir.
En África del Sur, mis
adversarios nunca me retiraron
su confianza personal e incluso
me concedieron amistad. No he
tenido reparos en denunciar la
política británica, pero gozo del
afecto de millones de ingleses.
Aunque poco cualificado para
hacerlo, he condenado
igualmente el materialismo de la
civilización moderna, pero sin
que por ello se haya reducido el
círculo de mis amigos, tanto en
América como en Europa. ¿ No
es ésto una victoria de la
noviolencia? . . . .
. . . . No soy más que un
simple novicio, lleno de
debilidades, de fracasos y de
intentos inexpertos. Mis caídas
me hacen cada vez más
vigilante y refuerzan mi fe. Son
los ojos de la fe los que me
hacen ver en la doble doctrina
de la verdad y de la noviolencia
posibilidades insospechadas. . .
. .
. . . . Soy un optimista
inveterado. Es que nuestras
posibilidades para desarrollar el
poder de la noviolencia me
parecen ilimitadas. Cuanto más
cultivéis esta fuerza en vosotros,
más contagiosa será su
influencia, hasta el día en que
ningún obstáculo le impida
irradiar sobre el mundo entero. .
. . .
. . . . A mi juicio, la
noviolencia no tiene nada de
pasivo. Por el contrario, es la
fuerza más activa del mundo...
Es la ley suprema. No he
encontrado ninguna situación
que me haya desconcertado por
completo en términos de
noviolencia. Siempre ha llegado
a tiempo algún remedio. . . . .
. . . . Se puede asegurar
que un conflicto se ha
solucionado según los principios
de la noviolencia, si no deja
ningún rencor entre los
enemigos y los convierte en
amigos. Yo he podido
experimentarlo en África del Sur
con el general Smuts. Enemigo
irreductible al principio, es
actualmente mi amigo más
cordial. . . . .
. . . . Parar defenderse
no es necesario tener la fuerza
de matar. Más valdría tener la
fuerza de morir. Si uno estuviera
perfectamente dispuesto a morir,
ni siquiera tendría ganas de
oponer más violencia. Existe
una relación inversa entre el
deseo de matar y el deseo de
morir. La historia abunda en
ejemplos de individuos que,
muriendo de coraje y
perdonando a sus enemigos,
lograron convertir el corazón de
los más empedernidos. . . . .
. . . . No me gustaría que
mi vida exigiese el sacrificio de
ningún otro ser, aunque fuera
una serpiente. Preferiría antes
morir de una picadura que
matarla. Pero es probable que,
si Dios me pusiera entre la
espada y la pared, no tendría
coraje para morir. Tengo miedo
de que esa bestia que hay en mí
se despertase y que procurase
entonces matar a la serpiente y
proteger este cuerpo miserable.
Si mi fe estuviese más
profundamente arraigada, las
serpientes no me inspirarían
ningún miedo y podría incluso
verlas con ojos amigos. De esta
forma, mis deseos se
convertirían en realidad. . . . .
. . . . No soy enemigo del
progreso de las ciencias, en
cuanto tales. Por el contrario,
siento una gran admiración por
la ciencia occidental; pero me
indigna ver cómo algunos sabios
causan malos tratos a otras
criaturas. La vivisección me
inspira un horror insoportable.
Creo que no puede perdonarse
esa matanza de seres
inocentes, perpetrada, según se
dice, en nombre de la ciencia y
en provecho de la humanidad.
Le niego todo valor a los
descubrimientos científicos,
salpicados de sangre inocente.
La humanidad hubiera podido
perfectamente descubrir la
teoría de la circulación
sanguínea sin practicar la
vivisección. Pero creo que está
lejos el día en que los sabios
honrados sientan repugnancia
por esta clase de
investigaciones. . . . .
. . . . La resistencia
pasiva es una espada de
múltiples virtudes. Se la puede
utilizar de diferentes maneras.
Atrae las bendiciones sobre
aquel que la usa y sobre aquel
contra quien se emplea. Sin
derramar una sola gota de
sangre, obtiene resultados
extraordinarios. Es un arma que
nunca se oxida y que nadie
puede robar. . . . .
. . . . La desobediencia,
para que sea civil, tiene que ser
sincera, respetuosa, mesurada y
exenta de todo recelo. Tiene que
Página 16 Recopilado por Emilio Arranz Beltrán
17. apoyarse en principios muy
sólidos, no verse nunca
sometida a caprichos y, sobre
todo, no dejar que la dicte nunca
el odio o el rencor. . . . .
. . . . Sin ningún temor,
Buda emprendió la lucha contra
sus enemigos y logró que
capitulara un clero arrogante.
Cristo echó del templo a los
mercaderes y maldijo a los
hipócritas y fariseos. Aquellos
dos grandes maestros eran
partidarios de una acción directa
y enérgica. Pero, al mismo
tiempo, demostraron una
bondad y un amor indiscutibles
en cada uno de ellos. No
habrían levantado ni un solo
dedo contra sus enemigos,
prefiriendo mil veces morir antes
que traicionar la verdad que
vinieron a transmitir. Buda
habría muerto luchando contra
los sacerdotes si la grandeza de
su amor no se hubiera revelado
igual a sus esfuerzos por
reformar al clero. Cristo murió en
la cruz, coronado de espinas,
desafiando el poder de todo un
imperio. Si yo, a mi vez, opongo
una resistencia de naturaleza
noviolenta, no hago más que
seguir humildemente las huella
de esos grandes maestros. . . . .
. . . . La ley del
Satyagraha quiere que un
hombre, sin armas y sin ningún
otro recurso para hallar una
solución, cumpla el sacrificio
supremo inmolando su propio
cuerpo. . . . .
. . . . La ahimsa
representa la fuerza del alma,
que es eterna e inmutable. La
bomba atómica es el no va más
de la fuerza física y está, en
cuanto tal, sujeta a la ley de la
entropía, que reconoce la
degradación de toda energía
física en el universo. Nuestros
textos sagrados dan testimonio
de que, una vez desarrollada en
nosotros, la fuerza del alma se
hace invencible. Pero para
conocer ese desarrollo, esta
fuerza tiene que empapar todo
nuestro ser y formar una sola
cosa con nosotros mismos. . . . .
. . . . No obstante,
ninguna institución puede hacer
obligatoria la noviolencia, como
tampoco es posible consignar
los principios de la verdad en
una constitución escrita. Nos
toca a cada uno de nosotros
adoptarlos con toda libertad. Lo
mismo que los vestidos, tiene
que venirnos a la medida, si no
queremos caer en
contradicciones sin fin. . . . .
. . . . La vida es una
aspiración. Nos empuja a buscar
la perfección con todas nuestra
fuerzas. Nuestras debilidades y
limitaciones no nos autorizan a
rebajar este ideal... El que liga
su destino a las exigencias de la
ahimsa, ley del amor, ayuda a
vencer las fuerzas de
destrucción y a hacer progresar
las fuerzas de la vida y del amor.
Por el contrario, el que sólo
sueña en la violencia, deja
sueltas todas las energías
maléficas que siembran la
muerte y el odio. . . . .
. . . . En este mundo no
se ha hecho nunca nada que no
se deba a la acción. Rechazo la
expresión “resistencia pasiva”,
porque no traduce por completo
la realidad y podría verse en ella
el arma de los débiles. . . . .
. . . . La noviolencia
supone ante todo que uno es
capaz de combatir. Pero, al
mismo tiempo, hay que reprimir
consciente y deliberadamente
todo deseo de venganza. Sigue
en pie, sin embargo, que en
cualquier caso la venganza vale
más que una sumisión
puramente pasiva, totalmente
inútil y afeminada. Pero el
perdón es superior a todo. La
venganza no es más que
debilidad, nacida del miedo real
o imaginario de sufrir una daño.
El hombre que no tiene miedo a
nada en el mundo encontrará
incluso inútil querer que
desaparezca la cólera de aquel
que tiene intención de herirle. . .
. .
. . . . La noviolencia y la
cobardía se excluyen entre sí.
Me imagino fácilmente a un
hombre armado hasta los
dientes, pero sin nada de
valentía. El hecho de poseer un
arma supone cierto miedo, por
no decir cierta cobardía. Si no
hay auténtica intrepidez,
tampoco hay verdadera
noviolencia. . . . .
. . . . Los hombres de
una aldea cerca de Bettia me
dijeron que habían emprendido
la huida mientras que la policía
saqueaba sus casas y
molestaba a sus mujeres.
Cuando añadieron que habían
obrado de ese modo porque yo
les había aconsejado que no
fueran violentos, experimenté
tanta vergüenza que no tuve
más remedio que bajar la
cabeza. Tuve que demostrarles
que no era aquel el sentido de la
noviolencia. Hubiera preferido
ver como se situaban de escudo
entre los más fuertes que
proferían sus amenazas y los
más débiles a los que tenían
que proteger. Sin el menor
espíritu de venganza, deberían
haber tomado sobre sí mismos
los sufrimientos del combate,
dispuestos a hacerse matar, sin
huir jamás del huracán. Había
cierto coraje en la defensa por la
espada de los bienes, del honor
y de la religión. Todavía habría
sido más noble asegurar su
defensa sin devolver mal por
mal. Pero era indigno, anormal y
deshonroso abandonar el puesto
y, por salvar la piel, dejarlo todo
en manos de los malhechores. A
los que saben morir sé muy bien
cómo hay que enseñarles el
camino de la ahimsa. Pero me
parece imposible hacerlo con los
que tienen miedo a la muerte. . .
. .
. . . . Supongamos que
soy un negro y que un blanco
viola a mi hermana o un grupo
lincha a mi hermano; ¿cuál sería
mi deber? En primer lugar, no
debo desearles nada malo a
esas personas; ni tampoco,
G A N D H I Página 17
18. evidentemente, debo colaborar
con ellos. Puede ser que yo
dependa materialmente de la
comunidad que es responsable
del linchamiento; entonces,
tengo que negarme a colaborar
con ellos en adelante y llegar a
rechazar el alimento que viniera
de esa comunidad. Incluso he
de romper mi alianza con los
hermanos de color que no han
reaccionado ante ello. En caso
necesario, no he de vacilar en
inmolarme a mí mismo. Más de
una vez en la vida he tenido que
ponerme a pensar en ese
extremo. Pero, desde luego, no
se trata de exponerme a morir
de hambre, de forma
sistemática, sin considerar el
conjunto de la
situación. Además,
hay que mantener
una fe
inquebrantable
mientras la vida se
vaya alejando de
nosotros, minuto a
minuto. Pero yo soy
un ejemplo
demasiado pobre
de noviolencia y
puede ser que mis
ideas no convenzan
a nadie. Si, a pesar
de todos mis
esfuerzos, no lo
consigo en toda mi
vida, no por eso
disminuirá mi fe. . . .
.
. . . . En estos días en
que reina la fuerza bruta, parece
casi imposible liberarse
definitivamente del yugo de la
violencia. En muchas cartas
anónimas me aconsejan que no
ponga trabas al movimiento de
no-colaboración, aunque el
pueblo crea que tiene que
recurrir a la violencia. Otros,
imaginándose que estoy
tramando en secreto una
intervención violenta, vienen a
preguntarme cuándo tendrá
lugar ese feliz acontecimiento,
tan esperado por todos. Quieren
convencerme de que los
ingleses sólo cederán ante la
violencia, abierta o secreta. A
veces paso por ser el individuo
más criminal de la India, por no
revelar nunca mis planes por
completo; piensan que, como los
demás, no creo más que en la
violencia.
Dado que la doctrina de
la violencia ejerce un gran
atractivo sobre la mayor parte de
los hombres y que el éxito de la
no-colaboración depende en
gran parte de la ausencia de
toda violencia, le doy mucha
importancia a dar a conocer mis
ideas con toda la claridad
posible, tanto más cuanto que
afectan a la conducta de un gran
número de personas.
No tengo ningún reparo
en decir que, cuando sólo es
posible elegir entre la cobardía y
la violencia, hay que decidirse
por la solución violenta. Por
ejemplo, mi hijo mayor me
preguntó que es lo que debería
haber hecho si hubiera sido
testigo del atentado que estuvo
a punto de costarme la vida en
1908: ¿debería haber huido y
dejar que me asesinaran? ¿o
debería haber recurrido a la
fuerza física para venir en mi
ayuda? Le respondí que su
deber era defenderme, incluso
con la violencia si fuera
necesario. Esta explicación
guarda cierta relación con mi
participación en la guerra de los
boers, en la que se llamó
“rebelión” de los zulúes y,
finalmente, en la primera guerra
mundial. Por esa misma razón
les recomiendo el entrenamiento
militar a los que no creen más
que en la violencia. Preferiría
que la India defendiese su honor
por la fuerza de las armas antes
que ver cómo contempla
cobardemente, sin defenderse,
su propia derrota.
i
Pero creo sobre todo que
la noviolencia es infinitamente
superior a la violencia y que la
clemencia es mucho más noble
que el castigo. El perdón es el
ornato del guerrero. Pero la
ausencia de
violencia no
significa
clemencia, más
cuando existe la
posibilidad de
castigar. Por el
contrario, se
encuentra privada
de todo significado
cuando no hay
ningún medio de
replicar. A nadie
se le ocurriría
pensar que el
ratón es clemente
por dejarse comer
por el gato. Por
eso comprendo
muy bien los
sentimientos de los que piden
una sanción ejemplar para el
general Dyer y sus comparsas.
Si pudieran, no vacilarían en
lincharlo. Pero, por lo que se
refiere a la India, no creo que
carezcamos de defensa. Lo que
quiero sencillamente es utilizar
lo mejor posible mis fuerzas y
las de la India.
Que no se interpreten
mal mis ideas. La verdadera
fuerza no es de origen físico.
Procede de una voluntad
indomable. En el plano físico, un
inglés es inferior a un zulú. Pero,
incluso delante de un niño
nglés, un zulú se escapa por
Página 18 Recopilado por Emilio Arranz Beltrán
19. miedo a que el revolver del
pequeño descargue sobre él.
Tiene miedo a la muerte y, a
pesar de su apariencia física
robusta, le falta energía. En
cualquier momento también los
indios descubrirán que no hay
nada que autorice a trescientos
millones de hombres a tener
miedo de cien mil ingleses.
Decidirnos a demostrarles
nuestra clemencia sería lo
mismo que consagrar
definitivamente nuestra fuerza.
La clemencia que hemos
demostrado con ellos tiene que
ir acompañada de una
renovación de nuestras propias
fuerzas.; ésto le impediría a un
Dyer o a un Frank Johnson
repetir sus injurias contra los
indios. Poco importa si, de
momento, no he llegado a
convencer a todos mis
compatriotas. Se nos ha
humillado demasiado para que
no se sienta cierto resentimiento
y cierta sed de venganza. Pero
he de repetir una vez más que la
India saldrá ganado mucho más,
negándose a hacer uso de su
derecho de represalia.
Cumpliremos así mejor nuestra
misión y ayudaremos al mundo
a librarse de la opresión.
No soy un visionario.
Pretendo ser un idealista que
tiene sentido de la realidad. La
religión de la noviolencia no está
reservada únicamente a los
rishis y a los santos. Está
destinada a todo el mundo. La
noviolencia es la ley de nuestra
especie por la misma razón que
la violencia es la ley de los
brutos. En el hombre brutal no
se ha despertado todavía el
espíritu: no conoce más ley que
la de la fuerza física. La dignidad
humana exige que el hombre se
refiera a una ley superior, que
haga vibrar la fuerza del espíritu.
He procurado que tenga
nuevamente vigencia en mi país
la antigua ley del sacrificio de sí
mismo. Pues el Satyagraha y
sus dos prolongaciones, la no-
colaboración y la resistencia
civil, no son más que palabras
nuevas para traducir las ideas
de sufrimiento y de renuncia: los
rishis, que descubrieron la
noviolencia en medio de la
violencia, fueron genios
superiores a Newton. Eran
incluso mayores guerreros que
Wellington. Tras aprender a
servirse de las armas,
comprendieron que era inútil
recurrir a ellas y supieron
enseñar a unos hombres ahítos
de violencia que la salvación del
mundo sólo podría provenir de la
noviolencia.
Para ser eficaz, la
noviolencia exige una voluntad
decidida de aceptar el
sufrimiento. No se trata ni
mucho menos de una sumisión
servil a la voluntad del tirano,
sino de oponerse con toda el
alma a sus abusos. Al respetar
esta ley de nuestro ser, un solo
individuo puede llegar a desafiar
todo el poder de un imperio
basado en la injusticia y,
dejando a salvo su honor, su
religión y su alma, conseguirá
quebrantar los cimientos de ese
imperio o promover su
regeneración.
No le pido a la India que
practique la noviolencia por el
hecho de que sea débil. Quiero
que lo haga siendo consciente
de su fuerza y de sus
posibilidades. Para convencerse
de su poder, no es necesario
seguir un entrenamiento militar.
Creemos que es necesario ese
entrenamiento porque
subestimamos nuestros medios.
Quiero hacer comprender a mi
país que tiene un alma
imperecedera y que puede
triunfar sobre todo lo que la ha
humillado, acabando con todas
las formas de opresión que se
apoyan en la fuerza física... Si la
India escoge la doctrina de la
espada, pudiera ser que
obtuviera una victoria
momentánea. Pero entonces no
me sentiría muy orgulloso de
pertenecer a este país. No
obstante, me siento ligado con
todo mi ser a la India. Se lo debo
todo. Pero estoy convencido de
que tiene una misión que
cumplir. No tiene que imitar a
Europa de una manera ciega. El
día en que la India se colocara
deliberadamente entre los
violentos, aquel día comenzaría
mi calvario. Mi religión no
conoce fronteras geográficas:
está por encima del amor que le
tengo a la India. Si mi vida está
consagrada al servicio de la
India, es porque está exigencia
se deriva de la religión de la
noviolencia, que está en la
fuente del hinduismo. . . . .
. . . . Es mi deber seguir
convirtiendo a mis adversarios,
si no quiero tener que reconocer
mi propia derrota. Tengo la
misión de convertir a la
noviolencia a los indios, a los
ingleses y finalmente al mundo
entero, para suprimir todas las
injusticias en las relaciones
políticas, económicas, sociales y
religiosas. Si se me acusa de
ser demasiado ambicioso,
reconoceré que soy culpable. Si
me dicen que nunca veré
realizados mis sueños,
responderé que esos sueños no
tienen nada de imposible y
seguiré mi camino hacia
adelante. Soy un soldado al
servicio de la noviolencia y palpo
más de un signo prometedor y
estimulante para sostener mi fe.
Seguiré adelante en mi empeño,
sea cual fuere el número de mis
discípulos, y aunque no tenga
más que uno. . . . .
FUENTE: Gandhi: TODOS LOS HOMBRES SON HERMANOS. Editorial
Sociedad de Educación Atenas. C. Mayor 81. 28013 MADRID, 1995.
G A N D H I Página 19
21. GANDHI, UN EJEMPLO DE RESISTENCIA.
Movimiento de derechos civiles en
Sudáfrica (1893-1914)
En este punto en su vida Gandhi era una
persona de carácter moderado, tímido y
políticamente indiferente. Leyó por primera vez
un periódico a la edad de 18 años y al hablar
en un tribunal padecía de un gran miedo
escénico. Sudáfrica lo cambió radicalmente
cuando vivió la humillación y la opresión a la
que estaban sujetos los indios en aquella
región. Un día en un tribunal de Durban, un
magistrado inglés le pidió que se quitara el
turbante que llevaba puesto, a lo cual Gandhi
se negó, saliendo impetuosamente de la corte.
Sin embargo, el incidente que serviría como un
catalizador de su activismo político ocurrió
varios años después, cuando viajando a
Pretoria fue sacado forzosamente del tren en
donde viajaba en la estación de
Pietermaritzburg, cuando se negó a mudarse
de la primera clase donde viajaba a la tercera
clase, la cual se destinaba a la gente de color.
Más tarde, viajando en una diligencia, fue
golpeado por el conductor cuando se negó a
ceder su asiento a un pasajero de piel blanca.
Adicionalmente en este viaje sufrió otras
humillaciones al no darle alojamiento en varios
hoteles debido a su raza. Esta experiencia le
puso mucho más en contacto con los
problemas que sufrían cotidianamente la gente
de color en Sudáfrica. Fue precisamente en
este país, después de haber sufrido el racismo,
prejuicio e injusticia que comenzó a cuestionar
el estado de sus coterráneos y el suyo mismo
en la sociedad.
Cuando se venció su contrato, se preparó a
regresar a la India. En la fiesta de despedida en
su honor en Durban, ojeando un periódico se
informó que se estaba elaborando una ley en la
Asamblea Legislativa de Natal, la cual negaría
el voto a los indios. Pospuso su regreso a la
India y se dio a la tarea de elaborar diversas
peticiones, tanto a la asamblea de Natal como
al gobierno británico tratando de evitar que
dicha ley fuese sancionada. Si bien no logró su
objetivo, ya que la ley fue promulgada, logró,
sin embargo, llamar la atención sobre los
problemas de discriminación racial contra los
indios en Sudáfrica.
Decidió extender su estancia en este país
fundando el Partido Indio del Congreso de
Natal en 1894. A través de esta organización
pudo unir a la comunidad india en Sudáfrica en
una fuerza política heterogénea, inundando a la
prensa y al gobierno con denuncias de
violación de los derechos civiles de los indios y
evidencias de las discriminación de los
británicos en Sudáfrica. Gandhi regresó
brevemente a la India para traer a su esposa e
hijos a Sudáfrica. A su regreso, en enero de
1897, un grupo de hombres blancos lo atacó y
trataron de lincharlo. Como clara indicación de
los valores que mantendría por toda su vida,
rehusó denunciar ante la justicia a sus
atacantes, indicando que era uno de sus
principios el no buscar ser resarcido en los
tribunales por los daños perpetrados sobre su
persona.
Al principio de la guerra de Sudáfrica, Gandhi
consideró que los indios debían participar en
dicha guerra si aspiraban legitimarse como
ciudadanos con plenos derechos. De esta
forma es que organizó cuerpos de voluntarios
no combatientes que asistieron a los británicos.
Al terminar la guerra, sin embargo, la situación
de los indios no mejoró, de hecho continuó
deteriorándose.
En 1906, el gobierno de Transvaal emitió una
ley que obligaba a todos los indios a
registrarse. Esto ocasionó una protesta masiva
en Johannesburgo donde por primera vez
Gandhi adoptó la plataforma llamada
satyagraha (‘apego o devoción a la verdad’)
que consistía en una protesta no violenta.
Gandhi insistió en que los indios desafiaran
abiertamente, pero sin violencia, la ley
promulgada, sufriendo el castigo que el
gobierno quisiera imponer. Este desafío duró
siete años en los cuales miles de indios fueron
encarcelados (incluyendo a Gandhi en varias
ocasiones), azotados e inclusive fusilados por
protestar, rehusar registrase, quemar sus
tarjetas de registro y cualquier otra forma de
protesta no violenta. Si bien el gobierno logró
reprimir la protesta de los indios, la denuncia en
el exterior de los métodos extremos utilizados
por el gobierno de Sudáfrica finalmente obligó
al general sudafricano Jan Christian Smut a
negociar una solución con Gandhi.
G A N D H I Página 21
22. Inspiración
Durante sus años en Sudáfrica, Gandhi se
inspiró en la Bhagavad Gita y en los libros de
Tolstoi, particularmente en El Reino de Dios
está en ti. En la década de 1880 Tolstoi se
había convertido profundamente a la causa del
anarquismo cristiano. Gandhi tradujo otro libro
de este autor llamado Carta a un hindú escrito
en 1908, en respuesta a los nacionalistas
indios que apoyaban la violencia. Gandhi
permaneció en contacto con Tolstoi hasta la
muerte de éste en 1910. La carta de Tolstoi se
basa en la filosofía hindú de las Vedas y las
enseñanzas de Krishna en relación con el
creciente nacionalismo indio. Gandhi también
se inspiró en el escritor americano Henry David
Thoreau que escribió el famoso ensayo La
desobediencia civil.
Movimiento de Independencia de la India
(1901-1945)
Tal como había hecho en Sudáfrica, Gandhi
estuvo a favor de prestar ayuda a los británicos
en la guerra de ese país, pidiéndoles que se
alistaran en el ejército. Su raciocinio, opuesto
por muchos otros políticos, era que si los indios
aspiraban a tener plenos derechos como
ciudadanos y libertad en el Imperio, sería
errado no ayudar a defenderlo.
Champaran y Kheda
Los mayores logros de Gandhi se
materializaron en 1918 con las protestas de
Champaran y Kheda Satyagraha. En
Champaran, un distrito del estado de Bihar,
organizó la resistencia civil de miles de
campesinos a quienes el gobierno británico les
obligaba cultivar índigo y otros productos en
lugar de cultivos de alimentos, los cuales eran
necesarios para su subsistencia.
La desobediencia civil fue reprimida
violentamente por las milicias (principalmente
británicas) que respaldaban a los
terratenientes, dejando a los campesinos en un
estado de extrema pobreza. Los pueblos se
encontraban en una situación de suciedad y
falta de higiene y cuando estaban apareciendo
las señales de una devastadora hambruna, los
británicos impusieron un nuevo tributo que
hacía todavía más opresiva la ya precaria
situación de los campesinos.
La Desobediencia Civil
En 1919 se promulgó la Ley Rowlatt la cual
permitía al gobierno poner preso a cualquier
persona que se sospechara de rebeldía sin
juicio u orden judicial. Adicionalmente en ese
mismo año en Punjab en la ciudad de Amritsar,
se produjo una masacre donde murieron 379
civiles a manos de tropas británicas e indias,
causando un trauma profundo en la nación y un
aumento en la ira de la población y en actos de
violencia.
Gandhi atacó duramente la acción de los
británicos, pero también se opuso a la violencia
por parte de los indios que siguió a la masacre.
De hecho emitió una resolución en donde pidió
disculpas al gobierno por los actos de violencia
contra ciudadanos civiles británicos que
perecieron en los disturbios que siguieron a la
masacre de Amritsar. Su partido inicialmente se
opuso a ésto, pero en un discurso lleno de
emotividad enfatizó que cualquier acto de
violencia, independientemente de la causa, era
perverso e injustificable. Indicó que los indios
no debían sentirse culpables del odio racial
traído por los británicos, pero que esto no
justificaba los actos de violencia contra civiles
británicos inocentes.
Sin embargo, la masacre de Amritsar trajo
como consecuencia que Gandhi, viendo que el
pueblo indio no estaba preparado para
enfrentar a los británicos, iniciara sus primeras
acciones para lograr la independencia de un
régimen británico al cual consideraba ilegítimo,
perverso y opresor. En abril de 1920, Gandhi
fue elegido presidente de la Liga en Pro de la
Independencia de la India, así como fue
investido de autoridad ejecutiva por su partido,
el Congreso Nacional, en diciembre de 1921.
Bajo el liderazgo de Gandhi el Congreso fue
reorganizado, estableciéndose una nueva
constitución, siempre con el objetivo de obtener
el swaraj (en sánscrito ‘su [propio] rey’), es
decir la total independencia. El partido, un tanto
elitista hasta entonces, abrió sus puertas a
cualquier ciudadano que pudiera pagar una
contribución nominal. Se estableció una
jerarquía en los comités para mejorar la
disciplina y el control sobre un movimiento
hasta entonces amorfo y poco coherente.
Después de todos estos cambios el partido del
Congreso Nacional se transformó en una
Página 22 Recopilado por Emilio Arranz Beltrán
23. poderosa organización respaldada por millones
de indios.
Gandhi extendió su plataforma de no violencia
para incluir la política del swadeshi (del
sánscrito ‘de su tierra’), es decir, el consumo
exclusivo de productos indios, lo que
representaba un boicot contra los productos
extranjeros, particularmente los británicos.
Relacionado con esto Gandhi abogó por el
khadi, es decir la elaboración de telas caseras
para ser utilizadas por los indios. Gandhi
exhortó a hombres y mujeres, ricos y pobres, a
dedicarle diariamente algún tiempo a hilar estas
telas como demostración de soporte al
movimiento independentista.
Esta estrategia estaba diseñada a inculcar
disciplina y dedicación a la población y también
a eliminar del movimiento a aquellos individuos
que, por ambición o falta de voluntad, no tenían
cabida en dicho movimiento. También buscaba
Gandhi incluir a las mujeres activamente en las
acciones colectivas, en una época cuando se
consideraba que estas acciones no eran
respetables para las mujeres. En adición al
boicot de la industria textil británica, Gandhi
abogó por boicotear el sistema educacional
británico y los tribunales, renunciar a empleos
en el gobierno, rehusar el pago de impuestos y
rechazar cualquier título u honor concedido por
los británicos.
Este programa obtuvo una amplia acogida por
la población, dándole una sensación de poder a
los indios como nunca habían disfrutado. Sin
embargo, cuando el movimiento estaba en su
cima, Gandhi tuvo que terminarlo abruptamente
a consecuencia de la violencia que se desató
en la población de Chauri Chaura (Uttar
Pradesh), en febrero de 1922. Temiendo que el
movimiento se desviara hacia la violencia,
Gandhi optó por descontinuar el boicot y la
desobediencia civil.
Gandhi fue arrestado el 10 de marzo de 1922,
acusado de sedición y condenado a seis años
de prisión. Fue liberado en febrero de 1924
después de ser operado de apendicitis. Sin la
presencia unificadora de Gandhi, el Partido
Nacional del Congreso comenzó a dividirse en
dos facciones. Una -liderada por Chitta Ranjan
Das y Motilal Nehru- estaba a favor de la
participación del partido en las legislaturas,
mientras que la otra facción, al frente de la cual
estaban Chakravarti Rajagopalachari y Sardar
Wallabhbhai Patel, se oponían a esta posición.
Es más, la cooperación entre hindúes y
musulmanes -que había sido significativa al
principio de la campaña de no violencia- se
estaba resquebrajando. Gandhi trató de
enmendar las diferencias en muchas formas,
incluyendo un ayuno de 3 semanas en otoño
de 1924, pero sin grandes resultados.
La Comisión Simon y el Swaraj
Gandhi se mantuvo fuera de la luz pública por
la mayor parte de la década de 1920,
prefiriendo dedicarse a resolver la brecha entre
el Partido Sawaraj y el del Congreso Nacional
de la India, extendiendo sus iniciativas para
eliminar la discriminación contra los intocables
o parias, y eliminar el alcoholismo, la pobreza y
la ignorancia. Regresó a la actividad política en
1928. El año anterior el gobierno británico creó
una comisión para llevar a cabo reformas
constitucionales y encargó a Sir John Simon
para que la presidiera. Esta comisión no incluía
a ningún miembro indio. El resultado fue un
boicot total de las propuestas de esta comisión
por parte de los partidos políticos de la India.
En diciembre de 1928, Gandhi presentó al
Congreso de Calcuta una propuesta mediante
la cual el gobierno británico le concedería a la
India su autonomía bajo la forma de Dominio,
similar al de Canadá, en el plazo de un año. De
no ser así, se iniciaría nuevamente la
desobediencia civil para lograr una total
independencia. Otros políticos más jóvenes
como Jawaharlal Nehru y Subhas Chandra
Bose pedían una total independencia, pero
Gandhi logró moderar sus ideas.
El 26 de enero de 1930 se llevó a cabo una
convención del partido Nacional del Congreso
en Lahore señalando esta fecha como el día de
la independencia de la India. Otros partidos
políticos se unieron a esta celebración en
respaldo a la lucha por la independencia.
La Marcha de la Sal y el Pacto Yeravda
Gandhi en la Marcha de la Sal
Al no ver voluntad alguna por parte de Gran
Bretaña por conceder autonomía a la India, en
marzo de 1930, Gandhi, cumpliendo con su
promesa, lanza una nueva campaña de
desobediencia civil, esta vez en oposición a un
G A N D H I Página 23
24. impuesto que se pretendía cobrar sobre la sal.
El hecho más relevante de esta campaña fue la
marcha de 400 km emprendida por Gandhi y
sus seguidores desde Ahmedabad hasta Dandi
(Gujarat) para producir en esta población sal,
procesando el agua del mar. Millares de indios
se unieron a la marcha. Los británicos
respondieron encarcelando a más de 60.000
indios. Más tarde el gobierno representado por
Lord Irwin, decidió negociar con Gandhi.
El pacto entre Gandhi e Irwin fue firmado en
marzo de 1931. En este pacto se acordó liberar
a todos los prisioneros a cambio de
descontinuar la desobediencia civil. Gandhi fue
invitado a asistir a una reunión en Londres
como único representante del partido Nacional
del Congreso. La reunión resultó en un fracaso,
pues se enfocó principalmente en los derechos
de los príncipes indios más que en la
autonomía de la India. Posteriormente, el
sucesor de Lord Irwin, Lord Willingdon inició
una nueva campaña de represión contra los
nacionalistas indios.
Gandhi fue nuevamente arrestado y el gobierno
trató de destruir su influencia, aislándolo
completamente de sus seguidores. La táctica
no resultó ser exitosa y en 1932, a raíz de una
campaña iniciada por el líder del partido Dalit,
B. R. Ambedkar, el gobierno separó a los
intocables o parias, para que sólo pudieran
votar en elecciones separadas bajo una nueva
constitución. En protesta Gandhi inició una
huelga de hambre de seis días en septiembre
de 1932, forzando al gobierno a reversar su
decisión sobre los intocables. Gandhi inició una
nueva campaña para lograr mejorar la vida de
los intocables, a los cuales les llamaba harijans
o ‘gente de Harí (Dios)’. El 8 de mayo de 1933
inició una huelga de hambre de 21 días para
protestar la opresión del gobierno británico en
la India. En el verano de 1934 fue objeto de
tres atentados contra su vida, pero resultó
ileso.
Década de 1930: Lucha por el poder del
partido y conflicto con Bose
Cuando el partido del Congreso llamó a
elecciones y aceptó el poder que se le otorgaba
bajo un esquema de federación, Gandhi decidió
renunciar como miembro del partido. No es que
estuviera en desacuerdo con la posición del
partido, pero pensó que dado su status ante el
pueblo indio, su presencia en el partido limitaría
la capacidad de maniobrar de éste,
particularmente cuando dentro del partido se
movían muy diversas corrientes que incluían a
comunistas, socialistas, sindicalistas,
estudiantes, religiosos conservadores, liberales
y hombres de negocios. Gandhi tampoco
quería que el partido fuera blanco de represalia
por su presencia en él, dado que habían
aceptado temporalmente un arreglo con el Raj
británico.
Gandhi regresó a la cabeza del partido en 1936
cuando era presidente de éste Nehru. Si bien
Gandhi enfocó sus objetivos en la
independencia de la India, no restringió en
forma alguna que el partido adoptara también
el socialismo como meta a lograr.
Gandhi criticó el ascenso a la presidencia del
partido de Subhas Chandra Bose en 1938. Si
bien algunos historiadores argumentan que se
trató de una lucha por el poder, Gandhi lo que
criticaba era la falta de compromiso por parte
de Bose a la política de no violencia y
democracia, principios fundamentales en la
doctrina de Gandhi. El deseo de Bose de lanzar
una revolución total contra los británicos no
contemplaba que ésta se llevara a cabo
exclusivamente por métodos no violentos. Bose
maniobró la presidencia del partido de forma tal
de colocar en puestos clave a sus seguidores.
Bose ganó un segundo término para la
presidencia a pesar de la oposición de Gandhi.
Finalmente Gandhi abandonó el partido, junto
con una renuncia en masa de muchos de los
líderes que todavía mantenían su lealtad.
Siguió, sin embargo, luchando por los derechos
de los intocables, promoviendo también el
hilado de las telas y tratando de crear un nuevo
sistema de educación adaptado a las áreas
rurales.
Página 24 Recopilado por Emilio Arranz Beltrán
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Callao 737. 1023 BUENOS AIRES. (ARGENTINA) 1991.
Gandhi: TODOS LOS HOMBRES SON HERMANOS. Editorial Sociedad de Educación Atenas. C.
Mayor 81. 28013 MADRID, 1995.
García Barquero: GANDHI. Everest.
Gombi, Antonio: MOHANDAS GANDHI. Edi. CCS. Madrid. 1994.
Lapierre, Dominique y Collins, Larry: ESTA NOCHE LA LIBERTAD.
Lassier, Suzanne: GANDHI Y LA NOVIOLENCIA. Edi. Paulinas. Madrid, 1976.
Mahadevan, T.K.: GANDHI, VERDAD Y NOVIOLENCIA. Edi. Sígueme. Salamanca, 1975.
Müller, J. M.: GANDHI. LA SABIDURÍA DE LA NOVIOLENCIA. Editorial Desclée de Brouwer.
Bilbao, 1995.
Nicholson, M.: MAHATMA GANDHI. Editorial S.M.
Rau, H.: GANDHI. Editorial Salvat.
Rau, Heimo: GANDHI, ALMA GRANDE. Ediciones Temas de Hoy. 1994. Paseo de la Castellana
93. 28046 MADRID., 1994
Rawding, F. W.: GANDHI. Ediciones Akal, S.A. Los Berrocales del Jarama. Apd. 400 Torrejón de
Ardoz. MADRID. 1991.
Sierra, J.: GANDHI. Editorial S.M.
Solana, Stanley: GANDHI. Ediciones y Distribuciones Mateos (EDIMAT LIBROS S.A.) 1998.
España.
Woodcock, G.: GANDHI. Ed. Planeta-De Agostini. C. Arribau 185. 08021 Barcelona.
LIBROS DE GANDHI.
GANDHI: AUTOBIOGRAFÍA. HISTORIA DE MIS EXPERIMENTOS CON LA VERDAD.
Ediciones C.S. Callao 737. 1023 BUENOS AIRES. 1991. Tiene 484 páginas y VALE 2.500 pts. Se
lee con facilidad a pesar de tener algunas palabras en idioma de la India. Tiene la ventaja de que
nos aproxima Gandhi de una forma bastante íntima. Tiene una gran desventaja y es que narra casi
exclusivamente la primera etapa de la vida de Gandhi. Escribió el libro a la mitad de su vida con lo
que, si tenemos en cuenta las páginas que dedica a su infancia y juventud, quedan pocas para su
época de madurez. Es digno de observar cómo la aportación fundamental de Gandhi en la Historia
no fue una aportación que naciese madura y desarrollada en momentos tempranos de su vidad.
Este libro refleja precisamente la evolución de su pensamiento, de su personalidad y de su filosofía
más que un cuerpo consolidado y maduro.
G A N D H I Página 25
26. GANDHI: TODOS LOS HOMBRES SON HERMANOS. Sociedad de Educación Atenas. C.
Mayor, 81. 28013, Madrid. 1995. Vale 1.200 pts. Algunos capítulos son sobre religión, la verdad, la
ahimsa (noviolencia), la pobreza, la educación, la mujer, ... Una de sus desventajas es que no fue
escrito por Gandhi directamente sino que, al contrario que el anterior, es una recopilación de textos
variados y diferentes citados al pie de la letra por uno de sus discípulos. Uno de los capítulos está
formado por el resumen del libro anterior, su AUTOBIOGRAFÍA. Da una visión general y amplia de
su ideología aunque el hecho de poner citas recortadas de su contexto unas tras otras es bastante
peligroso y puede desfigurar el auténtico sentido de su expresión.
No es seguro que leyendo estos dos libros alcancemos a conocer el pensamiento de Gandhi
con precisión, por eso puede ser interesante consultar alguna biografía redactada por personas que
se han dedicado a estudiar su vida y ofrecernos una visión global.
BIOGRAFÍAS.
Tienen la ventaja de que nos dan una visión globalizada de su vida y su pensamiento.
Tienen el inconveniente de que están un poco sesgadas según la orientación de quien la escribe.
❈ Marijuán, Belén: GANDHI. Edita Movimiento Cultural Cristiano. Librería DERSA. Av. Monforte de
Lemos 162. 28029 MADRID. Es un resumen ajustado de su vida y su pensamiento. No son
muchas páginas y el precio es muy barato.
❈ Müller, J. M.: GANDHI. LA SABIDURÍA DE LA NOVIOLENCIA. Editorial Desclée de Brouwer.
Bilbao, 1995. Es más bien breve y fácil de leer. Expone principalmente el pensamiento de
Gandhi. No incluye fotos.
❈ Woodcock, G.: GANDHI. Ed. Planeta-De Agostini. C. Arribau 185. 08021 Barcelona. No es muy
larga. Se lee con facilidad. Describe tanto el pensamiento como la acción. No incluye fotos.
❈ Rau, H.: GANDHI. Editorial Salvat. No es muy larga. Se lee con facilidad. Describe tanto el
pensamiento como la acción. Incluye fotos.
❈ Fischer, L.: GANDHI. Editorial Plaza y Janés. 1983. C/ Virgen de Guadalupe 21-23. Esplugues
de Llobregat (Barcelona). Es una biografía amplia y muy bien documentada tanto sobre los
hechos como sobre su pensamiento. Cuando comencé a leerla hace años no fui capaz de
terminarla. Una vez que se tiene un concepto general de Gandhi, se disfruta con ella por su
profundidad y detalle. No incluye fotografías. En este libro se basó la película GANDHI.
Página 26 Recopilado por Emilio Arranz Beltrán
27. PELÍCULA.
GANDHI. Richard Attenborough (1983).
Distribuida por RCA/Columbia Pictures Video S.R.C. Calle Albacete 5. 28027 MADRID.
Es una película basada en la biografía de Gandhi escrita por Louis Fisher. Refleja muy
fielmente su vida y su pensamiento a la vez que presenta una alta calidad cinematográfica. Tiene el
inconveniente didáctico de que es bastante larga, dura 180 minutos pero muchas de sus escenas
son bien útiles para analizar detenidamente algunos elementos básicos de la noviolencia.
Cuando la utilizamos en un contesto educativo, hacemos al comenzar un resumen histórico
de lo que vamos a ver y después elegimos solamente algunas escenas parando la cinta después de
cada una de ellas para comentarlas.
A continuación va un esquema de la película para que elijáis las escenas que os parecen
más apropiadas. Los números que aparecen al lado izquierdo son los que figuran en nuestro
aparato reproductor en el momento de comenzar cada escena. Son pasos de contador. Quizás
vuestro magnetoscopio mida los pasos por segundos. Cada cinco de los pasos citados a
continuación equivalen aproximadamente a siete segundos. Antes de exponerlo públicamente es
conveniente asegurarse de en qué lugar preciso se encuentran las escenas que vais a trabajar para
no perder tiempo luego cuando se está con el grupo.
0059 - Comienzan los títulos de la película.
0177 - Gandhi es asesinado.
0312 - Entierro de Gandhi.
0435 - Gandhi en África del Sur. Es arrojado
del tren.
0614 - Conversaciones con hindúes en África.
0715 - Quema pública de los pases
discriminatorios.
0947 - Repercusiones de la acción anterior.
Gandhi con su familia.
1017 - Gandhi no se baja de la acera.
1424 - Discurso de G. en su campaña de
Sudáfrica.
1649 - Manifestación frente a caballos.
1818 - Reacciones en una misa en la que el
cura apoya a G.
1851 - Gandhi en la cárcel.
1903 - Gandhi es recibido por el gobernador
militar siendo prisionero.
2058 - Gandhi llega a Bombay, India 1915.
2325 - Viaje de Gandhi en tren por la India.
2860 - Intentan detener a Gandhi al bajar del
tren.
3010 - Gandhi en la cárcel.
3112 - Juicio contra Gandhi. A pesar de ser
culpable se le absuelve.
3492 - Masacre en la plaza.
3710 - Reunión con el gobierno británico en la
India. Gandhi les pide que se vayan.
3808 - La población teje su propia ropa y
quema la fabricada en Inglaterra.
3940 - Gandhi usando la rueca.
4000 - Independentistas matan a un soldado
británico. Gandhi se declara en huelga
de hambre.
4065 - Fin de la huelga de hambre.
4247 - Juicio contra Gandhi. Pide contra sí
mismo la pena más severa.
4378 - Gandhi en Portbandar.
4400 - Relación entre Gandhi y su mujer.
4513 - Marcha de la sal.
4770 - Las seguidoras de Gandhi son
machacadas en las salinas en un acto de
resistencia pasiva.
4896 - Gandhi es recibido por el gobierno
inglés en Londres.
4999 - Detenidos antes de un discurso.
Entrevista con un periodista.
5179 - Muere su mujer.
5283 - La India se divide.
5416 - Independencia de la India.
5435 - Se pone una frontera entre India y
Pakistán. Ambas poblaciones luchan.
1947.
5526 - Violencia entre musulmanes e hindúes.
5566 - Ayuno indefinido de Gandhi para evitar
la violencia separatista.
G A N D H I Página 27
30. Cartillas para la NOVIOLENCIA.
EDUCACIÓN:
• RECOPILATORIO DE JUEGOS COOPERATIVOS y sin competición. 212 pg.. 15 eurs.
• SEMILLAS DE PAZ. Para niñas y niños de 3, 4 y 5 años. 168 páginas. 12 euros.
• Dinámica de CONFLICTOS INTERPERSONALES. Una tarea posible. 158 páginas. 10 euros
• EDUCAR EN LA NOVIOLENCIA. 94 páginas. 6 euros.
• LA EDUCACIÓN EN UNA SOCIEDAD INTERCULTURAL. 92 páginas 6 euros.
• SOLIDARIDAD ENTRE LOS PUEBLOS. 168 páginas. 3 euros.
• OBEDIENCIA. DESOBEDIENCIA. Y si no . . . ¿qué? 72 páginas. 6 euros.
• FUNCIONAMIENTO DE GRUPO. Comunicación, liderazgo, toma de decisiones. 80 p. 6 €
• APRENDIZAJE COOPERATIVO. 58 páginas. 4 euros.
• LOS JUGUETES. 84 páginas. 6 euros.
• OTRA FORMA DE VER LA TELEVISIÓN. No te dejes atrapar. 82 páginas. 6 euros.
• ¿ES VERDE TODO LO QUE SE PINTA DE VERDE? 102 páginas. 7 euros. Recursos para
acercarnos a la problemática ambiental.
• CANCIONERO PACIFISTA. 72 páginas más 5 CDs audio con 119 canciones. Coste total 20 €.
NOVIOLENCIA:
• ALTERNATIVAS AL MILITARISMO. 110 páginas. 7 euros.
• EDUCAR PARA EL DESARME. 118 páginas. 7 euros.
• Guía práctica de la OBJECIÓN FISCAL a los gastos militares. 34 páginas. 2 euros.
• INTERVENCIONES NOVIOLENTAS en países con conflictos armados. 108 pág.. 7 €
• GANDHI. 30 páginas. 2.50 euros.
AMÉRICA.
• 500 AÑOS DE RESISTENCIA INDÍGENA Y POPULAR en América. 24 pgs. 1.70 euros.
• DESCUBRIR AMÉRICA 500 AÑOS DESPUÉS. 52 páginas. 3.50 euros
CUENTOS.
• El país del espejo. 24 páginas. 2.00 euros.
• El avestruz troglodita. 16 páginas. 2 euro.
• Un maravilloso planeta. 22 páginas. 2.00 euros.
• La tortuga insumisa. 14 páginas. 2 euro. Diciembre 06 Dic 97
Recopilado y distribuido por Emilio Arranz Beltrán.
MADRID (España)
emilio.arranz.beltran@gmail.com
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