Marie Curie (1867 – 1934) fue una científica francesa de origen
polaco, famosa por su trabajo en el campo de la radiactividad.
Ha sido, hasta la actualidad, una de las mujeres más importantes
de la ciencia. Fue la primera mujer en ganar un Premio Nobel,
honor que recibió junto con su esposo, Pierre Curie. El
reconocimiento fue otorgado a la pareja en la categoría de Física
por su investigación en el fenómeno de la radiación descubierto
por Henri Becquerel.
Años más tarde su descubrimiento de los elementos radiactivos,
radio y polonio, le merecieron un segundo Premio Nobel, pero en
esa oportunidad en Química. De ese modo se convirtió en la
única persona en ser premiada en dos categorías científicas
diferentes por la Real Academia Sueca de Ciencias. Su
investigación en el campo de la radiación dio pie al uso médico
de la misma, que comenzó a emplearse para asistir a los
cirujanos durante la Primera Guerra Mundial. Entre otras cosas,
el uso de las radiografías fue muy provechoso para los heridos.
Marie Curie incluyó minerales en su estudio, y especuló que solo
el uranio que contenían era el elemento radiactivo. Continuó la
búsqueda de otras sustancias que emiten radiación y descubrió
que el torio también era radiactivo.
Los Curie investigaron varios elementos desconocidos, y en 1898
publicaron un artículo sobre el primer elemento químico
radiactivo que descubrieron, al que Marie llamó polonio, en
honor a Polonia, su país de origen. A finales de 1898 anunciaron
el descubrimiento de la existencia de otro elemento radiactivo,
el radio. En la investigación de este último elemento químico se
acuñó la palabra radiactividad.
Marie Curie, la célebre científica polaca-francesa, murió a la edad
de 66 años en 1934, de una enfermedad relacionada con la
exposición a la radiación.
Aunque se desconocía en ese momento los peligros de la
exposición a la radiación, ahora sabemos que puede tener graves
consecuencias para la salud. Curie trabajó con elementos
radioactivos como el polonio y el radio, y tuvo una exposición
constante y prolongada a la radiación en su laboratorio. Se cree
que esta exposición fue un factor en su muerte prematura.
Los cuerpos de Marie y Pierre Curie contenían tanta radiación que
al morir sus ataúdes fueron forrados con una capa de plomo de
casi una pulgada de grosor antes de ser enterrados en el Panteón
de París. Mientras que los instrumentos, libros y cuadernos de
trabajo y objetos de uso personal de la pareja de científicos se
guardan bajo medidas de seguridad extremas en cajas de plomo
en el sótano de la Biblioteca Nacional de Francia en París, ya que
se consideran demasiado peligrosos por los altos niveles de
radioactividad que concentran.