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Shakespeare y cervantes

arte y cultura en Gobierno del Estado de Coahuila
21 de Apr de 2020
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Shakespeare y cervantes

  1. “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.” Don Quijote de la Mancha E n 1575, a la altura de Cadaqués, cuando Miguel de Cervantes y su hermano Rodrigo, junto con algunos sobrevivientes de la galera “Sol”, regresaban desde Nápoles a España, fueron hechos prisioneros y conducidos a Argel por una flotilla turca. Como tenían en su poder cartas de recomendación de don Juan de Asturias y el Duque de Sessa, fueron considerados como personas de elevada condición por lo que pidieron un buen rescate por ellos. CERVANTES, UN ARTISTA DEL ESCAPE
  2. El primer intento de fuga fracasó porque el moro que debía guiar a Cervantes y a sus compañeros a Orán los abandonó en la primera jornada. Los cautivos se vieron precisados a regresar a Argel, donde fueron encadenados y vigilados más estrechamente. En 1577, después de pagar el rescate, el cual se creyó que bastaría para que liberaran a Miguel y a su hermano, fue insuficiente, por lo que solamente Rodrigo quedó en libertad. El segundo intento de fuga fue cuando Miguel, en complicidad con su hermano que ya había sido liberado, ideó un plan, el cual consistía en que enviaran una galera y que ésta pudiera acercarse los suficiente a la playa como para que Miguel y otros quince cautivos la abordaran. La galera intentó acercarse dos veces pero fue apresada y los cristianos escondidos en la cueva descubiertos. Cervantes afirmó que él era el único organizador de la fuga y fue por eso que el rey de Argel lo confinó a un presidio, cargado de cadenas, donde permaneció cinco meses.
  3. El tercer intento de fuga consistió en enviar una solicitud de Martín de Córdoba, general de Orán, en la cual se solicitaba un guía para un proyecto de aquel lugar, se descubrió que la solicitud la había enviado el mismo Cervantes, por lo cual fue condenado a recibir dos mil palazos, que por intersección de otros no se llegaron a consumar. El cuarto intento de fuga fue cuando un mercader valenciano que estaba en Argel, entregó una suma en metálico con la cual Cervantes compró una fragata donde podrían escapar sesenta cautivos, pero esta vez fue traicionado por un ex dominico doctor Juan Blanco que le contó todo el plan a Azán Bajá. Como siempre, Cervantes cargó con toda la culpa y fue llevado a la prisión que se encontraba en el mismo palacio de Bajá. Fue hasta el 19 de septiembre de 1580 que, gracias a los padres trinitarios fray Antonio de la Bella y fray Juan Gil, que lograron reunir los 500 escudos que se pedían por el rescate de Cervantes, terminaron los cinco años de cautiverio en Argel.
  4. Miguel de Cervantes nació el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares y fue hijo de Rodrigo de Cervantes y de Leonor de Cortinas. Fue el cuarto de los siete hijos de Rodrigo Cervantes: Andrés, Andrea, Luisa, Rodrigo, Magdalena y Juan. En 1569 se encontraba en Roma, prófugo de la justicia por haber causado heridas a un tal Antonio de Sigura. Por este crimen fue condenado a que se le amputara la mano derecha y fue desterrado del reino por diez años. El 7 de octubre de 1571, Miguel se encontraba luchando en Lepanto y fue herido en el pecho y en la mano izquierda, la cual no le fue apuntada pero perdió la movilidad en ella. ¿Quién fue Cervantes?
  5. Miguel de Cervantes adoptó el apellido Saavedra algunos años después de su cautiverio en Argel. A partir de 1586 el escritor comenzó a incluir el apellido Saavedra al de Cervantes, aunque anteriormente éste ya le había otorgado este nombre al héroe de su drama El trato de Argel, compuesto entre 1581 y 1583. En el 2015, en la puerta del aniversario número 400 de su fallecimiento, los restos de Miguel de Cervantes Saavedra siguen descansando bajo el convento de las Trinitarias Descalzas, pues documentos históricos dan fe de que ahí fue sepultado. En 1584, fruto de los amoríos con Ana Franca de Rojas (mujer del tabernero Alonso Rodríguez) nació la única descendiente de Miguel, a la que puso por nombre Isabel de Saavedra.
  6. 1.- Lee muchos o, más bien, todos los libros que existen sobre caballería. […] él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos, como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles, y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo […]
  7. […]Puesto nombre y tan a su gusto a su caballo, quiso ponérsele a sí mismo, y en este pensamiento, duró otros ocho días, y al cabo se vino a llamar Don Quijote, de donde como queda dicho, tomaron ocasión los autores de esta tan verdadera historia, que sin duda se debía llamar Quijada, y no Quesada como otros quisieron decir.
  8. Pero acordándose que el valeroso Amadís, no sólo se había contentado con llamarse Amadís a secas, sino que añadió el nombre de su reino y patria, por hacerla famosa, y se llamó Amadís de Gaula, así quiso, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de la suya, y llamarse Don Quijote de la Mancha, con que a su parecer declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre de ella […]
  9. […] ¡Oh, cómo se holgó nuestro buen caballero, cuando hubo hecho este discurso, y más cuando halló a quién dar nombre de su dama! Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque según se entiende, ella jamás lo supo ni se dio cata de ello.
  10. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a esta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo, y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso, nombre a su parecer músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto.
  11. […] Y así, fatigado de este pensamiento, abrevió su venteril y limitada cena, la cual acabada llamó al ventero, y encerrándose con él en la caballeriza, se hincó de rodillas ante él, diciéndole: –No me levantaré jamás de donde estoy, valeroso caballero, fasta que la vuestra cortesía, me otorgue un don que pedirle quiero, el cual redundará en alabanza vuestra y en pro del género humano. El ventero que vio a su huésped a sus pies, y oyó semejantes razones, estaba confuso mirándole, sin saber qué hacerse ni decirle, y porfiaba con él que se levantase; y jamás quiso, hasta que le hubo de decir que él le otorgaba el don que le pedía [...]  Y ahora sí, dicho lo anterior… Hecha, pues, estas prevenciones, no quiso aguardar más tiempo a poner en efecto su pensamiento, apretándole a ello la falta que él pensaba que hacía en el mundo su tardanza, según eran los agravios que pensaba deshacer, tuertos que enderezar, sinrazones que enmendar, y abusos que mejorar, y deudas que satisfacer; y así, sin dar parte a persona alguna de su intención, y sin que nadie le viese, una mañana, antes del día (que era uno de los calurosos del mes de Julio), se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza, y por la puerta falsa de un corral, salió al campo con grandísimo contento y alborozo de ver con cuánta facilidad había dado principio a su buen deseo [...]
  12. Anoche, en la tormenta, uno como él me hizo pensar que el hombre es un gusano. Entonces mi hijo me vino al pensamiento, pero mi pensamiento le negaba. Ahora sé que somos para los dioses como las moscas para los niños: nos matan por diversión.
  13. Julieta:- No jures. Aunque me llene de alegría el verte, no quiero esta noche oír tales promesas que parecen violentas y demasiado rápidas. Son como el rayo que se extingue, apenas aparece. Aléjate ahora: quizá cuando vuelvas haya llegado abrirse, animado por las brisas del estío, el capullo de esta flor. Adiós, ¡ojalá caliente tu pecho en tan dulce clama como el mío! Romeo:- ¿Y no me das más consuelo que ese? J:- ¿Y qué otro puedo darte esta noche? R:- Tu fe por la mía. J:- Antes te la di que tú acertaras a pedírmela. Lo que siento es no poder dártela otra vez. R:- ¿Pues qué? ¿Otra vez quisieras quitármela? J:- Sí, para dártela otra vez, aunque esto fuera codicia de un bien que tengo ya. Pero mi afán de dártelo todo es tan profundo y tan sin límite como los abismos de la mar. ¡Cuando más te doy, más quisiera darte!… Pero oigo ruido dentro. ¡Adiós, no engañes mi esperanza… Ama, allá voy… Guárdame fidelidad, Montesco mío! Espera un instante, que vuelvo en seguida.
  14. R:- ¡Noche, deliciosa noche! Sólo temo que, por ser de noche, no pase todo esto de un delicioso sueño. J:- (Asomada otra vez a la ventana) Sólo te diré dos palabras. Si el fin de tu amor es honrado, si quieres casarte, avisa mañana al mensajero que te enviaré, de cómo y cuándo quieres celebrar la sagrada ceremonia. Yo te sacrificaré mi vida e iré en pos de ti por el mundo.
  15. Julieta:- ¡Te asesinarán si te encuentran! Romeo:- ¡Ay! ¡Más peligro hallo en tus ojos que en veinte espadas de ellos! Mírame tan sólo con agrado, y quedo a prueba de su enemistad. J:- ¡Por cuanto vale el mundo, no quisiera que te viesen aquí! R:- El manto de la noche me oculta a sus miradas; pero, si no me quieres, déjalos que me hallen aquí. ¡Es mejor que termine mi vida víctima de su odio, que se retrase mi muerte falto de tu amor! J:- ¿Quién fue tu guía para descubrir este sitio? R:- Amor, que fue el primero que me incitó a indagar; él me prestó consejo y yo le presté mis ojos. No soy piloto; sin embargo, aunque te hallaras tan lejos como la más extensa ribera que baña el más lejano mar, me aventuraría por mercancía semejante. J:- Tú sabes que el velo de la noche cubre mi rostro; si así lo fuera, un rubor virginal verías teñir mis mejillas por lo que me oíste pronunciar esta noche. Gustosa quisiera guardar las formas, gustosa negar cuanto he hablado; pero, ¡adiós cumplimientos! ¿Me amas? Sé que dirás: sí, yo te creeré bajo tu palabra. Con todo, si lo jurases, podría resultar falso, y de
  16. los perjurios de los amantes dicen que se ríe Júpiter. ¡Oh gentil Romeo! Si de veras me quieres, decláralo con sinceridad; o, si piensas que soy demasiado ligera, me pondré desdeñosa y esquiva, y tanto mayor será tu empeño en galantearme. En verdad, arrogante Montesco, soy demasiado apasionada, y por ello tal vez tildes de liviana mi conducta; pero, créeme, hidalgo, daré pruebas de ser más sincera que las que tienen más destreza en disimular. Yo hubiera sido más reservada, lo confieso, de no haber tú sorprendido, sin que yo me apercibiese, mi verdadera pasión amorosa. ¡Perdóname, por tanto, y no atribuyas a liviano amor esta flaqueza mía, que de tal modo ha descubierto la oscura noche! R:- Te juro, amada mía, por los rayos de la luna que platean la copa de los árboles… J:- No jures por la luna, que es su rápida movimiento cambia de aspecto cada mes. No vayas a imitar su inconstancia. R:- ¿Pues por quién juraré? J:- No hagas ningún juramento. Si acaso, jura por ti mismo, por tu persona que es el dios que adoro y en quien he de creer. R:- ¿Pues por quién juraré?
  17. William Shakespeare nació en Inglaterra y fue bautizado, según el calendario juliano, el 23 de abril de 1564 en Stratford-upon-Avon. Sus padres fueron John Shakespeare y Mary Arden. William fue el tercer hijo de los ocho que tuvo el matrimonio. A los dieciocho años, Shakespeare contrajo matrimonio con Anne Hathaway, que era diez años mayor que él. De este matrimonio nacieron tres hijos: Susanna, Hamnet y Judith, estos últimos fueron mellizos. Hamnet murió a los once años. Cuentan algunos críticos que la muerte de su único hijo lo pudo haber inspirado para escribir Hamlet. William Shakespeare se mudó a Londres y su carrera como actor y dramaturgo comenzó a crecer rápidamente.
  18. ¿Quién fue Shakespeare? o no fue El Bardo de Avon, como era también conocido, escribió obras de teatro que se dividen en tragedias, comedias y obras históricas, además de sonetos de amor. Algunas de sus obras son las más representadas en el mundo. Se piensa que Shakespeare inventó, o por lo menos fue el primero en escribirlas en inglés, muchas palabras y nombres, por ejemplo, assasination (asesinato), bloody (sangriento), blushing (sonrojarse), Jessica, Rosaline, Olivia, entre muchos otros. William Shakespeare murió a los 52 años. Sus restos descansan en la Iglesia de la Santísima Trinidad en Stratford. El epitafio de su tumba es para muchos un conjuro, pues dice: “Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito sea el hombre que respete estas piedras y maldito el que remueva mis huesos”. Muchos de los personajes de sus obras trágicas murieron apuñalados, envenenados o degollados.
  19. de 300 personas, entre escritores, académicos, historiadores y artistas, cuestionaban que William Shakespeare hubiera escrito semejantes obras que han trascendido a través del tiempo. Ellos argumentaban que era muy dudoso que un hombre proveniente de una familia analfabeta fuera capaz de manejar con tanta maestría los temas históricos, filosóficos, matemáticos, sobre literatura clásica, música y astronomía que podemos encontrar en sus textos. Estudiosos de la obra de Shakespeare han formulado hipótesis sobre quién escribió las obras, resaltando nombres como Christopher Marlow, que también era un reconocido dramaturgo, Sir Francis Bacon, Barón de Verulam, o el mismo Edwar de Vere, conde de Oxford. Los “oxfordianos” basan algunas de sus opiniones en que Edwar viajó durante mucho tiempo por Italia, por todas las ciudades que aparecen en la obra
  20. de Shakespeare, y que la vida del conde es muy similar a la de Hamlet, sin embargo, otra teoría dice que Shakespeare estuvo en Italia durante 1585 y 1592, y que esto explicaría los detalles minuciosos que se describen en las páginas de sus obras. Hoy, a 400 años de su muerte, continúa el debate, y algunos textos se escriben para afirmar esta teoría y otros más para desmentirla. De lo que podemos estar seguros es que la obra de Shakespeare se mantiene como una de las más grandes expresiones de lo humano, de la creatividad y el ingenio, de las pasiones, el amor, el odio, la alegría, la tristeza, la muerte. No se sabe a ciencia cierta si Shakespeare “es o no es” un pseudónimo, y pienso que pasará más tiempo para saberlo, por lo que propongo que la cuestión aquí sea disfrutar de la lectura de sus obras, de sus representaciones y de su vida misma.
  21. D urante varios siglos, y en diferentes países, se ha abierto un debate en el que la existencia del Shakespeare-escritor se pone en duda. Escritores como Mark Twain, Sigmund Freud o Walth Whitman en su tiempo se cuestionaron sobre la veracidad del Bardo de Avon, pues les resultaba extraño que no existieran tantos documentos sobre su vida, como cartas o diarios, además les sorprendía que en el testamento no hablara de las obras que lo habían hecho rico. En épocas más recientes, y tomando como punto de partida las ideas de estos intelectuales, se emitió un comunicado llamado “Declaración de duda razonable”, en el que más ¿SOY O NO SOY? ESA ES LA CUESTIóN “Ser o no ser, esa es la cuestión.” Hamlet
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