La acuarela es una pintura sobre papel o
cartulina con colores diluidos en agua. Los
colores utilizados son transparentes (según la
cantidad de agua en la mezcla) y a veces dejan
ver el fondo del papel (generalmente blanco),
que actúa como otro verdadero tono. Se
compone de pigmentos aglutinados con goma
arábiga o miel. En sus procedimientos se emplea
la pintura por capas transparentes, a fin de
lograr mayor brillantez y soltura en la
composición que se está realizando.
El primer uso conocido de la acuarela en Europa es por el pintor renacentista italiano
Raffaello Santi (1483-1520), quien pintaba en grandes cartulinas como bocetos de
tapices.
En Alemania, Alberto Durero (1471-1528) pintó acuarelas en el siglo XV. La primera
escuela de acuarela en Europa fue liderada por Hans Bol (1534-1593), influida por las
creaciones de Dürer.
En la Gran Bretaña del siglo XVIII, Paul Sandby (1725–1809) fue llamado padre de la
acuarela británica. Fue el primer pintor en iluminar unas láminas o vistas de paisajes
que llegaban de Italia en negro o sepia con colores a la acuarela y se esforzó en hacer
de cada reproducción una obra única, lo cual le permitió estudiar y experimentar
fórmulas y métodos para pintar a la acuarela.
En 1804 se fundó la primera sociedad de acuarelistas del mundo y un año después se
celebró la primera exposición de cuadros pintados exclusivamente a la acuarela en
Inglaterra. A finales del siglo XVIII, se conocían artistas como Hogart , Reynolds, Blake,
Cozens, Girtin, Cox, De Wint, Bonington, que utilizaban la acuarela como un arte
pictórico autónomo y una forma válida de expresión. Thomas Gainsborough (1727-
1788), John Constable (1776-1837), Joseph Mallord William Turner (1775-1850),
fueron algunos de los más importantes, John Sell Cotman merece párrafo aparte como
pintor de los mejores paisajes de la Inglaterra decimonónica. Se dice que Cotman dio
este consejo a su hijo que quería ser pintor: “Dibuja estrictamente la verdad y, si
quieres, excluye, elimina; pero no añadas nada”.
En Francia no conocieron la acuarela hasta finales del siglo XVIII. Un francés llamado
Hubert Robert pasó once años en Italia frecuentando los talleres de Piranesi y Panini
en Roma, donde lo acompañó un tiempo el pintor Fragonard, investigando y
experimentando con la técnica de la acuarela. En Suiza destacan los emotivos paisajes
de Johan Aberli, Abraham Ducrós. Un tema importante en el siglo XVIII realizado en
acuarela fue la pintura botánica.
En el siglo XIX destacan en Francia, Gavani, Lami, Gustavo Doré, Isabey, Harpignies.
Honoré Daumier iluminaba con colores a la acuarela sus conocidos y satíricos dibujos a
la pluma. En Alemania la pintura a la acuarela fue apreciada a partir de la segunda
mitad del siglo XIX (Hildebrandt y Von Menzel). En España Mariano Fortuny fue el
propulsor de la primera asociación de acuarelistas, fundada en 1864, en Barcelona.
Entre los impresionistas que usaron la acuarela se encuentran, Paul Cezanne, Vincent
Van Gogh, Morisot, Boudin, Moreau.
En el siglo XX el primer cuadro abstracto de la historia del arte fue pintado a la
acuarela, en el año 1910, por Vassily Kandinsky. Con el advenimiento del arte moderno
la acuarela tradicional fue perdiendo vigencia. Sin embargo, el número y la calidad de
acuarelistas aumentó. Aprovecharon de la nueva visión del arte para incorporar a sus
obras la luminosidad y espontaneidad de los impresionistas, el cromatismo y el
contraste de los fauvistas y algunos esquemas de composición inspirados en el arte
moderno en general.
Las pinturas para acuarela se hacen moliendo pigmentos en
polvo con un agente aglutinante soluble en agua. Este agente es
normalmente goma arábiga, pero también pueden llevar
glicerina como plastificante, un agente humidificante, como la
hiel de toro y, cuando sea necesario, un agente como goma de
tragacanto para dar cuerpo. Otros agentes que sirven para
espesar la mezcla son el almidón, la dextrina, o una arcilla como
la bentona. Se suele añadir también un conservante que actúa
como fungicida o bactericida.
Cada pigmento tiene condiciones diferentes para constituir una
pintura de acuarela, por esto se deben utilizar proporciones
mayores o menores de cada ingrediente, según el pigmento lo
requiera.
Soportes para la pintura a la
acuarela
El soporte más corriente para esta técnica es el papel y hay gran
variedad de texturas, pesos y colores, y su elección depende del
estilo del artista. Existen tres tipos estándar:
Papel prensado en caliente (hp), tiene una superficie dura y lisa,
muchos artistas consideran una superficie demasiado resbalosa
y lisa para la acuarela.
Papel prensado en frío (no), es texturado, semi áspero,
adecuado para lavados amplios y lisos.
Papel áspero, una superficie granulada, cuando se aplica un
lavado se obtiene un efecto moteado por las cavidades del
papel.
El peso del papel es la segunda consideración para su elección,
ya que un papel más pesado tiene menos tendencia a
ondularse. Para evitar que el papel se ondule hay que tensarlo.
La técnica "transparente" de la acuarela implica la superposición de
lavados finos y se basa en la blancura del papel para obtener sus
efectos y los toques de luz. A medida que se superponen más lavados
el color se hace más profundo. El color de la acuarela se puede
modificar añadiendo o quitando agua, usando pinceles, esponjas o
trapos. La acuarela da muchas posibilidades: la técnica del lavado nos
permite crear degradados o lavados uniformes, incluso superposición
de colores. Con la técnica húmedo sobre húmedo pintamos con la
acuarela sobre el soporte ya humedecido, que nos da un efecto
esfumado. También podemos realizar lavados del pigmento una vez
seco, dependiendo del papel, del pigmento y la temperatura del
agua. La limpieza con esponja u otro elemento absorbente, el
raspado, el colocar cera o un líquido de enmascarar para evitar que el
pigmento se adhiera en determinada zona del papel, son algunos
ejemplos de las amplias posibilidades que ofrece la acuarela.
Para pintar acuarela hay que tener, además de mucho gusto, otras tantas
cualidades:
Control de la técnica de reservas y el pintado de claro a oscuro. (No es
una técnica aditiva como el óleo donde podemos corregir muchas veces
añadiendo pintura encima).
Podemos controlar la fluidez y espesor de la pintura.
Podemos tener control del soporte, del papel, de su capacidad de
secado.
Saber dar la pincelada, rasgados, esponjas, etc.
Control de la composición haciendo las reservas necesarias en el soporte
para luego sacar la luz y las formas.
Conseguir que no se estropee el papel.
No abusar ni excederse en pintura y pinceladas.
Aplicar justo lo necesario y definitivo.
Y sobre todo, saber elegir bien el tema o motivo pictórico.
Obtenemos obras muy vivas.
Es una de las mejores técnicas para la
representación del agua.
Un color y una fusión de los colores muy bella.
Si se sabe trabajar, la luz en la acuarela es
radiante y potente.
El grafismo y la textura del material,
normalmente papel de grano visible, le aporta
una gran cualidad plástica.
La acuarela no es una técnica fácil. El material que se debe utilizar debe absorber el agua pues
esta técnica funciona con la fluidez de la pintura disuelta en agua y que al secarse queda fijada.
Esto implica una limitación de materiales. Si no utilizamos un material que absorba el líquido la
pintura correrá y será imposible de dominar.
Puesto que los materiales deben absorber el agua, se suele utilizar papel y cartón. Ambos
materiales son frágiles y requieren cuidados. Hay que prevenir los agrietados, agujereados,
mientras se pinta, y proteger de la luz, que decolora. Por supuesto, hay que encristalar la obra.
Los grandes formatos quedan limitados por las razones anteriores.
La aplicación de las acuarelas se puede hacer mediante dos técnicas, la de acuarela húmeda y la
de acuarela seca.
Acuarela húmeda: Se humedece el papel, luego se carga el pincel con el color deseado, y se
aplican pinceladas suaves en sentido horizontal, inclinando un poco el soporte, para que corra el
color, y formando un degradado. Luego de seca la primera capa, podemos aplicar otras
diferentes o iguales. Si la primera capa no está seca, entonces los colores se mezclan y pueden
producir efectos no deseados. Si la primera capa está seca, entonces se produce la sumatoria de
colores de forma pareja.
Acuarela seca: Se aplica el color sobre el papel seco, en forma de capas de pintura. Esta técnica
permite obtener colores muy tenues, pero también podemos aplicarle los colores en forma
intensa. Por lo general, en la primera capa colocamos el color más cálido y sobre ella el color
más tenue.
PINCELES PARA ACUARELA EN PELOS FINOS
Poney
Petit Gris
Marta Kolinsky
Marta Kolinsky-Tajmyr
Pinceles de pelo de buey
Pinceles de pelo sintético
Buey claro y negro
Turón
Meloncillo
Fibras artificiales
Toray blanco y oro,
Tame oro y negro,
Teijin, Tekady,
Takatsu y Tadami.
La palabra gouache es francesa y proviene de la traducción
fonética del término inglés wash (lavado) o más
comúnmente llamado aguada, que es tal y como se conocía
este procedimiento en Gran Bretaña antes de que se hiciera
la gran distinción entre acuarela y gouache.
Los colores a la témpera o gouache son muy populares
entre diseñadores e ilustradores que se basan en ellos para
conseguir zonas de color uniformes y planas. Son también
útiles para artistas que trabajan a pequeña escala siguiendo
las tradiciones hindú y persa de la pintura en miniaturas,
para la cual a veces es necesario “rellenar” algunas zonas
de color plano y opaco. Se puede usar para trabajos muy
elaborados y en técnicas pictóricas como la aerografía.
Se fabrican de la misma forma que las acuarelas, utilizando
ingredientes similares, sin embargo, la película de pintura debe
ser más espesa y flexible que la acuarela. Por esto las pinturas
al gouache tienen más glicerina. Un aspecto esencial de los
colores con cuerpo es su opacidad. Los mejores fabricantes
consiguen la opacidad poniendo más cantidad de pigmento y
se usa un agente espesativo como el sulfato de bario o el
blanco fijo. La creta precipitada se utiliza como espesativo
económico para los colores al gouache poco costosos; la creta
se tiñe con pigmento para conseguir el color.
Otro aspecto importante de la témpera es su fluidez. Si no se
desliza bien para extender un lavado plano utilizando una
solución de goma arábiga, entonces se usa normalmente
dextrina. Para usarla con un aerógrafo, se la muele igual de
fina que la acuarela o incluso más fina.
A pesar de su opacidad, los colores al gouache se pueden emplear finos, en
lavados transparentes o semitransparentes. Cuando se los utiliza de esta forma
se les suele considerar menos brillantes que las acuarelas habituales, pero
entre los productos de los mejores fabricantes y especialmente, con pigmentos
transparentes tales como el azul de ftalocianina o el Siena tostado, existe muy
poca diferencia.
El gouache es un color sólido y opaco; a diferencia de la acuarela, su efecto no
se basa en el brillo del papel a través del color. Como todos los colores (menos
el negro) contienen algo de blanco, al secarse quedan mucho más claros que
cuando se aplican. La superficie final es mate y de apariencia algo terrosa.
La pintura puede usarse en varias consistencias diferentes: tan húmeda como
la acuarela; espesa pero húmeda; semejante a los óleos; bastante seca; y
completamente seca y sólida.
Lo emplearon los iluminadores de manuscritos de la edad media, y varios
artistas del siglo XVII, entre ellos Van Dyck y Gaspard Pousin. Lo mismo que la
acuarela, el gouache disfrutó de gran popularidad en la Inglaterra de finales del
XVIII.
Muchos pintores modernos han usado el gouache: Picasso, Henry Moore,
Peter Blake. El gouache se ha usado masivamente para la ilustración comercial,
que se pretende reproducir en libros y revisas, y algunos surtidos de colores
vienen marcados como “colores de diseñador”.
Soportes y pinceles
Papeles: todos los papeles empleados para
acuarela sirven también para el gouache. También
se pueden usar, con buenos resultados, papeles
teñidos y coloreados. Los papeles más ligeros
deben tensarse, lo mismo que para la acuarela.
Pinceles: Para el gouache se usan los mismos tipos
de pinceles que para la acuarela. Pinceles:
- de pelo suave ( de pelo de animal o sintéticos).
- de cerdas: para ciertos efectos y soluciones.
- El soporte debe ser ubicado sobre una superficie plana horizontal
o con una ligera inclinación del tablero, para evitar que los colores
se chorreen.
- La ejecución se realiza en un soporte seco, sobre un dibujo previo,
de líneas esenciales.
- El método es análogo al del soporte seco de la acuarela.
- Toda la pintura se desarrolla por superposición, sobre colores ya
secos. Esta indicación se debe a que los colores de gouache
contienen poco aglutinante, y aunque estén secos, vuelven a ser
solubles ante la presencia de humedad.
Por lo tanto, la aplicación de un color húmedo recogerá parte del
color de la capa anterior: por esto es necesario dejar secar una capa
por completo antes de aplicar la siguiente con pinceladas suaves
que eviten raspar la superficie del soporte, ya pintada.
Zonas planas sólidas: Las zonas planas, densas, cubiertas por una consistente
capa de color, son una característica común de los cuadros pintados con
gouache.
El lavado: igual que con la acuarela, los lavados hay que aplicarlos empezando
por arriba. A diferencia de la acuarela, hay que mantener el tablero de dibujo
horizontal, es decir, paralelo al suelo.
Antes de aplicarlos hay que mezclar con agua el color hasta que tenga la
consistencia de crema muy diluida. Así se puede cubrir un área máxima, sin que
se noten las pinceladas. Si es preciso aplicar una segunda capa hay que dejar que
se seque bien la primera.
Rociado: Pueden obtenerse zonas finamente punteadas, tanto con gouache
como con acuarela pasando un cuchillo por las cerdas de un cepillo.
Rascado: Se pueden añadir detalles o texturas rascando la pintura con una
cuchilla puntiaguda o bisturí.
Texturas: Si se añade pasta al gouache, se puede añadir una textura
tridimensional muy definida.
Después de estar relegado a un segundo plano durante toda su trayectoria
histórica, la suerte del gouache cambiará en el siglo XX cuando grandes artistas
como George Braque o Joan Miró, hallan en esta técnica un procedimiento que
se adaptaba perfectamente a sus intenciones coloristas y formales.