1. ¿Estamos en riesgo de guerra nuclear?
El escenario da pocas esperanzas para la paz, mientras regresa la amenaza de una guerra
nuclear.
Lo estamos”, afirman con insistencia importantes analistas internacionales. El propio secretario
general de la ONU, António Guterres, lo ha reiterado en varias intervenciones públicas recientes:
“Un conflicto nuclear está dentro del ámbito de lo posible”.
A los 6 meses del inicio de la guerra en Ucrania, el principal portavoz del presidente Putin, Dimitri
Peskov, multiplica en sus declaraciones que Rusia considera “el recurso al arma nuclear en el
caso de amenaza existencial para nuestro país”, lo que puede ocurrir con cualquier intervención
de la Otán. No hay que olvidar que a los pocos días de la invasión de Ucrania, Putin anunció que
había puesto en “estado de alerta especial” su fuerza de disuasión nuclear: 4.447 cabezas
nucleares; de ellas, 1.588 ojivas estratégicas.
En este momento el escenario de Ucrania ofrece pocas o nulas posibilidades de paz. El
presidente ucraniano, Zelenski, acaba de producir una declaración que concluye, en la línea de
lo que planteaba en una anterior columna, que frente a la idea de paz, la aspiración ahora es a
una “victoria”, con la salida total de Rusia de su territorio, incluyendo la península de Crimea, lo
que aparece como absolutamente improbable, ya que precisamente allí, en Sebastopol, está la
mayor base naval rusa. El escenario da pocas esperanzas para la paz, mientras regresa la
amenaza de una guerra nuclear terminal. Occidente está dividido. Por una parte Francia,
Alemania e Italia llaman a negociar para establecer un alto el fuego hacia un acuerdo diplomático.
Por otra parte, Estados Unidos y el Reino Unido estiman que la guerra debe continuar para
debilitar y hacer retroceder a Rusia, con los riesgos que esto incluye. El secretario de Defensa
estadounidense, Lloyd Austin, acaba de declarar: “Queremos un debilitamiento de Rusia al grado
de que no pueda hacer lo que ha hecho al invadir a Ucrania”.
"Rusia ha dejado de lado el tabú nuclear, sus consejeros hablan con naturalidad en
televisión de la rapidez y potencia de sus misiles ultrasónicos."
Propuestas que pueden conducir a una rápida intensificación del conflicto. Según el más
influyente politólogo internacional, Noam Chomsky, algunas de estas propuestas, como las que
piden una “exclusión aérea” por parte de la Otán “muy probablemente conducirían a una guerra
nuclear terminal, es decir, al fin de todos nosotros”.
Por su parte, Putin, como manifestó en una conversación revelada por el presidente francés,
Macron, se plantea una escalada “sin límite alguno”. Y el arma nuclear (¿táctica?) acecha al final
de la escalada de destrucción por medios convencionales de ciudades e infraestructuras, y de la
invasión terrestre para controlar poblaciones, confiando en que los países democráticos no
realizarán actos de guerra que puedan desencadenar la respuesta de un golpe nuclear. Lo más
importante para destacar es que, con la guerra de Ucrania, Rusia ha dejado de lado el tabú
2. nuclear, sus consejeros hablan con naturalidad en televisión de la rapidez y potencia de sus
misiles ultrasónicos, con capacidad para destruir ciudades enteras en Europa o América.
Abriendo la perspectiva, se ve más lejos que nunca la desaparición o limitación de las armas
nucleares en el mundo a las que aspiraban los tratados posteriores a la Guerra Fría. Según el
Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), el arsenal nuclear mundial
no deja de crecer en esta década, tras la reducción de los 35 años anteriores, y la guerra de
Ucrania aleja las iniciativas de no proliferación o prohibición. Todos los arsenales nucleares se
encuentran en fase de reconversión o expansión. Los de los 5 países del Consejo de Seguridad
(China, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido) y los llegados luego: India, Pakistán, Israel y
Corea del Norte. Estos últimos con una opacidad total sobre sus programas atómicos, a cuyo
desarrollo están dedicando inversiones multimillonarias.
La iniciativa de 60 países de la ONU de un tratado sobre la prohibición de armas atómicas no ha
sido suscrita por ninguna potencia nuclear o miembro de la Otán. La petición del antes citado
amigo y maestro Chomsky clama en el desierto: “Han de darse todos los pasos para eliminar el
flagelo de las armas nucleares de la faz de la tierra, antes de que nos destruyan a todos”.
ANTONIO ALBIÑANA