II Presentación de Coordinadora General de los Frentes Parlamentarios contra el Hambre, Luisa María Calderón, en el marco del VIII Foro de los Frentes Parlamentarios contra el Hambre de América Latina y el Caribe que se llevó a cabo los días 25, 26 y 27 de octubre de 2017 en la ciudad de Montevideo, Uruguay.
2. La región ya alcanzó la meta 1C de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM) y la de la Cumbre de la Alimentación, al disminuir a la mitad la
prevalencia de subalimentación.
Lo anterior no hubiera sido posible sin la voluntad política de cada uno de los
países latinoamericanos y caribeños, plasmada en el compromiso
intergubernamental denominado Iniciativa América Latina y el Caribe sin
Hambre 2025 (IALCSH), (Guatemala, 2005).
Este compromiso fue fortalecido en el año 2015 mediante un renovado
instrumento, que constituye el primer y principal acuerdo multilateral que ha
generado la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC):
El Plan para la Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del
Hambre 2025 (Plan SAN CELAC).
A partir de la identificación del hambre como un problema regional, ALC ha
generado novedosos avances en materia de políticas públicas (leyes,
políticas, programas, arreglos institucionales, entre otros), con importantes
lecciones aprendidas y experiencias exitosas que pueden ser puestas a
disposición del resto de regiones del mundo.
1. Antecedentes
3. América Latina y el Caribe es la región en desarrollo que está
más cerca de lograr el ODS 2. Solo 42 millones de personas
nos separan de la meta de Hambre Cero. Sin embargo, se
trata del tramo más difícil y complejo del camino, pues esas
personas representan el núcleo más duro del hambre y la
inseguridad alimentaria.
42 millones: grupos socialmente excluidos, se concentran en
territorios rurales, “hotspots” de extrema pobreza. Hay
factores políticos, institucionales, geográficos, económicos, de
relaciones étnicas y de género, que son las causas de que
esas personas permanezcan atrapadas en la pobreza y el
hambre.
Si no rompemos esos candados en los próximos 13 años en
esos territorios, no habrá Hambre Cero y quedaremos con la
meta al alcance de la mano, pero incumplida.
Pese a los grandes avances acabar con el hambre y la
malnutrición es una lucha que requiere un doble esfuerzo,
vinculado con diseñar y articular nuevas estrategias que
permitan cumplir las metas previstas en el ODS 2.
1. Principales Desafíos de ALC en el marco de la Agenda
2030.
4. ALC Enfrenta nuevos retos asociados al cambio climático, a la
reducción del crecimiento económico y a la migración,
fenómenos que tornan el escenario más complejo para repensar
las actuales estrategias en marcha.
A lo anterior se suman los problemas de obesidad y
sobrepeso, que son los principales factores de riesgo de
enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes,
cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, entre otros). Se
estima que alrededor del 58 % de los latinoamericanos y
caribeños (cerca de 360 millones de personas) tiene
sobrepeso, y que la obesidad afecta al 23 % (140 millones).
Nuevos retos
Si se quiere recuperar la tendencia de progreso en la eliminación del hambre y la malnutrición y de esta manera cumplir con los
desafíos globales, es necesario dar sentido de urgencia a estos esfuerzos, revisar por qué los países no avanzan, y apoyar a éstos
a diseñar respuestas apropiadas.
Las metas que ya se han logrados se dieron debido a que en la región se puso en marcha una estrategia enérgica e integral, que
incluyó: un alto compromiso político con la reducción del hambre y la extrema pobreza, crecimiento económico, una batería de
programas de protección social innovadores y bien focalizados, y un conjunto de políticas y programas de desarrollo
productivo y de generación de ingresos en los territorios y hogares pobres.
5. Debido a las nuevas cifras del hambre y la malnutrición, se vuelve necesario repensar
las estrategias y trabajar con un nuevo enfoque de trabajo en los territorios.
El problema central que se quiere alcanzar es la persistencia de poblaciones con
elevados indicadores de pobreza y desnutrición crónica infantil en varios países de
la región, concentrada en territorios/sectores concretos, principalmente rurales, que
comprometen los compromisos asumidos para el logro del ODS2.
La cooperación internacional tendrá un papel importante, a partir de las capacidades
que disponga, reconociendo su liderazgo y su compromiso permanente con esta causa.
Un nuevo enfoque para el trabajo
de los FPH
Ejemplos de diferencias territoriales:
En Guatemala el 46,5% de los niños menores de cinco años padece desnutrición crónica. Esta cifra, sin embargo, se eleva al 65,9%
cuando se examina el quintil más pobre, mientras que en el quintil más rico, ésta afecta al 17.4%. Geográficamente, este indicador tiene
mayor prevalencia en el área rural que en la urbana, alcanzando en la primera un 53%. Asimismo, se constata mayor desnutrición crónica
infantil en las regiones noroccidentes (68.2%), suroccidentes (51.9%) y del norte del país (50%). Un dato relevante es que la prevalencia
de este indicador se concentra en niños y niñas con ascendencia indígena, alcanzando entre ellos un 58% (FAO 2017, SESAN 2016).
En Paraguay, la Dirección de Estadísticas, Encuestas y Censos reportó una disminución de casi 8 puntos porcentuales en la prevalencia de
desnutrición crónica entre 2004-2005 y 2011-2012, pasando de 18% a 10,8%. Sin embargo, en la población indígena, la desnutrición
crónica aún afecta a casi 1 de cada 2 niños y niñas, con un 47% de prevalencia (INAN, 2016).
6. Para lo anterior, se hace necesario que los FPH, puedan trabajar en dos líneas de
trabajo complementarias:
Contribuir, en coordinación con el ejecutivo y el resto de los actores de la
sociedad, a erradicar el hambre en ciertos segmentos poblacionales o en
territorios específicos, en los cuales ha sido más difícil reducir sustantivamente la
prevalencia de hambre y la pobreza.
Seguir apoyando el desarrollo del compromiso y capital político en el marco de la
IALCSH 2025 y los nuevos compromisos regionales como el Plan SAN CELAC,
buscando fortalecer el trabajo parlamentario en el marco de la implementación
del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS2), que permita mejorar el
impacto de la legislación y de las políticas en la lucha contra el hambre y la
malnutrición, involucrando a los ejecutivos, a las universidades, a la empresa
privada y a otros actores sociales.
Este nuevo proceso de apoyo a la IALCSH 2025 implicará tanto la necesidad de apoyar a los países con asistencia técnica concreta para
que sus políticas y programas puedan llegar de la forma más eficiente a estos territorios y segmentos poblacionales, como promover
un adecuado alineamiento de todo el capital político construido (parlamentarios, ejecutivos, universidades, empresa privada, etc.) para
asegurar que estas políticas tengan una adecuado respaldo (político, institucional, presupuestario, entre otros) y que la lucha contra la
pobreza y el hambre se ubiquen en lo más alto de la agenda de cada país.
Todo estas actividades deberán estar alineadas y articuladas a otros esfuerzos similares realizados por los países, en el marco de la
implementación del Plan SAN CELAC, así como nuevos apoyos de la cooperación internacional (Unión Europea, España, México,
Brasil, entre otros) buscando contribuir de una forma eficiente a la implementación del ODS2.
7. Se propone buscar lograr el Hambre Cero a través de una
estrategia con dos grandes movimientos:
(a) perfeccionar las principales políticas, programas e
instrumentos que se han empleado en los últimos años,
valorizando lo mejor de lo aprendido en los distintos países, y
(b) concentrar los recursos y esfuerzos en 100 territorios que
sobresalgan por el alto número de personas en condición de
hambre y subnutrición.
Esta iniciativa se presenta como un acelerador mundial del
ODS2. Para alcanzar lo anterior será necesario redoblar los
esfuerzos con todos los socios, tales como la cooperación
internacional y los Parlamentos de los países de ALC y de otras
regiones, principalmente miembros de las alianzas (España,
Italia, Parlamento Europeo) y los principales socios colaboradores
de la IALCSH, tales como España, Brasil y México.
Línea 1: Estrategia “Iniciativa 100
Territorios sin Hambre”
8. A nivel institucional:
Trabajar con los actores políticos a nivel regional y nacional, incluyendo
a los parlamentos nacionales y las alianzas parlamentarias globales, para
actualizar sus estrategias de Hambre Cero. Se trata de adecuarlas a la
tarea de enfrentar el problema en su “núcleo duro.” Así como en el
pasado se logró establecer el objetivo de Hambre Cero como un objetivo
político importante en muchos países de la región, ahora se trata de que
se internalice el compromiso de hacer el último y más difícil esfuerzo,
focalizando en los territorios más rezagados.
Fortalecer los mecanismos de gobernanza ampliada, que vigoricen la
participación de la sociedad civil, la academia y sector privado, y mejorar
la coordinación inter-institucional e inter-sectorial.
Fortalecer las capacidades de los parlamentos nacionales y
regionales y otros aliados para participar activamente en el diseño e
implementación de esta iniciativa “100 Territorios sin Hambre”
Trabajo en tres planos.
9. A nivel programático:
Reunir las mejores experiencias y capacidades acumuladas por
los parlamentarios y sus socios, en ALC en la lucha contra el
hambre y la desnutrición, y facilitar el acceso de todos los países a
este capital en forma eficiente.
Identificar los 100 Territorios del ODS 2 en América Latina y el
Caribe, con énfasis en 13 países que mantienen tasas de
subnutrición superiores al 10% (más Colombia, en reforzamiento del
efecto del proceso de Paz sobre el OSD 2 en dicho país).
Potenciar el rol de los parlamentarios para ajustar las políticas,
programas e instrumentos disponibles de lucha contra el hambre y
la subnutrición, para que sean más pertinentes y eficaces bajo las
condiciones especialmente complejas de los 100 Territorios del ODS 2.
A nivel socioeconómico:
Coadyuvar desde las tareas parlamentarias a la implementar
políticas eficaces para la revitalización y sostenibilidad
socioeconómica de los 100 Territorios del ODS 2, con énfasis en la
creación de mejores condiciones para iniciativas del sector privado
generadoras de empleo.
Trabajo en tres planos.
10. Para lograr la erradicación del hambre en ALC en el año 2025, se
identifican y proponen tres ejes de intervención:
i. Fortalecimiento de los mecanismos legales, institucionales y de
gobernanza inclusiva
a. Apoyo técnico a la evaluación e implementación de las
legislaciones, de las instituciones y estrategias nacionales y
regionales SAN en marcha y focalización en los territorios
concentradores de hambre;
b. Promoción de alianzas público-privadas y sociales, incluyendo
a la academia (Nacional/Departamental* incorporar al ODA), para
articular a un mayor número de actores en la revitalización de los
territorios en situación de marginación.
El objetivo de este eje es eliminar los obstáculos legales,
institucionales, políticos y financieros para la implementación de
iniciativas SAN que lleguen de forma efectiva a los 100 territorios
rezagados.
La solución propuesta
11. ii. En coordinación con el ODA, apoyo a la innovación y reajuste de metodologías e
instrumentos de política pública que respondan a las necesidades del núcleo duro de la
subalimentación e inseguridad alimentaria:
a. Mejorar el sistema de protección social existente, brindando atención especial y
diferenciada a mujeres, afro descendientes y pueblos indígenas en el acceso a los
alimentos y a Programas de Transferencias;
b. Mejorar y focalizar los Programas de Alimentación Escolar en los territorios definidos;
ampliando el proceso de compra de alimentos en las propias regiones, contribuyendo así al
desarrollo económico comunitario;
c. Incentivos de emprendedurismo económico a las familias vulnerables a fin de garantizar
la estabilidad en el acceso y disponibilidad de alimentos;
d. Fortalecimiento de la institucionalidad nacional y territorial, y de las capacidades
parlamentarias para mantener y mejorar la acción de las políticas públicas y los
mecanismos participativos de gobernanza;
iii. Plataforma de conocimiento e intercambio entre regiones para el logro del ODS2
ALC ya cuenta con una Plataforma sobre políticas, marcos legales e institucionales sobre
seguridad alimentaria y nutricional de los 33 países de la región. Esta herramienta fue
desarrollada en el marco del Plan SAN CELAC. El siguiente paso es traducir los documentos
disponibles a otros idiomas, y adaptar el material a las realidades de otras regiones, y, sobre
todo, iniciar un marco de cooperación sur-sur que traslade las principales experiencias exitosas
a otros contextos de manera efectiva.
La solución propuesta
12. Parte de las acciones que se incluyen en esta línea se relacionan con el
mejoramiento institucional, la generación de capacidades y el apoyo a la
formulación y aplicación de marcos normativos, políticas públicas, planes y
programas para erradicar el hambre y la malnutrición.
Las actividades propuestas serán de carácter regional y nacional, su principal
objetivo será fortalecer las capacidades y espacios de diálogo de los actores
relevantes para lograr la seguridad alimentaria y nutricional, priorizando los
países seleccionados en la estrategia “100 Territorios sin Hambre”.
El objetivo final radica en asegurar y facilitar que los actores políticos como los
poderes públicos, las universidades, las organizaciones sociales y el sector
privado; trabajen articuladamente.
Las áreas de trabajo de esta línea buscarán dar continuidad al proceso apoyado por
el Proyecto de Apoyo a la IALCSH 2025 y el Programa Mesoamérica Sin Hambre
en el marco de los retos que tienen los países en la implementación de la Agenda
2030.
III. Línea 2: Fortalecimiento del compromiso
político y trabajo parlamentario