El documento resume la publicación de las memorias de Patrizia D'Addario, una prostituta que pasó una noche con el primer ministro italiano Silvio Berlusconi. En el libro, D'Addario relata detalles íntimos de su encuentro sexual con Berlusconi. Además, expresa su frustración por no haber podido construir un hotel en unos terrenos de su familia a pesar de las promesas de Berlusconi. El libro ha causado gran controversia en Italia.
1. 8 LA OTRA CRONICA EL MUNDO SÁBADO 28 NOVIEMBRE 2009
EL POTENTE, IMPOTENTE ANTE EL ESCÁNDALO
SILVIO BERLUSCONI IRENE HDEZ. VELASCO / Roma
s la prostituta de lu-
ción a la prostitución de algunas
de las chicas que participaban
timo festival de cine de Venecia
y en breve comenzará a rodar
E
jo más famosa del en las fiestas erótico/festivas de una película que se titulara
43 MILLONES Y mundo, como ella
misma se autopro-
clama. Tiene 42
años, se llama Pa-
Il Cavaliere.
Mientras la vida privada de
Berlusconi continúa haciendo
aguas bajo la luz de los reflec-
Prostituta de lujo —las chicas
de Palacio Grazioli— en la que
además de contar su famosa
noche de sexo salvaje con Ber-
¿EL CARGO? trizia D’Addario y debe su gloria
a aquella única noche (del 4 de
noviembre de 2008) que pasó en
tores (su todavía mujer, Vero-
nica Lario, presentó el pasado
día 12 en un tribunal la de-
lusconi, se analizará también la
turbia relación entre política y
prostitución que impera en su
POR UNA NOCHE
compañía del primer ministro ita- manda de divorcio en la que le Bari natal.
liano, Silvio Berlusconi (73 años). pide al Cavaliere una pensión
Una noche cuyos pormenores mensual de 3,5 millones de eu- POR AMISTAD
se encargó de grabar con la ros, tras acusarle públicamente Algo de lo que ella sabe también
ayuda de un magnetófono que de «frecuentar a menores»), la un rato: no en vano, y después
Su semana trágica: su ex le pide una llevaba oculto en el bolso y cu- D’Addario por su parte está de la noche famosa, la presenta-
pensión millonaria y D’Addario publica yos detalles no sólo han puesto
contra las cuerdas al primer mi-
aprovechando el tirón.
Hace playbacks en discote-
ron como candidata en las elec-
ciones municipales por las listas
«Disfrute, primer ministro», la venganza nistro italiano, sino que han de- cas, recorre incansable las tele- del partido La Puglia antes de
sencadenado una investigación visiones de medio mundo, se nada, próximo a la formación
por no haberle urbanizado unos terrenos judicial sobre la posible incita- presenta en plan diva en el úl- que lidera Il Cavaliere. Logró
« Gusto mucho a los hombres, y me
aprovecho de ello. Son tan débiles.
Basta mostrarles un poco de carne, hacer-
les algún mohín, transformarles durante
encuentro sexual, sólo para una cena. Ta-
rantini se hace el gracioso, después se des-
pide de mí y quedamos para más tarde. Me
acompañan a mi hotel. Es allí donde me en-
ministro. Saluda a todas, a muchas la co-
noce ya y las besa. Después se acerca a no-
sotros y Gianpi hace las presentaciones.
«Ella es Clarissa, mucho gusto». «Y ésta es
harén. Él es el sultán y todas nosotras, so-
mos 20 chicas, mujeres a su disposición.
(…) Pensaba que como prostituta había
visto unas cuantas cosas, pero me faltaba
unas pocas horas en dioses, y listo. Lo lla- tero que hay otras dos chicas en mi hotel Alessia», es decir, yo. «Encantado», dice el ésta, 20 mujeres para un solo hombre. Las
man el oficio más antiguo del mundo preci- que tienen la misma cita que yo. Media primer ministro. «Eres muy mona». Des- llamadas orgías prevén más o menos el
samente por eso, es difícil que un hombre hora después nos recogen a las tres y nos pués me invita a sentarme en el sofá y mismo número de hombres que de muje-
sepa o pueda resistirse a unas bonitas pier- llevan donde está Gianpi. Luego, junto a él, mientras intercambia bromas con las otras res. Aquí los hombres no tienen voz ni voto.
nas, a un bonito culo o a unas bellas tetas, nos dirigimos a Palazzo Grazioli [residen- chicas me mira fijamente. Y, de repente, me Hay un solo hombre con derecho a copu-
sobre todo si esas piernas, ese culo y esas lar: él, el primer ministro. (…)
tetas se te ofrecen. (…)
Gianpaolo Tarantini se hará muy famoso LAS LESBIANAS QUIEREN TRABAJAR
en los meses sucesivos. Yo por irme a la Me invita a bailar. Es un baile apasionado.
cama con Berlusconi, él por llevarme allí.
Pero la verdad es que él se dará a conocer
LA CONFESIÓN DE PATRIZIA Me aprieta, me besa en la boca, me dice fra-
ses tiernas. Delante de todos. (…). Me
también por otros motivos. Los jueces es- aprieta tan fuerte que me hace daño. «No te
tán investigando si ha utilizado mujeres
como yo, y también drogas y sobornos,
para obtener contratas para su empresa de
BERLUSCONI, vayas», me susurra. (…) Las dos lesbianas
deben de ser asiduas. Se besan y se acari-
cian y se dirigen al primer ministro con mu-
UN AMANTE
material sanitario (…). cha confianza. «Silvio, aquí no se pega
En cuanto me ve Tarantini me dice: clavo, estamos en crisis y nosotras que tra-
«Eres guapa, funcionarás estupendamente, bajamos en pareja aún la sentimos más».
tu vienes inmediatamente conmigo». (…) (…) Él quiere ser adorado por todas las
Me comunica que me pagará 1.000 euros.
Comienza una extraña negociación. Le
digo que mi presencia en una cena fuera de
PARA EL LIBRO mujeres que están aquí, le gusta que le to-
quen, que le acaricien, varias manos al
mismo tiempo, incita a la competición. Un
DE RÉCORDS
la ciudad vale 2.000 euros, ni un céntimo harén donde el sultán elige entre las 20 pre-
menos. Gianpi, como me pide que le llame, sentes la preferida o las preferidas.
sonríe. «Tranquila», me dice, «Estamos Gianpaolo se me acerca y me dice que él
yendo a ver al primer ministro, ¿compren- quiere que me quede. Respondo que no me
des? Al primer ministro». Y añade: «Él es apetece, que no es lo que habíamos acor-
muy generoso, y a quien permanece con él dado. El primer ministro se percata de que
le entrega un sobre». (…) no estoy contenta, me coge de la mano y
Llevó una maleta pequeña, poco maqui- me pide que le acompañe a visitar el pala-
llaje, un vestido de tubo negro, siguiendo cio. «¿Voy también yo?», suelta una de las
las indicaciones de Tarantini. Ningún pro- chicas. Él le dice que sí. Del salón pasamos
blema, es lo que me pongo siempre, pero al baño presidencial y al dormitorio.
añado también unas medias. El primer mi- La habitación es grande, clara, pero lo
nistro, me informa Gianpi, quiere que las que destaca es la gran cama del centro,
chicas vayan con las piernas desnudas. Yo muy bonita, rodeada de telas blanquísimas,
desobedezco y llevó medias. No es que con un edredón blando, blandísimo. «Me la
tenga frío o lo considere indispensable para ha regalado Putin», subraya el primer mi-
mi look, pero yo soy así y al menos una or- nistro. Se tumba y apoya la cabeza en mi
den la debo transgredir (…). brazo mientras sigue sujetándome la mano.
En la parte opuesta de la cama está la otra
LA CITA: ORGÍA Y VÍDEOS DEL G8 chica. Se nos unen las dos lesbianas que
Gianpi me llama y me pide que me una a él. desde el fondo le acarician los pies. (…)
En su habitación recibo otras instruccio- La excitación es grande. Él no deja de
nes. Me dice que habrá otras chicas, que es acariciarme delante de todas, la mano llega
posible que al final de la noche dos, tres o cada vez más entre los muslos. (…) En un
cuatro de ellas sean elegidas para perma- momento dado me levanto de la cama y es-
necer con el primer ministro, que depende capo al cuarto de baño. Debo hacer dos co-
de él y del deseo que sienta. sas: una es esa que normalmente se hace
Debo confesar que, a pesar de mi expe- en el baño, pipí. La otra nadie, ni en esta
riencia como prostituta de lujo, la noticia casa ni en ningún otro lugar, se la imagina.
me cae como una piedra. ¿Tantas chicas y cia del primer ministro] (…) Bajamos del pregunta: «¿qué proyectos tienes?» (…). Cambio la cinta de la grabadora que llevo
todas juntas? Gianpi no se percata de mi coche y nos reciben los guardias de seguri- Nos enseña algunos vídeos, nos los des- en el bolso. (…)
sorpresa y sigue explicándome. Me da mu- dad, que nos escoltan hasta el ascensor. cribe, nos habla del G8, de Bush, de su mu- En el salón tanto Gianpi como el primer
cha información íntima sobre el primer mi- Subimos al piso de arriba y nos recibe una jer. (…). Los vídeos son largos, son ya dos ministro me piden una vez más que me
nistro, sobre sus gustos sexuales. También persona a la que entregamos nuestras cha- horas que estamos viéndolos(…). Final- quede, pero yo me niego una vez más. En-
me da consejos, me dice que me comporte quetas, nos hacen entrar en un gran salón mente cambia de registro, pone otro vídeo tonces el primer ministro me abraza, me
de un cierto modo para que quede satisfe- tras haber atravesado un largo pasillo. Hay distinto. Se trata de un documental en el besa en la boca y me susurra en el oído:
cho. Le gustan mucho los preliminares, las sofás y una gran televisión de pantalla gi- que se canta Meno male che Silvio c’è [Me- «Hasta pronto». (…)
caricias con las manos y la lengua son su gante, sobre la mesa champagne y focac- nos mal que está Silvio]. Todos comienzan Unas semanas después, tal vez dos,
pasión. Le gusta tanto darlas como recibir- cia. Llegan otras chicas, una pareja de les- a cantar con las manos en alto y hacen la Gianpi me llama y me dice que él me quiere
las. Quizás más darlas. La situación co- bianas, algunas otras prostitutas de lujo. ola. Yo miro con curiosidad y mi primer volver a ver. Por teléfono no me da ningún
mienza a cargarme. No he venido para un Diez minutos después llega él, el primer pensamiento es que me encuentro en un nombre, pero entiendo. Como la otra vez,
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sólo siete votos. Pero, sobre to- narra eso (es decir, la célebre UNA NOCHE dad su sueño de abrir el di-
do, la D’Addario acaba de publi- noche de marras) aparecen de- ÚNICA. choso hotel. «¿Fui una tonta por
car en Italia sus memorias, es- bidamente identificadas —mar- El primer creerle? Que levante la mano
ministro de
critas en colaboración con la pe- cadas en negro— para poder quien no hubiese creído en las
Italia, Silvio
riodista Magdalena Tulanti y ser cómodamente localizadas y Berlusconi promesas de un hombre poten-
que esta misma semana han vis- dirigirse directamente a ellas. (73 años), tísimo, el más potente de los
to la luz de la mano de la edito- «Quien hoy me echa en cara cruza la potentes. Ni siquiera me pre-
rial Aliberti. el haber divulgado a los cuatro mirada con gunté qué podría hacer en con-
Llevan el muy felliniano título vientos mi última actuación con la prostituta creto, construir, verificar los pa-
de Gradisca, presidente (Dis- Silvio Berlusconi haría bien en Patrizia peles del Ayuntamiento, no lo
D’Addario
frute, primer ministro), el grito leer estas líneas», comienza di- (42 años). sé. Me dijo: “Me ocupo yo,
de guerra que en la película ciendo Patrizia D’Addario en la mandaré a mis hombres” y con
Amarcord (Federico Fellini, parte del libro en la que relata eso me bastaba. Claro, alguno
1973), la prostituta Gradisca sus encuentros sexuales con el podrá objetar que todavía creo
utilizaba para ofrecerse gratis primer ministro italiano y que en los cuentos de hadas y que
al rey Umberto I. abarca en total 36 páginas, de la rreno que la familia D’Addario ella siempre ha asegurado que he usado mi cuerpo para obte-
Ocupan un total de 231 pági- 53 a la 89. posee a las afueras de Bari y en si se decidió a hacer pública su ner el favor de un potente. Que
nas pero, por deferencia de la Pero el hilo conductor de es- el que desde hace años, Patrizia noche de sexo con Berlusconi, objeten lo que quiera, yo me
editorial y a fin de facilitarle el tas memorias no es Il Cava- trata infructuosamente de con- fue porque él incumplió su pro- siento en paz con mi concien-
trabajo a los lectores más pre- liere. El eje central del libro lo seguir los permisos para poder mesa de ayudarle a conseguir cia», asegura en Gradisca, pre-
surosos, las hojas en las que se constituye una obsesión:el te- abrir allí un hotel. De hecho, los permisos para hacer reali- sidente.
debo coger un avión, pero debo llevar una esta es la noche que cambiará mi vida. (…)
amiga. Elijo a Barbara. (…). Me besa de nuevo. Todavía hoy, después
Esta vez, las chicas sólo somos tres, las de tantos meses, siento el sabor de su len-
tres de Bari. (…) También esta vez cuenta gua en mi boca. Desciende nuevamente a
chistes y canta. Y me mira fijamente. Me mis partes íntimas y permanece allí un
acaricia, acaricia a las otras y me mira a mí. largo rato, tan largo que en algún mo-
No hay competición, él ya me ha elegido. El mento pienso si no se habrá dormido.
juego de las caricias dura bastante, pero en Para nada: retoma la faena con mayor ar-
él participan sólo las otras. Yo me dejo aca- dor que antes e insiste.
riciar, pero no acaricio. La excitación sube,
sube, sube y luego baja. El primer ministro Y CUANDO PARECÍA DORMIDO...
es un maestro en gobernarla. (…) Así toda la noche, hasta las 8 de la mañana.
Voy de nuevo a hacer pipí, a darle de Soy mucho más joven que él, y digamos
nuevo la vuelta a la cinta de la grabadora. que también bastante experta. Pero en al-
Salgo y me lo encuentro delante. Me aco- gún momento temo no ser capaz de resis-
rrala, vuelve a besarme, me deja sin respi- tir a sus asaltos. ¿Se mete algo? Me lo han
ración, me dice: «Se acabó. Ahora les digo a preguntado muchas veces. No lo sé, no
todos que se vayan, quiero quedarme a so- tengo pruebas. El hecho es que más de
las contigo»(…) La habitación está a oscu- una vez, espero que se quede dormido.
ras, él ama la oscuridad. Yo me he dado mi Pero cuando parece que se ha dormido,
primera ducha y me encuentro sola en esta allí donde ya habréis entendido que más
enorme estancia (…). De repente, el primer le gusta hacerlo, con la cabeza entre mis
ministro entra y yo pego un bote. Va todo muslos, se reaviva, corre al baño, se mete
vestido de blanco y lo tomo por un fan- bajo la ducha fría y vuelve a comenzar.
tasma. Pijama de seda blanco, bata de seda Nos duchamos tanto que a la mañana
blanca. Me observa. Estoy toda vestida, de- siguiente estoy sin voz.
masiado, según me hace notar después. A la mañana siguiente, cuando suena el
teléfono, él me dice que no me mueva de la
ENTRE MIS MUSLOS... cama, que debe hablar con unos periodis-
Llevo un negligé negro hasta los pies, tipo tas pero que vuelve. «Aún quiero besarte,
vestido de noche. Y debajo otro negligé, tesoro, y quiero que tú aún me beses». Y
éste corto, muy mono, con aberturas en los sale en bata. (…)
muslos y detalles en marrón; debajo llevo Viene para el desayuno. «¿Té o café?»,
un conjunto de sujetador y braguitas de en- me pregunta. Respondo que té (tú en ita-
caje negro. Me invita a beber una tisana. liano). Y se hace el gracioso: «¿No te ha
Observo que es desagradablemente dulce, bastado toda la noche?». Y vuelve sobre
él asiente divertido. Nos acercamos a la los detalles de sus proezas. También me
cama y me invita a desnudarme. Me quito da consejos sobre mi sexualidad. En su
el salto de cama largo y permanezco con el opinión soy un poco fría. Quizás frígida.
corto. Insiste en que me quite también ése, Me dice que debería probar con mujeres
pero yo me resisto. Empieza una pequeña pero quizás, mejor aún, que me debería
lucha, de ésas entre enamorados, tierna, no tocar mucho. «La próxima vez», me dice,
violenta. Comienza a besarme con pasión, «necesitaremos otra chica».
los labios, el cuello, el pecho. Me ayuda a Le respondo que se equivoca sobre mi
quitarme el segundo negligé, me desabro- sexualidad, que yo con mi hombre, ahora
cha el sujetador, me coge y me mete debajo ex, alcanzaba sin problemas el placer. Que
del edredón. TALENTO PRECOZ. Desde muy niña, Patrizia ya apuntaba maneras. estaba tensa, que necesito tiempo, que no
Así era la perdición de Berlusconi cuando tan sólo tenía cinco años.
Me percato de que quiere llevar él las es posible para mí alcanzarlo a menos que
riendas del juego. No estoy acostumbrada, haya un contexto sereno y un conocimiento
en general soy yo quien las lleva, necesito mutuo, que para una mujer es una cuestión
moverme, actuar. Pero en lugar de eso me que habiendo sido operado no tiene una comienza de nuevo. Y después de otro de cabeza y no de sexo. En fin, las cosas ba-
pone debajo de él, quiere que entienda rá- eyaculación clásica. No pregunto detalles. millón de besos, alcanza por segunda vez nales y sensatas que cualquier mujer sabe.
pidamente que él es el hombre y yo la mu- No parece cansado para nada, besa y besa el placer. También esta vez cuando me Pero no le convenzo, ¿cómo es posible
jer. No me gusta, he hecho siempre de y besa, de nuevo sobre todo en mis partes pregunta por mí, por cómo estoy y si he no gozar con un hombre como él, con un
hombre en la cama. Al menos en la cama. íntimas. No me lo puedo creer, podría en- gozado, no puedo responderle más que amante atento como él? Me doy cuenta
Me dice que quiere el contacto con mi trar en el guinness de los récords, no he estoy bien, pero lejos del placer. de que se siente mal, que más me «
piel, me aprieta fuerte, me corta la respira- visto nunca a nadie sentir tanta pasión por Entre un salto y otro corro al baño a habría valido fingir, que me he
ción. Lo acojo dentro de mí, me ahoga a be- el sexo de una mujer. darme una ducha helada. Estoy volvién- equivocado.
sos, amor, amor, amor… Estamos todo el Devuelvo la pasión, a pesar de la poca dome loca por culpa del calor, maldito
rato debajo del edredón y yo siento que me iniciativa que se me permite. No, real- edredón, malditas telas del dosel, maldita
ahogo. Nos besamos hasta el infinito, él so- mente no estoy acostumbrada a experi- cama de Putin. Cuando salgo de nuevo en «Gradisca, Presidente»
bre todo en mis partes íntimas, le encanta mentar un ímpetu sexual en el cual mi negligé y con mi bonito conjunto íntimo, él Por amable cesión de la
hacerlo. Me pongo también yo manos a la papel es residual, casi inútil. Soy sincera se maravilla, quiere que también yo siga editorial Aliberti
(copyright riservato).
obra aunque el primer ministro prefiere so- cuando me pregunta si también yo he desnuda como él. En realidad no importa si Prohibida su reproduc-
bre todo hacer él. Después de un primer sentido placer. No, lo siento. No me ape- estamos vestidos o no, estamos siempre ción, incluida parcial.
asalto, alcanzado en completa satisfacción, tece mentirle, no lo considero justo. Ob- completamente a oscuras, yo sólo veo su
comienza desde el principio. Me explica viamente, se lo toma como un desafío. Y sombra, él la mía. Estoy feliz, tenía razón,