No hay argumento que justifique el armamentismo en el mundo y, es un absurdo hablar de defensa cuando se ataca, cuando se agrede, cuando se mata a personas inocentes en todo el mundo que no tienen nada que ver con conflictos irracionales por territorios, por ideologías, por supremacías, etc. Es posible que mientras el hombre exista sobre la faz de la tierra este acompañado de armas bélicas cada vez más sofisticadas, y que algunos absurdamente denominan humanización de la guerra para dar muerte a otros con el menor sufrimiento posible y sin intervención directa. La inmoralidad del hombre radica en atentar contra el mismo hombre ya que nada justifica segar vidas humanas. La racionalidad indica que todos deberíamos unir esfuerzos para crecer como personas, para desarrollar todas nuestras potencialidades en beneficio propio y colectivo. No se puede hablar de ética y moral militar cuando el belicismo está presente. El ser humano gasta millones de dólares para defender intereses mezquinos arrastrando a la población a conflictos de los cuales debería ser totalmente ajena. No es aceptable que un dirigente o mandatario manipule a sus habitantes en procura de falsas identidades, nacionalismos, proteccionismos, etc. El planeta es territorio de todos y simplemente no deben existir barreras ideológicas o políticas para que las personas expresen y desarrollen libremente todas sus capacidades. Nos hemos preguntado muchas veces sobre el sentido de vivir y cada vez estamos más lejos de entenderlo. Siempre se antepone el egoísmo de desear más bienes, tener posesiones, riqueza y eso al fin y al cabo para qué. Por qué endiosamos al hombre y permitimos que unos muestren más poder que otros y los quieran someter con el uso de las armas. El ser humano debe ser independiente en su manera de pensar, pero su accionar debe estar regido por la moral y el comportamiento ético. La historia nos ha enseñado que todo tipo de acción represiva y beligerante lo único que logra es la auto destrucción. Ciudadanos del mundo con este código moral solo se aspira abrir una puerta a la reflexión de lo que significa el respeto y la dignidad humana, sin retórica y con ideas simples en pro del desarme total así suene quimérico, pero necesario e indispensable para la supervivencia humana. Todo lo que signifique armas en nocivo y no nos podemos refugiar en la protección, simplemente esa es la justificación para que el mercado de las armas prolifere en el mundo. No al armamentismo en todas sus modalidades presentes y futuras ya que su finalidad siempre será la destrucción de los seres vivos y la causa de congoja permanente.

1. David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y
doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de
universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y
ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-
2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de
posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista
internacional basando los temas en sus propios libros. Propende
por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de
contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010
algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas.
Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y
por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento
comprometido con los problemas de la cotidianidad».
No hay argumento que justifique el armamentismo en el mundo y, es un absurdo hablar de defensa
cuando se ataca, cuando se agrede, cuando se mata a personas inocentes en todo el mundo que no
tienen nada que ver con conflictos irracionales por territorios, por ideologías, por supremacías, etc.
Es posible que mientras el hombre exista sobre la faz de la tierra este acompañado de armas bélicas
cada vez más sofisticadas, y que algunos absurdamente denominan humanización de la guerra para dar
muerte a otros con el menor sufrimiento posible y sin intervención directa. La inmoralidad del hombre
radica en atentar contra el mismo hombre ya que nada justifica segar vidas humanas.
La racionalidad indica que todos deberíamos unir esfuerzos para crecer como personas, para
desarrollar todas nuestras potencialidades en beneficio propio y colectivo.
No se puede hablar de ética y moral militar cuando el belicismo está presente. El ser humano gasta
millones de dólares para defender intereses mezquinos arrastrando a la población a conflictos de los
cuales debería ser totalmente ajena.
No es aceptable que un dirigente o mandatario manipule a sus habitantes en procura de falsas
identidades, nacionalismos, proteccionismos, etc. El planeta es territorio de todos y simplemente no
deben existir barreras ideológicas o políticas para que las personas expresen y desarrollen libremente
todas sus capacidades.
Nos hemos preguntado muchas veces sobre el sentido de vivir y cada vez estamos más lejos de
entenderlo. Siempre se antepone el egoísmo de desear más bienes, tener posesiones, riqueza y eso al
fin y al cabo para qué. Por qué endiosamos al hombre y permitimos que unos muestren más poder que
otros y los quieran someter con el uso de las armas.
El ser humano debe ser independiente en su manera de pensar, pero su accionar debe estar regido por
la moral y el comportamiento ético. La historia nos ha enseñado que todo tipo de acción represiva y
beligerante lo único que logra es la auto destrucción.
Ciudadanos del mundo con este código moral solo se aspira abrir una puerta a la reflexión de lo que
significa el respeto y la dignidad humana, sin retórica y con ideas simples en pro del desarme total así
suene quimérico, pero necesario e indispensable para la supervivencia humana. Todo lo que signifique
armas en nocivo y no nos podemos refugiar en la protección, simplemente esa es la justificación para
que el mercado de las armas prolifere en el mundo.
No al armamentismo en todas sus modalidades presentes y futuras ya que su finalidad siempre será la
destrucción de los seres vivos y la causa de congoja permanente.
Código
Moral
Sobre
El
Armamentismo
David
Francisco
Camargo
Hernández