entrevista
L
a oscuridad cae sobre el salón. La expec-
tativa se percibe en el aire. Una orques-
ta desafinada de tosidos acompaña la
espera. Y entonces se escuchan unos pasos.
Un hombre flaco y alto se acerca. Erguido en
el escenario y con un micrófono como única
arma frente a cientos de desconocidos, abre
la boca y dice: “Imagina que estás en un bar o
discoteca y te pones a hablar con una chica que
te pregunta: ‘¿Y tú de qué trabajas?’. Y como
piensas que tu trabajo es superinteresante le
dices: ‘Soy matemático’. El 33,51 por ciento
de las chicas simulan una llamada telefónica
y se van. El 64,69 por ciento intenta cambiar
de tema y también se van. Hay un 0,8 por
ciento que son tu prima, tu novia y tu madre
que saben que trabajas de algo raro pero no
entienden en qué; y hay un 1 por ciento que
sigue la conversación”.
Así comienza su espectáculo de stand-up el
español Eduardo Sáenz de Cabezón. Nacido
en el pequeño pueblo de Logroño, este docen-
te en la Universidad de La Rioja de 42 años
le encontró la vuelta a la comunicación de
su especialidad, la matemática, a un público
masivo y siempre alérgico a las ecuaciones: la
risa. Ganador de la edición 2013 de FameLab
España –un concurso internacional de monó-
logos científicos que nació en 2005 gracias a
una idea original del Festival de Cheltenham,
Inglaterra–, es uno de los líderes de habla his-
pana en este nuevo movimiento destinado a
contagiar ideas a través de un formato infor-
mal, conversacional a años luz de las conferen-
cias aburridas y solemnes. Junto a un grupo de
colegas con el mismo interés, hace dos años
fundó el grupo The Big Van Theory (www.bi-
gvanscience.com), una especie de club cientí-
fico de la comedia que gira por el mundo para
hacer llegar la física, biología, historia a todas
las personas.
¿Cuál es el principal elemento que distingue
sus espectáculos?
La risa. El humor y el contagio de emocio-
nes es un gran vehículo de comunicación. Lo-
gra que quien escucha un monólogo se apropie
de su contenido. Lo sientes tuyo. Al producirse
una identificación ya forma parte de ti y te in-
teresas más por eso. Es lo que buscamos: ser
como Alien: el octavo pasajero. Implantar en
cada persona una semilla –o un pequeño pa-
rásito– que crezca en su interior.
¿Sería algo así como infectar ideas, ser agen-
tes de infección?
Exacto. A muchos científicos les cuesta
hablar en público. Se sienten desnudos fren-
te a una audiencia. Pero es nuestra obliga-
ción. Como comunidad científica tenemos el
deber de comunicar la ciencia a la sociedad
a la que pertenecemos. Es un derecho de la
sociedad conocer la ciencia que se hace. Es
la sociedad la que genera ciencia a través de
los científicos.
Cada vez con más fuerza, el stand-up se está convirtiendo en un nuevo estilo y medio
para comunicar disciplinas como la biología, la física y la química. Este español es uno de los
nuevos “Seinfeld de la ciencia”, investigadores que superan la vergüenza de hablar frente a
cientos de personas usando el humor para contagiar ideas. Por federico kukso
Eduardo Sáenz de Cabezón, MATEMÁTICO
”
”
64 m
PARA REÍR Y PENSAR
El matemático español
Eduardo Sáenz de Cabezón
es uno de los fundadores del
The Big Van Theory, un grupo
de monologuistas científicos
cuyo objetivo es acercar la
ciencia al público general,
mostrando los avances de
una forma divertida.
Con los
monólogosabrimos
la puerta al universo científico
científicos
sobre
ruedas
En el libro Si tú
me dices gen
lo dejo todo
(El Ateneo), los
monologuistas
de The Big
Van Theory
compilan
algunos de
sus mejores
monólogos
(y sus
explicaciones
científicas).
entrevista
66 m
“La risa es un
gran vehículo
para comunicar
la ciencia”
¿Pero todos los científicos deben ser ahora
monologuistas?
No. No todos los científicos tienen que ser
divertidos, graciosos. Muchos sienten vergüen-
za. En los cursos que damos decimos que hay
que buscar la naturalidad de la expresión. Es
un entrenamiento que incluso sirve en la co-
municación de los resultados de sus investiga-
ciones a sus pares en congresos, por ejemplo.
Si uno quiere que sus colegas entiendan bien
lo que uno hace hay que entrenar, como un de-
portista que entrena para un Juego Olímpico.
Y en eso tenemos una carencia los científicos.
¿Cuáleslaclavedeunbuenmonólogocientífico?
Ponerse en el lugar de la audiencia que se
tiene por delante. La oralidad tiene un gran
poder: es un gran vehículo para provocar in-
terés. Otro ingrediente fundamental de los
monólogos es transformar los elementos que
se quieren transmitir en una pregunta signi-
ficativa para quienes nos están escuchando.
Y una vez que se ha generado esa pregunta,
se responde. Por ejemplo, ¿por qué me debe-
ría interesar que me cuenten sobre una rana
que no se congela durante el invierno? A muy
poca gente le interesa. Pero si se comienza
el monólogo preguntando “¿Cuál es la dife-
rencia entre estar vivo y estar muerto?” se-
para saber más
https://www.youtube.com/
watch?v=jej8qlzlAGw
Charla de Eduardo Sáenz de Cabezón
en TEDxRíoDeLaPlata.
BUSCÁ
en la web
guramente se captará la atención de todos.
Otro elemento clave es el suspenso. Contar
un relato, atrapar a la gente y en un momen-
to cortarlo. Dejar a la gente con las ganas de
querer saber más.
Antes de la formalización de la ciencia en pa-
pers, investigadores como Darwin contaban sus
trabajos con un estilo epistolar y narrativo su-
mamente atrapante. ¿Cree que se perdió mucho
con el estilo frío y seco de las publicaciones en
revistas como Science y Nature?
Sí. La ciencia se ha especializado tanto que
en muchos casos se pierden de vista las gran-
des ideas, los grandes interrogantes detrás
de un hallazgo. Las narraciones alrededor de
una fogata han servido tradicionalmente para
explicar el mundo en que vivimos. Y eso es
lo que hacemos los científicos. Tenemos que
recuperar esa narración de la ciencia.
¿Los monologuistas científicos nacen o se
hacen?
Yo creo que todos tenemos latente la habi-
lidad de contar historias. Se trata de explotar,
entrenar esa capacidad. Hay gente que tiene
un interés previo mayor, pero cada uno tiene
que buscar su propia voz, su propia naturali-
dad. O sea, saber quiénes somos cuando nos
paramos frente a alguien.
Enelmundodelstand-uphayestilos.Está
Seinfeld,LuisCK,ChrisRock.¿Enlacomunidaddel
stand-upcientíficoseapreciantambiénmodos
distintosdecontar?
Sí. Hay quien le gusta más el humor de si-
tuación. Hay gente más narrativa que cuenta
más historias. Otros hacen humor más escé-
nico.
¿Hatenidoalgunarepercusiónnegativaporlo
quehacedentrodelacomunidadmatemáticaala
quepertenece?
No. Pero sé que en ciertos países sí ocurre.
Provocar interés por lo que hacemos los cien-
tíficos nos da visibilidad. No se trata de su-
perficializar la ciencia. La seriedad científica
puede convivir con el humor y con una comu-
nicación más informal para un público más
amplio. Se trata de cubrir ese hueco que hay
entre la gente con cierto interés por la ciencia
que aún no puede alcanzar los libros más se-
sudos o de divulgación más dura. Nuestro tra-
bajo es generar interés para que puedan luego
dar otro paso. Con los monólogos abrimos la
puerta al universo científico.
¿Aúnsesientenerviosoalhablarfrenteamiles
depersonas?
Sí, mucho. Cuando me paro frente al públi-
co, los nervios siempre están. Pero luego son
reemplazados por el placer y el gusto de sen-
tirme más conectado con una audiencia que
la pasa bien y sale sabiendo algo que no sabía
antes. Es el poder mágico de la risa. En la serie
The Big Bang Theory utilizan la ciencia para
hacer reír. Nosotros hacemos lo contrario: usa-
mos la risa para contar la ciencia.
ELCLUBDELACOMEDIA
HUMOR Y CIENCIA
Los cursos de stand-up científico se reproducen
porelmundo.Elañopasado,porejemplo,auspicia-
do por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Inno-
vación Productiva de la Nación, el humorista Diego
Wainstein entrenó un grupo de paleontólgos, bio-
tecnólogos y programadores argentinos en el arte
decrearmonólogosconconte-
nidocientífico.Losresultados
sevieronluegoenTecnópolis
donde la biotecnóloga Nadia
Chiaramoni, el biólogo Alejan-
dro Saint Esteven y el doctor
en ciencias de la com-
putación Fernando
Schapachnik, entre
otros, utilizaron sus
nuevosconocimientosdetécni-
casdenarraciónoralystand-
upparaentreteneramásde
tres mil personas. La fiebre
de stand-up científico se
siente también en grandes
institutos científicos como
el CERN en Suiza (con el
evento LHComedy), el
MITyHarvard.