2. las Islas Galápagos son un auténtico paraíso natural, pero
más allá de la variedad de animales que se concentran en el
archipiélago existen unas playas paradisíacas dignas de
entrar en las listas de las mejores del mundo.
TortugaBay en la Isla Santa Cruz es, posiblemente, la más
impresionante.
Arena deslumbrante donde las iguanascampan a sus
anchas y el agua cristalina enamoraa cualquiera.
3. Otro de sus atractivos, son sus escondidos senderos de acceso, uno más
corto con una caminataque no requiere más de 30 minutos, y un
segundo más largo de aproximadamente 2 horas. Este último, es el más
famoso, atravesando un bosque tropical seco, con arboles de extrañas
formas, pasando por miradores que permiten vistas panorámicas del
parque y otras playas.
Una de las más idílicas playas de Ecuador, un paraje escondido
en el Parque Nacional Machalilla, con aguas calmas y arenas
blancas, rodeadas de extraordinariosescenarios naturales,
donde se entremezclan bosques, acantilados y otras
formaciones rocosas.
4. Considerada la playa más grande de
Ecuador y la más cercana a Quito, un
balneario de extensas arenas grises y oleaje
medio, rodeada de cocoterasy números
sombreadorasde caña donde disfrutar de un
aperitivo.
Esta también es una de las mejores playas de
Ecuador si se busca diversión, con una
vibrante vida nocturna durante los fines de
semana y un animado paseo a borde mar,
con numerosos bares playeros, música al aire
libre y restaurantes con terraza.
5. Ciudad considerada como uno de los balnearios más importantes de Ecuador, con
playas siempre concurridas que se extienden a lo largo de 15 kilómetros, algunas
como Playa de Chipipe con suave oleaje para el baño y otras como Playa de San
Lorenzo, con grandes olas, ideales para la práctica de surf. También es destacable
Playa Chocolatera, con arenas grises, considerada la mejor playa de la zona para
practicar deportes acuáticos.
Salinas también destaca por su ofertarecreativa, con numerosos restaurantes,hoteles,
bares y discotecas, junto a hermosos atractivos naturales, como la arribada de
ballenas jorobadas entre julio y septiembre, las cuales se pueden apreciar fácilmente
internándose tan solo pocos metros en el Océano, a través de pequeñas
embarcaciones.