Síntesis del pensamiento cristiano desde sus orígenes hasta la patrística. Consta de una segunda presentación, sobre Escolástica y se complementa con una tercera sobre filosofía medieval semítica.
2. Cristianismo y filosofíaCristianismo y filosofía
El Cristianismo no es una filosofía, pero al ser el hecho central de la
historia del hombre, ha tenido y tiene una inmensa influencia en el
desarrollo de la investigación filosófica.
El Cristianismo ha dado lugar a una segunda época de la filosofía.
El Cristianismo vino a proteger y guiar al mundo durante la caída del
Imperio Romano, salvando mucho de la cultura clásica.
El Cristianismo contiene un conjunto de verdades reveladas para que
el hombre conozca su situación en el mundo y lo que necesita para
salvarse.
La Ley y los antiguos profetas son perfeccionadas por Jesús de
Nazareth.
Esta buena nueva cambia la situación del hombre en el mundo,
permitiéndole alcanzar la gloria del Cielo.
Este nuevo espíritu de amor está destinado a penetrar en todo y en
todos.
La filosofía cristiana llenará toda una edad de la historia.
3. El Dogma de Fe frente a laEl Dogma de Fe frente a la
filosofía:filosofía:
El dogma cristiano (aquellas verdades reveladas o inspiradas que la
Iglesia ha declarado como tales) NI es una filosofía NI es algo irracional.
El dogma tampoco impone al pensador determinadas soluciones
filosóficas.
Aquellas verdades son suprarracionales y pertencen a un orden
superior del conocimiento que exigen el ejercicio de la fe y no el de la
razón.
Este conocimiento superior lógicamente influye en la filosofía, pero ello
no quita que existan una ilimitada posibilidad de soluciones filosóficas.
La fe orienta, dando unas directrices fundamentales.
La fe se convierte en un límite.
Permite al filósofo creyente darse cuenta que se ha equivocado.
El Cristianismo despertó el adormecido impulso filosófico.
4. La filosofía cristiana comprende dos
períodos centrales claramente diferenciados:
a) La Patrística
b) La Escolástica
Cada una contiene dos grandes corrientes
de pensamiento cristiano:
a) El platonismo agustiniano
b) El aristotelismo tomista.
Cristianismo y filosofía
5. Filosofía cristianaFilosofía cristiana
Patrística (s. I a IV) Apologetas San Justino y
Tertuliano
(s. IV) Platonismo agustiniano San Agustín
(s. V a
VIII)
Transición Casiodoro, Boecio
y San Isidoro
Escolástica (s. IX a
XI)
Inicio: La cuestión de los
Universales
Escoto Eriúgena
y San Anselmo
(s. XII) Madurez San Bernardo
Abelardo
La recuperación de
Aristóteles
Esc. traductores
Filosofia semítica
(s. XIII) Siglo De Oro: Aristotelismo
Tomista (Escuela Dominica)
San Alberto Magno
Santo Tomás de
Aquino
Filosofía del franciscanismo
(Escuela Franciscana).
San Buenaventura
y Duns Escoto
(s. XIV) Decadencia Guillermo de Occam
7. PatrísticaPatrística
Apologética (Siglos I a IV):
Los gnósticos y los paganos tildaron a los cristianos de irracionales.
En los primeros siglos surge un género literario defensivo de la fe
denominado APOLOGÉTICA.
San Justino Mártir presenta a la filosofía clásica como antesala y
preparación para la fe.
Tertuliano, por el contrario, nos dice que la antigua filosofía es, ante Dios,
pura insensatez; Jerusalén es la antítesis de Atenas; la Iglesia es la
antítesis de la Academia.
En los primeros siglos, los Padres de la Iglesia comenzaron a armonizar
racionalmente la fe y la filosofía.
Estos esfuerzos culminan con la obra de San Agustín, cumbre de la
Patrística.
9. Biografía:Biografía:
San Agustín de Hipona (354-430), nació en el año 354 en Tagaste (Argelia actual) y vivió
durante la decadencia y años finales del Imperio Romano Occidental en Africa.
Juventud y estudios: Agustín se educó como retórico en las ciudades norafricanas de Tagaste,
Madaura y Cartago. Entre los 15 y los 30 años vivió con una mujer cartaginesa, con quien tuvo
un hijo en el año 372, llamado Adeodatus, que en latín significa regalo de Dios.
Inspirado por el tratado “Hortensius” de Cicerón, Agustín se convirtió en un ardiente buscador
de la verdad, que le llevó a estudiar varias corrientes filosóficas. Durante nueve años, del 373 al
382, se adhirió al maniqueísmo, filosofía dualista persa, muy extendida en aquella época por el
imperio romano. Su principio fundamental es el conflicto entre el bien y el mal, y a Agustín el
maniqueísmo le pareció una doctrina que parecía explicar la experiencia y daba respuestas
adecuadas sobre las cuales construir un sistema filosófico y ético. Además, su código moral no
era muy estricto; Agustín recordaría posteriormente en sus Confesiones: "Concédeme castidad
y continencia, pero no ahora mismo". Desilusionado por la imposibilidad de reconciliar ciertos
principios maniqueístas contradictorios, Agustín, abandona la doctrina y decide por el
escepticismo. En el año 383 se traslada de Cartago a Roma, y un año más tarde se va a Milán
como profesor de retórica. Allí se mueve en círculos neoplatónicos. Allí también conoce al
obispo de la ciudad, al gran Ambrosio, la figura eclesial de mayor renombre por santidad y
conocimiento de aquel momento en Italia. Ambrosio le recibió con bondad y le ilustró en las
ciencias divinas. Y así renace en Agustín un nuevo interés por el cristianismo. A los 33 años de
edad recibe el bautismo en la Pascua del año 387. Su madre Santa Mónica, que se había
trasladado a Italia para estar cerca de él, se llenó de gran gozo. Agustín, ya convertido, se
dispuso volver con su madre a su tierra en África, y juntos se fueron al puerto de Ostia a
esperar el barco. Pero Mónica muere en el puerto a los 55 años de edad.
10. Obispo y teólogo:Agustín regresó al norte de África y fue ordenado
sacerdote el año 391, y consagrado obispo de Hipona (ahora Annaba,
Argelia) en el 395, a los 41 años, cargo que ocuparía hasta su muerte. Fue un
periodo de gran agitación política y teológica; los bárbaros amenazaban el
imperio romano llegando incluso a saquear a Roma en el 410, y el cisma y la
herejía amenazaban internamente la unidad de la Iglesia. Agustín
emprendió con entusiasmo la batalla teológica y refutó brillantemente los
argumentos paganos que culpaban al cristianismo por los males que
afectaban a Roma. Combatió la herejía maniqueísta y participó en dos
grandes conflictos religiosos, el uno contra los donatistas, secta que sostenía
que eran inválidos los sacramentos administrados por eclesiásticos en
pecado. El otro, contra las creencias pelagianas, seguidores de un monje
británico de la época que negaba la doctrina del pecado original. Durante
este conflicto, que duró por mucho tiempo, Agustín desarrolla sus doctrinas
sobre el pecado original y la gracia divina, soberanía divina y
predestinación. Sus argumentos sobre la gracia divina, le ganaron el título
por el cual también se le conoce, Doctor de la Gracia. La doctrina
agustiniana se situaba entre los extremos del pelagianismo y el maniqueísmo.
Contra la doctrina de Pelagio mantenía que la desobediencia espiritual del
hombre se había producido en un estado de pecado que la naturaleza
humana era incapaz de cambiar. En su teología, los hombres y las mujeres
son salvos por el Don de la Gracia Divina. Contra el maniqueísmo defendió
con energía el papel del libre albedrío en unión con la gracia. Agustín murió
en Hipona el 28 de agosto del año 430.
11. Síntesis:Síntesis:
San Agustín es uno de los más grandes pensadores del cristianismo.
Vivió una juventud despreocupada y escéptica, alegre e inconsciente.
Su sinceridad le lleva a plantearse profundos problemas filosóficos sobre la
verdad y el sentido de la vida.
En un principio profesó la filosofía gnóstica del persa Mani (maniqueísmo)
que defendía la existencia de dos principios, uno del bien y otro del mal
que luchan entre sí.
Luego se vuelve escéptico pero luego lo abandona por considerarlo
antinatural e ilógico.
La filosofía platónica abrió la mente de San Agustín a las verdades
eternas.
En esta búsqueda de la verdad, se convierte gracias a su sinceridad y a
las oraciones de su madre, Santa Mónica.
En sus Confesiones narra su peregrinar.
Con espíritu apasionado, siendo obispo de Hipona, lucha contra el
paganismo y las herejías.
Dios es la “sustancia o sujeto” de las ideas platónicas; el UNO de Plotino; el
mundo ideal es el mismo SER de Dios; las ideas divinas se confunden en la
simplicidad de su ser.
12. El mundo exterior sirve para descubrir el rastro de Dios.
Dios es quien tiene el ser por esencia.
Su esencia es su misma existencia (las cosas tienen una esencia pero hubo
un tiempo que no existieron y dejarán de existir).
Dios es un ser por sí, no por otro.
Es pura actividad, cognoscitiva y amorosa; actividad personal y providente.
Dios es activo en el sentido de las tres facultades anímicas capitales:
memoria, entendimiento y voluntad.
El Padre es la memoria (la continuidad e identidad de Dios consigo mismo).
El Hijo es el conocimiento que Dios tiene de sí mismo.
El amor que Dios se profesa a sí es el Espíritu Santo.
El alma no preexistió en un mundo anterior; fue creada por Dios de la nada
e infundida a un cuerpo. Solo descansará cuando retorne a Dios…
El alma conoce las cosas concretas y, también las esencias o ideas
universales.
En su Ciudad de Dios afirma que la historia se forma de la trama de las
acciones libres de los hombres, ordenada por la Divina Providencia.
San Agustín crea la primera gran síntesis filosófica del Cristianismo.
Después de San Agustín se precipita la ruina del Imperio Romano
Occidental.
13. Filosofia de San AgustínFilosofia de San Agustín
Sintió preferencia por los neoplatónicos que ejercieron una gran
influencia en él, pero a los que corrigió. Esta predilección se basó en
considerarles los filósofos clásicos más cercanos al cristianismo y por
haber dado vida a una enseñanza común de la verdadera filosofía.
Con el primero hace una invitación al sujeto para que se vuelva a sí
mismo, pero no para pararse en el sujeto, sino para que se dé cuenta
de que en él hay algo más que lo trasciende. La mente humana está
en relación con las realidades inteligibles e inmutables. Con este
principio demuestra la existencia de Dios, prueba la espiritualidad del
alma y su inmortalidad y además da una explicación psicológica de
la Trinidad.
El segundo principio podemos enunciarlo así: todo bien o es bien por
su misma naturaleza y esencia, o es bien por participación; en el
primer caso es el Bien sumo, en el segundo caso es un bien limitado.
Esta participación puede ser: la participación del ser, de la verdad y
del amor. En cuanto a la inmutabilidad, el ser verdadero, genuino y
auténtico es sólo el ser inmutable. No existe de alguna forma o en
cierta medida, sino que es el Ser. Este principio vale para distinguir al
ser por esencia del ser por participación.
14. Razón y FeRazón y Fe
San Agustín comienza la búsqueda de la verdad de una
manera casi desesperada. Ya a los diecinueve años se pasó
al racionalismo y rechazó la fe en nombre de la razón. Sin
embargo, poco a poco va descubriendo que la razón y la fe
no se oponen, sino que su relación es de colaboración. La fe
es un modo de pensar asistiendo, si no existiese el
pensamiento, no existiría la fe. Por eso la inteligencia es la
recompensa de la fe. La fe y la razón son dos campos que
necesitan ser equilibrados y complementados
Esta postura se sitúa entre el fideísmo y el racionalismo.
A los racionalistas le responde: Crede ut intelligas (cree para
comprender) y a los fideístas: Intellige ut credas (comprende
para creer), pues es imposible creer sin razón. San Agustín
quiere comprender el contenido de la fe, demostrar la
credibilidad de la fe y profundizar en sus enseñanzas.
15. Dios y el hombreDios y el hombre
La filosofía agustiniana se centra en dos temas esenciales: Dios y el
hombre.
Dios:
Para llegar de la mente a Dios primero tenemos que preguntar al
mundo, después volverse hacia uno mismo y por último trascenderse. El
mundo responde que él ha sido creado y el itinerario continua; se
procede a la ascensión interior, y el hombre se reconoce a sí mismo
intuyéndose como ser existente, pensante y amante. Puede por ello
ascender a Dios por tres vías: la vía del ser, de la verdad y del amor.
El hombre:
Agustín explora su misterio, su naturaleza, su espiritualidad y su libertad.
Es un grande profundum y una magna quaestio
La tesis fundamental que ayuda a entender el misterio del hombre es su
creación a imagen de Dios, que es propia del hombre interior, de la
mente. Pero ha sido deformada por el pecado y será la gracia la
encargada de restaurarla. El hombre sólo adhiriéndose al ser inmutable
puede alcanzar su felicidad. En este encuentro de Dios y el hombre,
Agustín examina la delicada cuestión de la gracia y la libertad.
16. Ser, conocer, amarSer, conocer, amar
A los grandes problemas del ser, conocer y amar, le da tres soluciones,
que son: Creación, Iluminación, felicidad
Creación:
Explica el problema del origen de las cosas, diciendo que Dios creó
todas las cosas de la nada. Existen tres maneras de proceder una cosa
de otra: por generación, por fabricación o por creación. Esta última sólo
es capaz de hacerla Dios. La creación ha tenido lugar en el tiempo. Dios
crea de la nada y crea según razones eternas (ideas ejemplares
existentes en la mente Divina).
Iluminación:
Nuestra iluminación es una participación del Verbo, es decir, de la vida
que es luz de los hombres. Dios, causa del ser, es también luz del
conocer. Los hombres percibimos la verdad de nuestras afirmaciones en
la verdad inmutable. El alma intelectiva es capaz de contemplar las
cosas inteligibles en una luz incorpórea especial, la verdad inmutable.
Así pues, la mente humana es iluminada divinamente y esto es el
fundamento de la certeza de nuestros juicios. Por último, podemos tener
tres especies de conocimiento: el corporal, espiritual y el intelectual.
17. Ser, conocer, amarSer, conocer, amar
La felicidad:
El hombre obtiene la felicidad de Dios y esta felicidad es Dios mismo.
Para él la felicidad es el gozo de la verdad y no puede ser dichoso
quien no posee lo que ama, pero dichoso es sólo quien posee todo lo
que quiere y no quiere nada malo. Otro paso más, no hay felicidad
verdadera si no es eterna. Por eso sólo Dios, y no los bienes temporales,
pueden hacernos felices. Sin embargo aquí sólo poseemos felicidad en
la esperanza.
El tiempo y la eternidad:
El tiempo es creación de Dios, antes de crear el cielo y la tierra no había
tiempo. Este implica un pasado, un futuro y un presente. Pero el pasado
ya no existe y el futuro aún no es. En cuanto al presente es un
continuado dejar de ser, un continuo tender hacia el no ser. Agustín
acabará concluyendo que el tiempo existe en el espíritu del hombre,
porque es donde se mantienen presentes el pasado, el presente y el
futuro. No reside en el movimiento sino en el alma. Por ello los tiempos
son tres:
El presente del pasado
el presente del futuro
el presente del presente
18. Obras de san AgustínObras de san Agustín
San Agustín es conocido como prolífico escritor, apologista y
brillante estilista.
Su obra más conocida es su autobiografía Confesiones (400),
donde narra sus primeros años y su conversión.
En su gran obra apologética La Ciudad de Dios (413-426), formula
una filosofía teológica de la historia, y compara en ella la ciudad
de Dios con la ciudad del hombre. De los veintidós libros de esta
obra diez están dedicados a polemizar sobre el panteísmo. Los
doce libros restantes se ocupan del origen, destino y progreso de la
Iglesia, a la que considera como oportuna sucesora del
paganismo.
Sus otros escritos incluyen las Epístolas, de las que 270 se encuentran
en la edición benedictina, fechadas entre el año 386 y el 429; sus
tratados De libero arbitrio (389-395), De doctrina Christiana (397-
428), De Baptismo, Contra Donatistas (400-401), De Trinitate (400-
416), De natura et gratia (415), Retracciones (428) y homilías sobre
diversos libros de la Biblia.
19. Epoca de Transición:Epoca de Transición:
En el Imperio de Oriente o Bizantino permanecerá el ambiente filosófico
alejandrino.
En su seno, el neoplatonismo degenerará en el “Bizantinismo”, que se ocupó de
minúsculas cuestiones inoperantes.
El final de este proceso llega con la clausura de la Academia Platónica de
Atenas por orden del emperador Justiniano (529), por considerar que sus
enseñanzas eran perjudiciales para el Estado.
Muchos pensadores emigran a Oriente próximo, donde son acogidos en Siria
por la corte de Cosroes rey de Persia.
Allí prolongarán su débil tradición cultural, mientras en el Occidente europeo
irrumpen sangrientamente los bárbaros.
Del siglo V al IX mucho de la cultura grecolatina fue guardada en los
monasterios.
Durante estos siglos cabe señalar la actividad aislada de sabios como
Casiodoro, Boecio y San Isidoro de Sevilla.
Luego renace la cultura en una época en la alta edad media, de la que
emergerá la Escolástica.
20. Boecio:Boecio:
Anicius Manlius Severinus Boëthius, en latín (Roma, 480 – Pavía, 524/525)
provenía de una antigua familia romana, los Anicia, cristianizada hacía más
de un siglo, y que engendró dos emperadores y un Papa.
Boecio empezó estudios de retórica y filosofía, conocimientos que amplió en
Atenas. Se casó con Rusticiana, hija del senador Símaco (senador y cónsul
en el año 485).
En 510 fue consul ordinarius (el cónsul que da nombre al año) en solitario. En
522 ó 523 él mismo fue nombrado magister officiorum, cargo equivalente a lo
que podría llamarse un primer ministro, del rey ostrogodo Teodorico el
Grande. En 522 nombró cónsules a sus dos hijos, Flavio Símaco y Flavio
Boecio.
La acumulación de tanto poder despertó los celos del partido filogótico, por lo
que fue acusado de conspirar a favor del Imperio Bizantino por el
referendarius Cipriano, miembro de ese partido. Fue encarcelado, torturado y
decapitado en Ager Calventienus, al norte de Pavía, «injustamente», según él
mismo, por haber intentado proteger al Senado.
La ciudad de Pavía le reconoce y celebra en la liturgia como mártir en la fe.
21. Obras de Boecio:Obras de Boecio:
Con el propósito de unificar ambas escuelas filosóficas, se propuso traducir al latín
las obras de Aristóteles y de Platón, pero no concluyó su proyecto: sólo se conservan
su traducción de las Categorías y del Peri hermeneias de Aristóteles y de la Isagoge
de Porfirio. Étienne Gilson afirma que Boecio fue, para la escolástica medieval, por
sus traducciones, comentarios y escritos, la principal autoridad en lógica de la Edad
Media hasta que en el siglo XIII fue traducido al latín y comentado directamente el
Organon completo de Aristóteles. En su obra principal realiza la distinción, que luego
sería central para la Escolástica, entre id quod est (todo el ente) y quo est o esse
(aquello que hace que el ente sea).
Su obra más famosa es, sin embargo, Consolatio philosophiae, mencionada en la
Edad Media como De consolatione philosophiae. Se trata de un diálogo entre el
propio Boecio y Filosofía, personaje alegórico femenino que se le aparece a Boecio
para aclararle el problema del destino, de por qué los malvados logran recompensa y
los justos no. Filosofía intenta suavizar su aflicción demostrándole que la verdadera
felicidad consiste en el desprecio de los bienes de este mundo y en la posesión de
un bien imperecedero, que coincide con la Providencia universal que gobierna todas
las cosas, concepto éste que toma del Estoicismo. El tema se relaciona directamente
con la caída en desgracia del propio Boecio, por lo cual se piensa que esta obra fue
compuesta en la cárcel durante el largo año que pasó antes de ser ejecutado.
22. Obras de Boecio:Obras de Boecio:
Este trabajo tuvo una gran importancia para la ulterior teología del Cristianismo medieval,
pese a que tanto la metodología como la terminología que utiliza Boecio son meramente
filosóficas y en ningún momento plantea la cuestión en términos de fe cristiana. Debido a
que en su obra maestra, en prosa y verso, la Consolación, no cita en ningún momento a
Jesucristo ni la Sagrada Escritura, ni explícitamente la fe cristiana, algunos historiadores
en los siglos XVIII y XIX pusieron en duda el cristianismo de Boecio y la autenticidad de
sus obras teológicas; demostrada ésta, la cuestión está definitivamente resuelta.
También escribió sobre aritmética (De arithmetica), música (De música), geometría,
astronomía, antropología y de teología (Opuscula theologiae, cinco libros). Todo con la
intención de transmitir a las nuevas generaciones, a los nuevos tiempos, la gran cultura
grecorromana. Precisamente por este motivo, Boecio ha sido calificado como el último
representante de la cultura romana antigua y el primero de los intelectuales medievales.
23. Epoca Monástica:Epoca Monástica:
• Si Boecio es el “Ultimo Romano”, Casiodoro, su compañero y discípulo es “el primer
medieval”, pues su mentalidad es ya de otro mundo en formación, el de la
cristiandad medieval. Durantre la época monástica no se crea demasiada filosofía
original ya quedados los tiempos, su función fue mas bienresguardar la cultura
antigua de la época violenta e inestable que se vivió tras las invasiones bárbaras al
imperio, y las segundas invasiones de los puelos como los Magiares y los Vikingos.
Los monasterios tenía una escuela interior destinada a los monjes y otra exterior
para los seglares.
Magno Aurelio Casiodoro: (477/570) fué cónsul y ministro de Teodorico, pero su
importancia se debe a su retiro de la vida pública y la fundación de un monasterio,
que no solo se dedicaba a la oración y al trabajo, como la orden de San Benito, sino
también al estudio, pues creía que el saber, al contrario de estorbar en la vida
religiosa, servía de ayuda. Esta actutud fué injertada en los otros monasterios,
notablemente Monte Casino, que se convirtieron en grandes archivos y foco de
irradiación cultural. De este modo, en un período tan inestable, los monjes
representaron estabilidad y permanencia. Los Benedictinos conservaron la cultura
en los confines del antiguo imperio Romano y la extendieron mas aún, llegando a
ser los verdaderos civilizadores de Europa.
Casiodoro tiene una obra muy abundante, pero de carácter enciclopédico con poco
material original, sin embargo, su cartas y documentos de su vida política fueron
modelo de literatura epsitolar hasta el Renacimiento.
24. Epoca Monástica:Epoca Monástica:
San Isidro de Sevilla: No se le puede considerar un filósofo o
teólogo original pero si un educador y gran organizador. Es uno de
los grandes transmisores del saber antiguo y al mimso tiempo gran
maestro de la cultura medieval. Su influjo en la alta Edad Media fué
considerable. Entre sus escritos destaca De Natura rerum., y
Etymologiae, presentado como enciclopedia de veinte tomos.
El Monacato Británico:
Tiene dos vertientes, la del mundo céltico cristianizado, convertido
por San Patricio (en Eire o Irlanda); y los pueblos anglos y
sajones que conquistaron la bretaña romanizada, convertidos al
cristianismo por San Agustín de Canterbury (en Gran Bretaña).
Estos dos distintos mundos culturales formados por razas diferentes
vivieron enfrentados durante siglos.
San Beda el venerable fue el mejor representante del ámbito
romanizado bretón. De manera análoga a San Isidro de Sevilla en la
España visigoda; Casiodoro en la Italia ostrogoda; San Gregorio de
Tours en la Galia merovingia, o San Martín de Braga con los
suevos, San Beda convirtió a los arrianos de las islas británicas al
catolicismo.
25. Etapa Palatina:Etapa Palatina:
En esta época, dentro del ámbito Islámico florece la filosofía y la cultura, basada en la herencia
grecolatina de Platón y Aristóteles, pero tras la imposición de los dogmas teológicos Islámicos, la
filosofía entra en decadencia, primero en medio oriente y finalmente en España. (Ver presentación
filosofía medieval semítica)
En la Europa cristiana, mientras tanto, tras varios siglos de decadencia, se inicia la etapa palatina
o Renacimiento carolingio. No se producen nuevos aportes, sino mas bien se resguarda la cultura.
Este florecimiento es impulsado por Carlomagno, en su afán de dar vida a la cultura, por tres
razones básicas:
Para poder restaurar en sus territorios el antiguo Imperio Romano.
Para proteger a la Iglesia pues el clero no se podía desempeñar adecuadamente en latín para
reeducarlo.
Para elevar el nivel intelectual con la finalidad de tener colaboradores instruidos y
administradores con adecuada formación.
Este renacimiento está alentado en la admiración por la grandeza de Grecia y Roma como forma
superior de cultura, pero inspirada en un profundo sentimiento religioso, en el que se deploraban
los errores paganos. Carlomagno creó en Aquisgrán (Aix-la-Chapelle o Aachen, hoy en Alemania)
una academia literaria, y fundó una escuela palatina. El gran inspirador y organizador de la
escuela fue el monje anglosajón Alcuino de York (730-804), a quien se toma como verdadero
eje de este Renacimiento Carolingio. Nuevamente nos encontramos con un pensador poco
original pero con una relevancia inmensa en su labor pedagógica y organizativa. Alcuino identifica
a la Filosofía como Amor a la sabiduría, y las identifica con las siete columnas de la sabiduría:
26. Etapa Palatina:Etapa Palatina:
El Trivium y el Cuadrivium: En los estudios fundamentales que estuvieron vigentes en las
universidades durante siglos se distinguía un grupo de enseñanzas agrupadas en los nombres
clásicos de trivium y cuadrivium.
El primero estaba constituido por la formación en:
Gramática,
Retórica
Dialéctica;
El segundo, por:
Aritmética
Geometría
Astronomía
Música
Quien los superaba recibía la titulación de bachiller en artes y quedaba capacitado para, si lo
deseaba o podía permitírselo, acceder a una licenciatura en alguna de las carreras impartidas
por los diversos centros universitarios. Eltrivium, tan ausente en la enseñanza actual, formaba
al alumno en tres habilidades de la máxima importancia para el ejercicio de cualquier
profesión, pero sobre todo para la de impartir docencia: construir bien el lenguaje que traduce
el pensamiento, exponerlo correcta y convincentemente y utilizarlo para defender una idea o
para enriquecerse con las del contrario.
27. Bibliografía:
Historia sencilla de la filosofía
Rafael Gambra
Ediciones Rialp, 1992
11. ed. Ampliada, Madrid
Historia de la filosofía. II Filosofía medieval,
Eudardo Forment
Colección Albatros, Editorial Palabra, S.A. 2004 Fuenlabrada, Madrid
Editada por Gerardo Viau, Guatemala marzo 2012
Para completar la información sobre filosofía medieval, se cuenta con las presentaciones:
FILOSOFÍA CRISTIANA II ESCOLASTICA
http://www.slideshare.net/GerardoViau/filosofia-medieval-cristiana-2-escolastica
FILOSOFIA MEDIEVAL SEMÍTICA
http://www.slideshare.net/GerardoViau/filosofia-medieval-semitica